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Censo
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Creado por Ray Kazaragi Jue Ene 28, 2016 12:28 am
En la poco conocida Isla de Cardue realizando una misión junto a varios miembros de la Armada Revolucionaria Ray se encontraba confirmando el estado del antiguo generador de la isla con William como compañero, ambos se encontrón con una joven de cabellos violetas la cual daba la impresión que se trataba de alguien con una buena educación siendo caprichosa y acostumbrada a tener todo lo que quiere, a la otra persona con la cual se encontraron se trataba de un chico rubio el cual vieron solo por un instante al llegar al último donde se encontraba el generador. El pelirrojo ante la aparición de la chica y pensar de que se podría tratar de un miembro de la Marina se enojó bastante llegando a ser directo y agresivo en sus palabras, no le agradaba nadie que pudiera trabajar para el Gobierno Mundial lo que se notaría en sus palabras y en su actitud frente a ellos. Quizás por eso mismo fue que la dueña de aquel animal que se encontraba de su lado le lanzo un pañuelo tejido en blanca seda el cual tomo con su mano guardándolo en uno de sus bolsillos de su chaqueta sin tomarle mucha importancia antes de irse del lugar. Una vez en la base que monto el grupo de los revolucionarios lo vio con un poco más de atención notando unos detalles con hilo violeta formando un escudo el cual desconoce totalmente y las iniciales “A.B” en el pañuelo.
Dentro de Ray las palabras de la joven aún permanecían, quedando únicamente las que indicaba que alguien la había ayudado para llegar a la isla, como no había llegado con ellos se debía tratar de la Marina era quien tuvo que ayudarla para hacerlo. Como desconocía por completo el escudo que traía el pañuelo le pregunto a un miembro de la armada el cual se decía que era alguien bastante conocedor sobre diferentes temas, básicamente alguien que trabajaba como infiltrado reuniendo información sobre diferentes lugares o cosas. Ray le entrego el pañuelo para que pudiera observarlo con mayor cuidado, al cabo de unos minutos se lo vuelve a entregar con una mirada un poco seria — El escudo pertenece a una familia adinerada del Reino de Briss, las iniciales seguramente deben corresponder al nombre de una de las hijas —, aquella información era más de la que se esperaba así que le agradeció por el momento y cuando tuviera más tiempo lo ayudaría en lo que necesitara para devolverle el favor.
Para quitarse las dudas que poseía debía ir al Reino de Briss sin que la armada revolucionaria supiera porque iba ya que para ellos podría considerarse como algo sin mucha importancia, como le podían encargar alguna misión aviso que estaría por algunas semanas ausente tomando un descanso. Tomo un barco de la armada el cual tuviera como dirección el South Blue, mar donde se encontraba la isla a la cual debía ir, una vez dentro del Blue sería mucho más fácil poder llegar. El viaje duro unos días los cuales fueron repetitivos los cuales se los pasaba tomando alcohol aunque no llegaba al punto de estar ebrio, sabía perfectamente en el momento en el cual debía detenerse. Para su suerte el barco tuvo que hacer una parada de emergencia en el Reino al cual quería ir, así que aprovecho el momento para bajar del barco e ir en búsqueda de alguna casa muy grande o una mansión con el escudo que fuera igual al del pañuelo.
Las construcciones de la isla eran bastante similares una de la otra ocupando colores los cuales combinaran entre si formando algo agradable de ver a simple vista, sin embargo lo que más llamaba la atención era la gran cantidad de vegetación de la isla la cual iba desde arboles hasta arbustos por todos lados, como si en cada rincón de la isla hubiera algo de vegetación. Desde donde se encontraba cerca del puerto pudo notar que a lo lejos se encontraban unas casas más grande que el resto, por lo que camino en dirección hacia ellas. Luego de una caminata de unos cuarenta minutos llego a un camino el cual comenzaba con estas casas más grandes una al lado de la otra, desde la primera ya se encontraba con un escudo el cual era diferente al del pañuelo que sostenía en su mano, le costó encontrar el escudo que estaba buscando ya que algunos se parecían entre si hasta que lo logro acercándose a paso lento.
Dio dos golpes a la puerta los cuales se escuchaban desde afuera aunque se demoraron alrededor de un minuto para abrirla, quien la abrió no era la chica que había conocido en Cardue la cual seguramente debía estar dándole órdenes a alguien para cumplir uno de sus caprichosos, mostró el pañuelo por lo que la mujer que abrió la puerta lo dejo pasar sin problemas. El lugar era bastante grande con los espacios bien definidos adornados por diferentes muebles, sillas, entre otros objetos los cuales iba viendo con detalle hasta que algo conocido se fijó en sus ojos, sí, se trataba de la joven — Tiempo sin vernos —.
Dentro de Ray las palabras de la joven aún permanecían, quedando únicamente las que indicaba que alguien la había ayudado para llegar a la isla, como no había llegado con ellos se debía tratar de la Marina era quien tuvo que ayudarla para hacerlo. Como desconocía por completo el escudo que traía el pañuelo le pregunto a un miembro de la armada el cual se decía que era alguien bastante conocedor sobre diferentes temas, básicamente alguien que trabajaba como infiltrado reuniendo información sobre diferentes lugares o cosas. Ray le entrego el pañuelo para que pudiera observarlo con mayor cuidado, al cabo de unos minutos se lo vuelve a entregar con una mirada un poco seria — El escudo pertenece a una familia adinerada del Reino de Briss, las iniciales seguramente deben corresponder al nombre de una de las hijas —, aquella información era más de la que se esperaba así que le agradeció por el momento y cuando tuviera más tiempo lo ayudaría en lo que necesitara para devolverle el favor.
Para quitarse las dudas que poseía debía ir al Reino de Briss sin que la armada revolucionaria supiera porque iba ya que para ellos podría considerarse como algo sin mucha importancia, como le podían encargar alguna misión aviso que estaría por algunas semanas ausente tomando un descanso. Tomo un barco de la armada el cual tuviera como dirección el South Blue, mar donde se encontraba la isla a la cual debía ir, una vez dentro del Blue sería mucho más fácil poder llegar. El viaje duro unos días los cuales fueron repetitivos los cuales se los pasaba tomando alcohol aunque no llegaba al punto de estar ebrio, sabía perfectamente en el momento en el cual debía detenerse. Para su suerte el barco tuvo que hacer una parada de emergencia en el Reino al cual quería ir, así que aprovecho el momento para bajar del barco e ir en búsqueda de alguna casa muy grande o una mansión con el escudo que fuera igual al del pañuelo.
Las construcciones de la isla eran bastante similares una de la otra ocupando colores los cuales combinaran entre si formando algo agradable de ver a simple vista, sin embargo lo que más llamaba la atención era la gran cantidad de vegetación de la isla la cual iba desde arboles hasta arbustos por todos lados, como si en cada rincón de la isla hubiera algo de vegetación. Desde donde se encontraba cerca del puerto pudo notar que a lo lejos se encontraban unas casas más grande que el resto, por lo que camino en dirección hacia ellas. Luego de una caminata de unos cuarenta minutos llego a un camino el cual comenzaba con estas casas más grandes una al lado de la otra, desde la primera ya se encontraba con un escudo el cual era diferente al del pañuelo que sostenía en su mano, le costó encontrar el escudo que estaba buscando ya que algunos se parecían entre si hasta que lo logro acercándose a paso lento.
