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Creado por Johnny B. Goode Sáb Nov 12, 2016 8:04 pm
Los puros e impecables rayos del sol golpearon el rostro del joven Goode. Sus ojos se entreabrieron lentamente y su respiración siguió siendo pausada, aun cuando se percató de que las cortinas azul sedoso que bordaban la ventana no eran del tipo de habitación que normalmente se permitía. Sintió una pequeña caricia fría en su nuca, y sus manos reaccionaron lentas, tranquilas mientras se encontraba tendido en esa cama. Palpó el cuerpo que tenia junto a el y tras sus manos su cabeza giró, observando a la chica con la que había pasado la noche.
– Johnny... - Dijo esta con un tono suave mientras el moreno observaba el techo, dejando que esta se acurrucase mas a su lado. - ¿Que significa la B de tu nombre? Preguntó, arrastrando la pregunta con tono de intriga. Johnny no parecía estar dispuesto a responder, siquiera parecía dispuesto a existir, habia abandonado su cuerpo. Esta volvio a acariciarlo bajo las sabanas y este finalmente giro su rostro para observarla a los ojos. - Bandido -. Respondio con tono serio. - ¿En serio? - Preguntó sorprendida. - No, la B significa... Lo que tu quieras que signifique, dime. - Bromeó provocando que esta acercase las cejas. - B de... Burro Dijo a modo de venganza. Johnny parpadeo un par de veces y sacó un pie de la cama. - B de Bueno, ha sido un placer conocerte. - Comentó mientras se vestía.
Una hora después se podía ver al joven Goode pasear con un trozo de queso en la mano. Le gustaba aquella ciudad, tan blanca, con vida, rebosante de oportunidades... Demasiado buena para el, quizá si dejase de ser tan autocrítico podría quedarse. Pero no se asentaría en ningun lugar, no hasta que cumpliese sus metas. Y en una improvisada divagación existencial su paseo se prolongó, dejando a un lado su tarea de dar con un grupo de asaltantes de mercaderes, nadie habia puesto precio por ellos aún, y no le urgía tampoco lanzarse pronto a su busqueda.
– Johnny... - Dijo esta con un tono suave mientras el moreno observaba el techo, dejando que esta se acurrucase mas a su lado. - ¿Que significa la B de tu nombre? Preguntó, arrastrando la pregunta con tono de intriga. Johnny no parecía estar dispuesto a responder, siquiera parecía dispuesto a existir, habia abandonado su cuerpo. Esta volvio a acariciarlo bajo las sabanas y este finalmente giro su rostro para observarla a los ojos. - Bandido -. Respondio con tono serio. - ¿En serio? - Preguntó sorprendida. - No, la B significa... Lo que tu quieras que signifique, dime. - Bromeó provocando que esta acercase las cejas. - B de... Burro Dijo a modo de venganza. Johnny parpadeo un par de veces y sacó un pie de la cama. - B de Bueno, ha sido un placer conocerte. - Comentó mientras se vestía.
Una hora después se podía ver al joven Goode pasear con un trozo de queso en la mano. Le gustaba aquella ciudad, tan blanca, con vida, rebosante de oportunidades... Demasiado buena para el, quizá si dejase de ser tan autocrítico podría quedarse. Pero no se asentaría en ningun lugar, no hasta que cumpliese sus metas. Y en una improvisada divagación existencial su paseo se prolongó, dejando a un lado su tarea de dar con un grupo de asaltantes de mercaderes, nadie habia puesto precio por ellos aún, y no le urgía tampoco lanzarse pronto a su busqueda.
Johnny B. Goode
Hoja de personaje
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(1/100)
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Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Kiros Blight Dom Nov 13, 2016 4:12 am
Cuando el barco por fin se detuvo tuvo la sensación de que había pasado mucho tiempo en el mar, que llevaba meses sin pisar la tierra firme. El viaje había sido largo, sí, aunque no tan largo como a Kiros le parecía. Sin embargo esperaba que mereciera la pena, pues había visitado pocas veces la isla de Flevance. No es que la considerara como un mal puerto comercial, al contrario, pues pensaba que era uno de los mejores. Sin embargo lo dejaba siempre de lado porque tenía unas ideas muy específicas de cuándo venir, y era cuando las reservas de hierro y herramientas del resto de islas estuvieran escasas. De esta forma no solo podría vender pieles, vino y carne sino también comprar este hierro que luego podría vender a un buen precio. Con esta idea en mente había salido del barco y se había dirigido a la lonja, organizando las transacciones pertinentes.
No fue una venta escandalosamente rentable, pero había comprado algunos fardos de hierro de los que más tarde sacaría partido. Satisfecho con su transacción, Kiros había decidido que pasarían allí la noche. Los marineros tenían dónde dormir en el barco o en las posadas cercanas, pero él era de un nivel superior y no podía dormir en un sitio lleno de sucios y sudorosos marineros. Adentrándose por las calles de la ciudad buscaba el mejor lugar para quedarse a dormir aprovechando que los negocios iban bien y que su bolsa de oro estaba bastante llena. Quizás fue precisamente por esta razón que todo se tuvo que torcer: Un complot cósmico para no dejarle que saliera de allí con un solo berrie sumado a la avaricia de muchos hombres.
