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Creado por Daoko Jue Feb 25, 2016 6:33 pm
Hermoso ¿No? El mar tendía a serlo bastante. Después de haber logrado viajar entre tantas islas que había observado y seres que había conocido aún en su cabeza seguía resonando lo que en aquella isla de tierra blanca le habían enseñado. Aquella idea de libertad e igualdad jamás salió de su mente y poco a poco comenzaba a comprender las cosas… Tantas historias que escuchó y las que faltan por escuchar. Llevada por un barco marine tras ser atrapada había logrado entrar a los Blues, mares que la sirena no conocía, sin embargo gracias a su fuerza y rápido actuar logró escapar tirándose al agua recuperando su escudo y su látigo. Apenas tocó el agua aquel par de piernas se volvieron cola y nadó lo más rápido que pudo, sin saber a dónde se dirigía la desesperación por poder ser libre la inundó de un momento a otro.
Tras minutos la energía le comenzó a faltar, subió a la superficie viendo a lo lejos cómo aquel barco había desaparecido dejándola libre. Con su látigo en cintura y su escudo cargado en el hombro derecho volvió a sumergirse para poder buscar algo de comida. Una enorme sonrisa se dibujó en sus labios cuando vio un banco de peces que nadaban por todas partes, casi la revolucionaria podía jurar buscaban escapar de algo. Pero el hambre y necesidad no le permitieron pensar bien o de menos echar un vistazo a su alrededor…Nadó con fuerza y abriendo sus brazos atrapó unos cuantos peces pero por mala suerte había quedado atrapada en una red, por la velocidad terminó golpeándose contra la parte baja de un barco. Soltó lo que había atrapado y con sus manos acarició su cabeza, el golpe había dolido bastante. Se tomó de las cuerdas de la red tirando de esta un poco que, aunque pequeña era aquella herramienta de pescador, el dorso y parte de la cola de ella se habían quedado atrapados. Levantó la mirada comenzando a tirar de las sogas, quizá podría escapar de estas si quienes estaban del otro lado eran lo suficiente débiles, aunque apenas si tenía fuerza para ello. Agachó la cabeza algo resignada con la idea de que sería llevada a la superficie, sin perder tiempo su cola se transformó en sus piernas, sólo quedaba esperar.
Tras minutos la energía le comenzó a faltar, subió a la superficie viendo a lo lejos cómo aquel barco había desaparecido dejándola libre. Con su látigo en cintura y su escudo cargado en el hombro derecho volvió a sumergirse para poder buscar algo de comida. Una enorme sonrisa se dibujó en sus labios cuando vio un banco de peces que nadaban por todas partes, casi la revolucionaria podía jurar buscaban escapar de algo. Pero el hambre y necesidad no le permitieron pensar bien o de menos echar un vistazo a su alrededor…Nadó con fuerza y abriendo sus brazos atrapó unos cuantos peces pero por mala suerte había quedado atrapada en una red, por la velocidad terminó golpeándose contra la parte baja de un barco. Soltó lo que había atrapado y con sus manos acarició su cabeza, el golpe había dolido bastante. Se tomó de las cuerdas de la red tirando de esta un poco que, aunque pequeña era aquella herramienta de pescador, el dorso y parte de la cola de ella se habían quedado atrapados. Levantó la mirada comenzando a tirar de las sogas, quizá podría escapar de estas si quienes estaban del otro lado eran lo suficiente débiles, aunque apenas si tenía fuerza para ello. Agachó la cabeza algo resignada con la idea de que sería llevada a la superficie, sin perder tiempo su cola se transformó en sus piernas, sólo quedaba esperar.
Daoko
Hoja de personaje
Nivel:
(6/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por William J. Blazkowicz Mar Mar 01, 2016 2:01 am
La tripulación tenia relativamente poco de haberse formado oficialmente, no es que le tuvieran demasiada confianza al Luchador, pero pese a que no era de los mas prometedores de la armada la misión que cumplió con anterioridad y el éxito al trabajar con su compañero en aquella isla abandonada hablaron muy bien de su persona. Por ello la armada les había entregado un barco, bastante pequeño en comparación a las monstruosidades que solían utilizar los soldados mas condecorados, pero al menos era de ellos, y podrían mejorarlo paulatinamente dependiendo de la disponibilidad de recursos. Lo primero era hacerle unas pruebas en el agua, para asegurarse que todo funcionase como es debido y no tuviese ningún problema.
