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Creado por Elizabeth Hitze Miér Jun 15, 2016 5:43 pm
Tres largos meses habían pasado ya desde que todos habían terminado por formar lo que para Eli sería más que su familia. La joven de cabellos plateados bien vestida con su falda, botas hasta más arriba de las rodillas, camisa blanca con su corsé y saco propio que tanto le caracterizaba de ese azul tan intenso observaba atenta el periódico que en sus manos parecía ya algo maltratado. De su bolsillo derecho sacó el reloj de cadena que tanto cuidaba, revisando atenta la hora sólo escuchaba los pasos en la madera de aquel hermoso barco que tanto cuidaba, las voces de los tripulantes la mantenían hasta cierto punto tranquila más las ansias de llegar a tierra ya parecía que se la carcomía por dentro. Dando la orden para no llegar directamente al puerto un pequeño camino que ella misma creó los hizo llegar hacia el borde de una playa perfectamente escondida, apenas si se bajó el ancla y dejó todo listo para bajar a tierra guardó el periódico entre sus ropas y en el bolsillo interno de su abrigo llevaba lo que sería su referencia a seguir desde ese punto.
- Bien, yos que no tengan den den mushi dejé unos sobre el comedor, tomen el que más les guste, los quiero a todos bien comunicados desde este punto. -Ordenó tomando sus armas las cuales guardó en su cuerpo como es costumbre así como tomar la más grande de sus espadas. - tienen que ser lo más discretos posibles sobre qué haremos y sobre todo no llamar mucho la atención. - Explicándoles estando de pie ante ellos su semblante serio pero tranquilo no parecía flaquear. - Si nos llegamos a separar y no encontramos nada, éste será nuestro punto de encuentro, si tenemos tiempo de sobra podremos comprar provisiones y, sobre todo… - Giró su vista a Sho entrecerrando su mirada - Nada de peleas innecesarias ni intentos suicidas ¿Entendido? - Regañándole metió su mano al bolsillo sacando de este una fotografía la cual entregó al más cercano de los tripulantes para que la observaran uno por uno. - Sé que tienen demasiada buena memoria… No pierdan detalle de nada. - Murmuró como si de un secreto se tratara. - Yo… - Bajó un poco la mirada mientras ataba bien la manga de su abrigo. - Em.. - Sí.. Le costaba un poco decirlo… Por ello terminó quedándose en silencio y con vergüenza agachando su cabeza para que no la viesen a los ojos. - Comiencen a caminar que.. el tiempo.. No nos permite distraernos. - Agregó comenzando a caminar encabezando a los demás esperando una vez terminaran de ver la fotografía se la entregaran a la albina.
- Bien, yos que no tengan den den mushi dejé unos sobre el comedor, tomen el que más les guste, los quiero a todos bien comunicados desde este punto. -Ordenó tomando sus armas las cuales guardó en su cuerpo como es costumbre así como tomar la más grande de sus espadas. - tienen que ser lo más discretos posibles sobre qué haremos y sobre todo no llamar mucho la atención. - Explicándoles estando de pie ante ellos su semblante serio pero tranquilo no parecía flaquear. - Si nos llegamos a separar y no encontramos nada, éste será nuestro punto de encuentro, si tenemos tiempo de sobra podremos comprar provisiones y, sobre todo… - Giró su vista a Sho entrecerrando su mirada - Nada de peleas innecesarias ni intentos suicidas ¿Entendido? - Regañándole metió su mano al bolsillo sacando de este una fotografía la cual entregó al más cercano de los tripulantes para que la observaran uno por uno. - Sé que tienen demasiada buena memoria… No pierdan detalle de nada. - Murmuró como si de un secreto se tratara. - Yo… - Bajó un poco la mirada mientras ataba bien la manga de su abrigo. - Em.. - Sí.. Le costaba un poco decirlo… Por ello terminó quedándose en silencio y con vergüenza agachando su cabeza para que no la viesen a los ojos. - Comiencen a caminar que.. el tiempo.. No nos permite distraernos. - Agregó comenzando a caminar encabezando a los demás esperando una vez terminaran de ver la fotografía se la entregaran a la albina.
