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Creado por Kote Bastian Lun Sep 05, 2016 8:49 am
Los pasos del castaño lo llevaban a través de las junglas que cubrían el Reino de Torino. La pregunta real que tenia el propio hombre era el porqué un bandido, un criminal con recompensa, iba a esconderse en un lugar tan inhóspito como el Reino Torino, pensando básicamente en el hecho de que el lugar estaba infestado de caníbales y de pájaros gigantes migratorios. Mediante el uso de su nodachi, el castaño se dedicaba a cortar la maleza, las lianas, y demás plantas que le estorbaban en el camino. Debía buscar un lugar en el que poder acampar y en el que poder ocultarse para atrapar al tipo que fuera que estuviera buscando. Lo que no se esperaba era lo que estaba a punto de suceder. Sus pasos lo llevaron hasta un claro bastante amplio, donde no había más que rocas y plantas enormes. Su mirada fue bastante rápida con el lugar, no le gustaba para nada. Un gruñido por su parte bastó para definir sus gustos, y ese lugar no era uno de ellos. De pronto, escuchó un crujido. Se giró, pero no vio a nadie ni nada. Se volvió a escuchar otro crujido y esta vez, acompañado de pasos y suspiros. Alguien se encontraba en aquel lugar, y eso no le estaba gustando para nada. Durante un segundo quedó en silencio en mitad del claro y de pronto, se vio rodeado de lanzas que apuntaban hacia él.
Su mirada observaba el panorama que estaba teniendo lugar. Un montón de nativos de Torino estaba rodeando al cazador de recompensas, que claramente hizo muy mal en acudir a aquella isla. Su nodachi, desenvainada con anterioridad, le forzó a apartar una de las lanzas. Frente a él se encontraba el que parecía el líder de aquel grupo, que estaba pintado con algún tipo de material por todo el cuerpo. Claramente, el castaño no iba a esperar a que lo devoraran, y sin mediar ningún tipo de palabra, su nodachi comenzó a cortar a los nativos, derramando sangre en el lugar y provocando que rodaran cabezas. Primero unos, luego otros, la sangre manchaba la nodachi de Kote y pronto, el claro estaba lleno de cadáveres. No había más de diez soldados caníbales, pero era suficiente como para manchar todo el sitio. Una simple sonrisa apareció en el rostro de Kote cuando observó como la nodachi cortaba un brazo al que parecía liderar el escuadrón. Los gritos de dolor invadían el claro, y en aquel momento, Kote no titubeó. La cabeza del lider cayó rodando y la nodachi fue envainada velozmente, al igual que sus pasos, que rápidamente los dirigió hacia cualquier otro lugar.
Cuál fue su sorpresa al encontrar una especie de taberna apartada en una especie de barrio. Al parecer, alguien había construido allí, y eso era bueno. Necesitaba entrar a tomar algo, y nadie iba a frenarle. Entró en la taberna y observó a quienes se encontraran dentro. Allí, había un hombre que parecía pertenecer a la marina, parecía un soldado raso, un recluta recién iniciado. El otro, era el tipo al que buscaba. Su mirada quedó completamente fija y rápidamente, cuando el marine quiso entablar conversación con el objetivo, la nodachi del rubio posó su hoja en el cuello del criminal -No sé de donde ha salido este lugar... pero está claro que no saldrás vivo de aquí- le dedicaba al criminal -Su cabeza es mía, marinerito- le susurraba lentamente mientras observaba con claridad al hombre que estaba sentado en aquella taberna aparecida en mitad de la nada.
Su mirada observaba el panorama que estaba teniendo lugar. Un montón de nativos de Torino estaba rodeando al cazador de recompensas, que claramente hizo muy mal en acudir a aquella isla. Su nodachi, desenvainada con anterioridad, le forzó a apartar una de las lanzas. Frente a él se encontraba el que parecía el líder de aquel grupo, que estaba pintado con algún tipo de material por todo el cuerpo. Claramente, el castaño no iba a esperar a que lo devoraran, y sin mediar ningún tipo de palabra, su nodachi comenzó a cortar a los nativos, derramando sangre en el lugar y provocando que rodaran cabezas. Primero unos, luego otros, la sangre manchaba la nodachi de Kote y pronto, el claro estaba lleno de cadáveres. No había más de diez soldados caníbales, pero era suficiente como para manchar todo el sitio. Una simple sonrisa apareció en el rostro de Kote cuando observó como la nodachi cortaba un brazo al que parecía liderar el escuadrón. Los gritos de dolor invadían el claro, y en aquel momento, Kote no titubeó. La cabeza del lider cayó rodando y la nodachi fue envainada velozmente, al igual que sus pasos, que rápidamente los dirigió hacia cualquier otro lugar.
Cuál fue su sorpresa al encontrar una especie de taberna apartada en una especie de barrio. Al parecer, alguien había construido allí, y eso era bueno. Necesitaba entrar a tomar algo, y nadie iba a frenarle. Entró en la taberna y observó a quienes se encontraran dentro. Allí, había un hombre que parecía pertenecer a la marina, parecía un soldado raso, un recluta recién iniciado. El otro, era el tipo al que buscaba. Su mirada quedó completamente fija y rápidamente, cuando el marine quiso entablar conversación con el objetivo, la nodachi del rubio posó su hoja en el cuello del criminal -No sé de donde ha salido este lugar... pero está claro que no saldrás vivo de aquí- le dedicaba al criminal -Su cabeza es mía, marinerito- le susurraba lentamente mientras observaba con claridad al hombre que estaba sentado en aquella taberna aparecida en mitad de la nada.
Kote Bastian
Hoja de personaje
Nivel:
(5/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Carausius Lun Sep 05, 2016 11:53 am
OFF: Puedo prometer y prometo que no van a ser asi todos xD
El Reino de Torino, una de las mayores bellezas naturales de los 4 Mares Cardinales. Su vegetacion abundante y salvaje junto a la dotada fauna le conferian un aspecto increiblemente espectacular frente a los bosques o campos a los que estaba acostumbrado a ver en su antigua tierra, mas si teniamos en cuenta que el suyo era el Mar mas frío de todos, todo el mundo se puede imaginar que el verde alli era un colo que brillaba por su ausencia. Unos inquilinos muy especiales completaban el ecosistema, los guerreros nativos, una especie de humanos retrasados tecnologicamente hablando hasta un nivel de cientos de años, puede que miles en algunas zonas. Todo esto ayudaba a que Torino fuera considerado como uno de los lugares mas olvidados por las razas conquistadoras. Y es lo que ahora necesitaba.
Habia llegado alli por recomendacion de mi superior inmediato. Necesitaba aprender a ocultarme de los humanos, ocultar mi presencia de aquellos a los que acechaba, y para ello no habia mejor maestro que la madre Naturaleza. Las criaturas con el instinto mas afilado eran aquellas que aprendian a sobrevivir desde su mas tierna infancia, que debian distinguir a toda costa las situaciones de peligro a una distancia suficiente como para que pudieran huir; por otro lado los depredadores debian moverse con extremo cuidado para no captar la atencion de sus victimas. El minimo movimiento en falso suponia fallar, y no se podian permitir muchos fallos en la selva, pues tan pronto eras el perseguidor como te convertias en el perseguido. Una cadena alimenticia natural que tenia mucho para ofrecerme. Y no solo podria ver los extremos, sino que los indigenas nativos me ayudarian a ponerlos en practica de una forma mucho mas cercana a la realidad. Torino era sin duda un gran lugar para mi yo actual, y mientras no supusiera una amenaza a aquellas criaturas que podian machacarme, estaria bien.
Aprendi del aguila y su acercamiento a toda velocidad. Debia ser certero, preciso, y no solo en la caza, sino en el momento. Si habia una via de escape cerca de la presa era seguro que fallaria. Si habia muchos obstaculos a esquivar en el camino era seguro que fallaria. En la ventaja, el campo abierto era la clave.
Aprendi de la serpiente, reptando lentamente pero sin pausa, acercandose de forma sinuosa a su bocado eligiendo no la via mas directa, sino la mas efectiva, cayendo por fin sobre el indefenso ratoncillo que disfrutaba de su almuerzo. El mayor momento de debilidad de las criaturas es cuando se creen seguras, cuando sacian sus necesidades mas vitales. Comer, dormir, reproducirse.
