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Creado por Aldruin Jue Dic 10, 2015 12:55 pm
Un nuevo viaje, un lugar donde nuestro pirata llegaría después de haber cumplido la aventura pasada a la perfección. Hacía pocos días había salido de su hogar acabando la vida de un mal hombre, un sujeto que había maltratado a su familia durante años. Era extraño, los ojos de aquel hombre que había asesinado le mostraron algo, desesperación e incluso firmeza a la hora de saber que su muerte no terminaría con el sentido de aquella misión. Revolución significaba tener la mente despejada hasta el punto de no tener el arrepentimiento y mancharse las manos con algo que creían de verdad importante. ¿No era lo mismo que ser agente del gobierno? Asesinar para mantener la firme paz que tanto les había conseguido tener. La tierra que estaba a punto de pisar era el lugar donde podía descansar, mantener la calma que tanto le afectaba y así seguir con una vida tranquila.
Había pasado un año trabajando en una cantina recaudando suficiente información como para empezar a salir, recorrer mundo y así cumplir su objetivo. Limpiaría el mundo de aquella corrupción llamada gobierno. Sus pasos atrancaron en la tenue y brillante entrada de la isla más segura del mundo. Poco a poco se fue postrando su silueta vestida con un traje totalmente negro, camisa oscura y corbata del mismo color quedando en evidencia sus cabellos rubios. El destino quiso que terminara por presentarse en medio de aquella plaza, las personas del lugar podrían llamar su atención mar cesaría sus pasos con el calmar de la situación obviando malas miradas. Un pequeño pirata surcaba el paso cargando su enorme espada en la espalda y dos hoces en sus costados ¿Qué hombre cuerdo se detendría a hablar con él? Muy pocos.
Había pasado un año trabajando en una cantina recaudando suficiente información como para empezar a salir, recorrer mundo y así cumplir su objetivo. Limpiaría el mundo de aquella corrupción llamada gobierno. Sus pasos atrancaron en la tenue y brillante entrada de la isla más segura del mundo. Poco a poco se fue postrando su silueta vestida con un traje totalmente negro, camisa oscura y corbata del mismo color quedando en evidencia sus cabellos rubios. El destino quiso que terminara por presentarse en medio de aquella plaza, las personas del lugar podrían llamar su atención mar cesaría sus pasos con el calmar de la situación obviando malas miradas. Un pequeño pirata surcaba el paso cargando su enorme espada en la espalda y dos hoces en sus costados ¿Qué hombre cuerdo se detendría a hablar con él? Muy pocos.
Aldruin
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Creado por Eitan Walker Jue Dic 10, 2015 2:26 pm
¡Había llegado una carpa!, decía un grupo de niños corriendo por la plaza sin duda, alguna los gitanos aun no eran muy buen vistos en ningún lado, porque los consideraban rateros, mantenidos y vagos…y es que…por lo menos yo sí lo era. Reí mientras miraba el nuevo pueblo que visitábamos. –Señoritas- comente quitando mi sombrero negro que tapaba mis cabellos naranjas, como cortesía hacia aquel par de bellas jovencitas que pasaban por el puerto, el par parecía enojarles que fuera cortes pues parecían hacer una cara de desagrado y caminaban rápido. – Sin duda las mujeres son difíciles- dije mientras uno de los que viajaba en la carpa tocaba mi hombro y me daba palabras de aliento.
– Entonces veamos que nos depara el futuro- comente con ironía mientras bajaba del barco ayudando a un par de personas con sus pertenecías, al terminar de bajar algunas cosas tropecé con un baúl haciendo que cayera de espaldas y el mismo se tirara todo lo de alguna persona. Sonreí un poco cuando mire el tamaño del sujeto dueño de ese baúl. Trague saliva y enseguida me puse de pie para medio meter todo y salir cuanto antes de ahí. Poco luego de alejarme por mi bien recordé que había dejado algo muy preciado en el barco, enseguida regrese sin mirar a los lados para evitar toparme con aquel sujeto de antes, me introduje de nuevo al barco y lo mire, tan perfecto y tan suyo. – Sin duda le quedas perfecto a un sujeto como yo- comente riendo mientras tomaba del mango aquel mazo que sobre pasaba mi estatura que además de ser pesada tenía un acabado muy distinguido, color negro azabache con toques plateados.
Camine para salir del barco con el mango de mi maso sobre el hombro como si no pesara un gramo, aunque la verdad me había acostumbrado tanto a su peso que era para mí algo no tan pesado pero para muchos, sí. Suspire ampliamente mientras caminaba hasta una banca cerca de la plaza principal, mucha gente, niños, adultos, hombres, comerciantes y lindas chicas, sonreí de lado pero algo en lo particular me llamo la atención. ¿Un niño con ese par de espadas? ¿Acaso era una broma? O acaso era un hombre pequeño con eso. Vaya que cada día tenía algo para sorprenderte y cuando creí haberlo visto todo, estaba ahí de pie un pequeño rubio con un puñado de armas peligrosas. Cuando voltee mire como un grupo de marines pasaba cerca de donde yo estaba, chiste la lengua ya que seguramente me interrogarían por el simple hecho de tener la pinta de alguien que no hacía mucho de provecho. Me quite de inmediato hacia el centro de la plaza para evitar ser visto por el grupo de marines, pero mi mazo no era “discreto” como esperaba, por lo que caminar sin mirar mi camino me hizo tropezar con una persona causando empujarla por un descuido. – Lo lamento…- dije apenas volteando a ver quién fue el que había empujado por intentar huir de ese grupo de marines.
