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Creado por Zeref Hawkings Dom Abr 24, 2016 2:54 pm
Han pasado un par de días desde la muerte de su amada, el pelinegro seguía viviendo su duelo interno en aquel acantilado junto a la cascada, el joven estaba tan afectado por su muerte que apenas se movía del lugar para ir a buscar su alimento del día y luego volvía a colocarse junto a la tumba de su amada. – Las cosas ya no son lo mismo sin ti – era lo que pasaba por la mente del pirata mientras soltaba una pequeña lagrima recordando aquellos días felices. Zeref sabía que tenía que seguir adelante si es que quería llegar a cumplir la promesa de la joven, pero le era todo muy difícil ya que extrañaba mucho su compañía y lo que es peor llevaba consigo aquel medallón de plata que la chica le regalo unos días antes de morir como símbolo de su amor. – Es irónico ya que yo buscaba estar solo y ahora lo que más deseo es tu compañía – fue lo que dijo con una sonrisa falsa mientras salían lágrimas de sus ojos y el tiempo a su alrededor transcurría.
Después de aquel momento, el pelinegro se quedó dormido junto a la tumba para comenzar a experimentar una terrible pesadilla. En ella el joven se encontraba corriendo por una especie de mar negro donde a lo lejos se veía a su amada que le estaba llamando por su nombre. No importaba lo mucho que corriera, el joven no podía alcanzarla y lo que era peor cada vez se sentía más cansado como si aquel mar tratase de hundirle. A pesar de las dificultades, el pirata se las ingenió para alcanzar a la rubia y tomar de su mano para decirle que era momento de regresar a casa, pero fue justo en ese momento que las cosas solo empeoraron ya que su amada comenzó a reclamarle el hecho de que el joven le dejo morir. Zeref no entendía nada de lo que estaba hablando y le pidió que dejara de bromear para poder irse a casa, pero la chica no se movía de su lugar y seguía culpándolo de su muerte. Intrigado por esta situación, el joven decidió encararla de frente, pero ese fue su gran error ya que todo horrorizado pudo ver que había una horrible calavera en lugar de su rostro trayendo como consecuencia que el pelinegro despertara en medio de la noche.
– Al parecer me quede dormido. Sera mejor que regrese a casa para realizar los preparativos. Nos vemos mañana querida – fue lo que dijo tranquilamente mientras aún estaba un poco agitado por aquella pesadilla. El joven se levantó de aquel lugar y se adentró en aquel basto bosque con la intención de volver a la cabaña donde vivía con su amada. Fue justo en medio del camino que el joven pudo sentir el olor a fuego en las cercanías, el pelinegro supuso que se podría tratar del campamento de algún lugareño o quizá un extranjero que estaba perdido en aquel bosque. Zeref no le iba a dar mucha importancia al asunto y volvería a tomar su camino, pero justo revivió una de las experiencias de su amada donde ella le retaba al no querer ayudar a la gente que podía estar en problemas. – Incluso ahora sigues dándome lecciones – fue lo que dijo con una leve sonrisa mientras comenzaba a caminar en dirección a aquel campamento ya que el pelinegro sabía que era muy peligroso acampar de noche con todas aquellas bestias rondando en el bosque. Le tomo un poco de tiempo llegar a aquel lugar, pero al parecer aquel campamento estaba vacío ya que no podía observar a nadie en las cercanías. – ¿Hay alguien? Es muy peligroso hacer un campamento en medio de la noche en este bosque – fue lo que dijo tranquilamente el pelinegro esperando a que alguien hiciera acto de presencia sin bajar la guardia en caso de que fuera algún enemigo.
Después de aquel momento, el pelinegro se quedó dormido junto a la tumba para comenzar a experimentar una terrible pesadilla. En ella el joven se encontraba corriendo por una especie de mar negro donde a lo lejos se veía a su amada que le estaba llamando por su nombre. No importaba lo mucho que corriera, el joven no podía alcanzarla y lo que era peor cada vez se sentía más cansado como si aquel mar tratase de hundirle. A pesar de las dificultades, el pirata se las ingenió para alcanzar a la rubia y tomar de su mano para decirle que era momento de regresar a casa, pero fue justo en ese momento que las cosas solo empeoraron ya que su amada comenzó a reclamarle el hecho de que el joven le dejo morir. Zeref no entendía nada de lo que estaba hablando y le pidió que dejara de bromear para poder irse a casa, pero la chica no se movía de su lugar y seguía culpándolo de su muerte. Intrigado por esta situación, el joven decidió encararla de frente, pero ese fue su gran error ya que todo horrorizado pudo ver que había una horrible calavera en lugar de su rostro trayendo como consecuencia que el pelinegro despertara en medio de la noche.
– Al parecer me quede dormido. Sera mejor que regrese a casa para realizar los preparativos. Nos vemos mañana querida – fue lo que dijo tranquilamente mientras aún estaba un poco agitado por aquella pesadilla. El joven se levantó de aquel lugar y se adentró en aquel basto bosque con la intención de volver a la cabaña donde vivía con su amada. Fue justo en medio del camino que el joven pudo sentir el olor a fuego en las cercanías, el pelinegro supuso que se podría tratar del campamento de algún lugareño o quizá un extranjero que estaba perdido en aquel bosque. Zeref no le iba a dar mucha importancia al asunto y volvería a tomar su camino, pero justo revivió una de las experiencias de su amada donde ella le retaba al no querer ayudar a la gente que podía estar en problemas. – Incluso ahora sigues dándome lecciones – fue lo que dijo con una leve sonrisa mientras comenzaba a caminar en dirección a aquel campamento ya que el pelinegro sabía que era muy peligroso acampar de noche con todas aquellas bestias rondando en el bosque. Le tomo un poco de tiempo llegar a aquel lugar, pero al parecer aquel campamento estaba vacío ya que no podía observar a nadie en las cercanías. – ¿Hay alguien? Es muy peligroso hacer un campamento en medio de la noche en este bosque – fue lo que dijo tranquilamente el pelinegro esperando a que alguien hiciera acto de presencia sin bajar la guardia en caso de que fuera algún enemigo.
