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Censo
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Creado por L.i.l.y Mar Mar 15, 2016 3:25 pm
Pueblo Gosa, un lugar bastante triste, alguna vez tuvo más personas y una mejor economía sin embargo ahora se encontraba bastante maltrecho, con una población reducida y ahora asediada por un pequeño grupo de bandidos los cuales creían que podrían abusar del pueblo por su baja relevancia para el gobierno y campar a sus anchas, olvidando el hecho de que también hay cazadores de recompensas que atienden al llamado del dinero que había por la cabeza de los dichosos malvivientes.
Normalmente hubieran ido solo Lily y su salvador, sin embargo en el gremio requerían de un grupo aunque fuera un poco más numeroso para que se hiciera cargo de esta misión, después de todo el grupo de bandidos si bien carecía de integrantes sobresalientes además de su líder, seguía siendo un grupo muy numeroso para que solamente una o dos personas se hicieran cargo de ellos a menos de que se tratara de integrantes extremadamente poderosos del gremio, y no era el caso, de hecho eran miembros de bajo nivel y sin renombre quienes participarían de aquella misión.
Habían pasado ya algunos meses desde que la fémina de cabello color azabache había adquirido sus nuevas extremidades mecánicas y finalmente había logrado convencer a su salvador de que estaba lista para la acción, pero la falta de integrantes la hizo recurrir a aceptar como compañero de misión y parte de la repartija del botín a un hombre de procedencia desconocida además del hecho de que pertenecía al gremio y se había mostrado un poco extravagante al momento de acordar participar de esta misión con el dúo de Lily y su salvador.
El clima era tranquilo, probablemente no llovería por un tiempo y sería una noche sin nubes por lo que la cobertura de la noche no sería realmente una gran ventaja si pretendían utilizarla como parte de su estrategia, así que ya conociendo el terreno y estando reunidos los cazadores sería una buena idea que empezarán a planificar la táctica a utilizar para atacar a los bandidos de la mejor forma posible. Apartados de la ciudad el pequeño grupo se preparaba donde no pudieran escucharles
-Yo propongo aprovechar de mis habilidades de sigilo e infiltración para comenzar emborrachando a los bandidos mientras ustedes esperan escondidos en el bosque, una vez que vean una buena oportunidad de atacar entrarán con todo a la batalla ¿Qué les parece?.- No era un plan particularmente complejo ni nada sobresaliente, la gente del pueblo debía de enviar dinero, comida y bebida a los bandidos para que no les atacaran, así que fácilmente la cazadora podría hacerse pasar por una lugareña para acercarse sin ser descubierta.
Normalmente hubieran ido solo Lily y su salvador, sin embargo en el gremio requerían de un grupo aunque fuera un poco más numeroso para que se hiciera cargo de esta misión, después de todo el grupo de bandidos si bien carecía de integrantes sobresalientes además de su líder, seguía siendo un grupo muy numeroso para que solamente una o dos personas se hicieran cargo de ellos a menos de que se tratara de integrantes extremadamente poderosos del gremio, y no era el caso, de hecho eran miembros de bajo nivel y sin renombre quienes participarían de aquella misión.
Habían pasado ya algunos meses desde que la fémina de cabello color azabache había adquirido sus nuevas extremidades mecánicas y finalmente había logrado convencer a su salvador de que estaba lista para la acción, pero la falta de integrantes la hizo recurrir a aceptar como compañero de misión y parte de la repartija del botín a un hombre de procedencia desconocida además del hecho de que pertenecía al gremio y se había mostrado un poco extravagante al momento de acordar participar de esta misión con el dúo de Lily y su salvador.
El clima era tranquilo, probablemente no llovería por un tiempo y sería una noche sin nubes por lo que la cobertura de la noche no sería realmente una gran ventaja si pretendían utilizarla como parte de su estrategia, así que ya conociendo el terreno y estando reunidos los cazadores sería una buena idea que empezarán a planificar la táctica a utilizar para atacar a los bandidos de la mejor forma posible. Apartados de la ciudad el pequeño grupo se preparaba donde no pudieran escucharles
-Yo propongo aprovechar de mis habilidades de sigilo e infiltración para comenzar emborrachando a los bandidos mientras ustedes esperan escondidos en el bosque, una vez que vean una buena oportunidad de atacar entrarán con todo a la batalla ¿Qué les parece?.- No era un plan particularmente complejo ni nada sobresaliente, la gente del pueblo debía de enviar dinero, comida y bebida a los bandidos para que no les atacaran, así que fácilmente la cazadora podría hacerse pasar por una lugareña para acercarse sin ser descubierta.
L.i.l.y
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Creado por River Mar Mar 15, 2016 8:50 pm
La taberna era típica de la región. Pequeña, oscura y llena del humo que producen las llamas que se engrandecen recorriendo sus deprimentes construcciones. La clientela era común y corriente, inclinada a ser del tipo bruto y asustadizo; de esos que menudean las inclinaciones intelectuales de la súplica y el lloriqueo, y eran por eso más susceptibles a las golpizas propinadas por los bandidos. Pero los padecimientos no terminaban con la simple muestra de superioridad, sino que los criminales secundaban doblemente sus credenciales robando a todos del cartucho de monedas que enfundaban, dándoles con la empuñadura de la espada si mostraban resistencia. El incendio, por la misma razón de que no mostraran resistencia, estaba justificado; aunque no estuviese del todo seguro de por qué quemaban el lugar luego de haberlo saqueado. A lo mejor era una etiqueta; si, una de esas estampas de la personalidad ajena que satisface la apacible intimidad. Como yo, redactando todo este como si fuera relevante!