– Entonces veamos que nos depara el futuro- comente con ironía mientras bajaba del barco ayudando a un par de personas con sus pertenecías, al terminar de bajar algunas cosas tropecé con un baúl haciendo que cayera de espaldas y el mismo se tirara todo lo de alguna persona. Sonreí un poco cuando mire el tamaño del sujeto dueño de ese baúl. Trague saliva y enseguida me puse de pie para medio meter todo y salir cuanto antes de ahí. Poco luego de alejarme por mi bien recordé que había dejado algo muy preciado en el barco, enseguida regrese sin mirar a los lados para evitar toparme con aquel sujeto de antes, me introduje de nuevo al barco y lo mire, tan perfecto y tan suyo. – Sin duda le quedas perfecto a un sujeto como yo- comente riendo mientras tomaba del mango aquel mazo que sobre pasaba mi estatura que además de ser pesada tenía un acabado muy distinguido, color negro azabache con toques plateados.
Camine para salir del barco con el mango de mi maso sobre el hombro como si no pesara un gramo, aunque la verdad me había acostumbrado tanto a su peso que era para mí algo no tan pesado pero para muchos, sí. Suspire ampliamente mientras caminaba hasta una banca cerca de la plaza principal, mucha gente, niños, adultos, hombres, comerciantes y lindas chicas, sonreí de lado pero algo en lo particular me llamo la atención. ¿Un niño con ese par de espadas? ¿Acaso era una broma? O acaso era un hombre pequeño con eso. Vaya que cada día tenía algo para sorprenderte y cuando creí haberlo visto todo, estaba ahí de pie un pequeño rubio con un puñado de armas peligrosas. Cuando voltee mire como un grupo de marines pasaba cerca de donde yo estaba, chiste la lengua ya que seguramente me interrogarían por el simple hecho de tener la pinta de alguien que no hacía mucho de provecho. Me quite de inmediato hacia el centro de la plaza para evitar ser visto por el grupo de marines, pero mi mazo no era “discreto” como esperaba, por lo que caminar sin mirar mi camino me hizo tropezar con una persona causando empujarla por un descuido. – Lo lamento…- dije apenas volteando a ver quién fue el que había empujado por intentar huir de ese grupo de marines.
Eitan Walker
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Creado por Aldruin Vie Dic 11, 2015 9:12 am
Después de pasar tanto tiempo en la sombra, nuestro pirata buscaba desesperadamente vivir aventuras, surcar los mares, recorrer lugares que no conociera y encontrar mujeres con las que pasar un buen rato ¿No tenía quince años? Con más razón su afán por encontrar mujeres. El astro rey había asomado sus feroces rayos de luz al son que el transcurso del día pasaba tranquilo, numerosas personas paseaban por la zona en festejos, carpas y niños jugando; un dato confortable pues simbolizaba el buen ambiente que yacía en aquella isla. Nuestro pirata caminaba con lentitud, miraba numerosos estantes sin llegar a comprar ¿Por qué? La falta de dinero le impedía obtener cosas de forma legal, por el contrario, no tenía remedio alguno si osaba robar que le gustara, comida o lo que fuese de gusto en aquel instante. Distraído mirando a las mujeres del lugar, sus pechos más concretamente no pudo evitar sentir como su cuerpo era golpeado por alguien, sus ojos verdes agitaron el sujeto que le había hecho caer.
La fuerza que poseía este le impulsó a caer de bruces contra el suelo soltándose su espada atada a su espalda. Los rubios cabellos del pirata se agitaron mientras elevaba el rostro del contrario. - ¡Eh! –gritó mientras le señalaba con el dedo índice de su mano derecha-. Me tiras y encima ni te dis… -no pudo terminar su frase pues el educado pelinaraja ya se había disculpado-. El rostro del Aldruin quedó detenido, era la primera vez que tenía alguien con ese color de pelo y ese mazo. Le gustaba esa arma, podría partir nueces con ella, necesitaba tenerla ¿cómo? Comprarla no podía pues la falta de dinero era importante ¿Robarla? Tampoco podría salir bien tratándose de un hombre que la empuñaba y buenas nueces parecía partir con ellas.
– Hola. –saludó mientras se levantaba del suelo-. No parecía haberse percatado de la presencia de marines en la zona ¿Eran un problema? Sí ya que ver a dos hombres armados no podía simbolizar nada nuevo. – Me llamo Aldruin ¿Quieres ser mi amigo? –pregunta directa e inocente procedente de alguien totalmente tonto e ignorante de la vida-. Si te haces mi amigo ¿Me dejarás tu parte nueces? –ese era su verdadero plan-. Hacerse su amigo para obtener aquella arma, era muy listo, demasiado incluso.