Última edición por Zeref Hawkings el Dom Abr 24, 2016 11:47 pm, editado 1 vez
Zeref Hawkings
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Creado por Ange Dom Abr 24, 2016 9:08 pm
Ya tenía aliados, pronto tendría su propia embarcación, poseía un cuerpo hecho para la batalla y algo más de dinero que en el pasado, ahora lo que necesitaba eran pistas y un rumbo que tomar en su viaje, la primera parada sería la isla de Down, el lugar maldito donde empezará el infierno personal de Angelene, el lugar que daría origen a muchos de sus problemas y al fatídico resultado que tuviera su madre, el lugar al cual debía de enfrentar antes de empezar su verdadera cacería si no deseaba que viniera tras ella en el futuro.
Así que empezó la investigación en aquella isla, tras meterse un poco con algunos aldeanos, piratas y bandidos supo de una persona problemática que encajaba mínimamente en la descripción que buscaba, negociar con aldeanos es sencillo dinero o amenazas, bandidos y piratas se manejan con menos dinero y más con amenazas o cadáveres, el resultado es el mismo se obtiene la información y lo que obtuvo la pirata que abandono parte de su humanidad para convertirse en un arma viviente fue una dirección poco certera así que tendría que registrar los bosques.
Había estado todo el día buscando por los alrededores se encontraba hastiada de los árboles, plantas y animales con los que se topaba, sin embargo hacía pocos días que estaba por la zona así que era evidente que no conseguiría resultados de forma inmediata, había decidido acampar aquella noche en un claro aleatorio del bosque, preparo todo y se fue a cazar, lo primero que encontró era un conejo, suficiente para alimentarse para aquella noche.
Cuando estaba llegando al campamento escucho una voz masculina que advertía de los peligros del lugar -¿De verdad es tan peligroso? ¿Entonces que me recomiendas?- Pregunto la joven mientras que se acercaba al claro del bosque con el conejo colgando de la diestra y su Odachi tomada por la vaina con la zurda, hablaba con tranquilidad sin siquiera entrar en línea de visión como para ver a su interlocutor el cual la vería claramente primero.
Así que empezó la investigación en aquella isla, tras meterse un poco con algunos aldeanos, piratas y bandidos supo de una persona problemática que encajaba mínimamente en la descripción que buscaba, negociar con aldeanos es sencillo dinero o amenazas, bandidos y piratas se manejan con menos dinero y más con amenazas o cadáveres, el resultado es el mismo se obtiene la información y lo que obtuvo la pirata que abandono parte de su humanidad para convertirse en un arma viviente fue una dirección poco certera así que tendría que registrar los bosques.
Había estado todo el día buscando por los alrededores se encontraba hastiada de los árboles, plantas y animales con los que se topaba, sin embargo hacía pocos días que estaba por la zona así que era evidente que no conseguiría resultados de forma inmediata, había decidido acampar aquella noche en un claro aleatorio del bosque, preparo todo y se fue a cazar, lo primero que encontró era un conejo, suficiente para alimentarse para aquella noche.
Cuando estaba llegando al campamento escucho una voz masculina que advertía de los peligros del lugar -¿De verdad es tan peligroso? ¿Entonces que me recomiendas?- Pregunto la joven mientras que se acercaba al claro del bosque con el conejo colgando de la diestra y su Odachi tomada por la vaina con la zurda, hablaba con tranquilidad sin siquiera entrar en línea de visión como para ver a su interlocutor el cual la vería claramente primero.
Ange
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Creado por Zeref Hawkings Lun Abr 25, 2016 11:44 pm
Al parecer si había alguien en aquel campamento ya que pudo escuchar como respondían a su llamado, el dueño de aquella voz era una mujer de cabello negro muy hermosa y bien dotada, al parecer se encontraba cazando en el bosque ya que el pelinegro pudo observar como la joven cargaba un conejo y llevaba su arma con la mano contraria. – Pues en primer lugar no dejar tu campamento abandonado que llamas la atención de varios depredadores que cazan de noche, en especial si llevas a una carnada perfecta para ser olida por sus narices – fue lo que dijo seriamente el pelinegro ante la respuesta de la chica una vez que esta finalmente salió del lugar en el que se encontraba. Sería cuestión de tiempo en que ambos jóvenes fueran objetivos de algún animal salvaje, si bien el pelinegro estaba acostumbrado a la fauna del bosque, podría ser bastante peligroso para una desconocida estar andando sola en el laberinto verdoso independiente si esta llevaba un arma y parecía ser capaz de defenderse por su cuenta.
– Rápido necesito que te ocultes en uno de los arbustos – fue lo que dijo seriamente el pelinegro mientras observaba a otro de los arbustos del lugar, esperando que la chica le hiciera caso a sus palabras, el joven pirata apago el fuego del campamento y este se escondió en otro arbusto bastante alejado de los que estaban cerca de la mujer misteriosa. El presentimiento del joven fue acertado ya que no tuvo que pasar mucho tiempo para que un gran lobo plateado apareciera junto a unos lobos grises más pequeños, al parecer los animales estaban rastreando algo, quizás se trataría de la presa que llevaba aquella mujer aun en sus manos. El lobo plateado se veía bastante amenazador y el pelinegro sabía que no era conveniente enfrentarlo mientras estuviera rodeado por aquella jauría. Zeref intento realizar un par de señas a la otra mujer mientras observaba como los lobos registraban el lugar y cada vez más se acercaban al arbusto en donde supuestamente se había escondido la mujer si le hubiese hecho caso a su advertencia. Era solo cuestión de tiempo para ser encontrados por las criaturas, además seguro ellos podían oler la sangre proveniente de la herida del conejo que llevaba la mujer en sus manos.
