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Creado por Sho Minazuki Lun Jun 27, 2016 10:45 am
La vuelta al barco había iniciado, con los miembros restantes de la tripulación junto al pelirrojo. Los eventos que habían ocurrido habían sido algo confusos y, lo peor de todo, completamente decepcionantes. No hubo acción alguna que ameritara tal trabajo llevado a cabo por todos, pues toda la investigación había sido tirada a la basura con aquel penoso resultado. No hubo combate peligroso, no hubo honor puesto en la línea, tampoco hubo aquel momento de frenesí puro y acelerado, hermoso, que lo hiciera sentir con vida, como todos los combates debían ser. Decepcionado, esa era la palabra clave para describir el estado de ánimo del espadachín.
-Bueno… ¿Alguien tiene algo divertido para hacer?- Cortó el silencio con un comentario completamente al azar que llegó a cruzarse por su mente. Sus orbes celestes cielo pasaron por Eberhard apellido impronunciable, luego saltaron a Daishi, siguiendo por la acompañante mitad animal que iba junto a ellos y finalizaron en el pequeño ser que se encontraba en sus manos, directamente entregado por la capitana albina a su persona. ¿En qué rayos estaba pensando Elizabeth al encargarle el cuidado de tal pequeño ser a una bestia como lo era él? Suspiró pesadamente antes de hacerle entrega del pequeño a Laura, la mujer no tan humana, con suma delicadeza. Asumía que el pájaro estaría a cargo de Eberhard, por lo que no quería cargarlo aún más.
A lo lejos, el barco podía ser apreciado con cierta dificultad. Habían hecho bien en ocultarlo, y solo aquellos que sabían el camino podrían encontrarlo. Parecía que su aventura había llegado a su fin. Aun resignado, esperaba que ocurriera algo en su próximo viaje como para poder dejar aquel recuerdo como una decepción del pasado.
-Bueno… ¿Alguien tiene algo divertido para hacer?- Cortó el silencio con un comentario completamente al azar que llegó a cruzarse por su mente. Sus orbes celestes cielo pasaron por Eberhard apellido impronunciable, luego saltaron a Daishi, siguiendo por la acompañante mitad animal que iba junto a ellos y finalizaron en el pequeño ser que se encontraba en sus manos, directamente entregado por la capitana albina a su persona. ¿En qué rayos estaba pensando Elizabeth al encargarle el cuidado de tal pequeño ser a una bestia como lo era él? Suspiró pesadamente antes de hacerle entrega del pequeño a Laura, la mujer no tan humana, con suma delicadeza. Asumía que el pájaro estaría a cargo de Eberhard, por lo que no quería cargarlo aún más.
A lo lejos, el barco podía ser apreciado con cierta dificultad. Habían hecho bien en ocultarlo, y solo aquellos que sabían el camino podrían encontrarlo. Parecía que su aventura había llegado a su fin. Aun resignado, esperaba que ocurriera algo en su próximo viaje como para poder dejar aquel recuerdo como una decepción del pasado.
Sho Minazuki
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Shin Lun Jun 27, 2016 3:57 pm
Aquel pequeño se movía sin cesar en las manos de Sho, quien había sido encargado para trasportar a SHin hasta un lugar más seguro, y de ese modo, poder ayudarle así a su pequeña ave que se encontraba lastimada. Su cuerpo había caído en un sueño profundo, el cual era atormentado constantemente con la imagen de Agata muerta. Una pesadilla causada por tal Shock que le habían dado a ambos hacia tan solo tiempo atrás. Sin embargo la voz de un hombre despertó al pequeño, quien poco a poco abrió sus ojos, hasta que estos terminaron fijamente en los ojos de Sho, quien parecía enojado. Intento cerrarlos de nuevo sin preocupación alguna, el sueño lo invadía y no entendía por que lo llevaba su enemigo.
Cerro de nuevo sus ojos, sin embargo pensó de nuevo "Enemigo" aquel pensamiento corría por su mente, y algo atemorizado abrió los ojos de nuevo y se coloco de pie de una manera rápida, retrocediendo pasito a pasito intentando escapar de él. Sin Agata no era nadie, y donde estaba Agata?, no entendía nada de lo que sucedía, por lo cual trago un poco de saliba y dio un ultimo paso, paso que hizo que el pequeño terminara contra el suelo, no habia sido un golpe fuerte, pero Shin era un poco dramático. - Mi Aguilaaaaaa.- Grito con fuerza, mientras pasaba sus manitas sobre sus ojos y comenzaba a derramar pequeñas lagrimas. Un poco de moco descendió de su nariz, mientras sus cachetes comenzaron a bañarse.
Lloro otro poco, y se vio rodeado por todos. Uno tras otro aquellas personas que antes habían dañado su charla, ahora lo rodeaban y lo veían llorar, uno de ellos, el que había golpeado a ambos, llevaba a Agata sobre él, y esta aún se encontraba muy mal herida. - Mi mi.- Mordió sus labios con fuerza, le daba mucha rabia e impotencia no poder hacer nada, pero debía intentar calmarse así sea un poco. - Lo la-lam lamentaran malditos marineros.- Dijo con rudeza, mientras lanzaba una mirada de odio al que llevaba el ave, un odio que casi nunca desataba aquel Tontatta, quien se caracterizaba por ser un ser muy amable, tranquilo y amoroso. Paso su mano sobre su cola, la cual estaba un poco lastimada y comenzó a sobarse suavemente.
Mientras hacia esto, vio una mujer extraña y diferente a los demás, no parecía una humana como los otros, de hecho olía un poco diferente. Shin era un protector y amante de los animales, y algo en ella le daba una confianza que ningún humano le daba. Por esto, Shin dejo de llorar por un instante y siguiendo su instinto le dedico una leve sonrisita que duro un par de segundo, tras esto observo de nuevo a los otros dos hombres mientras le sacaba la lengua y hacia sonidos extraños con su boca, como si de un pequeño inmaduro se tratase.