Dio dos golpes a la puerta los cuales se escuchaban desde afuera aunque se demoraron alrededor de un minuto para abrirla, quien la abrió no era la chica que había conocido en Cardue la cual seguramente debía estar dándole órdenes a alguien para cumplir uno de sus caprichosos, mostró el pañuelo por lo que la mujer que abrió la puerta lo dejo pasar sin problemas. El lugar era bastante grande con los espacios bien definidos adornados por diferentes muebles, sillas, entre otros objetos los cuales iba viendo con detalle hasta que algo conocido se fijó en sus ojos, sí, se trataba de la joven — Tiempo sin vernos —.
Ray Kazaragi
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Arabella Bennett Jue Ene 28, 2016 4:34 pm
¿Qué era lo que había pasado?.. Todos los hombres de la marina celebraban contentos por lo que fuera que hubiese corrido… Parecía que todos ahí habían cumplido lo que su trabajo les encomendaba, sin embargo la joven de violetas cabellos era la única que se sentía en total incomodad junto a todos ellos… No había sido capaz de cumplir su objetivo cualquiera que fuese pues por pare de Luxus ninguno celebraba nada y peor aún… Nadie seguía sin decirle nada en lo más mínimo. Eso le molestaban en parte pero comprendía en totalidad la situación, ella no era un soldado ni pertenecía a ninguna organización propia del gobierno mundial, por sobre muchas cosas ella estaba ahí por mero gusto y notable curiosidad, nadie estaba obligado a hacerse cargo de ella. Lo único que hizo fue entrar al cuarto que amablemente le habían asignado, junto con su amado Nova tenían que descansar, el viaje sería largo y para lo que podía apreciar algo aburrido… Quizá la vida de un Marine no era como ella lo imaginaba…
Después de unos cuantos días el barco por fin había llegado. Con el agradecimiento de quien fuese su chaperón en el viaje y algunas cuantas recomendaciones aquellos hombres y mujeres dejaron a la joven despidiéndose de ella. Con un suave movimiento de mano hizo lo mismo y con pasos cortos pero más a gusto ya en tierra comenzó a caminar hacia su hogar donde seguramente su familia la estaría esperando. Tardó unos cuantos minutos pero el llegar a su destino los valía, sin siquiera tocar la puerta entró a la casa y lo primero en hacer fue buscar a su padre y a su madre, pero no tardó mucho antes de que una de las señoras que ayudaban en casa le comentaran a la señorita que sus papás habían salido de viaje. Algo decepcionada y resignada entregó sus pertenencias para que por favor las llevaran y acomodaran en su respectivo cuarto y bodega, Arabella y su lince subieron por las escaleras dirigiéndose a la habitación, una buena ducha le esperaba.
Ya en la tina de baño había comenzado a dormitar… No había sido nada cómodo estar en aquel barco y mucho menos tratar de aguantar una cama bastante dura que ni pizca de delicadeza tenía para una dama como ella, en cuanto estuviese totalmente limpia dormiría y ni loca se levantaría. Pero todos sus planes habían sido truncados cuando escuchó la puerta del baño, la señora que se encargaba de ser portera había tocado un par de veces haciendo que Arabella abriese sus párpados para despertar un poco tras una pequeña siesta en la ducha, Nova por su parte sólo había levantado sus orejas sin ánimos de siquiera despertarse por ello. - Un joven ha traído su pañuelo, señorita. - - ¿Mi pañuelo?- - Sí, está abajo. Creo que es mejor que usted lo reciba, por su porte no creo que solo venga por eso, quizá vino a verla. - Aquellas palabras habían confundido totalmente a la de violáceos cabellos, saliendo de la tina y envolviéndose en la toalla secó totalmente su cuerpo y cabello tomando uno de los vestidos de seda que tenía para dormir sólo para tener algo puesto encima… Tenía tanto sueño que le daba igual si la veían como normalmente andaba o no, total, ni sabía de quien se trataba.
Tras dar la orden al lince de que la esperara salió sola y con cierta pereza comenzó a bajar por las escaleras dirigiéndose al recibidor. Desde donde se encontraba apenas si se apreciaba de quién se trataba, paso a paso una extraña sensación de incomodidad había recorrido la piel de la joven haciendo esta se erizara… Pero no fue hasta que llegó al final de las escaleras donde la sangre se le heló, un horrible calosfrío había recorrido su espalda y el habla se había trabado totalmente. Se aferró al arandal de las escaleras con su mano izquierda y tras tragar en seco trató de disimular su sorpresa más era totalmente imposible… - Tú.. - Susurró bajo. ¿Qué hacía él ahí?.. Lo peor es que estaba totalmente sola, si llamaba a Nova alertaría a las personas de la casa, si la veían nerviosa tratarían de echarlo y él podría lastimarlas ¿Qué podía hacer en ese instante?..
Dejó salir un suave jadeo haciendo sentir el nerviosismo de la joven y miró a todos lados para asegurarse de que estaban solos y nadie les miraría, molesta caminó hacia él y empuñando su mano derecha decidida se plantó frente a él. - Vete de mi casa. - Ordenó totalmente molesta retándole con la mirada. Abrió su mano y la levantó con toda la intención de darle una bofetada. - Trataste de lastimar a mi Nova… - Reclamó con tanto coraje que se le veía en la mirada. Pero ella sabía que ni estando en su hogar estaba segura.. Menos sola y peor aún, estaba tentando su suerte.
Después de unos cuantos días el barco por fin había llegado. Con el agradecimiento de quien fuese su chaperón en el viaje y algunas cuantas recomendaciones aquellos hombres y mujeres dejaron a la joven despidiéndose de ella. Con un suave movimiento de mano hizo lo mismo y con pasos cortos pero más a gusto ya en tierra comenzó a caminar hacia su hogar donde seguramente su familia la estaría esperando. Tardó unos cuantos minutos pero el llegar a su destino los valía, sin siquiera tocar la puerta entró a la casa y lo primero en hacer fue buscar a su padre y a su madre, pero no tardó mucho antes de que una de las señoras que ayudaban en casa le comentaran a la señorita que sus papás habían salido de viaje. Algo decepcionada y resignada entregó sus pertenencias para que por favor las llevaran y acomodaran en su respectivo cuarto y bodega, Arabella y su lince subieron por las escaleras dirigiéndose a la habitación, una buena ducha le esperaba.
Ya en la tina de baño había comenzado a dormitar… No había sido nada cómodo estar en aquel barco y mucho menos tratar de aguantar una cama bastante dura que ni pizca de delicadeza tenía para una dama como ella, en cuanto estuviese totalmente limpia dormiría y ni loca se levantaría. Pero todos sus planes habían sido truncados cuando escuchó la puerta del baño, la señora que se encargaba de ser portera había tocado un par de veces haciendo que Arabella abriese sus párpados para despertar un poco tras una pequeña siesta en la ducha, Nova por su parte sólo había levantado sus orejas sin ánimos de siquiera despertarse por ello. - Un joven ha traído su pañuelo, señorita. - - ¿Mi pañuelo?- - Sí, está abajo. Creo que es mejor que usted lo reciba, por su porte no creo que solo venga por eso, quizá vino a verla. - Aquellas palabras habían confundido totalmente a la de violáceos cabellos, saliendo de la tina y envolviéndose en la toalla secó totalmente su cuerpo y cabello tomando uno de los vestidos de seda que tenía para dormir sólo para tener algo puesto encima… Tenía tanto sueño que le daba igual si la veían como normalmente andaba o no, total, ni sabía de quien se trataba.
