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Creado por Maxwell MK-2 Dom Mar 13, 2016 8:26 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Los daños en el barco no habían sido demasiado extensos, no al menos al punto que no pudieran ser reparados. La especialidad de Maxwell no eran los barcos pero como ingeniero, estaba acostumbrado a tener que improvisar, y analizando las fallas, pudo con algunos retrasos de la madera en cubierta armar puentes y andamios con algunas barras de metal para que los soldados pudiesen moverse en cubierta. No se había comprometido la estabilidad sobre el agua, pero moverse en cubierta seria algo complicado, así que para evitar accidentes coloco avisos para que tuviesen cuidado al moverse. Con todo y las reparaciones improvisadas, el viaje hasta Shelltown parecía estar hasta cierto punto normal. Lo mismo no se podía decir de los marines, quienes algunos habían recibido daños bastante grandes, y las armas de la rubia no podían ser reparadas hasta llegar a la isla, el barco no tenia las herramientas necesarias para reparar al 100%. Dos de los marines estaban estabilizados en la cubierta inferior, habían recibido heridas bastante serias, la Gyojin también estaba herida pero al menos se mantenía consciente.
Tras uno varias horas navegando, entre las reparaciones y otros similares se atrasaba el regreso, lo primero que ocurre al bajar la rampa es una cantidad muy grande de soldados entrando y sacando a los heridos. La cantidad de gente con quemaduras y cortes había sido bastante grande, no solo por la pelea contra los reportados usuarios Zoan, sino también contra la tripulación pirata. Maxwell descendía bastante molesto al puerto, no había logrado cumplir el objetivo de la misión que era rescatar a los civiles. Los últimos en bajar de los heridos eran los piratas, que estaban encadenados de pies a cabeza, siendo bajados en camillas y trasladados a una instalación para ser procesados. Solamente tocaba esperar a que bajaran los últimos soldados, aquellos en estado grave que respondían a los nombres de Zed y Luxus, que deberían ser tratados con el debido equipo en la enfermería y las dos integrantes femeninas de la incursión, Arlene y Alexandra quienes parecían ser mas duras de matar que los dos hombres anteriormente mencionados.
Los daños en el barco no habían sido demasiado extensos, no al menos al punto que no pudieran ser reparados. La especialidad de Maxwell no eran los barcos pero como ingeniero, estaba acostumbrado a tener que improvisar, y analizando las fallas, pudo con algunos retrasos de la madera en cubierta armar puentes y andamios con algunas barras de metal para que los soldados pudiesen moverse en cubierta. No se había comprometido la estabilidad sobre el agua, pero moverse en cubierta seria algo complicado, así que para evitar accidentes coloco avisos para que tuviesen cuidado al moverse. Con todo y las reparaciones improvisadas, el viaje hasta Shelltown parecía estar hasta cierto punto normal. Lo mismo no se podía decir de los marines, quienes algunos habían recibido daños bastante grandes, y las armas de la rubia no podían ser reparadas hasta llegar a la isla, el barco no tenia las herramientas necesarias para reparar al 100%. Dos de los marines estaban estabilizados en la cubierta inferior, habían recibido heridas bastante serias, la Gyojin también estaba herida pero al menos se mantenía consciente.
Tras uno varias horas navegando, entre las reparaciones y otros similares se atrasaba el regreso, lo primero que ocurre al bajar la rampa es una cantidad muy grande de soldados entrando y sacando a los heridos. La cantidad de gente con quemaduras y cortes había sido bastante grande, no solo por la pelea contra los reportados usuarios Zoan, sino también contra la tripulación pirata. Maxwell descendía bastante molesto al puerto, no había logrado cumplir el objetivo de la misión que era rescatar a los civiles. Los últimos en bajar de los heridos eran los piratas, que estaban encadenados de pies a cabeza, siendo bajados en camillas y trasladados a una instalación para ser procesados. Solamente tocaba esperar a que bajaran los últimos soldados, aquellos en estado grave que respondían a los nombres de Zed y Luxus, que deberían ser tratados con el debido equipo en la enfermería y las dos integrantes femeninas de la incursión, Arlene y Alexandra quienes parecían ser mas duras de matar que los dos hombres anteriormente mencionados.
