La redención del peliblanco, ahora morocho, consistiría en ayudar al ejército revolucionario a hacer un mejor mundo. De esa manera podría no solo cumplir su objetivo "inicial" de evitar gasto de impuestos ridículo que podría usarse para mejores cosas sino que también ayudaría a los revolucionarios. Al principio junto con Ilya fueron colocados en "Standby", esperando a que se les asignase una tripulación correspondiente pero por sugerencia de Jake se los dejó empezar con un intento de aumentar los ingresos. No era nada indispensable, no sería una cantidad de dinero demasiado ridícula sino que era algo para favorecer el sustento tanto de Jake como al escuadrón al que serían asignados posteriormente. Nótese que el origen de esta "misión" si es que así podía llamársele, fue una sugerencia hecha por Jake, conseguir más dinero siempre estaba bien y no requería utilizar demasiados elementos de los revolucionarios, únicamente un barco no demasiado grande, semillas y materiales para la siembra como rastrillos y hachas y palas.

La primer parada para la ruta comercial normalmente era conseguir los fondos, después de todo se deberían utilizar obreros para el trabajo y recién empezaría a ser rentable después de unas semanas, cuando las semillas finalmente hubiesen germinado. Durante ese tiempo se debería buscar una forma de pagar a los empleados. El sueldo promedio para alguien con un trabajo "simple", sueldo normal para los empleados que estaba Jake buscando, era de aproximadamente 1000 berries cada 2 semanas. El sueldo que se le daba al peliblanco al haber entrado a la flota revolucionaria era de 10 veces más, por lo cual sería capaz de pagar 10 empleados hasta la siembra. Además de esto podría pagar otros 10 empleados con el suelo de Ilya si es que ella aceptaba transferir parte de sus ganancias. O podría ya aprovecharse de que debería haber ausencia de redes comerciales en la isla y exportar el exceso e incentivar la producción en la isla. La primera opción tardaría más tiempo pero tendría las bases construidas por el peliblanco por lo cual no podría detenerse con tanta facilidad en caso de que los empleados dejasen de trabajar. No, lo mejor era empezar desde 0. De ese modo además podría conseguir familiarizarse con los civiles y de paso vender los restos de la producción.

En este caso sería vender madera. Había que eliminar los árboles de una zona antes de llegar a sembrar allí, al hacerlo podría vender la madera, ya fuese para construir casas o para quemar en fogatas o algo así. El barco se acercaba a uno de los puertos, el de una de los 2 pueblos de aquella isla - Emm... dime que no tienes nada en contra de hacer trabajos forzados, trabajar te ayudará a entrenar el cuerpo y ser más fuerte - Era raro que alguien desease ir a aquel pueblo, principalmente por que había poco que hacer en una zona que todavía ni había podido ser conquistada correctamente. El vivir allí sería peligroso y la isla de por si no debía de tener muchos ingresos que le permitiesen hacer más que sobrevivir. El mundo era extraño considerando la simple existencia de lugares con tanta tecnología  y luego islas como aquella - No, a mi tampoco me gusta pero son cosas que hay que hacer... solo imagina el dinero que tendremos cuando esto termine... - era un largo trabajo pero alguien tenía que hacerlo.

Probablemente Ilya no iba a ayudar a nadie más a unirse a los revolucionarios, aunque tampoco había hecho mucho más que guiarlo (y eso que se había perdido en el proceso). Puede que hiciera algo bueno, pero luego había tenido que quedarse con él, esperando a que los enviarán a algún tipo de misión. Siendo el tipo de persona que se aburría y desesperaba con facilidad le había costado estarse quieta durante ese tiempo. Jack seguía siendo algo irritante pero había pasado a ser un compañero así que lo soportaba, además había pasado las semanas quitándole comida cuando quería. Finalmente resultó que podía ir por su cuenta a encargarse de una misión, idea del pelinegro pero mientras pudiera ir a otros lugares Ilya lo aceptaba. No parecía requerir mucho y en cambio podrían hacer dinero, aunque la joven no se llevaba muy bien con ese tipo de labores sabía que era necesario.