Tras dar la orden al lince de que la esperara salió sola y con cierta pereza comenzó a bajar por las escaleras dirigiéndose al recibidor. Desde donde se encontraba apenas si se apreciaba de quién se trataba, paso a paso una extraña sensación de incomodidad había recorrido la piel de la joven haciendo esta se erizara… Pero no fue hasta que llegó al final de las escaleras donde la sangre se le heló, un horrible calosfrío había recorrido su espalda y el habla se había trabado totalmente. Se aferró al arandal de las escaleras con su mano izquierda y tras tragar en seco trató de disimular su sorpresa más era totalmente imposible… - Tú.. - Susurró bajo. ¿Qué hacía él ahí?.. Lo peor es que estaba totalmente sola, si llamaba a Nova alertaría a las personas de la casa, si la veían nerviosa tratarían de echarlo y él podría lastimarlas ¿Qué podía hacer en ese instante?..
Dejó salir un suave jadeo haciendo sentir el nerviosismo de la joven y miró a todos lados para asegurarse de que estaban solos y nadie les miraría, molesta caminó hacia él y empuñando su mano derecha decidida se plantó frente a él. - Vete de mi casa. - Ordenó totalmente molesta retándole con la mirada. Abrió su mano y la levantó con toda la intención de darle una bofetada. - Trataste de lastimar a mi Nova… - Reclamó con tanto coraje que se le veía en la mirada. Pero ella sabía que ni estando en su hogar estaba segura.. Menos sola y peor aún, estaba tentando su suerte.
Arabella Bennett
Hoja de personaje
Nivel:
(8/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Ray Kazaragi Sáb Ene 30, 2016 1:20 am
La señora que le había abierto la puerta dejándolo pasar lo hizo esperar durante unos minutos mientras iba a buscar a la chica de cabellos violetas, para el revolucionaria era extraño que lo dejaran completamente solo en un lugar que visitaba por primera vez siendo que no lo conocían para nada, no es que fuera a robar o algo parecido, eso no era de su estilo sin embargo era extraño considerando que llevaba sus Katanas a simple vista. La impresión que tuvo cuando entro a la casa fue la de confirmar lo que había pensado en el camino hasta llegar al Reino de Briss, se trataba de una joven de bastante dinero por lo que el lugar donde viviera debería ser grande, bien amueblada y con personas que se encargaran de hacer las cosas mientras ella descansaba sin mayor preocupación por el mundo.
Pasaron los minutos en los que la señora que le abrió había vuelvo a decirle que la señorita se estaba preparando para recibirlo la cual se tomaba su tiempo para hacerlo. Se estaba aburriendo de esperar viendo como algunos trabajadores pasaban de un extremo a otro de la casa haciendo como si él no existiera, quizás tenían prohibido hablar con gente desconocida. Sin embargo un sonido proveniente de la escalera lo alerto desviando su mirada en esa dirección. Se trataba de ella la cual vestía diferente a la vez anterior, quizás un poco provocativa al vestir un simple vestido que podría ocupar para dormir, al verla no le paso nada solo quería seguir provocándola igual que en el generador. Se le notaba la sorpresa en su cara muy contrario a como se encontraba Ray que estaba relajado tanto que camino a un frutero sacando una manzana con su mano izquierda dándole un mordisco mientras ella bajaba la escalera.
Terminaba de comer los restos de manzana esperando que dijera algo, mirándola desde donde se encontraba con una sonrisa en su rostro — No me voy a ir de tu casa, acabo de llegar —, por la diferencia de estatura la miraba hacia abajo directamente a los ojos estando tranquilo. Ante la cachetada de la chica la detuvo con su mano izquierda antes de que pudiera golpearlo, la detuvo con cuidado se podría decir que hasta con delicadeza para que no le pasara nada a tan frágil mano, soltó su mano luego de parar el golpe. — No le hice nada a tu gato… — vio un poco detrás de ella buscando al gato el cual no se veía por ningún lado — Hablando de él ¿Dónde lo dejaste? —. Se veía enojado, se le notaba en los ojos sin embargo aquello no le preocupaba a Ray, estaba en ese lugar por otros motivos. Camino hasta uno de los sillones en el cual se sentó acomodándose apoyando su espalda en el respaldo quedando su torso desnudo el cual estaba debidamente marcado al descubierto — No te preocupes hoy no vine a tratar de lastima a nadie como acabas de decir —, se tomó su tiempo para seguir hablando — Vine a hablar contigo pero primero ¿Cómo te llamas? No puedo estar conversando con alguien si no conozco su nombre—
Pasaron los minutos en los que la señora que le abrió había vuelvo a decirle que la señorita se estaba preparando para recibirlo la cual se tomaba su tiempo para hacerlo. Se estaba aburriendo de esperar viendo como algunos trabajadores pasaban de un extremo a otro de la casa haciendo como si él no existiera, quizás tenían prohibido hablar con gente desconocida. Sin embargo un sonido proveniente de la escalera lo alerto desviando su mirada en esa dirección. Se trataba de ella la cual vestía diferente a la vez anterior, quizás un poco provocativa al vestir un simple vestido que podría ocupar para dormir, al verla no le paso nada solo quería seguir provocándola igual que en el generador. Se le notaba la sorpresa en su cara muy contrario a como se encontraba Ray que estaba relajado tanto que camino a un frutero sacando una manzana con su mano izquierda dándole un mordisco mientras ella bajaba la escalera.
Terminaba de comer los restos de manzana esperando que dijera algo, mirándola desde donde se encontraba con una sonrisa en su rostro — No me voy a ir de tu casa, acabo de llegar —, por la diferencia de estatura la miraba hacia abajo directamente a los ojos estando tranquilo. Ante la cachetada de la chica la detuvo con su mano izquierda antes de que pudiera golpearlo, la detuvo con cuidado se podría decir que hasta con delicadeza para que no le pasara nada a tan frágil mano, soltó su mano luego de parar el golpe. — No le hice nada a tu gato… — vio un poco detrás de ella buscando al gato el cual no se veía por ningún lado — Hablando de él ¿Dónde lo dejaste? —. Se veía enojado, se le notaba en los ojos sin embargo aquello no le preocupaba a Ray, estaba en ese lugar por otros motivos. Camino hasta uno de los sillones en el cual se sentó acomodándose apoyando su espalda en el respaldo quedando su torso desnudo el cual estaba debidamente marcado al descubierto — No te preocupes hoy no vine a tratar de lastima a nadie como acabas de decir —, se tomó su tiempo para seguir hablando — Vine a hablar contigo pero primero ¿Cómo te llamas? No puedo estar conversando con alguien si no conozco su nombre—
Ray Kazaragi
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Arabella Bennett Dom Ene 31, 2016 7:45 pm
Era bastante incómodo ver como aquel hombre de rojos cabellos comía una manzana que nadie le había ofrecido. No era que le molestara que tomara algo de comida pero era bastante descortés y hasta cierto punto la de cabellos violeta podía tomar eso como algo para intentar provocarla o molestarla. Y eso fue constatado apenas la negativa respuesta del contrario se hizo presente por viva voz. Una mueca de desagrade se hizo presente en la domadora y más al ver y sentir cómo con su “sucia” mano había osado tomar la propia que, aunque no había sido de manera brusca o con intención de lastimarla simplemente lo había hecho. Se le hizo notar el suave rubor en las mejillas pues, el tener contacto con un hombre ajeno a su familia era bastante extraño y más si este ante sus ojos y aquella cercanía ya bajo luz era… ¿Atractivo? Retiró rápidamente su mano y la llevó a su pecho tomándola con la libre, apretándola con cuidad mientras se le notaba un suave puchero en su rostro arrugando sus labios para no lanzar maldición alguna.