Cerro de nuevo sus ojos, sin embargo pensó de nuevo "Enemigo" aquel pensamiento corría por su mente, y algo atemorizado abrió los ojos de nuevo y se coloco de pie de una manera rápida, retrocediendo pasito a pasito intentando escapar de él. Sin Agata no era nadie, y donde estaba Agata?, no entendía nada de lo que sucedía, por lo cual trago un poco de saliba y dio un ultimo paso, paso que hizo que el pequeño terminara contra el suelo, no habia sido un golpe fuerte, pero Shin era un poco dramático. - Mi Aguilaaaaaa.- Grito con fuerza, mientras pasaba sus manitas sobre sus ojos y comenzaba a derramar pequeñas lagrimas. Un poco de moco descendió de su nariz, mientras sus cachetes comenzaron a bañarse.
Lloro otro poco, y se vio rodeado por todos. Uno tras otro aquellas personas que antes habían dañado su charla, ahora lo rodeaban y lo veían llorar, uno de ellos, el que había golpeado a ambos, llevaba a Agata sobre él, y esta aún se encontraba muy mal herida. - Mi mi.- Mordió sus labios con fuerza, le daba mucha rabia e impotencia no poder hacer nada, pero debía intentar calmarse así sea un poco. - Lo la-lam lamentaran malditos marineros.- Dijo con rudeza, mientras lanzaba una mirada de odio al que llevaba el ave, un odio que casi nunca desataba aquel Tontatta, quien se caracterizaba por ser un ser muy amable, tranquilo y amoroso. Paso su mano sobre su cola, la cual estaba un poco lastimada y comenzó a sobarse suavemente.
Mientras hacia esto, vio una mujer extraña y diferente a los demás, no parecía una humana como los otros, de hecho olía un poco diferente. Shin era un protector y amante de los animales, y algo en ella le daba una confianza que ningún humano le daba. Por esto, Shin dejo de llorar por un instante y siguiendo su instinto le dedico una leve sonrisita que duro un par de segundo, tras esto observo de nuevo a los otros dos hombres mientras le sacaba la lengua y hacia sonidos extraños con su boca, como si de un pequeño inmaduro se tratase.
Shin
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Laura Mar Jun 28, 2016 10:34 am
Realmente las cosas no habían sido particularmente interesantes, aquello podría significar que todo había salid de acuerdo a lo planeado o tal vez simplemente la suerte aquel caprichoso día no encontraba regocijo alguno en darles una épica batalla de bar como la que había tenido la mink en el pasado en Shell Town, sin embargo una parte de ella se encontraba algo agradecida de que no hubiera habido ningún combate ya que si se emocionaba demasiado y no había un oponente a la altura las cosas se hubieran puesto peludas.
El pelirrojo pregunto por algo divertido que hacer, no parecía preguntar a nadie en particular así que la mujer de lupino pelaje respondió con cierta pereza y decepción -Diría que algo como un combate pero siento que si hacemos eso nos van a reñir...- la nuevamente la mente de la dama de ojos rojos voló al recuerdo de aquella lucha contra la pacifista que la atacara durante uno de sus días de relajación y también recordó a cierta gigante con la cual hasta podría llegar a ser divertido luchar de no ser porque le preocupaba lastimar a la benevolente gigante.
Los pensamientos ¿Nostálgicos? de la doctora se vieron interrumpidos por el hecho de que aquel pelirrojo que preguntara anteriormente le hiciera entrega del pequeño ser que se suponía estaba a su cuidado, el pequeño ser que como ella provenía de más allá de los blues comenzó a gritar por su águila cual niño que llora por su madre, aquella escena era perjudicial para el corazón de cualquiera que tuviera impulsos maternales así que la mink le dejo su espacio mientras se acercaba hablándole con la voz más conciliadora que podía utilizar -No te preocupes pequeño, estará bien, pronto será curada y podrán irse de aquí.- Explico la fémina mientras tomaba un trozo de venda de sus cosas y lo intentaba utilizar para limpiar los fluidos que se derrumbaban por Shin antes de ofrecérselo para que limpiara su nariz.
-Soy Laura, una doctora así que te puedo asegurar que estará bien, así que intenta relajarte ¿Crees que ella se pondría feliz porque tu estés llorando y maldiciendo?, tampoco creo que se sienta orgullosa de que creas que salió gravemente herida por un golpe como aquel ¿verdad? Ten más confianza en tu amiga...- la mujer observo la forma en que el pequeño individuo acariciaba su cola así que rápidamente dedujo una de las posibles causas.
Posiblemente se hubiera lastimado, después de todo con su tamaño incluso caer desde 1 metro de altura podría ser bastante perjudicial -Parece que te has dado algún golpe ¿Me dejas revisarte? solo será un instante y veré también de darte algo para el dolor.- dijo intentando lucir una sonrisa lo menos amenazante posible, aunque quizás aquellos colmillos un poco más pronunciados que los dientes humanos podrían tener el efecto contrario, sin perder de vista al pequeñín que ahora estaba a su cuidado comenzó a retirar el material médico que llevaba consigo para tratarle.
El pelirrojo pregunto por algo divertido que hacer, no parecía preguntar a nadie en particular así que la mujer de lupino pelaje respondió con cierta pereza y decepción -Diría que algo como un combate pero siento que si hacemos eso nos van a reñir...- la nuevamente la mente de la dama de ojos rojos voló al recuerdo de aquella lucha contra la pacifista que la atacara durante uno de sus días de relajación y también recordó a cierta gigante con la cual hasta podría llegar a ser divertido luchar de no ser porque le preocupaba lastimar a la benevolente gigante.