—¡La bolsa o la vida, asqueroso esnob!— dijo un hombre harapiento que se detuvo delante de Kiros. Poseía un estoque en la cintura mas no lo había desenvainado sino que miraba al joven con cara de superioridad y los brazos cruzados. Varias personas empezaron entonces a acercarse, un total de seis, rodeando a Kiros y empuñando diversas armas cortopunzantes: Un hacha, un par de dagas, una espada, una pistola, una maza y un sable enorme eran las herramientas con las que tenían intención de perturbar aquella mañana. Kiros echó un rápido vistazo a su alrededor para comprobar que, si bien apenas había nadie en la calle, la mayoría se alejaba de lo que estaba ocurriendo. Solo podía esperar que la guardia de la ciudad apareciera de pronto, y no parecía que estuvieran por la zona.
Sin decir absolutamente nada puso su mano en el Khopesh que llevaba consigo y lo desenvainó lentamente para sujetarlo frente a él. —¡Qué amable! ¡Quiere entregarnos los dos!— gritó en tono burlón y con una enorme sonrisa en su rostro. —Así sea.— su voz sonó más seria en este momento y el tipo del hacha se lanzó para hundir el cráneo del pelinegro de una sola estocada. Este no se quedó quieto, no obstante, sino que realizó un tajo ascendente directo al rudimentario arma de madera y lo desvió con un fuerte golpe que casi corta por la mitad el mango. El ataque fue desviado y Kiros solo tuvo que moverse un paso a la izquierda para quedar completamente fuera de la trayectoria. Tras su reposición haría un tajo rápido, descendente, que le haría un corte vertical en el hombro derecho de su asaltante mientras esbozaba una pequeña sonrisa. A pesar de su pequeña victoria sabía que estaba bastante condenado como no pensara en algo rápido, no podía hacer frente a tantos enemigos al mismo tiempo.
No fue una venta escandalosamente rentable, pero había comprado algunos fardos de hierro de los que más tarde sacaría partido. Satisfecho con su transacción, Kiros había decidido que pasarían allí la noche. Los marineros tenían dónde dormir en el barco o en las posadas cercanas, pero él era de un nivel superior y no podía dormir en un sitio lleno de sucios y sudorosos marineros. Adentrándose por las calles de la ciudad buscaba el mejor lugar para quedarse a dormir aprovechando que los negocios iban bien y que su bolsa de oro estaba bastante llena. Quizás fue precisamente por esta razón que todo se tuvo que torcer: Un complot cósmico para no dejarle que saliera de allí con un solo berrie sumado a la avaricia de muchos hombres.
—¡La bolsa o la vida, asqueroso esnob!— dijo un hombre harapiento que se detuvo delante de Kiros. Poseía un estoque en la cintura mas no lo había desenvainado sino que miraba al joven con cara de superioridad y los brazos cruzados. Varias personas empezaron entonces a acercarse, un total de seis, rodeando a Kiros y empuñando diversas armas cortopunzantes: Un hacha, un par de dagas, una espada, una pistola, una maza y un sable enorme eran las herramientas con las que tenían intención de perturbar aquella mañana. Kiros echó un rápido vistazo a su alrededor para comprobar que, si bien apenas había nadie en la calle, la mayoría se alejaba de lo que estaba ocurriendo. Solo podía esperar que la guardia de la ciudad apareciera de pronto, y no parecía que estuvieran por la zona.
Sin decir absolutamente nada puso su mano en el Khopesh que llevaba consigo y lo desenvainó lentamente para sujetarlo frente a él. —¡Qué amable! ¡Quiere entregarnos los dos!— gritó en tono burlón y con una enorme sonrisa en su rostro. —Así sea.— su voz sonó más seria en este momento y el tipo del hacha se lanzó para hundir el cráneo del pelinegro de una sola estocada. Este no se quedó quieto, no obstante, sino que realizó un tajo ascendente directo al rudimentario arma de madera y lo desvió con un fuerte golpe que casi corta por la mitad el mango. El ataque fue desviado y Kiros solo tuvo que moverse un paso a la izquierda para quedar completamente fuera de la trayectoria. Tras su reposición haría un tajo rápido, descendente, que le haría un corte vertical en el hombro derecho de su asaltante mientras esbozaba una pequeña sonrisa. A pesar de su pequeña victoria sabía que estaba bastante condenado como no pensara en algo rápido, no podía hacer frente a tantos enemigos al mismo tiempo.
Kiros Blight
Hoja de personaje
Nivel:
(6/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Johnny B. Goode Dom Nov 13, 2016 6:27 am
El joven pelinegro acabó sobre un muro, sentado tuvo que moverse varias veces para encontrar la posición más confortable. Cuando lo logró no hizo más que balancear uno de sus pies mientras daba un bocado al queso que se había afianzado de la casa de aquella joven. Estaba algo duro, y eso se notaba con la mueca graciosa que Johnny realizaba al masticar, meterse un pedazo enorme en la boca e intentar triturarlo acompañándolo con un poco de vino fue todo lo que hizo durante una larga media hora en la que planear su próximo destino y plan de entrenamiento fue todo lo que opaco sus pensamientos. En algún momento dio por fín cuenta de su comida y bebida y decidió terminar de pasear por aquellas bonitas calles, quien sabe, quizás encontrase alguna taberna donde ganarse unas monedas haciendo que el pueblo bailase si no encontraba a los bandidos tras los que andaba.
Sus pasos eran firmes, el sonido que sus botas producían sobre la roca asfaltada parecían música acompasada que disfrutaba escuchar en aquel tranquilo día. Hasta que se topó con el comienzo de una escena bastante inusual, todo el mundo parecía caminar rápido y agachar la cabeza. Johnny tenía un sexto sentido para aquello, si los problemas no venían hacia el no hacía mucho esfuerzo para que el perro de caza los olisquease y acabase metido en ellos.
