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Creado por Johnny B. Goode Sáb Nov 12, 2016 8:04 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Los puros e impecables rayos del sol golpearon el rostro del joven Goode. Sus ojos se entreabrieron lentamente y su respiración siguió siendo pausada, aun cuando se percató de que las cortinas azul sedoso que bordaban la ventana no eran del tipo de habitación que normalmente se permitía. Sintió una pequeña caricia fría en su nuca, y sus manos reaccionaron lentas, tranquilas mientras se encontraba tendido en esa cama. Palpó el cuerpo que tenia junto a el y tras sus manos su cabeza giró, observando a la chica con la que había pasado la noche.
– Johnny... - Dijo esta con un tono suave mientras el moreno observaba el techo, dejando que esta se acurrucase mas a su lado. - ¿Que significa la B de tu nombre? Preguntó, arrastrando la pregunta con tono de intriga. Johnny no parecía estar dispuesto a responder, siquiera parecía dispuesto a existir, habia abandonado su cuerpo. Esta volvio a acariciarlo bajo las sabanas y este finalmente giro su rostro para observarla a los ojos. - Bandido -. Respondio con tono serio. - ¿En serio? - Preguntó sorprendida. - No, la B significa... Lo que tu quieras que signifique, dime. - Bromeó provocando que esta acercase las cejas. - B de... Burro Dijo a modo de venganza. Johnny parpadeo un par de veces y sacó un pie de la cama. - B de Bueno, ha sido un placer conocerte. - Comentó mientras se vestía.
Una hora después se podía ver al joven Goode pasear con un trozo de queso en la mano. Le gustaba aquella ciudad, tan blanca, con vida, rebosante de oportunidades... Demasiado buena para el, quizá si dejase de ser tan autocrítico podría quedarse. Pero no se asentaría en ningun lugar, no hasta que cumpliese sus metas. Y en una improvisada divagación existencial su paseo se prolongó, dejando a un lado su tarea de dar con un grupo de asaltantes de mercaderes, nadie habia puesto precio por ellos aún, y no le urgía tampoco lanzarse pronto a su busqueda.
Los puros e impecables rayos del sol golpearon el rostro del joven Goode. Sus ojos se entreabrieron lentamente y su respiración siguió siendo pausada, aun cuando se percató de que las cortinas azul sedoso que bordaban la ventana no eran del tipo de habitación que normalmente se permitía. Sintió una pequeña caricia fría en su nuca, y sus manos reaccionaron lentas, tranquilas mientras se encontraba tendido en esa cama. Palpó el cuerpo que tenia junto a el y tras sus manos su cabeza giró, observando a la chica con la que había pasado la noche.
– Johnny... - Dijo esta con un tono suave mientras el moreno observaba el techo, dejando que esta se acurrucase mas a su lado. - ¿Que significa la B de tu nombre? Preguntó, arrastrando la pregunta con tono de intriga. Johnny no parecía estar dispuesto a responder, siquiera parecía dispuesto a existir, habia abandonado su cuerpo. Esta volvio a acariciarlo bajo las sabanas y este finalmente giro su rostro para observarla a los ojos. - Bandido -. Respondio con tono serio. - ¿En serio? - Preguntó sorprendida. - No, la B significa... Lo que tu quieras que signifique, dime. - Bromeó provocando que esta acercase las cejas. - B de... Burro Dijo a modo de venganza. Johnny parpadeo un par de veces y sacó un pie de la cama. - B de Bueno, ha sido un placer conocerte. - Comentó mientras se vestía.
Una hora después se podía ver al joven Goode pasear con un trozo de queso en la mano. Le gustaba aquella ciudad, tan blanca, con vida, rebosante de oportunidades... Demasiado buena para el, quizá si dejase de ser tan autocrítico podría quedarse. Pero no se asentaría en ningun lugar, no hasta que cumpliese sus metas. Y en una improvisada divagación existencial su paseo se prolongó, dejando a un lado su tarea de dar con un grupo de asaltantes de mercaderes, nadie habia puesto precio por ellos aún, y no le urgía tampoco lanzarse pronto a su busqueda.