Los pensamientos ¿Nostálgicos? de la doctora se vieron interrumpidos por el hecho de que aquel pelirrojo que preguntara anteriormente le hiciera entrega del pequeño ser que se suponía estaba a su cuidado, el pequeño ser que como ella provenía de más allá de los blues comenzó a gritar por su águila cual niño que llora por su madre, aquella escena era perjudicial para el corazón de cualquiera que tuviera impulsos maternales así que la mink le dejo su espacio mientras se acercaba hablándole con la voz más conciliadora que podía utilizar -No te preocupes pequeño, estará bien, pronto será curada y podrán irse de aquí.- Explico la fémina mientras tomaba un trozo de venda de sus cosas y lo intentaba utilizar para limpiar los fluidos que se derrumbaban por Shin antes de ofrecérselo para que limpiara su nariz.
-Soy Laura, una doctora así que te puedo asegurar que estará bien, así que intenta relajarte ¿Crees que ella se pondría feliz porque tu estés llorando y maldiciendo?, tampoco creo que se sienta orgullosa de que creas que salió gravemente herida por un golpe como aquel ¿verdad? Ten más confianza en tu amiga...- la mujer observo la forma en que el pequeño individuo acariciaba su cola así que rápidamente dedujo una de las posibles causas.
Posiblemente se hubiera lastimado, después de todo con su tamaño incluso caer desde 1 metro de altura podría ser bastante perjudicial -Parece que te has dado algún golpe ¿Me dejas revisarte? solo será un instante y veré también de darte algo para el dolor.- dijo intentando lucir una sonrisa lo menos amenazante posible, aunque quizás aquellos colmillos un poco más pronunciados que los dientes humanos podrían tener el efecto contrario, sin perder de vista al pequeñín que ahora estaba a su cuidado comenzó a retirar el material médico que llevaba consigo para tratarle.
Laura
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 | 3 |
Creado por Eberhard Schwarzschild Mar Jun 28, 2016 9:45 pm
Había que destacar que no le había agradado en lo mas mínimo la “amenaza” que recibió sobre la condición del ave, en un mundo de piratas las personas tenían que asumir las consecuencias de sus actos, y la consecuencia de ese enano por meterse en el camino del luchador fue tener a su “mascota” herida. No había motivo real para tener que atenderla, simplemente lo hacia por estar cumpliendo ordenes – capitán, puedo hacerme cargo del ave pero creo que las amenazas sobran – Eberhard tomo al ave y se la llevo encima del hombro hasta el barco. No escucho ningún tipo de crujido así que no había huesos rotos, probablemente si hubiese contusiones, ni si quiera había pensado en contenerse con aquel ataque, así que tenia que ver que tipo de daños internos tenia el animal, el área veterinaria no era su especialidad, pero debia aprender bastante rápido. Las cosas que tenían que hacerse por las personas que uno quería.
Eberhard subió a bordo del Vengeful con el ave, llevándosela a la cubierta inferior hasta el área medica para poder tratarla correctamente. La coloco encima de una bandeja metalica, era la cosa mas firme y esteril que tenia disponible a modo de mesa de operaciones. Había que dar gracias para que el ave no fuese mas grande, sino habria sido un problema poder tratarla. Tenia una estantería en la enfermería con algunos libros, cosas que había adquirido en el pasado por si necesitaba alguna referencia para hacer los tratamientos necesarios – a ver donde encuentro lo que necesito – saco un par de libros de esa estantería, libros de biología aviar y comenzó a leer para encontrar los datos del ave en concreto. Tardo un poco en encontrar el articulo que necesitaba, lo que tenia en frente era un “Águila Harpía”, según el informe esas aves tenían bastantes maneras de matar pero como todas las águilas tenían huesos delicados.
Eberhard ahora teniendo los datos que necesitaba se coloco sus guantes y comenzó a examinar al animal, las costillas estaban bien, no tenía fracturas aunque las alas tenían varias dislocaciones. Las patas tenían un color un poco mas oscuro, seguramente por un hematoma, igual que algunas partes del pecho. Saco un bisturí e hizo una pequeña incisión en el costado del ave, coloco un tubo hasta llegar al área de los pulmones y comenzó a salir algo de sangre, evidentemente tenia un pulmón colapsado por la acumulación de sangre, con eso había eliminado el exceso de presión. Lo siguiente fue colocar de nuevo las articulaciones en su lugar, y al cabo de un rato cuando la respiración del animal parecía normalizarse, le coció la zona anteriormente cortada, retirando el tubo.
Una vez terminado todo, la dejo encima de la bandeja con algunas vendas, estas tenían una mezcla de hierbas molidas que servían para bajar la hinchazón. Se quito los guantes y se movió hasta donde estaban los demás – Hice lo que pude, de momento el ave debe descansar, no podrá volar por un buen rato pero podrá caminar, si todo sale bien para mañana debe estar despierta y con mucha hambre – era un efecto residual de haber perdido algo de sangre – recomiendo que no haga movimientos bruscos o algo por el estilo, para que no se le abran las suturas
Eberhard subió a bordo del Vengeful con el ave, llevándosela a la cubierta inferior hasta el área medica para poder tratarla correctamente. La coloco encima de una bandeja metalica, era la cosa mas firme y esteril que tenia disponible a modo de mesa de operaciones. Había que dar gracias para que el ave no fuese mas grande, sino habria sido un problema poder tratarla. Tenia una estantería en la enfermería con algunos libros, cosas que había adquirido en el pasado por si necesitaba alguna referencia para hacer los tratamientos necesarios – a ver donde encuentro lo que necesito – saco un par de libros de esa estantería, libros de biología aviar y comenzó a leer para encontrar los datos del ave en concreto. Tardo un poco en encontrar el articulo que necesitaba, lo que tenia en frente era un “Águila Harpía”, según el informe esas aves tenían bastantes maneras de matar pero como todas las águilas tenían huesos delicados.