Aun acechados por el enemigo, Zeref observo a su alrededor y tomo un par de piedras con el objetivo de lanzarlas hacia el otro lado y así los lobos perseguirían aquel ruido o ese era el plan. Al principio cuando realizo su jugada, los lobos grises salieron a perseguir aquellas piedras, pero el lobo plateado se quedó observando justo el arbusto donde se encontraría aquella chica, quizás aquella distracción no seria suficiente para engañar a aquel lobo que parecía ser el jefe. Para buena fortuna del pelinegro, aquel lobo plateado decidió marcharse e ir a buscar al resto de su jauría dándoles una oportunidad a los jóvenes de poder escapar. – ¿Sigues con vida señorita?, será mejor que regreses a tu casa cuanto antes – fue lo que dijo tranquilamente el joven mientras salía de sus arbustos y se aseguraba de que los lobos no estuvieran cerca ya que era solo cuestión de tiempo para que regresaran al campamento.
– Rápido necesito que te ocultes en uno de los arbustos – fue lo que dijo seriamente el pelinegro mientras observaba a otro de los arbustos del lugar, esperando que la chica le hiciera caso a sus palabras, el joven pirata apago el fuego del campamento y este se escondió en otro arbusto bastante alejado de los que estaban cerca de la mujer misteriosa. El presentimiento del joven fue acertado ya que no tuvo que pasar mucho tiempo para que un gran lobo plateado apareciera junto a unos lobos grises más pequeños, al parecer los animales estaban rastreando algo, quizás se trataría de la presa que llevaba aquella mujer aun en sus manos. El lobo plateado se veía bastante amenazador y el pelinegro sabía que no era conveniente enfrentarlo mientras estuviera rodeado por aquella jauría. Zeref intento realizar un par de señas a la otra mujer mientras observaba como los lobos registraban el lugar y cada vez más se acercaban al arbusto en donde supuestamente se había escondido la mujer si le hubiese hecho caso a su advertencia. Era solo cuestión de tiempo para ser encontrados por las criaturas, además seguro ellos podían oler la sangre proveniente de la herida del conejo que llevaba la mujer en sus manos.
Aun acechados por el enemigo, Zeref observo a su alrededor y tomo un par de piedras con el objetivo de lanzarlas hacia el otro lado y así los lobos perseguirían aquel ruido o ese era el plan. Al principio cuando realizo su jugada, los lobos grises salieron a perseguir aquellas piedras, pero el lobo plateado se quedó observando justo el arbusto donde se encontraría aquella chica, quizás aquella distracción no seria suficiente para engañar a aquel lobo que parecía ser el jefe. Para buena fortuna del pelinegro, aquel lobo plateado decidió marcharse e ir a buscar al resto de su jauría dándoles una oportunidad a los jóvenes de poder escapar. – ¿Sigues con vida señorita?, será mejor que regreses a tu casa cuanto antes – fue lo que dijo tranquilamente el joven mientras salía de sus arbustos y se aseguraba de que los lobos no estuvieran cerca ya que era solo cuestión de tiempo para que regresaran al campamento.
Zeref Hawkings
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Creado por Ange Mar Abr 26, 2016 2:13 pm
Al parecer la voz masculina pertenecía a algún lugareño que tenía que preocuparse por cosas como los depredadores del bosque como si fueran un gran problema o algo de temer, la muchacha simplemente suspiro y obedecio para ver cuál era "la gran amenaza" que se avecinaba sobre ese pobre campamento hecho sin tanto esfuerzo, desde el punto de vista de la joven que se había ocultado en un arbusto no veía más que un grupo de animales que podía convertir en ropa de invierno, la solución más simple era matarlos y zanjar allí el asunto.
Lentamente dejo salir los afilados hilos de metálicos desde sus antebrazos mientras esperaba a que alguno de los animales se acercara los suficiente como para atacarlo, pero algo los distrajo y se fueron de allí, la mayoría, el más grande de todos se quedo mirando en dirección a la ojiverde que comenzó a preguntarse si la carne de lobo era buena y qué clase de ropa se haría con su piel, solo deseaba que el animal diera dos pasos al frente y lo mataría, por un momento pareció que los ojos del animal y la cyborg se cruzaron en la oscuridad, ambos vieron sus ojos y ambos comprendieron las intenciones mutuas, uno buscaba alimentarse y la otra buscaba violencia, finalmente el lobo se retiro sin acercarse lo suficiente como para atacarlo.
Decepcionada Angelene volvió a guardar sus armas de mayor alcance dentro de sus antebrazos para después escuchar otra vez la voz desde aquel débil pueblerino que se escondía de un par de animales como si fueran un ejército o algo por el estilo -Claro que estoy viva, solo eran unos animales, no un escuadrón de soldados entrenados... en fin, no tengo casa donde regresar, así que sí tanto te preocupa que duerma en el bosque supongo que no te molestara de que me quede en tu casa esta noche ¿Verdad chico?.- dijo en un comienzo demostró estar claramente irritada por la innecesaria preocupación demostrada por su persona, pero ya después paso a un tono más burlón que coincidía y era mejor para la melodiosa y dulce voz que poseía de nacimiento en lugar de la irritada queja del comienzo.
Lentamente dejo salir los afilados hilos de metálicos desde sus antebrazos mientras esperaba a que alguno de los animales se acercara los suficiente como para atacarlo, pero algo los distrajo y se fueron de allí, la mayoría, el más grande de todos se quedo mirando en dirección a la ojiverde que comenzó a preguntarse si la carne de lobo era buena y qué clase de ropa se haría con su piel, solo deseaba que el animal diera dos pasos al frente y lo mataría, por un momento pareció que los ojos del animal y la cyborg se cruzaron en la oscuridad, ambos vieron sus ojos y ambos comprendieron las intenciones mutuas, uno buscaba alimentarse y la otra buscaba violencia, finalmente el lobo se retiro sin acercarse lo suficiente como para atacarlo.
Decepcionada Angelene volvió a guardar sus armas de mayor alcance dentro de sus antebrazos para después escuchar otra vez la voz desde aquel débil pueblerino que se escondía de un par de animales como si fueran un ejército o algo por el estilo -Claro que estoy viva, solo eran unos animales, no un escuadrón de soldados entrenados... en fin, no tengo casa donde regresar, así que sí tanto te preocupa que duerma en el bosque supongo que no te molestara de que me quede en tu casa esta noche ¿Verdad chico?.- dijo en un comienzo demostró estar claramente irritada por la innecesaria preocupación demostrada por su persona, pero ya después paso a un tono más burlón que coincidía y era mejor para la melodiosa y dulce voz que poseía de nacimiento en lugar de la irritada queja del comienzo.