Estaba persiguiendo a una rana multicolor cuando, de pronto, escuche barullo en direccion oeste. Escondido entre los matorrales me asome a un claro de aceptables dimensiones. Dentro se veia con claridad como un hombre joven de unos veintitantos años, puede que cerca de los treinta si se conservaba bien, estaba rodeado por alrededor de 10 hombres indigenas con lanzas. La situacion no le era favorable, desde luego, o al menos me compare en su misma posicion y no veia como podia salir de ahi ileso, siquiera vivo. Mi sorpresa no fue pequeña cuando, al cabo de segundos, el contingente estaba tirado en el suelo con heridas mortales o desmembramientos en cada uno de los cuerpos. Era un espectaculo.
Como si de un calentamiento se tratara, el individuo salio de la escena a paso firme y sin heridas visibles, aunque no podria decirlo con exactitud ya que sus ropas y rostro estaban manchados de sangre. Le segui a unos metros de distancia, con bastante miedo en el cuerpo he de agregar, no sin antes haber cogido algunas de las lanzas quebradas por la punta (limpiandolas en los taparabos de los inertes cuerpos) y guardandomelas en los huecos para cuchillos del cinturon, 3 de ellas en total.
Me encontre entrando en una taberna aparecida de la nada, donde desde el momento en el que abrí su condenada puerta ya habia una nueva contienda, esta vez para variar envolvia al asesino de nativos, ademas de a un miembro del cuerpo de La Marina y a otro sujeto, el cual estaba siendo amenazado por nuestro sadico amigo. No me entere de la conversacion previa puesto que entre instantes despues, asi que me limite a guardar silencio y sentarme lo suficientemente alejado de ellos, pero no tanto como para no escuchar la situacion. Como el resto del establecimiento estaba mudo, me ayudo bastante.
- ¿¡Que narices estas haciendo con eso!? -le recrimino el marine.- Estos malditos cazarecompensas se creen con derecho a todo con tal de cobrar al final del dia... ¡Guarda eso antes de que lo mates y los dos nos quedemos sin nada!
- ¡Eh, eh, eh! -dijo mientras levantaba las manos el criminal, asustado ante su nuevo y cruento enemigo. Su rostro reflejaba claramente como temía por su vida.- Escucha lo que dice, maldito imbecil ... ¿Quieres acabar arrestado tu tambien por desobedecer a la ley?
El Reino de Torino, una de las mayores bellezas naturales de los 4 Mares Cardinales. Su vegetacion abundante y salvaje junto a la dotada fauna le conferian un aspecto increiblemente espectacular frente a los bosques o campos a los que estaba acostumbrado a ver en su antigua tierra, mas si teniamos en cuenta que el suyo era el Mar mas frío de todos, todo el mundo se puede imaginar que el verde alli era un colo que brillaba por su ausencia. Unos inquilinos muy especiales completaban el ecosistema, los guerreros nativos, una especie de humanos retrasados tecnologicamente hablando hasta un nivel de cientos de años, puede que miles en algunas zonas. Todo esto ayudaba a que Torino fuera considerado como uno de los lugares mas olvidados por las razas conquistadoras. Y es lo que ahora necesitaba.
Habia llegado alli por recomendacion de mi superior inmediato. Necesitaba aprender a ocultarme de los humanos, ocultar mi presencia de aquellos a los que acechaba, y para ello no habia mejor maestro que la madre Naturaleza. Las criaturas con el instinto mas afilado eran aquellas que aprendian a sobrevivir desde su mas tierna infancia, que debian distinguir a toda costa las situaciones de peligro a una distancia suficiente como para que pudieran huir; por otro lado los depredadores debian moverse con extremo cuidado para no captar la atencion de sus victimas. El minimo movimiento en falso suponia fallar, y no se podian permitir muchos fallos en la selva, pues tan pronto eras el perseguidor como te convertias en el perseguido. Una cadena alimenticia natural que tenia mucho para ofrecerme. Y no solo podria ver los extremos, sino que los indigenas nativos me ayudarian a ponerlos en practica de una forma mucho mas cercana a la realidad. Torino era sin duda un gran lugar para mi yo actual, y mientras no supusiera una amenaza a aquellas criaturas que podian machacarme, estaria bien.
Aprendi del aguila y su acercamiento a toda velocidad. Debia ser certero, preciso, y no solo en la caza, sino en el momento. Si habia una via de escape cerca de la presa era seguro que fallaria. Si habia muchos obstaculos a esquivar en el camino era seguro que fallaria. En la ventaja, el campo abierto era la clave.
Aprendi de la serpiente, reptando lentamente pero sin pausa, acercandose de forma sinuosa a su bocado eligiendo no la via mas directa, sino la mas efectiva, cayendo por fin sobre el indefenso ratoncillo que disfrutaba de su almuerzo. El mayor momento de debilidad de las criaturas es cuando se creen seguras, cuando sacian sus necesidades mas vitales. Comer, dormir, reproducirse.
Estaba persiguiendo a una rana multicolor cuando, de pronto, escuche barullo en direccion oeste. Escondido entre los matorrales me asome a un claro de aceptables dimensiones. Dentro se veia con claridad como un hombre joven de unos veintitantos años, puede que cerca de los treinta si se conservaba bien, estaba rodeado por alrededor de 10 hombres indigenas con lanzas. La situacion no le era favorable, desde luego, o al menos me compare en su misma posicion y no veia como podia salir de ahi ileso, siquiera vivo. Mi sorpresa no fue pequeña cuando, al cabo de segundos, el contingente estaba tirado en el suelo con heridas mortales o desmembramientos en cada uno de los cuerpos. Era un espectaculo.
Como si de un calentamiento se tratara, el individuo salio de la escena a paso firme y sin heridas visibles, aunque no podria decirlo con exactitud ya que sus ropas y rostro estaban manchados de sangre. Le segui a unos metros de distancia, con bastante miedo en el cuerpo he de agregar, no sin antes haber cogido algunas de las lanzas quebradas por la punta (limpiandolas en los taparabos de los inertes cuerpos) y guardandomelas en los huecos para cuchillos del cinturon, 3 de ellas en total.
Me encontre entrando en una taberna aparecida de la nada, donde desde el momento en el que abrí su condenada puerta ya habia una nueva contienda, esta vez para variar envolvia al asesino de nativos, ademas de a un miembro del cuerpo de La Marina y a otro sujeto, el cual estaba siendo amenazado por nuestro sadico amigo. No me entere de la conversacion previa puesto que entre instantes despues, asi que me limite a guardar silencio y sentarme lo suficientemente alejado de ellos, pero no tanto como para no escuchar la situacion. Como el resto del establecimiento estaba mudo, me ayudo bastante.
- ¿¡Que narices estas haciendo con eso!? -le recrimino el marine.- Estos malditos cazarecompensas se creen con derecho a todo con tal de cobrar al final del dia... ¡Guarda eso antes de que lo mates y los dos nos quedemos sin nada!
- ¡Eh, eh, eh! -dijo mientras levantaba las manos el criminal, asustado ante su nuevo y cruento enemigo. Su rostro reflejaba claramente como temía por su vida.- Escucha lo que dice, maldito imbecil ... ¿Quieres acabar arrestado tu tambien por desobedecer a la ley?