Eberhard ahora teniendo los datos que necesitaba se coloco sus guantes y comenzó a examinar al animal, las costillas estaban bien, no tenía fracturas aunque las alas tenían varias dislocaciones. Las patas tenían un color un poco mas oscuro, seguramente por un hematoma, igual que algunas partes del pecho. Saco un bisturí e hizo una pequeña incisión en el costado del ave, coloco un tubo hasta llegar al área de los pulmones y comenzó a salir algo de sangre, evidentemente tenia un pulmón colapsado por la acumulación de sangre, con eso había eliminado el exceso de presión. Lo siguiente fue colocar de nuevo las articulaciones en su lugar, y al cabo de un rato cuando la respiración del animal parecía normalizarse, le coció la zona anteriormente cortada, retirando el tubo.
Una vez terminado todo, la dejo encima de la bandeja con algunas vendas, estas tenían una mezcla de hierbas molidas que servían para bajar la hinchazón. Se quito los guantes y se movió hasta donde estaban los demás – Hice lo que pude, de momento el ave debe descansar, no podrá volar por un buen rato pero podrá caminar, si todo sale bien para mañana debe estar despierta y con mucha hambre – era un efecto residual de haber perdido algo de sangre – recomiendo que no haga movimientos bruscos o algo por el estilo, para que no se le abran las suturas
Eberhard Schwarzschild
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Saytan Wingtribe Mar Jun 28, 2016 11:05 pm
Masui, Elizabeth y Saytan caminaban por ciertos caminos de tierra que se dirigían directamente a las costas de la Isla de Toroa. Los 3 individuos sabían muy bien las rutas que se debían escoger ya que ese había sido el punto de reunión desde el primer día que tocaron puerto para dar caza al revolucionario Jake Rewod.
El ambiente estaba tranquilo, en parte, ya que se escuchaban las ranas croar, y algunos grillos o ciertos insectos con sonidos relajantes, algo típico para un ambiente como ese. A la cabeza iba Elizabeth, y quizás Marui le hacía compañía, más sin embargo el pelinegro permaneció varios metros atrás. Llevaba sus manos dentro de los bolsillos de su largo chaquetón negro. Estaba cabizbajo y sus ojos estaban entrecerrados. Tangela cantaba, justo detrás de él, algo tranquilo para compensar la atmósfera y Saya estaba callada, aferrada a la vestimenta del chico. ~ ¿Sucede algo Saytan? ~ Preguntó la pequeña, sin emitir siquiera un tono de voz de preocupación o cariño, ella era así la mayoría del tiempo. ~ La verdad, no lo sé. Estaba pensando..- ~ Saya le interrumpió, para anticiparse ~ ... en que habrá más oportunidades en la Grand Line. ¿Pensaste algo como eso? ~ Suspiró y miró a su hermanita, quien había acertado a esos pensamientos. ~ Así es. Los Blues no me brindaron nada de lo que buscaba, y no he avanzado en nada con respecto a ustedes... ~ Frunció el ceño y apretó sus puños por dentro de los bolsillos. Wingtribe se sentía bastante molesto por algo. ~ Estaremos aquí contigo. Tanto ella como yo, estamos aún "vivas" ~ Saytan giró su cabeza hacia la derecha, permitiendo que parte de su cabello negro cubriera sus ojos. No le agradaba que Saya hiciera mención a la palabra "vivas" de esa manera. Tangela se calló y se acercó a sus dos hermanos, sintiendo cierta tensión. La conversación llegó a su fin, y por el resto del camino no se escucharon más murmuros desde la parte trasera de Elizabeth y Masui. Lo último visto por las dos hermanas fue una lágrima que se había deslizado por la mejilla del pelinegro.
El ambiente estaba tranquilo, en parte, ya que se escuchaban las ranas croar, y algunos grillos o ciertos insectos con sonidos relajantes, algo típico para un ambiente como ese. A la cabeza iba Elizabeth, y quizás Marui le hacía compañía, más sin embargo el pelinegro permaneció varios metros atrás. Llevaba sus manos dentro de los bolsillos de su largo chaquetón negro. Estaba cabizbajo y sus ojos estaban entrecerrados. Tangela cantaba, justo detrás de él, algo tranquilo para compensar la atmósfera y Saya estaba callada, aferrada a la vestimenta del chico. ~ ¿Sucede algo Saytan? ~ Preguntó la pequeña, sin emitir siquiera un tono de voz de preocupación o cariño, ella era así la mayoría del tiempo. ~ La verdad, no lo sé. Estaba pensando..- ~ Saya le interrumpió, para anticiparse ~ ... en que habrá más oportunidades en la Grand Line. ¿Pensaste algo como eso? ~ Suspiró y miró a su hermanita, quien había acertado a esos pensamientos. ~ Así es. Los Blues no me brindaron nada de lo que buscaba, y no he avanzado en nada con respecto a ustedes... ~ Frunció el ceño y apretó sus puños por dentro de los bolsillos. Wingtribe se sentía bastante molesto por algo. ~ Estaremos aquí contigo. Tanto ella como yo, estamos aún "vivas" ~ Saytan giró su cabeza hacia la derecha, permitiendo que parte de su cabello negro cubriera sus ojos. No le agradaba que Saya hiciera mención a la palabra "vivas" de esa manera. Tangela se calló y se acercó a sus dos hermanos, sintiendo cierta tensión. La conversación llegó a su fin, y por el resto del camino no se escucharon más murmuros desde la parte trasera de Elizabeth y Masui. Lo último visto por las dos hermanas fue una lágrima que se había deslizado por la mejilla del pelinegro.
Saytan Wingtribe
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Elizabeth Hitze Miér Jun 29, 2016 1:15 am
El paso se hizo rápido y el camino corto pues el caminar entre sombras no era algo que se dificultara mucho a la joven pirata y menos estando bien acompañada. No tardaron mucho antes de llegar hasta donde estaba el barco y con ello poder ver de nuevo a su tripulación y al pequeño al cual sin quererlo terminó involucrado en algo que seguramente no sabía nada. La joven capitán subió al barco y con ella ambos piratas quedándose en la cubierta unos instantes observando atenta el mar, guardando total silencio cerró sus párpados y aspiró hondo esperando lograr sentir un poco más el clima, las corrientes de aire y sobre todo si es que había algo de humedad que pusiera en riesgo su travesía mas afortunadamente no había sido así, todo se escuchaba y sentía perfecto.