Ange
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Creado por Zeref Hawkings Mar Abr 26, 2016 4:02 pm
Era bueno tener confianza en sí misma, pero subestimar a los animales salvajes del bosque podía ser un error ya que el pelinegro sabía por su propia cuenta sobre la fuerza real de estas bestias en especial si llegaban a trabajar en equipo. Zeref quedo bastante impresionado por la respuesta de aquella mujer sobre quedarse en su casa, al principio la cara se le había puesto roja por el tono en que le había respondido aquella mujer, el pirata no se le hubiera ocurrido invitar a la chica a su casa por algún tipo de intención pervertidas más bien quería asegurarse de que ella estuviera a salvo esa noche, pero debido a ese comentario el joven no pudo evitar imaginarse estar durmiendo en su casa junto a una chica bastante atractiva como era la joven. Zeref pudo calmarse un poco al imaginarse a su amada fallecida inflando las mejillas y retándole por pensar en hacer cosas pervertidas con otras chicas, en verdad las mujeres aun eran un misterio para el pirata. – De acuerdo te llevare a mi casa, pero no sé si será de tu gusto. Por cierto mi nombre es Zeref y es un gusto conocerte señorita – fue lo que dijo tranquilamente el joven mientras caminaba rumbo a su cabaña esperando a que ella le siguiera el paso.
El joven continuo guiando a su compañera rumbo a su cabaña, esperando que los lobos salvajes no fueran a perseguirlos. Para mala fortuna del pirata, se pudo escuchar en el ambiente como unos gruñidos se iban acercándose a donde estaban ambos jóvenes, al parecer los lobos ya les habían seguido el rastro luego de darse cuenta de la distracción creada por el pirata con las piedras, debían apurar el paso ya que el pirata no quería llamarla atención de otras criaturas de mayor peligrosidad, además de que si era necesario sería bueno evitar tener que mancharse con sangre sus manos por aquel día. – Sera mejor que apuremos el paso – fue lo que dijo seriamente el joven mientras se dirigía a una especie de atajo a su casa y aceleraba el paso, el pelinegro pensaba que de esta forma podían llegar mucho más rápido a su cabaña ya que al ser nativo del bosque Zeref conocía bastantes atajados para moverse dentro del laberinto verdoso. Fue así como Zeref termino llevando a aquella chica a su cabaña luego de tomar un pequeño atajo, por el momento se encontraban a salvo de los lobos. – Puedes dejar tus cosas en el sofá y luego te preparo la cama para que puedas descansar un rato – fue lo que dijo tranquilamente el joven mientras hacía ingreso a su hogar, este seguía siendo tan cálido por dentro como le gustaba a su amada cuando aún vivía con Zeref. Antes de preparar la cama, el chico comenzó a preparar una cena por si acaso su invitada tenía un poco de hambre luego de aquella experiencia en el bosque, es más el chico estaba intrigado por saber las razones por la cual ella estaba en aquel campamento. – Dime Señorita, ¿Qué es lo que tienes pensado hacer en esta isla? – fue lo que dijo tranquilamente el joven mientras le servía un poco de té a su invitada, esperando a que la comida estuviera lista y ella le respondiera con confianza.
El joven continuo guiando a su compañera rumbo a su cabaña, esperando que los lobos salvajes no fueran a perseguirlos. Para mala fortuna del pirata, se pudo escuchar en el ambiente como unos gruñidos se iban acercándose a donde estaban ambos jóvenes, al parecer los lobos ya les habían seguido el rastro luego de darse cuenta de la distracción creada por el pirata con las piedras, debían apurar el paso ya que el pirata no quería llamarla atención de otras criaturas de mayor peligrosidad, además de que si era necesario sería bueno evitar tener que mancharse con sangre sus manos por aquel día. – Sera mejor que apuremos el paso – fue lo que dijo seriamente el joven mientras se dirigía a una especie de atajo a su casa y aceleraba el paso, el pelinegro pensaba que de esta forma podían llegar mucho más rápido a su cabaña ya que al ser nativo del bosque Zeref conocía bastantes atajados para moverse dentro del laberinto verdoso. Fue así como Zeref termino llevando a aquella chica a su cabaña luego de tomar un pequeño atajo, por el momento se encontraban a salvo de los lobos. – Puedes dejar tus cosas en el sofá y luego te preparo la cama para que puedas descansar un rato – fue lo que dijo tranquilamente el joven mientras hacía ingreso a su hogar, este seguía siendo tan cálido por dentro como le gustaba a su amada cuando aún vivía con Zeref. Antes de preparar la cama, el chico comenzó a preparar una cena por si acaso su invitada tenía un poco de hambre luego de aquella experiencia en el bosque, es más el chico estaba intrigado por saber las razones por la cual ella estaba en aquel campamento. – Dime Señorita, ¿Qué es lo que tienes pensado hacer en esta isla? – fue lo que dijo tranquilamente el joven mientras le servía un poco de té a su invitada, esperando a que la comida estuviera lista y ella le respondiera con confianza.
Zeref Hawkings
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Creado por Ange Mar Abr 26, 2016 6:39 pm
Por la oscuridad de la noche y lo poco que le interesaba aquel sujeto la ojiverde solo sabía que se trataba de un hombre joven y que tenía pelo negro, tal vez cuando estuvieran dentro de la dichosa casa pudiera verle bien la cara si es que le interesaba lo suficiente -Venga, tu casa no puede ser suficientemente desastrosa como para no gustarme.- Comento a modo de broma la muchacha mientras empezaba a seguir de cerca al "muy benevolente salvador y espantador de lobos que tanto había hecho por ella".
En ningún momento la pirata había soltado al conejo que traía consigo así que no se extrañó en el momento que volvió a escuchar el sonido de los animales deambulando cerca de ellos, intento trazar medianamente bien las direcciones que estaban tomando para cuando tuviera que regresar, quizás algún día decidiera pasar por la isla y dejar un botín en algún lugar así que sería bueno ir conociendo el terreno desde aquel momento, sobre todo aprovechando de aprender un atajo dado por un lugareño, esa clase de información podría ser muy útil a futuro.