Para empezar con este comercio para empezar iban a otra isla, en el West Blue. Un lugar en el que no había estado antes pero sí había oído de la isla. Al parecer estaba dividida en dos pueblos constantemente enfrentados. El por qué no lo sabía y le causaba algo de curiosidad, al mismo tiempo que le molestaba. Si no fuera porque se peleaban entre ellos, aquel podría ser un lugar bastante más pacífico, más avanzado, etc. Quizás para ellos en enfrentamiento era muy importante pero Ilya no lo podía comprender. Esperaba que en un futuro esos problemas también se solucionaran pero de momento lo único que hizo fue soltar un suspiro y volver a concentrarse en lo que debía hacer. Ayudar básicamente y ya faltaban solo unos minutos para que llegaran a la isla.

— Claro que no me gusta hacerlos, sudas y te duelen los músculos luego… — claro, claro, era saludable y todo pero no quitaba que dolían. — Además yo uso pistolas… — bueno, sí necesitaba algo de entrenamiento físico para manejar diferentes armas de fuego pero prefirió dejarse esa parte. Miró al pelinegro de reojo. — Sí que te importa mucho el dinero… ¿sabes? Bueno, si me sigues comprando comida estará bien. — Sonrió burlona justo en el momento que el barco ingresaba al puerto y era amarrado por cuerdas. El clima en ese lugar era más cálido de lo que había sido Tequila Wolf, mucho más de modo que las ropas de la joven no eran ya tantas ni tan gruesas. Llevaba pantalones negros y una camisa blanca, botas negras y el gorro azul. Las correas que sujetaban sus armas le rodeaban a la altura de la cadera de forma que en esta ocasión no estaban ocultas. Se bajó del barco mirando a su alrededor.

— Hm… supongo que no importa mucha a qué lado vamos… — No conocía a los pueblos enfrentados, no sabía si de un lado tendrían más suerte que en el otro; pero como lo primero que tenían que encontrar era un lugar dónde trabajar bien se podrían recorrer toda la isla. En realidad, eso no sonaba bien, iba a terminar demasiado cansada. — De cualquier forma, empecemos preguntando en el pueblo. —

Independientemente de si a ella le gustaba o no trabajar, Jake la obligaría a trabajar, después de todo no iba a trabajar él solo, especialmente cuando habían tareas que no necesitaban tanto el uso de fuerza y que, por lo tanto, harían que ella no sudase tanto y que no le doliesen tanto los músculos. El que ella usase pistolas era algo que, envés de servir para impedir el trabajo, hacía que fuese más necesario - Te duelen los músculos para entrenarlos. Te vuelves más fuerte de brazos, como eres más fuerte te afecta menos el retroceso. Si entrenas puedes usar mejores armas de fuego sin verte tan afectada por el retroceso. Vamos, considera que es un entrenamiento pero que también puedes ganar dinero con eso - no debería siquiera poder quejarse Ilya, el entrenamiento que hacían normalmente en las bases revolucionarias no daba beneficios económicos ni ayudaba al mundo de la misma manera que lo que irían a hacer.

- Y no necesitamos ver demasiado que lugar, me fijé de las condiciones climática de esta isla y son similares a la isla de origen del producto. Con conseguir una buena ubicación cerca de una de las montañas podremos conseguir un buen lugar. Habría que preguntar de donde consiguen el agua, posiblemente, y digo posiblemente por que no estudié demasiado la geografía del lugar, haya un río por aguas de montaña que desemboque en un lago del cual saquen el agua - no había estudiado demasiado geografía pero después de viajar a varias islas podía más o menos deducir como iba a ser la isla - A parte, los pueblos siempre se asientan cerca de lugares con agua - en el inicio el agua debió de ser algo importante así que lo más probable era que cerca del pueblo hubiese una fuente de agua. El peliblanco ahora morocho salió del barco y estiró un poco, por fin tierra.