La fuerza que poseía este le impulsó a caer de bruces contra el suelo soltándose su espada atada a su espalda. Los rubios cabellos del pirata se agitaron mientras elevaba el rostro del contrario. - ¡Eh! –gritó mientras le señalaba con el dedo índice de su mano derecha-. Me tiras y encima ni te dis… -no pudo terminar su frase pues el educado pelinaraja ya se había disculpado-. El rostro del Aldruin quedó detenido, era la primera vez que tenía alguien con ese color de pelo y ese mazo. Le gustaba esa arma, podría partir nueces con ella, necesitaba tenerla ¿cómo? Comprarla no podía pues la falta de dinero era importante ¿Robarla? Tampoco podría salir bien tratándose de un hombre que la empuñaba y buenas nueces parecía partir con ellas.
– Hola. –saludó mientras se levantaba del suelo-. No parecía haberse percatado de la presencia de marines en la zona ¿Eran un problema? Sí ya que ver a dos hombres armados no podía simbolizar nada nuevo. – Me llamo Aldruin ¿Quieres ser mi amigo? –pregunta directa e inocente procedente de alguien totalmente tonto e ignorante de la vida-. Si te haces mi amigo ¿Me dejarás tu parte nueces? –ese era su verdadero plan-. Hacerse su amigo para obtener aquella arma, era muy listo, demasiado incluso.
Aldruin
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Creado por Eitan Walker Vie Dic 11, 2015 8:12 pm
¡OH! Vaya sorpresa, el enano de antes, bueno por lo menos fue buena idea disculparme, después de todo no quería más líos, el chico parecía estar interesado en mi ¿parte nueces?, vaya que curioso, jamás había pensado usarla para algo así, pero sin duda la usaría un día de estos para eso, reí cuando dijo muy confiado el hecho de buscar un amigo, mire mi arma y le dije. – Enano, esto no es un parte nueces…es más como… el arma de ¡un verdadero hombre!- dije animado y orgulloso de ella. – Pero me agradas…no se siento que tienes algo en ti que me recuerda a mi…- dije ignorándolo un momento cuando un grupo de señoritas pasaba distrayéndome y dejando de lado al chiquillo, apenas se fueron regrese la vista al pequeño rubio.
-¿Qué se supone que haces aquí solo y con esas armas?- le pregunte un poco interesado porque me parecía curioso ver a un pequeño con algo así. Alce la vista y mire que había un par de puestos ambulantes de comida…ahora que lo pensaba no había comido nada en todo el día, su pongo que comer algo no me caería mal. –Hey, ¿Quieres comer algo?- comente como si nada, si bien igual era un poco despistado con el hecho de conocer gente, tan poco era un ser que odiaba a la humanidad y esa parte de mi me causaba problemas por pasarme de “buena gente”, pero no dejaría de hacerlo, después de todo mi dinero no era del todo “bueno”, ya que a veces se podía engañar a un par de ilusos para poder conseguir dinero para comer, aunque sabía que no estaba bien, no estaba de mar quitarle un poco a los que más tienen.
Me agache tendiendo mi mano para ayudar al pequeño a levantarse, dejando que el mango de mi mazo se posara en mi hombro, aun no entendía como es que me había acostumbrado al peso de esa cosa, pero algo que me identificaba más seguramente era el parche de mi rostro, siempre me gustaba sacar ideas locas sobre lo que había sucedido, pero ahora solo quería comer así que dejaría de lado mis “historias” para poder darle paso a la comida. Después de todo era un sujeto amable, pero si se trataba de chicas solía ser un poco más torpe a la hora de tratar con ellas o poder entablar una conversación. – Tu cabello tiene un color gracioso- dije confiado y sin pena con respecto a lo que me había llamado la atención de un principio del chico.
-¿Qué se supone que haces aquí solo y con esas armas?- le pregunte un poco interesado porque me parecía curioso ver a un pequeño con algo así. Alce la vista y mire que había un par de puestos ambulantes de comida…ahora que lo pensaba no había comido nada en todo el día, su pongo que comer algo no me caería mal. –Hey, ¿Quieres comer algo?- comente como si nada, si bien igual era un poco despistado con el hecho de conocer gente, tan poco era un ser que odiaba a la humanidad y esa parte de mi me causaba problemas por pasarme de “buena gente”, pero no dejaría de hacerlo, después de todo mi dinero no era del todo “bueno”, ya que a veces se podía engañar a un par de ilusos para poder conseguir dinero para comer, aunque sabía que no estaba bien, no estaba de mar quitarle un poco a los que más tienen.
