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Creado por Kote Bastian Lun Sep 05, 2016 8:49 am
Recuerdo del primer mensaje :
Los pasos del castaño lo llevaban a través de las junglas que cubrían el Reino de Torino. La pregunta real que tenia el propio hombre era el porqué un bandido, un criminal con recompensa, iba a esconderse en un lugar tan inhóspito como el Reino Torino, pensando básicamente en el hecho de que el lugar estaba infestado de caníbales y de pájaros gigantes migratorios. Mediante el uso de su nodachi, el castaño se dedicaba a cortar la maleza, las lianas, y demás plantas que le estorbaban en el camino. Debía buscar un lugar en el que poder acampar y en el que poder ocultarse para atrapar al tipo que fuera que estuviera buscando. Lo que no se esperaba era lo que estaba a punto de suceder. Sus pasos lo llevaron hasta un claro bastante amplio, donde no había más que rocas y plantas enormes. Su mirada fue bastante rápida con el lugar, no le gustaba para nada. Un gruñido por su parte bastó para definir sus gustos, y ese lugar no era uno de ellos. De pronto, escuchó un crujido. Se giró, pero no vio a nadie ni nada. Se volvió a escuchar otro crujido y esta vez, acompañado de pasos y suspiros. Alguien se encontraba en aquel lugar, y eso no le estaba gustando para nada. Durante un segundo quedó en silencio en mitad del claro y de pronto, se vio rodeado de lanzas que apuntaban hacia él.
Su mirada observaba el panorama que estaba teniendo lugar. Un montón de nativos de Torino estaba rodeando al cazador de recompensas, que claramente hizo muy mal en acudir a aquella isla. Su nodachi, desenvainada con anterioridad, le forzó a apartar una de las lanzas. Frente a él se encontraba el que parecía el líder de aquel grupo, que estaba pintado con algún tipo de material por todo el cuerpo. Claramente, el castaño no iba a esperar a que lo devoraran, y sin mediar ningún tipo de palabra, su nodachi comenzó a cortar a los nativos, derramando sangre en el lugar y provocando que rodaran cabezas. Primero unos, luego otros, la sangre manchaba la nodachi de Kote y pronto, el claro estaba lleno de cadáveres. No había más de diez soldados caníbales, pero era suficiente como para manchar todo el sitio. Una simple sonrisa apareció en el rostro de Kote cuando observó como la nodachi cortaba un brazo al que parecía liderar el escuadrón. Los gritos de dolor invadían el claro, y en aquel momento, Kote no titubeó. La cabeza del lider cayó rodando y la nodachi fue envainada velozmente, al igual que sus pasos, que rápidamente los dirigió hacia cualquier otro lugar.
Cuál fue su sorpresa al encontrar una especie de taberna apartada en una especie de barrio. Al parecer, alguien había construido allí, y eso era bueno. Necesitaba entrar a tomar algo, y nadie iba a frenarle. Entró en la taberna y observó a quienes se encontraran dentro. Allí, había un hombre que parecía pertenecer a la marina, parecía un soldado raso, un recluta recién iniciado. El otro, era el tipo al que buscaba. Su mirada quedó completamente fija y rápidamente, cuando el marine quiso entablar conversación con el objetivo, la nodachi del rubio posó su hoja en el cuello del criminal -No sé de donde ha salido este lugar... pero está claro que no saldrás vivo de aquí- le dedicaba al criminal -Su cabeza es mía, marinerito- le susurraba lentamente mientras observaba con claridad al hombre que estaba sentado en aquella taberna aparecida en mitad de la nada.