Carausius
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Kote Bastian Lun Sep 05, 2016 12:23 pm
Off: No te preocupes por eso xD
La hoja en el cuello del pirata, sus ojos en las manos del Marine. Todo estaba bajo la atenta mirada del terrible cazador de piratas que ahora se encontraba en aquel lugar. La verdad, había que añadir que el hecho de haber encontrado una taberna en este sitio era un milagro, y sobretodo, el haber encontrado al objetivo en su interior. La gran y cruenta mala noticia fue la presencia del marine, que estaba tocándole un poco las narices al joven Kote. Su nombre significaba “peligro” en una antigua lengua que su madre conocía, pero que para su desgracia, él jamás podría transcribir. Su nombre era la señal de que fuera donde fuera sería un peligro, o incluso, encontraría el peligro que le amenazaría. Ahora, la amenaza era el maldito marine. Kote miró a su alrededor, intentando conocer cuantos marines había en aquella sala -¿Cuántos más sois?- el marine le miró con gesto serio, haciendo caso a ese intento de comenzar una conversación en paz -Solo yo, en esta maldita isla no hay presencia de la Marina- el cazarrecompensas sonrió y bajó el arma tras escuchar al pirata, el cuál ni se movió, pues tenía a un cazador de recompensas y a un marine a su derecha e izquierda respectivamente. La mirada de Kote seguía fija en el marine, no hizo un solo ademán de dejar de observarle. ¿Debía de fiarse de que realmente fuera solo uno, o quizás le estaría mintiendo y realmente había más gente en aquel lugar? No lo sabía, pero no iba a quedarse sin su parte del premio.
Enfundando su Nodachi, la cuál portaba en la espalda, el cazarrecompensas decidió volver a hablar -Este hombre es culpable de asesinato, saqueo, robo, violación y alteración pública, mi deber es llevarlo ante la justicia y no permitirle beber en una fría taberna- la gente seguía muda. Hacía poco un muchacho había entrado, lo cuál llevaba a Kote a preguntarse como es que permitían entrar a menores en lugares así, aunque quizás sus ojos le estaban mintiendo y el muchacho no era menor. Simplemente se fijó en su figura y en como se dirigía hacia un lugar concreto, poco más. Estaba preparando su golpe.
El pirata hizo un gesto extraño, pareciendo querer escabullirse de aquel lugar, a lo que con rapidez, Kote sacó uno de sus tantos y lo clavó en el reverso de la mano del pirata y a su vez en la madera de la barra -Quieto- los gritos comenzaron a invadir todo aquel lugar y la mirada de Kote fue bastante divertida. Miró al marine y no dudó en contestar -Seré yo quien se lo lleve, Marine, así que no opongas resistencia- el segundo no dudó en levantarse y sacar su espada, pero esta quedó encasquillada en la vaina, a lo que Kote aprovechó. Su mano deslizó por el mango de la Nodachi, atravesando su pecho mientras el pirata gritaba de dolor, el marine gritó, asustado y dolorido. Kote simplemente tuvo que hacer un movimiento rocambolesco para que el marine saliera despedido hacia un lado, exactamente a donde se encontraba el muchacho que acababa de entrar en la taberna.
Mientras, el pirata gritaba como un loco, intentando sacar la espada de su mano, pero un solo movimiento le provocaba terribles dolores. De pronto, los gritos se ahogaron y un golpe seco hizo que el pirata cayera de boca contra la barra de la taberna. La nodachi deslizó en el interior de la vaina, Kote se giró hacia la puerta, observando a todos los presentes -¿Alguien más se quiere meter por medio? ¡Vamos! Esto será la Mejor Broma que hayáis visto jamás- sus palabras se oscurecían, mostrando ese lado sádico por el que se hizo famoso en el East Blue, aunque no tanto como querría. Su rostro seguía fijo en los presentes, esperando que alguien dijera algo, si no lo hacía, se marcharía con el tipo. Por último, agarró el Tanto de la mano del pirata ahora inconsciente y comenzó a pasárselo de una mano a otra, diviertiéndose.
Enfundando su Nodachi, la cuál portaba en la espalda, el cazarrecompensas decidió volver a hablar -Este hombre es culpable de asesinato, saqueo, robo, violación y alteración pública, mi deber es llevarlo ante la justicia y no permitirle beber en una fría taberna- la gente seguía muda. Hacía poco un muchacho había entrado, lo cuál llevaba a Kote a preguntarse como es que permitían entrar a menores en lugares así, aunque quizás sus ojos le estaban mintiendo y el muchacho no era menor. Simplemente se fijó en su figura y en como se dirigía hacia un lugar concreto, poco más. Estaba preparando su golpe.
El pirata hizo un gesto extraño, pareciendo querer escabullirse de aquel lugar, a lo que con rapidez, Kote sacó uno de sus tantos y lo clavó en el reverso de la mano del pirata y a su vez en la madera de la barra -Quieto- los gritos comenzaron a invadir todo aquel lugar y la mirada de Kote fue bastante divertida. Miró al marine y no dudó en contestar -Seré yo quien se lo lleve, Marine, así que no opongas resistencia- el segundo no dudó en levantarse y sacar su espada, pero esta quedó encasquillada en la vaina, a lo que Kote aprovechó. Su mano deslizó por el mango de la Nodachi, atravesando su pecho mientras el pirata gritaba de dolor, el marine gritó, asustado y dolorido. Kote simplemente tuvo que hacer un movimiento rocambolesco para que el marine saliera despedido hacia un lado, exactamente a donde se encontraba el muchacho que acababa de entrar en la taberna.
Mientras, el pirata gritaba como un loco, intentando sacar la espada de su mano, pero un solo movimiento le provocaba terribles dolores. De pronto, los gritos se ahogaron y un golpe seco hizo que el pirata cayera de boca contra la barra de la taberna. La nodachi deslizó en el interior de la vaina, Kote se giró hacia la puerta, observando a todos los presentes -¿Alguien más se quiere meter por medio? ¡Vamos! Esto será la Mejor Broma que hayáis visto jamás- sus palabras se oscurecían, mostrando ese lado sádico por el que se hizo famoso en el East Blue, aunque no tanto como querría. Su rostro seguía fijo en los presentes, esperando que alguien dijera algo, si no lo hacía, se marcharía con el tipo. Por último, agarró el Tanto de la mano del pirata ahora inconsciente y comenzó a pasárselo de una mano a otra, diviertiéndose.
Kote Bastian
Hoja de personaje
Nivel:
(5/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Carausius Lun Sep 05, 2016 2:16 pm
El tipo con la espada alargada miraba a todos lados en la taberna, buscando lo que instantes mas tarde el mismo me confirmaria, cuando pregunto a los dos personajes envueltos en el tema si habia alguno mas de los marines por la taberna. Logicamente estos negaron que hubiera alguien mas alli de su bando, pero algo me olía mal en todo ese asunto...
"¿En serio un marine viene aqui solo todo el camino desde la base mas cercana, que no esta ni en esta isla, para capturar a un pirata al cual no tiene ni atado?", pensaba con agudeza, intentando ver donde estaba la pieza que hacia que este rompecabezas tuviera sentido. "Es mas, un soldado raso no deberia tener permiso ni para dejar la base en primer lugar, no digamos la isla."
No parecio que el individuo, que se habia desvelado a si mismo como un cazarecompensas por sus palabras y acciones, se diera cuenta de que faltaban detalles importantes en todo aquello. Desde luego, si habia alguien alli acompañandoles debian ser gente envuelta en algo ilegal, pues no tenia sentido que siguieran escondidos despues de la amenaza profesada hacia su compañero. Pronto se desizo de un golpe de la resistencia impuesta por el pirata, dejandole clavado a la barra mientras chillaba y se quejaba cual gorrino en el dia de matanza. En cuanto al marine, desgraciado de el, intento zafarse del rufian que les estaba ensartando, pero la mala suerte se cebo con el primero al encasquillarse su sable, para mas tarde recibir en pleno pecho la interminable hoja del oponente. Para terminar de meterme dentro de la refriega, el asesino a sueldo acabo lanzando en un absurdo movimiento el cuerpo de su enemigo hacia mi direccion, dejando el cuerpo casi innerte del uniformado hombre a mis pies.
Supuse que solo era casualidad, pues no podia haber despertado en el mas interes que el que un chico de mi aspecto puede causar en alguien con una mente como la suya. Mente que finalmente habia perdido cualquier resquicio de razonamiento humano cuando bramo a los cuatro vientos si habia alguien mas dispuesto a desafiarle mientras jugaba con sus armas cual malabarista de circo. Aquella no era mi pelea y yo lo sabia muy bien, ¿Para que arriesgar la vida por un marine y un pirata a kilometros de distancia de apoyo ninguno?
- A la mierda todo... No hemos durado ni dos semanas con el plan, ¿Veis por que os dije que habia que ensayarlo, mentecatos?