Me agache tendiendo mi mano para ayudar al pequeño a levantarse, dejando que el mango de mi mazo se posara en mi hombro, aun no entendía como es que me había acostumbrado al peso de esa cosa, pero algo que me identificaba más seguramente era el parche de mi rostro, siempre me gustaba sacar ideas locas sobre lo que había sucedido, pero ahora solo quería comer así que dejaría de lado mis “historias” para poder darle paso a la comida. Después de todo era un sujeto amable, pero si se trataba de chicas solía ser un poco más torpe a la hora de tratar con ellas o poder entablar una conversación. – Tu cabello tiene un color gracioso- dije confiado y sin pena con respecto a lo que me había llamado la atención de un principio del chico.
Eitan Walker
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Creado por Aldruin Dom Dic 13, 2015 1:37 pm
Parecía haberse confundido en la denominación del arma contraria, no era un parte nueces o eso quiso explicar su duelo ¿Entonces para qué podía servir un martillo tan grande? Un arma de un hombre verdadero, de un héroe ¿Quizá se refería a eso? Preguntas que se formulaba el pequeño al son que indagaba en mirar más de cerca aquel objeto. También cabía la posibilidad de que fuese un utensilio físico y no para golpear, un objetivo tipo herramienta como para clavar cosas en la madera como bien haría un carpintero ¿Ese hombre sería carpintero? Bien podría acertar en aquella deducción mas no tomaría represalias si osaba fallar en dicho pensamiento. – Oh… entiendo, un hombre de verdad. –abrió sus ojos mirando a su interlocutor intentando ver que le faltaba a él para ser tan hombre como el portador del arma de hombres-.
Honor, eso sintió en el momento que el peli naranja pronunció acerca de su parecido o similitud. - ¡Mola! Quizá es nuestro color de pel… no eso no… quizá nuestra alt… tampoco… ¿Qué te recuerdo a ti? –preguntaba confuso sin perder de vista lo que les podía unir o diferencia-. Nuevas preguntas fueron pronunciadas al tiempo que el pequeño se alejaba de la multitud, era momento para tener una conversación afable con alguien que le había tratado bien desde un inicio. Siempre olvidando que le había llamado enano, palabra que le provocaba ira, ira que era mejor no desatar en aquella ciudad inocente o muchos lo lamentarían. La pregunta fue expuesta dejando que la imaginación del pirata fluyera como agua de mayo; no sabía si decir la verdad o inventar algo que le impidiera tener enemigo ¿Cómo se decía que buscaba aliados para hacer una tripulación ilegal para vivir aventuras contra el gobierno? – Pues busco amigos para irme de aventura, conquistar el mundo y ser amo y señor de todo. –sincero ¿Por qué? No lo entendía mas quería confiar en aquel hombre- levantándose con su ayuda, el pequeño emprendió el paso para circular hasta el lugar donde tendría que comer o al menos intentarlo pues nunca se sabía qué clase de platos se formaban en aquella isla.
- ¿Tienes pensado sitio? No me gusta el pescado. –negó con la cabeza siguiendo con su paso siguiendo a su interlocutor-.
Honor, eso sintió en el momento que el peli naranja pronunció acerca de su parecido o similitud. - ¡Mola! Quizá es nuestro color de pel… no eso no… quizá nuestra alt… tampoco… ¿Qué te recuerdo a ti? –preguntaba confuso sin perder de vista lo que les podía unir o diferencia-. Nuevas preguntas fueron pronunciadas al tiempo que el pequeño se alejaba de la multitud, era momento para tener una conversación afable con alguien que le había tratado bien desde un inicio. Siempre olvidando que le había llamado enano, palabra que le provocaba ira, ira que era mejor no desatar en aquella ciudad inocente o muchos lo lamentarían. La pregunta fue expuesta dejando que la imaginación del pirata fluyera como agua de mayo; no sabía si decir la verdad o inventar algo que le impidiera tener enemigo ¿Cómo se decía que buscaba aliados para hacer una tripulación ilegal para vivir aventuras contra el gobierno? – Pues busco amigos para irme de aventura, conquistar el mundo y ser amo y señor de todo. –sincero ¿Por qué? No lo entendía mas quería confiar en aquel hombre- levantándose con su ayuda, el pequeño emprendió el paso para circular hasta el lugar donde tendría que comer o al menos intentarlo pues nunca se sabía qué clase de platos se formaban en aquella isla.
- ¿Tienes pensado sitio? No me gusta el pescado. –negó con la cabeza siguiendo con su paso siguiendo a su interlocutor-.
Aldruin
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Creado por Laura Jue Feb 18, 2016 2:00 pm
Mala racha, una muy larga y mala racha, así se resumiría la situación de la fémina vestida con aquella blanca bata medica que delataba su oficio, se había topado con diversos individuos en su camino, por una u otra razón también con la marina que acabaría persiguiéndola hasta acabar en aquella pocilga, aquel asqueroso lugar que era Spider Miles, realmente era demasiado desagradable para ella, sobre todo teniendo en cuenta su fino sentido del olfato que le hacía tener ganas de llorar por la peste del lugar.