Johnny B. Goode
Hoja de personaje
Nivel:
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Creado por Johnny B. Goode Dom Nov 13, 2016 10:46 am
No había mucha diferencia entre los matices de la sangre y los ojos de Kiros, podía decirse que el iris de este parecía alimentarse de ver la hemoglobina fluir. Fue una estocada limpia, cruda y rudimental al mismo tiempo, el mercader no parecía ser tan indefenso como procuraba aparentar. Sus ojos hablaron por el, Johnny vió algo en su alma que había visto en muchas otras, pero esta guardaba una misteriosa oscuridad que el propio Goode no debía conocer, no aún. – Lo mismo digo, Blight – Respondió en su pretensión por ser cordial. Observó los cuerpos amontonados en el suelo y no demoró en responder a la pregunta del hombre ojos carmesí. – No, no la tenían. Tampoco esperaba a que la tuviesen, de lo contrario, habría dejado que te rajasen – Añadió con voz tosca, mientras veía aparecer a los cuerpos de seguridad, los cuales interrumpían el nuevo comentario del pelinegro.
Estos alzaban sus armas contra Johnny, el mercader herido no parecía ser el foco de su atención. - Eh, soy de los buenos – Dijo quitándose las gafas de sol y alzando las manos ligeramente, en muestra de posición pacífica mientras registraban los cuerpos. - ¿Quién eres y que haces aquí? – Inquirió el que parecía ser el líder. - Johnny B. Goode, cazarrecompensas y… guardaespaldas de este joven mercader. Caminábamos por vuestra no tan segura ciudad cuando nos asaltaron, el resultado lo podéis ver vosotros mismos.- Respondió con total naturalidad. Goode prefería no levantar sospechas ni recibir más preguntas, astuto como siempre, prefirió mentir y declararse guardaespaldas de un indefenso mercader; alguien que le partía la cara a tres hombres armados por querer servir a la justicia era una persona más sospechosa y falta de razones que un ratero cualquiera ante los ojos de la ‘autoridad’.
Johnny movió su rostro para observar a Kiros, estaba seguro de que este aceptaría mentir y confirmar su tapadera. No era para nada una gran petición, y además, parecía que estaban a punto de comenzar a negociar algo, ¿Qué mejor manera de comenzar aquella relación?
Estos alzaban sus armas contra Johnny, el mercader herido no parecía ser el foco de su atención. - Eh, soy de los buenos – Dijo quitándose las gafas de sol y alzando las manos ligeramente, en muestra de posición pacífica mientras registraban los cuerpos. - ¿Quién eres y que haces aquí? – Inquirió el que parecía ser el líder. - Johnny B. Goode, cazarrecompensas y… guardaespaldas de este joven mercader. Caminábamos por vuestra no tan segura ciudad cuando nos asaltaron, el resultado lo podéis ver vosotros mismos.- Respondió con total naturalidad. Goode prefería no levantar sospechas ni recibir más preguntas, astuto como siempre, prefirió mentir y declararse guardaespaldas de un indefenso mercader; alguien que le partía la cara a tres hombres armados por querer servir a la justicia era una persona más sospechosa y falta de razones que un ratero cualquiera ante los ojos de la ‘autoridad’.
Johnny movió su rostro para observar a Kiros, estaba seguro de que este aceptaría mentir y confirmar su tapadera. No era para nada una gran petición, y además, parecía que estaban a punto de comenzar a negociar algo, ¿Qué mejor manera de comenzar aquella relación?
Johnny B. Goode
Hoja de personaje
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Creado por Kiros Blight Dom Nov 13, 2016 11:08 am
Mostró una sonrisa cuando escuchó las palabras de Johnny sin tener mucho tiempo para pensar en una respuesta. Los cuerpos de seguridad de aquella nación aparecieron como si fueran a salvar la situación aunque la realidad era que llegaban muy tarde. Dejó que fuera él quien hablara tal y como había planeado, viéndose agradado por la respuesta que dio. No le importaba mentir a las fuerzas de la ley y eso era otro punto importante. Todavía no iba a depositar toda su confianza en él, claro que no, pero podía ser un recurso valioso en un futuro. Kiros tendría que afrontar muchos peligros en su camino a convertirse en un gran mercader que abarcara todos los mares del mundo, y sin duda iba a necesitar personas de confianza. No marineros ni timoneles como los que tenía ahora, sino personas en las que pudiera confiar su vida.