- ¿Gato? - Reclamó siguiéndole atenta con su mirada… Lo peor es que apenas se había percatado de que portaba su par de espadas a la cintura, tensándose un poco tragó en seco. - ¿Para qué quieres saber? No dejaré que lo lastimes… - Reclamó y caminó siguiéndose al parecer que pasaba de ella mas terminó sentándose en uno de los sofá que tenía la estancia cerca de la biblioteca de su padre. Sin embargo para su sorpresa y para el poco agrado de ella la posición que aquel hombre había tomado era tan… Tan… - Qué poco decente… - Chilldo en un suave gritillo bajo mientras cubrió su rostro inmediatamente ruborizándose por completo. - Cúbrete, si ven a un hombre semidesnudo sentado así frente a mi pensarán mal de mi, no tienes derecho a.. - Tartamudeaba totalmente nerviosa… Volteó a todos lados cuando escuchó una de las puertas del lugar abrirse pero la poca atención y sentir como el nerviosismo se la tragaba no pudo pensar bien en ese momento.
Hizo lo primero que se le vino a la cabeza en ese instante, corrió hacia él y lo tomó de la muñeca jalándolo para levantarlo y aunque con dificultar por el simple hecho de llevar a alguien más grande que ella por la fuerza ya daba cierto grado de complejidad. Abrió la biblioteca de su padre el cual tenía una pequeña salita del lado derecho y a la izquierda un largo escritorio propio de un estudio era lo primero a la vista antes de los grandes y llenos libreros. Una vez metiera al revolucionario tras ella cerró la puerta poniendo pasador a esta para que nadie entrara ¿La razón?.. Ni ella misma lo sabía, era tan imbécil que los nervios la traicionaban. - Tú… Tú… Pedazo de… - Giró y lo observó dándole golpecillos en el pecho con su puño derecho. Sus mejillas estaban tan rojas por el coraje y la vergüenza que era lo que más resaltaba en ese momento. - Es descortés pedir el nombre de alguien sin antes haber dado el tuyo antes, y lo peor de todo estás desnudo… ¡Desnudo! - Exageraba totalmente… Pero era de esperar más sin haber visto a un hombre en esas condiciones nunca. - ¿Qué demonios quieres? ¿Qué quieres? Dilo, anda, así te puedes ir de mi casa, tú.. Bruto poco decente exhibicionista. - Gruñía y renegaba a más no poder, de verdad él le ponía los nervios de punta.
- ¿Gato? - Reclamó siguiéndole atenta con su mirada… Lo peor es que apenas se había percatado de que portaba su par de espadas a la cintura, tensándose un poco tragó en seco. - ¿Para qué quieres saber? No dejaré que lo lastimes… - Reclamó y caminó siguiéndose al parecer que pasaba de ella mas terminó sentándose en uno de los sofá que tenía la estancia cerca de la biblioteca de su padre. Sin embargo para su sorpresa y para el poco agrado de ella la posición que aquel hombre había tomado era tan… Tan… - Qué poco decente… - Chilldo en un suave gritillo bajo mientras cubrió su rostro inmediatamente ruborizándose por completo. - Cúbrete, si ven a un hombre semidesnudo sentado así frente a mi pensarán mal de mi, no tienes derecho a.. - Tartamudeaba totalmente nerviosa… Volteó a todos lados cuando escuchó una de las puertas del lugar abrirse pero la poca atención y sentir como el nerviosismo se la tragaba no pudo pensar bien en ese momento.
Hizo lo primero que se le vino a la cabeza en ese instante, corrió hacia él y lo tomó de la muñeca jalándolo para levantarlo y aunque con dificultar por el simple hecho de llevar a alguien más grande que ella por la fuerza ya daba cierto grado de complejidad. Abrió la biblioteca de su padre el cual tenía una pequeña salita del lado derecho y a la izquierda un largo escritorio propio de un estudio era lo primero a la vista antes de los grandes y llenos libreros. Una vez metiera al revolucionario tras ella cerró la puerta poniendo pasador a esta para que nadie entrara ¿La razón?.. Ni ella misma lo sabía, era tan imbécil que los nervios la traicionaban. - Tú… Tú… Pedazo de… - Giró y lo observó dándole golpecillos en el pecho con su puño derecho. Sus mejillas estaban tan rojas por el coraje y la vergüenza que era lo que más resaltaba en ese momento. - Es descortés pedir el nombre de alguien sin antes haber dado el tuyo antes, y lo peor de todo estás desnudo… ¡Desnudo! - Exageraba totalmente… Pero era de esperar más sin haber visto a un hombre en esas condiciones nunca. - ¿Qué demonios quieres? ¿Qué quieres? Dilo, anda, así te puedes ir de mi casa, tú.. Bruto poco decente exhibicionista. - Gruñía y renegaba a más no poder, de verdad él le ponía los nervios de punta.
Arabella Bennett
Hoja de personaje
Nivel:
(8/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Ray Kazaragi Lun Feb 01, 2016 11:10 pm
Su mascota seguía sin verse por ningún lado, probablemente se encontraba en algún lugar de la casa comiendo o jugando con alguien que trabajara solo para entretenerlo cuando su dueña salía sin él — Ya te dije que hoy no vine con intenciones de lastimar a nadie ¿Acaso no escuchas lo que te dice el resto? —. El sofá en donde estaba sentado era bastante cómodo y suave, sin duda alguna debió costar una buena cantidad de dinero del cual su familia no tendría problema alguno como para comprarlo por cómo se veía amueblada la casa, desde donde estaba sentado a uno de sus lados podía notar llena de libreros. Ignoraba la razón por la cual lo estaba tratando de poco decente así que la ignoro como si no hubiera dicho nada, un chillido de su parte hizo que el pelirrojo la viera notándola un ruborizada ante que no llevara nada bajo su chaqueta, con eso tenía otra cosa más con la cual molestarla más adelante — No me voy a cubrir, me siento como así además que me molesta la ropa muy ajustada al cuerpo. No estoy así por ti — a pesar de que no tuviera que darle explicaciones lo termino haciendo igual, al parecer todo lo que sale de su burbuja es algo que la desconcierta.
