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Creado por Mr. Narrador Lun Abr 11, 2016 5:42 am
La casa de empeños sólo era accesible por un estrecho y maltratado callejón del barrio de pescaderos de Loguetown. Un lugar bastante sucio de por sí, con el suelo siempre mojado y con un fuerte olor a agua marina y pescado. Sin embargo, su distribución en forma de enjambre lo hacía sumamente difícil de patrullar para los marines y perfecto para que los delincuentes pudieran evitarlos usando rutas alternativas por las callejuelas.
Sin embargo, sí que había una manera de poder vigilar zonas amplias de aquel terreno, y era utilizando la altura que otorgaban los distintos tejados de la zona. La mayoría de edificios de aquel lugar tenía dos o tres plantas, la más baja era habitualmente un negocio que daba a las calles más transitadas mientras que las superiores servían cómo viviendas para, lo más normal, los propietarios de la tienda y sus familiares. Aquello provocaba que en la zona hubiera varios puntos desde los que se podía controlar varias calles sin tener prácticamente ningún punto muerto. Una pena que la Marina no pudiera allanar las moradas de los vecinos cuando los criminales sí que podían hacerlo.
Había un punto en concreto, situado en la esquina dónde se juntaban el callejón de la casa y una calle principal que era especialmente bueno para la vigilancia. Desde allí se podía tener una visión casi perfecta de la entrada al sótano y de las dos entradas al callejón. Un espacio perfecto para vigilar y que no había pasado desapercibido por ninguno de los criminales que frecuentaban la zona, aunque el Rojo parecía ser la excepción. Mientras el pirata negociaba en el interior de la casa de empeños, nadie se encontraba en aquel punto estratégico. ¿Un error fatal, una genialidad o simplemente un engaño de las apariencias? Sólo el tiempo podría decirlo.
Sin embargo, sí que había una manera de poder vigilar zonas amplias de aquel terreno, y era utilizando la altura que otorgaban los distintos tejados de la zona. La mayoría de edificios de aquel lugar tenía dos o tres plantas, la más baja era habitualmente un negocio que daba a las calles más transitadas mientras que las superiores servían cómo viviendas para, lo más normal, los propietarios de la tienda y sus familiares. Aquello provocaba que en la zona hubiera varios puntos desde los que se podía controlar varias calles sin tener prácticamente ningún punto muerto. Una pena que la Marina no pudiera allanar las moradas de los vecinos cuando los criminales sí que podían hacerlo.
Había un punto en concreto, situado en la esquina dónde se juntaban el callejón de la casa y una calle principal que era especialmente bueno para la vigilancia. Desde allí se podía tener una visión casi perfecta de la entrada al sótano y de las dos entradas al callejón. Un espacio perfecto para vigilar y que no había pasado desapercibido por ninguno de los criminales que frecuentaban la zona, aunque el Rojo parecía ser la excepción. Mientras el pirata negociaba en el interior de la casa de empeños, nadie se encontraba en aquel punto estratégico. ¿Un error fatal, una genialidad o simplemente un engaño de las apariencias? Sólo el tiempo podría decirlo.
Mr. Narrador
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Creado por Marcus d' Voltem Lun Abr 11, 2016 1:15 pm
La estrategia de ataque era mas bien sencilla, el recién nombrado Riñón y la pelirroja irían de frente mientras que el tirador los cubría desde la distancia. Normalmente Marcus habría preferido quedarse cerca de Lina, pero dadas las circunstancias había que maximizar los recursos disponibles, y esta era la manera mas lógica de proceder. Lo primero era conseguir un punto de vista elevado para tener un tiro limpio en dirección al objetivo – creo que lo encontré – un edificio de tres plantas que estaba justo en la misma calle, podría dar la visión y posición que necesitaba el tirador para ser eficiente. El interior era un mero restaurante, lo único que hizo fue subir por la escalera de servicios hasta la azotea, en el proceso liberando de su mano izquierda su rifle de largo alcance. En ese lugar aparentemente no había nadie, así que Marcus pudo colocarse cerca del borde, apoyando el rifle de precisión sobre su brazo izquierdo.
Hizo unos ajustes en la mirilla, para obtener mas claridad con el objetivo. La mano diestra se encontraba sujetando la empuñadura pero no tenia el dedo en el gatillo, una táctica regular en los franco tiradores, de ese modo evitaba apretar el gatillo y disparar por accidente. En el momento que tuvo en su rango de visión tanto a Lina como Zanji, se mantuvo quieto, su concentración era notable, pues si fallaba el disparo podrían estar ambos en peligro. Mantenía su vista y oídos agudos, el criminal en cuestión era alguien notable y peligroso, si podían hacer todo de manera sigilosa podrían evitarse muchos problemas, pero si la batalla era directa, al menos ambos tendrían cobertura desde las alturas.