- Reglas:
-Se tienen 3 días para postear todos los integrantes
-Una vez establecido el orden se seguirá el mismo en los post siguientes hasta que se decida lo contrario
-Se aplicará el salto de turno cada 24 horas
Elizabeth Hitze
Hoja de personaje
Nivel:
(26/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 | 1 |
Creado por Jack Lewis Miér Jun 15, 2016 9:09 pm
Tres meses habían pasado desde que el espía se había encontrado con aquellas personas durante uno de sus trabajos, eran un grupo bastante revoltoso y colorido pero aquello realmente no era algo que le importara pero por lo visto Sarkan, en su conocimiento divino y absoluto, veía aquello como una oportunidad para que Jack comprendiera un poco lo que era la camaradería y el trabajo en equipo. Hablando esto último, la capitana tenía algunas ideas y puede que le diera la posibilidad de poner esto en práctica aunque para hacerlo debería cambiar un poco su aspecto dado que por su aspecto puede que resaltara mucho.
Faltaba poco para que tocaran tierra así que aprovecharía el tiempo que tenía para comenzar a trabajar en su aspecto sin que nadie lo viera y nadie comprendiera como sucedía todo el proceso de formación de una personalidad. Primero a lo primero debía de cambiar su aspecto, según las palabras de Sarkan, y para ello tomo su maleta y la coloco encima de una pequeña mesa que poseía en aquel camarote de pequeñas dimensiones. Abriéndola dejo a la vista una serie de ropas, frascos y cajitas que estaban acomodadas de manera precisa una tras otra, estas estaban si etiquetar al igual que los frascos pero Jack conocía muy bien que tenía cada una y selecciono dos en especial. En primer lugar tomo el frasco y agito por unos segundos el contenido antes comenzar a aplicárselo en su singular cabello violeta que lo volvía alguien muy fácil de resaltar entre otras personas. Mientras el tónico hacia su efecto abrió la caja más pequeña y tomo una de las dos lentillas entre sus dedos para colocarla en su ojo derecho y luego repetir el mismo proceso con el ojo izquierdo. Comprobó su reloj por unos momentos y verifico tener todavía tiempo como para poder cambiar sus ropas.
-¡Hola compañeros!- Expreso con mucho ánimos mientras salía debajo cubierta completamente irreconocible para sus compañeros. El cabello que anteriormente era morado había sido remplazado por un brillante color pelirrojo, sus ojos comúnmente cubiertos por las gafas se encontraban ahora libre de ella y dejaba a la vista dos grandes ojos color naranja. Sin embargo el cambio más grande se hallaba en su expresión iluminada por una enorme sonrisa y una mirada cálida y confortable- Espero no haber llegado tarde para la reunión- Apoyando su peso sobre su típico bastón se puso a escuchar la palabra de su capitana que con su labia y apariencia lograba que sus ojos no se fijaran en nada mas- El pequeño tendrá varios problemas de identidad al ser mío- Una risa escapo de entre sus labios mientras seleccionaba uno de los caracoles que estaban sobre la mesa y volvía nuevamente a su posición. Este permanecería callado hasta que llegara la foto y grabara en su mente, después de todo era la misma de siempre aun que estuviera actuando como otra persona, el rostro de aquel sujeto- Como ordene- Aunque fuera otra persona en aquel momento había cosas tan básicas en su mente que no podía evitar y una de ellas era obedecer cualquiera orden que cualquier persona le encargara, siempre y cuando Sarkan estuviera de acuerdo- ¡Espérame Eliz!- Grito al ver que su capitana comenzaba a marcharse. Trotando no tardo en alcanzarla y colocarse a su lado con una enorme sonrisa en el rostro- ¿Podríamos ir a tomar algo mientras paseamos por el pueblo? ¡Yo invito!-.