No estaban muy lejos, y sus gritos de voz escarpada habían dejado claro que aquello era un asalto en plena ciudad. - Menudos hijos de puta, si que son valientes – Se dijo a sí mismo, observando como la calle se vaciaba y el sujeto a asaltar desenvainaba un arma similar a una cimitarra. No era muy grande, cierto era, que parecía un conejo rodeado de lobos. Lo doblaban en tamaño y en número eran seis veces más. Hachas, dagas, una pistola… Esos tipos no parecían ser rateros cualquiera, pero si demostraban estar desesperados. El pelinegro parecía saber defenderse, ágil cual liebre no solo desvió el ataque del fortachón, sino que además le dejó un bonito regalo en toda la parte superior del hombro.
Uno de los asaltantes alzó su pistola, apuntando al joven mercader. No parecía dudar sobre disparar, pero una silueta con chaqueta de cuero se alzó tras el con un salto. - Watch out, watch out, watch out! (Cuidado, cuidado, cuidado)- Salió por uno de sus laterales y sujetó su cuello con ambos brazos mientras lo retorcía. Cayó al suelo con demasiada fiereza, su peso y fuerza obligaron al atacante a caer rendido al suelo con el cuello exactamente fracturado. (Sí, era un RKO). Johnny se alzó con una voltereta, que lo hizo terminar junto al mercader y ajustándose las gafas de sol adelantó su pie derecho, apoyando el peso sobre el izquierdo y dispuso sus brazos en posición estirada hacia delante, los codos ligeramente doblados y las palmas de las manos abiertas, listo para contraatacar.
Sus pasos eran firmes, el sonido que sus botas producían sobre la roca asfaltada parecían música acompasada que disfrutaba escuchar en aquel tranquilo día. Hasta que se topó con el comienzo de una escena bastante inusual, todo el mundo parecía caminar rápido y agachar la cabeza. Johnny tenía un sexto sentido para aquello, si los problemas no venían hacia el no hacía mucho esfuerzo para que el perro de caza los olisquease y acabase metido en ellos.
No estaban muy lejos, y sus gritos de voz escarpada habían dejado claro que aquello era un asalto en plena ciudad. - Menudos hijos de puta, si que son valientes – Se dijo a sí mismo, observando como la calle se vaciaba y el sujeto a asaltar desenvainaba un arma similar a una cimitarra. No era muy grande, cierto era, que parecía un conejo rodeado de lobos. Lo doblaban en tamaño y en número eran seis veces más. Hachas, dagas, una pistola… Esos tipos no parecían ser rateros cualquiera, pero si demostraban estar desesperados. El pelinegro parecía saber defenderse, ágil cual liebre no solo desvió el ataque del fortachón, sino que además le dejó un bonito regalo en toda la parte superior del hombro.
Uno de los asaltantes alzó su pistola, apuntando al joven mercader. No parecía dudar sobre disparar, pero una silueta con chaqueta de cuero se alzó tras el con un salto. - Watch out, watch out, watch out! (Cuidado, cuidado, cuidado)- Salió por uno de sus laterales y sujetó su cuello con ambos brazos mientras lo retorcía. Cayó al suelo con demasiada fiereza, su peso y fuerza obligaron al atacante a caer rendido al suelo con el cuello exactamente fracturado. (Sí, era un RKO). Johnny se alzó con una voltereta, que lo hizo terminar junto al mercader y ajustándose las gafas de sol adelantó su pie derecho, apoyando el peso sobre el izquierdo y dispuso sus brazos en posición estirada hacia delante, los codos ligeramente doblados y las palmas de las manos abiertas, listo para contraatacar.
Johnny B. Goode
Hoja de personaje
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(1/100)
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Creado por Kiros Blight Dom Nov 13, 2016 6:50 am
Alzó la vista para ver como aquel tipo, el del hacha, se lamentaba del corte que le había hecho. Retrocedió unos segundos y Kiros interpretó que se estaba pensando mejor lo de atacarlo, mas la realidad era que estaba dando hueco a uno de sus compañeros para atacar. Vio como este alzaba la pistola y le apuntaba directamente, lo cual provocaría que sus aventuras terminaran antes de lo esperado. Aunque consiguiera recibir el balazo en alguna parte no vital del cuerpo seguro que con una herida así no podría con aquellos tipos. Puede que aquel fuera su fu fin y que el combate pasara a estar decidido, por lo que por un instante se quedó paralizado sin poder mover sus músculos. Solo sus ojos se movieron para observar cómo una persona aparecía gritando y realizaba una llave bastante peculiar al pistolero, clavándolo en el suelo y apartándolo del combate.
El tipo parecía ser un héroe salido de la nada con su elegante movimiento y su voltereta para asistirle. Por un instante pensó en retroceder cuando este se le acercó pues era un completo desconocido y podía ser igual o más peligroso que esos bandidos. No tuvo opción más que confiar en él por el momento, dándose la vuelta para anteponer el Khopesh ante un espadazo que tenía intención de atravesarle el estómago. Apartó la hoja de la trayectoria de su cuerpo y con la mano izquierda desenfundó su daga, la cual enterró en el estómago del hombre. La sangre se deslizó por su mano al escaparse a borbotones de la herida, sintiendo algo de placer al realizar aquella acción pero sin manifestarlo en sus gestos. Sacó el arma y volvió a clavársela otra vez, esta vez en el hígado, tras lo que empujó el cuerpo del bandido apuñalado contra el tipo de las maza para que ambos cayeran al suelo.
