Online
Conectarse
En total hay 28 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 28 Invitados
Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 166 durante el Dom Nov 13, 2016 9:10 pm
Last Post
Censo
Staff
Página 2 de 2.
Página 2 de 2. • 1, 2
Creado por Takami Norihito Vie Jun 03, 2016 1:17 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Tras la partida por Shell Town, el hombre enmascarado pudo apañárselas para introducirse dentro de un barco de comercio entre grandes cajas de madera y cubierto de mantas, sin saber hacia dónde le depararía el destino ni el puerto donde desembarcaría el barco. Pasó así unos días, aguantando al extremo el hambre y la sed, aunque ya era algo de costumbre en un tipo como él. En cuanto notó que comenzaban a descargar los materiales necesarios para su partida, Takami saltó de la nada y huyó lo más rápido que pudo de allí percatándose de que nadie le había seguido o presenciado su físico por la zona. Tuvo suerte, por lo que no tardó en dejarse caer al suelo exhausto y traspirando como si no hubiese un mañana. - Esto de ser pirata me va a salir caro de cojones. - Murmuró entre risas, hasta que alzó su vista al cielo y se percató de que era otro sitio totalmente distinto a la isla de antes. ¿Dónde se encontraba? Lo primero que tendría que hacer era reunir fuerzas y conseguir algo de alimento y bebida, lo cual no tardaría en hacerlo.
Pasó por un bar en donde pasó como una hora alimentándose y bebiendo con bastante ímpetu, aunque siempre manteniendo las buenas formas y una educación transmitida desde pequeño. La gente se extrañaba al verle, incluso le hacían preguntas acerca de su apariencia pero eran intentos en vano. Norihito levantó la mirada por un instante y solo por curiosidad preguntó al hombre que le estaba atendiendo dónde se encontraba. Aquel camarero, extrañado por la pregunta del joven, le respondió que se situaba en Loguetown. Dejó de comer, manteniendo el tenedor en alto y su expresión cambió por completo. De su clásica frialdad, a una alegría correspondiente a un niño pequeño estrenando un nuevo juguete. Pidió la indicación para llegar a cierta plaza famosa de la ciudad, pagó la cuenta con el poco dinero que tenía ahorrado y puso rumbo hasta allí acelerando todo lo que podía.
Y tras unos minutos, al fin alcanzó su destino, frenando empleando la fuerza de sus talones y arrastrándose por un par de metros hasta que pudo detenerse por completo. Excitado, empezó a patalear alzando sus rodillas en un constante movimiento, como si estuviese haciendo ejercicio, mientras que Luna Llena - su espada que yacía entre vendas y colgada de la espalda - le golpeaba por la parte de la hoja sobre su cintura y retocaba con su katana. - ¡Aquí fue... donde liquidaron al Rey de los Piratas! - Se detuvo sin previo aviso y se mantuvo unos segundos sin siquiera respirar, admirando en silencio la imponente figura del torreón de varios metros de altura donde una vez dieron fin a la vida de Gold Roger. No es que tuviese un sentimiento de respeto y afán de convertirse en algo como él, pero sí que admiraba la importancia que tuvo en la historia del mundo de cualquier bando, ya fuese pirata, marinero o un civil cualquiera. Su corazón latía deprisa, aún no podía entender el motivo por el que estaba tan nervioso. ¿Será acaso, que Takami estaba empezando a coger el gusto a ser un pirata?
Tras la partida por Shell Town, el hombre enmascarado pudo apañárselas para introducirse dentro de un barco de comercio entre grandes cajas de madera y cubierto de mantas, sin saber hacia dónde le depararía el destino ni el puerto donde desembarcaría el barco. Pasó así unos días, aguantando al extremo el hambre y la sed, aunque ya era algo de costumbre en un tipo como él. En cuanto notó que comenzaban a descargar los materiales necesarios para su partida, Takami saltó de la nada y huyó lo más rápido que pudo de allí percatándose de que nadie le había seguido o presenciado su físico por la zona. Tuvo suerte, por lo que no tardó en dejarse caer al suelo exhausto y traspirando como si no hubiese un mañana. - Esto de ser pirata me va a salir caro de cojones. - Murmuró entre risas, hasta que alzó su vista al cielo y se percató de que era otro sitio totalmente distinto a la isla de antes. ¿Dónde se encontraba? Lo primero que tendría que hacer era reunir fuerzas y conseguir algo de alimento y bebida, lo cual no tardaría en hacerlo.
Pasó por un bar en donde pasó como una hora alimentándose y bebiendo con bastante ímpetu, aunque siempre manteniendo las buenas formas y una educación transmitida desde pequeño. La gente se extrañaba al verle, incluso le hacían preguntas acerca de su apariencia pero eran intentos en vano. Norihito levantó la mirada por un instante y solo por curiosidad preguntó al hombre que le estaba atendiendo dónde se encontraba. Aquel camarero, extrañado por la pregunta del joven, le respondió que se situaba en Loguetown. Dejó de comer, manteniendo el tenedor en alto y su expresión cambió por completo. De su clásica frialdad, a una alegría correspondiente a un niño pequeño estrenando un nuevo juguete. Pidió la indicación para llegar a cierta plaza famosa de la ciudad, pagó la cuenta con el poco dinero que tenía ahorrado y puso rumbo hasta allí acelerando todo lo que podía.