Las semillas que tenían no eran de una droga, no era de nada ilegal, era simplemente de un producto que se generaba en el East Blue. Al ser producido en el East Blue, se requería demasiado viaje para ir al West Blue por lo cual salía demasiado caro si es que se llegaba a las islas del West. El sembrar esa fruta en el West, siendo este el único productor, por lo menos por el momento, le garantizaría una gran cantidad de dinero. Pero bueno, ya volvía a adelantarse demasiado, lo primero que tendría que hacer era encontrar a quien poder comprarle tierra si es que así funcionaba el sistema en esa ciudad y averiguar como se manejaban con respecto al agua - Bueno, si quieres entramos a un bar y preguntamos como hacen con el agua y a quien podemos comprar tierras... Pregunta tu... no soy demasiado bueno consiguiendo información como tu... -

— Oh… — Había averiguado más de lo que Ilya creía, lo cual era bueno y haría más fácil el inicio del trabajo por lo menos ya que la parte de trabajo físico sí iba a tardar un poco más y le iba a cansar. — Puedo encargarme de los mapas. — La joven tenía un pésimo sentido de orientación por su cuenta, se perdía especialmente en las calles de los pueblos y reinos. Pero entendía de mapas y climas, podía orientarse mucho mejor en la naturaleza a decir verdad, el mar era por ello mejor lugar para ella. En poco dentro de la isla no sería tan necesario, una vez que comenzaran a trabajar, pero estaría bien conocer sobre la isla, como navegante mejor mientras más supiera de cada lugar por el que pasaba. — ¿Eh… ? — ¿Desde cuando era ella buena sacando información a los demás? Siempre lo había considerado lo contrario, totalmente lo contrario. Claro que, no se trataba de montar un interrogatorio, solo hacer unas simples preguntas.

— De acuerdo… — Se dirigieron pues al pueblo, formado tan cerca del mar como era natural al ser por donde llegaban personas y también se iban. Era pequeño y encontrar un bar no fue difícil, aunque notó que no había tanta gente como se había esperado. ¿Quizás era muy temprano aún para empezar a llenar los bares? Supuso que sí, o que el resto de personas que llegaba en barcos ya sabía a dónde dirigirse y no querían perder mucho tiempo. Se dirigió a la barra y tomó asiento, en poco el hombre que atendía el lugar se le acercó. No parecía muy dispuesto a hablar mucho pero aún así, la revolucionaria iba a tratar. — Ah… disculpe, ¿sabe dónde puedo conseguir mapas del lugar? — Empezó a preguntar por los mapas en lugar de preguntar sobre personas que quisieran vender sus terrenos para probar.

El hombre la miró con el ceño un poco fruncido antes de responder cortamente. — A la derecha de este local, ¿van a pedir algo? — Ilya quiso golpearlo por la actitud, sin embargo aceptaba que no estaría bien no pedir nada y solo hacer preguntas. — Sí… quiero agua. — Aún podía molestar incluso con ello al menos. — Quisiéramos adquirir una parte del terreno. — En esta ocasión el hombre sí miró más serio a Ilya. — Querrán hablar con el señor de la isla entonces. — La joven entrecerró un poco los ojos. No era muy buena detectando mentiras o cuando alguien ocultaba algo, pero como en esta ocasión sabía desde antes que la isla tenía conflictos le resultó extraño oír “señor de la isla”.

No era que Jake no fuese bueno hablando con la gente, de hecho se le daba bastante bien manipular, pero en cierta parte tenía miedo de que alguien se diese cuenta de que él era realmente él por su voz. Dudaba de que justo alguien que había estado en la isla incendiada estuviese también allí pero tampoco quería arriesgarse. Un puerto era un lugar donde habíoa gente que viajaba así que era mucho más probable, si enserio estuviesen allí, que se encontrasen en el puerto más que en el interior del pueblo. Entró al bar con ella pero no dijo nada, solo esperó a que reuniese los datos, necesitaría mapas pero eso no sería suficiente puesto que era probable que allí no hubiesen datos acerca de la distribución de tierras. Consideró extraño el concepto de "señor", pero la forma en la cual se denominase al líder del lugar no era algo importante. Lo más probable era que el concepto de señor fuese el correcto y que se considerase aquello como la pelea entre 2 feudos/pueblos.

