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Creado por Kindred Sáb Nov 26, 2016 11:00 am
Recuerdo del primer mensaje :
Reino de Briss, era la primera vez que Kindred pusiera un pie en aquel lugar, como siempre estaba muy curiosa, mientras los revolucionarios se hacian pasar por simples mercaderes, esta junto con Galahad ya habian salido hacia afuera y se encontraban andando por el puerto donde se llevaban todas las miradas, sobretodo su corpulento compañero de dos metros de alto del que la gente empezo a murmurrar y salir corriendo nada mas lo veia, Kindred por su parte estaba mirando un pequeño mapa que tenia sobre la ciudad para saber donde estaba situada la base de la marina - Galahad, debemos tomar estas calles, son las mas cercanas a la principal y por una de ellas se encuentra una de las entrada a la base de la que no deberiamos tener muchos problemas para entrar - Como siempre, estaba mas concentrada en la mision que en otro asunto asi que no se percato de que una niña la estaba señalando mientras le decia a su madre - Mira mama, es una ovejita, una ovejita - dijo inocentemente pero la Mink apreto el mapa con un gesto algo molesto mientras miraba a la niña que dio un paso hacia atras.
- ¿Porque todos me dicen lo mismo? Soy una oveja, no una ovejita o un cordero - solto un suspiro mientras seguia caminando por el puerto hasta llegar a una de las calles, Kindred habia guardado su mapa y olvidando las miradas curiosidad y extrañadas de los humanos, esta miraba todo aquello con curiosidad, tiendas, puestos, casas, todo le resultaba tan diferente en cada isla que se sorprendia cada vez que iba a algun lugar nuevo.
Reino de Briss, era la primera vez que Kindred pusiera un pie en aquel lugar, como siempre estaba muy curiosa, mientras los revolucionarios se hacian pasar por simples mercaderes, esta junto con Galahad ya habian salido hacia afuera y se encontraban andando por el puerto donde se llevaban todas las miradas, sobretodo su corpulento compañero de dos metros de alto del que la gente empezo a murmurrar y salir corriendo nada mas lo veia, Kindred por su parte estaba mirando un pequeño mapa que tenia sobre la ciudad para saber donde estaba situada la base de la marina - Galahad, debemos tomar estas calles, son las mas cercanas a la principal y por una de ellas se encuentra una de las entrada a la base de la que no deberiamos tener muchos problemas para entrar - Como siempre, estaba mas concentrada en la mision que en otro asunto asi que no se percato de que una niña la estaba señalando mientras le decia a su madre - Mira mama, es una ovejita, una ovejita - dijo inocentemente pero la Mink apreto el mapa con un gesto algo molesto mientras miraba a la niña que dio un paso hacia atras.
- ¿Porque todos me dicen lo mismo? Soy una oveja, no una ovejita o un cordero - solto un suspiro mientras seguia caminando por el puerto hasta llegar a una de las calles, Kindred habia guardado su mapa y olvidando las miradas curiosidad y extrañadas de los humanos, esta miraba todo aquello con curiosidad, tiendas, puestos, casas, todo le resultaba tan diferente en cada isla que se sorprendia cada vez que iba a algun lugar nuevo.
Kindred
Hoja de personaje
Nivel:
(5/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Kindred Vie Dic 02, 2016 7:23 am
Kindred siguio corriendo, no se detuvo cuando los revolucionarios prisioneros llegaron al barco sino que se detuvo cuando estuvo en el barco, saco su arco y flechas para prepararse a disparar, apuntando con un ojo guiñado para tener mejor puntaria y es que ahora le tocaba a la Mink Oveja cubrir a Galahad, desde la proa del barco volaron dos flechas que cortaron el aire, atravesando las piernas de dos marines con fusiles que cayeron al suelo adoloridos, con sangre empezando a manchar el suelo mientras se quejaban aunque el resto de marines con fusiles seguia en su posicion, ahora estaban indecisos sobre quien apuntar pues estaban siendo tambien atacados a distancia, esta vez por la Mink Oveja que ya estaba recargando su arco de nuevo para disparar, no solo estaba disparando la mink sino que varios disparos de mosquetes se escucharon desde el puerto, algunos de los revolucionarios habian tomado las armas para defender al Mink Lobo que era el unico que debia subir al barco pues este ya estaba empezando a moverse un poco.