Con ambas armas en las manos miró de reojo a su improvisado ayudante antes esquivar dos puñaladas dando pequeños saltitos hacia atrás con cada movimiento. —Gracias.— pronunciaron sus labios. "No pienso darte ni un solo berrie", dijo su mente. Pero más allá del pensamiento avaricioso de Kiros otra idea le había venido a la mente. Si demostraba ser un buen luchador quizás podría contratarlo como guardia del barco, al fin y al cabo los piratas eran abundantes en aquella época, y un buen luchador siempre viene bien. Aunque primero había que salir de ahí, y aunque habían apartado a dos aún quedaban más combatientes.
El tipo parecía ser un héroe salido de la nada con su elegante movimiento y su voltereta para asistirle. Por un instante pensó en retroceder cuando este se le acercó pues era un completo desconocido y podía ser igual o más peligroso que esos bandidos. No tuvo opción más que confiar en él por el momento, dándose la vuelta para anteponer el Khopesh ante un espadazo que tenía intención de atravesarle el estómago. Apartó la hoja de la trayectoria de su cuerpo y con la mano izquierda desenfundó su daga, la cual enterró en el estómago del hombre. La sangre se deslizó por su mano al escaparse a borbotones de la herida, sintiendo algo de placer al realizar aquella acción pero sin manifestarlo en sus gestos. Sacó el arma y volvió a clavársela otra vez, esta vez en el hígado, tras lo que empujó el cuerpo del bandido apuñalado contra el tipo de las maza para que ambos cayeran al suelo.
Con ambas armas en las manos miró de reojo a su improvisado ayudante antes esquivar dos puñaladas dando pequeños saltitos hacia atrás con cada movimiento. —Gracias.— pronunciaron sus labios. "No pienso darte ni un solo berrie", dijo su mente. Pero más allá del pensamiento avaricioso de Kiros otra idea le había venido a la mente. Si demostraba ser un buen luchador quizás podría contratarlo como guardia del barco, al fin y al cabo los piratas eran abundantes en aquella época, y un buen luchador siempre viene bien. Aunque primero había que salir de ahí, y aunque habían apartado a dos aún quedaban más combatientes.
Kiros Blight
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Creado por Johnny B. Goode Dom Nov 13, 2016 7:22 am
Tan pronto como efectuó su incorporación el joven mercader ya se encontraba rechazando otro ataque, aquella era una bonita demostración de limpia técnica. La cimitarra parecía bloquear y una afilada daga en la que Johnny ya había reparado punzaba por completo el estómago del atacante, pero no una, sino dos veces. Como una avispa que tras picar se retira, la mano del mercader se retrajo teñida del peculiar carmesí, ya había sangre en el suelo y el baile había comenzado. Johnny se percató que el hombre del sable refunfuñó algo entre dientes, insultos difíciles de discernir, observando al hombre que sangraba en el suelo fruto de la llave de Goode. Le había enterrado literalmente la cara en el suelo y no la iba a sacar por si solo. Parecían ser muy cercanos, pues los ataques de furia que propinaba a Johnny eran potentes pero cegados por la rabia.
Esquivó los sablazos, una serie de tres en las que solo se echó para atrás ladeando su cuerpo, retrocedió hasta que vió un hueco sobre el que se deslizó hacia un lateral del bandido, regalándole una potente patada lateral que aterrizó sobre su estómago. Este vomitó instantáneamente y soltó la espada, encogiéndose del dolor descuido su guardia y Johnny giró sobre si mismo, en el mismo lugar para enterrarle otra patada en la cara y mandarlo directamente al suelo. Tras ello propinó una patada al sable enviándolo lejos, produciendo un chirrido muy incomodo al raspar contra el suelo toda su trayectoria por la calle.
Escuchó las palabras de gratitud del mercader, mas no pareció importarle en aquel momento, pendiente de su tercer oponente. Un hombre con una daga que parecía pedir sangre a gritos. Este prometía ser un mayor desafío que el hombre del enorme sable, el cual aún respiraba pero no era capaz de ponerse en pie. Ambos se movían en círculos, como dos animales esperando un fallo del otro. La daga silbó en el viento en su trayectoria hacia el pecho de Goode, como si apuntase hacia el centro de la enorme 'S' que portaba. La mano izquierda de Johnny se interpuso, sujetando la muñeca a tiempo. Había hecho aquel movimiento toda su vida, navajas, facas... Una sensación nostálgica invadió a Johnny cuando su puño derecho impactaba contra el rostro del hombre con fuerza. Le impidió moverse gracias al agarre de su muñeca, y tras el potente puñetazo le encajó una serie que no parecía acabar. Como si pretendiese perforarle la cara a puñetazos este ya estaba inconsciente pero Johnny aún lo sujetaba y castigaba.
Esquivó los sablazos, una serie de tres en las que solo se echó para atrás ladeando su cuerpo, retrocedió hasta que vió un hueco sobre el que se deslizó hacia un lateral del bandido, regalándole una potente patada lateral que aterrizó sobre su estómago. Este vomitó instantáneamente y soltó la espada, encogiéndose del dolor descuido su guardia y Johnny giró sobre si mismo, en el mismo lugar para enterrarle otra patada en la cara y mandarlo directamente al suelo. Tras ello propinó una patada al sable enviándolo lejos, produciendo un chirrido muy incomodo al raspar contra el suelo toda su trayectoria por la calle.