Tras unos arreglos preliminares en un astillero de la armada, un grupo de solo 3 integrantes de la tripulación emprendió el viaje por alta mar, mas particularmente por el North Blue. No tenían a los encargados del mantenimiento a bordo pero solo era cosa de tomar nota de cualquier desperfecto en el barco e informar debidamente para su reparación. Y así pasaron unos cuantos días en medio del North Blue hasta que ocurrió algo quizás un poco tonto. Olvidaron surtir la despensa con provisiones y no tenían comida desde el día anterior. No había mucho que hacer salvo una cosa, no habían probado algunos aparejos como la red de pescar, seguro que si funcionaba podían comprobar su efectividad y en el proceso conseguir comida – Ray, échame un cable aquí – le dice al pelirrojo para que le ayude a montar la red.
El trabajo no fue demasiado extenso, hasta que lanzaron la red y la dejaron un rato en el agua – la polea esa que nos prestaron vale su peso en oro, quien sabe cuanto atraparemos, esperemos que sea suficiente para poder volver – cuando sintieron la red pesada comenzaron a subir la red. La polea comenzaba a sonar por el peso. Cuando por fin alzaron la red William se quedo con los ojos abiertos como platos, algo había llegado con las sardinas, o mas bien alguien – eh…¿hola?
Tras unos arreglos preliminares en un astillero de la armada, un grupo de solo 3 integrantes de la tripulación emprendió el viaje por alta mar, mas particularmente por el North Blue. No tenían a los encargados del mantenimiento a bordo pero solo era cosa de tomar nota de cualquier desperfecto en el barco e informar debidamente para su reparación. Y así pasaron unos cuantos días en medio del North Blue hasta que ocurrió algo quizás un poco tonto. Olvidaron surtir la despensa con provisiones y no tenían comida desde el día anterior. No había mucho que hacer salvo una cosa, no habían probado algunos aparejos como la red de pescar, seguro que si funcionaba podían comprobar su efectividad y en el proceso conseguir comida – Ray, échame un cable aquí – le dice al pelirrojo para que le ayude a montar la red.
El trabajo no fue demasiado extenso, hasta que lanzaron la red y la dejaron un rato en el agua – la polea esa que nos prestaron vale su peso en oro, quien sabe cuanto atraparemos, esperemos que sea suficiente para poder volver – cuando sintieron la red pesada comenzaron a subir la red. La polea comenzaba a sonar por el peso. Cuando por fin alzaron la red William se quedo con los ojos abiertos como platos, algo había llegado con las sardinas, o mas bien alguien – eh…¿hola?
William J. Blazkowicz
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Ray Kazaragi Miér Mar 09, 2016 8:09 am
La misión en la isla Minion que realizo junto los miembros de la armada revolucionaria William y Jonathan termino sin muchos apuros ni problemas, salvo por el clima no hubo mayores complicaciones en lo que el trabajo en la misión al llegar tarde porque se le aviso al último sobre la misión que debería realizar en compañía con los ya nombrados miembros. Una vez terminada la misión volvieron juntos a reportar que fue lo ocurrido en ella, tuvo tal impacto que a William le entregaron un barco para formar una tripulación, no era el más grande de todos sin embargo servía para viajar por los blues sin problemas. Para asegurarse de que estuviera en buen estado debían hacerle algunas pruebas en el mar así que los mismos tres soldados salieron a una misión esta vez un tanto diferente a la que hicieron días atrás.
Como navegante que era fue quien tomó el control del timón en cuanto estaban alejándose de la isla, los movimientos que realizaba con el timonel respondía a lo que quería sin dificultades. En el momento que se encontraban en alta mar dejo el timonel para ver el estado de las velas, cuerdas entre otros tantos elementos que debía inspeccionar al ser quien controla el barco. El pelirrojo estaba realizando tal tarea cuando el ojo parchado lo llamo para que lo ayudara con una red de pesca, necesitaban tener comida ya que la que tenían se acabó, lo ayudo a montar la red, no tardaron mucho hasta que lanzaron la red al mar, ahora solo quedaba esperar a ver qué tipo de peces pescarían.
Mientras esperaban a ver que conseguían con la red miraba a distintas partes del barco sin poder encontrar al rubio que los estaba acompañando, quien sabe dónde se había metido, quizás era de los que se mareaba arriba de un barco siendo algo muy común. Tomo el timón dándole una vuelta cambiando la dirección del barco para desplazarse así la red se movía atrapando a más peces, al parecer el movimiento había servido ya que William usando la polea comenzó a subir la red produciendo un sonido el cual llamaba la atención. Ray se acercó para ver cuantos peces habían capturado, la red llego hasta el punto más alto pudiendo ver como entre tanto pez sobre salía alguien — Que sorpresa —, puso la mano izquierda en la funda de una de sus Katanas y con el dedo gordo apoyado en la Tsuba sacando la Katana de la funda un poco para volver a ingresarla produciendo un sonido.