Hizo unos ajustes en la mirilla, para obtener mas claridad con el objetivo. La mano diestra se encontraba sujetando la empuñadura pero no tenia el dedo en el gatillo, una táctica regular en los franco tiradores, de ese modo evitaba apretar el gatillo y disparar por accidente. En el momento que tuvo en su rango de visión tanto a Lina como Zanji, se mantuvo quieto, su concentración era notable, pues si fallaba el disparo podrían estar ambos en peligro. Mantenía su vista y oídos agudos, el criminal en cuestión era alguien notable y peligroso, si podían hacer todo de manera sigilosa podrían evitarse muchos problemas, pero si la batalla era directa, al menos ambos tendrían cobertura desde las alturas.
Marcus d' Voltem
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Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 | 1 |
Creado por Mr. Narrador Mar Abr 12, 2016 10:14 am
La escalerilla de servicio chirrió a medida que alguien subía por ella. La estructura metálica era ya algo vieja y lo cierto era que no estaba preparada para muchos más trotes. De ahí el perfectamente audible chirrido que había provocado cuando aquel joven la había usado de forma totalmente lícita para acceder a la azotea del edificio. Y por las palabras que había pronunciado al dar sus primeros pasos allí arriba, estaba bastante contento con el lugar que había "encontrado" y sin perder un sólo segundo, empezó a preparar su equipo. El individuo lo tenía preparado, sacó una enorme arma de aspecto amenazador y la colocó sobre el bordillo, realizando algunos ajustes para, seguramente, tener mejor ángulo o visibilidad desde su nueva posición. Unos movimientos muy fáciles de descifrar para cualquier otro tirador pero que para alguien que no lo era no eran más que simple perfeccionismo.
No cabía duda de que aquel hombre era un experto tirador con una vista de águila, pero al parecer en aquella ocasión había tratado de mirar demasiado lejos y había obviado lo que estaba más cerca de él... aunque en ese caso, pese a estar cerca era muy difícil de ver. Sentado en uno de las esquinas del borde de la azotea, parcialmente escondido por la salida de una chimenea, se encontraba sentada una diminuta figura que a duras penas superaba el palmo de altura. - Supongo que los que han entrado hace poco son tus amigos, ¿verdad? - preguntó, haciéndose notar. Su voz era aguda, algo chillona, pero muy adecuada para su reducido tamaño. - Al parecer ambos estamos aquí por lo mismo. - dando un pequeño salto, el enano se puso de pie y caminó por encima del borde hasta apoyarse en el fusil del hombre. - No sois habituales de este lugar, ¿cierto? - preguntó, esbozando una sonrisa pícara que contradecía las buenas intenciones que parecía tener hasta el momento.
No cabía duda de que aquel hombre era un experto tirador con una vista de águila, pero al parecer en aquella ocasión había tratado de mirar demasiado lejos y había obviado lo que estaba más cerca de él... aunque en ese caso, pese a estar cerca era muy difícil de ver. Sentado en uno de las esquinas del borde de la azotea, parcialmente escondido por la salida de una chimenea, se encontraba sentada una diminuta figura que a duras penas superaba el palmo de altura. - Supongo que los que han entrado hace poco son tus amigos, ¿verdad? - preguntó, haciéndose notar. Su voz era aguda, algo chillona, pero muy adecuada para su reducido tamaño. - Al parecer ambos estamos aquí por lo mismo. - dando un pequeño salto, el enano se puso de pie y caminó por encima del borde hasta apoyarse en el fusil del hombre. - No sois habituales de este lugar, ¿cierto? - preguntó, esbozando una sonrisa pícara que contradecía las buenas intenciones que parecía tener hasta el momento.
- NPC:
- Run9 añosEl NegroTontattaNivel 15Akuma ¿?Haki ¿?2.000.000 BerriesAtributosLuchador
Fuerza: 3
Resistencia: 2
Destreza: 2Datos
Run es un Tontatta pequeño, pero de los que más se ha alejado de su hogar. Al parecer fue capturado en Green Bit por traficantes de esclavos que le vendieron a un noble de algún Mar Cardinal. Y pese a escapar de su yugo, Run nunca ha tratado de volver a su hogar. Recibe mucho mejor trato por parte de Ran, su único amigo, que de ningún miembro de su propia especie. Es por ello que ambos se han apoyado el uno al otro desde el día en que se conocieron, hace ya varios años. Pese a su reducido tamaño de sólo 18 centímetros, el pequeño es un luchador peligroso, tanto o más que su amigo y capitán humano.AspectoChibi Banette - Pokemon
Mr. Narrador
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Creado por Marcus d' Voltem Miér Abr 13, 2016 9:32 pm
El tirador se encontraba observando la situación desde la azotea, de momento parecía que todo estaba marchando bien, hasta que escucho una voz a su costado. Dio un suspiro, de verdad se odiaba por haber sido tan descuidado y no notar la presencia de otra persona – si, son mis amigos – técnicamente solo a Lina la consideraba así, pero el otro ahora también era un compañero en esa misión y lo trataría como otro miembro del gremio. Sin moverse del sitio miro hacia la esquina del edificio, para su sorpresa estaba contemplando a un Tontatta – supongo que estas cubriendo la entrada de la tienda del tipo aquel – no podía distinguirle demasiado el rostro desde tan lejos, al menos no como cabía esperar, pero tenia una fuerte idea de que el objetivo estaba en el interior – pero acertaste en una cosa y fallaste en otra, es cierto que no somos de por aquí, pero mi intención es atrapar a tu jefe, lastima que ese local no me da tiro limpio, no me gusta general daños colaterales innecesariamente – era la primera vez que se enfrentaba a un Tontatta, pero quizás no fuese necesario pelear, podrían quizás llegar a un arreglo.