En silencio se dirigió dentro del barco para no ser tan brusca y despertar a alguien si es que dormía en especial al animal y al pequeño, entró primero a la cocina y tomó una manzana la cual limpió sobre sus ropajes frotándola con cuidado y salió dirigiéndose a donde se encontraban los demás. Observó atenta la peculiar escena, algo preocupada pero tranquila veía como el pequeño Tontatta al menos había encontrado refugio en una de las féminas del grupo. - ¿Cómo está? - Se dirigió a Eberhard para efectivamente conocer el estado del águila aunque estaba totalmente segura de que estaba bien, Eber a pesar de ser un medio torpe y de carácter bastante peculiar si algo habría que admirarle era su ser de médico. Seguido con una mueca más tranquila e incluso un tanto maternal observó con ternura a la lupina y al pequeño. - Me disculpo por lo que han tenido que pasar tú y tu compañera. - Susurró hacia el revolucionario acercándose lentamente sin intenciones de parecer agresiva o asustarle.
Dedicándole una última sonrisa e incluso con cierto deje de humildad agachó su cabeza, realmente estaba apenada y triste por haber lastimado al animal siendo de los seres que más amaba en el mundo. Tras eso suspiró y retomó su postura, sí, le avergonzaba un poco que los demás viesen ese lado “débil” de la capitán pero vamos… Es humana, es mujer y sobre todo aún tenía aquella pecular mentalidad de niña ingenua aunque no lo pareciera. Se giró para dirigirse a Sho - Necesito que porfavor ates bien lo del almacén y des una última revisada al barco, cada tablón, cada clavo, todo, no quiero que estemos en peligro, el lugar a donde vamos es bastante peligroso. - Un dulce tono e incluso sí, temerosa se le escuchaba el nerviosismo a la capitana. - Masui y Saytan, que revisen las velas. - Levantó su mirada hacia Eber y seguido hacia los demás presentes guardando silencio unos segundos tomando un poco de aire antes de volver a hablar - Nos vamos a la Grand Line. - Acotó sonriéndoles con tranquilidad, como si de sus hombros quitase un gran peso de encima… Sin embargo… Había algo pendiente.
Bajó su mirada hacia el pequeño ser aún muerta de ternura, no hacía intento de tocarle ni algo similar, ella tendía a ser muy brusca y no quería ocasionarle más problemas a parte en los brazos de Laura se veía más tranquilo. - Nosotros nos iremos a un lugar muy peligroso… ¿Quieres ir con nosotros?...- Cuestionó sonriéndole con suavidad. - No estás obligado a hacerlo, si deseas quedarte aquí me encargaré personalmente de llevarte a alguna posada, darte algo de dinero y comida y así podrás continuar con tu viaje. - Susurró por lo bajo, paciente esperó la respuesta de él, no era necesario conocer su nombre, eso por mucho era lo de menos, ahora la prioridad de la de cabellos de plata era su bienestar.
En silencio se dirigió dentro del barco para no ser tan brusca y despertar a alguien si es que dormía en especial al animal y al pequeño, entró primero a la cocina y tomó una manzana la cual limpió sobre sus ropajes frotándola con cuidado y salió dirigiéndose a donde se encontraban los demás. Observó atenta la peculiar escena, algo preocupada pero tranquila veía como el pequeño Tontatta al menos había encontrado refugio en una de las féminas del grupo. - ¿Cómo está? - Se dirigió a Eberhard para efectivamente conocer el estado del águila aunque estaba totalmente segura de que estaba bien, Eber a pesar de ser un medio torpe y de carácter bastante peculiar si algo habría que admirarle era su ser de médico. Seguido con una mueca más tranquila e incluso un tanto maternal observó con ternura a la lupina y al pequeño. - Me disculpo por lo que han tenido que pasar tú y tu compañera. - Susurró hacia el revolucionario acercándose lentamente sin intenciones de parecer agresiva o asustarle.
Dedicándole una última sonrisa e incluso con cierto deje de humildad agachó su cabeza, realmente estaba apenada y triste por haber lastimado al animal siendo de los seres que más amaba en el mundo. Tras eso suspiró y retomó su postura, sí, le avergonzaba un poco que los demás viesen ese lado “débil” de la capitán pero vamos… Es humana, es mujer y sobre todo aún tenía aquella pecular mentalidad de niña ingenua aunque no lo pareciera. Se giró para dirigirse a Sho - Necesito que porfavor ates bien lo del almacén y des una última revisada al barco, cada tablón, cada clavo, todo, no quiero que estemos en peligro, el lugar a donde vamos es bastante peligroso. - Un dulce tono e incluso sí, temerosa se le escuchaba el nerviosismo a la capitana. - Masui y Saytan, que revisen las velas. - Levantó su mirada hacia Eber y seguido hacia los demás presentes guardando silencio unos segundos tomando un poco de aire antes de volver a hablar - Nos vamos a la Grand Line. - Acotó sonriéndoles con tranquilidad, como si de sus hombros quitase un gran peso de encima… Sin embargo… Había algo pendiente.
Bajó su mirada hacia el pequeño ser aún muerta de ternura, no hacía intento de tocarle ni algo similar, ella tendía a ser muy brusca y no quería ocasionarle más problemas a parte en los brazos de Laura se veía más tranquilo. - Nosotros nos iremos a un lugar muy peligroso… ¿Quieres ir con nosotros?...- Cuestionó sonriéndole con suavidad. - No estás obligado a hacerlo, si deseas quedarte aquí me encargaré personalmente de llevarte a alguna posada, darte algo de dinero y comida y así podrás continuar con tu viaje. - Susurró por lo bajo, paciente esperó la respuesta de él, no era necesario conocer su nombre, eso por mucho era lo de menos, ahora la prioridad de la de cabellos de plata era su bienestar.