Como navegante que era fue quien tomó el control del timón en cuanto estaban alejándose de la isla, los movimientos que realizaba con el timonel respondía a lo que quería sin dificultades. En el momento que se encontraban en alta mar dejo el timonel para ver el estado de las velas, cuerdas entre otros tantos elementos que debía inspeccionar al ser quien controla el barco. El pelirrojo estaba realizando tal tarea cuando el ojo parchado lo llamo para que lo ayudara con una red de pesca, necesitaban tener comida ya que la que tenían se acabó, lo ayudo a montar la red, no tardaron mucho hasta que lanzaron la red al mar, ahora solo quedaba esperar a ver qué tipo de peces pescarían.
Mientras esperaban a ver que conseguían con la red miraba a distintas partes del barco sin poder encontrar al rubio que los estaba acompañando, quien sabe dónde se había metido, quizás era de los que se mareaba arriba de un barco siendo algo muy común. Tomo el timón dándole una vuelta cambiando la dirección del barco para desplazarse así la red se movía atrapando a más peces, al parecer el movimiento había servido ya que William usando la polea comenzó a subir la red produciendo un sonido el cual llamaba la atención. Ray se acercó para ver cuantos peces habían capturado, la red llego hasta el punto más alto pudiendo ver como entre tanto pez sobre salía alguien — Que sorpresa —, puso la mano izquierda en la funda de una de sus Katanas y con el dedo gordo apoyado en la Tsuba sacando la Katana de la funda un poco para volver a ingresarla produciendo un sonido.
Ray Kazaragi
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Jonathan Wayland Miér Mar 09, 2016 10:28 pm
Ya sea para bien o para mal, el trio de revolucionarios había logrado obtener resultados en una misión bastante complicada por el lugar y las condiciones del mismo. Sin embargo, y en contra de todo pronóstico, pudieron salir con vida, enteros, y cumpliendo con la misión sin deceso alguno. Todo esto llevó a que se le asignara al hombre del parche un barco, bastante modesto en comparación con los monstruos que empleaban otras tripulaciones revolucionarias, de la marina e incluso piratas, mas era lo suficiente para el pequeño grupo que se había formado. Por lo menos, pensaba el rubio de ojos esmeralda, tenía una habitación para él, con una cama cómoda, y el espacio suficiente para guardar algunas prendas y libros.
Habiendo empezado el viaje, Jonathan se enfocó en observar el estado del barco que ahora ocupaban como un equipo, los defectos y virtudes del mismo, su velocidad, y un gran etc. A diferencia de William, él carecía de una gran fuerza física como para poder ayudar en situaciones que requieran de un buen estado físico. A su vez, no tenía conocimientos sobre cómo manejar un barco, por lo que trató de prestar mucha atención a lo que Ray, el espadachín pelirrojo, hacía mientras se encontraba detrás del timón. Para alguien que poco puede hacer con su cuerpo, decidió no estorbar y encerrarse en su habitación, tratando de leer lo más que pudiera sobre barcos y viajes acuáticos.
Un día que, en sus inicios, era como cualquier otro, el rubio revolucionario continuaba haciendo cálculos en un pequeño bloc de notas que descasaba sobre una pequeña mesa junto a su cama. Por negligencia de alguno de ellos –o de todos- el alimento se había acabado en poco tiempo, y tampoco se cargaron provisiones de emergencia para situaciones como esas. Debido a eso, Jace intentaba calcular, con lo poco que aún le quedaban, cuanto le correspondería a cada uno hasta poder llegar a un puerto y comprar comida.
-¡Oigan! Creo que por fin tengo la respuesta.- Se dirigió a la cubierta, donde sus compañeros se la pasaban la mayor parte del tiempo. En esta ocasión, sin embargo, no estaban solos, pues había otra presencia frente a ellos… Una presencia femenina. –Ol-Olvidenlo.- Dijo entre balbuceos, mientras admiraba al bello espécimen frente a sus ojos, en lo que el pequeño trozo de papel entre sus dedos se escapaba, por pura acción de la traviesa brisa marina que soplaba en altamar.
Habiendo empezado el viaje, Jonathan se enfocó en observar el estado del barco que ahora ocupaban como un equipo, los defectos y virtudes del mismo, su velocidad, y un gran etc. A diferencia de William, él carecía de una gran fuerza física como para poder ayudar en situaciones que requieran de un buen estado físico. A su vez, no tenía conocimientos sobre cómo manejar un barco, por lo que trató de prestar mucha atención a lo que Ray, el espadachín pelirrojo, hacía mientras se encontraba detrás del timón. Para alguien que poco puede hacer con su cuerpo, decidió no estorbar y encerrarse en su habitación, tratando de leer lo más que pudiera sobre barcos y viajes acuáticos.
