Online
Conectarse
En total hay 19 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 19 Invitados
Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 166 durante el Dom Nov 13, 2016 9:10 pm
Last Post
Censo
Staff
Página 1 de 1.
Creado por Jörmundgander Jue Jul 28, 2016 2:24 pm
¿Había algo más divertido que estar en una celebración cargada de licor, música y mujeres con poco sentido de la responsabilidad y recato? Micqueot, tierra del vino, representaba en esos momentos una fiesta de tales características, donde los ebrios eran comunes y las risas eran el idioma universal. Festival del vino le decían a la ceremonia, y exponentes de todos los rincones de la isla llevaban muestras de su mejor viña para que jueces especializados de más allá de los Blues, tomaran en cuenta factores como calidad, aroma y maceración, y decidieran de una vez por todas quien era el mejor del año en curso. El resto, los remanentes del licor eran simplemente regalados o vendidos a precios risibles para aumentar el número de ebrios y por ende, de alegres comensales a tan enérgica y alegre festividad. Era diversión por aquí y allá, alegría y melodías entonadas por músicos profesionales y algunos imbéciles que creían serlo, pero que no por ello dejaban de ser aplaudidos por alguno que otro embelesado con problemas de audición, eran felices todos, por resumirlo de alguna manera, y no faltaba gente, pues en las islas cercanas era costumbre reunirse y viajar a tan famosa celebración.
El gallardo caballero de buen vestir y cabello resplandeciente se hallaba sentado en una mesa compartida con un par de mujeres, con una sonrisa notoria pero sin demostrar esa curva ebria que predominaba en los belfos de casi todos los que festajaban. Él podía beber mucho antes de embriagarse, y el plan en ese caso simplemente era el atontar a sus invitadas con licor para violarlas hasta que perdieran la consciencia. Un plan macabro, si, pero que nadie habría podido adivinar ni en mil años pues su angelical rostro y su actuación de chico tímido aflojándose la corbata por la bebida había convencido al dúo de féminas no solo de haber conseguido un decente y atractivo hombre, sino que encima hasta de casto le tildaban. Como sea, poco tiempo duró sentado en aquella mesa, y apenas terminó de quitarse la corbata por estar "extrañamente acalorado" fue guiado por ellas automáticamente a lo que denominaban un sitio "más cómodo". Bingo, simplemente era el apodo más viejo para un lugar donde follar. Él esperaba simplemente que fuera suficientemente alejado para que los chillidos de las damas no alertaran a nadie de su mórbida manera de tratar íntimamente a las chicas.
Al levantarse fingió dar un tumbo, cosa que causó risa en los que a su alrededor estaban, e incluso hubo quienes palmeando su espalda le aconsejaban cosas y secretos varios en el arte de hacer el amor, por supuesto, solo estupideces que Jörm pasó por alto. Se aferró por cada brazo a una mujer y comenzó a andar por las calles repletas de ebrios y visitantes, cantando con las próximas amantes un estribillo popular entre los bares de aquél mar. En un cruce, una de las chicas tropezó con alguien, quejándose y mirando con súplica al rubio que simplemente emitió un suspiro. Un empujón no era nada comparado a lo que él les haría, pero no podía desechar su disfraz y papel ahora, por lo que fingió estar preocupado y se giró para contemplar al agresor, esperando que estuviera tan borracho que solo se disculpara y ya. Pelear por mujeres era de imbéciles.
Colega... ¿Es usted ciego o tiene dos pies izquierdos? Se ha tropezado con una de mis novias. -La palabra novia hizo que ambas chicas rieran ruborizadas. Estúpidas. Pero con sus ojos puestos en el agresor, el rubio alzó una ceja en obvia muestra de confusión. ¿Era eso una cabra? ¡Vaya que era fuerte ese maldito vino! Sin embargo, al frotarse los ojos, pareció que la ilusión desapareció y era solo un extraño sujeto, cosa que obviamente le devolvió la calma al no tan ebrio caballero.
El gallardo caballero de buen vestir y cabello resplandeciente se hallaba sentado en una mesa compartida con un par de mujeres, con una sonrisa notoria pero sin demostrar esa curva ebria que predominaba en los belfos de casi todos los que festajaban. Él podía beber mucho antes de embriagarse, y el plan en ese caso simplemente era el atontar a sus invitadas con licor para violarlas hasta que perdieran la consciencia. Un plan macabro, si, pero que nadie habría podido adivinar ni en mil años pues su angelical rostro y su actuación de chico tímido aflojándose la corbata por la bebida había convencido al dúo de féminas no solo de haber conseguido un decente y atractivo hombre, sino que encima hasta de casto le tildaban. Como sea, poco tiempo duró sentado en aquella mesa, y apenas terminó de quitarse la corbata por estar "extrañamente acalorado" fue guiado por ellas automáticamente a lo que denominaban un sitio "más cómodo". Bingo, simplemente era el apodo más viejo para un lugar donde follar. Él esperaba simplemente que fuera suficientemente alejado para que los chillidos de las damas no alertaran a nadie de su mórbida manera de tratar íntimamente a las chicas.