Así que bien, River sabía poco, casi nada, de los criminales, hasta que se vio azarado en una de las posadas a la que prendieron fuego cuando aún dormía en su cama. Tuvo que saltar por la ventana, y luego de que saliese con la garganta más seca que el pan duro que había cenado, y hubiese bebido agua de un pozo, se devolvió a hablar con la gente, que simplemente le dijo que recién zafada la noche, los criminales bajaban de las colinas y hacían estragos en el pueblo. River asintió esperando que la memoria se afincase, y tras unos segundos acertó en memorar lo que uno de los carteles ambulantes decía con ordinaria letra sin dulzura. Unos criminales, un trabajo, unos compañeros, y dinero si salía vivo para cobrarlo. Empapelado por la protección de la gruesa piel de oso, el castaño hizo ver su orgullo y comenzó a recordarse todas las fábulas caballerizas que podían llenarlo de determinación y valentía.
Tiempo después de que hiciera saberse su disposición a con el acometido, se encontraba sumido en las sombras que tropezaban con el relieve. La noche era cerrada y las estrellas casi disimuladas en el cielo, abriendo claridades en el agua suspendida de ese inmenso universo, lo que hacía para el ojo descuidado casi imposible la hazaña de diferenciar su silueta andante de otra de las sombras que se espaciaban por el terreno. Su andar era sereno, contemplando el derredor con una sensación que competía con la firmeza y se inclinaba por el nerviosismo con cada paso que superponía delante de su cuerpo. Aún estaba nervioso cuando recomenzó la discusión que deliberara en su mente con sus compañeros de la misión.
Ah, la misión! Estos rastros de inactividad donde el grupo discute el compromiso de un plan puede considerarse como el preámbulo a esta historia que me licencio a narrar. Después de todo, la empresa era lo suficientemente importante para justificar la necesidad del agrupamiento que ahora se decidía a abordarla. River había resistido la naturaleza de esos trabajos conjuntos por todo el tiempo que pudo, pero finalmente se vio abandonando su usual desidia y charlatanería por una presencia sumisa y silenciosa. Cuando escuchó a la chica hablar, la luz de la luna asomando entre las redondeces que guardaban lo mejor de su personalidad, recogió a prisa su mirada y la llevó a los ojos de ella, dígase al ínfimo par de ojos que no redondeaban ni un 10% del tamaño que los pudiera hacer más interesantes que sus homólogos familiares. —Tú eres la líder; tú eres el plan. Me gusta— Murmuró purificando su rostro con una pequeña sonrisa para luego desviar la mirada, disfrazando hábilmente su nerviosismo mientras esperaba la respuesta del tercer integrante que seguía sumido en las sombras del anonimato.
River
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Creado por Alexander Wine Jue Mar 17, 2016 1:53 am
[flash(150,30]https://www.youtube.com/v/HtYmf3Nr5qI[/flash]
Y había llegado el momento cumbre, no todo el tiempo estaríamos en vacaciones, cuando todo estuviese preparado había que partir a trabajar, y ese momento llegó, una vez estuve convencido que Lily podía controlar su nuevo cuerpo, fue cuando sabíamos que el momento había llegado, y no debíamos hacer esperar al destino. Así fue como, recibiendo trabajo del alto mando de los caza recompensas, fue que llegó a nosotros una noticia de que jugaríamos al gato y al ratón con unos bandidos en un pueblo del mismo mar en el que nos encontrábamos.
Así fue como zarpamos de Orange y llegamos a Conomi, a un pueblo pequeño que era atormentado por un grupo de bandidos, sucios sabandijas amantes de lo ajeno. Sin más que ahondar en el asunto nos hicimos presentes y conocimos al tercer miembro que se uniría a nuestra misión, la cual era simple, acabar con esos bandidos y tener una prueba, al fin de cuentas, los carteles siempre tenían escritos "Vivo o Muerto", así que acabar con algunos no afectaría al dinero que cobraríamos por ellos. Pero de momento debíamos tener cuidado, pues aun siendo tres, ellos tenían más miembros en sus integrantes.
Estábamos en la penumbra de la noche, ocultos como una especie de ninjas, dispuestos a cazar a aquellos sujetos, por lo que coloqué mis visores, o goggles sobre mi cabeza en vez de mis ojos y llevé mi diestra al mentón, había un plan sobre la mesa y el tercer miembro de nuestro grupo había aceptado el plan. Había que pensar ¿Qué posibilidades había que realmente se dejasen atraer tan sencillamente por una persona? Pues, aunque así fuese, siempre habrían vigilantes y eso podía ser muy molesto así que detuve el ímpetu de ambos antes de cometer algún error peligroso.
-El plan es peligroso, pero parece efectivo, aun así, debes pensar que no dejarán libre la zona de ingreso, es decir, la entrada principal... por lo que, si pudieses llamar la atención de la mayor cantidad posible de sujetos, sería mucho más ventajoso para nosotros- mencioné confiando en que ella estaría bien, para luego desenfundar mi pequeña pistola la cual llevé a la altura de mi rostro -Tres minutos, eso es lo que esperaremos una vez ingreses al local, seguro irán muchos adentro por la visita y dejarán a los guardias solos, entonces será el trabajo de Jhonson para sacarnos de encima a los guardias que vigilen la entrada a la distancia, asumo que será un par simplemente... dudo mucho que teman a lo que pueda pasar, y no creo que esperen visitas de la marina... a lo mejor ya hasta los han comprado... cosa que no me sorprendería- cierro mis ojos y observó velozmente al cielo tras abrirlos, la luna... debíamos cuidarnos de su brillar si queríamos hacer las cosas bien -Una vez acabemos con los vigilantes, ingresaremos a la fiesta, así que, hasta que lleguemos, trata de no empezar una pelea innecesaria... sé que eres más fuerte que nosotros pero no eres invencible, en cantidad pueden ser peligrosos... pero confío en que sabrás ser muy buena distracción- menciono finalmente preparando mi arma y dando mi aprobación al plan... claro, con los cambios que yo mismo he dictaminado.
Así fue como zarpamos de Orange y llegamos a Conomi, a un pueblo pequeño que era atormentado por un grupo de bandidos, sucios sabandijas amantes de lo ajeno. Sin más que ahondar en el asunto nos hicimos presentes y conocimos al tercer miembro que se uniría a nuestra misión, la cual era simple, acabar con esos bandidos y tener una prueba, al fin de cuentas, los carteles siempre tenían escritos "Vivo o Muerto", así que acabar con algunos no afectaría al dinero que cobraríamos por ellos. Pero de momento debíamos tener cuidado, pues aun siendo tres, ellos tenían más miembros en sus integrantes.