Estaba esperando la respuesta del pirata cuando nota desde su mirilla como la pelirroja se ajusta la ropa, parece que intentaba resaltar sus atributos – de vez en cuando se tienen vistas muy interesantes a través de la mirilla de un arma – dijo tras soltar un leve silbido. Su semblante serio se altero cuando vio como ambos entraban torpemente en el interior del local – par de pendejos – los planes habían cambiado un poco, por no decir drásticamente. Ahora sus compañeros estaban montando una buena dentro de la tienda, pero como ese malvado local le quitaba visión de tiro, y con ese desastre no podía disparar sin arriesgarse a pegarle a Zanji o a Lina – ese momento incomodo donde se cometen errores de principiantes – comenzó a usar el poder de su fruta, aun sin cambiar de postura podía fácilmente empezar las detonaciones.
Estoy en medio de un predicamento señor Tontatta – le dice el cazador – mis amigos parece que tienen la sutileza de un bloque de cemento y se nos fue todo al garete – hablaba directamente sobre la operación, después de todo no ganaba nada intentando mentir u ocultarla – veras, tengo suficientes explosivos encima como para volarte en pedazos junto con los primeros dos pisos de este edificio – cambia de posición quedándose completamente parado, y haciendo uso de su akuma, el rifle es absorbido de nuevo por su cuerpo, mostrándose abiertamente como un usuario de esos poderes – pero si lo hago, luego me faltaran balas para ayudarlos, así que me gustaría explorar una opción en la todos salgamos enteros y con algo en los bolsillos– se coloca las manos en los bolsillos, justo como había subido a la azotea - ¿tienes alguna propuesta? Me gustaría arreglar las cosas con tu jefe, porque le tengo el suficiente cariño y aprecio a la pelirroja como para transformar a tu jefe “el rojo” en mermelada si le pone un solo dedo encima, pero como dije antes, si podemos llegar a un acuerdo las luchas serian innecesarias – se mostraba seguro, si, estaba dispuesto a negociar, pero no en un trato donde solamente saliesen beneficiados los piratas.
Estaba esperando la respuesta del pirata cuando nota desde su mirilla como la pelirroja se ajusta la ropa, parece que intentaba resaltar sus atributos – de vez en cuando se tienen vistas muy interesantes a través de la mirilla de un arma – dijo tras soltar un leve silbido. Su semblante serio se altero cuando vio como ambos entraban torpemente en el interior del local – par de pendejos – los planes habían cambiado un poco, por no decir drásticamente. Ahora sus compañeros estaban montando una buena dentro de la tienda, pero como ese malvado local le quitaba visión de tiro, y con ese desastre no podía disparar sin arriesgarse a pegarle a Zanji o a Lina – ese momento incomodo donde se cometen errores de principiantes – comenzó a usar el poder de su fruta, aun sin cambiar de postura podía fácilmente empezar las detonaciones.
Estoy en medio de un predicamento señor Tontatta – le dice el cazador – mis amigos parece que tienen la sutileza de un bloque de cemento y se nos fue todo al garete – hablaba directamente sobre la operación, después de todo no ganaba nada intentando mentir u ocultarla – veras, tengo suficientes explosivos encima como para volarte en pedazos junto con los primeros dos pisos de este edificio – cambia de posición quedándose completamente parado, y haciendo uso de su akuma, el rifle es absorbido de nuevo por su cuerpo, mostrándose abiertamente como un usuario de esos poderes – pero si lo hago, luego me faltaran balas para ayudarlos, así que me gustaría explorar una opción en la todos salgamos enteros y con algo en los bolsillos– se coloca las manos en los bolsillos, justo como había subido a la azotea - ¿tienes alguna propuesta? Me gustaría arreglar las cosas con tu jefe, porque le tengo el suficiente cariño y aprecio a la pelirroja como para transformar a tu jefe “el rojo” en mermelada si le pone un solo dedo encima, pero como dije antes, si podemos llegar a un acuerdo las luchas serian innecesarias – se mostraba seguro, si, estaba dispuesto a negociar, pero no en un trato donde solamente saliesen beneficiados los piratas.
- off:
Liberation
Marcus es capaz de liberar, desde cualquier parte de su cuerpo, aunque usualmente usa la manos, un objeto que consumiese.
Absortion
Marcus es capaz de absorber nuevamente los objetos que usa con Liberation siempre y cuando los mismos no perdiesen contacto con su cuerpo. Si dicho objeto pierde contacto, deberá consumirse como cualquier otra cosa.
