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Creado por Ryder Bolt Miér Feb 10, 2016 9:10 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Ryder adoraba los gritos de alguien, era música para sus oídos, desde ya hacia unos cuantos años vagaba por la superficie del mar buscando que hacer se había unido a la revolución, solo por que escucho en el fondo del mar historias que decían, sobre que estos intentaban derrocar y quitar del poder aquellos que eran los responsables por la esclavitud de sus hermanos de raza y sobre aquellos que estaban habitando el lugar donde el nacido, sentía desprecio por esos seres y haría lo necesario para poder lograr destruirlos y mas aun, incluso si era posible esclavizarlos y luego jugar con sus vidas, como ellos habían hecho con incontables gyiojines y ningyos, pero algo le llamo su atención o mas bien lo trajo a la realidad un grito humano desgarrador de dolor, bajo su vista encontrándose con una mujer que lloraba gran cantidad de lagrimas y estaba casi perdiendo la conciencia girando sus ojos de dolor, se encontraba en el puerto y estaba sentado sobre uno de los cajones mientras su su pierna izquierda estaba sobre el vientre de la mujer y con sus manos había terminado de dislocar el brazo de la chica, tenia intención de arrancarlo como si nunca perteneciera a aquel lugar.
Se encontraba en una de las extensiones del puerto, estaba completamente rodeado de agua a excepción de su derecha que era por donde se podía acceder al lugar, no habían barcos atracados en aquel lugar ni tampoco muchos civiles ya estos corrían de miedo, lo que le dejaba ver claramente quien era que se podía acercar a el, ya que se encontraba totalmente de espalda para el mar, termino de arrancar el brazo de la mujer como si no fuera mas que papel y sonrió levemente mostrando todos sus dientes de tiburón y llevando aquella mano que chorreaba sangre por una de las extremidades hacia su boca, observando su entorno nada podría acercarse a menos de veinte metros sin ser visto por el tiburón que ahora disfrutaba de su almuerzo. a su caja a la derecha tenia un bastón el cual estaba pronto para que el lo tomara y sobre sus ropas llevaba el Nunchaku que nunca se separaba de el.
Ryder adoraba los gritos de alguien, era música para sus oídos, desde ya hacia unos cuantos años vagaba por la superficie del mar buscando que hacer se había unido a la revolución, solo por que escucho en el fondo del mar historias que decían, sobre que estos intentaban derrocar y quitar del poder aquellos que eran los responsables por la esclavitud de sus hermanos de raza y sobre aquellos que estaban habitando el lugar donde el nacido, sentía desprecio por esos seres y haría lo necesario para poder lograr destruirlos y mas aun, incluso si era posible esclavizarlos y luego jugar con sus vidas, como ellos habían hecho con incontables gyiojines y ningyos, pero algo le llamo su atención o mas bien lo trajo a la realidad un grito humano desgarrador de dolor, bajo su vista encontrándose con una mujer que lloraba gran cantidad de lagrimas y estaba casi perdiendo la conciencia girando sus ojos de dolor, se encontraba en el puerto y estaba sentado sobre uno de los cajones mientras su su pierna izquierda estaba sobre el vientre de la mujer y con sus manos había terminado de dislocar el brazo de la chica, tenia intención de arrancarlo como si nunca perteneciera a aquel lugar.
Se encontraba en una de las extensiones del puerto, estaba completamente rodeado de agua a excepción de su derecha que era por donde se podía acceder al lugar, no habían barcos atracados en aquel lugar ni tampoco muchos civiles ya estos corrían de miedo, lo que le dejaba ver claramente quien era que se podía acercar a el, ya que se encontraba totalmente de espalda para el mar, termino de arrancar el brazo de la mujer como si no fuera mas que papel y sonrió levemente mostrando todos sus dientes de tiburón y llevando aquella mano que chorreaba sangre por una de las extremidades hacia su boca, observando su entorno nada podría acercarse a menos de veinte metros sin ser visto por el tiburón que ahora disfrutaba de su almuerzo. a su caja a la derecha tenia un bastón el cual estaba pronto para que el lo tomara y sobre sus ropas llevaba el Nunchaku que nunca se separaba de el.