Un día que, en sus inicios, era como cualquier otro, el rubio revolucionario continuaba haciendo cálculos en un pequeño bloc de notas que descasaba sobre una pequeña mesa junto a su cama. Por negligencia de alguno de ellos –o de todos- el alimento se había acabado en poco tiempo, y tampoco se cargaron provisiones de emergencia para situaciones como esas. Debido a eso, Jace intentaba calcular, con lo poco que aún le quedaban, cuanto le correspondería a cada uno hasta poder llegar a un puerto y comprar comida.
-¡Oigan! Creo que por fin tengo la respuesta.- Se dirigió a la cubierta, donde sus compañeros se la pasaban la mayor parte del tiempo. En esta ocasión, sin embargo, no estaban solos, pues había otra presencia frente a ellos… Una presencia femenina. –Ol-Olvidenlo.- Dijo entre balbuceos, mientras admiraba al bello espécimen frente a sus ojos, en lo que el pequeño trozo de papel entre sus dedos se escapaba, por pura acción de la traviesa brisa marina que soplaba en altamar.
Jonathan Wayland
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Daoko Vie Mar 11, 2016 3:32 pm
Poco y nada pudo hacer cuando la red siguió subiendo. Entre suaves forcejeos de ella había logrado hacer que sus piernas las cuales habían quedado atrapadas se liberaran, sus manos se aferraban fuerte a algunas de las uniones de la red deteniendo su cuerpo el cual totalmente mojado escurría a la par de los peces que habían sido atrapados junto con ella. Observó detenidamente a detalle y lo primero que se encontró fue con un trozo de pared de madera… sin embargo al salir de esta ante su mirada lo primero que pudo observar fue un hombre de negros cabellos que un rostro de mal genio parecía adornarle, seguido de él uno con rojos cabellos que al hondear del viento podría confundirse con intensas llamas portaba una espada la cual amenazante parecía ser usada contra ella y por último… Un rubio con aspecto de joven que bien resaltaba entre los otros dos. Apretó suavemente su mandíbula, su ritmo cardiaco aceleró notablemente mas su rostro inexpresivo no dio a notar aquel nerviosismo del que había sido presa.
Se quedó en total silencio al igual que los otros, sólo el movimiento desesperado de los peces buscando algo de agua se convirtió en la suave sonata de aquel curioso encuentro. Segundos pasaron antes de que la sirena con su fuerza trozara la red que la mantenía cautiva, esperando ser más rápida que sus captores saltó llevando su mano derecha hacia atrás tomando con firmeza su escudo, aprovechándose del impulso giró para poder dar más fuerza a aquel movimiento y como si de una ballerina se tratase cayó con los punta de su pie derecho en el barco frente a los tres con tal gracia que pareciese flotó en el aire más un charco pequeño de agua formado tras los salpicones de aquellos peces hizo que por mala suerte la sirena terminara por resbalarse, como consecuencia de aquello aquella arma con la que se planeaba arremeter contra el luchador para darle de lleno en el rostro terminó por pasarle por un lado sin hacerle daño alguno. Aquel escudo de duro metal terminó quebrando la madera de aquel pobre barco incrustándose tras golpear de lleno con la pared de madera de un cuarto del que sólo sus tripulantes conocían su interior. Cayó de lleno con su espalda y encorvando un poco su cuerpo por el dolor, solamente cerró su ojo derecho dejando salir un suave gimoteo de dolor. - … - El no comer y estar algo débil le impidieron ponerse de pie… Vaya suerte.
Se quedó en total silencio al igual que los otros, sólo el movimiento desesperado de los peces buscando algo de agua se convirtió en la suave sonata de aquel curioso encuentro. Segundos pasaron antes de que la sirena con su fuerza trozara la red que la mantenía cautiva, esperando ser más rápida que sus captores saltó llevando su mano derecha hacia atrás tomando con firmeza su escudo, aprovechándose del impulso giró para poder dar más fuerza a aquel movimiento y como si de una ballerina se tratase cayó con los punta de su pie derecho en el barco frente a los tres con tal gracia que pareciese flotó en el aire más un charco pequeño de agua formado tras los salpicones de aquellos peces hizo que por mala suerte la sirena terminara por resbalarse, como consecuencia de aquello aquella arma con la que se planeaba arremeter contra el luchador para darle de lleno en el rostro terminó por pasarle por un lado sin hacerle daño alguno. Aquel escudo de duro metal terminó quebrando la madera de aquel pobre barco incrustándose tras golpear de lleno con la pared de madera de un cuarto del que sólo sus tripulantes conocían su interior. Cayó de lleno con su espalda y encorvando un poco su cuerpo por el dolor, solamente cerró su ojo derecho dejando salir un suave gimoteo de dolor. - … - El no comer y estar algo débil le impidieron ponerse de pie… Vaya suerte.