- ¡Galahad, sube ya! - grito la Mink mientras disparaba otra flecha, impactando en uno de los marines con espadas que querian atacar la retaguardia del Lobo, dandole de lleno en la espalda mientras los demas defendian la retirada del revolucionario con disparos sin cesar para mantener a raya a los marines que parecian aumentar en numero. La Mink estaba preocupada de ver que recibia mas heridas aunque lo unico que podia hacer era apoyarlo desde la distancia con flechas que iban certeras a sus adversarios, no los mataba pero si los heria lo suficiente para que no pudieran tomar mas acciones peligrosas.
- ¡Galahad, sube ya! - grito la Mink mientras disparaba otra flecha, impactando en uno de los marines con espadas que querian atacar la retaguardia del Lobo, dandole de lleno en la espalda mientras los demas defendian la retirada del revolucionario con disparos sin cesar para mantener a raya a los marines que parecian aumentar en numero. La Mink estaba preocupada de ver que recibia mas heridas aunque lo unico que podia hacer era apoyarlo desde la distancia con flechas que iban certeras a sus adversarios, no los mataba pero si los heria lo suficiente para que no pudieran tomar mas acciones peligrosas.
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Creado por Galahad Bloodfang Sáb Dic 03, 2016 12:34 pm
Y cuando creía que ya todo estaba perdido y que sería atrapado por el pelotón de la marina que lo había rodeado la esperanza vino desde el cielo en forma de dos flechas. Dado que el lobo se mantuvo quieto no fue disparado, pues parecía que lo querían capturar vivo, provocando confusión en los marines. Algunos apuntaron al barco pero cuando lo hicieron fue demasiado tarde. Aquel barco estaba lleno de revolucionarios que solo tenían que apuntar armas por encima de la cubierta mientras zarpaban, dándole a Galahad una ventana de oportunidad para librarse de su condena. En cuanto la primera andanada de balas cayó y los hombres tuvieron que buscar refugio, el Mink aprovechó para salir corriendo en dirección contraria sobre sus cuatro patas temeroso de que alguna bala acabara directamente con su huída.
No podía subir al barco de un simple salto pues este estaba empezando a despegarse del muelle, por lo que necesitaba tomar altura. Saltó encima de un par de fardos de alguna mercancía y se subió en una grúa de las utilizadas para descargar las mercancías, separándose algunos metros del suelo. Fue en el punto más álgido en el que saltó, recorriendo la distancia que lo separaba y cayendo con brusquedad contra la madera de la cubierta, a salvo. Se apoyó sobre sus codos y rodillas dolorido mientras miraba a su alrededor y a cómo sus compañeros, tanto a los que había salvado como los que no, disparaban con sus armas para mantener a los marines alejados. —¡No os relajéis todavía! ¡El enemigo también tiene barcos!— les dijo, mas una voz le tranquilizó pues parecía que ya se había encargado de eso. —Tranquilo, Galahad. Nuestros compañeros revolucionados se han encargado de sabotear el timón de sus barcos, tardarán bastante en arreglarlos. Ve a descansar, se que parte de esa sangre es tuya.— mencionó. El barco se alejaba rápidamente de la isla, y si bien los hombres mantenían en guardia por lo que pudiera pasar estaban relativamente tranquilos. Levantándose adolorido se dirigió al interior del barco para lamerse las heridas, asegurándose antes con un rápido vistazo que la Oveja no tuviera ningún rasguño.
No podía subir al barco de un simple salto pues este estaba empezando a despegarse del muelle, por lo que necesitaba tomar altura. Saltó encima de un par de fardos de alguna mercancía y se subió en una grúa de las utilizadas para descargar las mercancías, separándose algunos metros del suelo. Fue en el punto más álgido en el que saltó, recorriendo la distancia que lo separaba y cayendo con brusquedad contra la madera de la cubierta, a salvo. Se apoyó sobre sus codos y rodillas dolorido mientras miraba a su alrededor y a cómo sus compañeros, tanto a los que había salvado como los que no, disparaban con sus armas para mantener a los marines alejados. —¡No os relajéis todavía! ¡El enemigo también tiene barcos!— les dijo, mas una voz le tranquilizó pues parecía que ya se había encargado de eso. —Tranquilo, Galahad. Nuestros compañeros revolucionados se han encargado de sabotear el timón de sus barcos, tardarán bastante en arreglarlos. Ve a descansar, se que parte de esa sangre es tuya.— mencionó. El barco se alejaba rápidamente de la isla, y si bien los hombres mantenían en guardia por lo que pudiera pasar estaban relativamente tranquilos. Levantándose adolorido se dirigió al interior del barco para lamerse las heridas, asegurándose antes con un rápido vistazo que la Oveja no tuviera ningún rasguño.
Galahad Bloodfang
Hoja de personaje
Nivel:
(5/100)
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