- Pero señor... ¡No podiamos preveer que un tipo asi vendría! Esta como una cabra, a nadie se le ocurriria matar a un miembro de la marina con esa despreocupacion. -dijo por detras uno de los presentes.
Antes de que me diera cuenta, uno a uno los asistentes comenzaron a rodear al espadachin hasta contr un total de 5 enemigos. Parecia que el unico que no estaba involucrado era el tabernero, pero su cara no desvelaba sorpresa aunque si muchas otras emociones de terror.
El mas grande ellos parecia salido de un cuento verde para niñas de 15 años. Era la viva imagen del hombre del que deberia huir para no ser llevada a su cueva y vivir para siempre encerrada como una sirvienta personal. Su gran barriga y su poblada barba eran sus elementos mas caracteristicos, los cuales le conferian el aspecto de un bonachon con mucha rabia acumulada.
PD: Vamos a suponer que no son unos mindundis cualquiera, a ver que se te ocurre! :D
"¿En serio un marine viene aqui solo todo el camino desde la base mas cercana, que no esta ni en esta isla, para capturar a un pirata al cual no tiene ni atado?", pensaba con agudeza, intentando ver donde estaba la pieza que hacia que este rompecabezas tuviera sentido. "Es mas, un soldado raso no deberia tener permiso ni para dejar la base en primer lugar, no digamos la isla."
No parecio que el individuo, que se habia desvelado a si mismo como un cazarecompensas por sus palabras y acciones, se diera cuenta de que faltaban detalles importantes en todo aquello. Desde luego, si habia alguien alli acompañandoles debian ser gente envuelta en algo ilegal, pues no tenia sentido que siguieran escondidos despues de la amenaza profesada hacia su compañero. Pronto se desizo de un golpe de la resistencia impuesta por el pirata, dejandole clavado a la barra mientras chillaba y se quejaba cual gorrino en el dia de matanza. En cuanto al marine, desgraciado de el, intento zafarse del rufian que les estaba ensartando, pero la mala suerte se cebo con el primero al encasquillarse su sable, para mas tarde recibir en pleno pecho la interminable hoja del oponente. Para terminar de meterme dentro de la refriega, el asesino a sueldo acabo lanzando en un absurdo movimiento el cuerpo de su enemigo hacia mi direccion, dejando el cuerpo casi innerte del uniformado hombre a mis pies.
Supuse que solo era casualidad, pues no podia haber despertado en el mas interes que el que un chico de mi aspecto puede causar en alguien con una mente como la suya. Mente que finalmente habia perdido cualquier resquicio de razonamiento humano cuando bramo a los cuatro vientos si habia alguien mas dispuesto a desafiarle mientras jugaba con sus armas cual malabarista de circo. Aquella no era mi pelea y yo lo sabia muy bien, ¿Para que arriesgar la vida por un marine y un pirata a kilometros de distancia de apoyo ninguno?
- A la mierda todo... No hemos durado ni dos semanas con el plan, ¿Veis por que os dije que habia que ensayarlo, mentecatos?
- Pero señor... ¡No podiamos preveer que un tipo asi vendría! Esta como una cabra, a nadie se le ocurriria matar a un miembro de la marina con esa despreocupacion. -dijo por detras uno de los presentes.
Antes de que me diera cuenta, uno a uno los asistentes comenzaron a rodear al espadachin hasta contr un total de 5 enemigos. Parecia que el unico que no estaba involucrado era el tabernero, pero su cara no desvelaba sorpresa aunque si muchas otras emociones de terror.
El mas grande ellos parecia salido de un cuento verde para niñas de 15 años. Era la viva imagen del hombre del que deberia huir para no ser llevada a su cueva y vivir para siempre encerrada como una sirvienta personal. Su gran barriga y su poblada barba eran sus elementos mas caracteristicos, los cuales le conferian el aspecto de un bonachon con mucha rabia acumulada.
- Jefe:
PD: Vamos a suponer que no son unos mindundis cualquiera, a ver que se te ocurre! :D
Carausius
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Kote Bastian Lun Sep 05, 2016 3:19 pm
No había sido para nada dramático. Nadie en aquel lugar estaba dispuesto a levantarse por una pizca de dinero, lo que significaba que en ese lugar no había más cazadores, ni marines, ni siquiera Agentes del Gobierno. Era estúpido pensar que realmente hubiese alguien más que no fuesen piratas por esos lares, y la verdad es que Kote lo sabía, y sabía perfectamente que estaba haciendo. La voz ronca del hombre que profirió algo acerca de un plan sonó como un estruendo en aquel bar. El muchacho que entró hacía nada parecía no inmutarse, simplemente observaba la escena, y Kote lo miraba fijamente, no sabía quien era, pero quizás podría ser una pieza en el rompecabezas que estaba teniendo lugar en este sitio. Kote no hizo nada, simplemente continuó pasando su Tanto de una mano a otra, sin preocupación. Cuando vio al tipo grande y barbudo simplemente proliferó una sonrisa y guardó su tanto -Al final sales- dijo el castaño con un gesto bastante confortable, como si conociera a aquel tipo de antes. No, no lo conocía personalmente, pero había visto su cara con anterioridad en esos feos carteles de Se Busca, y ofrecían una miseria por su cabeza, por ende, el tipo que acaba de dejar inconsciente debía de ser un subordinado más y simplemente había sido una pérdida de tiempo, quizás aquel marine era un topo dentro del organismo gubernamental y engordó una recompensa para atraer a gente como el cazador, pero eso no significaba que hubiese sido un buen plan.
-El Marine también es uno de los tuyos, ¿verdad? ¿O simplemente ha sido un peón en esta partida tan lenta?- el hombre barbudo estaba sorprendido de que alguien le hablara con tanta normalidad, como si verdaderamente le conociera -Muchacho, ¿de qué hablas?- el cazador se rascó la nariz con el dedo corazón, dando también un doble sentido a ese gesto que quizás los demás no captarían tan fácilmente. Miró a los tipos que le rodeaban -Has hecho muy mal en cabrear al capitán, cazador- Kote simplemente estaba tranquilo -¡Eh, muchacho, ¿me pasas esa espada que se han dejado ahí?!- dijo el castaño haciendo señas al muchacho que entró con anterioridad, señalando una espada vieja y mellada que había junto a una mesa, cerca de la posición actual del muchacho. ¿Se conocían? No, ni en broma, pero era una buena estrategia para el plan que tenía el castaño.
Cuando un par se giraron, Kote simplemente agarró una de las jarras llenas de cerveza que se encontraban cerca, y golpeó a uno de los piratas que le rodearon. Este cayó inconsciente, pero Kote lo agarró y lo puso delante de su cuerpo, interceptando una de las balas que iba a recibir por parte de otro pirata. Acto seguido y una vez muerto el primer objetivo, lanzó su cadáver contra el que había disparado, haciendo que este segundo cayera al suelo con el primero. Desenvainó sus dos Tantos y se preparó para combatir. Además, había llamado la atención del muchacho que se encontraba detrás, por lo que dos piratas se dirigieron hacia él, a rodearlo, intentando que no agarrara la espada mellada, aunque seguramente no iría a hacerlo. Mientras, el gordo observaba como sus hombres luchaba y caían, esperando el momento justo para atacar, sin decir nada... o al menos de momento. El artillero se estaba levantando, pero buscaba su revolver, que había caído por el impacto del cadáver contra él y por la caída.
OFF: ¡Me encanta esto que has ideado! Dos piratas te rodean, a ver de que eres capaz.-El Marine también es uno de los tuyos, ¿verdad? ¿O simplemente ha sido un peón en esta partida tan lenta?- el hombre barbudo estaba sorprendido de que alguien le hablara con tanta normalidad, como si verdaderamente le conociera -Muchacho, ¿de qué hablas?- el cazador se rascó la nariz con el dedo corazón, dando también un doble sentido a ese gesto que quizás los demás no captarían tan fácilmente. Miró a los tipos que le rodeaban -Has hecho muy mal en cabrear al capitán, cazador- Kote simplemente estaba tranquilo -¡Eh, muchacho, ¿me pasas esa espada que se han dejado ahí?!- dijo el castaño haciendo señas al muchacho que entró con anterioridad, señalando una espada vieja y mellada que había junto a una mesa, cerca de la posición actual del muchacho. ¿Se conocían? No, ni en broma, pero era una buena estrategia para el plan que tenía el castaño.