Daoko
Hoja de personaje
Nivel:
(6/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por William J. Blazkowicz Dom Mar 13, 2016 5:12 am
Se quedaron un rato viendo a la extraña invitada que había subido en la red por accidente ¿humana? Imposible se estaría ahogando en el mar y no tendría una expresión como esa ¿Gyojin? No seria la primera vez que el revolucionario supiera de uno, pero ella era demasiado similar a un humano como para ser una Gyojin ¿sirena? Lo mas probable sobre todo por la fuerza que mostro reventando la red de pesca desde el interior como si fuese papel. Su caída al barco fue como decirlo…espectacular, se hizo evidente la sirena no solo tenia una apariencia digna de su raza sino que tenia una destreza bastante considerable, pues saltar de una red y caer con esa elegancia por decirlo poco en la cubierta era algo que no todo el mundo podía hacer, al menos no alguien que conociese William.
Sin embargo la preocupación y asombro por la posible pesca accidental de una sirena se transformo en alerta, cuando la chica le lanzo encima un escudo. William adopto una postura de guardia sacando su nunchaku y haciéndolo girar, esperando el momento para salir de la trayectoria del objeto y golpear a la mujer en la nuca con su arma. Pero los tropiezos bastante raros de la fémina le hicieron al revolucionario simplemente hacerse a un lado y dejar que el arma siguiese de largo, estrellándose contra la pared que cerraba una sala donde se guardaban los mapas. La chica por culpa de los tropiezos termino cayendo de espaldas, encorvandose.
William por unos momentos no sabia si reír o llorar – supongo que no tuvo cuidado con el suelo mojado – se encogió de hombros – Jonathan avísame si todavía hay algo de pesca que podamos salvar, pasar dos días sin comer es malo para la salud, Ray acompáñame por favor – comenzó a caminar en dirección a la chica bastante apurado, paso ligero entre los entendidos – ¿te encuentras bien? – le dice a la sirena agachándose y extendiéndole la mano, con la intención de ayudarle a levantarse – perdona, solo estábamos tratando de pescar nuestro almuerzo, si hubiésemos sabido que estabas ahí abajo habríamos echado redes en otro lado, no queremos generarle algún problema a los habitantes del mar – aunque William solía mantener una actitud hasta cierto punto amistosa, no dejaba de encontrarse alerta, si le atacaba no dudaría en usar sus manos para defenderse.
Sin embargo la preocupación y asombro por la posible pesca accidental de una sirena se transformo en alerta, cuando la chica le lanzo encima un escudo. William adopto una postura de guardia sacando su nunchaku y haciéndolo girar, esperando el momento para salir de la trayectoria del objeto y golpear a la mujer en la nuca con su arma. Pero los tropiezos bastante raros de la fémina le hicieron al revolucionario simplemente hacerse a un lado y dejar que el arma siguiese de largo, estrellándose contra la pared que cerraba una sala donde se guardaban los mapas. La chica por culpa de los tropiezos termino cayendo de espaldas, encorvandose.
William por unos momentos no sabia si reír o llorar – supongo que no tuvo cuidado con el suelo mojado – se encogió de hombros – Jonathan avísame si todavía hay algo de pesca que podamos salvar, pasar dos días sin comer es malo para la salud, Ray acompáñame por favor – comenzó a caminar en dirección a la chica bastante apurado, paso ligero entre los entendidos – ¿te encuentras bien? – le dice a la sirena agachándose y extendiéndole la mano, con la intención de ayudarle a levantarse – perdona, solo estábamos tratando de pescar nuestro almuerzo, si hubiésemos sabido que estabas ahí abajo habríamos echado redes en otro lado, no queremos generarle algún problema a los habitantes del mar – aunque William solía mantener una actitud hasta cierto punto amistosa, no dejaba de encontrarse alerta, si le atacaba no dudaría en usar sus manos para defenderse.