Elizabeth Hitze
Hoja de personaje
Nivel:
(26/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 | 1 |
Creado por Daishi Kurai Miér Jun 29, 2016 1:58 am
Botín, eso era lo que se movía en su mente, había un pequeño botín de berrys en sus manos, era poco pero era algo, se mantuvo sonriendo mientras escuchó la pregunta al azar de Sho, quien preguntaba acerca de algo -Pues... no lo sé, normalmente cuando robaba, volvía a donde era mi estadía luego de algún elaborado escape y revisaba la pieza robada, hoy que estoy con ustedes hasta evité una ruta de escape ¡Es algo totalmente nuevo para mi!- respondió el de traje blanco al pelirrojo.
Y mientras avanzaban hacia el barco, el pequeño maldecía al grupo, bueno, el mago se sentía aludido pues él no había hecho nada en ese asalto. En cuanto al chiquitín parecía muy molesto pero no iba a decir nada, no era su deber hacerlo. Laura se acercó y habló con el pequeño mientras avanzábamos, al parecer lo curarían y luego lo dejarían ir, bueno, él no era uno de los involucrados directamente, así que estaba bien ¿No?
Una vez en el barco Eber se encargó de la tarea médica con el águila del pequeñín y le daba indicaciones, el mago simplemente se quedó expectante, observó sin decir nada, después de todo, no había nada que mencionar al respecto, sonrió y se acercó al pequeño -Oye, pequeño ¿Te gusta la magia?- fue una simple pregunta y, fuera cual fuera la respuesta, se sacó el sombrero y le mostró la parte interna, estaba notoriamente vacío, lo giró y lo colocó sobre su mano y tras darle un par de giros, lo levantó y se encontraba en la mano del mago un caramelo -Supongo que te gustan ¿no?- le preguntó mientras le ofrecía aquel dulce.
Y mientras avanzaban hacia el barco, el pequeño maldecía al grupo, bueno, el mago se sentía aludido pues él no había hecho nada en ese asalto. En cuanto al chiquitín parecía muy molesto pero no iba a decir nada, no era su deber hacerlo. Laura se acercó y habló con el pequeño mientras avanzábamos, al parecer lo curarían y luego lo dejarían ir, bueno, él no era uno de los involucrados directamente, así que estaba bien ¿No?
Una vez en el barco Eber se encargó de la tarea médica con el águila del pequeñín y le daba indicaciones, el mago simplemente se quedó expectante, observó sin decir nada, después de todo, no había nada que mencionar al respecto, sonrió y se acercó al pequeño -Oye, pequeño ¿Te gusta la magia?- fue una simple pregunta y, fuera cual fuera la respuesta, se sacó el sombrero y le mostró la parte interna, estaba notoriamente vacío, lo giró y lo colocó sobre su mano y tras darle un par de giros, lo levantó y se encontraba en la mano del mago un caramelo -Supongo que te gustan ¿no?- le preguntó mientras le ofrecía aquel dulce.
Daishi Kurai
Hoja de personaje
Nivel:
(9/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Jack Lewis Miér Jun 29, 2016 3:05 pm
Nuevamente los caminos del destino se encargaron de devolver a aquel muchacho al punto de partida: el puerto. Los gritos, risas y personas que lo decoraban comúnmente habían desaparecido en sus casas y barcos para dormir como todas las personas comunes y corrientes dejando a los piratas como las únicas personas despiertas a aquella hora de la noche volviéndolos algo llamativo para alguien que se asomara por una ventana o saliera a dar un paseo a altas horas de la noche. Dejando de lado todos los factores externos el pelirrojo se desligo de la muchacha y ascendió a la cubierta del barco quedando prácticamente estático a la espera de más órdenes que le dieran un sentido a su existencia ahora un tanto dudosa y difuminada por los eventos antes mencionados. En aquel estado no pudo más que observar a su compañero Saytan que se mostraba bastante decaído… si pudiera sentir algo de empatía hubiera pensado que ambos no eran muy diferentes y que cargaban con el peso del pasado que no hacía más que difuminar su futuro en aquel momento.
Segundos, minutos u horas no sabía cuánto había pasado hasta que escucho de las palabras de la capitana desde la profundidades del barco comenzar a exclamar órdenes a todos los del barco para preparar su salida en dirección a la gran línea. No sabía, ni le interesaba en aquel momento, si los otros habían comenzado a poner manos a la obra pero el ante las ordenes no podía más que aceptarlas y cumplirlas de la manera más perfecta posible. De una manera bastante habilidosa, producto de su entrenamiento como espía, comenzó a trepar por los aparejos del barco sin demasiados problemas hasta llegar a las velas y comenzar a desenrollarlas con precisión y sin demasiados problemas, una vez terminado su trabajo se encargaría de ayudar a Saytan si este lo requería o si no simplemente se quedaría en cubierta mirando el horizonte, dejando que el viento comenzara a traerlo a la realidad de manera paulatina.
Segundos, minutos u horas no sabía cuánto había pasado hasta que escucho de las palabras de la capitana desde la profundidades del barco comenzar a exclamar órdenes a todos los del barco para preparar su salida en dirección a la gran línea. No sabía, ni le interesaba en aquel momento, si los otros habían comenzado a poner manos a la obra pero el ante las ordenes no podía más que aceptarlas y cumplirlas de la manera más perfecta posible. De una manera bastante habilidosa, producto de su entrenamiento como espía, comenzó a trepar por los aparejos del barco sin demasiados problemas hasta llegar a las velas y comenzar a desenrollarlas con precisión y sin demasiados problemas, una vez terminado su trabajo se encargaría de ayudar a Saytan si este lo requería o si no simplemente se quedaría en cubierta mirando el horizonte, dejando que el viento comenzara a traerlo a la realidad de manera paulatina.