Escuchó las palabras de gratitud del mercader, mas no pareció importarle en aquel momento, pendiente de su tercer oponente. Un hombre con una daga que parecía pedir sangre a gritos. Este prometía ser un mayor desafío que el hombre del enorme sable, el cual aún respiraba pero no era capaz de ponerse en pie. Ambos se movían en círculos, como dos animales esperando un fallo del otro. La daga silbó en el viento en su trayectoria hacia el pecho de Goode, como si apuntase hacia el centro de la enorme 'S' que portaba. La mano izquierda de Johnny se interpuso, sujetando la muñeca a tiempo. Había hecho aquel movimiento toda su vida, navajas, facas... Una sensación nostálgica invadió a Johnny cuando su puño derecho impactaba contra el rostro del hombre con fuerza. Le impidió moverse gracias al agarre de su muñeca, y tras el potente puñetazo le encajó una serie que no parecía acabar. Como si pretendiese perforarle la cara a puñetazos este ya estaba inconsciente pero Johnny aún lo sujetaba y castigaba.
Johnny B. Goode
Hoja de personaje
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Creado por Kiros Blight Dom Nov 13, 2016 7:44 am
A pesar de que su empuje había sido efectivo y el tipo de la maza no tardó en levantarse. A esto se sumó el del hacha dañada que parecía haberse recuperado mentalmente del corte que había recibido y se sumó al ataque. Ambos se lanzaron al mismo tiempo contra Kiros, un mazazo horizontal a las costillas y un hachazo vertical dispuesto a partirle el cráneo en dos. El hachazo iba ligeramente adelantado en tempo por lo que volvió a utilizar el khopesh para realizar un tajo en el arma, partiendo el mango por la mitad y haciendo que la cabeza del hacha cayera en el suelo no muy lejos de donde Kiros se encontraba. Nada más realizar esta acción relajó todo su cuerpo y se impulsó hacia atrás manteniendo firmes únicamente las rodillas y partes inferiores. La maza golpeó su coleta mas su cuerpo ya había bajado lo suficiente para esquivar el golpe. El khopesh también se vio golpeado, haciendo que este fuera arrebatado de sus manos y cayera al suelo en una posición bastante alejada.
Su espalda impactó contra el suelo dejándolo en una posición muy vulnerable. Sin embargo no dejó ni un segundo al bandido de la maza para golpearlo, pues flexionó las piernas y se impulsó hacia atrás ayudándose un poco con los hombros. Dio una voltereta que sin duda le llenó el pelo de tierra y se colocó en posición semi-levantada, con la mano derecha y los pies como puntos de apoyo en el suelo. Gracias a la voltereta se había alejado lo suficiente del tipo de la maza pero sin darse cuenta había vuelto a aproximarse al que parecía ser el "líder" de la cuadrilla. Desenfundó el estoque alertando con este sonido a Kiros, el cual se dio la vuelta de inmediato y antepuso el puñal como forma de defensa frente a su estocada. La hoja no pudo desviarse del todo y esta rasgó su túnica y su piel en un arañazo que llegó a humedecerse en sangre.
Lanzó entonces varios cortes hacia su enemigo, buscando rebanarle el cuello para acabar el combate. Sin el khopesh tenía mucho menos alcance y aquella daga era una defensa muy pobre contra el estoque. Tras fallar los dos primeros ataques retrocedió un paso, esperando a que su oponente iniciara la contraofensiva. Un estocazo rápido directo al ojo de Kiros, que permanecía con las piernas semiflexionadas para ganar impulso. Comenzó la carrera, acercándose hasta casi ser atravesado pero justo a tiempo en el que el ataque fue detenido. Había sujetado su brazo cuando este estaba en su punto más estirado, y pivotando sobre su pierna izquierda avanzó y lanzó una puñalada sobre el brazo del bandido, un poco más abajo de la altura de la axila.
Giró sobre sí mismo entonces de forma que su ataque ganara impulso. Giró el arma sobre sus dedos para poder apuñalar en el sentido de la inercia y cuando terminó de voltearse le clavó el puñal en la espalda, a la altura del pulmón derecho, dejándola ahí fija y girándose para observar cómo se seguía desarrollando el combate. Mientras tanto, el líder de los bandidos había soltado el estoque debido al primer ataque y ahora permanecía con una rodilla clavada en el suelo, jadeando al no poder respirar con normalidad.
Su espalda impactó contra el suelo dejándolo en una posición muy vulnerable. Sin embargo no dejó ni un segundo al bandido de la maza para golpearlo, pues flexionó las piernas y se impulsó hacia atrás ayudándose un poco con los hombros. Dio una voltereta que sin duda le llenó el pelo de tierra y se colocó en posición semi-levantada, con la mano derecha y los pies como puntos de apoyo en el suelo. Gracias a la voltereta se había alejado lo suficiente del tipo de la maza pero sin darse cuenta había vuelto a aproximarse al que parecía ser el "líder" de la cuadrilla. Desenfundó el estoque alertando con este sonido a Kiros, el cual se dio la vuelta de inmediato y antepuso el puñal como forma de defensa frente a su estocada. La hoja no pudo desviarse del todo y esta rasgó su túnica y su piel en un arañazo que llegó a humedecerse en sangre.
Lanzó entonces varios cortes hacia su enemigo, buscando rebanarle el cuello para acabar el combate. Sin el khopesh tenía mucho menos alcance y aquella daga era una defensa muy pobre contra el estoque. Tras fallar los dos primeros ataques retrocedió un paso, esperando a que su oponente iniciara la contraofensiva. Un estocazo rápido directo al ojo de Kiros, que permanecía con las piernas semiflexionadas para ganar impulso. Comenzó la carrera, acercándose hasta casi ser atravesado pero justo a tiempo en el que el ataque fue detenido. Había sujetado su brazo cuando este estaba en su punto más estirado, y pivotando sobre su pierna izquierda avanzó y lanzó una puñalada sobre el brazo del bandido, un poco más abajo de la altura de la axila.