Cuando llegaron a la casa y el anfitrión le sugirió dejar sus cosas en el sofá la muchacha arrojo sin mucha atención su bolso allí y le siguió hasta la cocina para dejarle a mano el conejo, ya que lo había cazado tal vez el muchacho aprovechara de cocinarlo y ambos comieran algo de carne de conejo, que para algo estaba muerto en ese momento. -Ya basta con el señorita, dime Ange y estoy buscando a alguien en esta isla, tengo entendido que por algún lado de en este sector de la isla deambula un tipo problemático con una descripción similar.- Comento desinteresadamente mientras que empezaba a explorar toda la casona con la mirada recibiendo el té sin siquiera preocuparse por la posibilidad de quemarse.
Cuando derramo un poco del caliente liquido sobre su mano ni siquiera reacciono hasta que se dirigió a tomar un sorbo y vio su mano, entonces simplemente lamió el líquido que se había enfriado un poco sobre su mano, la costumbre de hacer lo mismo con el alcohol durante las fiesta con sus viejos compañeros.
Levanto la vista para ver si su accionar había incomodado al anfitrión, por primera vez le vio directamente a la cara -Costumbre, por cierto linda casa ¿Zeref dijiste?- Cuando la joven vio bien el rostro de su interlocutor se quedó callada, cabello negro y ojos rojos como la sangre derramada en los barcos, la altura era similar a la que especulaba que podría tener ese maldito mocoso en estos momentos, pero el todavía no sabía quién era ella, podría aprovechar eso para primero cerciorarse -Y dime, ¿Tu hace mucho que vives en esta isla?-
En ningún momento la pirata había soltado al conejo que traía consigo así que no se extrañó en el momento que volvió a escuchar el sonido de los animales deambulando cerca de ellos, intento trazar medianamente bien las direcciones que estaban tomando para cuando tuviera que regresar, quizás algún día decidiera pasar por la isla y dejar un botín en algún lugar así que sería bueno ir conociendo el terreno desde aquel momento, sobre todo aprovechando de aprender un atajo dado por un lugareño, esa clase de información podría ser muy útil a futuro.
Cuando llegaron a la casa y el anfitrión le sugirió dejar sus cosas en el sofá la muchacha arrojo sin mucha atención su bolso allí y le siguió hasta la cocina para dejarle a mano el conejo, ya que lo había cazado tal vez el muchacho aprovechara de cocinarlo y ambos comieran algo de carne de conejo, que para algo estaba muerto en ese momento. -Ya basta con el señorita, dime Ange y estoy buscando a alguien en esta isla, tengo entendido que por algún lado de en este sector de la isla deambula un tipo problemático con una descripción similar.- Comento desinteresadamente mientras que empezaba a explorar toda la casona con la mirada recibiendo el té sin siquiera preocuparse por la posibilidad de quemarse.
Cuando derramo un poco del caliente liquido sobre su mano ni siquiera reacciono hasta que se dirigió a tomar un sorbo y vio su mano, entonces simplemente lamió el líquido que se había enfriado un poco sobre su mano, la costumbre de hacer lo mismo con el alcohol durante las fiesta con sus viejos compañeros.
Levanto la vista para ver si su accionar había incomodado al anfitrión, por primera vez le vio directamente a la cara -Costumbre, por cierto linda casa ¿Zeref dijiste?- Cuando la joven vio bien el rostro de su interlocutor se quedó callada, cabello negro y ojos rojos como la sangre derramada en los barcos, la altura era similar a la que especulaba que podría tener ese maldito mocoso en estos momentos, pero el todavía no sabía quién era ella, podría aprovechar eso para primero cerciorarse -Y dime, ¿Tu hace mucho que vives en esta isla?-
Ange
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Creado por Zeref Hawkings Jue Abr 28, 2016 9:38 pm
El pelinegro se sorprendió un poco que su invitada estuviera buscando a una persona en aquella isla, seguramente tendría sus razones para buscar a aquella persona, pero el pirata no era muy curioso con respecto a la vida ajena, en especial si el mismo no puede recordar muchas cosas de su pasado como quienes eran sus padres o la forma en que había llegado a aquella isla, lo único que sabía que estaba bastante cómodo en aquella cabaña al interior del bosque donde paso unos grandiosos momentos con su amada fallecida. Zeref no dijo nada ante al accionar de la chica con su te, la verdad le parecía bastante divertido que no le importara lo que pudieran pensar las personas por su accionar, pero bueno el joven se sentó en una de las sillas junto a la mesa que utilizaba para comer y comenzó a servirse a sí mismo un poco de té recién preparado. – Sí que tienes mucha curiosidad Ange, la verdad no recuerdo cuanto tiempo exacto llevo en esta isla, pero si ya he estado un par de años en el lugar. Aunque pronto partiré de la isla para iniciar un viaje y cumplir una promesa a cierta persona – fue lo que dijo tranquilamente el pelinegro mientras cierta tristeza se mostraba en su rostro y inconscientemente llevaba una de sus manos al medallón que llevaba consigo en el cuello.
Este pertenecía a su amada fallecida Mavis, quien le regalo aquel collar en uno de sus aniversarios cuando estaban viviendo en aquella cabaña juntos, el pelinegro le prometió a la chica que crearía un mundo mejor en el lecho de su muerte y Zeref cumpliría con su promesa, aunque primero tenía que dar el primer paso de su viaje. – Perdón me distraje un poco con mis pensamientos. Por cierto Ange, dijiste que andabas buscando a una persona. ¿Alguna razón en particular? Quizás pueda ayudarte a encontrarlo ya que conozco a la mayoría de las personas que viven en esta isla – fue lo que dijo seriamente el pirata mientras terminaba de beber su té y dejaba la taza sobre la mesa. La noche estaba pasando rápido y ya faltaba poco para ir a dormir, el pelinegro se levantó de su silla para preparar la cama de la chica. – Se acerca la hora de dormir, puedes tomarte una ducha relajante antes de acostarte, yo por mientras terminare de preparar tu cama y terminar de cocinar al conejo que cazaste – fueron las últimas palabras dichas el joven mientras se colocaba manos a la obra y comenzaba a preparar la cama de su invitada, luego cocinaría al conejo para tener una deliciosa cena antes de dormir.