Al ver la tensión en el rostro de los guardias que lo miraban esperando una confirmación, Kiros mantuvo la expresión seria y confirmó la tapadera de su compañero. —Así es, caballeros. Un hombre de negocios no puede viajar sin protección en estos días. Esta escoria por poco se lleva todo el dinero que he venido a gastar a esta ciudad, lo cual dice mucho de la seguridad que hay por aquí. Pueden empezar con su trabajo, veré si encuentro las ganas de seguir gastándome el dinero por aquí o me voy a otra parte.— expresó con tono rimbombante e incluso algo malhumorado, pero si alzar la voz. Se llevó la mano al brazo para que se fijaran en la sangre de su brazo, teniendo al momento varias disculpas por parte de los guardias. A nadie le interesa que su ciudad pierda dinero por algo que has hecho mal, y esos hombres lo sabían.
Tras aproximadamente un minuto de disculpas los hombres empezaron a organizarse para llevarse los cuerpos. Lo que hicieran con los que quedaran vivos era indiferente para él, simplemente se dio la vuelta sobre sus talones y se dirigió hacia el interior de la ciudad. Le indicó con un gesto de cabeza a Johnny que lo acompañara pues no quería hablar tan cerca de la gente aunque no fuera a proponerle nada ilegal. —Soy un hombre de negocios, y se reconocer algo valioso cuando lo vea.— comenzó diciendo mirándole de reojo mientras caminaba. —Te ofrezco que me ayudes en mis rutas comerciales. No será siempre, no será un trabajo fijo, pero te pagará por cada vez que me ayudes de ahora en adelante. Podrás trabajar como "guardaespaldas" de verdad y me aseguraré de pagarte lo suficiente para que ambos salgamos beneficiados.— se detuvo en seco para mirarle mientras esperaba una respuesta. Estaba claro que le había llamado la atención por su forma de combatir, su carencia de piedad con esos bandidos y ese resquicio de oscuridad que creía haber visto en él. Si aceptaba, lo iría evaluando para comprobar si en realidad era tan oscuro por dentro como Kiros y de ser así le haría un hueco en su personal como guardaespaldas.
Al ver la tensión en el rostro de los guardias que lo miraban esperando una confirmación, Kiros mantuvo la expresión seria y confirmó la tapadera de su compañero. —Así es, caballeros. Un hombre de negocios no puede viajar sin protección en estos días. Esta escoria por poco se lleva todo el dinero que he venido a gastar a esta ciudad, lo cual dice mucho de la seguridad que hay por aquí. Pueden empezar con su trabajo, veré si encuentro las ganas de seguir gastándome el dinero por aquí o me voy a otra parte.— expresó con tono rimbombante e incluso algo malhumorado, pero si alzar la voz. Se llevó la mano al brazo para que se fijaran en la sangre de su brazo, teniendo al momento varias disculpas por parte de los guardias. A nadie le interesa que su ciudad pierda dinero por algo que has hecho mal, y esos hombres lo sabían.
Tras aproximadamente un minuto de disculpas los hombres empezaron a organizarse para llevarse los cuerpos. Lo que hicieran con los que quedaran vivos era indiferente para él, simplemente se dio la vuelta sobre sus talones y se dirigió hacia el interior de la ciudad. Le indicó con un gesto de cabeza a Johnny que lo acompañara pues no quería hablar tan cerca de la gente aunque no fuera a proponerle nada ilegal. —Soy un hombre de negocios, y se reconocer algo valioso cuando lo vea.— comenzó diciendo mirándole de reojo mientras caminaba. —Te ofrezco que me ayudes en mis rutas comerciales. No será siempre, no será un trabajo fijo, pero te pagará por cada vez que me ayudes de ahora en adelante. Podrás trabajar como "guardaespaldas" de verdad y me aseguraré de pagarte lo suficiente para que ambos salgamos beneficiados.— se detuvo en seco para mirarle mientras esperaba una respuesta. Estaba claro que le había llamado la atención por su forma de combatir, su carencia de piedad con esos bandidos y ese resquicio de oscuridad que creía haber visto en él. Si aceptaba, lo iría evaluando para comprobar si en realidad era tan oscuro por dentro como Kiros y de ser así le haría un hueco en su personal como guardaespaldas.