William J. Blazkowicz
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Ray Kazaragi Miér Mar 16, 2016 12:36 am
Seguía moviendo su dedo de la misma manera produciendo la misma acción sobre la Katana produciendo un sonido que llenaba aquel momento de silencio junto al sonido de los peces que buscaban agua con desesperación antes de morir. Su compañero rubio el cual se encontraba sin aparecer desde hace varias horas recién lo hacía contemplando desde afuera lo que estaba pasando, balbuceo algunas palabras sin que pudiera entenderlas de todo para luego seguir observando la extraña situación. Los peces dentro de la red seguían moviéndose de un lado para el otro intentando escapar del objeto inerte que los mantenía apresados, los más pequeños que se encontraban cerca de la red podían escapar de esta luego de un último esfuerzo cayendo en el mar antes de que murieran.
Quien se encontraba atrapada en la red no podía ser una humana ya que la red se encontraba a mucha profundidad cuando se cerró atrapando a todos los que se encontraban en ella en ese momento, seguramente debía ser una sirena, de las cuales se escuchaban diferentes historias sobre lo hermosas que podían ser, a quien tenían al frente sin duda era una de ellas la cual se encontraba semidesnuda la cual gracias al agua dejaba poco a la imaginación. La chica de cabellos celestes hizo una demostración de su fuerza rompiendo la red provocando que los pescados volvieran al mar, la poca comida que habían capturado se les estaba escapando de las manos, el pelirrojo se encontraba molesto al perder la comida que acaban de capturar, su estómago estaba pidiendo algo de comer.
Cuando la sirena estaba saliendo realizo un movimiento acrobático que la dejo con un pie encima del barco para luego atacar al ciego de los revolucionarios con su escudo sin embargo como se encontraba aun mojada resbalo haciendo que su golpe no diera en William sino en una pared de madera destruyendo donde toco, en esa habitación se encontraba el lugar donde Ray guardaba los mapas, esto sumado a que rompiera la red ganas de matarla no le sobraban al pelirrojo. Siguió al encargado del barco como se lo pidió, dando unos pasos para encontrarse donde estaba la sirena que luego de su accidentado movimiento quedo en el suelo. Como siempre William actuaba de buena fe siendo cordial con quienes acababan de conocer, esto en algún momento podría causarle problemas, por su parte Ray la tendría amarrada al mástil del barco para que no pudiera hacer ningún movimiento extraño, pudiendo solo contestar a lo que le preguntaban — Tú nombre… — pregunto seco y directo al grano, era lo primero que debían saber si le querían hacer más preguntas.
Quien se encontraba atrapada en la red no podía ser una humana ya que la red se encontraba a mucha profundidad cuando se cerró atrapando a todos los que se encontraban en ella en ese momento, seguramente debía ser una sirena, de las cuales se escuchaban diferentes historias sobre lo hermosas que podían ser, a quien tenían al frente sin duda era una de ellas la cual se encontraba semidesnuda la cual gracias al agua dejaba poco a la imaginación. La chica de cabellos celestes hizo una demostración de su fuerza rompiendo la red provocando que los pescados volvieran al mar, la poca comida que habían capturado se les estaba escapando de las manos, el pelirrojo se encontraba molesto al perder la comida que acaban de capturar, su estómago estaba pidiendo algo de comer.
Cuando la sirena estaba saliendo realizo un movimiento acrobático que la dejo con un pie encima del barco para luego atacar al ciego de los revolucionarios con su escudo sin embargo como se encontraba aun mojada resbalo haciendo que su golpe no diera en William sino en una pared de madera destruyendo donde toco, en esa habitación se encontraba el lugar donde Ray guardaba los mapas, esto sumado a que rompiera la red ganas de matarla no le sobraban al pelirrojo. Siguió al encargado del barco como se lo pidió, dando unos pasos para encontrarse donde estaba la sirena que luego de su accidentado movimiento quedo en el suelo. Como siempre William actuaba de buena fe siendo cordial con quienes acababan de conocer, esto en algún momento podría causarle problemas, por su parte Ray la tendría amarrada al mástil del barco para que no pudiera hacer ningún movimiento extraño, pudiendo solo contestar a lo que le preguntaban — Tú nombre… — pregunto seco y directo al grano, era lo primero que debían saber si le querían hacer más preguntas.
Ray Kazaragi
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Jonathan Wayland Jue Mar 17, 2016 12:13 pm
Los bellos orbes esmeraldas de Jonathan seguían cautivados por el bello ser que estaba justo delante de sus narices. Encajaba perfectamente con lo que los libros que solía leer con cierto miembro de su familia: Era una sirena, aquella especie mitad humana y mitad pez, resaltando por su belleza apreciable a simple vista, y ni hablar de sus habilidades en el agua. Nunca pensó que vería una en vida… Y menos dentro de una red de pesca, atrapada entre tantos peces que se agitaban incesantemente por escapar, volver al mar y evitar el nuevo destino que les esperaba si seguían un poco más sobre aquella cubierta: el estómago de los pobres revolucionarios que no deseaban otra cosa que devorarlos y saciar su hambre.