Estábamos en la penumbra de la noche, ocultos como una especie de ninjas, dispuestos a cazar a aquellos sujetos, por lo que coloqué mis visores, o goggles sobre mi cabeza en vez de mis ojos y llevé mi diestra al mentón, había un plan sobre la mesa y el tercer miembro de nuestro grupo había aceptado el plan. Había que pensar ¿Qué posibilidades había que realmente se dejasen atraer tan sencillamente por una persona? Pues, aunque así fuese, siempre habrían vigilantes y eso podía ser muy molesto así que detuve el ímpetu de ambos antes de cometer algún error peligroso.
-El plan es peligroso, pero parece efectivo, aun así, debes pensar que no dejarán libre la zona de ingreso, es decir, la entrada principal... por lo que, si pudieses llamar la atención de la mayor cantidad posible de sujetos, sería mucho más ventajoso para nosotros- mencioné confiando en que ella estaría bien, para luego desenfundar mi pequeña pistola la cual llevé a la altura de mi rostro -Tres minutos, eso es lo que esperaremos una vez ingreses al local, seguro irán muchos adentro por la visita y dejarán a los guardias solos, entonces será el trabajo de Jhonson para sacarnos de encima a los guardias que vigilen la entrada a la distancia, asumo que será un par simplemente... dudo mucho que teman a lo que pueda pasar, y no creo que esperen visitas de la marina... a lo mejor ya hasta los han comprado... cosa que no me sorprendería- cierro mis ojos y observó velozmente al cielo tras abrirlos, la luna... debíamos cuidarnos de su brillar si queríamos hacer las cosas bien -Una vez acabemos con los vigilantes, ingresaremos a la fiesta, así que, hasta que lleguemos, trata de no empezar una pelea innecesaria... sé que eres más fuerte que nosotros pero no eres invencible, en cantidad pueden ser peligrosos... pero confío en que sabrás ser muy buena distracción- menciono finalmente preparando mi arma y dando mi aprobación al plan... claro, con los cambios que yo mismo he dictaminado.
Alexander Wine
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Creado por L.i.l.y Lun Mar 21, 2016 11:24 am
La fémina escucho atentamente las palabras e ideas de su salvador, las tomo muy en cuenta mientras pensaba en más detalles para el plan -De acuerdo James, entonces tomaré algo más de tiempo para la preparación, ya sabemos que tendremos la colaboración de los aldeanos así que les avisaré que seré yo quien lleve la paga que corresponde a hoy después de arreglarme, no puedo ir con mi espada a simple vista o se verán venir lo que estamos planeando, así que por favor llévenla y cuando entren al campo déjenmela a mano.- fueron las ultimas aclaraciones y tips de parte de la especialista en infiltración antes de dejar su arma "principal" a sus compañeros e ir a hablar con el jefe de la aldea y su esposa.
La pelinegra se había llevado material de disfraz y algunas otras cosas mientras dejaba a sus compañeros de misión esperando en el bosque, ellos la verían ir por el camino principal de que utilizan los aldeanos para llevar el tributo después de conseguir algo de ropa de una de las pocas jovencitas que seguían allí, se tomó bastante tiempo en disfrazarse como la susodicha pero por suerte ambas tenían el mismo color de pelo así que tampoco tuvo que arreglarse demasiado el cabello, solo dejarlo suelto y agregarle una horquilla normal a un lado.
Una vez que tuvo todo lo necesario emprendió el viaje a la base de los bandidos disfrazada como una de las jóvenes de la aldea, con la caja del tributo que pagaban para que no los atacaran, normalmente iría un hombre a hacerlo sobre todo por la noche, sin embargo no era un cambio tan drástico como para que hiciera sospechar a los bandidos de que algo no estaba yendo del todo bien a menos de que tuvieran entre ellos a algún paranoico o algo por el estilo.
Cuando paso por la zona del bosque donde debían estar sus compañeros la cyborg hizo una seña para que la reconocieran a pesar del disfraz para que empezara de una vez la operación. Tras recorrer el camino finalmente por un rato finalmente Lily llego a la base de los bandidos, había dos puertas que la estaban esperando con sonrisas desagradables en sus rostros, la muchacha se mostró temerosa, asustadiza y preocupada, como si aquellos hombres la intimidaran tanto como harían con una adolescente normal que era enviada a realizar una tarea como aquella.
La pelinegra se había llevado material de disfraz y algunas otras cosas mientras dejaba a sus compañeros de misión esperando en el bosque, ellos la verían ir por el camino principal de que utilizan los aldeanos para llevar el tributo después de conseguir algo de ropa de una de las pocas jovencitas que seguían allí, se tomó bastante tiempo en disfrazarse como la susodicha pero por suerte ambas tenían el mismo color de pelo así que tampoco tuvo que arreglarse demasiado el cabello, solo dejarlo suelto y agregarle una horquilla normal a un lado.
Una vez que tuvo todo lo necesario emprendió el viaje a la base de los bandidos disfrazada como una de las jóvenes de la aldea, con la caja del tributo que pagaban para que no los atacaran, normalmente iría un hombre a hacerlo sobre todo por la noche, sin embargo no era un cambio tan drástico como para que hiciera sospechar a los bandidos de que algo no estaba yendo del todo bien a menos de que tuvieran entre ellos a algún paranoico o algo por el estilo.
Cuando paso por la zona del bosque donde debían estar sus compañeros la cyborg hizo una seña para que la reconocieran a pesar del disfraz para que empezara de una vez la operación. Tras recorrer el camino finalmente por un rato finalmente Lily llego a la base de los bandidos, había dos puertas que la estaban esperando con sonrisas desagradables en sus rostros, la muchacha se mostró temerosa, asustadiza y preocupada, como si aquellos hombres la intimidaran tanto como harían con una adolescente normal que era enviada a realizar una tarea como aquella.