Marcus d' Voltem
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Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 | 1 |
Creado por Mr. Narrador Jue Abr 14, 2016 6:29 am
Cuando el pequeño enano empezó a hablar, el tirador si que recayó en su presencia, aunque en ningún momento dejó de tener sus ojos fijos en sus compañeros. Eran dos, un hombre y una mujer, que acababan de enviar al garete cualquier posible plan de ataque silencioso al entrar en la tienda. Aquello no hacía sino confirmar que se trataba de un grupo totalmente ajeno al mundo criminal del East Blue, de haberlo sido hubieran sabido que no se entraba en la casa de empeños mientras había algún cliente dentro. Una medida preventiva adoptada por el dueño para evitar llamar demasiado la atención y, sobretodo, evitar encuentros entre criminales que tuvieran cuentas pendientes. Ya había tenido que lavar suficiente sangre de pescado en esas baldosas, no quería hacer lo mismo con sangre humana al parecer.
Por su parte, el tirador que compartía azotea con Run sí que parecía ser consciente de que aquello que habían hecho era un grave error. Sus quejidos, lamentos y críticas a sus compañeros parecían indicar que no tenía un ladrillo en la cabeza. - Puedes llamarme Run, señor humano. - respondió, con algo de ironía a su compañero. No tenía problema en decirle su nombre. No era ningún secreto, varios carteles de Wanted lo anunciaban a diestro y siniestro a lo largo del East Blue. - Me temo que ambos estamos en los lados opuestos de una misma balanza, compañero. - respondió, sentándose en el bordillo y mirando directamente a su interlocutor. Ya no había nada que esconder. El uno y el otro habían enseñado a su rival las cartas que querían jugar sobre la mesa. Y de buenas a primeras, nadie salía ganando. Ahora llegaba el momento de la segunda mano. Y en aquel asalto, era el cazador de piratas quien jugaría las suyas primero. De buenas a primeras el Tontatta había sospechado que aquel hombre no se trataba de un simple cazadorucho de tres al cuarto y cuando exhibió los poderes de una Akuma no Mi, absorbiendo su rifle y amenazando con volar todo el edificio, Run supo inmediatamente que no lo decía en broma. Lo más seguro es que aquel individuo fuera capaz de eso y mucho más, así cómo lo que había dicho. Si lo hacía, se ponía en una situación peliaguda. - Me encantaría verte intentar volarme a mí y a toda la manzana. - bromeó el pequeño, esbozando de nuevo una media sonrisa. - Pero seguro que a la Marina no le hará demasiada gracia. - al fin y al cabo, estaban en Loguetown. Una explosión de ese calibre no pasaría desapercibida y ello terminaría conllevando al tirador más problemas de los que solucionaría haciéndolo. - Además, ¿haciéndolo no meterías a tu querida en problemas? Bueno, en más de los que tiene ahora. Hehehehehe. - bromeó, aunque lo cierto era que el tirador no tenía de que preocuparse. Su capitán era un pirata, pero no un asesino. - Me gustan las negociaciones. Empecemos siendo idealistas. ¿Que os parece si os largáis de aquí los tres y a cambio os dejamos de una sola pieza? - era consciente de que aquello era prácticamente pedir una rendición, pero en las negociaciones se debía empezar siendo ambicioso. Era algo que Run había aprendido al ver a Ran fracasar incontables veces por ser demasiado "blando".
Por su parte, el tirador que compartía azotea con Run sí que parecía ser consciente de que aquello que habían hecho era un grave error. Sus quejidos, lamentos y críticas a sus compañeros parecían indicar que no tenía un ladrillo en la cabeza. - Puedes llamarme Run, señor humano. - respondió, con algo de ironía a su compañero. No tenía problema en decirle su nombre. No era ningún secreto, varios carteles de Wanted lo anunciaban a diestro y siniestro a lo largo del East Blue. - Me temo que ambos estamos en los lados opuestos de una misma balanza, compañero. - respondió, sentándose en el bordillo y mirando directamente a su interlocutor. Ya no había nada que esconder. El uno y el otro habían enseñado a su rival las cartas que querían jugar sobre la mesa. Y de buenas a primeras, nadie salía ganando. Ahora llegaba el momento de la segunda mano. Y en aquel asalto, era el cazador de piratas quien jugaría las suyas primero. De buenas a primeras el Tontatta había sospechado que aquel hombre no se trataba de un simple cazadorucho de tres al cuarto y cuando exhibió los poderes de una Akuma no Mi, absorbiendo su rifle y amenazando con volar todo el edificio, Run supo inmediatamente que no lo decía en broma. Lo más seguro es que aquel individuo fuera capaz de eso y mucho más, así cómo lo que había dicho. Si lo hacía, se ponía en una situación peliaguda. - Me encantaría verte intentar volarme a mí y a toda la manzana. - bromeó el pequeño, esbozando de nuevo una media sonrisa. - Pero seguro que a la Marina no le hará demasiada gracia. - al fin y al cabo, estaban en Loguetown. Una explosión de ese calibre no pasaría desapercibida y ello terminaría conllevando al tirador más problemas de los que solucionaría haciéndolo. - Además, ¿haciéndolo no meterías a tu querida en problemas? Bueno, en más de los que tiene ahora. Hehehehehe. - bromeó, aunque lo cierto era que el tirador no tenía de que preocuparse. Su capitán era un pirata, pero no un asesino. - Me gustan las negociaciones. Empecemos siendo idealistas. ¿Que os parece si os largáis de aquí los tres y a cambio os dejamos de una sola pieza? - era consciente de que aquello era prácticamente pedir una rendición, pero en las negociaciones se debía empezar siendo ambicioso. Era algo que Run había aprendido al ver a Ran fracasar incontables veces por ser demasiado "blando".