Se escucharon los pasos de alguien más cerca de donde se encontraban, la chica de cabellos morados se colocó nerviosa corriendo hacia Ray tomándolo de la muñeca levantándolo hacia la biblioteca que pudo ver sentado en el sofá, ante esa situación se encontraba confuso al no entender porque estaba haciendo tal cosa, si los encontraban en esa sala a los dos solos con la puerta cerrada quien entrara podría pensar peor de la situación de si los encontraban conversando en la sala de estar como lo estaban haciendo — ¿Por qué hiciste eso o quieres pasar tiempo a solas entre los dos? —. Al entrar tan apresuradamente ambos quedaron cerca el uno del otro, sin embargo ella le daba espalda pero si dio vuelta quedando frente a frente comenzando a darle golpes en el pecho con una de sus delicadas manos, el espadachín con su mano izquierda levanta el mentón de la chica mirándola a los ojos, se podía notar algo de vergüenza en ellos — Mi nombre es Ray, ahora ¿Cuál es tú nombre? —. Con todo lo que había pasado se le olvido el hecho del porque se encontraba en ese lugar, se separó de ella apoyándose en el escritorio que estaba a unos metros de ellos — ¿Qué quiero? Es simple, quiero saber cómo fue que llegaste a la Isla de Cardue —. Le dio una mirada a la joven de violetas cabellos de pie a cabeza — No eres quien para decirme exhibicionista cuando me recibes vistiendo un vestido que podrías ocupar para dormir sin llevar nada debajo de el, además nos has metido en esta sala cerrando la puerta —
Se escucharon los pasos de alguien más cerca de donde se encontraban, la chica de cabellos morados se colocó nerviosa corriendo hacia Ray tomándolo de la muñeca levantándolo hacia la biblioteca que pudo ver sentado en el sofá, ante esa situación se encontraba confuso al no entender porque estaba haciendo tal cosa, si los encontraban en esa sala a los dos solos con la puerta cerrada quien entrara podría pensar peor de la situación de si los encontraban conversando en la sala de estar como lo estaban haciendo — ¿Por qué hiciste eso o quieres pasar tiempo a solas entre los dos? —. Al entrar tan apresuradamente ambos quedaron cerca el uno del otro, sin embargo ella le daba espalda pero si dio vuelta quedando frente a frente comenzando a darle golpes en el pecho con una de sus delicadas manos, el espadachín con su mano izquierda levanta el mentón de la chica mirándola a los ojos, se podía notar algo de vergüenza en ellos — Mi nombre es Ray, ahora ¿Cuál es tú nombre? —. Con todo lo que había pasado se le olvido el hecho del porque se encontraba en ese lugar, se separó de ella apoyándose en el escritorio que estaba a unos metros de ellos — ¿Qué quiero? Es simple, quiero saber cómo fue que llegaste a la Isla de Cardue —. Le dio una mirada a la joven de violetas cabellos de pie a cabeza — No eres quien para decirme exhibicionista cuando me recibes vistiendo un vestido que podrías ocupar para dormir sin llevar nada debajo de el, además nos has metido en esta sala cerrando la puerta —
Ray Kazaragi
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Arabella Bennett Vie Feb 05, 2016 1:17 am
Arrugó un poco la nariz tras escuchar las palabras del de cabellos de fuego. -¿Cómo que no piensas cubrirte?..- Cuestionó haciendo suave gala de un puchero inflando un poco los mofles, empuñando fuerte sus manos se le notó como los músculos de sus delgados brazos se habían tensado al grado de marcarse más. - Claro que no estoy diciendo que estés así para mi. No pienso verte, es más, te vez horrible ¿Crees que tus músculos bien marcados y torneados te hacen ver más atractivo? ¿¡Ah!? Claro, seguramente vas por la vida enseñando tus pectorales a cualquiera de las mujeres que van por ahí, caminando, para que dejen de reclamarte y claro, seguramente les dices lo mismo a todas “¿Quieres pasar tiempo a solas con los dos?” eres un tonto ligón que… - Balbuceaba y balbuceaba sin siquiera respirar pero de manera brusca cuando sintió aquella tosca mano tomar aquel fino mentón de la de cabellos violeta. Obligándola a levantar su rostro su mirada se posó en la del contrario abriendo más sus párpados dejando ver aquellos hermosos orbes de un intenso color amatista. Sus mejillas de manera instantánea volvieron a tomar aquel dulce color carmesí que bien marcado aquel rubor contrastaba con aquella tersa y pálida piel. Tragó en seco sintiendo cómo su corazón comenzaba a palpitar con cierta locura y un suave temblor recorrió cada parte de su cuerpo obligando que su piel se erizara… ¿Qué estaba pasando?..
- R-Ray… - Apenas si pudo balbucear en un suave hilo de voz el cual se cortó tras un suave jadeo sintiendo como aquel agarre había terminado, retrocediendo un paso quedando totalmente recargada en la puerta mientras le seguía con la mirada. - ¿C-Cardue?... Ah… - Se le notó en la manera de hablar como inmediatamente aquella forma de dirigirse a él había cambiado abruptamente. Nerviosa y con un suave tono bajo de voz se le notaba el nerviosismo. Tratando de recuperarse de aquel subidón de adrenalina por el que había pasado escuchó las últimas palabras dichas por él obligándola a rápidamente abrazar su pecho cerrando con fuerza sus ojos cubriéndose totalmente avergonzada. - P-Pervertido… - Reclamó rápidamente levantando nuevamente su mirada hacia él. - No pienso decirte qué era lo que estaba haciendo ahí, no es de tu incumbencia, Ray. - Mascullaba frunciendo el ceño. Abrazando más su pecho ladeó su rostro para no verlo más y juntó sus rodillas. - M-Me llamo Arabella… - Se presentó más a fuerza que de ganas viéndole por el rabadillo del ojo agachando un poco su cabeza. - ¿Qué eres?.. ¿Cómo me encontraste?.. - Cuestionó en un tenue susurro volviendo su mirada hacia él nuevamente. - ¿Qué hacías tú en la isla? ¿Quién era tu amigo el de los cabellos de piña? - Tenía y quería averiguar qué era lo que ellos hacían ahí, la curiosidad le podía. - Estás en mi casa, aquí mando yo, las preguntas las hago yo. - Recalcó tratando de parecer más ruda… cosa que obviamente no pasaba. - R-Responde o… O… - ¿Cómo podría amenazarlo? - Responde o gritaré diciendo que me estás lastimando. - ¿Sublime, no? La manera perfecta de acusar a un total extraño. Era una genio…
- R-Ray… - Apenas si pudo balbucear en un suave hilo de voz el cual se cortó tras un suave jadeo sintiendo como aquel agarre había terminado, retrocediendo un paso quedando totalmente recargada en la puerta mientras le seguía con la mirada. - ¿C-Cardue?... Ah… - Se le notó en la manera de hablar como inmediatamente aquella forma de dirigirse a él había cambiado abruptamente. Nerviosa y con un suave tono bajo de voz se le notaba el nerviosismo. Tratando de recuperarse de aquel subidón de adrenalina por el que había pasado escuchó las últimas palabras dichas por él obligándola a rápidamente abrazar su pecho cerrando con fuerza sus ojos cubriéndose totalmente avergonzada. - P-Pervertido… - Reclamó rápidamente levantando nuevamente su mirada hacia él. - No pienso decirte qué era lo que estaba haciendo ahí, no es de tu incumbencia, Ray. - Mascullaba frunciendo el ceño. Abrazando más su pecho ladeó su rostro para no verlo más y juntó sus rodillas. - M-Me llamo Arabella… - Se presentó más a fuerza que de ganas viéndole por el rabadillo del ojo agachando un poco su cabeza. - ¿Qué eres?.. ¿Cómo me encontraste?.. - Cuestionó en un tenue susurro volviendo su mirada hacia él nuevamente. - ¿Qué hacías tú en la isla? ¿Quién era tu amigo el de los cabellos de piña? - Tenía y quería averiguar qué era lo que ellos hacían ahí, la curiosidad le podía. - Estás en mi casa, aquí mando yo, las preguntas las hago yo. - Recalcó tratando de parecer más ruda… cosa que obviamente no pasaba. - R-Responde o… O… - ¿Cómo podría amenazarlo? - Responde o gritaré diciendo que me estás lastimando. - ¿Sublime, no? La manera perfecta de acusar a un total extraño. Era una genio…
Arabella Bennett
Hoja de personaje
Nivel:
(8/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Ray Kazaragi Sáb Feb 06, 2016 2:05 am
Las expresiones que realizaba aquella chica comenzaban a gustarle a Ray sobre todo cuando se molestaba por cosas que decía, al parecer no podía ocultar sus reacciones ante ellas ni se guardaba lo que quería decir, por su parte se encontraba algo tranquilo considerando las condiciones en las que se encontraba, encerrado en una habitación con la hija de una familia de millonarios, por lo que si alguien más lo veía sin entender la situación podría entrar en graves problemas. — No me voy a cubrir por más que te moleste, no estoy obligado a hacer lo que tú quieras como el resto de personas en la casa —, el resto de balbuceos no los termino de escuchar del todo o terminaría molesto cambiando de actitud a una más agresiva como si tuviera a un marine en frente, la razón por la cual vestía así estaba relacionado con el accidente que tuvo cuando pequeño dejándole una cicatriz en su espalda, el roce de la ropa con la marca en algunas ocasiones le molestaba y en otras sentía como la temperatura en esa zona aumentaba — No me importa si me miras o pienses que me veo más atractivo así, no es de tu incumbencia por qué visto así — sus palabras tenían un tono más fuerte que el anterior sin que estuviera gritando, solo hablo más fuerte que antes, si había algo que le molestara era que le recordaran sobre el pasado.