Este pertenecía a su amada fallecida Mavis, quien le regalo aquel collar en uno de sus aniversarios cuando estaban viviendo en aquella cabaña juntos, el pelinegro le prometió a la chica que crearía un mundo mejor en el lecho de su muerte y Zeref cumpliría con su promesa, aunque primero tenía que dar el primer paso de su viaje. – Perdón me distraje un poco con mis pensamientos. Por cierto Ange, dijiste que andabas buscando a una persona. ¿Alguna razón en particular? Quizás pueda ayudarte a encontrarlo ya que conozco a la mayoría de las personas que viven en esta isla – fue lo que dijo seriamente el pirata mientras terminaba de beber su té y dejaba la taza sobre la mesa. La noche estaba pasando rápido y ya faltaba poco para ir a dormir, el pelinegro se levantó de su silla para preparar la cama de la chica. – Se acerca la hora de dormir, puedes tomarte una ducha relajante antes de acostarte, yo por mientras terminare de preparar tu cama y terminar de cocinar al conejo que cazaste – fueron las últimas palabras dichas el joven mientras se colocaba manos a la obra y comenzaba a preparar la cama de su invitada, luego cocinaría al conejo para tener una deliciosa cena antes de dormir.
Zeref Hawkings
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Creado por Ange Lun Mayo 02, 2016 10:32 am
La fémina de cola de caballo tardó poco en responder sobre el interés en el masculino -Creo, creo que es normal tener curiosidad por la persona con la cual pasaras la noche y que intento rescatarte de las bestias, no es que este particularmente interesada en ti ni nada de eso- ciertamente la pirata no era la más a vela más ardiente del templo, lo demostraba con aquella respuesta dicha al a defensiva por no pensar, para su propia suerte a veces vale más suerte que conciencia, puesto a que gracias a su voz dulce y melodiosa sonaba más a la escusa de una niña que no quiere admitir que algo le gusta en lugar de lo que realmente era.
Aunque se dio cuenta de esto un poco tarde se mantuvo firme sin cambiar de postura siquiera, aunque no pudo evitar mostrar evidente interés por la "promesa a cierta persona", la curiosidad propia estaba allí presente, pero el masculino pareció quedarse pensando en algo e ignoro por tiempo suficiente al a fémina para que esta se acomodara y pensara mejor que pasos tomaría de allí en adelante, tanto en la conversación como la búsqueda venidera.
Al recuperar su interlocutor la noción del lugar donde se encontraba y con quien estaba la muchacha ya estaba un poco más preparada para no dejarse llevar tan fácilmente por cualquier cosa, en especial porque la siguiente pregunta realizada por el ojicarmesí era una de las que había meditado como responder -Si, veras, hace algunos años la persona que estoy buscando cayó al mar, yo se que sigue con vida pero no estoy segura de poder encontrarle, así que decidí venir hasta aquí para buscarlo en el lugar donde todo comenzó, hasta podría decirse que en cierto sentido es mi hermano.- Mentiras y medias verdades, no era su especialidad pero debía de sonar suficientemente convincente.
La joven sonrió al escuchar lo último que tenía que decir el masculino -Gracias por la ayuda, aprovecharé de darme un el baño que ofreces y seguiremos hablando en la cena si no te molesta, realmente me sentaría bien refrescarme un poco con agua que no sea de mar.- aquellas eran verdades autenticas, realmente deseaba ducharse y lavar su ropa, incluso la que traía estaba sucia, tal vez menos que la que llevaba puesta, pero seguía habiendo pasado demasiado tiempo en el bosque -¿Te puedo pedir una muda de ropa? Ya mañana lavaré la mía ¿Puede ser?.-
Aunque se dio cuenta de esto un poco tarde se mantuvo firme sin cambiar de postura siquiera, aunque no pudo evitar mostrar evidente interés por la "promesa a cierta persona", la curiosidad propia estaba allí presente, pero el masculino pareció quedarse pensando en algo e ignoro por tiempo suficiente al a fémina para que esta se acomodara y pensara mejor que pasos tomaría de allí en adelante, tanto en la conversación como la búsqueda venidera.
Al recuperar su interlocutor la noción del lugar donde se encontraba y con quien estaba la muchacha ya estaba un poco más preparada para no dejarse llevar tan fácilmente por cualquier cosa, en especial porque la siguiente pregunta realizada por el ojicarmesí era una de las que había meditado como responder -Si, veras, hace algunos años la persona que estoy buscando cayó al mar, yo se que sigue con vida pero no estoy segura de poder encontrarle, así que decidí venir hasta aquí para buscarlo en el lugar donde todo comenzó, hasta podría decirse que en cierto sentido es mi hermano.- Mentiras y medias verdades, no era su especialidad pero debía de sonar suficientemente convincente.
La joven sonrió al escuchar lo último que tenía que decir el masculino -Gracias por la ayuda, aprovecharé de darme un el baño que ofreces y seguiremos hablando en la cena si no te molesta, realmente me sentaría bien refrescarme un poco con agua que no sea de mar.- aquellas eran verdades autenticas, realmente deseaba ducharse y lavar su ropa, incluso la que traía estaba sucia, tal vez menos que la que llevaba puesta, pero seguía habiendo pasado demasiado tiempo en el bosque -¿Te puedo pedir una muda de ropa? Ya mañana lavaré la mía ¿Puede ser?.-
Ange
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Zeref Hawkings Mar Mayo 03, 2016 11:27 pm
Sin duda se sorprendió al escuchar la razón por la cual su invitada se encontraba en aquella isla y la importancia que esta tenia para la chica ya que llamar a una persona hermano y que esta no fuera de tu sangre significaba que aquella persona era alguien especial o eso era lo que le decía siempre su amada fallecida. Zeref le dijo a la chica que le deseaba la mayor de las suertes para encontrar al objetivo de su búsqueda y se alegró bastante que la mujer aceptara su oferta de tomar un baño aunque tuvo cierta problemática sobre el cambio de ropaje para la joven ya que solamente utilizaba túnicas para sí mismo como ropa, tal vez si revisaba algunas cosas de Mavis, encontraría algo que le quedase. – Tranquila siéntete augusta en mi casa, enseguida te conseguiré algo para cambiarte aunque tal vez te quede un poco grande la ropa – dijo con una leve sonrisa el joven mientras se levantaba de su lugar e iba a la habitación adjunta para revisar dentro de las cosas de su amada fallecida. El pelinegro comenzó a buscar entre los ropajes que aún conservaba luego de su muerte y empezó a descartar la ropa que no le podía quedar bien como algunos vestidos o poleras, a decir verdad si comparaba el cuerpo de Mavis con el de Ange, claramente la última estaba mucho más dotada que su amada con mejores atributos y altura.