Kiros Blight
Hoja de personaje
Nivel:
(6/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Johnny B. Goode Dom Nov 13, 2016 12:33 pm
La sonrisa pícara de Johnny no dejaba de ser algo latente en su rostro, no reparó en ello hasta que comenzaron a cachearlo, entonces apartó de un manotazo al guardia que intentó tocar su chaqueta de cuero. Aquello era algo sagrado para Goode, podías escupirle en la cara o romperle la guitarra pero nunca toques la chaqueta de Johnny con las manos sucias, y menos aún con la intención de registrarla. Este hecho quedó eclipsado por las palabras del mercader, el que dio testimonio sobre las palabras de Johnny, haciéndolas verídicas. Goode sonreía, el como sus apariencias lo convertían rápidamente en sospechoso y un testimonio de un ‘hombre aparentemente legal’ lo liberaba rápidamente. Se desenvolvía bien con su lengua, era un mercader, y por como actuaba parecía ser de los buenos. En aquel momento fue en el que Johnny se fijó más en sus vestimentas, las cuales hacían juego con la cimitarra, parecía de Arabasta. Cuna de muchos mercaderes y bailarinas exóticas, sí, Johnny solo quería una buena bailarina exótica de Arabasta.
Goode se despidió con una mirada de los tipos a los que había sacudido, dispuesto a seguir al mercader. No iba a pasar por alto que se llevaban sus esposas y que no iban a poder abrirlas sin sus llaves, además, tenía que forzarles a darle algo a cambio. Era fuerte, pero pobre, y uno no se encontraba aquel tipo de esposas bajo las piedras, designadas para llevar piratas peligrosos. Sus pasos acompañaron a Kiros, lo observaba de la misma manera que el lo hacia hacia su persona, como estuviesen hechos de la misma pasta. Escuchó su oferta, y pese a su expresión pasiva se encontraba bastante pensativo.
Johnny no era de viajar acompañado, de hecho, no deseaba anclarse a nadie. Pero era temporal, parecía pagar bien y lo mejor de todo; navegaría sobre un cebo de piratas. Le vendría bien por una buena temporada, no había pegas que Goode pudiese poner. Simple y eficaz razonamiento, lo llevó a tender la mano hacia el mercader sin decir nada más. -De acuerdo, pero yo tengo mi manera de hacer las cosas, Kiros -. Su mano estaba lista para estrechar la del homólogo con fuerza, su mirada parecía querer perforar la del hombre que le ofrecía empleo, como si lo desafiase. Rara naturaleza la de aquel hombre.
Goode se despidió con una mirada de los tipos a los que había sacudido, dispuesto a seguir al mercader. No iba a pasar por alto que se llevaban sus esposas y que no iban a poder abrirlas sin sus llaves, además, tenía que forzarles a darle algo a cambio. Era fuerte, pero pobre, y uno no se encontraba aquel tipo de esposas bajo las piedras, designadas para llevar piratas peligrosos. Sus pasos acompañaron a Kiros, lo observaba de la misma manera que el lo hacia hacia su persona, como estuviesen hechos de la misma pasta. Escuchó su oferta, y pese a su expresión pasiva se encontraba bastante pensativo.
Johnny no era de viajar acompañado, de hecho, no deseaba anclarse a nadie. Pero era temporal, parecía pagar bien y lo mejor de todo; navegaría sobre un cebo de piratas. Le vendría bien por una buena temporada, no había pegas que Goode pudiese poner. Simple y eficaz razonamiento, lo llevó a tender la mano hacia el mercader sin decir nada más. -De acuerdo, pero yo tengo mi manera de hacer las cosas, Kiros -. Su mano estaba lista para estrechar la del homólogo con fuerza, su mirada parecía querer perforar la del hombre que le ofrecía empleo, como si lo desafiase. Rara naturaleza la de aquel hombre.
Johnny B. Goode
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(1/100)
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Creado por Kiros Blight Dom Nov 13, 2016 1:44 pm
Se sentía cómodo cerca de Johnny, no porque estuviera seguro sino porque sentía que podía tener una relación de igual a igual, entre hombres. No era el típico luchador que no respetaba a nadie y se creía por encima de los demás, sino que tenía la sensación de que lo trataba con respeto. Un respeto mutuo que era difícil de encontrar y que era muy valorado por alguien como Kiros tanto en el mundo comercial como en la defensa de su vida. Trató de encontrar algún ápice de esa oscuridad que quería encontrar dentro de él pero su rostro era bastante neutral, lo cual no tenía por qué ser algo malo. Si podía controlar esa rabia que había tenido al golpear repetidas veces al bandido significaba más seguridad para él, pues no sería objetivo de sus puñetazos.