Mr. Narrador
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Creado por Marcus d' Voltem Vie Abr 15, 2016 11:04 am
Marcus D' Voltem - quizás el pequeñajo ese no fuese tan iluso y tonto como parecía, atino bastante bien a lo que de verdad le impedía al tirador mandar todo a volar – en realidad, podría echarte la culpa y a tu jefe, total ustedes son los criminales y serian los principales sospechosos – seguro si volaba todo en pedazos el también seria sospechoso pero dado que el tontatta se hizo el fuerte, se le podía pagar con la misma moneda – pero lo cierto es que si, lo que menos quiero es generarle problemas a la pelirroja, así que de momento los explosivos quedan descartados – una llama brillante similar a una véngala sale de su pulgar derecho, era la mecha de uno de sus explosivos, no iba a detonarlo pero era para mostrarle al tontatta que si tenia esa clase de artillería encima - y bueno, parece que te gustan las negociaciones pero se te da mal hacer ofertas – la llama en su pulgar se va tan rápido como llego – eso que dices fácilmente podría refutarlo con buen poder de fuego, así que puedes ir olvidando lo de la rendición, mi intención es que todos salgamos con algo en los bolsillos, porque como sabrás los wanted de criminales son lo que me dan de comer – se guarda de nuevo las manos en los bolsillos – sin embargo… - comienza caminar hacia el tontatta tan campante como si esa fuese su casa – ten, mi tarjeta – el contenido hablaba sobre el gremio y que podían hacer gran variedad de trabajos.
Esa era la propuesta de Marcus, una propuesta de negocios – nuestro aviso dice que no aceptamos trabajos ilegales, pero eso no significa que no podamos aceptar trabajos de un criminal – explica al tontatta – cosas como captura o asesinato las podemos hacer contra criminales perfectamente, así que si hay algún tipo que les estorbe el negocio podemos hacer que deje de molestarles, eso si, no trabajamos de gratis – eso ultimo llevaba algo importante – y dado que hablaríamos de dinero, creo que lo mejor seria que fuésemos ambos con tu jefe, así en el proceso evito que le haga daño a mis amigos – el tirador comienza a caminar hasta la escalera – y bien ¿Qué me dices?
Esa era la propuesta de Marcus, una propuesta de negocios – nuestro aviso dice que no aceptamos trabajos ilegales, pero eso no significa que no podamos aceptar trabajos de un criminal – explica al tontatta – cosas como captura o asesinato las podemos hacer contra criminales perfectamente, así que si hay algún tipo que les estorbe el negocio podemos hacer que deje de molestarles, eso si, no trabajamos de gratis – eso ultimo llevaba algo importante – y dado que hablaríamos de dinero, creo que lo mejor seria que fuésemos ambos con tu jefe, así en el proceso evito que le haga daño a mis amigos – el tirador comienza a caminar hasta la escalera – y bien ¿Qué me dices?
Marcus d' Voltem
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Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 | 1 |
Creado por Mr. Narrador Sáb Abr 16, 2016 4:42 pm
El francotirador denegó la propuesta del enano, argumentando que tenía poder de fuego suficiente para apoyar aquella negativa a rendirse. - Te tomaba por un tipo más listo, señor "aspiro cosas". - mencionó, burlón. - ¿Crees que la Marina se chupa tanto el dedo? Ni tan siquiera saliendo con vida de aquí, y permíteme dudarlo, habría suficientes testigos oculares para incriminarte a ti y a tú amiguita. Una pena. - no sabía hasta que punto todo aquello se podía sostener sobre la realidad, pero la verdad era que sobre el papel era un escenario más que lógico. Lo cierto era que Run tenía la respuesta preparada con anterioridad, pues no había formulado aquella propuesta pensando en que su interlocutor le diera el visto bueno. Básicamente le había pedido rendirse y confiar en su clemencia. Algo que, obviamente, un cazador de recompensas cómo él prefería evitar. Sin embargo, dentro del enorme grupo que eran los cazadores, uno podía distinguir dos subdivisiones muy claras. Los que ya se habían ganado un Wanted por pasarse de la raya y los que no. El joven Tontatta y su capitán se habían topado con un pequeño contingente del segundo tipo. Lo que le daba cierta ventaja estratégica. Sus sospechas al respecto se esclarecieron totalmente cuando el hombre le lanzó su tarjeta de presentación al pirata. Se trataba de un pequeño gremio de cazadores que, según decían él y la tarjeta, se encargaba de asumir todo tipo de trabajos siempre que el objetivo de los ataques fuera un criminal. - Chicos buenos, ¿eh? - comentó, con cierta sorna el menudo individuo, dejando la tarjeta sobre el suelo una vez leída.