Giró sobre sí mismo entonces de forma que su ataque ganara impulso. Giró el arma sobre sus dedos para poder apuñalar en el sentido de la inercia y cuando terminó de voltearse le clavó el puñal en la espalda, a la altura del pulmón derecho, dejándola ahí fija y girándose para observar cómo se seguía desarrollando el combate. Mientras tanto, el líder de los bandidos había soltado el estoque debido al primer ataque y ahora permanecía con una rodilla clavada en el suelo, jadeando al no poder respirar con normalidad.
Kiros Blight
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Creado por Johnny B. Goode Dom Nov 13, 2016 8:14 am
El puño de Johnny parecía un martillo que no cesaba de golpear, una y otra vez. Sus ojos parecían perdido cualquier signo de humanidad, al igual que los de su víctima, los cuales se habían tornado ya blancos. En un breve parpadeo Johnny logró ver a un pequeño niño asomado tras un cristal, observando la pelea. La imagen del infante lo convenció para que dejase de ensañarse con aquel hombre, soltó su brazo y su cuerpo cayó como un saco de huesos y carne. Su daga cayó al suelo tan muerta como su antiguo portador produciendo un sonido metálico que parecía dar por finalizado el combate. Goode resopló, y sacó unas esposas de su cinturón, dio una patada al hombre que había noqueado con una patada en la cara y lo obligó a ponerse bocabajo. Lo esposó, mientras observaba al mercader batirse con el último. Este ya parecía derrotado, solo hacía falta que lo rematase, que diese el punto y final a aquella pequeña batalla.
Tomó el cuerpo del hombre que sangraba por la frente, su primera víctima, era un peso muerto que no reaccionaba. Johnny le dio un puñetazo en la cara y tras ello comprobó que tan vivo estaba, cuando se aseguró de que iba a sobrevivir también lo esposó y lanzó junto al otro esposado. Apenas podían respirar y movían sus ojos confusos, uno de ellos logró observar a Johnny a la cara desde el suelo, lleno de polvo y sangre quiso decir algo pero la bota de Goode le selló la boca y lo mandó a dormir de nuevo.
Tras ello se sentó sobre el montón de cuerpos inconscientes sin ningún tipo de contemplación y observó como se resolvía el final de aquella trifulca, intervino porque el mercader perdía en número y no aparentó ser capaz de defenderse, para sorpresa del perro. Era momento de tomarse la justicia por su propia mano.
Tomó el cuerpo del hombre que sangraba por la frente, su primera víctima, era un peso muerto que no reaccionaba. Johnny le dio un puñetazo en la cara y tras ello comprobó que tan vivo estaba, cuando se aseguró de que iba a sobrevivir también lo esposó y lanzó junto al otro esposado. Apenas podían respirar y movían sus ojos confusos, uno de ellos logró observar a Johnny a la cara desde el suelo, lleno de polvo y sangre quiso decir algo pero la bota de Goode le selló la boca y lo mandó a dormir de nuevo.
Tras ello se sentó sobre el montón de cuerpos inconscientes sin ningún tipo de contemplación y observó como se resolvía el final de aquella trifulca, intervino porque el mercader perdía en número y no aparentó ser capaz de defenderse, para sorpresa del perro. Era momento de tomarse la justicia por su propia mano.
Johnny B. Goode
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Creado por Kiros Blight Dom Nov 13, 2016 8:32 am
Con satisfacción observó los movimientos de su acompañante y cómo se desenvolvía en combate. Sonrió al verlo desatar tremenda tormenta de puñetazos sobre uno de los bandidos, un tipo delgaducho que sin duda no habría aguantado más de tres. Parecía que disfrutaba con aquello o que algo guiaba ese puño, pues el tipo llevaba ya unas cuantas rondas inconsciente y no paró hasta que se le debió cansar el brazo. Observó también sus acciones al verlo apresar a aquellos tipos, mas Kiros solo quería hundir su espada en su cuerpo y que se desangraran. Aquel pensamiento le recordó que aún quedaban dos tipos que derrotar: El de la maza, que solo había sido empujado en un principio, y el del hacha que ahora se encontraba desarmado. Por ello arrancó la daga de la espalda del líder de los bandidos y se dirigió hacia su Khopesh, tomándolo del suelo al tiempo que el tipo de la maza trataba de matarlo. Nada más tomar su arma y sin siquiera levantarse de su posición agachada ejecutó un corte horizontal que le rebanó las tripas al bandido, haciendo que cayera al suelo tras unos segundos.
Invadido por el miedo, el del hacha (o mejor dicho, el tipo cuya arma se había roto) salió corriendo para ponerse a salvo. Kiros sabía que las posibilidades de clavarle el cuchillo mientras corría eran muy pequeñas, sobretodo por la peculiar forma del mismo. Arrugó el morro dejándole escapar mientras se levantaba y se limpiaba los pantalones. Enfundó el khopesh para esto, mirando de reojo la herida de su brazo para asegurarse de que no fuera seria. —Muchas gracias por tu ayuda, desconocido. No estoy seguro de que yo solo hubiera podido salir con vida de esta. Mi nombre es Kiros Blight, soy mercader, y tienes mi agradecimiento.— le indicó. Quería ver de qué pie cojeaba antes de pedirle nada: Si lo había hecho por su sentido de la justicia, si era un marine, si estaba esperando que le recompensara económicamente... Había algunas partes que podía controlar pero otras no, por lo que le dejaría ver su reacción.