Jack Lewis
Hoja de personaje
Nivel:
(6/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Sho Minazuki Miér Jun 29, 2016 3:48 pm
Finalmente en el barco, con todos los miembros de la tripulación a bordo y listos para proceder. Era todo lo que Sho esperaba luego de tan decepcionante misión y ni hablar del penoso resultado. Desde el lugar que recelosamente ocupaba, con su cuerpo recargado contra un extremo de la cubierta principal y dándole la espalda al mar que se alzaba, oscuro y sumamente silencioso, observaba a los presentes mientras divagaba en sus pensamientos. Laura, la doctora mink, parece que le había cogido cierto cariño a la pequeña figura que habían traído consigo, como una suerte de invitado o prisionero, pues no podía afirmar con seguridad lo que saldría de la cabeza de la albina. Eberhard pasó a hacer lo indicado, curar la mascota del pequeño ser, mientras que el resto hacía vayan a saber qué cosa.
Entrecerró sus párpados durante un rato, mientras la brisa marina golpeaba su espalda suavemente, haciendo que sus cabellos escarlatas se inclinaran hacía adelante, cubriendo un poco su frente y ojos. No le incomodaba tal efecto, pues sentía algo particular y extraño: una caricia detrás de su cabeza, nuca y espalda, bellos mimos producidos por el propio viento que lo invitaba a la dulce calma que rara vez se hacía presente. La paz, su eterna enemiga, se estaba haciendo amiga con cada paso del tiempo, con el avance de los segundos, mientras se hacía a la idea de una familia, y el abrazar el ideal de pelear por alguien que no fuese él mismo.
Sus párpados se abrieron para permitirle el contacto a sus orbes celestes el contacto con Elizabeth, la capitana, la eterna niña y fiel compañera. Su ceño fruncido se aflojó, sus hombros alzados bajaron a su posición natural, sus músculos perdieron tensión y sus labios terminaron por formar una sonrisa, diminuta, discreta, dedicada únicamente para quién le había dirigido la palabra. Entendía, por el tono de voz con el que le había dado una orden, cierta vulnerabilidad en su persona, algo que trataba de ocultar en lo más profundo de su ser.
–Considéralo hecho.- Afirmó con un tono de voz suave, delicado, que poco encajaba con la apariencia y usual carácter del espadachín. Inconscientemente levantó su diestra y la posó sobre la cabeza de la dama, agitando un poco sus cabellos, despeinándola en el proceso. A sabiendas de que era menor que la chica, sentía que debía cuidarla como si fuese su hermano mayor, por lo que ese gesto, vulgar, provocativo, e incluso burlón, era su forma, aunque errónea, de demostrar su apoyo a su persona. –Nos vemos.- Sentenció finalmente, pasando a un lado de ella, perdiéndose tras bajar unas escaleras. Sabía, porque lo había hecho con el médico masculino de la tripulación, que las cosas estaban en orden, pero nada perdía con echarle un vistazo final antes de partir.
Entrecerró sus párpados durante un rato, mientras la brisa marina golpeaba su espalda suavemente, haciendo que sus cabellos escarlatas se inclinaran hacía adelante, cubriendo un poco su frente y ojos. No le incomodaba tal efecto, pues sentía algo particular y extraño: una caricia detrás de su cabeza, nuca y espalda, bellos mimos producidos por el propio viento que lo invitaba a la dulce calma que rara vez se hacía presente. La paz, su eterna enemiga, se estaba haciendo amiga con cada paso del tiempo, con el avance de los segundos, mientras se hacía a la idea de una familia, y el abrazar el ideal de pelear por alguien que no fuese él mismo.
Sus párpados se abrieron para permitirle el contacto a sus orbes celestes el contacto con Elizabeth, la capitana, la eterna niña y fiel compañera. Su ceño fruncido se aflojó, sus hombros alzados bajaron a su posición natural, sus músculos perdieron tensión y sus labios terminaron por formar una sonrisa, diminuta, discreta, dedicada únicamente para quién le había dirigido la palabra. Entendía, por el tono de voz con el que le había dado una orden, cierta vulnerabilidad en su persona, algo que trataba de ocultar en lo más profundo de su ser.
–Considéralo hecho.- Afirmó con un tono de voz suave, delicado, que poco encajaba con la apariencia y usual carácter del espadachín. Inconscientemente levantó su diestra y la posó sobre la cabeza de la dama, agitando un poco sus cabellos, despeinándola en el proceso. A sabiendas de que era menor que la chica, sentía que debía cuidarla como si fuese su hermano mayor, por lo que ese gesto, vulgar, provocativo, e incluso burlón, era su forma, aunque errónea, de demostrar su apoyo a su persona. –Nos vemos.- Sentenció finalmente, pasando a un lado de ella, perdiéndose tras bajar unas escaleras. Sabía, porque lo había hecho con el médico masculino de la tripulación, que las cosas estaban en orden, pero nada perdía con echarle un vistazo final antes de partir.
Sho Minazuki
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Shin Vie Jul 01, 2016 12:17 am
El tiempo comenzaba a transcurrir mientras aquella velada comenzaba a fluir agradablemente, la mujer parecía ser una encantadora dama-animal, pues justo cuando se acerco a ella logro entender el por que de tanta afinidad. El tiempo transcurrió y permanecieron por un tiempo compartiendo, aquel maldito que había herido a Agata, ahora se encontraba ayudándola, por lo cual aquel pequeño no tenia mucho que decir.