Tanto fue que se metió en la comparación que el pelinegro no pudo evitar sonrojarse al imaginarse a su invitada utilizando alguno de los vestidos de la rubia fallecida, sin duda alguna no le quedaría nada mal. Dejando de lado sus perversiones, el pirata encontró un vestido largo que le quedaba grande a su amada fallecida y sería perfecto para su invitada, una vez con el vestido en sus manos el pelinegro lo dejo a las afueras del baño para que la muchacha le recogiera una vez que se diera el baño. – Espero que este vestido sea de tu agrado, casi lo olvidaba debes abrir por completo la llave del agua para que te salga caliente, bueno a menos que no te moleste bañarte con agua fría – dijo en un tono burlón a su invitada una vez que dejo la muda de ropa en el baño y luego se dirigió a la cocina para terminar con la comida. Zeref termino de cocinar al conejo mientras su invitada se daba un baño, aunque tenía ciertas dudas con el sabor de su platillo ya que la cocina no era la especialidad del pirata y aunque siguiera al pie de la letra las instrucciones de la receta, el pelinegro tenía miedo de que a la joven no le gustara su platillo. Luego la misma joven tendría que juzgar el platillo del pirata, por mientras solo esperaría a que la chica terminase de darse su baño y dejo el plato de la mujer encima de la mesa.
Tanto fue que se metió en la comparación que el pelinegro no pudo evitar sonrojarse al imaginarse a su invitada utilizando alguno de los vestidos de la rubia fallecida, sin duda alguna no le quedaría nada mal. Dejando de lado sus perversiones, el pirata encontró un vestido largo que le quedaba grande a su amada fallecida y sería perfecto para su invitada, una vez con el vestido en sus manos el pelinegro lo dejo a las afueras del baño para que la muchacha le recogiera una vez que se diera el baño. – Espero que este vestido sea de tu agrado, casi lo olvidaba debes abrir por completo la llave del agua para que te salga caliente, bueno a menos que no te moleste bañarte con agua fría – dijo en un tono burlón a su invitada una vez que dejo la muda de ropa en el baño y luego se dirigió a la cocina para terminar con la comida. Zeref termino de cocinar al conejo mientras su invitada se daba un baño, aunque tenía ciertas dudas con el sabor de su platillo ya que la cocina no era la especialidad del pirata y aunque siguiera al pie de la letra las instrucciones de la receta, el pelinegro tenía miedo de que a la joven no le gustara su platillo. Luego la misma joven tendría que juzgar el platillo del pirata, por mientras solo esperaría a que la chica terminase de darse su baño y dejo el plato de la mujer encima de la mesa.
Zeref Hawkings
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Ange Miér Mayo 04, 2016 8:56 am
La fémina de coleta de caballo sonrió al escuchar la respuesta de Zeref y se encamino al baño, una vez dentro se mantuvo pensativa debajo del agua, estaba fría, bastante de hecho, aunque no era un problema para sus brazos de piernas, el resto de su cuerpo seguía sintiendo frio, frio como las noches en soledad por culpa de aquel que había escapado de su madre, aquel a quien cazaba y aquel que creía haber encontrado, su instinto le decía que era este muchacho, pensó en lo decepcionada que estaba de que solo se hubiera convertido en un simple "buen hombre del bosque".
La joven de ojos esmeralda se mantuvo en silencio, pensativa debajo del agua, cada vez con una más fría sensación en su propia piel, se mantuvo así hasta que escucho el consejo del masculino desde el otro lado de la puerta, el agua caliente era muchísimo más agradable para ella, así que reinicio el proceso de aseo ahora centrada en si misma, en preguntarse que debería de hacer con el, como debería de hacerle sufrir y lo que haría tras vengarse.
Solo se seco un poco el cabello y el exceso de agua e las manos, la parte superior de la espalda donde tenía las partes mecánicas de su cuerpo más visibles y el rostro antes de ir a ver qué clase de ropa le había traído aquel tipo de ojos rojos, al hacerlo vio que se trataba de un vestido de una sola pieza suficientemente simplón para no incomodar a la pirata, era blanco, no era el tipo de cosa que ella utilizaría normalmente, por cuestiones prácticas en buena medida, sin embargo no planeaba ponerse a luchar allí mismo con esa ropa así que no hacia diferencia alguna.
Sin haberse terminado de secar se puso el vestido, le quedaba muy ajustado en el área del pecho y a pesar de ser un vestido largo en lugar de llegar hasta sus tobillos llegaba hasta un par de centímetros debajo de las rodillas, la ropa rápidamente absorbió la humedad que aún había en su cuerpo de Angelene, adhiriéndosele transparentándose un poco en el área del busto y aunque era un vestido holgado, por culpa del agua la tela se adhirió a su cuerpo también en el área de las piernas, sin embargo lo único que había preocupado a la fémina era que su sistema de propulsión no estuviera visible, pero al haberlo secado bien debajo de la tela solo parecía ser la espalda de una chica común y corriente.
Ya vestida la muchacha no espero a que el agua se secara del vestido para dirigirse al comedor, lo hizo mientras se ataba el cabello en una coleta de caballo, al llegar a la mesa se quedo parada junto a la silla un momento mientras se cercioraba de que el cabello no molestaría pero ya habiendo terminado de armar la coleta la pirata se dio cuenta de algo, suspiro, se soltó el cabello y se sentó viendo el plato de comida.