Para sorpresa de los presentes, la sirena de celestes cabellos logró romper aquella red que la mantenía cautiva, logrando liberarse a sí misma, pero más importante aún, liberando gran parte de la comida que habían recaudado, aunque en ese momento poco importaba. La atención seguía en la figura de la sirena quien, con gran elegancia, cayó en puntas de pie en el barco, casi como si se tratara de una experimentada bailarina. Acto seguido, esta inició un extraño movimiento que podría considerarse a la defensiva, pero las cosas no terminaron como muchos esperarían. La sirena terminaría en el suelo, indefensa, luego de haber resbalado, y su escudo terminaría clavado en una superficie de madera, que daba justo al cuarto donde Ray guardaba sus mapas. Nadie que se metiera con las cosas de Ray se salía con la suya…
William le ordenó al Skypean que se ocupara de juntar lo poco que había quedado de comida, cosa que no dudó en hacer. Pasando de largo de los tres presentes del barco, tomó un gran trozo de tela que descansaba sobre una caja de madera que usó improvisadamente como bolsa para recoger los peces que se agitaban en el suelo. –Uno, dos, tres…- Tras un par de minutos, finalmente había llenado aquella bolsa con los seres marinos que aún se agitaban, pero con menor insistencia. Se acercó a los revolucionarios, arrastrando la bolsa por el suelo de madera, con una sonrisa en su rostro. –Son doce.- Sus palabras fueron casi con orgullo. De por sí, la mitad de eso lo hubiese puesto feliz, después de tantos días sin haber comido algo.
Para sorpresa de los presentes, la sirena de celestes cabellos logró romper aquella red que la mantenía cautiva, logrando liberarse a sí misma, pero más importante aún, liberando gran parte de la comida que habían recaudado, aunque en ese momento poco importaba. La atención seguía en la figura de la sirena quien, con gran elegancia, cayó en puntas de pie en el barco, casi como si se tratara de una experimentada bailarina. Acto seguido, esta inició un extraño movimiento que podría considerarse a la defensiva, pero las cosas no terminaron como muchos esperarían. La sirena terminaría en el suelo, indefensa, luego de haber resbalado, y su escudo terminaría clavado en una superficie de madera, que daba justo al cuarto donde Ray guardaba sus mapas. Nadie que se metiera con las cosas de Ray se salía con la suya…
William le ordenó al Skypean que se ocupara de juntar lo poco que había quedado de comida, cosa que no dudó en hacer. Pasando de largo de los tres presentes del barco, tomó un gran trozo de tela que descansaba sobre una caja de madera que usó improvisadamente como bolsa para recoger los peces que se agitaban en el suelo. –Uno, dos, tres…- Tras un par de minutos, finalmente había llenado aquella bolsa con los seres marinos que aún se agitaban, pero con menor insistencia. Se acercó a los revolucionarios, arrastrando la bolsa por el suelo de madera, con una sonrisa en su rostro. –Son doce.- Sus palabras fueron casi con orgullo. De por sí, la mitad de eso lo hubiese puesto feliz, después de tantos días sin haber comido algo.
Jonathan Wayland
Hoja de personaje
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Creado por Daoko Jue Mar 24, 2016 4:43 pm
Era bastante.. Demasiado vergonzoso… Caer así ante tres completos desconocidos justo después de haber lanzado un ataque que, según a sus instintos era directamente a matar, sin embargo poco y nada pudo hacer ante tal escena, volviéndose el espectáculo burdo sobre el barco para aquellos tres presentes que si bien le ponían atención se había vuelto en un polizón no bien venido dentro del navío. Apretó con suavidad su mandíbula, marcando esta aquellas suaves líneas en su rostro dando a notar la fuerza ejercida. Agachando un poco su cabeza se mantuvo inerte ocultando su mirada de cualquiera de los tres.
Duró así algunos segundos y, poco a poco se incorporó levantando el rostro observando de pies a cabeza con lujo de detalle al pelirrojo que postraba aquella katana, seguido, ladeó un poco su rostro observando al luchador y por último al ángel que acatando la orden había contado pez por pez mientras estos, desesperados buscaban un poco de agua para poder sobrevivir. Comenzó a ponerse de pie mientras aquellas gotas de agua recorrían su húmedo cuerpo haciendo bajo ella un pequeño charco de agua marina empapando la madera de la cubierta del barco, llevando su mano izquierda por sobre su hombro derecho trató de calmar el poco dolor que sentía ante el golpe y tras reponerse, con aquella expresión seria propia de ella y ojos inexpresivos, giró su rostro nuevamente hacia el pelirrojo que bien había ordenado se presentara sin más.