La superioridad numérica absurda de la marina la había hecho huir realmente irritada, y para colmo se encontraba ahora se encontraba en un lugar que no le agradaba en lo más mínimo con el apetito exigiéndole que buscara algo para, debería preguntar por un lugar para comer, pero si le preguntaba a un buen ciudadano seguramente la delataban con la marina y así que busco a quien tuviera pinta de no ser un buen ciudadano para preguntarle por algún lugar donde comer adecuadamente, lo que fuera, de todas formas tenía algo de dinero de su ultimo "pequeño hurto".
A simple vista vio a un tipo pequeño, rubio con una enorme espada en su espalda y dos hoces a los costados, sin lugar a dudas alguien con tantas armas y sin uniforme de la marina solo podía ser o un cazador de recompensas o alguien que definitivamente no entra en la clasificación de "buen ciudadano" sin importar cuál de las dos fueras la fémina saldría beneficiada, una víctima con quien descargar su ira o alguien que le podría ayudar a encontrar donde comer, ambas opciones satisfacían a la mujer de grisáceo pelaje.
Revisó tener en su lugar y listas para utilizarse tanto su espada como el cuchillo de combate en caso de ser necesarios, todo cubierto y disimulado por la larga bata medica blanca que llevaba, con suavidad la mujer de casi metro ochenta toco el hombro del muchacho rubio antes de preguntar. -Disculpa ¿Conoces algún buen lugar para comer por aquí? es la primera vez que estoy en este lugar y no se a dónde ir.- Realmente no era buena siendo amable, pero al menos la interrogación no sonaba como una amenaza a pesar de que las seria expresión de la fémina indicara lo contrario.
La superioridad numérica absurda de la marina la había hecho huir realmente irritada, y para colmo se encontraba ahora se encontraba en un lugar que no le agradaba en lo más mínimo con el apetito exigiéndole que buscara algo para, debería preguntar por un lugar para comer, pero si le preguntaba a un buen ciudadano seguramente la delataban con la marina y así que busco a quien tuviera pinta de no ser un buen ciudadano para preguntarle por algún lugar donde comer adecuadamente, lo que fuera, de todas formas tenía algo de dinero de su ultimo "pequeño hurto".
A simple vista vio a un tipo pequeño, rubio con una enorme espada en su espalda y dos hoces a los costados, sin lugar a dudas alguien con tantas armas y sin uniforme de la marina solo podía ser o un cazador de recompensas o alguien que definitivamente no entra en la clasificación de "buen ciudadano" sin importar cuál de las dos fueras la fémina saldría beneficiada, una víctima con quien descargar su ira o alguien que le podría ayudar a encontrar donde comer, ambas opciones satisfacían a la mujer de grisáceo pelaje.
Revisó tener en su lugar y listas para utilizarse tanto su espada como el cuchillo de combate en caso de ser necesarios, todo cubierto y disimulado por la larga bata medica blanca que llevaba, con suavidad la mujer de casi metro ochenta toco el hombro del muchacho rubio antes de preguntar. -Disculpa ¿Conoces algún buen lugar para comer por aquí? es la primera vez que estoy en este lugar y no se a dónde ir.- Realmente no era buena siendo amable, pero al menos la interrogación no sonaba como una amenaza a pesar de que las seria expresión de la fémina indicara lo contrario.
Laura
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Creado por Aldruin Jue Feb 18, 2016 2:44 pm
El silencio de aquel hombre hizo que nuestro muchacho quedara algo rezagado, sus ojos verdes no se movían de su interlocutor; este no parecía tener respuesta y esperó, esperó paciente, tranquilo, sin esforzar al otro a moverse. Después de diez minutos sin ver respuesta del contrario, el pequeño pirata se dio por vencido; no sabía qué hacer ni done ir. Había perdido el norte y la noción del tiempo, algo que le afectaría de no ser por lo que ocurrió en breves. Una nueva presencia, una persona recién llegada, caída del cielo a ojos del rubio mas su estampa resultaba diferente, extraña, sobrenatural ¿Qué era? Preguntas que se formulaba una y otra vez, guardando silencio, guardando las distancias pero sin ofender.
Ladeó su rostro, no pensaba que se dirigía a su persona y es que su personalidad más inteligente parecía estar apagada; así fue como siguió en silencio el tiempo justo como para dejar que la persona recién llegada tuviera tiempo a vaciar su mente, a no saber si aquel diminuto ser le había escuchado o es que estaba sordo. – Mucho pelo. –estaba absorto, maravillado por la belleza de aquella mujer o simplemente por ver alguien tan peludo-. Su corta edad y su poca información del mundo hacían del muchacho alguien inexperto, alguien que no sabía nada del mundo y sus razas. Era la primera vez que veía algo no humano o al menos no tan peludo. Si contaba a su tío Rob, era un oso peludo pero un metrosexual comparado con la dama que yacía ante sus ojos. – Oh, perdona. –expresó al tiempo que reaccionaba por lo ocurrido-. Había sido descortés y no era bueno serlo con alguien que no conocía. Guardó silencio, aclaró su garganta para dirigirse a la dama y prosiguió con la conversación que bien había emprendido anteriormente.