Al levantarse fingió dar un tumbo, cosa que causó risa en los que a su alrededor estaban, e incluso hubo quienes palmeando su espalda le aconsejaban cosas y secretos varios en el arte de hacer el amor, por supuesto, solo estupideces que Jörm pasó por alto. Se aferró por cada brazo a una mujer y comenzó a andar por las calles repletas de ebrios y visitantes, cantando con las próximas amantes un estribillo popular entre los bares de aquél mar. En un cruce, una de las chicas tropezó con alguien, quejándose y mirando con súplica al rubio que simplemente emitió un suspiro. Un empujón no era nada comparado a lo que él les haría, pero no podía desechar su disfraz y papel ahora, por lo que fingió estar preocupado y se giró para contemplar al agresor, esperando que estuviera tan borracho que solo se disculpara y ya. Pelear por mujeres era de imbéciles.
Colega... ¿Es usted ciego o tiene dos pies izquierdos? Se ha tropezado con una de mis novias. -La palabra novia hizo que ambas chicas rieran ruborizadas. Estúpidas. Pero con sus ojos puestos en el agresor, el rubio alzó una ceja en obvia muestra de confusión. ¿Era eso una cabra? ¡Vaya que era fuerte ese maldito vino! Sin embargo, al frotarse los ojos, pareció que la ilusión desapareció y era solo un extraño sujeto, cosa que obviamente le devolvió la calma al no tan ebrio caballero.
Jörmundgander
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Sinbad Jue Ago 04, 2016 1:56 am
El mentiroso pelimorado llegaría a Miqueot más rápido de lo que pudiese parecer, el largo viaje que había durado bastante. Su ultimo contacto con tierra había sido tan extraño como entrañable para con sus adentros más nostálgicos, sentía más que el llamado de su pueblo, eran responsabilidades que el había renegado. No porque fuese un noble si no porque quería acabar con ellos y gobernar la nación de Lvneel como su padre le había inculcado, de una manera e ideales demasiado liberales, solidarios y tolerantes. Esas habían sido parte de las afinidades que le habían llevado a acercarse e interesarse por la armada revolucionaría. Un tipo anciano y calvo con un buen discurso también le había influenciado pese a que era difícil hacerlo ese viejo usó las palabras correctas en un momento correcto.
Sinbad vestía sus ropajes característicos, iba cargado de joyas y su mirada era demasiado firma para como se le veía la mayor parte del tiempo. El lugar al que había llegado representaba lo que el quería dejar de ser "Vinos y Mujeres", dos palabras que casi llevaba tatuadas a fuego en su mente desde su juventud, con otro montón de vicios más de índoles similares o con los que se acompañaba mejor a los ya mencionados, para ese tipo de cosas era lo que vivía hasta el momento. Como todo lo lineal en algún momento debe tener un punto de cambio, nada es tan estable para mantenerse por siempre en el caos y hacer de este su paz. Ni siquiera era que quisiese un cambio para él, era para el exterior y en sí para su nación. De momento solo se distraía, estaba cerca pero en cualquier momento se podía distraer en sus viejos vicios.
En ese preciso momento como si de un reflejo suyo se tratara observaría a un tipo. Aparentemente había un festival y por las abarrotadas calles habían cientos de tipos con licor encima y con una o dos mujeres, era la peor fecha para pensar en un cambio de vida para el amante de las mala vida. El tipo aparentemente perdido por completo en la ilusión que ahí le tenía, el disfrute. Como carreta sin buey tropezaría justo con el tipo que estaba adelante de Sinbad, otro papanatas que aparentemente le respondería a la provocación del primero. Un tipo alto y rubio, no se veía débil pero tampoco especialmente fuerte. Como si se tratase de un bienhechor tomaría al más alterado de la camisa y le diría -Ey tranquilo viejo, deja a este joven que solo parece disfrutar del festival y las bellas chicas que se juntan en estas tierras- decía mientras sin poder evitarlo el fornido navegante le sonreía de manera traviesa a la más bella, la que era pelirroja y como es bien sabido por los mitos, estas no tienen alma y por lo visto esta no lo tenía en absoluto ya que se mordería el labio inferior ante la galante intervención de nuestro amado revolucionario cargado de joyas que probablemente ante la vista de la chica interesada le aumentaba su valía -Salom, su servidor señorita ¿A que nombre debo agradecer tal resplandeciente paisaje carmín?- decía ignorando por completo a los revoltosos que peleaban por nimiedades mientras la vida transcurría con tranquilidad para las parejas que se formaban minuto a minuto en la vida y las que terminaban como estrellas fugaces -Azana... Azana Buntie- escucharía satisfecho, en realidad era irrelevante como se llamara lo que le daba satisfacción era como lo expresaba, esa trémula voz, suspirante, palpitante a la vista y demasiado sonriente de la femenina, sin duda las presas fáciles perdían parte de su gracia pero era un calentamiento que no estaba de más, algún día tenía que encontrar a una mujer que valiese la pena. El de ojos dorados solo ponía la derecha en su cimitarra, no era un tipo agresivo pero los ebrios si lo eran y lo sabía, y bajo los ropajes de su espalda su hoz con cadena, no las pretendía usar por ahora, solo disfrutaba casi sin quererlo del arte de la conquista, la única arma que no cargaba era su lanza, demasiado llamativa, la había dejado en una alfombra en manos de su amigo Sabato que solo algún dios aburrido sabría donde se había metido.