Y tras unos minutos, al fin alcanzó su destino, frenando empleando la fuerza de sus talones y arrastrándose por un par de metros hasta que pudo detenerse por completo. Excitado, empezó a patalear alzando sus rodillas en un constante movimiento, como si estuviese haciendo ejercicio, mientras que Luna Llena - su espada que yacía entre vendas y colgada de la espalda - le golpeaba por la parte de la hoja sobre su cintura y retocaba con su katana. - ¡Aquí fue... donde liquidaron al Rey de los Piratas! - Se detuvo sin previo aviso y se mantuvo unos segundos sin siquiera respirar, admirando en silencio la imponente figura del torreón de varios metros de altura donde una vez dieron fin a la vida de Gold Roger. No es que tuviese un sentimiento de respeto y afán de convertirse en algo como él, pero sí que admiraba la importancia que tuvo en la historia del mundo de cualquier bando, ya fuese pirata, marinero o un civil cualquiera. Su corazón latía deprisa, aún no podía entender el motivo por el que estaba tan nervioso. ¿Será acaso, que Takami estaba empezando a coger el gusto a ser un pirata?
Takami Norihito
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Takami Norihito Dom Jun 05, 2016 12:52 pm
Tras unos minutos de persecución, de los cuales el pobre de Takami perdió de vista a la mujer por unos segundos, pudo llegar hasta lo que sería el puesto de trabajo de la "Mink", donde pudo ver que el jefe le estaba esperando con una bolsa llena de pan para que siguiera vendiendo por las calles de Logue Town. Suspiró, intentando coger un poco de aire tras la carrera y al fin pudo apreciar el nombre de la mujer. El albino abrió la cremallera para poder respirar mejor y le dedicó una sonrisa a la chica, quien preguntaba del motivo por el que Takami se interesó por su nombre. - No todos los días puedo hablar con alguien como tú. Eso sí que es realmente interesante. - Dijo a modo de alagar y ser cortés - aunque fuese extraño en él - con la mujer mitad animal, quien había logrado que el pirata le respetase como a una amiga que apenas conocía.
Le estuvo acompañando en todo lo que sería su trabajo de ir vendiendo alimento por las calles, observándola en silencio y apreciando cada pequeño detalle de la misma. No es que le atrajera ni mucho menos, el albino era algo corto de luces en aquellos temas, más bien se sentía un científico que estaba haciendo un trabajo de campo para saber más sobre una especie desconocida. Una vez que terminó y tomó asiento en un banco, el pirata permaneció de pie, con una mano en el bolsillo del pantalón y la otra apoyada cómodamente en el mango de su katana. - Ha sido un placer, Winry-san, pero he de irme, no la molestaré más. Espero que le vaya bien y que nos podamos volver a ver. - Hizo una reverencia mientras que sonreía por debajo de la máscara, se dio media vuelta y empezó a caminar, alejándose cada vez más de ella. - Y como consejo, cuando dejes esta isla, asegúrate de hablar con alguien que sepa más de la ciudad. Es divertido aprender. - Finalizó, levantando la mano que estaba guardada en alto y agitándola a los lados de espaldas a modo de despedirse, sin asegurarse de que ella le estuviese mirando o algo semejante. Después del pequeño cruce con un ser como Winry, Norihito había aprendido que el mundo estaba lleno de curiosidades por descubrir.
Le estuvo acompañando en todo lo que sería su trabajo de ir vendiendo alimento por las calles, observándola en silencio y apreciando cada pequeño detalle de la misma. No es que le atrajera ni mucho menos, el albino era algo corto de luces en aquellos temas, más bien se sentía un científico que estaba haciendo un trabajo de campo para saber más sobre una especie desconocida. Una vez que terminó y tomó asiento en un banco, el pirata permaneció de pie, con una mano en el bolsillo del pantalón y la otra apoyada cómodamente en el mango de su katana. - Ha sido un placer, Winry-san, pero he de irme, no la molestaré más. Espero que le vaya bien y que nos podamos volver a ver. - Hizo una reverencia mientras que sonreía por debajo de la máscara, se dio media vuelta y empezó a caminar, alejándose cada vez más de ella. - Y como consejo, cuando dejes esta isla, asegúrate de hablar con alguien que sepa más de la ciudad. Es divertido aprender. - Finalizó, levantando la mano que estaba guardada en alto y agitándola a los lados de espaldas a modo de despedirse, sin asegurarse de que ella le estuviese mirando o algo semejante. Después del pequeño cruce con un ser como Winry, Norihito había aprendido que el mundo estaba lleno de curiosidades por descubrir.
Takami Norihito
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Página 2 de 2. • 1, 2
Temas similares
» Un enclenque y su perro
» Crono de Winry
» Un enclenque y su perro contra una psicópata
» Un enclenque, su perro, una psicópata y un intruso
» En la celda de hielo (Priv)
» Crono de Winry
» Un enclenque y su perro contra una psicópata
» Un enclenque, su perro, una psicópata y un intruso
» En la celda de hielo (Priv)
Página 2 de 2.
|
|