La chica de cabellos violetas apenas pudo decir el nombre del espadachín quien aún se encontraba apoyado sobre el escritorio que posiblemente fuera de su padre, ahora ella se encontraba apoyada contra la puerta. — Sí, en Cardue… —, el tono de voz en ella había cambiado luego de escuchar el nombre de la isla donde se conocieron, otra vez salió con que Ray era un pervertido siendo que en esa situación se podía ver que era distinto a como ella lo decía. Se rasco la cabeza con mano derecha desordenando aún más su cabello, al parecer no sería fácil que ella hablara y no quería recurrir a la fuerza o algo similar para que hablara, prefería que todo saliera de forma natural mientras hablaban — Si es de mi incumbencia que hacías en ella por algo te estoy preguntando si no me importara no me hubiera molestado en venir a verte —. Por fin dijo su nombre además de preguntarle algunas cosas, con su mano izquierda busco el pañuelo que ella mismo le había lanzado en la isla de Cardue mostrándoselo — ¿Cómo te encontré? Tú misma me lanzaste este pañuelo, con un escudo tan singular como este no fue difícil conseguir algo de información — guardo el pañuelo nuevamente en su chaqueta. Arabella lo volvió a ver nuevamente a los ojos — Si me respondes las preguntas que te haré encantado responderé las que me quieras hacer —. Es cierto que se encontraba en un territorio que desconocía pero aun así el que hacia las preguntas era el revolucionario, camino a donde se encontraba ella deteniéndose frente a ella apoyando la palma de la mano izquierda sobre el cuerpo mientras con su mirada buscaba la de ella — Sea tu casa o no, el que hace las preguntas soy yo por ahora —, una amenaza por extraña que fuera seguía siendo una amenaza aunque la que hizo ella tenía sus “puntos débiles” si se podía llamar así — Aunque grites diciendo que te estoy lastimando cualquiera que vea tu cuerpo se dará cuenta que ni siquiera te he tocado — espero unos segundos para seguir hablando — Además la que nos metió a este lugar has sido tú… Ahora dime que te encontrabas haciendo en esa isla —, esperaba alguna respuesta por más difícil que fuera de conseguir con ella.
La chica de cabellos violetas apenas pudo decir el nombre del espadachín quien aún se encontraba apoyado sobre el escritorio que posiblemente fuera de su padre, ahora ella se encontraba apoyada contra la puerta. — Sí, en Cardue… —, el tono de voz en ella había cambiado luego de escuchar el nombre de la isla donde se conocieron, otra vez salió con que Ray era un pervertido siendo que en esa situación se podía ver que era distinto a como ella lo decía. Se rasco la cabeza con mano derecha desordenando aún más su cabello, al parecer no sería fácil que ella hablara y no quería recurrir a la fuerza o algo similar para que hablara, prefería que todo saliera de forma natural mientras hablaban — Si es de mi incumbencia que hacías en ella por algo te estoy preguntando si no me importara no me hubiera molestado en venir a verte —. Por fin dijo su nombre además de preguntarle algunas cosas, con su mano izquierda busco el pañuelo que ella mismo le había lanzado en la isla de Cardue mostrándoselo — ¿Cómo te encontré? Tú misma me lanzaste este pañuelo, con un escudo tan singular como este no fue difícil conseguir algo de información — guardo el pañuelo nuevamente en su chaqueta. Arabella lo volvió a ver nuevamente a los ojos — Si me respondes las preguntas que te haré encantado responderé las que me quieras hacer —. Es cierto que se encontraba en un territorio que desconocía pero aun así el que hacia las preguntas era el revolucionario, camino a donde se encontraba ella deteniéndose frente a ella apoyando la palma de la mano izquierda sobre el cuerpo mientras con su mirada buscaba la de ella — Sea tu casa o no, el que hace las preguntas soy yo por ahora —, una amenaza por extraña que fuera seguía siendo una amenaza aunque la que hizo ella tenía sus “puntos débiles” si se podía llamar así — Aunque grites diciendo que te estoy lastimando cualquiera que vea tu cuerpo se dará cuenta que ni siquiera te he tocado — espero unos segundos para seguir hablando — Además la que nos metió a este lugar has sido tú… Ahora dime que te encontrabas haciendo en esa isla —, esperaba alguna respuesta por más difícil que fuera de conseguir con ella.
Ray Kazaragi
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Arabella Bennett Miér Feb 10, 2016 1:20 am
- Q-Quizá… Yo… - El corazón de la joven de violetas cabellos latía sin tregua alguna. ¿Qué era lo que este hombre quería? ¿De verdad sólo había venido de tan lejos para cuestionarla por lo que había pasado en ese lugar? Ella también tenía curiosidad.. Demasiada.. Quizá tanta como para hacer lo necesario y conseguir la información que ella buscaba desde el encuentro en ese lugar con aquel par de revolucionarios. Sin embargo había caído en cuenta… Ella misma se había echado la soga al cuello. - Jamás creí que fueses tan inteligente como para buscarme con un pañuelo… Ahora que lo dices… - Desvió su mirada apretando sus labios algo incómoda por la situación. - Ahora recuerdo qué fue lo que pasó con mi pañuelo… Creí que lo había perdido… - Susurró bajo y agachó un poco la cabeza tratando de ocultar su vergüenza por tal acto tan torpe. Pero la voz recia y firme del de cabellos rojizos no ayudaba en nada a que Arabella se sintiese tranquila , si no, todo lo contrario: El nerviosismo en ella había aumentado considerablemente, la mirada penetrante del contrario era difícil de encarar y pese a haber amenazado era más que obvio que ni loca podría cumplir aquello, menos por lo dicho por él… Era cierto… Ella prácticamente estaba encerrada con su vestido para dormir con nada encima y poco por debajo. Él tenía el pecho descubierto y si llegasen a ver aquella escena… A ella no le iría para nada bien.