—Ah, vaya modales. Casi dejo el trabajo a medias.— mencionaría acercándose de nuevo al que era líder de aquellos bandidos y alzó el brazo por encima de su cabeza con el puñal apuntando al suelo. Su intención era, claramente, matarlo por haberle asaltado y herido. No sería el único en morir pues aunque aquel luchador desconocido hubiera atrapado a dos Kiros había matado a tres por lo menos. ¿Y lo mejor de todo esto? Que era absolutamente legal hacerlo en defensa propia contra unos bandidos de tres al cuarto.
Invadido por el miedo, el del hacha (o mejor dicho, el tipo cuya arma se había roto) salió corriendo para ponerse a salvo. Kiros sabía que las posibilidades de clavarle el cuchillo mientras corría eran muy pequeñas, sobretodo por la peculiar forma del mismo. Arrugó el morro dejándole escapar mientras se levantaba y se limpiaba los pantalones. Enfundó el khopesh para esto, mirando de reojo la herida de su brazo para asegurarse de que no fuera seria. —Muchas gracias por tu ayuda, desconocido. No estoy seguro de que yo solo hubiera podido salir con vida de esta. Mi nombre es Kiros Blight, soy mercader, y tienes mi agradecimiento.— le indicó. Quería ver de qué pie cojeaba antes de pedirle nada: Si lo había hecho por su sentido de la justicia, si era un marine, si estaba esperando que le recompensara económicamente... Había algunas partes que podía controlar pero otras no, por lo que le dejaría ver su reacción.
—Ah, vaya modales. Casi dejo el trabajo a medias.— mencionaría acercándose de nuevo al que era líder de aquellos bandidos y alzó el brazo por encima de su cabeza con el puñal apuntando al suelo. Su intención era, claramente, matarlo por haberle asaltado y herido. No sería el único en morir pues aunque aquel luchador desconocido hubiera atrapado a dos Kiros había matado a tres por lo menos. ¿Y lo mejor de todo esto? Que era absolutamente legal hacerlo en defensa propia contra unos bandidos de tres al cuarto.
Kiros Blight
Hoja de personaje
Nivel:
(6/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Johnny B. Goode Dom Nov 13, 2016 9:10 am
Sus manos se desenfundaron de sus guantes, estos no eran más que de un uso estético y para mantener un mayor agarre sobre cualquier cosa. No le gustaban los guantes ni los mitones reforzados, un puño así no crece. El puño desnudo es que logra crecer y reducir cualquier roca a añicos. Lección de vida, insuflada por su propia experiencia y reafirmada por su difunto maestro. Johnny se observó los nudillos, apenas inflamados pese al festival de puñetazos que le había encajado al muerto en la cara. No le dolía quitarle la vida a un hombre si ese hombre pretendía quitársela a el con tan poca contemplación, aquel tipo de escoria no merecía ser reformada. Creía en las segundas oportunidades, pero no las concedía, no era misericordioso ni un dios, solo un humano lleno de rabia e ira.
Se fijó en la peculiar manera en la que se movía el pelinegro, como hacía del hombre una piñata de entrañas en un simple movimiento. Johnny observó la escena impasible, fijándose en los detalles; como quien observa una obra teatral y para más tarde imitarla. No era una persona de utilizar armas, pero observar lo había llevado a mejorar sus reflejos. Algo que incorporaría a su ‘entrenamiento con sombras’. Una de las ratas inició una carrera para salvar su vida, la bota de Johnny se afianzó rápidamente al suelo cuando se percató de que el mercader no tenía intención de ir tras el. Pero la aguda vista de Johnny vislumbró un pequeño cuerpo de la autoridad local que hacía aparición en la lejanía, había sangre en sus calles, no iban a dejar a aquel hombre escapar, mas les valía. El joven enfundó su cimitarra circular, no parecía exhausto pese a lo cerca que había estado de morir y la herida que comprobaba. Escuchó su nombre, su oficio, y nuevamente sus agradecimientos. Johnny no hizo más que volver a resoplar, y mirar el pequeño charco rojo con el que regaban el suelo.
- Johnny B. Goode, cazarrecompensas – Dijo introduciéndose a Kiros. Lo observó fijamente a los ojos cuando este, simultáneamente pretendía rematar al cabecilla. A Goode no le importaba, era la rata jefe, aquella a la que había que erradicar, si es que había más ya se encargaría de sacárselo a los otros dos. Sus ojos quedaron clavados en los orbes del mercader, se asemejaban a claros rubíes. Se decía que la mirada que un hombre poseía en el momento de arrebatarle la vida a otro hablaba sobre su alma. - Adelante – Comentó levantándose del montón de cuerpos, interesado en el mercader.
Se fijó en la peculiar manera en la que se movía el pelinegro, como hacía del hombre una piñata de entrañas en un simple movimiento. Johnny observó la escena impasible, fijándose en los detalles; como quien observa una obra teatral y para más tarde imitarla. No era una persona de utilizar armas, pero observar lo había llevado a mejorar sus reflejos. Algo que incorporaría a su ‘entrenamiento con sombras’. Una de las ratas inició una carrera para salvar su vida, la bota de Johnny se afianzó rápidamente al suelo cuando se percató de que el mercader no tenía intención de ir tras el. Pero la aguda vista de Johnny vislumbró un pequeño cuerpo de la autoridad local que hacía aparición en la lejanía, había sangre en sus calles, no iban a dejar a aquel hombre escapar, mas les valía. El joven enfundó su cimitarra circular, no parecía exhausto pese a lo cerca que había estado de morir y la herida que comprobaba. Escuchó su nombre, su oficio, y nuevamente sus agradecimientos. Johnny no hizo más que volver a resoplar, y mirar el pequeño charco rojo con el que regaban el suelo.