El llamar "señor" y no "uno de los señores", indicaría que no se aceptaba la existencia del otro grupo con respecto a la capacidad de poseer tierras. Una vez salieron del bar, el castaño fue a pedir un mapa, pagando unos pocos berries por este. Como esperó, mostraba como manejarse más o menos en la ciudad, donde estaba la plaza central, todo eso. Afuera de la ciudad sin embargo no se marcaba los distintos territorios, concentrándose el mapa en el interior del pueblo. De entre los edificios destacaba uno de mayor altura y con un estilo rococó que denotaba un aire de nobleza - Recuerda Ilya, somos comerciantes. No tenemos relación con los revolucionarios y eso. Tu ve hacia el edificio principal y pide poder hablar con "el señor", con suerte no deberemos esperar mucho. Yo voy a buscar la fruta, que posiblemente tengamos que convencer al "señor" de que nos de la tierra con algo más que pago. - lo normal era un pago de impuestos, después de todo la tierra seguía siendo del "señor" y ellos simplemente irían a labrarla.

Quizás pudiese conseguir la tierra para él pero necesitaría usar mayor diplomacia de la que esperaba usar - Bueno, esperemos que esto sale bien... sino solo vamos al otro pueblo y probamos, tampoco es muy importante. ¿Quieres que yo vaya a intentar hablar con el señor y vos vas al barco a buscar la fruta o está bien así para ti? - le daba igual cual tendría que hacer, una vez ella le confirmase cual de las 2, Jake iría a hacerlo.

A la joven peliazul iba a darle un tic en el ojo o iba a golpear con fuerza la barra en algún momento. No se le daba bien simplemente dejar pasar temas de conflicto, era como picarle constantemente en un costado y esperar que no saltara o diera un grito. Para cuando salieron del bar Ilya se mordía con fuerza el labio y parecía que iba murmurando cosas, no se entendían pero tenía un tono como irritado. Solo se detuvo cuando Jack le recordó que no estaban precisamente como revolucionarios en el lugar. — Hmmmrhwgerhgreda — Claro que aún hizo un sonido de frustración antes de tomar aire y suspirar para calmarse un poco. — Es tan… ughfhg… — Se quejó un poco más y volvió a morderse el labio con fuerza. — De acuerdo, lo sé… comerciantes… — En su vida había tenido algún contacto con el comercio. En su isla de nacimiento eran conocidos por sus mandarinas; sin embargo su madre no era de quienes la cultivaban o vendían. Ella se había encargado de una biblioteca mientras vivía mientras Ilya correteaba de un extremo al otro del lugar.

Hizo una mueca al oír que todavía faltaba tanto por hablar. Bueno, acaban de salir del bar, era obvio e inevitable, por mucho que quisiera evitarlo. — Quisiera ir al otro pueblo aunque sea solo por completar el mapa. — Dijo la joven mirando con el ceño fruncido al que ya tenían. — Esto es exasperante… pero me encargaré de eso luego, primero la fruta. — Era lo más importante, tenía que admitir, mientras que de completar un buen mapa se podía encargar en el tiempo que pasaran en la isla, en sus ratos libres y así. Se pensó seriamente el pedirle que fuera él a hablar con el supuesto señor, pues no estaba segura de poder soportar otra conversación de ese tipo; por lo menos ella estaría tensa si se insinuaba otra vez el tema de conflicto territorial. — Está bien… ve por la fruta… — Aceptó ir ella, por alguna razón más allá de su entendimiento. O quizás porque si volvía al barco la tentación de pedir que la sacaran del lugar sería muy alta…

— No te tardes mucho. — Básicamente un: ¡¡¡No me dejes sola con ellos!!! pero con otras palabras y un tono un poco más calmado. Luego se dirigió al edificio señalado con un paso que hasta podía ser lento, pues no estaba tan ansiosa por llegar. Cuando lo hizo se dirigió a quien parecía ser una secretaria. — ¿Disculpe? Me gustaría hablar un momento con el señor del lugar, me dijeron que fuera con él por un tema de tierras. — La mujer aún le hizo algunas preguntas y se comunicó un momento con quien debía ser el señor usando un den den mushi. Luego volvió a dirigirse a Ilya que esperaba un poco apartada. — Joven, sígame por favor. — Ilya no le corrigió el error de género y simplemente la siguió hasta el despacho del señor. — Ah, mi compañero debería llegar en unos minutos… — Le avisó antes de que se retirara.