Entrecerró su mirada afilando ésta un poco y como si pasara de él giró su rostro ignorando totalmente su pregunta. - Son míos. - Dijo al rubio comenzando a caminar hacia él, estaba mareada, no había comido nada y tras aquel golpe le costaba un poco caminar y pisar firme. Pasó a un costado del luchador de igual manera pasando de él totalmente hasta que terminó de pie frente a Jonathan empuñó su mano derecha haciendo notar que si era necesario pelearía por aquellos peces por los que iba antes de que la atraparan, a fin de cuentas ellos se metieron en su camino.
Duró así algunos segundos y, poco a poco se incorporó levantando el rostro observando de pies a cabeza con lujo de detalle al pelirrojo que postraba aquella katana, seguido, ladeó un poco su rostro observando al luchador y por último al ángel que acatando la orden había contado pez por pez mientras estos, desesperados buscaban un poco de agua para poder sobrevivir. Comenzó a ponerse de pie mientras aquellas gotas de agua recorrían su húmedo cuerpo haciendo bajo ella un pequeño charco de agua marina empapando la madera de la cubierta del barco, llevando su mano izquierda por sobre su hombro derecho trató de calmar el poco dolor que sentía ante el golpe y tras reponerse, con aquella expresión seria propia de ella y ojos inexpresivos, giró su rostro nuevamente hacia el pelirrojo que bien había ordenado se presentara sin más.
Entrecerró su mirada afilando ésta un poco y como si pasara de él giró su rostro ignorando totalmente su pregunta. - Son míos. - Dijo al rubio comenzando a caminar hacia él, estaba mareada, no había comido nada y tras aquel golpe le costaba un poco caminar y pisar firme. Pasó a un costado del luchador de igual manera pasando de él totalmente hasta que terminó de pie frente a Jonathan empuñó su mano derecha haciendo notar que si era necesario pelearía por aquellos peces por los que iba antes de que la atraparan, a fin de cuentas ellos se metieron en su camino.
Daoko
Hoja de personaje
Nivel:
(6/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por William J. Blazkowicz Jue Mar 31, 2016 11:12 am
William aunque era una persona muy calmada, no significaba que tolerase todo. El hecho que se prestara a ayudar a la sirena, y que esta simplemente pasara de ambos revolucionarios no fue muy agradable, sobre todo para Ray que parecía tener una cara de pocos amigos, y conociéndole estaría por atacar a la sirena si las cosas se torcían mucho. Sencillamente se levanto, caminando detrás de ella y verla apoyándose la mano en el hombro, probablemente estuviese herida por la red o por su misma torpeza, en cualquier caso era alguien que podría necesitar atención medica – lamentándolo mucho no son tuyos, son nuestros porque los hemos pescado nosotros, pero hay para todos, podemos compartir y así ninguno de los 4 tiene porque dejar de comer – aun cuando seguía mostrándose amable, no estaba negociando ni nada por el estilo, esa pesca era del barco y si la sirena pensaba que simplemente podía llevárselos así nada mas estaba equivocada.
Se detiene al estar parado justo detrás de ella – Olvide las presentaciones, soy William Joseph – le extiende la mano nuevamente – capitán y medio de a bordo – dado que le habían pedido idenficarse lo menos que podía hacer era también hacerlo, al menos como gesto de cortesía – si tienes un dolor en el hombro puedo intentar solucionarlo, soy un medico después de todo – nunca antes había dado una atención o diagnostico a un habitante del mar, pero había escuchado que la biología humana era lo bastante similar a la de esos seres como para poder compartir sangre, así que seguramente no fuese una tarea muy difícil.
Se detiene al estar parado justo detrás de ella – Olvide las presentaciones, soy William Joseph – le extiende la mano nuevamente – capitán y medio de a bordo – dado que le habían pedido idenficarse lo menos que podía hacer era también hacerlo, al menos como gesto de cortesía – si tienes un dolor en el hombro puedo intentar solucionarlo, soy un medico después de todo – nunca antes había dado una atención o diagnostico a un habitante del mar, pero había escuchado que la biología humana era lo bastante similar a la de esos seres como para poder compartir sangre, así que seguramente no fuese una tarea muy difícil.
William J. Blazkowicz
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
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