De un momento para otro aparecieron el resto de camaradas, y ahora lo entendía, se trataba de una banda pirata tal vez por los actos que habían causado anteriormente, y una mujer de cabellos tan rojos como la sangre comenzó a ser muy educada.- No hay problema, Shin no esta bravo.- Dijo shin y al terminar realizo un pequeño soplido de aire. Luego de esto se limito a escuchar atento, al parecer se trataba de la capitana, una mujer bastante agraciada, pero el pequeño Shin no estaba interesado en ese tipo de amores. Fue entonces cuando hablo de marcharse, irse a otros mares que traían leves recuerdos de un pasado que no quería borrar, una nostalgia invadió su cuerpo mientras recordaba a casa, y finalmente aquella mujer invito al pequeño. - Ohhhh SHin no sabe.- Dijo extrañado por la pregunta, hacia hace pocas horas no eran más que unos desconocidos que habían acabado con su águila y la vida de aquel borrachin.
Observo a su ave a lo lejos, viendo como esta dormía tranquila y ya mejorándose, y observo al medico, a aquella mujer que llevaba esencia de animal, a la capitana de escarlata cabellera, y a los otros hombres que no se aprecian en nada al pequeño. - Mis queridos compañeros de la causa.- Dijo sin más el pequeño, quien en momentos debía actuar acorde ala madurez de su edad. - Le agradezco mucho señorita, Shin esta contento con que lo tengan en cuenta.- Dijo alegre, y tras esto regalo una gran sonrisa de oreja a oreja. - Sin embargo yo no soy un pirata y el cambio social, la revolución me necesita ahora acá.- Dijo algo intranquilo, pues por unos segundos aquella propuesta le había sido tan encantadora. - Además Shin no es nadie.- Miro de nuevo a todos, de uno a uno. - Son más fuertes que yo.- Shin lanzo una mirada de odio al medico. - Pero les digo que algún día Shin será más fuortachon, y Agata más musculosa, no han visto nada de nosotros, y nos encontraremos y lucharemos y SHIN Y AGATTAAA LES VAN.- Paro unos segundos mientras tosía, mientras tosía un poco, pues la prisa con la que hablaba le genero un malestar en su garganta. - Les vamos a patear las pompis.- Tras esto se volteo mostrando la cola a todos, mientras se daba unas sexys nalgabas y sacaba su lengua.
Fue así por unos minutos, mientras cantaba un poco acerca de como se iba a entrenar y a ganar, y a acabar con la corrupción, desde un punto de vista infantil no era algo que cualquier infante cantara. Por su parte el pequeño recibiría las monedas y descansaría un poco escondido, conocía a su ave y prontamente despertaría con ganas de dar una vuelta. El sector era hermoso, lleno de vegetación, y bien o mal habían llegado al lugar para que Agata se entretuviese un poco. Shin se marcho de allí despidiéndose de todos, las señoritas se habían llevado un fuerte abrazo, los hombres o a la mayoría, SHin les estrellaría el puño en señal de despedida, y a aquel medico luchador, una pequeña patadita en su canilla y tras esto, se alejo del resto.
De un momento para otro aparecieron el resto de camaradas, y ahora lo entendía, se trataba de una banda pirata tal vez por los actos que habían causado anteriormente, y una mujer de cabellos tan rojos como la sangre comenzó a ser muy educada.- No hay problema, Shin no esta bravo.- Dijo shin y al terminar realizo un pequeño soplido de aire. Luego de esto se limito a escuchar atento, al parecer se trataba de la capitana, una mujer bastante agraciada, pero el pequeño Shin no estaba interesado en ese tipo de amores. Fue entonces cuando hablo de marcharse, irse a otros mares que traían leves recuerdos de un pasado que no quería borrar, una nostalgia invadió su cuerpo mientras recordaba a casa, y finalmente aquella mujer invito al pequeño. - Ohhhh SHin no sabe.- Dijo extrañado por la pregunta, hacia hace pocas horas no eran más que unos desconocidos que habían acabado con su águila y la vida de aquel borrachin.
Observo a su ave a lo lejos, viendo como esta dormía tranquila y ya mejorándose, y observo al medico, a aquella mujer que llevaba esencia de animal, a la capitana de escarlata cabellera, y a los otros hombres que no se aprecian en nada al pequeño. - Mis queridos compañeros de la causa.- Dijo sin más el pequeño, quien en momentos debía actuar acorde ala madurez de su edad. - Le agradezco mucho señorita, Shin esta contento con que lo tengan en cuenta.- Dijo alegre, y tras esto regalo una gran sonrisa de oreja a oreja. - Sin embargo yo no soy un pirata y el cambio social, la revolución me necesita ahora acá.- Dijo algo intranquilo, pues por unos segundos aquella propuesta le había sido tan encantadora. - Además Shin no es nadie.- Miro de nuevo a todos, de uno a uno. - Son más fuertes que yo.- Shin lanzo una mirada de odio al medico. - Pero les digo que algún día Shin será más fuortachon, y Agata más musculosa, no han visto nada de nosotros, y nos encontraremos y lucharemos y SHIN Y AGATTAAA LES VAN.- Paro unos segundos mientras tosía, mientras tosía un poco, pues la prisa con la que hablaba le genero un malestar en su garganta. - Les vamos a patear las pompis.- Tras esto se volteo mostrando la cola a todos, mientras se daba unas sexys nalgabas y sacaba su lengua.
Fue así por unos minutos, mientras cantaba un poco acerca de como se iba a entrenar y a ganar, y a acabar con la corrupción, desde un punto de vista infantil no era algo que cualquier infante cantara. Por su parte el pequeño recibiría las monedas y descansaría un poco escondido, conocía a su ave y prontamente despertaría con ganas de dar una vuelta. El sector era hermoso, lleno de vegetación, y bien o mal habían llegado al lugar para que Agata se entretuviese un poco. Shin se marcho de allí despidiéndose de todos, las señoritas se habían llevado un fuerte abrazo, los hombres o a la mayoría, SHin les estrellaría el puño en señal de despedida, y a aquel medico luchador, una pequeña patadita en su canilla y tras esto, se alejo del resto.
Off: Gracias por invitarme, pero no tengo el nivel ni de rango ni de rol para ir con ustedes, además podría ponerles lentas las cosas, así que mejor no, igual gracias a todos.
Shin
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
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