Sinbad vestía sus ropajes característicos, iba cargado de joyas y su mirada era demasiado firma para como se le veía la mayor parte del tiempo. El lugar al que había llegado representaba lo que el quería dejar de ser "Vinos y Mujeres", dos palabras que casi llevaba tatuadas a fuego en su mente desde su juventud, con otro montón de vicios más de índoles similares o con los que se acompañaba mejor a los ya mencionados, para ese tipo de cosas era lo que vivía hasta el momento. Como todo lo lineal en algún momento debe tener un punto de cambio, nada es tan estable para mantenerse por siempre en el caos y hacer de este su paz. Ni siquiera era que quisiese un cambio para él, era para el exterior y en sí para su nación. De momento solo se distraía, estaba cerca pero en cualquier momento se podía distraer en sus viejos vicios.
En ese preciso momento como si de un reflejo suyo se tratara observaría a un tipo. Aparentemente había un festival y por las abarrotadas calles habían cientos de tipos con licor encima y con una o dos mujeres, era la peor fecha para pensar en un cambio de vida para el amante de las mala vida. El tipo aparentemente perdido por completo en la ilusión que ahí le tenía, el disfrute. Como carreta sin buey tropezaría justo con el tipo que estaba adelante de Sinbad, otro papanatas que aparentemente le respondería a la provocación del primero. Un tipo alto y rubio, no se veía débil pero tampoco especialmente fuerte. Como si se tratase de un bienhechor tomaría al más alterado de la camisa y le diría -Ey tranquilo viejo, deja a este joven que solo parece disfrutar del festival y las bellas chicas que se juntan en estas tierras- decía mientras sin poder evitarlo el fornido navegante le sonreía de manera traviesa a la más bella, la que era pelirroja y como es bien sabido por los mitos, estas no tienen alma y por lo visto esta no lo tenía en absoluto ya que se mordería el labio inferior ante la galante intervención de nuestro amado revolucionario cargado de joyas que probablemente ante la vista de la chica interesada le aumentaba su valía -Salom, su servidor señorita ¿A que nombre debo agradecer tal resplandeciente paisaje carmín?- decía ignorando por completo a los revoltosos que peleaban por nimiedades mientras la vida transcurría con tranquilidad para las parejas que se formaban minuto a minuto en la vida y las que terminaban como estrellas fugaces -Azana... Azana Buntie- escucharía satisfecho, en realidad era irrelevante como se llamara lo que le daba satisfacción era como lo expresaba, esa trémula voz, suspirante, palpitante a la vista y demasiado sonriente de la femenina, sin duda las presas fáciles perdían parte de su gracia pero era un calentamiento que no estaba de más, algún día tenía que encontrar a una mujer que valiese la pena. El de ojos dorados solo ponía la derecha en su cimitarra, no era un tipo agresivo pero los ebrios si lo eran y lo sabía, y bajo los ropajes de su espalda su hoz con cadena, no las pretendía usar por ahora, solo disfrutaba casi sin quererlo del arte de la conquista, la única arma que no cargaba era su lanza, demasiado llamativa, la había dejado en una alfombra en manos de su amigo Sabato que solo algún dios aburrido sabría donde se había metido.
Sinbad
Hoja de personaje
Nivel:
(13/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Temas similares
» Cazando donde las cabras
» Solo una copa de vino
» "No sabes lo difícil que es beber vino con una mascara" | Aine
» Vino, perdido, camaradas
» La Bota de Vino [Piratas Zenit]
» Solo una copa de vino
» "No sabes lo difícil que es beber vino con una mascara" | Aine
» Vino, perdido, camaradas
» La Bota de Vino [Piratas Zenit]
Página 1 de 1.
|
|