- Habilidades:
- [3°] Actriz: Como toda especialista en infiltración y seducción Liy es capaz de aparentar lo que no es, en comportarse como si fuera una tonta que no entiende como ponerse bien un sujetador hasta aparentar ser una chef especializada o una jovencita inocente e indefensa que le teme a salir sola durante la noche, también es capaz de usar distintos tonos de voz acorde a sus intenciones y necesidades.
[9°] Maestra del disfraz: Lily es capaz de maquillarse, arreglar su pelo y accesorios de forma tal que se vuelve irreconocible a simple vista para aquellos que la conocen poco, aquellos que la conocen íntimamente puede identificarla con algo de esfuerzo y los que la vieron poco tiempo o en pocas ocasiones les será casi imposible darse cuenta del cambio incluso después de estar muy cerca el uno de la otra.
L.i.l.y
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Creado por River Miér Mar 23, 2016 9:54 am
River parpadeó alternando los ojos entre la una y el otro, ciñéndose de los argumentos en el procedimiento estándar de reflexionar en las causas y consecuencias de cada decisión. No le embargó la sorpresa cuando supo que se conocían, desde que llegó motivos le sobraron para intuirlo, mas sin embargo lo que si le causó una buena impresión fue la avidez de escrúpulos que cada uno tenía a con la encomienda. Normalmente River hubiera pasado de los continuos avizores y hubiera atravesado el silencioso bosque tratando de culminar la misión por medio de acciones y no por objeto de deliberadas discusiones. Aún así, corriéndole a la repetición de todas las palabras mencionadas en sus mentes, el castaño recapituló el plan, y como si fuera imprescindible, mencionó con una expresión abstraída en sí misma: —Suerte—
Para cuando se separaron, River se ofreció para cargar con la espada de la chica, ya que además de los guanteletes con los que había enfundado sus manos, no tenía ningún arma particular que necesite de maniobrar al desplazarse. Se atuvo al plan y siguió al joven que había endilgado como James, raspando el silencio suavemente con su cuerpo. Habían determinado un altillo para evitar atropellos y confusiones con los locales, pero que aún así les brindase una buena visión de las circunstancias que se irían deshilvanando. River se atrincheró en su piel de oso, cavando un nido entre unos arbustos y brezos para así enroscarse velado por la oscuridad, y luego viró con franqueza la mirada para ver hacia donde se había colocado el líder de facto. Para cuando ambos estuvieran entreverados en el mismo pretexto, solo restaba esperar por la señal brindada por la chica para empezar la cuenta regresiva.
Los ojos del cazador escudriñaron en la frontera de sombras, viendo más adelante un costado del campamento e insinuados como sombras cerca de una de las puertas, los respectivos guardias. Cumpliendo con auténtica puntualidad los designios, la chica apareció por el camino cargando con un pequeño cofre que parecía era lo único que mantenía su cuerpo tembloroso ensamblado con el suficiente tino para poder caminar. Tenía el carácter desgastado de una chica que sabía que estaría desguarnecida de cualquier apoyo desde el momento en que cruzara esas puertas. River hasta tuvo problemas en saber si realmente era ella, pero cuando advirtió el ojo que guiñara a su penumbrosa dirección, los 180 segundos comenzaron a descontarse en el aire indomable del transcurso del tiempo.
Se estremeció involuntariamente mientras respiraba, y luego rastreó con la mirada la posición de los guardias. Sus ojos advirtieron una sombra destacada en el estrecho espacio detrás de un jobo, seguramente echando una meada. Luego reptaron hacia otro más cerca de su posición, que trataba de mirar a través de las rendijas de uno de los tablones del campamento para ver la impúdica procesión. Podía imaginar una actitud parecida de la mayoría de los bandidos, que veían a esa chica como otra aldeana simplona más proporcionada que las demás. River frunció las cejas en concentración, y contó los últimos segundos antes de incorporarse de su escondite.
Su respiración rápida acompañó el ritmo acompasado y prudente de un par de pies. Los vigías en la entrada, según había entendido, serían eliminados por James, por lo que él solo avanzó sin preocuparse por ellos, rodeando una esquina para sorprender al sujeto detrás del olmo que terminaba de echar una espuma entre unas raíces, y luego de apresarlo en el ángulo flexionado de su codo hasta que el enganche de acero le arrancara el último bufido afónico, lo dejo caer en el suelo y avanzó bordeando el costado para golpear de forma fulminante al otro, agujereándole el cuello y dejándola a ahogarse en su propia sangre. Finalmente llegó a la entrada que esperó estuviera desprovista de obstáculos.
Las brazas de la fogata crujían en medio del campamento, mientras que la presencia de los intrusos tejían lentamente la mirada y el entendimiento de los incrédulos bandidos, algunos que hasta habían empezado a quitarse la ropa y se encontraban parados con unos calzones sucios, y otros, que no tenían la oportunidad de llevar ropa interior, estaban desnudos. Una voluntad de ojos se movieron para avistarlo, pero el puño enfundado en las púas de acero que resaltaban de los nudillos del cazador, le abrieron 4 hoyuelos sangrientos en la frente al sujeto. Su mirada luego saltó, y desmontó de su espalda la correa de la espada de la chica, golpeando a otro sujeto en el rostro antes de esperar encontrar a la chica para revolearle al aire su arma.
River
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Creado por Mr. Narrador Vie Mar 25, 2016 11:23 pm
En aquel improvisado campamento ubicado en una zona boscosa, iluminado únicamente por la fogata del centro del improvisado círculo que la banda había formado para mantenerse calientes, contándose anécdotas superficiales, riéndose por nimiedades y usando un lenguaje vulgar para hablar entre ellos, como si se tratara de un código de superioridad que solo mentes brillantes entenderían, lo que significaba que esos bárbaros carentes de neuronas se consideraban seres superiores, más fuertes, veloces e inteligentes que todos los demás. Por supuesto, ese comportamiento narcisista fue lo que guio a ese grupo de desalmados a unirse bajo las ordenes de un sujeto con gustos particulares para la vestimenta y delirios místicos para imponer un régimen autoritario sobre un pueblo que poco podrían hacer contra ellos.