Entonces su mirada se fijó de nuevo en su ¿rival? que le acababa de hacer su contrapropuesta, que consistía en llevarle abajo a la casa de empeños con su jefe para tratar de llegar a un acuerdo. Quizás el Tontatta fuera pequeño, pero no se chupaba el dedo. Sabía que Ran no tendría problemas defendiéndose él sólo en aquel subterráneo, así que no iba a cometer la insensatez de llevar a otro cazador a su posición... de momento. - No eres buen negociador tú tampoco. - lo dijo directamente, sin parase a pensar si eso molestaría al tirador. Le daba igual. - Pretendes que junte en un mismo lugar a vuestros dos objetivos junto a alguien que hace dos minutos acaba de decirme que podría hacerse explotar junto a un edificio entero. - obviamente, el individuo del que hablaba no era otro que el tirador. - ¿Quiere acaso el señor que también le sirva una copa de vino? - finiquitó, continuando con su dinámica burlona. - Te voy a dar una oferta mejor. - el enano dirigió su mirada hacia el establecimiento, mirando si Ran salía de allí o no. Si su capitán no la había armado gorda y matado o herido a alguno de los dos cazadores, tenía una buena idea. - Tú y tus compañeros nos dejáis en paz y os largáis de una pieza, cómo te he dicho antes. - el pequeñajo soltó una risilla malvada al pensar en lo genial de su idea. - Pero no os iréis con las manos vacías, obviamente. Ran y yo nos encargamos de que os marchéis con pruebas suficientes cómo para hacer que detengan al empeñador. - lo cierto era que ese viejo le caía bastante gordo, tan arrogante y avaricioso. Si todo salía cómo planeado lo pagaría caro. - Tiene una serie de "jueguetitos" bastante incriminatorios. Y la Marina hace tiempo que trata de meterlo entre rejas. Seguro que os pagarán relativamente bien. - finiquitó, riendo, pero poniéndose en tensión. Sólo le quedaba saber la respuesta del tirador. Si esta era negativa y su contraoferta mala, la solución debería ser la más desagradable de todas.
Entonces su mirada se fijó de nuevo en su ¿rival? que le acababa de hacer su contrapropuesta, que consistía en llevarle abajo a la casa de empeños con su jefe para tratar de llegar a un acuerdo. Quizás el Tontatta fuera pequeño, pero no se chupaba el dedo. Sabía que Ran no tendría problemas defendiéndose él sólo en aquel subterráneo, así que no iba a cometer la insensatez de llevar a otro cazador a su posición... de momento. - No eres buen negociador tú tampoco. - lo dijo directamente, sin parase a pensar si eso molestaría al tirador. Le daba igual. - Pretendes que junte en un mismo lugar a vuestros dos objetivos junto a alguien que hace dos minutos acaba de decirme que podría hacerse explotar junto a un edificio entero. - obviamente, el individuo del que hablaba no era otro que el tirador. - ¿Quiere acaso el señor que también le sirva una copa de vino? - finiquitó, continuando con su dinámica burlona. - Te voy a dar una oferta mejor. - el enano dirigió su mirada hacia el establecimiento, mirando si Ran salía de allí o no. Si su capitán no la había armado gorda y matado o herido a alguno de los dos cazadores, tenía una buena idea. - Tú y tus compañeros nos dejáis en paz y os largáis de una pieza, cómo te he dicho antes. - el pequeñajo soltó una risilla malvada al pensar en lo genial de su idea. - Pero no os iréis con las manos vacías, obviamente. Ran y yo nos encargamos de que os marchéis con pruebas suficientes cómo para hacer que detengan al empeñador. - lo cierto era que ese viejo le caía bastante gordo, tan arrogante y avaricioso. Si todo salía cómo planeado lo pagaría caro. - Tiene una serie de "jueguetitos" bastante incriminatorios. Y la Marina hace tiempo que trata de meterlo entre rejas. Seguro que os pagarán relativamente bien. - finiquitó, riendo, pero poniéndose en tensión. Sólo le quedaba saber la respuesta del tirador. Si esta era negativa y su contraoferta mala, la solución debería ser la más desagradable de todas.