– Pues… mi amigo el peliro… -no pudo terminar su frase pues en el momento en que ladeo la vista para dirigirla al pelirrojo, este había desaparecido-. ¿Magia? Seguramente. – Pues… sí, busquemos algún sitio para comer, pero te aviso ¡no tengo nada de dinero! –comentaba con naturalidad-. Era afable o al menos la personalidad actual así lo parecía. – Me llamo Aldruin. –zanjó la presentación alzando su corto brazo hacia delante intentando estrechar la mano con aquel ser de pelaje brillante-. ¿Qué eres? –preguntó al tiempo que caminaba dirección el centro de la ciudad-. Buscaría un buen sitio donde comer y esperaría ser invitado por la presente.
Ladeó su rostro, no pensaba que se dirigía a su persona y es que su personalidad más inteligente parecía estar apagada; así fue como siguió en silencio el tiempo justo como para dejar que la persona recién llegada tuviera tiempo a vaciar su mente, a no saber si aquel diminuto ser le había escuchado o es que estaba sordo. – Mucho pelo. –estaba absorto, maravillado por la belleza de aquella mujer o simplemente por ver alguien tan peludo-. Su corta edad y su poca información del mundo hacían del muchacho alguien inexperto, alguien que no sabía nada del mundo y sus razas. Era la primera vez que veía algo no humano o al menos no tan peludo. Si contaba a su tío Rob, era un oso peludo pero un metrosexual comparado con la dama que yacía ante sus ojos. – Oh, perdona. –expresó al tiempo que reaccionaba por lo ocurrido-. Había sido descortés y no era bueno serlo con alguien que no conocía. Guardó silencio, aclaró su garganta para dirigirse a la dama y prosiguió con la conversación que bien había emprendido anteriormente.
– Pues… mi amigo el peliro… -no pudo terminar su frase pues en el momento en que ladeo la vista para dirigirla al pelirrojo, este había desaparecido-. ¿Magia? Seguramente. – Pues… sí, busquemos algún sitio para comer, pero te aviso ¡no tengo nada de dinero! –comentaba con naturalidad-. Era afable o al menos la personalidad actual así lo parecía. – Me llamo Aldruin. –zanjó la presentación alzando su corto brazo hacia delante intentando estrechar la mano con aquel ser de pelaje brillante-. ¿Qué eres? –preguntó al tiempo que caminaba dirección el centro de la ciudad-. Buscaría un buen sitio donde comer y esperaría ser invitado por la presente.
Aldruin
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Creado por Laura Jue Feb 18, 2016 3:14 pm
El silencio se hizo por un momento tras la interrogante de la lupina al rubio, un silencio extraño, no era un silencio incomodo ni uno agradable, era como si hubiera hablado a una pared y esperase una respuesta, por un momento se quedó esperando la respuesta que no llego, en su lugar una afirmación tan obvia que hizo levantar una ceja a la fémina mientras su cola permanecía inmóvil al igual que el resto de su cuerpo, no se había ofendido, era algo que pasaba seguido.
Por lo menos había confirmado que el hombrecillo de cabello dorado no era un cazador de recompensas que conocía el valor de la mujer así que se limitó a escuchar otra vez la voz del joven con la misma expresión amenazante con la que había hecho su amable pregunta anteriormente -Al menos pareces ser sincero, ya pase suficiente tiempo sola así que supongo que estará bien compañía por un rato, no te preocupes por el dinero, imagino que tengo suficiente para pagar dos o tres platos de comida sin problemas, a menos que en este lugar sean todos estafadores por supuesto.- comento la mujer antes de escuchar la presentación del jovencito, era prácticamente un niño desde la perspectiva de la lupina que decidió intentar hacer alguna broma como respuesta a la interrogante de su interlocutor
-Soy una mujer- Contesto a secas como indicando lo obvio a pesar de entender la pregunta realizada. Tras un breve silencio la de ojos rojos sonrió. -Soy una Mink, vengo de Grand Line, así que es normal que no supieras de gente como yo...- Dijo mientras empezaba a caminar buscando un sitio donde comer, tenía ganas de carne, como de costumbre, dejo que su olfato la guiara hasta el lugar que emitia con mayor fuerza ese hedor, la típica taberna donde se reúnen los hombres que salen de las fabricas a comer aparecio ante los piratas que desconocían la criminalidad mutua.
-Soy Laura, un gusto Aldruin ¿Qué te trajo a ti a este lugar? yo digamos que tuve algunos problemas- Dijo mientras se sentaba en una de las mesas del lugar. -Carne, mucha- fue el descortés pedido de la mujer para con el encargado que había dirigido su mirada en dirección a la mesa con gente ajena al lugar, ahora esperando la petición del rubio.