Sonrió viendo el plato, tenía mucha esperanza depositada en aquella comida pero al probarla resulto no ser nada muy superior a lo que hubiera hecho ella misma -Supongo que esta bueno, no se porque tenía las expectativas muy altas en cuanto a tu habilidad culinaria...- comento con una expresión de decepción que fue incapaz de ocultar al masculino, tampoco es que se hubiera esforzado realmente en hacerlo.
La muchacha se quedo comiendo en silencio hasta acabar de tragar, puesto a que su forma de comer no era para nada delicada ni refinada en gran contraste con lo que sus facciones y voz podrían hacer pensar fácilmente, después de todo ella era una pirata y no una dama refinada. Una vez que hubo terminado de comer la fémina cruzo su brazos y los puso debajo de su pecho levantándolo un poco y estirando el apretado vestido de forma que si hubiera podido comunicarse seguramente estaría gritando de dolor y miedo de ser desgarrado, si la dueña original de aquella prenda viera su estado actual seguramente gritaría de rabia y frustración.
-Buen provecho, sigo con ansias de saber más de ti ¿Cómo es eso de que estas aquí hace años? ¿Hace cuanto aproximadamente? También mencionaste que viajarías pronto por una promesa que hiciste con cierta persona ¿Qué clase de persona es? ¿A dónde te diriges en ese viaje que has mencionado? ¿Por qué tenias un vestido de mujer siendo que vives solo? ¿Cómo puedo pagar lo que has hecho por mí? ¿Puedo acostarme contigo o es obligado ir al cuarto de huéspedes?- Mientras se bañaba con agua fría la fémina había formulado aquella lista de preguntas para atosigar un poco al masculino y meterle algo de presión, tal vez si fuera algo más inteligente las hubiera formulado en un mejor orden o hubiera planteado las cosas de otra forma más sutil, pero ella era así, y así es como empezó a preguntar a toda velocidad mientras inflaba y desinflaba el pecho con su respiración.
La joven de ojos esmeralda se mantuvo en silencio, pensativa debajo del agua, cada vez con una más fría sensación en su propia piel, se mantuvo así hasta que escucho el consejo del masculino desde el otro lado de la puerta, el agua caliente era muchísimo más agradable para ella, así que reinicio el proceso de aseo ahora centrada en si misma, en preguntarse que debería de hacer con el, como debería de hacerle sufrir y lo que haría tras vengarse.
Solo se seco un poco el cabello y el exceso de agua e las manos, la parte superior de la espalda donde tenía las partes mecánicas de su cuerpo más visibles y el rostro antes de ir a ver qué clase de ropa le había traído aquel tipo de ojos rojos, al hacerlo vio que se trataba de un vestido de una sola pieza suficientemente simplón para no incomodar a la pirata, era blanco, no era el tipo de cosa que ella utilizaría normalmente, por cuestiones prácticas en buena medida, sin embargo no planeaba ponerse a luchar allí mismo con esa ropa así que no hacia diferencia alguna.
Sin haberse terminado de secar se puso el vestido, le quedaba muy ajustado en el área del pecho y a pesar de ser un vestido largo en lugar de llegar hasta sus tobillos llegaba hasta un par de centímetros debajo de las rodillas, la ropa rápidamente absorbió la humedad que aún había en su cuerpo de Angelene, adhiriéndosele transparentándose un poco en el área del busto y aunque era un vestido holgado, por culpa del agua la tela se adhirió a su cuerpo también en el área de las piernas, sin embargo lo único que había preocupado a la fémina era que su sistema de propulsión no estuviera visible, pero al haberlo secado bien debajo de la tela solo parecía ser la espalda de una chica común y corriente.
Ya vestida la muchacha no espero a que el agua se secara del vestido para dirigirse al comedor, lo hizo mientras se ataba el cabello en una coleta de caballo, al llegar a la mesa se quedo parada junto a la silla un momento mientras se cercioraba de que el cabello no molestaría pero ya habiendo terminado de armar la coleta la pirata se dio cuenta de algo, suspiro, se soltó el cabello y se sentó viendo el plato de comida.
Sonrió viendo el plato, tenía mucha esperanza depositada en aquella comida pero al probarla resulto no ser nada muy superior a lo que hubiera hecho ella misma -Supongo que esta bueno, no se porque tenía las expectativas muy altas en cuanto a tu habilidad culinaria...- comento con una expresión de decepción que fue incapaz de ocultar al masculino, tampoco es que se hubiera esforzado realmente en hacerlo.
La muchacha se quedo comiendo en silencio hasta acabar de tragar, puesto a que su forma de comer no era para nada delicada ni refinada en gran contraste con lo que sus facciones y voz podrían hacer pensar fácilmente, después de todo ella era una pirata y no una dama refinada. Una vez que hubo terminado de comer la fémina cruzo su brazos y los puso debajo de su pecho levantándolo un poco y estirando el apretado vestido de forma que si hubiera podido comunicarse seguramente estaría gritando de dolor y miedo de ser desgarrado, si la dueña original de aquella prenda viera su estado actual seguramente gritaría de rabia y frustración.
-Buen provecho, sigo con ansias de saber más de ti ¿Cómo es eso de que estas aquí hace años? ¿Hace cuanto aproximadamente? También mencionaste que viajarías pronto por una promesa que hiciste con cierta persona ¿Qué clase de persona es? ¿A dónde te diriges en ese viaje que has mencionado? ¿Por qué tenias un vestido de mujer siendo que vives solo? ¿Cómo puedo pagar lo que has hecho por mí? ¿Puedo acostarme contigo o es obligado ir al cuarto de huéspedes?- Mientras se bañaba con agua fría la fémina había formulado aquella lista de preguntas para atosigar un poco al masculino y meterle algo de presión, tal vez si fuera algo más inteligente las hubiera formulado en un mejor orden o hubiera planteado las cosas de otra forma más sutil, pero ella era así, y así es como empezó a preguntar a toda velocidad mientras inflaba y desinflaba el pecho con su respiración.
Ange
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