Mr. Narrador
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Creado por Marcus d' Voltem Dom Abr 17, 2016 9:53 am
Al parecer el tontatta se creía que Marcus no seria capaz de en verdad volar las cosas en pedazos, podría ser una persona muy sensata y capaz, pero para proteger a los que le importaban era como un pirómano que si podía haría el mundo arder – a esta altura a menos que estén mirando de ante mano fijamente la azotea no podrían divisarnos – si, tenia en cuenta la marina, pero se encontraba desarmado en apariencia y nadie salvo el Tontatta o su la pelirroja sabia que él era usuario de Akuma no Mi – aparte si de verdad quisiera ir a acribillar a tu jefe, no estaría intentando negociar contigo y simplemente iría pasándote por el medio – comenzó a caminar hacia la escalera – si mi intención es ir con tu jefe es para hacer el debido negocio y cerciorarme de que los demás no sufrieran heridas muy graves – Marcus sabia que Lina era una luchadora capaz, pero le prometió que la protegería – a diferencia de muchos piratas, los hombres de negocios tenemos palabra, y se nota que no tienes muchos conocimientos en demolición, si me pongo a lanzar explosivos en un sitio tan cerrado como tu tienda, aunque pueda pulverizar a tu jefe podría herir a mis compañeros en el proceso o hacer que el edificio se viniese encima de nosotros - se quedo parado en el borde de la escalera, si el Tontatta intentaba algo era tan sencillo como decir Kaboom y una vez en el suelo alcanzar la tienda.
En un punto la oferta que dijo el Tontatta sonó interesante – y supongo que tu jefe no puede entregar esas pruebas porque sino la marina le echaría el guante a él – de momento la oferta no sonaba mal – parece interesante la propuesta, pero tengo dos cosas que decir al respecto, cuanto es la recompensa por ese tipo y que asegurarme que mis compañeros no estén demasiado heridos – comenzó a bajar por las escaleras – sabiendo esas dos cosas tienes un trato pero si tu jefe la ha lastimado, cumpliré mi palabra y a ustedes dos los transformare en mermelada
En un punto la oferta que dijo el Tontatta sonó interesante – y supongo que tu jefe no puede entregar esas pruebas porque sino la marina le echaría el guante a él – de momento la oferta no sonaba mal – parece interesante la propuesta, pero tengo dos cosas que decir al respecto, cuanto es la recompensa por ese tipo y que asegurarme que mis compañeros no estén demasiado heridos – comenzó a bajar por las escaleras – sabiendo esas dos cosas tienes un trato pero si tu jefe la ha lastimado, cumpliré mi palabra y a ustedes dos los transformare en mermelada
Marcus d' Voltem
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Creado por Mr. Narrador Dom Abr 17, 2016 11:17 am
El cazarecompensas se puso inmediatamente a la defensiva, aunque el enano se había empezado a acostumbrar a ello. Al parecer la amenaza con explotar todo era la mejor baza defensiva que tenía el tirador y no dudaba ni un ápice en usarla para tratar de evitar el conflicto armado. Llegados a ese punto ya había quedado claro que sólo había una cosa que ambos percibieran de forma común, lo estúpido de un enfrentamiento directo entre ambos bandos. Ninguno de ellos tenía una ventaja clara sobre el otro, por lo que seguramente aquello terminaría en una cacería de la que nadie saldría contento. Por el contrario, si no se llegaba a las manos, todos podrían salir de una pieza y con algún premio entre las manos. - ¿De verdad vamos a seguir con la discusión sobre si volar medio barrio es una decisión inteligente? - pensó, sorprendido por la tozudez de su interlocutor, que parecía no cansarse nunca de repetir aquellas palabras.
Pero lo importante era que el trato parecía haber superado el escollo principal justo antes de llegar al punto de no retorno. La oferta del Tontatta había llegado a buen puerto y el tirador parecía dispuesto a aceptar un pequeño "cambio de objetivo". - Me gusta la mermelada. - comentó, bromista, ante el último comentario de su compañero de tejado. - Respecto a las preguntas, me temo que no puedo responderte a ninguna de las dos en este momento. No sé cómo estarán tus compañeros, aunque dudo que Ran les haya hecho daño. - su capitán era un hombre bastante comedido y con el poco tiempo que había transcurrido desde que los dos cazadores habían entrado en el local dudaba mucho que nadie tuviera siquiera un rasguño. - Y me temo que nuestro querido amigo el empeñador no tiene precio sobre su cabeza. La Marina no sabe que es él, obviamente. Por lo tanto lo único que hay al respecto es, cito literalmente, una generosa suma para quien pueda aportar información al respecto. - no mentía, pero no sabía si el cazador estaba al tanto. Si no lo estaba, iba a tener que fiarse del pequeñajo. - No sé cuanto es eso, así que no puedo decirte. Pero no deja de ser dinero fácil. Ahora lo que tenemos que hacer es intervenir antes de que alguien se haga daño de verdad. - mencionó, soltando una leve risita tras decirlo. Entonces, algo cambió en el cuerpo del enano, que se liberó de su camiseta. Apenas un instante después de dejar su espalda al descubierto, unas alas semi-transparentes aparecieron en su espalda, muy similares a las de un insecto. - ¿Bajamos? - preguntó, esperando una respuesta afirmativa del tirador para alzar el vuelo en dirección a la casa de empeños.