Por lo menos había confirmado que el hombrecillo de cabello dorado no era un cazador de recompensas que conocía el valor de la mujer así que se limitó a escuchar otra vez la voz del joven con la misma expresión amenazante con la que había hecho su amable pregunta anteriormente -Al menos pareces ser sincero, ya pase suficiente tiempo sola así que supongo que estará bien compañía por un rato, no te preocupes por el dinero, imagino que tengo suficiente para pagar dos o tres platos de comida sin problemas, a menos que en este lugar sean todos estafadores por supuesto.- comento la mujer antes de escuchar la presentación del jovencito, era prácticamente un niño desde la perspectiva de la lupina que decidió intentar hacer alguna broma como respuesta a la interrogante de su interlocutor
-Soy una mujer- Contesto a secas como indicando lo obvio a pesar de entender la pregunta realizada. Tras un breve silencio la de ojos rojos sonrió. -Soy una Mink, vengo de Grand Line, así que es normal que no supieras de gente como yo...- Dijo mientras empezaba a caminar buscando un sitio donde comer, tenía ganas de carne, como de costumbre, dejo que su olfato la guiara hasta el lugar que emitia con mayor fuerza ese hedor, la típica taberna donde se reúnen los hombres que salen de las fabricas a comer aparecio ante los piratas que desconocían la criminalidad mutua.
-Soy Laura, un gusto Aldruin ¿Qué te trajo a ti a este lugar? yo digamos que tuve algunos problemas- Dijo mientras se sentaba en una de las mesas del lugar. -Carne, mucha- fue el descortés pedido de la mujer para con el encargado que había dirigido su mirada en dirección a la mesa con gente ajena al lugar, ahora esperando la petición del rubio.
Laura
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Creado por Aldruin Vie Feb 19, 2016 1:15 pm
Poco tenía que hacer el pirata para lidiar con uno de sus problemas, el hombre de rojo cabello se había marchado dejando que la situación quedara un tanto confusa, extraña, diferente mas divertida. Siempre había que ser divertido, hacer gracias para mantener a todo el mundo contento y cuando no mirarán… ¡Partirles el cuello! No, en realidad, el rubio no pensaba eso o ¿sí? Nadie lo sabría hasta que fuese demasiado tarde. La mujer que tenía ante sus ojos era peluda y no era algo negativo, su diferente forma de ser había llamado la atención del pequeño hasta el punto de guardar silencio más de una vez. Pensaba en cómo hablar con la dama que tenía ante sus ojos y no era para menos, le imponía respeto ¿Miedo? No, respeto, algo muy diferente.
– La verdad es una de mis virtudes, esa y la de correr. Nadie nunca me ha pillado y si lo ha hecho… ¡miente! –gritó zanjando el tema tan veloz como lo había emprendido-. No era muy listo y eso no hacía falta negarlo, era especial mas lo especial era divertido. La forma en la que la mujer le había ofrecido invitarle a comer había ganado su confianza, daría la vida por esa persona, darle de comer era una forma de hacer que su mentalidad se moldeara para tomar una estrecha amistad con quien lograra saciar su hambre. Así fue como el brillo de los ojos del rubio se engrandeció dejando que sus pasos siguieran a los de la mink. Poco tenía que hacer, esperar llegar al lugar donde comería y hablar, hablar con aquella mujer. Era una mujer, un dato curioso que el rubio asintió al tiempo que negaba por dentro. No podía ser real, no hasta que terminó de escuchar los argumentos, era una raza nueva, algo que nunca había visto. Mentía, su mente le decía que mentía, posiblemente su madre tuvo relaciones con un canino, seguro que había pasado algo así, un desliz humano perro.
– Oh entiendo. –asintió con el rostro al tiempo que volvía a desconfiar de aquella persona-. Las puertas de una cantina cercana se abrieron dejando entrar a ambos con hambre, el pequeño seguía a su interlocutor respondiendo cuando esta le permitía, la palabra podía esperar pero su estómago no. Se arrastró por el suelo, pegando su rostro en la moqueta, en la madera sucia, en todo lo que podía considerarse como degradante y sucio. – Comida… comida… -expresaba siguiendo a su acompañante-. Poco tardó en levantarse, dando a entender que había fingido todo lo anterior hecho llegando a tomar asiento frente a la mujer peluda. – Soy un pirata y busco tripulación, quiero hacerme a la mar, vivir aventuras, encontrar tesoros y acabar con todo, quiero ser amo y señor del mundo, quiero ser un dios. –no había respirado para decir todo aquello-. Era como si lo hubiese memorizado o simplemente era lo que pensaba. - ¿Y tú? -preguntó-.
– La verdad es una de mis virtudes, esa y la de correr. Nadie nunca me ha pillado y si lo ha hecho… ¡miente! –gritó zanjando el tema tan veloz como lo había emprendido-. No era muy listo y eso no hacía falta negarlo, era especial mas lo especial era divertido. La forma en la que la mujer le había ofrecido invitarle a comer había ganado su confianza, daría la vida por esa persona, darle de comer era una forma de hacer que su mentalidad se moldeara para tomar una estrecha amistad con quien lograra saciar su hambre. Así fue como el brillo de los ojos del rubio se engrandeció dejando que sus pasos siguieran a los de la mink. Poco tenía que hacer, esperar llegar al lugar donde comería y hablar, hablar con aquella mujer. Era una mujer, un dato curioso que el rubio asintió al tiempo que negaba por dentro. No podía ser real, no hasta que terminó de escuchar los argumentos, era una raza nueva, algo que nunca había visto. Mentía, su mente le decía que mentía, posiblemente su madre tuvo relaciones con un canino, seguro que había pasado algo así, un desliz humano perro.