El hombre sentado al escritorio era pequeño y revisaba unos papeles, pero luego miró a Ilya y ella sonrió un poco. No sabiendo muy bien qué decir. — P-Perdone las molestias… Eh, mi compañero y yo… nos gustaría poder trabajar en una parte de sus tierras… — Comenzó a explicar mientras esperaba a que Jack llegara.

Vender únicamente una fruta no sería completamente rentable considerando que podían hacerse productos de la fruta. En este caso, a pesar de que Jack había dicho que iba a llevar únicamente la fruta, llevó tanto esta como una botella con alcohol hecho en base a la fruta fermentada con diversos agregados. El ropaje de un comerciante normalmente debía ser uno de seda con un color lujoso que fuese hecho con los caparazones de cientos de insectos o algo de ese estilo. Para cuando salió del barco el morocho ya se había cambiado para utilizar un traje, después de todo tenía que hablar con alguien de clase alta y la presentación sería lo más importante. No llevaba sus armas, después de todo incluso si quisiera no irían a dejar que alguien con armas se encontrase con el alcalde, señor o como se llamase. Una vez entró en el edificio principal de ese pueblo la secretaria lo llevó hacia el líder de aquel pueblo. En ese cuarto pudo notar a Ilya quien parecía bastante incómoda. A pesar de que lo mejor sería decirle que se fuese por que su presencia podría modificar el resultado de la compra, el peliblanco decidió concentrarse en el señor de detrás del escritorio.

- Buenas tardes - hizo una reverencia un poco más bajo de lo habitual, como si aquel hombre no fuese solo un noble más sino algo más grande que esos seres patéticos que se creían su igual. No comentó acerca de la altura ajena, lo mejor sería ignorarlo pero aprovecharse de que lo más probable era que tuviese un complejo napoleónico. El hombre detrás del escritorio observó a Jake de reojo, posiblemente deleitándose de la superioridad de su posición pero aún considerando que Jake solo se comportaba así para bajar la guardia ajena - ¿Si? ¿Se le ofrece algo? - lo principal para hablarle a alguien con complejo napoleónico y que tuviese enserio el poder que deseaba tener era tratarlo con respeto, como si uno le estuviese hablando al mismo dios - Permíteme presentarme. Mi nombre es Jack Zappa y ella es mi esposa, Anya Zappa. Somos humildes comerciantes que desean establecer una ruta marítima de esta isla hacia el resto de las islas del West Blue - por el momento todo iba bien, no había llamado la atención del "señor", pero tampoco parecía estar decepcionado por la pérdida de su tiempo.

Jake sirvió en una botella la bebida alcoholica que había preparado, dándole un sorbo para demostrar que no estaba envenenada. Luego se la dio al señor mientras aclamaba - Este es el producto. Pruebelo por usted mismo y deleitase con su sabor dulce - ese momento sería el más importante. Si el señor probaba la bebida y no le gustaba miraría la oferta con malos ojos. Si le gustaba en cambio quizás dejaría a Jake e Ilya expresarse en el tema de la compra dándoles una oportunidad.