En esa noche particular, gran parte de la banda se encontraba dispersa. Incluso el jefe se había retirado a hacer quien sabe qué cosa. ¿Y por qué habrían de saberlo sus subordinados? Solo eran unos peones que se movían bajo sus órdenes. Mientras recibieran algo de comida y pudieran golpear un par de cabezas mantendría a esos tipos ocupados y felices por días. Con un poco de satisfacción dada a su sequito de seguidores, el jefe podría ordenar, disponer y manipular a quien quisiera, como quisiera, cuando quisiera y donde quisiera. No sería raro compararlo con un Dios.
Ese día era el de la entrega del tributo, establecida para que los bandidos no atacaran al pueblo ni a sus habitantes. Sin embargo, ¿valía la pena el sacrificio que se debía pagar a cambio? Una joven, siempre distinta, era enviada hacía ellos, completamente sola y desarmada. De más estaba decir que el pago principal era el cuerpo de la dama de turno, donde se la denigraba de mil y una maneras, todas y cada una de esas peor que la anterior.
-Vaya, vaya, mira lo que tenemos aquí, Hakuto.- Un hombre fornido, de tez morena, portador de una máscara negra con cuernos y detalles rojos que cubría la mitad de su rostro habló a su compañero, vestido exactamente igual que el primero. Era el día de estar vestidos iguales, pues eso significaba unidad. –La veo, Tetsuo.- El segundo nombre habló, relamiéndose los labios, mientras observaba a la dama de cabeza a los pies. –Sería una pena que no estuviese sola, ¿Cierto Hakuto?- Lo sabían, claro que lo sabían. Esa noche, en esa fogata, un cuerpo ardía carbonizado por las llamas que todo lo purifican. Poco a poco, los restos de un ciudadano que había tratado de hacerse el héroe eran consumidos, como si nunca hubiera estado en aquel lugar para empezar. Por suerte, el arma de aquel samaritano, una espada, se encontraba a unos escasos metros de los pies de la joven…
En otro lado del bosque, otros dos fortachones aparecían en presencia de los presuntos dos compañeros de la joven. Por supuesto, vestían de igual manera que los otros dos. –Takashi, los encontramos.- Se podía notar la sonrisa malévola en el rostro de ambos individuos, mientras agitaban aquellos garrotes en sus manos, creyendo verse amenazantes. –Qué suerte que ese idiota nos dijera todo antes de morir carbonizado, Issei.- Escupió esa frase con orgullo y regocijo. Aquellas bestias habían dejado de ser humanas hacía tiempo. Las máscaras eran perfectos reflejos de sus putrefactos interiores, y de su oscura esencia.
En esa noche particular, gran parte de la banda se encontraba dispersa. Incluso el jefe se había retirado a hacer quien sabe qué cosa. ¿Y por qué habrían de saberlo sus subordinados? Solo eran unos peones que se movían bajo sus órdenes. Mientras recibieran algo de comida y pudieran golpear un par de cabezas mantendría a esos tipos ocupados y felices por días. Con un poco de satisfacción dada a su sequito de seguidores, el jefe podría ordenar, disponer y manipular a quien quisiera, como quisiera, cuando quisiera y donde quisiera. No sería raro compararlo con un Dios.
Ese día era el de la entrega del tributo, establecida para que los bandidos no atacaran al pueblo ni a sus habitantes. Sin embargo, ¿valía la pena el sacrificio que se debía pagar a cambio? Una joven, siempre distinta, era enviada hacía ellos, completamente sola y desarmada. De más estaba decir que el pago principal era el cuerpo de la dama de turno, donde se la denigraba de mil y una maneras, todas y cada una de esas peor que la anterior.
-Vaya, vaya, mira lo que tenemos aquí, Hakuto.- Un hombre fornido, de tez morena, portador de una máscara negra con cuernos y detalles rojos que cubría la mitad de su rostro habló a su compañero, vestido exactamente igual que el primero. Era el día de estar vestidos iguales, pues eso significaba unidad. –La veo, Tetsuo.- El segundo nombre habló, relamiéndose los labios, mientras observaba a la dama de cabeza a los pies. –Sería una pena que no estuviese sola, ¿Cierto Hakuto?- Lo sabían, claro que lo sabían. Esa noche, en esa fogata, un cuerpo ardía carbonizado por las llamas que todo lo purifican. Poco a poco, los restos de un ciudadano que había tratado de hacerse el héroe eran consumidos, como si nunca hubiera estado en aquel lugar para empezar. Por suerte, el arma de aquel samaritano, una espada, se encontraba a unos escasos metros de los pies de la joven…
En otro lado del bosque, otros dos fortachones aparecían en presencia de los presuntos dos compañeros de la joven. Por supuesto, vestían de igual manera que los otros dos. –Takashi, los encontramos.- Se podía notar la sonrisa malévola en el rostro de ambos individuos, mientras agitaban aquellos garrotes en sus manos, creyendo verse amenazantes. –Qué suerte que ese idiota nos dijera todo antes de morir carbonizado, Issei.- Escupió esa frase con orgullo y regocijo. Aquellas bestias habían dejado de ser humanas hacía tiempo. Las máscaras eran perfectos reflejos de sus putrefactos interiores, y de su oscura esencia.
- Spoiler:
- Nombre: Hakuto/Tetsuo/Takashi/Issei
Raza: Humano
Nivel: 1
Akuma no Mi: -
Clase: Luchador
Profesión: Artesano
Atributos:- Fuerza: 2
- Resistencia: 2
- Destreza: 1
Físico: Los cuatro sujetos se ven exactamente iguales, midiendo 1 metro y 80 centímetros, usando las vestimenta de la imagen a continuación, lo que incluye también el arma que cada uno usará. - Fuerza: 2
Mr. Narrador
Hoja de personaje
Nivel:
(1/1)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por L.i.l.y Sáb Abr 02, 2016 7:54 am
El aspecto de aquellos hombres que recibirían a la doncella de negros cabellos eran realmente desagradables, el solo hecho del interpretar aquel papel traía malos recuerdos a la fémina que sin miramientos mantuvo su actuación cual profesional que sin importar su pensar seguiría el guion al pie de la letra mientras se pudiera.
