Recuerdo del primer mensaje :

La vuelta al barco había iniciado, con los miembros restantes de la tripulación junto al pelirrojo. Los eventos que habían ocurrido habían sido algo confusos y, lo peor de todo, completamente decepcionantes. No hubo acción alguna que ameritara tal trabajo llevado a cabo por todos, pues toda la investigación había sido tirada a la basura con aquel penoso resultado. No hubo combate peligroso, no hubo honor puesto en la línea, tampoco hubo aquel momento de frenesí puro y acelerado, hermoso, que lo hiciera sentir con vida, como todos los combates debían ser. Decepcionado, esa era la palabra clave para describir el estado de ánimo del espadachín.

-Bueno… ¿Alguien tiene algo divertido para hacer?- Cortó el silencio con un comentario completamente al azar que llegó a cruzarse por su mente. Sus orbes celestes cielo pasaron por Eberhard apellido impronunciable, luego saltaron a Daishi, siguiendo por la acompañante mitad animal que iba junto a ellos y finalizaron en el pequeño ser que se encontraba en sus manos, directamente entregado por la capitana albina a su persona. ¿En qué rayos estaba pensando Elizabeth al encargarle el cuidado de tal pequeño ser a una bestia como lo era él? Suspiró pesadamente antes de hacerle entrega del pequeño a Laura, la mujer no tan humana, con suma delicadeza. Asumía que el pájaro estaría a cargo de Eberhard, por lo que no quería cargarlo aún más.

A lo lejos, el barco podía ser apreciado con cierta dificultad. Habían hecho bien en ocultarlo, y solo aquellos que sabían el camino podrían encontrarlo. Parecía que su aventura había llegado a su fin. Aun resignado, esperaba que ocurriera algo en su próximo viaje como para poder dejar aquel recuerdo como una decepción del pasado.

Saytan se mantuvo alejado del resto de los miembros, no le dio importancia el estado de salud del águila o de la criatura llamada Shin. Compartió un poco de palabras con su compañero Masui en el momento en que ambos subieron a cubierta para tratar ciertos puntos que estaban relacionados con la localización de Ilya ya que el pelinegro había sentido mucha curiosidad por la forma en que Jack había obtenido toda esa información y se le debía felicitar por tan buen trabajo. Tangela y Saya permanecieron igualmente alejadas de su hermano mayor, solo estaban concentradas en el revolucionario y en la atención médica que seguramente Eber y Laura habían dado al pequeñín.

La capitán ordenó la partida a la Gran Línea y le pidió tanto a Saytan como a Masui que prepararan las velas, sogas y amarres al mástil principal de la carabela, ya que el viaje sería bastante pesado y largo. Llevó ambas manos a su chaquetón negro y lo desabotonó para retirárselo, dejándolo en una silla de madera que por allí había. Saytan se acercó a una base que estaba ensartada al propio mástil donde convergían todas las sogas que permitían abrir, cerrar o desplegar las velas, dichas, estaban amarradas en algunas placas metálicas que brindarían la facilidad de que el nudo no se soltara. El pelinegro, que cargaba una camisa manga larga de color celeste con algunos detalles de azul marino tuvo que soltar un nudo para luego sujetar fuertemente y permitir que ésta fuera subiendo con facilidad y lentitud para que su Nakama desde la parte superior la amarrara como era debido y así la vela se fuera abriendo. Tanto Masui como Saytan prepararon todos los amarres, y las velas estaban listas para iniciar la navegación. ~ Capitán, ya estamos listos para partir. ~

El barco finalmente fue girado, siendo controlado por el debido encargado y Shin hasta ese punto había deseado el irse de allí, ya que no se iba a sentir muy cómodo, porque su objetivo general no era el ser pirata, si no seguir los parámetros establecidos por la Armada Revolucionaria. Saytan no intercambió un choque de puñitos con él, pero sí batió su mano izquierda en forma de despedida solo por educación y respeto. Tidehunters tenía rumbo ahora hacia la Reverse Mountain.