Maxwell MK-2
Hoja de personaje
Nivel:
(33/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Milla Maxwell Vie Mar 18, 2016 7:48 pm
La luz que portaba siempre se encontraría apagada, el brillo característico de la rubia había sido perdido en la batalla, o quizá, esto era un ritual tras cada combate ejercido por esta. Su mirada cambiaba de objetivo constantemente, aquel charco y su mano. El único movimiento que esta realizo con cara de rechazo fue el de sacudir su mano para tratar de quitar el "liquido" que tenía en ella, sin embargo, este se encontraba totalmente seco, impregnado en la mano de la fémina, tiñéndola de un carmesí bastante profundo el cual se mezclaba con la tonalidad de su piel. Por otra parte, sus compañeros parecían haberse retirado todos de la escena, fue así como esta decidió emprender su viaje para recluirse en el cuartel hasta que soliciten su presencia, la cual, con los destrozos que había realizado, seguramente sería de forma inmediata.
Su compañera y el rubio parecían entablar una charla un tanto amistosa, sin embargo, tras una carcajada y la llegada de una figura conocida para la fémina quedo completamente finalizada. Aquella rubia tenia una figura bastante familiar, en alguna isla la había visto, sin embargo, el hecho de haber entablado un combate hace horas y el cambio en su personalidad permanecía con un destrozo en sus memorias. Su cabello un tanto alborotado caía por el rostro, mientras que su andar con el puente acoplado parecía bastante siniestro y no aquella persona normal, una figura sombría era lo que una persona completamente normal podría ver en la fémina.
Su descenso del navío fue interrumpido por la rubia quien la observaría de forma dudosa, entregándole un papel, al parecer estas eran ordenes especificas para ella, algo que, realmente le daba curiosidad el quien era la contraría. Quizá era un simple espejismo ,un recuerdo vago de haberla encontrado. O aquellas ordenes no eran para ella, quizá esta solo se olvido del nombre de la rubia y no le dijo nada. Muchas posibilidades eran las que se barajaban, sin embargo, la rubia poco le importo, tomaría el papel con la misma actitud sombría que se había impregnado en ella y continuaría caminando, al parecer, la Gyojin se decidió a seguirla, siguiendo nuevamente con su antigua amenaza, algo a lo cual la Cyborg simplemente hizo caso omiso y continuó caminando rumbo al cuartel donde podría recomponerse y leer con atención dicha hoja de papel pero ahora con doble sombra, Arlene, quien la seguía pisando los talones de la tiradora.
Su compañera y el rubio parecían entablar una charla un tanto amistosa, sin embargo, tras una carcajada y la llegada de una figura conocida para la fémina quedo completamente finalizada. Aquella rubia tenia una figura bastante familiar, en alguna isla la había visto, sin embargo, el hecho de haber entablado un combate hace horas y el cambio en su personalidad permanecía con un destrozo en sus memorias. Su cabello un tanto alborotado caía por el rostro, mientras que su andar con el puente acoplado parecía bastante siniestro y no aquella persona normal, una figura sombría era lo que una persona completamente normal podría ver en la fémina.
Su descenso del navío fue interrumpido por la rubia quien la observaría de forma dudosa, entregándole un papel, al parecer estas eran ordenes especificas para ella, algo que, realmente le daba curiosidad el quien era la contraría. Quizá era un simple espejismo ,un recuerdo vago de haberla encontrado. O aquellas ordenes no eran para ella, quizá esta solo se olvido del nombre de la rubia y no le dijo nada. Muchas posibilidades eran las que se barajaban, sin embargo, la rubia poco le importo, tomaría el papel con la misma actitud sombría que se había impregnado en ella y continuaría caminando, al parecer, la Gyojin se decidió a seguirla, siguiendo nuevamente con su antigua amenaza, algo a lo cual la Cyborg simplemente hizo caso omiso y continuó caminando rumbo al cuartel donde podría recomponerse y leer con atención dicha hoja de papel pero ahora con doble sombra, Arlene, quien la seguía pisando los talones de la tiradora.
Milla Maxwell
Hoja de personaje
Nivel:
(26/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Mei Haiba Lun Mar 21, 2016 4:03 pm
El Sargento Mayor tomó el informe y lo leyó, momento que la rubia aprovechó para observar detenidamente los brazos mecánicos del susodicho. Hacía poco tiempo, justo antes de los incidentes de Cardue para ser exactos, había coincidido con otro ser similar de nombre impronunciable. En aquel entonces se habían visto envueltos en una pelea por la calles de Loguetown... una auténtica locura que en aquel entonces le parecía enormemente distante en el tiempo cuando la realidad era muy distinta. El rápido devenir de los acontecimientos era lo que se había encargado de que todo cambiara tan deprisa, Deka incluida. Poco quedaba de la joven que se había alistado a la Marina tiempo atrás en Baterilla.