Escuchó sus palabras con satisfacción. Tenían carácter y eso era lo que necesitaba del puesto al que le quería designar. Una persona capaz de pensar por sí mismo, que no estuviera vinculado directamente con Kiros hasta que llegara a confiar completamente en él. Si podía tomar sus propias decisiones podría convencerlo para que se decantara a su favor, ya fuera haciéndole creer que era lo mejor o dándole dinero y reliquias. Aún quedaba un largo camino para ello pero Kiros podía ver el inicio de una relación con buenas vistas de futuro. Se aseguraría de que se hiciera fuerte, de que siguiera viviendo, y lo llevaría consigo a las rutas más peligrosas, a las transacciones más arriesgadas y a las búsquedas de tesoros únicos. Pero primero tenía que confiar en él, y aquellas misiones serían su prueba.
—Mientras realices el acto por el que te he contratado recibirás la paga. Me da igual de qué forma lo hagas, siempre que no suponga un peligro para mí o mi gente.— le indicó. Quería dejar claro que podía matar o capturar a todos los tipos que se pusieran en su camino, pero si hacía algo ilegal no solo no le pagaría sino que lo dejaría a su suerte. Al menos que Kiros le hubiera pedido que hiciera esa cosa ilegal y él hubiera aceptado, claro. Kiros sabe recompensar a los que cumplen lo que pide y cuidar de los que lo intentaron pero no lo consiguieron. No descartaría a un buen soldado por haber hecho una sola cosa mal... Pero si lo metía en problemas por su propia cuenta no movería ni un solo dedo por él.
Alzó la mano y la estrechó con la de su nuevo socio. Ambos entendían lo que ese apretón conllevaba y Kiros no era un hombre que faltara su palabra. Las relaciones comerciales basadas en mentiras eran inestables y lo mismo pasaba con cualquier otra cosa. Por eso no le mentiría, sino que le encargaría cosas cada vez más oscuras para ver dónde Johnny trazaba la línea de lo que está y lo que no está dispuesto a hacer. Depende de donde se plantara le ofrecería un puesto permanente y pagado en su barco o dejaría que fuera el destino el que los volviera a encontrar.
Escuchó sus palabras con satisfacción. Tenían carácter y eso era lo que necesitaba del puesto al que le quería designar. Una persona capaz de pensar por sí mismo, que no estuviera vinculado directamente con Kiros hasta que llegara a confiar completamente en él. Si podía tomar sus propias decisiones podría convencerlo para que se decantara a su favor, ya fuera haciéndole creer que era lo mejor o dándole dinero y reliquias. Aún quedaba un largo camino para ello pero Kiros podía ver el inicio de una relación con buenas vistas de futuro. Se aseguraría de que se hiciera fuerte, de que siguiera viviendo, y lo llevaría consigo a las rutas más peligrosas, a las transacciones más arriesgadas y a las búsquedas de tesoros únicos. Pero primero tenía que confiar en él, y aquellas misiones serían su prueba.
—Mientras realices el acto por el que te he contratado recibirás la paga. Me da igual de qué forma lo hagas, siempre que no suponga un peligro para mí o mi gente.— le indicó. Quería dejar claro que podía matar o capturar a todos los tipos que se pusieran en su camino, pero si hacía algo ilegal no solo no le pagaría sino que lo dejaría a su suerte. Al menos que Kiros le hubiera pedido que hiciera esa cosa ilegal y él hubiera aceptado, claro. Kiros sabe recompensar a los que cumplen lo que pide y cuidar de los que lo intentaron pero no lo consiguieron. No descartaría a un buen soldado por haber hecho una sola cosa mal... Pero si lo metía en problemas por su propia cuenta no movería ni un solo dedo por él.
Alzó la mano y la estrechó con la de su nuevo socio. Ambos entendían lo que ese apretón conllevaba y Kiros no era un hombre que faltara su palabra. Las relaciones comerciales basadas en mentiras eran inestables y lo mismo pasaba con cualquier otra cosa. Por eso no le mentiría, sino que le encargaría cosas cada vez más oscuras para ver dónde Johnny trazaba la línea de lo que está y lo que no está dispuesto a hacer. Depende de donde se plantara le ofrecería un puesto permanente y pagado en su barco o dejaría que fuera el destino el que los volviera a encontrar.
Kiros Blight
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