Ryder Bolt
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Creado por Molpe Ligeia Vie Feb 12, 2016 6:01 pm
Después de haber merodeado por toda la orilla de la isla estaba en búsqueda de uno de esos barcos pesqueros que tendían a tener cosas brillantes en sus redes, el puerto estaba lleno de varios barcos mercantes mas ninguno pesquero.. Parecía que hasta ahora ninguno había llegado.. Elevo un poco su cabeza sacando apenas si sus ojos observando por sobre encima del nivel del mar… ¿Qué pasaba? ¿Por qué había tanto alboroto?.. El aliento se le fue cuando observó a un gyojin de.. ¿Tiburón? ¡Está tirando de una pobre humana! Molpe se alteró de una manera que no podría ser descrita. Se le humedecieron los ojos apenas si escuchó las súplicas de la joven y la rabia comenzó a hacerse presente hirviéndole la sangre… Apretó la mandíbula y sin dudar más elevó aquel imponente cuerpo sacando su torso mostrando parte de su altura, nada más y nada menos cinco metros de alto. - ¡ATRÁS BICHO! - Gritó a todo pulmón para llamar su atención y aturdirlo, elevó su mano derecha expandiéndola totalmente y sin dúdalo tiró un brutal manotazo al tiburón para buscar que este saliera volando hacia los adentros de la ciudad a estrellarse con lo primero que encontrara a su paso y alejarlo totalmente de ella.
Si aquello resultaba, tomaría con sumo cuidado el frágil cuerpo de aquella joven con su mano libre, comenzando a sollozar mientras la veía. - ¿Estás bien?..- murmuraba entre suaves murmuros acercándola un poco a su rostro. - Yo te cuidaré, yo te llevaré a un médico, debe haber uno cerca. - Susurraba bajito llevando su mano derecha nuevamente hacia ella, levantó su dedo índice y con toda la delicadeza que la Wotan podría ofrecerle con sumo cuidado acarició aquellos cabellos color café como si de una muñeca de porcelana se tratase. Estaba molesta, muy molesta. - Qué vergüenza… - Susurró volteando hacia donde se llegase a encontrar aquel inmundo ser que había osado lastimar a la joven. - Los del mar sabemos que somos más fuertes que los humanos, odio que abusen de ello. Eres un asco. - Musitó elevando su voz, sabía que si tenía a la joven a salvo en su mano a esa altura el otro no buscaría tratar de lastimar a la ahora muñeca de porcelana, si trataba de atacarla Molpe no dudaría en aplastarle.
Si aquello resultaba, tomaría con sumo cuidado el frágil cuerpo de aquella joven con su mano libre, comenzando a sollozar mientras la veía. - ¿Estás bien?..- murmuraba entre suaves murmuros acercándola un poco a su rostro. - Yo te cuidaré, yo te llevaré a un médico, debe haber uno cerca. - Susurraba bajito llevando su mano derecha nuevamente hacia ella, levantó su dedo índice y con toda la delicadeza que la Wotan podría ofrecerle con sumo cuidado acarició aquellos cabellos color café como si de una muñeca de porcelana se tratase. Estaba molesta, muy molesta. - Qué vergüenza… - Susurró volteando hacia donde se llegase a encontrar aquel inmundo ser que había osado lastimar a la joven. - Los del mar sabemos que somos más fuertes que los humanos, odio que abusen de ello. Eres un asco. - Musitó elevando su voz, sabía que si tenía a la joven a salvo en su mano a esa altura el otro no buscaría tratar de lastimar a la ahora muñeca de porcelana, si trataba de atacarla Molpe no dudaría en aplastarle.
Molpe Ligeia
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Creado por Ryder Bolt Lun Feb 15, 2016 7:23 am
La bestia marina llevaba de arrastro aquella chica, hacia el mar tenia intención de ahogarla quizás o devorarla dentro del agua, pero algo le llamo la atención o mas bien tomo a todos desprevenidos un grito, bastante fuerte que era imposible de ignorar despues de todo había incluso quebrado vidrios del lugar, cuando voltea rápidamente a verlo ve a una criatura que no llega a reconocer ya que no era necesario, hacerlo para saber que era algo que el mismo en ese momento no podía manejar, la vida de aquella criatura que tenia en una mano no le importaba mas dando una mortal hacia atrás en cuanto la cosa se elevo por sobre la cabeza de el incluso, por encima de alguno de los edificios, el salto que había tomado le dejo sobre la orilla del mar, viendo que aquello tenia intención de atacarlo se dejo caer en el agua, antes de que lo alcanzara, pero el aire creado por aquel golpe se sintió hasta en el mar empujándolo mas contra el fondo del mismo, al eogista del tiburón no le interesaba para nada quien era aquella cosa, ni que destino le esperaba la a herida, ya había comido y no tenia ningún interés en permanecer corriendo riesgo, rechisto levemente y se tiro a nadar hacia lo mas lejos que podía de aquella isla, no tenia interés ni siquiera de mirar hacia atrás por nada de lo que pudiera pasar, aunque de seguro mas adelante tendría la oportunidad de enfrentarse de nuevo a esa cosa rara, que había aparecido su instinto de supervivencia había hablado fuerte, nada lo ataba a aquella isla para ser sinceros, pensaba mientras iba metiéndose en el mar.