Abrazó un poco más su pecho buscando cubrirse de la mirada del contrario, agachando su cabeza asintió ante lo que a su oído fueron órdenes y muy a su pesar tuvo que ceder un poco. - F-Fui acompañando a la marina… - Murmuró en un dulce tono de voz que apenas si era audible. - Tenía… Tenía que acompañar al marine rubio, no sé a qué o para qué… - Agregó levantando su rostro para poder tratar de verle a los ojos. - ¿Te gustan las mujeres como yo?.. - Cuestionó de tajo antes de tragar en seco. ¿Pero a qué venía esa pregunta? Fácil, si la respuesta era sí saldría corriendo de ese lugar, quizá era un maldito psicópata violado de hermosas doncellas de buena familia y podría evitarlo antes de que aquello sucediera. Si la respuesta era que no podría estar un poco más tranquila, sabría que no le pondría ninguna mano encima. - Tú.. ¿Qué hacías ahí? ¿Por qué estabas en ese lugar? Quizá… Quizá yo también tuve que ir ahí para hacer lo mismo… - Dedujo dando un par de pequeños paso acortando la distancia. Bajó sus brazos e infló un poco el pecho para tratar de verse un poco más imponente. Y aunque en el rostro se le notaban los nervios casi logro hacer que su pecho rozara con el ajeno buscando imponerse ante el contrario y conseguir las respuestas que estaba buscando. - Seguramente eres de los tipos malos que tanto hablaban en el barco. - Acotó frunciendo el ceño tratando de retarle con la mirada, subió una de sus manos tratando de hacer un agarre con algo de firmeza aquello que sobresalía por su pantalón, el mango de una de sus katana. - Quisiste lastimar a Nova. Eres un sucio revolucionario como ellos los nombraban. - agregó haciendo énfasis en sus palabras tal cual las había escuchado de los soldados con los que había navegado todo ese tiempo. - Responde. - Ordenó casi titubeante.
Abrazó un poco más su pecho buscando cubrirse de la mirada del contrario, agachando su cabeza asintió ante lo que a su oído fueron órdenes y muy a su pesar tuvo que ceder un poco. - F-Fui acompañando a la marina… - Murmuró en un dulce tono de voz que apenas si era audible. - Tenía… Tenía que acompañar al marine rubio, no sé a qué o para qué… - Agregó levantando su rostro para poder tratar de verle a los ojos. - ¿Te gustan las mujeres como yo?.. - Cuestionó de tajo antes de tragar en seco. ¿Pero a qué venía esa pregunta? Fácil, si la respuesta era sí saldría corriendo de ese lugar, quizá era un maldito psicópata violado de hermosas doncellas de buena familia y podría evitarlo antes de que aquello sucediera. Si la respuesta era que no podría estar un poco más tranquila, sabría que no le pondría ninguna mano encima. - Tú.. ¿Qué hacías ahí? ¿Por qué estabas en ese lugar? Quizá… Quizá yo también tuve que ir ahí para hacer lo mismo… - Dedujo dando un par de pequeños paso acortando la distancia. Bajó sus brazos e infló un poco el pecho para tratar de verse un poco más imponente. Y aunque en el rostro se le notaban los nervios casi logro hacer que su pecho rozara con el ajeno buscando imponerse ante el contrario y conseguir las respuestas que estaba buscando. - Seguramente eres de los tipos malos que tanto hablaban en el barco. - Acotó frunciendo el ceño tratando de retarle con la mirada, subió una de sus manos tratando de hacer un agarre con algo de firmeza aquello que sobresalía por su pantalón, el mango de una de sus katana. - Quisiste lastimar a Nova. Eres un sucio revolucionario como ellos los nombraban. - agregó haciendo énfasis en sus palabras tal cual las había escuchado de los soldados con los que había navegado todo ese tiempo. - Responde. - Ordenó casi titubeante.
Arabella Bennett
Hoja de personaje
Nivel:
(8/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Ray Kazaragi Vie Feb 12, 2016 2:19 am
Para obtener la respuesta que quería el pelirrojo tuvo que ir más directo en lo que le preguntaba a Arabella quien ya una vez había decidido en no responderle tratando de dar vuelta la situación en donde ella seria quien haría las preguntas. Lo que buscaba era simple, por qué a quien tenía frente a sus ojos había estado en la isla de Cardue, se lo pregunto una segunda vez y esta vez esperaba una respuesta. La chica de cabellos violetas agachaba su cabeza antes de hablar, las palabras que acababa de escuchar se repetían una y otra vez en su mente en cosa de segundos, la marina se encontraba entre una de ellas lo que podía significar que su adinerada familia apoye de alguna manera a quienes protegían al Gobierno Mundial — ¿Eres una Marine? —. La expresión de Ray había cambiado completamente a una mucho más seria, el solo pensar que ella podía ser un miembro de la marina lo colocaba algo tenso — Claro que no me gustas!! Eres una niñata consentida que obtiene todo lo que quiere gracias al dinero de sus padres —, en una situación distinta la respuesta y forma de responder del espadachín pudo haber sido distinto sin embargo la situación y palabras de ella no lo dejaban pensar bien.
Se debía tranquilizar a cómodo de lugar, alterarse en una situación así no era bueno sobre todo cuando estaba caminando hacia donde se encontraba ella, si retrocedía podía ser visto como un momento de flaqueza o algo similar así que siguió avanzando como si nada pasara — Lo que hacía yo en ese lugar era lo mismo que tú, ver si es que el generador seguía funcionando… — a pesar de querer responder un poco más lo podía delatar para quien era que trabajaba produciéndole más de un problema. La distancia entre los dos era poca reduciéndose aún más cuando Arabella se acercó inflando el pecho tratando de verse un poco más impotente o intimidante hasta el punto ambos pechos se rozaban pudiendo notar que efectivamente bajo su vestido no llevaba nada puesto — ¿Algún problema si pertenezco a los “tipos malos” de los que hablan en el barco? Las cosas no son solamente como te las pintan, la Marina también ha hecho cosas horribles pero bueno estoy seguro que no me creerías aunque te lo contara —. El contacto visual entre ambos era constante salvo cuando la chica miraba hacia otro lado casi como si estuviera retándose viendo cuál de los dos perdía primero, Arabella en un intento arriesgado intento tomar el mango de una de las Katanas del revolucionario el cual al detuvo tomando la mano con suficiente fuerza como para que dejara de moverla, esta vez no le importaba si le hacía daño o no — Yo que tú no trataría de tomar una de ellas, estoy seguro que con ella en las manos no sabrías que hacer… no te ves muy fuerte que digamos — el tono de sus palabras sobre todo al final era algo burlesco, hacerla enojar era algo que le gusta ver, — No, no pertenezco a los revolucionarios como tu estas llamando o un pirata aunque tampoco es que trabaje para la Marina o algo similar —. Le había respondido tal cual había prometido su parte de que estaba haciendo en aquel lugar aunque omitió un par de cosas y sobre pertenecer a los revolucionarios le mintió de lleno, no estaba obligado a responder con la verdad.