– Oh entiendo. –asintió con el rostro al tiempo que volvía a desconfiar de aquella persona-. Las puertas de una cantina cercana se abrieron dejando entrar a ambos con hambre, el pequeño seguía a su interlocutor respondiendo cuando esta le permitía, la palabra podía esperar pero su estómago no. Se arrastró por el suelo, pegando su rostro en la moqueta, en la madera sucia, en todo lo que podía considerarse como degradante y sucio. – Comida… comida… -expresaba siguiendo a su acompañante-. Poco tardó en levantarse, dando a entender que había fingido todo lo anterior hecho llegando a tomar asiento frente a la mujer peluda. – Soy un pirata y busco tripulación, quiero hacerme a la mar, vivir aventuras, encontrar tesoros y acabar con todo, quiero ser amo y señor del mundo, quiero ser un dios. –no había respirado para decir todo aquello-. Era como si lo hubiese memorizado o simplemente era lo que pensaba. - ¿Y tú? -preguntó-.
Aldruin
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Laura Lun Feb 22, 2016 12:20 am
Una fuerte carcajada se dejó escuchar cuando el joven rubio declaro que sería amo y señor del mundo, que deseaba llegar a un punto tan alto como para llamarse a sí mismo un dios a pesar de iniciar su viaje como un pirata sin siquiera una tripulación, una afirmación valiente y descabellada que la aunque de distintas formas y a distintos niveles ya conocía, había varios piratas que a lo largo de sus vidas intentaban lograr cosas como las propuestas por el joven frente a ella.
Tras un momento de dejar de reír la fémina volvió a dirigir la mirada a muchacho frente a ella, desde el punto de vista de la mujer aquel era niño buscando un sueño -Perdón Aldruin, no me estoy riendo de ti, es solo que ya escuche en repetidas ocasiones ideas o sueños similares, y muchas veces la gente que lo dice es muy graciosa, me has recordado eso.- Dijo mientras sonreía la fémina pensando en las posibilidades que tendría aquel niño frente a ella de convertirse tan siquiera en un hombre al paso que iba o tan siquiera consolidar una tripulación. La mujer estuvo a punto de responder a la interrogante dada por su recientemente burlado interlocutor cuando dos abundantes platos de estofado de carne llegaron a la mesa, pagó y espero a que el dueño se fuera para responder
-Yo también soy un pirata muchacho, estoy oxidada por haber vivido muchos años en paz y dejar de entrenarme, pero solía ser alguien fuerte... ahora mi objetivo es convertirme en una médica sin paragón y viajar por el mundo y luchar favorece a mi profesión, sobre todo siendo que puedo practicar con mis enemigos abatidos.- El comentario y la explicación de la fémina era bastante simples, aunque no le interesaba la fama probablemente esta la alcanzara de todas formas si seguía un camino tan peligroso para cumplir sus objetivos.
-No te digo que me uniré a tu tripulación dado que por ahora prefiero viajar sola, sin embargo y viendo que eres tan joven estaría gustosa de ayudarte con algún entrenamiento y si nos cruzamos en el futuro ayudarte en lo que pueda...- Comento la mujer que por poco no doblaba en edad al rubio.
Tras un momento de dejar de reír la fémina volvió a dirigir la mirada a muchacho frente a ella, desde el punto de vista de la mujer aquel era niño buscando un sueño -Perdón Aldruin, no me estoy riendo de ti, es solo que ya escuche en repetidas ocasiones ideas o sueños similares, y muchas veces la gente que lo dice es muy graciosa, me has recordado eso.- Dijo mientras sonreía la fémina pensando en las posibilidades que tendría aquel niño frente a ella de convertirse tan siquiera en un hombre al paso que iba o tan siquiera consolidar una tripulación. La mujer estuvo a punto de responder a la interrogante dada por su recientemente burlado interlocutor cuando dos abundantes platos de estofado de carne llegaron a la mesa, pagó y espero a que el dueño se fuera para responder
-Yo también soy un pirata muchacho, estoy oxidada por haber vivido muchos años en paz y dejar de entrenarme, pero solía ser alguien fuerte... ahora mi objetivo es convertirme en una médica sin paragón y viajar por el mundo y luchar favorece a mi profesión, sobre todo siendo que puedo practicar con mis enemigos abatidos.- El comentario y la explicación de la fémina era bastante simples, aunque no le interesaba la fama probablemente esta la alcanzara de todas formas si seguía un camino tan peligroso para cumplir sus objetivos.
-No te digo que me uniré a tu tripulación dado que por ahora prefiero viajar sola, sin embargo y viendo que eres tan joven estaría gustosa de ayudarte con algún entrenamiento y si nos cruzamos en el futuro ayudarte en lo que pueda...- Comento la mujer que por poco no doblaba en edad al rubio.
Laura
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 | 3 |
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