Ryder Bolt
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Creado por Byakuren Lun Feb 15, 2016 12:42 pm
El dolor inundaba el cuerpo de la fémina de cabellos castaños mientras la arrastraban usando su cabello como soga rumbo a la costa, el dolor y el pánico habían dominado al a débil humana que no podía hacer otra cosa más que intentar gritar por piedad y auxilio, casi como si sus suplicas fueran escuchadas por los dioses los mares se abrieron dando lugar a una figura de tamaño colosal, una figura que emergía desde las profundidades abisales para rescatarla de aquella abominación originada en el mismo mundo acuático.
Por un instante pareció que el sol desapareció de la vista, pero solo era la sombra generada por la mano de aquella doncella salvadora, su sola mano era tan grande como el monstruo que había sometido a la humana, aquellas grandes y benevolentes manos tomaron a Byakuren mientras una voz amable preguntaba con preocupación por el estado de la misma, le hubiera gustado poder decir que estaba bien y calmar a su salvadora, pero sin el pánico ocasionado por sentirse en peligro mortal, el dolor azoto el cuerpo y la respiración de la humana.
No podía responder por la sensación que le generaban su brazo y sus costillas dañadas, era realmente una tortura que la hacía arquearse de dolor incluso mientras estaba en las amables manos de su salvadora, con dificultad para expresar nada, la humana intento sonreír a su salvadora, un vano intento de mostrar gratitud a la figura colosal que la había rescatado en el momento de mayor necesidad. -Muchas gracias por salvarme...gh... no te preocupes....ug... por mi... estaré bien ah...ah... Creo que no hay... hay...ay... daño interno... solo me duele...hgn... un poco... pronto...llegará la... marina... con... algún medico...-
Una vez que tuvo suficiente control sobre su propio cuerpo para mantener una sonrisa Byakuren empezó a hablar a su salvadora de la mejor forma que pudo para relajarla, aunque le era casi imposible decir dos o tres palabras seguidas por los espasmos de dolor, había dejado de llorar mientras sonreía para tratar de calmar aquella inmensa y generosa figura que la había rescatado, no había necesidad de preocuparla más de lo necesario, el dolor sería pasajero así que no deseaba preocupar demasiado a su salvadora.
A lo lejos se sentían los pasos de los hombres y mujeres de la marina, algunos gritos también mientras se acercaban a la costa, de no ser por la wotan de identidad desconocida, la castaña no hubiera sobrevivido para escuchar aquellos gritos ni esas pisadas. -Soy Byakuren, gracias...- Dijo con una gran sonrisa mientras peleaba por mantener la conciencia a pesar del dolor.
Por un instante pareció que el sol desapareció de la vista, pero solo era la sombra generada por la mano de aquella doncella salvadora, su sola mano era tan grande como el monstruo que había sometido a la humana, aquellas grandes y benevolentes manos tomaron a Byakuren mientras una voz amable preguntaba con preocupación por el estado de la misma, le hubiera gustado poder decir que estaba bien y calmar a su salvadora, pero sin el pánico ocasionado por sentirse en peligro mortal, el dolor azoto el cuerpo y la respiración de la humana.
No podía responder por la sensación que le generaban su brazo y sus costillas dañadas, era realmente una tortura que la hacía arquearse de dolor incluso mientras estaba en las amables manos de su salvadora, con dificultad para expresar nada, la humana intento sonreír a su salvadora, un vano intento de mostrar gratitud a la figura colosal que la había rescatado en el momento de mayor necesidad. -Muchas gracias por salvarme...gh... no te preocupes....ug... por mi... estaré bien ah...ah... Creo que no hay... hay...ay... daño interno... solo me duele...hgn... un poco... pronto...llegará la... marina... con... algún medico...-
Una vez que tuvo suficiente control sobre su propio cuerpo para mantener una sonrisa Byakuren empezó a hablar a su salvadora de la mejor forma que pudo para relajarla, aunque le era casi imposible decir dos o tres palabras seguidas por los espasmos de dolor, había dejado de llorar mientras sonreía para tratar de calmar aquella inmensa y generosa figura que la había rescatado, no había necesidad de preocuparla más de lo necesario, el dolor sería pasajero así que no deseaba preocupar demasiado a su salvadora.