Podría haber suspirado de alivio al oír que la puerta volvía a abrirse para dejar pasar a Jack; su expresión se relajó evidentemente, pero como se había girado un poco el hombre bajito del escritorio no lo notó. Turno de su compañero hablar, esperaba que le fuera mucho mejor que a ella al tratar a las personas. Para ella era un misterio. Pensó que podría incluso dejarlos solos pero decidió que podía ser rudo salir sin más de ahí, así que se quedó escuchando a unos pasos de Jack con una leve sonrisa… que pasó a ser una expresión de sorpresa en pocos segundos. Giró la cabeza para ver al otro cuando escuchó que la llamaba esposa… ¿¡¡Desde cuándo!!? Cualquier tipo de pensamiento lógico que tuviera Ilya se derrumbó por un momento en el cual sus mejillas se tornaron rojas y separó un poco los labios como para decir algo. Más bien gritar pero en el último segundo recordó dónde se encontraba y a lo que habían ido. Se cubrió un poco el rostro con una mano y apartó la mirada hacia un lado, en verdad avergonzada.

Sí, sabía que era parte de la historia que acababa de contar Jack, porque obviamente no iban a llegar a decir que eran un par de revolucionarios buscando hacer comercio… No. ¿Pero tenía que elegir ser esposos? ¿¡Y sin avisarle antes!?

El señor no parecía haber prestado mucha atención a la reacción de Ilya, en cambio probaba un poco de la bebida que Jack había traído. Parecía en un principio desconfiado de que fuera tan bueno como le afirmaba el castaño, pero pronto cambió esa expresión a una más complacida con el sabor. — Hm… nada mal… — Comentó como si intentara no darle tanta importancia. Le traicionaba su sonrisa y el hecho de que se había terminado el líquido que le habían ofrecido. Ilya sonrió. — Una fruta del East Blue, Lasie. Su preparación no se limita al licor, aunque sí es lo más deseado. Como ha podido comprobar su sabor es delicioso. — El rubor de sus mejillas no había bajado del todo pero al menos ya no quemada y sentía que podía hablar con normalidad. Incluso parecía haber olvidado que mucho antes se encontraba nerviosa y apenas ordenaba sus ideas. El hombre comenzaba a ver beneficios para él en aquella fruta, que era lo que finalmente importaba, aunque a la peliazul no agradaba mucho. Simplemente no todas las personas eran nobles.

— Hay un pequeño terreno sin ocuparse aún casi al límite del pueblo, siguiendo el río. — Finalmente dijo el hombre y luego empezó a poner unas cuantas condiciones, cuánto recibiría de pago y demás.

El sabor de la fruta no era importante, la existencia de un nuevo licor a no muy alto precio si era importante. Como cualquier ser con control total de una población el señor del pueblo estaría constantemente bajo el ataque de la incertidumbre y de las tensiones eternas de una posición de poder. La vida poco podría ofrecerle para mitigar el impacto psicológico de tal vida excepto pocas cosas como drogas o alcohol. O bueno, esa era la salida fácil la cual parecía el señor de aquella tierra había tomado. Claro, mientras que Jake pensó en el dinero aquel hombre solo deseaba poder disfrutar de una cantidad ilimitada de una bebida alcohólica. O eso le pareció hasta que empezó a poner las condiciones. La oferta inicial fue de arrendar la tierra y no comprarla, algo que no serviría demasiado para los ingresos propios de Jake pero si para los de aquel dueño de la tierra - Me siento honrado ante su bondad mi señor, pero arrendar la tierra no produciría las suficientes ganancias para que sea sustentable a largo plazo. Algo que según opino, desfavorecería a ambos a largo plazo. Le ofrezco lo siguiente, pagaremos los impuestos normales de la ciudad, de los ingresos propios de la primera cosecha saldrá el dinero para pagar la tierra, el cual será un 10% mayor al normal. Emplearemos únicamente gente del pueblo, lo cual favorecerá la economía y por lo tanto usted podrá cobrar más impuestos. -