Cuando un par se giraron, Kote simplemente agarró una de las jarras llenas de cerveza que se encontraban cerca, y golpeó a uno de los piratas que le rodearon. Este cayó inconsciente, pero Kote lo agarró y lo puso delante de su cuerpo, interceptando una de las balas que iba a recibir por parte de otro pirata. Acto seguido y una vez muerto el primer objetivo, lanzó su cadáver contra el que había disparado, haciendo que este segundo cayera al suelo con el primero. Desenvainó sus dos Tantos y se preparó para combatir. Además, había llamado la atención del muchacho que se encontraba detrás, por lo que dos piratas se dirigieron hacia él, a rodearlo, intentando que no agarrara la espada mellada, aunque seguramente no iría a hacerlo. Mientras, el gordo observaba como sus hombres luchaba y caían, esperando el momento justo para atacar, sin decir nada... o al menos de momento. El artillero se estaba levantando, pero buscaba su revolver, que había caído por el impacto del cadáver contra él y por la caída.
Kote Bastian
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Creado por Carausius Mar Sep 06, 2016 5:22 am
Parecia que el cazapiratas estaba esperando a la aparicion del mamut barbudo. Cuando el jefazo hizo su aparicion en el local se respiraba una tension tan densa entre los presentes que casi podríamos pensar que las victimas serian los mismos miembros de la banda. Me dio a entender entonces que, pasara lo que pasara, para los pobres ladronzuelos iba a acabar muy mal. Esto me hizo entender la diferencia de fuerzas que probablemente habia entre el lider y el resto de la calaña, o al menos la que el grandullon les habia hecho creer que habia.
Sin verlo llegar, el moreno espadachin me intento incluir en la pelea como parte de su bando al pedirme que le alcanzara una espada destartalada situada a escasos centimetros de mi. Sin duda me estaba involucrando contra mi voluntad, sabedor de que tendría que elegir uno de los lados en aquella sangrienta pelea de bar, ¿Pero cual elegir? Habia visto a aquel tipo desollar a 10 personas armadas en una situacion muy similar a la actual en cuanto al numero de contrincantes, pero el barbudo y sus amigos no parecian tener la experiencia de combate que a los indigenas les faltaba. Si me unia a el, sin duda podria pasar cualquier cosa, pero las probabilidades de ganar parecian favorables. Por otro lado, aunque consiguieramos entre todos matar al cazador, no creia que los corsarios le premiaran con parte de sus negocios, y aunque asi fuera no aceptaria dinero tan sucio.
Las opciones de sobrevivir estaban claras, asi qeu me decante por el lado del mas fuerte por el momento. Me di la vuelta en el taburete sin pensarlo mucho, agarre el mango y lo tire en direccion a mi nuevo aliado. Y como era obvio las consecuencias llegaron en forma humana multiplicada por dos.
JuuuuuSHHINNN! ... JuSHIN!!
Desenvainaron las espadas, uno mas lento que el otro, preparados para deshacerse de la amenaza. Sonreian al ver mi estatura, mi aparente joven edad y mi posible falta de experiencia en batalla, como si me fuera a mear en los pantalones en cualquier momento.
"Bueno, ya he sido descubierto. No tiene sentido finjir que no se nada". Me tiré al suelo de rodillas con las manos apoyadas en los muslos a modo de suplica.- ¡Actue por miedo, lo siento mucho! Tened piedad de un chiquillo como yo...
Miraba en direccion a los pies de ambos rivales, esperando el momento de que estuvieran lo suficientemente cerca como para no fallar mi ataque. Necesitaba un tiro a quemarropa puesto que mi punteria no era la mejor del mundo. Estos comenzaron a desternillarse de risa, maldecir y levantar sus sables mientras se acercaban paso a paso a su muerte...
"¡Ahora!"
Desde los muslos, me lleve las manos en un movimiento rapido hacia la cintura y saque de un tiron dos de las puntas de lanza que habia recogido con anterioridad en el claro de los guerreros nativos. A menos de un metro de distancia era imposible fallar a un blanco tan grande, pero no me arriesgue y realice mi movimiento en dos partes, primero tirando de punta mis hierros puntiagudos para que se les clavara en el desprotegido pecho, para mas tarde aprovechar su sorpresa y dolor, sacar las dagas de sus fundas en los gemelos y degollar a los desgraciados en un rapido y preciso corte a la base del cuello.
Cayeron desplomandose mientras yo me erguia de nuevo en un intento de ponerme en guardia contra lo que pudiera venir, pero solo el silencio prevalecio en la taberna mientras el jefe, impasible, miraba alrededor sin expresion legible en su rostro. Era como la calma que precedia a la tormenta, y nunca fui un gran admirador de ellas.
- Wuaaajajajaja -exploto finalmente el jefazo.- Parece que tendre que empezar de cero gracias a vosotros. Parece que mi cabeza tiene un precio alto si vienen esta clase de cazadores a conseguirla, pero podemos ganar mucho mas si mi plan tiene exito.... ¡Ofrezco 10.000 Berries a cada uno por seguirme!
PD: Si, la idea es que suene ridiculo xD
Sin verlo llegar, el moreno espadachin me intento incluir en la pelea como parte de su bando al pedirme que le alcanzara una espada destartalada situada a escasos centimetros de mi. Sin duda me estaba involucrando contra mi voluntad, sabedor de que tendría que elegir uno de los lados en aquella sangrienta pelea de bar, ¿Pero cual elegir? Habia visto a aquel tipo desollar a 10 personas armadas en una situacion muy similar a la actual en cuanto al numero de contrincantes, pero el barbudo y sus amigos no parecian tener la experiencia de combate que a los indigenas les faltaba. Si me unia a el, sin duda podria pasar cualquier cosa, pero las probabilidades de ganar parecian favorables. Por otro lado, aunque consiguieramos entre todos matar al cazador, no creia que los corsarios le premiaran con parte de sus negocios, y aunque asi fuera no aceptaria dinero tan sucio.
Las opciones de sobrevivir estaban claras, asi qeu me decante por el lado del mas fuerte por el momento. Me di la vuelta en el taburete sin pensarlo mucho, agarre el mango y lo tire en direccion a mi nuevo aliado. Y como era obvio las consecuencias llegaron en forma humana multiplicada por dos.
JuuuuuSHHINNN! ... JuSHIN!!
Desenvainaron las espadas, uno mas lento que el otro, preparados para deshacerse de la amenaza. Sonreian al ver mi estatura, mi aparente joven edad y mi posible falta de experiencia en batalla, como si me fuera a mear en los pantalones en cualquier momento.
"Bueno, ya he sido descubierto. No tiene sentido finjir que no se nada". Me tiré al suelo de rodillas con las manos apoyadas en los muslos a modo de suplica.- ¡Actue por miedo, lo siento mucho! Tened piedad de un chiquillo como yo...
Miraba en direccion a los pies de ambos rivales, esperando el momento de que estuvieran lo suficientemente cerca como para no fallar mi ataque. Necesitaba un tiro a quemarropa puesto que mi punteria no era la mejor del mundo. Estos comenzaron a desternillarse de risa, maldecir y levantar sus sables mientras se acercaban paso a paso a su muerte...
"¡Ahora!"
Desde los muslos, me lleve las manos en un movimiento rapido hacia la cintura y saque de un tiron dos de las puntas de lanza que habia recogido con anterioridad en el claro de los guerreros nativos. A menos de un metro de distancia era imposible fallar a un blanco tan grande, pero no me arriesgue y realice mi movimiento en dos partes, primero tirando de punta mis hierros puntiagudos para que se les clavara en el desprotegido pecho, para mas tarde aprovechar su sorpresa y dolor, sacar las dagas de sus fundas en los gemelos y degollar a los desgraciados en un rapido y preciso corte a la base del cuello.