A lo lejos se sentían los pasos de los hombres y mujeres de la marina, algunos gritos también mientras se acercaban a la costa, de no ser por la wotan de identidad desconocida, la castaña no hubiera sobrevivido para escuchar aquellos gritos ni esas pisadas. -Soy Byakuren, gracias...- Dijo con una gran sonrisa mientras peleaba por mantener la conciencia a pesar del dolor.
Byakuren
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(25/100)
Haki:
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Creado por Molpe Ligeia Jue Feb 18, 2016 12:09 am
Afortunadamente aquella enorme sirena había logrado espantar al otro ser marino que cual cobarde había salido nadando sin más apenas logró ver el enorme tamaño de la Wotan. Con ánimos de seguirle para terminar por aplastarlo era totalmente imposible en ese instante… Aquella pequeña muñeca en su mano estaba bastante herida, era su prioridad y aunque fuese complicado de cuidar pues sus enormes manos y su nulo conocimiento médico eran los más grandes obstáculos en ese instante… Sus orbes estaban totalmente húmedos y apenas logró escuchar cómo con dificultad las palabras de aquellos pequeños y finos laios apenas y duras penas podían salir el corazón de Molpe se arrugó al grado de soltar unas cuantas lágrimas que socarronas bajaron por aquellas rosadas mejillas. - N-No hables mucho… - Susurró bajito entre tenues titubeos sonriéndole de una manera amigable tratando de mostrarse fuerte para que ella no llorara por el dolor o siquiera pensara de lo peor. - T-Tengo que ayudarte… Tengo que curarte… N-No sé nada de medicina… -Susurraba con cierta desesperación en sus palabras… Realmente la impotencia le podía más no podía remediarlo.
Levantó un poco su rostro apenas escuchó pasos de gente acercándose al lugar… Afortunadamente por su alta estatura pudo observar un par de barcos de la marina cerca del lugar. No conocía mucho del mundo terrestre así que algo nerviosa apretó su mandíbula retrocediendo un poco para alejarse de tierra firme. - ¿M-Marina?..- Cuestionó titubeante viendo como a lo largo del muelle la gente se paraba firme observando a aquel gran ser. - ¿Son tus amigos?.. - Cuestión acercándose poco a poco al muelle hacia donde estaban todos mas no bajaba su mano manteniendo a la joven a salvo. Sonrió un poco apenas escuchó el nombre de ella y unas cuantas lágrimas más cayeron tras su agradecimiento. - No agradezcas… Me alegra que estés bien… Mi nombre es Molpe. - Susurró bajando lentamente su mano arqueando su cuerpo al frente para sin ser brusca dejar su mano extendida junto a los marines para que pudiesen tomar a la joven y la llevaran. En cuanto la comenzaron a Auxiliar, sin perder detalle Molpe les siguió en todo momento estando al borde de la orilla. Rogando por que ella estuviese bien y con gran dolor terminó por marcharse.. Quizá en algún momento volvería a verla.
Levantó un poco su rostro apenas escuchó pasos de gente acercándose al lugar… Afortunadamente por su alta estatura pudo observar un par de barcos de la marina cerca del lugar. No conocía mucho del mundo terrestre así que algo nerviosa apretó su mandíbula retrocediendo un poco para alejarse de tierra firme. - ¿M-Marina?..- Cuestionó titubeante viendo como a lo largo del muelle la gente se paraba firme observando a aquel gran ser. - ¿Son tus amigos?.. - Cuestión acercándose poco a poco al muelle hacia donde estaban todos mas no bajaba su mano manteniendo a la joven a salvo. Sonrió un poco apenas escuchó el nombre de ella y unas cuantas lágrimas más cayeron tras su agradecimiento. - No agradezcas… Me alegra que estés bien… Mi nombre es Molpe. - Susurró bajando lentamente su mano arqueando su cuerpo al frente para sin ser brusca dejar su mano extendida junto a los marines para que pudiesen tomar a la joven y la llevaran. En cuanto la comenzaron a Auxiliar, sin perder detalle Molpe les siguió en todo momento estando al borde de la orilla. Rogando por que ella estuviese bien y con gran dolor terminó por marcharse.. Quizá en algún momento volvería a verla.
Molpe Ligeia
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