Se debía tranquilizar a cómodo de lugar, alterarse en una situación así no era bueno sobre todo cuando estaba caminando hacia donde se encontraba ella, si retrocedía podía ser visto como un momento de flaqueza o algo similar así que siguió avanzando como si nada pasara — Lo que hacía yo en ese lugar era lo mismo que tú, ver si es que el generador seguía funcionando… — a pesar de querer responder un poco más lo podía delatar para quien era que trabajaba produciéndole más de un problema. La distancia entre los dos era poca reduciéndose aún más cuando Arabella se acercó inflando el pecho tratando de verse un poco más impotente o intimidante hasta el punto ambos pechos se rozaban pudiendo notar que efectivamente bajo su vestido no llevaba nada puesto — ¿Algún problema si pertenezco a los “tipos malos” de los que hablan en el barco? Las cosas no son solamente como te las pintan, la Marina también ha hecho cosas horribles pero bueno estoy seguro que no me creerías aunque te lo contara —. El contacto visual entre ambos era constante salvo cuando la chica miraba hacia otro lado casi como si estuviera retándose viendo cuál de los dos perdía primero, Arabella en un intento arriesgado intento tomar el mango de una de las Katanas del revolucionario el cual al detuvo tomando la mano con suficiente fuerza como para que dejara de moverla, esta vez no le importaba si le hacía daño o no — Yo que tú no trataría de tomar una de ellas, estoy seguro que con ella en las manos no sabrías que hacer… no te ves muy fuerte que digamos — el tono de sus palabras sobre todo al final era algo burlesco, hacerla enojar era algo que le gusta ver, — No, no pertenezco a los revolucionarios como tu estas llamando o un pirata aunque tampoco es que trabaje para la Marina o algo similar —. Le había respondido tal cual había prometido su parte de que estaba haciendo en aquel lugar aunque omitió un par de cosas y sobre pertenecer a los revolucionarios le mintió de lleno, no estaba obligado a responder con la verdad.
Ray Kazaragi
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Arabella Bennett Vie Feb 12, 2016 10:50 pm
No podía… simplemente no podía describir el cómo aquella respuesta le había herido totalmente el orgullo… ¿No gustarle?.. Pero ella era bonita ¿No?.. Siempre le habían dicho aquello, no uno, ni dos, varios hombres a los cuales había rechazado sin más sólo por el mero gusto de escuchar cómo le adulaban. Sus labios se sellaron totalmente sin poder reclamar a aquello, sin poder pedir explicaciones y quizá aunque fuese tonto, no podía cuestionarlo… ¿Era gay?.. - Quizá no te gusto porque quien te acompañaba aquella vez era tu novio… - Susurró bajo, en un tenue hilo de voz esperando no ser escuchada ¿Por qué? Quizá aquello era demasiado, quizá se había propasado esta vez, quizá él no era el problema. La mirada se le iluminó apenas escuchó lo que decía. - ¿El generador?.. Claro, eso explicaría muchas cosas…- Susurró bajo par así misma. Las cosas ahí comenzaban a ponerse tensas y estando encerrada entre él y la puerta cerrada de sus espaldas no tenía lugar a dónde correr.
- No te atrevas a hablar así de la marina. Mi padre dice que son las personas más respetables, que son los que mantienen la paz. - Frunció el ceño respondiendo apenas al haber escuchado que el de cabellos rojizos les tachaba que a su poco conocimiento e ignorancia sobre el campo como los hombres más honorables que su mundo podía ofrecer. - Eres un ton.. - Cuando intentó tomar con fuerza el mango de aquella arma para así, poder sacarla y empuñarla había sido detenida de golpe por el contrario. Siendo tomada de la mano con tal firmeza que incluso la lastimó un poco. Su mano libre subió tomando la muñeca del contrario tratando de imitar el agarre que este ejercía mas era imposible.. Él era más fuerte que ella. -S-Suéltame… - Ordenó cerrando uno de sus párpados tirando un poco de su brazo obligándose a quedar totalmente recargada en la puerta encorvando un poco su cuerpo tras sentir un poco la fría madera rozar su cuerpo por sobre la tela. - Eso no me dice nada, absolutamente nada. Debes ser alguno de ellos para que estés en ese lugar, en cuanto nombré a la marina te molestaste y eso no cualquiera lo hace. - Dio un suave tirón a su brazo y bajó la mano que tenía en la muñeca ajena hacia el pecho de él para tratar de empujarle y apartarle. - Soy de la marina, no tienes derecho a tocarme así. - Mintió mientras le retaba con la mirada, sus manos temblaban al igual que su cuerpo mas su mirada trataba de ser firme aún siendo delatada por la misma. - Les llamaré, les llamaré a todos y te acusaré, diré que eres uno de los rebeldes aunque no sea cierto y tendrás que pagar por lo que me estás haciendo. - Mascullaba con toda la saña del mundo para que él la soltara y tuviese miedo. Buscó arañar el pecho ajeno y encajar sus uñas, era lo único que podía hacer ante su situación. - Vas a pagar, lo harás Ray. Y disfrutaré de verlo. - Estaba más que acorralada y el miedo la hacía decir tonterías.
- No te atrevas a hablar así de la marina. Mi padre dice que son las personas más respetables, que son los que mantienen la paz. - Frunció el ceño respondiendo apenas al haber escuchado que el de cabellos rojizos les tachaba que a su poco conocimiento e ignorancia sobre el campo como los hombres más honorables que su mundo podía ofrecer. - Eres un ton.. - Cuando intentó tomar con fuerza el mango de aquella arma para así, poder sacarla y empuñarla había sido detenida de golpe por el contrario. Siendo tomada de la mano con tal firmeza que incluso la lastimó un poco. Su mano libre subió tomando la muñeca del contrario tratando de imitar el agarre que este ejercía mas era imposible.. Él era más fuerte que ella. -S-Suéltame… - Ordenó cerrando uno de sus párpados tirando un poco de su brazo obligándose a quedar totalmente recargada en la puerta encorvando un poco su cuerpo tras sentir un poco la fría madera rozar su cuerpo por sobre la tela. - Eso no me dice nada, absolutamente nada. Debes ser alguno de ellos para que estés en ese lugar, en cuanto nombré a la marina te molestaste y eso no cualquiera lo hace. - Dio un suave tirón a su brazo y bajó la mano que tenía en la muñeca ajena hacia el pecho de él para tratar de empujarle y apartarle. - Soy de la marina, no tienes derecho a tocarme así. - Mintió mientras le retaba con la mirada, sus manos temblaban al igual que su cuerpo mas su mirada trataba de ser firme aún siendo delatada por la misma. - Les llamaré, les llamaré a todos y te acusaré, diré que eres uno de los rebeldes aunque no sea cierto y tendrás que pagar por lo que me estás haciendo. - Mascullaba con toda la saña del mundo para que él la soltara y tuviese miedo. Buscó arañar el pecho ajeno y encajar sus uñas, era lo único que podía hacer ante su situación. - Vas a pagar, lo harás Ray. Y disfrutaré de verlo. - Estaba más que acorralada y el miedo la hacía decir tonterías.
Arabella Bennett
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