Cayeron desplomandose mientras yo me erguia de nuevo en un intento de ponerme en guardia contra lo que pudiera venir, pero solo el silencio prevalecio en la taberna mientras el jefe, impasible, miraba alrededor sin expresion legible en su rostro. Era como la calma que precedia a la tormenta, y nunca fui un gran admirador de ellas.
- Wuaaajajajaja -exploto finalmente el jefazo.- Parece que tendre que empezar de cero gracias a vosotros. Parece que mi cabeza tiene un precio alto si vienen esta clase de cazadores a conseguirla, pero podemos ganar mucho mas si mi plan tiene exito.... ¡Ofrezco 10.000 Berries a cada uno por seguirme!
PD: Si, la idea es que suene ridiculo xD
Carausius
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Creado por Kote Bastian Mar Sep 06, 2016 6:40 am
Dos muertos, solo quedaban... un montón más. Al parecer, gran parte de la taberna eran miembros de la banda pirata de aquel tipo de barba de pelirroja y aspecto irlandés. Kote simplemente observó, miró con cierta desgana a su alrededor, mostrando una pereza realmente grande y al segundo, bostezó, tapando su boca con una de las manos. Ambos Tantos se encontraban en sus manos, preparados para cortar, desgarrar y degollar a todos aquellos que se presentaran ante él. Primero aparecieron dos piratas, miserables y débiles, que con las espadas en sus manos comenzaron a luchar con un handicap favorable para ellos, pero que para su desgracia, se balancearía para el castaño, que tenía una destreza muy superior a la de aquellos tipos. Los choques del acero comenzaron a soltar chispar hacia todos lados, chispas tan diminutas que serían incapaces de quemar nada, pero era gracioso como detalle. Ambos piratas luchaban como verdaderos guerreros, pero nada en comparación con la inquebrantable defensa que presentaba el castaño. Unos cuantos choques más, algún corte en sus antebrazos, quizás alguno en una pierna, pues estaba claro, en una batalla todos salen dañados, pero estos rivales no le harían sangrar. En un momento de distracción, Kote le cortó una mano a uno de ellos, y al otro, le clavó el Tanto en el pecho y se lo quitó de encima con una patada, si estaban vivos era mejor, aunque sería complicado. Ambos respiraban. Aquel que acababa de perder la mano recibió un golpe con el mango de la Nodachi, que Kote desenvainó un segundo para volver a envainarla velozmente.
Mientras, el muchacho parecía rodeado, se tiró al suelo y comenzó a suplicar. Kote no le hacía mucho caso a sus actos, pues alguna idea tendría. Mientras, los piratas desenvainaban sus armas y se acercaban a él, ¿cuál fue la sorpresa de Kote al ver como el muchacho desenvainaba un par de dagas y les degollaba? Era impresionante. Kote había hecho bien en involucrarle, pues eso significaría que estaría de su lado, luego se lo recompensaría invitándole a tomar algo, aunque... esas maniobras, esa manera de luchar, solo esperaba que no fuera un marine y que fuera a defender a su colega muerto.
Kote se detuvo un segundo, mirando al jefe de aquella banda pirata tan mal organizada. Estaba quieto frente a él, no hacía un solo movimiento, solo observaba, nada más. De pronto, un pirata con una alabarda se lanzó a por Kote y consiguió realizar un corte en uno de sus costados, el derecho para ser más exactos. Kote cayó clavando una rodilla en el suelo, pues claro, había sido un corte limpio. Lo observó, y en cuanto el enemigo levantó su alabarda para realizar otro corte sobre Kote, este simplemente desenvainó su Nodachi y realizó un tajo contra la empuñadura del arma larga, cortando el material, pues se trataba de madera y no era muy resistente que digamos. Kote levantó la cabeza, se levantó como pudo y le cortó el torso, dejando una profunda herida que sangraba fuertemente, si nadie lo trataba podría morir al desangrarse. Kote guardó de nuevo su Nodachi, agarró sus cuchillos y escuchó lo que aquel hombre barbudo estaba diciendo.
-¿10.000 Berries? ¿Qué tipo de basura es esa? Tu cabeza vale mucho más, así que no me toques las narices- el rostro del barbudo parecía un cuadro, al parecer no había sido buena idea el mostrarse tan benevolente con el cazador -Dame 20.000.000 de berries, y otros veinte para el muchacho, y me iré sin tocarte un solo pelo de la cabeza... ni de la cara- el cazador tenía en ambas manos sus Tantos, y los hacía saltar para volver a cogerlos. Alzó una ceja y esperó una respuesta lógica, casi toda su banda había sido vencida, y la otra estaba acobardada y hecha un ovillo en una esquina de la taberna -¿Alguna objeción a mi propuesta?- dijo metiéndose un Tanto en la boca y manteniéndolo en esta, apretando los dientes para que no cayera.
Mientras, el muchacho parecía rodeado, se tiró al suelo y comenzó a suplicar. Kote no le hacía mucho caso a sus actos, pues alguna idea tendría. Mientras, los piratas desenvainaban sus armas y se acercaban a él, ¿cuál fue la sorpresa de Kote al ver como el muchacho desenvainaba un par de dagas y les degollaba? Era impresionante. Kote había hecho bien en involucrarle, pues eso significaría que estaría de su lado, luego se lo recompensaría invitándole a tomar algo, aunque... esas maniobras, esa manera de luchar, solo esperaba que no fuera un marine y que fuera a defender a su colega muerto.
Kote se detuvo un segundo, mirando al jefe de aquella banda pirata tan mal organizada. Estaba quieto frente a él, no hacía un solo movimiento, solo observaba, nada más. De pronto, un pirata con una alabarda se lanzó a por Kote y consiguió realizar un corte en uno de sus costados, el derecho para ser más exactos. Kote cayó clavando una rodilla en el suelo, pues claro, había sido un corte limpio. Lo observó, y en cuanto el enemigo levantó su alabarda para realizar otro corte sobre Kote, este simplemente desenvainó su Nodachi y realizó un tajo contra la empuñadura del arma larga, cortando el material, pues se trataba de madera y no era muy resistente que digamos. Kote levantó la cabeza, se levantó como pudo y le cortó el torso, dejando una profunda herida que sangraba fuertemente, si nadie lo trataba podría morir al desangrarse. Kote guardó de nuevo su Nodachi, agarró sus cuchillos y escuchó lo que aquel hombre barbudo estaba diciendo.
-¿10.000 Berries? ¿Qué tipo de basura es esa? Tu cabeza vale mucho más, así que no me toques las narices- el rostro del barbudo parecía un cuadro, al parecer no había sido buena idea el mostrarse tan benevolente con el cazador -Dame 20.000.000 de berries, y otros veinte para el muchacho, y me iré sin tocarte un solo pelo de la cabeza... ni de la cara- el cazador tenía en ambas manos sus Tantos, y los hacía saltar para volver a cogerlos. Alzó una ceja y esperó una respuesta lógica, casi toda su banda había sido vencida, y la otra estaba acobardada y hecha un ovillo en una esquina de la taberna -¿Alguna objeción a mi propuesta?- dijo metiéndose un Tanto en la boca y manteniéndolo en esta, apretando los dientes para que no cayera.
Kote Bastian
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Creado por Carausius Mar Sep 06, 2016 11:48 am
Vi como los enemigos caian uno detras de otro ante la espada larga del cazador, sin descanso conseguia salir de la estela de los ataques que le lanzaban para responder con mortales estocadas y perforantes mandobles que desgarraban la carne y conseguian acabar con la vida del enemigo. Aunque sabia que mi habilidad con las dagas no era inferior a la suya en combate, si que envidiaba su tenacidad ante la oleada de enemigos que le plantaban cara.
Al final quedabamos 5 personas en condiciones para luchar: el jefazo, un tipo con un bate que parecia el mas acobardado de todo el lugar, un nuevo espadachin un poco mas decidido, el cazarecompensas y yo. Mire con detenimiento a mi improvisado compañero mientras caminaba hacia el para quedar en frente de los tres supervivientes del bando de los malos.
"Este tipo esta hecho una pena... ", pensaba mientras observaba como varias de sus heridas abiertas brotaban sangre lentamente en diferentes partes de su cuerpo. "Creo que no es consciente de su propia habilidad y la esta sobreestimando, o simplemente confia demasiado en salir de aqui por alguna carta oculta".