Su mirada observaba el panorama que estaba teniendo lugar. Un montón de nativos de Torino estaba rodeando al cazador de recompensas, que claramente hizo muy mal en acudir a aquella isla. Su nodachi, desenvainada con anterioridad, le forzó a apartar una de las lanzas. Frente a él se encontraba el que parecía el líder de aquel grupo, que estaba pintado con algún tipo de material por todo el cuerpo. Claramente, el castaño no iba a esperar a que lo devoraran, y sin mediar ningún tipo de palabra, su nodachi comenzó a cortar a los nativos, derramando sangre en el lugar y provocando que rodaran cabezas. Primero unos, luego otros, la sangre manchaba la nodachi de Kote y pronto, el claro estaba lleno de cadáveres. No había más de diez soldados caníbales, pero era suficiente como para manchar todo el sitio. Una simple sonrisa apareció en el rostro de Kote cuando observó como la nodachi cortaba un brazo al que parecía liderar el escuadrón. Los gritos de dolor invadían el claro, y en aquel momento, Kote no titubeó. La cabeza del lider cayó rodando y la nodachi fue envainada velozmente, al igual que sus pasos, que rápidamente los dirigió hacia cualquier otro lugar.
Cuál fue su sorpresa al encontrar una especie de taberna apartada en una especie de barrio. Al parecer, alguien había construido allí, y eso era bueno. Necesitaba entrar a tomar algo, y nadie iba a frenarle. Entró en la taberna y observó a quienes se encontraran dentro. Allí, había un hombre que parecía pertenecer a la marina, parecía un soldado raso, un recluta recién iniciado. El otro, era el tipo al que buscaba. Su mirada quedó completamente fija y rápidamente, cuando el marine quiso entablar conversación con el objetivo, la nodachi del rubio posó su hoja en el cuello del criminal -No sé de donde ha salido este lugar... pero está claro que no saldrás vivo de aquí- le dedicaba al criminal -Su cabeza es mía, marinerito- le susurraba lentamente mientras observaba con claridad al hombre que estaba sentado en aquella taberna aparecida en mitad de la nada.
Kote Bastian
Hoja de personaje
Nivel:
(5/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Kote Bastian Jue Sep 08, 2016 3:23 am
Una cruenta batalla había tenido lugar en aquella taberna. Piratas muertos, otros simplemente inconscientes y otros que aún estaban conscientes pero que claramente no querían moverse, o digamos que no querían. Kote se encontraba frente al muchacho de rubia cabellera, que aceptó su ayuda y agarró la mano del cazador para levantarse. Mientras, Kote comenzaba a limpiar sus armas y a volver a guardarlas, como si les tuviera un aprecio enorme, y así era, pues un espadachín sin sus armas no era nada, y no podía permitir que estas se estropearan en ningún momento. Su Nodachi, anteriormente perteneciente a su padre, era aquello a lo que más aprecio le tenía, pues siempre había visto a su progenitor cuidar de ella y ahora era él quien debía mostrarle a ese arma el cariño y la protección que merecía. Su mirada estaba claramente fija en las armas, pero escuchaba todo aquello a su alrededor. No creo que haga falta recordar el buen oído que tenía el muchacho.
C, o al menos así quería ese chico que le llamaran. C, era un nombre extraño, bueno, no era un nombre, solo una letra, y estaba claro que tenía un nombre más largo, pero no sería Kote el que se dispondría a sonsacarle su nombre al completo. Quizás dentro de un tiempo volviera a verle y conocería su verdadero nombre, solo esperaba que fuera en mejores condiciones -Es un placer, C- observó ligeramente al muchacho, intentando discernir esos pensamientos que seguramente estaba teniendo el chico ante los cadáveres y cuerpos inconscientes de los criminales en aquella taberna -Debes de pensar en el porqué he hecho todo esto- se silenció un segundo -Soy un cazador de recompensas, y estos tipos son peligrosos, llevo siguiéndoles la pista desde hace varios meses-
Una pregunta se soltó en el aire, el porqué pedía una espada que luego no utilizaría. Las palabras fueron claras, rápidas y claramente exactas -Una distracción- dijo mirando al muchacho con un gesto esclarecedor -A veces más vale distraer a tus oponentes con cualquier tontería, pues si no tienen sesos en la mollera, se distraerán y podrás actuar- Kote le dio un pequeño golpecito en el hombro -Quédate ese consejo y utilízalo en el futuro- dijo girando rápidamente la cabeza al notar movimiento en el cuerpo de aquel pirata enorme.