Hombres fornidos, brabucones clásicos ella ya los conocía en cierta forma, después de todo en Wishkey Peak abundaban los hombres como aquellos, quienes creían que solo con su fuerza podrían comerse el mundo y ser los reyes del mismo, hasta que llegará alguien más fuerte y les diera una tunda que no podrían olvidar, si es que sobrevivían para poder recordar cualquier cosa, pero estaban muy precavidos, y sus palabras arrogantes delataron lo que sabían abiertamente.
Alguien se había ido de lengua y había arruinado el plan de los cazadores, al parecer algún héroe había querido hacer alguna clase de estupidez que lo condeno a morir y entorpecer el trabajo de aquellas personas que habían venido desde lejos para ayudar, era el primer trabajo de mínima importancia que tomaban y se veía entorpecido por culpa de “aliados”, la fémina no olvidaría esto y lo tendría en cuenta para futuros trabajos.
Ya no valía la pena mantener aquella mentira si el plan había sido arruinado por culpa de aquel "héroe" que permanecería en el anonimato hasta que regresaran al pueblo y preguntaran por una persona faltante, con irritación la joven de pelo negro lanzo el cofre de la ofrenda al suelo y recibió la espada lanzada por River, con el mismo gesto de atraparla la dama giro en el lugar mientras desenvainaba el arma preparándose para luchar.
-Es realmente irritante preparar un plan y que un idiota lo arruine, pero dado que ya no se lo podré hacer pagar a él, entonces haré que ustedes lo paguen.- Dijo algo molesta la única fémina de aquel lugar mientras tomaba su espada con la diestra y retrocedía un poco flexionando sus rodillas como un resorte antes de salir disparada en una rápida zancada contra uno de aquellos hombres de desagradable aspecto lanzando una serie de rápidos cortes, si el resto de bandidos también estaban alertados tenían que acabar con estos en el menor tiempo posible de forma que no se vieran rodeados por más refuerzos.
Hombres fornidos, brabucones clásicos ella ya los conocía en cierta forma, después de todo en Wishkey Peak abundaban los hombres como aquellos, quienes creían que solo con su fuerza podrían comerse el mundo y ser los reyes del mismo, hasta que llegará alguien más fuerte y les diera una tunda que no podrían olvidar, si es que sobrevivían para poder recordar cualquier cosa, pero estaban muy precavidos, y sus palabras arrogantes delataron lo que sabían abiertamente.
Alguien se había ido de lengua y había arruinado el plan de los cazadores, al parecer algún héroe había querido hacer alguna clase de estupidez que lo condeno a morir y entorpecer el trabajo de aquellas personas que habían venido desde lejos para ayudar, era el primer trabajo de mínima importancia que tomaban y se veía entorpecido por culpa de “aliados”, la fémina no olvidaría esto y lo tendría en cuenta para futuros trabajos.
Ya no valía la pena mantener aquella mentira si el plan había sido arruinado por culpa de aquel "héroe" que permanecería en el anonimato hasta que regresaran al pueblo y preguntaran por una persona faltante, con irritación la joven de pelo negro lanzo el cofre de la ofrenda al suelo y recibió la espada lanzada por River, con el mismo gesto de atraparla la dama giro en el lugar mientras desenvainaba el arma preparándose para luchar.
-Es realmente irritante preparar un plan y que un idiota lo arruine, pero dado que ya no se lo podré hacer pagar a él, entonces haré que ustedes lo paguen.- Dijo algo molesta la única fémina de aquel lugar mientras tomaba su espada con la diestra y retrocedía un poco flexionando sus rodillas como un resorte antes de salir disparada en una rápida zancada contra uno de aquellos hombres de desagradable aspecto lanzando una serie de rápidos cortes, si el resto de bandidos también estaban alertados tenían que acabar con estos en el menor tiempo posible de forma que no se vieran rodeados por más refuerzos.
- Off:
- Muchas gracias por esperarme y lamento la demora DX.
Resumen: Recibe la espada que lanzo River y desenvaina girando antes lanzarse contra el bandido que tiene más cerca usando “Ráfaga”.
Ráfaga: Lily lanza una seguidilla de cortes consecutivos que no lanzan ondas cortantes pero tienen gran precisión.
Nivel 1: 10 cortes.
3 turnos de reposo.
L.i.l.y
Hoja de personaje
Nivel:
(22/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Alexander Wine Mar Abr 05, 2016 4:13 am
Un plan medido con milímetros, todas las palabras contadas de forma exacta, una pistola, tres personas, unos guardias, una fogata, lumbrera que bastaba para un espacio pequeño, todo estaba correcto, a excepción de algunos detalles que parecían insignificantes, al parecer el alboroto era constante en aquella guarida, cosa poco común, al menos así me pareció. Limpiaba mi arma mientras esperaba, tenía dos a la mano, una pistola y un arma contundente, un martillo, me sentía preparado para el trabajo, el plan fue relatado y repetido de forma correcta, nada me esperaba que hubiese un soplón.
Lily hizo su parte, se disfrazó, nos dio la señal e ingresó en el local, seguro intentarían dañar su integridad, no puedo negar que me preocupa, pero no puedo negar tampoco que estoy seguro que estará bien, es fuerte, mucho más que yo, nada la derribará tan fácil. Nuestro camarada y yo esperamos ansiosos, contando los segundos, sin mencionar palabra, no lo necesitamos, sabemos que haremos y sabemos hacerlo bien. Llegado el momento nos levantamos de la madriguera hecha por River quien parece haber divisado a unos hombres fuera de posición, así que va por ellos, yo iré por mi lado pero... ¡Sorpresa! Al lado opuesto de donde River se mueve hay movimiento, no son los sujetos más silenciosos del mundo, es momento de un plan B.