En cualquier caso, yo ya estaba involucrado con aquel tipo asi que debia asegurarme que sobrevivia al menos hasta que pudiera asegurarme una salida.
- Tu eres el heroe, te dejo a los otros dos mientras entretengo al gordito. -susurre para que solo mi aliado me oyese claramente.
- Hey, enano. Deja que los mayores resolv-
No deje que terminara la frase, no tenia interes en saber que idioteces escupia por la boca. Me avalance veloz y salte por su lateral derecho intentando asestarle un tajo en el brazo que le provocara la suficiente ira como para que se olvidara del cazador. Parecio funcionar demasiado bien cuando vi que se disponia a coger uno de los barriles pequeños dispuestos como sillas para lanzarmelo sin piedad.
"Mierda, ¡Es rapido! No me va a dar tiempo a esquivarlo". En apenas 2 segundos ya lo habia alzado por encima de su cabeza, momento en el que yo aterrizaba sobre una de las mesas de madera a unos 3 metros de el. En un acto reflejo acabe sacando mi ultima municion y lanzandole la punta de lanza al estomago para, al menos un poco, desviar su lanzamiento ademas de saltar con todas mis fuerzas hacia una de las esquinas de la taberna, chocando finalmente con las dos paredes rodeandome. Con una fuerza colosal estampo el barrilacho contra el parquet donde instantes antes se encontraba mi cuerpo. La velocidad de reaccion era uno de mis puntos fuertes, pero no creia que pudiera pasarme mucho tiempo esquivando esas bombas.
Antes de que pudiera pensar en algo el barbudo pirata ya habia volcado una mesa cercana con furia quedando esta de canto, a lo que le siguió una patada en la parte plana de esta para empujarla en mi direccion ¿Siquiera podría evitar un golpe directo?
Al final quedabamos 5 personas en condiciones para luchar: el jefazo, un tipo con un bate que parecia el mas acobardado de todo el lugar, un nuevo espadachin un poco mas decidido, el cazarecompensas y yo. Mire con detenimiento a mi improvisado compañero mientras caminaba hacia el para quedar en frente de los tres supervivientes del bando de los malos.
"Este tipo esta hecho una pena... ", pensaba mientras observaba como varias de sus heridas abiertas brotaban sangre lentamente en diferentes partes de su cuerpo. "Creo que no es consciente de su propia habilidad y la esta sobreestimando, o simplemente confia demasiado en salir de aqui por alguna carta oculta".
En cualquier caso, yo ya estaba involucrado con aquel tipo asi que debia asegurarme que sobrevivia al menos hasta que pudiera asegurarme una salida.
- Tu eres el heroe, te dejo a los otros dos mientras entretengo al gordito. -susurre para que solo mi aliado me oyese claramente.
- Hey, enano. Deja que los mayores resolv-
No deje que terminara la frase, no tenia interes en saber que idioteces escupia por la boca. Me avalance veloz y salte por su lateral derecho intentando asestarle un tajo en el brazo que le provocara la suficiente ira como para que se olvidara del cazador. Parecio funcionar demasiado bien cuando vi que se disponia a coger uno de los barriles pequeños dispuestos como sillas para lanzarmelo sin piedad.
"Mierda, ¡Es rapido! No me va a dar tiempo a esquivarlo". En apenas 2 segundos ya lo habia alzado por encima de su cabeza, momento en el que yo aterrizaba sobre una de las mesas de madera a unos 3 metros de el. En un acto reflejo acabe sacando mi ultima municion y lanzandole la punta de lanza al estomago para, al menos un poco, desviar su lanzamiento ademas de saltar con todas mis fuerzas hacia una de las esquinas de la taberna, chocando finalmente con las dos paredes rodeandome. Con una fuerza colosal estampo el barrilacho contra el parquet donde instantes antes se encontraba mi cuerpo. La velocidad de reaccion era uno de mis puntos fuertes, pero no creia que pudiera pasarme mucho tiempo esquivando esas bombas.
Antes de que pudiera pensar en algo el barbudo pirata ya habia volcado una mesa cercana con furia quedando esta de canto, a lo que le siguió una patada en la parte plana de esta para empujarla en mi direccion ¿Siquiera podría evitar un golpe directo?
Carausius
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Creado por Kote Bastian Mar Sep 06, 2016 4:17 pm
De nuevo otro par de inmundos piratas que intentaban interponerse en el camino del Cazador, y la verdad, estaba más que harto, deseaba poner fin a esto de una maldita vez. Mediante el uso de sus Tantos se los quitó de encima con una velocidad increíble. Intentaban golpearle físicamente, uno con un bate y el otro con una espada, lanzándose ambos a la vez, pero Kote simplemente saltó sobre la barra y dio otro salto para quedar a espaldas de aquellos piratuchos, una estocada inversa y estos acabaron empalados por ambos Tantos, cayeron de bruces sobre la barra. Kote limpió con un movimiento la sangre de sendas armas y las miró, intentando observar si estaban lastimadas, melladas o con algún mal provocado por la pelea, pero no, estaban perfectas, con sus hojas negras características y su mango perfectamente acabado. Kote levantó la cabeza y observó al que parecía ser el jefe de aquellos piratas, que parecía estar entretenido con el muchachito. De esta forma, aprovechó para taparse un poco las heridas provocadas por los piratas. No habían sido muy profundas, así que simplemente tuvo que utilizar los métodos con los que le obsequio Clopin hace un par de años, un viejo amigo artista que le esperaba en Micqueot.
-Estos están durmiendo ya- dijo en un intento de bromear. Observó con detenimiento al gordinflón que estaba intentando acabar con el muchacho, que al parecer estaba teniendo un buen día y la suerte apuntaba hacia él. Si, era un buen guerrero. Kote observó con detenimiento como el gordo agarraba un barril y lo intentaba lanzar, aunque no sin antes recibir dos golpes filosos con un par de puntas de flechas, la verdad es que al cazador le pareció una gran idea, así, simplemente envainó sus Tantos y sacó su Nodachi y esperó el momento justo para actuar. Mientras, simplemente observaba, quieto, saludando de vez en cuando al chaval y sonriéndole como queriendo decirle que lo estaba haciendo muy bien. No se movía del sitio, quieto como una estatua.
Acto seguido utilizó una mesa para golpear al muchacho, primero colocándola de lado, ahí fue el momento justo para actuar. Kote simplemente corrió hacia aquel tipo que intentaba, al parecer, atacar a un niño. Propio de piratas. Un corte en su costado provocó un grito de dolor y que el mismo cayera al suelo, pero entonces ya había lanzado la mesa hacia el muchacho, por ende, la carrera no desistió. Kote seguía corriendo hacia la mesa y consiguió alcanzarla para cortarla en dos como un trozo de carne en su punto. Esta se detuvo a los pies del muchacho, y Kote se giró hacia el gordo, sacando un carte de Se Busca -Veamos, van... unos diez, ¡oh, si! Me voy a hacer rico- entonces se giró hacia el muchacho y le tendió la mano -Disculpame, no creía que fueran a involucrarte en esto- dijo sonriéndole y ofreciéndole su ayuda -Soy Kote, ¿estás bien?- seguramente el gordo aún podría levantarse, pero de momento estaba ahí tirado y sangrando.
-Estos están durmiendo ya- dijo en un intento de bromear. Observó con detenimiento al gordinflón que estaba intentando acabar con el muchacho, que al parecer estaba teniendo un buen día y la suerte apuntaba hacia él. Si, era un buen guerrero. Kote observó con detenimiento como el gordo agarraba un barril y lo intentaba lanzar, aunque no sin antes recibir dos golpes filosos con un par de puntas de flechas, la verdad es que al cazador le pareció una gran idea, así, simplemente envainó sus Tantos y sacó su Nodachi y esperó el momento justo para actuar. Mientras, simplemente observaba, quieto, saludando de vez en cuando al chaval y sonriéndole como queriendo decirle que lo estaba haciendo muy bien. No se movía del sitio, quieto como una estatua.