Pero lo importante era que el trato parecía haber superado el escollo principal justo antes de llegar al punto de no retorno. La oferta del Tontatta había llegado a buen puerto y el tirador parecía dispuesto a aceptar un pequeño "cambio de objetivo". - Me gusta la mermelada. - comentó, bromista, ante el último comentario de su compañero de tejado. - Respecto a las preguntas, me temo que no puedo responderte a ninguna de las dos en este momento. No sé cómo estarán tus compañeros, aunque dudo que Ran les haya hecho daño. - su capitán era un hombre bastante comedido y con el poco tiempo que había transcurrido desde que los dos cazadores habían entrado en el local dudaba mucho que nadie tuviera siquiera un rasguño. - Y me temo que nuestro querido amigo el empeñador no tiene precio sobre su cabeza. La Marina no sabe que es él, obviamente. Por lo tanto lo único que hay al respecto es, cito literalmente, una generosa suma para quien pueda aportar información al respecto. - no mentía, pero no sabía si el cazador estaba al tanto. Si no lo estaba, iba a tener que fiarse del pequeñajo. - No sé cuanto es eso, así que no puedo decirte. Pero no deja de ser dinero fácil. Ahora lo que tenemos que hacer es intervenir antes de que alguien se haga daño de verdad. - mencionó, soltando una leve risita tras decirlo. Entonces, algo cambió en el cuerpo del enano, que se liberó de su camiseta. Apenas un instante después de dejar su espalda al descubierto, unas alas semi-transparentes aparecieron en su espalda, muy similares a las de un insecto. - ¿Bajamos? - preguntó, esperando una respuesta afirmativa del tirador para alzar el vuelo en dirección a la casa de empeños.
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Creado por Marcus d' Voltem Dom Abr 17, 2016 12:17 pm
Ahora que sabia perfectamente que el tontatta estaba dispuesto a aceptar no había mucho que seguir hablando – la mermelada de pirata es super saludable, el único problema es que no siempre hay voluntarios dispuestos – notaba como el pirata sacaba alas pequeñas, similares a las de un insecto – habrá que ver que tanto dinero esa recompensa por información – comenta el cazador -cuando te toque hacer una oferta similar nuevamente, ten los números en mano, eso normalmente hace la oferta mas contundente – bajaba las escaleras con la misma tranquilidad que las había subido – supongo que si no hay un escándalo la cosa no es tan grave – había una pequeña pila de chatarra tirada justo al lado de las escaleras, eran unas vigas de metal. Marcus aprovechando la situación tomo un par, y dándole una cantidad muy rápida de mordiscos, se las termino comiendo como si fuesen una barra de chocolate de gran tamaño – ¿y esencialmente que hacia ese tipo como para que lo busque la marina? Ese tipo de cosas me ayudaría a hacer ciertos estimados - su mente comenzaba ya a sacar posibles cuentas, normalmente el buscado de un criminal o la recompensa que ofrecía la marina por información relevante, estaba relacionada con los crímenes cometidos o con sospecha de los mismos.
Caminaba por la calle hasta llegar al callejón donde se suponía que estaba la tienda de empeños, aunque los sonidos que escuchaba mientras se aproximaban le hicieron brotar una ligera vena en al frente – ¿normalmente son tan animados en tu negocio? – buscaba cambiar un poco de conversación mientras se aproximaban hasta la tienda. La puerta estaba abierta de par en par, y en el interior pudo observar la lucha que se estaba dando. De su mano derecha salió un revolver e hizo un disparo al aire impactando la bala en el techo – Muy bien, se acabo la fiesta – dice tras realizar el disparo – ¿te encuentras bien Lina? – observa la situación y al riñón, rodeado de un montón de basura – al menos tu no pareces herido, es buen comienzo – en eso mira a un sujeto de cabellera y armadura roja - oye rojo, tu amiguito y yo llegamos a un acuerdo sobre la situación actual – le hace un resumen rápido de su conversación con el tontatta – básicamente es que nos entregues las pruebas necesarias para que la marina encierre al empeñador, así nos iremos tranquilamente sin montar algún otro percance en tu tienda, a menos que quieras ir por otro camino
Caminaba por la calle hasta llegar al callejón donde se suponía que estaba la tienda de empeños, aunque los sonidos que escuchaba mientras se aproximaban le hicieron brotar una ligera vena en al frente – ¿normalmente son tan animados en tu negocio? – buscaba cambiar un poco de conversación mientras se aproximaban hasta la tienda. La puerta estaba abierta de par en par, y en el interior pudo observar la lucha que se estaba dando. De su mano derecha salió un revolver e hizo un disparo al aire impactando la bala en el techo – Muy bien, se acabo la fiesta – dice tras realizar el disparo – ¿te encuentras bien Lina? – observa la situación y al riñón, rodeado de un montón de basura – al menos tu no pareces herido, es buen comienzo – en eso mira a un sujeto de cabellera y armadura roja - oye rojo, tu amiguito y yo llegamos a un acuerdo sobre la situación actual – le hace un resumen rápido de su conversación con el tontatta – básicamente es que nos entregues las pruebas necesarias para que la marina encierre al empeñador, así nos iremos tranquilamente sin montar algún otro percance en tu tienda, a menos que quieras ir por otro camino
Marcus d' Voltem
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