- Johnny B. Goode, cazarrecompensas – Dijo introduciéndose a Kiros. Lo observó fijamente a los ojos cuando este, simultáneamente pretendía rematar al cabecilla. A Goode no le importaba, era la rata jefe, aquella a la que había que erradicar, si es que había más ya se encargaría de sacárselo a los otros dos. Sus ojos quedaron clavados en los orbes del mercader, se asemejaban a claros rubíes. Se decía que la mirada que un hombre poseía en el momento de arrebatarle la vida a otro hablaba sobre su alma. - Adelante – Comentó levantándose del montón de cuerpos, interesado en el mercader.
Johnny B. Goode
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Kiros Blight Dom Nov 13, 2016 10:06 am
Por alguna razón esperó a que el hombre le diera permiso para hacerlo. En parte era porque viendo que había atrapado a dos de ellos le lanzaba una pregunta del tipo "¿quieres a este también con vida?". Sin embargo lo que más le importaba era la razón que le daría si le detenía, y al no haberlo hecho solo dejaba dos cosas claras: Que aquellos tipos no valían para nada y que el que le había ayudado no se escandalizaba al ver sangre. Y eso era una cualidad valiosa, sobretodo si él también podía arrebatar vidas como Kiros estaba haciendo. —¡Espera, por favor, no! ¡Tengo...!— trató de hablar el bandido, pero el cuchillo clavó en su bulbo raquídeo con fuerza como si se tratara de un melón. Los ojos se le pusieron en blanco y su cuerpo cayó al suelo en el momento en el que Kiros soltó el pelo de su cabeza. No pudo evitar que sus ojos relucieran con satisfacción, devolviéndole la mira a aquel que se había presentado como Johnny.
Escuchó algo de alboroto en la calle de abajo así que supuso que habían atrapado al tipo que había salido corriendo. Limpió la daga en la ropa de aquel tipo y la guardó en su funda con algo de desagrado. No es que le diera asco la sangre pero iba a tener que limpiarlo a conciencia más tarde. —Es un gusto conocerte, mister Goode.— le diría mirándolo con curiosidad. —¿Acaso estos bandidos tenían una recompensa sobre su cabeza? Bueno, si es así como señal de agradecimiento puedes llevártelos todos.— ofreció mientras terminaba de arreglarse tras el combate. —Me pregunto si hay alguna forma de recompensarte por tu protección...— no quería que la conversación terminara ahí y aquel fuera un suceso que a nadie más le importara. Aquel tipo valía y Kiros creía haber visto algo en él, algo que podría utilizar.
Varios pasos se escucharon de la calle por la que el bandido había tratado de huir, al parecer la guardia de la ciudad por fin había hecho algo. Cuando llegaran se iban a encontrar con un espectáculo de sangre y muerte, pero no tenía nada de qué preocuparse si esos tipos eran bandidos desconocidos. Suspiró con fuerza dejando escapar el aire de sus pulmones, como si hubiera estado muy concentrado hasta aquel momento para no demostrar su cansancio. Había sido un combate corto pero su respiración se había agitado. Logró ignorar el escozor punzante del brazo un poco más, no le importaba parecer débil -de hecho le parecía bien en esta situación- pero tampoco quería parecerlo demasiado. Varios hombres llegaron hasta el lugar y parecían sorprendidos, pero esperaría a que les preguntaran algo o a que su compañero le contestara para poder indicarles a los guardias qué había pasado.
Escuchó algo de alboroto en la calle de abajo así que supuso que habían atrapado al tipo que había salido corriendo. Limpió la daga en la ropa de aquel tipo y la guardó en su funda con algo de desagrado. No es que le diera asco la sangre pero iba a tener que limpiarlo a conciencia más tarde. —Es un gusto conocerte, mister Goode.— le diría mirándolo con curiosidad. —¿Acaso estos bandidos tenían una recompensa sobre su cabeza? Bueno, si es así como señal de agradecimiento puedes llevártelos todos.— ofreció mientras terminaba de arreglarse tras el combate. —Me pregunto si hay alguna forma de recompensarte por tu protección...— no quería que la conversación terminara ahí y aquel fuera un suceso que a nadie más le importara. Aquel tipo valía y Kiros creía haber visto algo en él, algo que podría utilizar.
Varios pasos se escucharon de la calle por la que el bandido había tratado de huir, al parecer la guardia de la ciudad por fin había hecho algo. Cuando llegaran se iban a encontrar con un espectáculo de sangre y muerte, pero no tenía nada de qué preocuparse si esos tipos eran bandidos desconocidos. Suspiró con fuerza dejando escapar el aire de sus pulmones, como si hubiera estado muy concentrado hasta aquel momento para no demostrar su cansancio. Había sido un combate corto pero su respiración se había agitado. Logró ignorar el escozor punzante del brazo un poco más, no le importaba parecer débil -de hecho le parecía bien en esta situación- pero tampoco quería parecerlo demasiado. Varios hombres llegaron hasta el lugar y parecían sorprendidos, pero esperaría a que les preguntaran algo o a que su compañero le contestara para poder indicarles a los guardias qué había pasado.
Kiros Blight
Hoja de personaje
Nivel:
(6/100)
Haki:
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