Acto seguido utilizó una mesa para golpear al muchacho, primero colocándola de lado, ahí fue el momento justo para actuar. Kote simplemente corrió hacia aquel tipo que intentaba, al parecer, atacar a un niño. Propio de piratas. Un corte en su costado provocó un grito de dolor y que el mismo cayera al suelo, pero entonces ya había lanzado la mesa hacia el muchacho, por ende, la carrera no desistió. Kote seguía corriendo hacia la mesa y consiguió alcanzarla para cortarla en dos como un trozo de carne en su punto. Esta se detuvo a los pies del muchacho, y Kote se giró hacia el gordo, sacando un carte de Se Busca -Veamos, van... unos diez, ¡oh, si! Me voy a hacer rico- entonces se giró hacia el muchacho y le tendió la mano -Disculpame, no creía que fueran a involucrarte en esto- dijo sonriéndole y ofreciéndole su ayuda -Soy Kote, ¿estás bien?- seguramente el gordo aún podría levantarse, pero de momento estaba ahí tirado y sangrando.
Kote Bastian
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Creado por Carausius Miér Sep 07, 2016 3:06 pm
La verdad es que rezaba por que la mesa se estrellara contra las paredes en angulo recto, quedando el "atrapado" en un amasijo de trozos de madera cuando el golpe hiciera estallarla. A la velocidad a la que venia aquella cosa era imposible esperar mas suerte que esa, solo deseaba que el barrilete con barba no siguiera la estela del mueble para finalizar su movimiento, por que entonces si qeu estaria perdido. Instantes antes habia escuchado gritos y filos cortando el aire, por lo que sabia que en el otro lado al menos algo estaba sucediendo.
De pronto el cazador aparecio en el ultimo suspiro para cortar en dos el proyectil de madera, desechando la amenaza y dandome las esperanzas suficientes como para que el nerviosismo y el miedo que sentia fueran solo sentimientos pasajeros dentro de mi mente. La mesa, o lo que podia quedar de ella, paro en seco al llegar a mis pies frenando con furia mientras rebotaba contra el parquet de la sala. Kote fue el nombre con el que se presento el loco individuo que estaba luchando a mi lado, dandome la mano para que me apoyara a la hora de levantarme. No me lo pense dos veces, despreciar la ayuda de aquel tipo no era algo que me fuera a salir barato y desde luego si me reportaba un beneficio en salud que agradecia.
- Puedes llamarme C. -no mentí, pero preferia no ir diciendo mi verdadero nombre a todo personaje que se me cruzara.- Se que no lo dices en serio, ¿Para que ibas a pedirme una espada que ni siquiera utilizaste despues?
Era obvio que el necesitaba una distraccion en aquel momento, ademas de que con un simple comentario podia causar un monton de dudas en el grupo enemigo y conseguir dividirlos. Cuanto menos ganaba tiempo para enfrentarlos de forma mas escalonada y eso no es algo que cualquier sadico sin cerebro haria.
"Hablando de grupos... ", pensaba mientras miraba alrededor en busca de los supervivientes enemigos. "Estan todos muertos... Nunca entendere esa necesidad de quitar vidas a diestro y siniestro ¿Es que quitarles un brazo o la lengua no es suficiente para hacerles abandonar esta clase de vida?"
Entonces clave la vista en el grandullon que empezo a moverse lentamente, luchando por levantarse con todas sus fuerzas. Pude observar como un ataque sorpresa habia provocado en el una herida bastante fea cerca de sus costillas, provocando que no solo su barba sino tambien sus ropas se tiñeran del color de la sangre.
- Esto... no acaba aqui... ¡Malditos... cobardes! -la rabia que le invadia no era superior al dolor que debia estar sintiendo.- Quereis jugar sucio ... ¡Pues aqui teneis una sorpresa!
Sin previo aviso, un trabuco con la boca del tamaño de una campana de mano se deslizo desde el interior de su camisa y apunto en nuestra direccion. "Esto era lo que hacia, remoloneando en el suelo. ¡Estaba cargando ese bicho!". A una distancia de unos 4 metros aquella arma era una loteria, y podia ganar tanto como perder. Mi unica opcion era tratar de salir del radio lo antes posible, por lo que trate de saltar impulsado hacia adelante por el trozo de mesa que esta a nuestro lado.
¡¡PUMM!!
Uno de los perdigones me alcanzo de refilon en la pierna izquierda, pero esto no impidio que siguiera mi camino hasta que, al apoyar el pie, rodé como pude debido al dolor hasta llegar a un metro de distancia del enemigo, bastante exhausto por las heridas, apoye la pierna buena y me avalance con estilo digno de un espadachin de primera clase en cualquier cloaca de Loguetown para cortarle la mano. La idea era aprovechar esa abertura y, si habia suerte, atacariamos los dos juntos para acabar con la sangrienta batalla. Si por desgracia Kote habia muerto o habia sido incapacitado, no sabia si podria ganar en un uno contra uno, pero la ventaja numerica de extremidades estaria de su lado.
De pronto el cazador aparecio en el ultimo suspiro para cortar en dos el proyectil de madera, desechando la amenaza y dandome las esperanzas suficientes como para que el nerviosismo y el miedo que sentia fueran solo sentimientos pasajeros dentro de mi mente. La mesa, o lo que podia quedar de ella, paro en seco al llegar a mis pies frenando con furia mientras rebotaba contra el parquet de la sala. Kote fue el nombre con el que se presento el loco individuo que estaba luchando a mi lado, dandome la mano para que me apoyara a la hora de levantarme. No me lo pense dos veces, despreciar la ayuda de aquel tipo no era algo que me fuera a salir barato y desde luego si me reportaba un beneficio en salud que agradecia.
- Puedes llamarme C. -no mentí, pero preferia no ir diciendo mi verdadero nombre a todo personaje que se me cruzara.- Se que no lo dices en serio, ¿Para que ibas a pedirme una espada que ni siquiera utilizaste despues?
Era obvio que el necesitaba una distraccion en aquel momento, ademas de que con un simple comentario podia causar un monton de dudas en el grupo enemigo y conseguir dividirlos. Cuanto menos ganaba tiempo para enfrentarlos de forma mas escalonada y eso no es algo que cualquier sadico sin cerebro haria.
"Hablando de grupos... ", pensaba mientras miraba alrededor en busca de los supervivientes enemigos. "Estan todos muertos... Nunca entendere esa necesidad de quitar vidas a diestro y siniestro ¿Es que quitarles un brazo o la lengua no es suficiente para hacerles abandonar esta clase de vida?"
Entonces clave la vista en el grandullon que empezo a moverse lentamente, luchando por levantarse con todas sus fuerzas. Pude observar como un ataque sorpresa habia provocado en el una herida bastante fea cerca de sus costillas, provocando que no solo su barba sino tambien sus ropas se tiñeran del color de la sangre.
- Esto... no acaba aqui... ¡Malditos... cobardes! -la rabia que le invadia no era superior al dolor que debia estar sintiendo.- Quereis jugar sucio ... ¡Pues aqui teneis una sorpresa!
Sin previo aviso, un trabuco con la boca del tamaño de una campana de mano se deslizo desde el interior de su camisa y apunto en nuestra direccion. "Esto era lo que hacia, remoloneando en el suelo. ¡Estaba cargando ese bicho!". A una distancia de unos 4 metros aquella arma era una loteria, y podia ganar tanto como perder. Mi unica opcion era tratar de salir del radio lo antes posible, por lo que trate de saltar impulsado hacia adelante por el trozo de mesa que esta a nuestro lado.
¡¡PUMM!!
Uno de los perdigones me alcanzo de refilon en la pierna izquierda, pero esto no impidio que siguiera mi camino hasta que, al apoyar el pie, rodé como pude debido al dolor hasta llegar a un metro de distancia del enemigo, bastante exhausto por las heridas, apoye la pierna buena y me avalance con estilo digno de un espadachin de primera clase en cualquier cloaca de Loguetown para cortarle la mano. La idea era aprovechar esa abertura y, si habia suerte, atacariamos los dos juntos para acabar con la sangrienta batalla. Si por desgracia Kote habia muerto o habia sido incapacitado, no sabia si podria ganar en un uno contra uno, pero la ventaja numerica de extremidades estaria de su lado.
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