Cobijado por la penumbra de la noche, me sacó mi chaqueta y coloco unas ramas, entonces la pongo sobre ellas velozmente y dejo mi martillo al lado, sé que podré tomarlo pronto, mi plan era sencillo... una trampa. Pocos son los segundos luego de ir a esconderme que llegar un mar de mastodontes con sus garrotes en mano, celebran mientras llegan, al parecer sabían de nuestra existencia, más no de nuestra posición. Sé que notarán casi de inmediato el engaño, y eso puede ser peligroso, así que desde mi posición disparo a uno de ellos, no estoy demasiado lejos, pero me oculto tras la arboleda del lugar, desde ahí disparo a uno de ellos, mi intención, finalizarlo con un disparo a la altura de la oreja, donde la mascara no protege, lugar donde podría destruir la poca masa cerebral que poseían, esperaba dar en el blanco.
Cargué prontamente el arma tras el disparo mientras rodeaba la zona, buscaba al segundo sujeto, conocía el lugar mejor que yo, aunque el poco tiempo que estuvimos aquí, me permitió conocer algo. Salí de mi escondite con el arma al frente, apuntando al otro sujeto, estuviese de frente o de espalda, oiría mis palabras -Es extraño... ¿Porqué dejar vulnerable una incorporación tan importante a su base?... ¿Qué sabes? Si respondes, podrías salvarte- lo mencioné como una probabilidad, no muy alta, pero era una. Dependiendo de su respuesta, le disparaba o le disparaba... si, no era mucha opción a fin de cuentas... pero eso él no tenía porque saberlo.
Lily hizo su parte, se disfrazó, nos dio la señal e ingresó en el local, seguro intentarían dañar su integridad, no puedo negar que me preocupa, pero no puedo negar tampoco que estoy seguro que estará bien, es fuerte, mucho más que yo, nada la derribará tan fácil. Nuestro camarada y yo esperamos ansiosos, contando los segundos, sin mencionar palabra, no lo necesitamos, sabemos que haremos y sabemos hacerlo bien. Llegado el momento nos levantamos de la madriguera hecha por River quien parece haber divisado a unos hombres fuera de posición, así que va por ellos, yo iré por mi lado pero... ¡Sorpresa! Al lado opuesto de donde River se mueve hay movimiento, no son los sujetos más silenciosos del mundo, es momento de un plan B.
Cobijado por la penumbra de la noche, me sacó mi chaqueta y coloco unas ramas, entonces la pongo sobre ellas velozmente y dejo mi martillo al lado, sé que podré tomarlo pronto, mi plan era sencillo... una trampa. Pocos son los segundos luego de ir a esconderme que llegar un mar de mastodontes con sus garrotes en mano, celebran mientras llegan, al parecer sabían de nuestra existencia, más no de nuestra posición. Sé que notarán casi de inmediato el engaño, y eso puede ser peligroso, así que desde mi posición disparo a uno de ellos, no estoy demasiado lejos, pero me oculto tras la arboleda del lugar, desde ahí disparo a uno de ellos, mi intención, finalizarlo con un disparo a la altura de la oreja, donde la mascara no protege, lugar donde podría destruir la poca masa cerebral que poseían, esperaba dar en el blanco.
Cargué prontamente el arma tras el disparo mientras rodeaba la zona, buscaba al segundo sujeto, conocía el lugar mejor que yo, aunque el poco tiempo que estuvimos aquí, me permitió conocer algo. Salí de mi escondite con el arma al frente, apuntando al otro sujeto, estuviese de frente o de espalda, oiría mis palabras -Es extraño... ¿Porqué dejar vulnerable una incorporación tan importante a su base?... ¿Qué sabes? Si respondes, podrías salvarte- lo mencioné como una probabilidad, no muy alta, pero era una. Dependiendo de su respuesta, le disparaba o le disparaba... si, no era mucha opción a fin de cuentas... pero eso él no tenía porque saberlo.
Alexander Wine
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por River Mar Abr 05, 2016 12:45 pm
La oscuridad de medianoche se filtra a través de las ramas de los árboles cubiertos de musgo, y baila en las sombras de las siluetas que caminaban en su penumbra, cuando sus pies prensados suavemente de la tierra, dan cada paso salpicando en el fondo del silencio una insensatez mezclada con indiferencia. Fue un instante de sesgos inesperados; donde los sobresaltos se desprenden del rincón de la oscuridad más nebulosa y aluden a algo peligroso: una trampa. James ya se había alertado, aunque la pistola siempre hubiera reposado entre sus dedos adviniendo lo que pudiera evitar, y luego de que le hubiera revoleado la espada a la chica, misma que cayó cerca de sus pies, River también se preparó para la sangre que humedecería la tierra. ¿Pero qué hace el cazador? Ve cómo la estancia se recoge en las vibraciones de las palabras que la retuercen. Dos hombres rudos ahora los asediaban y tenían que deponer de ellos lo más pronto posible. De inmediato, ipso facto, de tromba, repentino; y el concierto de todos los nombres que pueden dárseles a esa necesidad de impetuosidad se sucedieron antes del impacto. River confirmó lo presentido escuchando el disparo que habría inundado con su fragor esos parajes llenos de excesiva vegetación.
El sonido insondable le permitió al castaño moverse con más soltura, como si hubiera esperado el disparo cuan señal para desmentir aquella vulnerabilidad en la que sus enemigos pretendían que estuviese, y se dirigió con rapidez hacia el mastodonte restante. La piel de oso arropó su velocidad mientras se desplazaba, y cuando estuvo frente al hombre, pateó el suelo y se movió con velocidad a su alrededor, tratando de conseguir que lo siguiese con los ojos y tuviera que volver su hombro para seguir atendiéndolo. Así, mientras sus movimientos fluían con la delicadeza de su rapidez, se mantuvo al tanto de lo que ahora iba ocurriendo frente a él y detrás del sujeto. Completando la curva, que se cerró en un redondel, River se alojó detrás del sujeto sosteniendo ambos puños enchapados frente a si en una postura que planeaba defenderlo de cualquier ataque entrante que pudiera salir de su improbable contrincante. Aún así el movimiento inicial estaba trazado para transportar la atención del adalid a otro punto en el que su visión no abarcara los puntos ciegos en los que su compañero el tirador estaba orientado. A través del espesor de la oscuridad, River divisó el arma de James mirando hacia dentro del cuerpo del segundo enemigo con el boquete de metal. Sintiendo que su partida estaba concluyendo, el cazador se limitó a contemplar con una expresión modorra a su enemigo, atento a la respuesta que daría a la pregunta de su compañero, y si no tenía una pequeña lucecita de entendimiento como para responder a la pregunta, se mantendría igualmente vigilante de la próxima acción que tomaría dadas las circunstancias.