Su voz estaba ronca y dolorida, pesada. La sangre bañaba su ropa y su barba. Kote se sorprendió de lo que estaba sacando de alguna parte de su cuerpo. Su gesto quedó perplejo al ver como sacaba un trabuco con el cañón tan grande como una campana. Kote se movió hacia el lado contrario al que se movió C, y el disparó acertó, no del todo, pero rozó parte de su pierna y esta se desgarró ligeramente, no le quitaría movilidad, pero le dolería, de eso estaba seguro.
Kote se levantó como pudo, haciendo esfuerzo y apoyándose en la pared. Miró al gordo y luego al muchacho, que se había movido con velocidad y le había cortado una mano -Muchacho... ugh...- se quejó y su ceño se frunció -No lo mates...- dijo con un gesto furioso y sádico. Desenvainó su Nodachi y se fue acercando cojeando al pirata -Me darán más por su cabeza si está vivo... ugh...- dijo mientras movía la Nodachi para realizar otro corte en su espalda y hacer que este cayera inconsciente.
-Lo que no sé... es como voy a moverlo- dijo con una sonrisa en su rostro, mostrando esa parte chistosa de él que tanto gustaba a la gente. Así y como si nada, agarro al gordo y se lo llevo a rastras como pudo -Bueno chaval, nos vemos- así es como Kote marcho para volver otro día.
C, o al menos así quería ese chico que le llamaran. C, era un nombre extraño, bueno, no era un nombre, solo una letra, y estaba claro que tenía un nombre más largo, pero no sería Kote el que se dispondría a sonsacarle su nombre al completo. Quizás dentro de un tiempo volviera a verle y conocería su verdadero nombre, solo esperaba que fuera en mejores condiciones -Es un placer, C- observó ligeramente al muchacho, intentando discernir esos pensamientos que seguramente estaba teniendo el chico ante los cadáveres y cuerpos inconscientes de los criminales en aquella taberna -Debes de pensar en el porqué he hecho todo esto- se silenció un segundo -Soy un cazador de recompensas, y estos tipos son peligrosos, llevo siguiéndoles la pista desde hace varios meses-
Una pregunta se soltó en el aire, el porqué pedía una espada que luego no utilizaría. Las palabras fueron claras, rápidas y claramente exactas -Una distracción- dijo mirando al muchacho con un gesto esclarecedor -A veces más vale distraer a tus oponentes con cualquier tontería, pues si no tienen sesos en la mollera, se distraerán y podrás actuar- Kote le dio un pequeño golpecito en el hombro -Quédate ese consejo y utilízalo en el futuro- dijo girando rápidamente la cabeza al notar movimiento en el cuerpo de aquel pirata enorme.
Su voz estaba ronca y dolorida, pesada. La sangre bañaba su ropa y su barba. Kote se sorprendió de lo que estaba sacando de alguna parte de su cuerpo. Su gesto quedó perplejo al ver como sacaba un trabuco con el cañón tan grande como una campana. Kote se movió hacia el lado contrario al que se movió C, y el disparó acertó, no del todo, pero rozó parte de su pierna y esta se desgarró ligeramente, no le quitaría movilidad, pero le dolería, de eso estaba seguro.
Kote se levantó como pudo, haciendo esfuerzo y apoyándose en la pared. Miró al gordo y luego al muchacho, que se había movido con velocidad y le había cortado una mano -Muchacho... ugh...- se quejó y su ceño se frunció -No lo mates...- dijo con un gesto furioso y sádico. Desenvainó su Nodachi y se fue acercando cojeando al pirata -Me darán más por su cabeza si está vivo... ugh...- dijo mientras movía la Nodachi para realizar otro corte en su espalda y hacer que este cayera inconsciente.
-Lo que no sé... es como voy a moverlo- dijo con una sonrisa en su rostro, mostrando esa parte chistosa de él que tanto gustaba a la gente. Así y como si nada, agarro al gordo y se lo llevo a rastras como pudo -Bueno chaval, nos vemos- así es como Kote marcho para volver otro día.
Kote Bastian
Hoja de personaje
Nivel:
(5/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
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