Jake únicamente daba motivos por los cuales serviría más la venta de la tierra que el arrendamiento de la misma. Si arrendaba la tierra, lo único que podría hacer sería labrarla y quedarse con un exceso que quizás no llegaría a ser suficiente para satisfacer la demanda que intentaría generar. Además de una cantidad de dinero mayor a la que tendría al arrendar, el emplear gente de aquel pueblo y no de otros lugar favorecería para disminuir la taza de desempleo y garantizaría felicidad al pueblo - ...Mmmm... En caso de que el dinero que consigan no sea suficiente... No has hablado de los intereses... 10% de incremento por cada mes. 10% del precio total, no del original - eso significaba que cada mes que tardasen en pagar la tierra deberían pagar un 10% más, mientras que los incrementos normales eran de un 3% mensual. Este número podía parecer poco pero para comprar una tierra se necesitaba bastante dinero - - Excelente... - confiaba en que consiguieran el suficiente dinero, y si no lo hacían y todo fallaba, siempre podría dejar de interesarse en esa isla y no volver. Después de todo usaba un alias y ni siquiera mostraba su color real de cabello ni de ojos.

- Mi secretaria les dará el mapa de donde es el territorio en cuestión, había una casa allí pero los campesinos de allí fueron asesinados por un oso. Tendrán ese territorio, unas 3 hectáreas - dicho esto utilizó un Den Den Mushi para comunicar a su secretaria que trajese el mapa donde se indicaba el territorio - Para mañana estarán ya los papeles donde se legalizará toda esta conversación. Vengan a las 12 para firmarlos y que la tierra sea legalmente suya -  El llegar allí y conseguir los empleados ya sería cosa de ellos - Excelente, muchas gracias mi señor - Dicho esto Jake salió del cuarto, yendo hacia la recepción donde la secretaria los esperaba con el mapa para describirles como ir y eso - Emmm... encárgate tu que nunca fui muy bueno con mapas... - mentira, pero no podía hablarle a las mujeres así que no deseaba tener que establecer contacto con la secretaria.

Si había algo que Ilya nunca conseguiría entender del todo eran los negocios, los dos hombres comenzaron a discutir sobre la tierra, lo que pagarían por ella, lo que seguirían pagando luego, a quienes contratarían, etc… Hablaban y consideraban los beneficios. A la peliazul a veces le parecía que estaban prometiendo mucho al señor y no estaba segura de que todo fuera tan bien como se planeaba, pero se mordió el labio porque de cualquier modo no sabría cómo expresarlo. Parecieron ponerse de acuerdo luego de unos minutos y la joven en verdad esperaba que todo resultara bien para ambas partes. De lo contrario no sabría como explicar a los demás revolucionarios el fallo y mucho menos tendría el ánimo mínimo para volver ante el descontento del señor.

Pronto empezarían pues a trabajar, ya que desde mañana serían suyas las tierras. Firmaría Jack, pues ella no quería regresar a ese lugar aunque solo fuera para firmar un papel. — Muchas gracias. — Se despidió formalmente del hombre y deseó no volver a verlo pronto. Claro que eso solo en su mente, para no ofenderlo. Salió detrás de su compañero y comenzó a caminar hacia el escritorio de la secretaria. — Hm… Vale. — Pensaba tener ella los mapas de cualquier manera pero le pareció oír un poco extraño a Jack. Terminó por no darle importancia y fue a hablar con la secretaria, esta ya estaba sacando un mapa, incompleto como ya se esperaba, pero la zona de la isla que mostraba era más detallada que el mapa anterior. Le señaló el lugar exacto al que debía dirigirse y también le dio un par de indicaciones más.

— Bueno, vayamos a ver esa casa. — Dijo a Jack, evidentemente ansiosa por salir de aquel lugar. Al adentrarse más en el bosque de la isla la peliazul sacó el mapa. En zonas pobladas de edificios y casa se perdía, pero una vez que esas construcciones iban desapareciendo se movía con mayor naturalidad y más segura de a dónde se dirigía. Miraba el mapa de vez en cuando para asegurarse de que iba en el camino correcto, las indicaciones de la secretaria también ayudaban porque le indicó algunas partes que se deberían modificar en el mapa o no aparecían. Luego se encargaría. Finalmente llegaron a las tierras que les había entregado el señor. La casa tenía un aspecto deshabitado bastante evidente, seguro habría que limpiar y también sus alrededores porque habían sido descuidados. Ilya suspiró. — ¿Limpio un par de habitaciones pero mañana vas tú a firmar? — Ofreció a su compañero.