- Resumen:
- Al escuchar el primer disparo de James, River decide moverse alrededor del enemigo restante, atrayendo su atención hacia atrás, dándole una oportunidad a James para encañonar al enemigo desde la vulnerabilidad de su espaldar.
River
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Mr. Narrador Miér Abr 06, 2016 10:40 pm
Aquella fogata que se encontraba en el centro del campamento ardía sin cesar, consumiendo las maderas que, en la base de la misma, le daban vida, la mantenían encendida en todo su esplendor. Las llamas carmesí iluminaban con fervor cada rincón en un gran círculo de unos diez metros a la redonda, generando difusas sombras de lo que sea que se interpusiera en el camino de sus destellos rojizos, dándole a ese bosque un aspecto más tétrico de lo usual. Incluso estando cerca de aquella fuente de luz y calor, sus destellos llegarían bastante alto, dándole a la luna, aquel astro que levitaba sobre ellos, un aspecto anaranjado, muy acorde al momento.
- Lily:
- Los dos hombres, Hakuto y Tetsuo, eran realmente hermanos gemelos, criados por una familia de delincuentes que, al primer momento de necesidad, los vendió al mejor postor. Su infancia y adolescencia no había sido la mejor, de hecho se podría decir que su vida había sido un infierno en sí misma, pasando cual mercancía usada y desechada de mano en mano, hasta llegar a las manos del jefe del grupo que los trataba como sus propios hijos. Les enseñó acerca de la unión, de la fuerza, y de imponerse sobre otros. Les dio una familia que, por más disfuncional o extraña que pareciera, era lo más cercano al afecto que ambos tuvieron.
La unidad lo era todo, un vínculo indestructible y superior, capaz de derribar fronteras, murallas, incluso llegando a arrasar con ríos y océanos. ¿Quién sería tan estúpido como para creer semejante slogan? Ellos lo eran, pues su vida había sido moldeada bajo ese estigma. Con esa simple lógica, habían sido entrenados para saber lo que el otro necesitaría, sin palabras de por medio. Aprendieron a leer los gestos ajenos, desde el más sutil movimiento de ojos o asentimiento, hasta el más brusco de los pasos que dieran. Si la unidad no podría derribar una muralla, ciertamente ellos podrían hacerlo trabajando “unidos”.
Hakuto, el bandido que se encontraba más próximo a la mujer, acomodó ambos pies en el suelo, similar a la pose de los luchadores de sumo. Sus músculos se tensaron a la par que su colocaba su garrote delante de él, cubriendo principalmente su pecho en posición diagonal, de derecha a izquierda. A leguas se notaba que confiaba en su fuerza, pero más que nada, también lo hacía en su gemelo. Tetsuo, estando a escasos centímetros atrás del hombre que recibiría los golpes, se abalanzó sobre la mujer y, con un brusco movimiento de su arma, lanzó un golpe diagonal, de abajo hacia arriba, contra la espadachín que osaba atacar a su sangre.
- James & River:
- Takashi e Issei era un dúo particular que se había formado al verse perdidos en un pueblo de mala muerte. Poco tardaron en conocerse, mucho menos en formar una alianza, un vínculo que los uniría por siempre. La mejor manera de describir a este grupo de dos era llamarlos “bestias desalmadas” pues lo único que deseaban era la carne desgarrada de sus presas colgando de sus armas de batallas, los garrotes que compartían todos los miembros de aquella pandilla de desalmados, cuyo único deseo era su propio bienestar y regocijo, a costa de las provisiones y cuerpos femeninos de los lugares en los que se imponían.
Desafortunadamente para la pareja que le tocaba enfrentarse a estos dos bandidos, estos últimos sabían bastantes cosas acerca de emboscadas en los bosques, pues vivir en ellos les daba toda una nueva perspectiva. Aquellos trucos baratón que usaban, los podían diferenciar a leguas, la podían oler. Eso, y que los pocos destellos de la fogata que se encontraba a varios metros de donde estaba podía llegar allí, distorsionando levemente las sombras al alcance de la visión. No solo de las cosas rígidas, sino también de las que se movieran.
Issei no se acercó a la trampa como se esperaría, más bien la empujó con su garrote con violencia. Takashi cuidaba puntualmente su espalda, por lo que pudo prever cuando una extraña luz se dio a notar en medio de la penumbra. Parecía que la luz de la fogata se había reflejado sobre una superficie de metal. Poco tardó el segundo en empujar al primero, sacándolo de la línea de tiro, recibiendo una bala directa a la altura de su antebrazo izquierdo. Solo un corto insulto emitido por lo bajo reveló el impacto del mismo, puesto que la sangre no podría ser apreciable con tan escasa iluminación.
-Mejor suerte para la próxima.- Afirmó el grandote con el disparo en su brazo, mientras se abalanzaba contra el tirador, moviéndose erráticamente de izquierda a derecha. Por su parte, el salvado logró notar a la segunda presencia, el culpable de los dos que había revelado su posición. –Mejor suerte para la próxima.- Repitió Issei, relamiéndose los labios, con garrote en lo alto. No tardó en lanzarse sobre el segundo, imitando a su compañero de equipo, con extraños movimientos y saltos. Con total honestidad, no habían escuchado la pregunta que se le habían hecho, mas no importaba. Los muertos no hacen preguntas.
Mr. Narrador
Hoja de personaje
Nivel:
(1/1)
Haki:
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