Cuando el cyborg volvió a alzar la mirada, la Sargento centró de nuevo su atención en la conversación, dejando atrás cualquier peculiaridad física o recuerdo. Las palabras que pronunció estaban dentro del protocolo más estricto, refiriéndose a ella siempre con su título, no por el nombre, nunca abandonando el ámbito estrictamente profesional en el que estaban tratando. - Excelente, el Teniente estaba convencido de que colaboraría, seguro que se alegrará al saber que ha sido así. - la realidad era muy distinta, y es que al Teniente Hansen apenas tenía conocimiento de sus subordinados, especialmente de los de rango tan menor. Pero aquello no dejaba de ser una cordialidad compartida por todos y que no tenía ningún efecto negativo. - Me temo que voy a tener que denegarle esa información. Cómo le he dicho, sólo requiero de su discreción en lo que respecta a este asunto, nada más. - las palabras de la Sargento Kozlov, pese a su vocabulario y tono sumamente cordial sonaron secas y, hasta cierto punto, hirientes, castigando el pequeño paso en falso dado por su interlocutor, que había recibido un pequeño castigo verbal por ello.
Sus ojos captaron, a la lejanía, una imagen que llevaba esperando desde un primer momento. Cerca de la rampa de desembarco uno de los reclutas que habían venido al puerto con ella le hacía una señal con la mano. Un gesto con el que le indicaba que ya había transmitido los mensajes que la Sargento Mayor le había ordenado. Siendo ese el caso, ya no le queda nada más que hacer allí. - Que tenga un buen día, Sargento Mayor Maxwell. - la joven se despidió de bote pronto, haciendo una leve inclinación con la cabeza y alzando levemente la gorra. - Espero que nuestros caminos vuelvan a cruzarse en un futuro. - Sin perder ni un sólo segundo, sus largos pasos emprendieron el camino hacia el cuartel de la isla, dónde se reuniría con quien verdaderamente le interesaba, dando por iniciada su pequeña investigación.
Cuando el cyborg volvió a alzar la mirada, la Sargento centró de nuevo su atención en la conversación, dejando atrás cualquier peculiaridad física o recuerdo. Las palabras que pronunció estaban dentro del protocolo más estricto, refiriéndose a ella siempre con su título, no por el nombre, nunca abandonando el ámbito estrictamente profesional en el que estaban tratando. - Excelente, el Teniente estaba convencido de que colaboraría, seguro que se alegrará al saber que ha sido así. - la realidad era muy distinta, y es que al Teniente Hansen apenas tenía conocimiento de sus subordinados, especialmente de los de rango tan menor. Pero aquello no dejaba de ser una cordialidad compartida por todos y que no tenía ningún efecto negativo. - Me temo que voy a tener que denegarle esa información. Cómo le he dicho, sólo requiero de su discreción en lo que respecta a este asunto, nada más. - las palabras de la Sargento Kozlov, pese a su vocabulario y tono sumamente cordial sonaron secas y, hasta cierto punto, hirientes, castigando el pequeño paso en falso dado por su interlocutor, que había recibido un pequeño castigo verbal por ello.
Sus ojos captaron, a la lejanía, una imagen que llevaba esperando desde un primer momento. Cerca de la rampa de desembarco uno de los reclutas que habían venido al puerto con ella le hacía una señal con la mano. Un gesto con el que le indicaba que ya había transmitido los mensajes que la Sargento Mayor le había ordenado. Siendo ese el caso, ya no le queda nada más que hacer allí. - Que tenga un buen día, Sargento Mayor Maxwell. - la joven se despidió de bote pronto, haciendo una leve inclinación con la cabeza y alzando levemente la gorra. - Espero que nuestros caminos vuelvan a cruzarse en un futuro. - Sin perder ni un sólo segundo, sus largos pasos emprendieron el camino hacia el cuartel de la isla, dónde se reuniría con quien verdaderamente le interesaba, dando por iniciada su pequeña investigación.
Mei Haiba
Hoja de personaje
Nivel:
(41/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
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