Faltaba poco para que tocaran tierra así que aprovecharía el tiempo que tenía para comenzar a trabajar en su aspecto sin que nadie lo viera y nadie comprendiera como sucedía todo el proceso de formación de una personalidad. Primero a lo primero debía de cambiar su aspecto, según las palabras de Sarkan, y para ello tomo su maleta y la coloco encima de una pequeña mesa que poseía en aquel camarote de pequeñas dimensiones. Abriéndola dejo a la vista una serie de ropas, frascos y cajitas que estaban acomodadas de manera precisa una tras otra, estas estaban si etiquetar al igual que los frascos pero Jack conocía muy bien que tenía cada una y selecciono dos en especial. En primer lugar tomo el frasco y agito por unos segundos el contenido antes comenzar a aplicárselo en su singular cabello violeta que lo volvía alguien muy fácil de resaltar entre otras personas. Mientras el tónico hacia su efecto abrió la caja más pequeña y tomo una de las dos lentillas entre sus dedos para colocarla en su ojo derecho y luego repetir el mismo proceso con el ojo izquierdo. Comprobó su reloj por unos momentos y verifico tener todavía tiempo como para poder cambiar sus ropas.
-¡Hola compañeros!- Expreso con mucho ánimos mientras salía debajo cubierta completamente irreconocible para sus compañeros. El cabello que anteriormente era morado había sido remplazado por un brillante color pelirrojo, sus ojos comúnmente cubiertos por las gafas se encontraban ahora libre de ella y dejaba a la vista dos grandes ojos color naranja. Sin embargo el cambio más grande se hallaba en su expresión iluminada por una enorme sonrisa y una mirada cálida y confortable- Espero no haber llegado tarde para la reunión- Apoyando su peso sobre su típico bastón se puso a escuchar la palabra de su capitana que con su labia y apariencia lograba que sus ojos no se fijaran en nada mas- El pequeño tendrá varios problemas de identidad al ser mío- Una risa escapo de entre sus labios mientras seleccionaba uno de los caracoles que estaban sobre la mesa y volvía nuevamente a su posición. Este permanecería callado hasta que llegara la foto y grabara en su mente, después de todo era la misma de siempre aun que estuviera actuando como otra persona, el rostro de aquel sujeto- Como ordene- Aunque fuera otra persona en aquel momento había cosas tan básicas en su mente que no podía evitar y una de ellas era obedecer cualquiera orden que cualquier persona le encargara, siempre y cuando Sarkan estuviera de acuerdo- ¡Espérame Eliz!- Grito al ver que su capitana comenzaba a marcharse. Trotando no tardo en alcanzarla y colocarse a su lado con una enorme sonrisa en el rostro- ¿Podríamos ir a tomar algo mientras paseamos por el pueblo? ¡Yo invito!-.
Jack Lewis
Hoja de personaje
Nivel:
(6/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Saytan Wingtribe Miér Jun 15, 2016 9:21 pm
~ Tres meses... tres meses... tres meses... lalala ~ Tangela bailaba en la cubierta del barco de la tripulación Tidehunters, y repetía la cantidad de tiempo que había transcurrido desde que culminó la guerra en el Reino de Goa. Saytan estaba recostado sobre un barandal y su rostro era de pocos amigos, ya que su hermanita estaba peculiarmente fastidiosa para ese día. ~ Ya cállate pequeña demonio... estás muy insoportable el día de hoy ~ Tangela le ignoraba y seguía bailando y saltando.
El barco había anclado ya y la Capitán hizo acto de presencia. Tangela vio lo que pasaba y tomó a Saya por las manos, quien estaba dibujando algo sentada en el suelo. ~ Ven Saya-chan, la capitán de nuestro hermano está aquí ~ La arrastró, con una enorme sonrisa, mientras que la otra no sentía ni una pizca de emoción, al contrario, se veía irritada por haber sido interrumpida. Ambas tomaron asiento y esperaron a que varios de los miembros se acercaran o estuvieran a una distancia perfecta, sin embargo, la presencia de Jack Lewis fue la más notoria. Con un enorme "Hola", fue suficiente para que el pelinegro le respondiera con otro saludo. Tangela apreció al Nakama de la tripulación y soltó muchas carcajadas, incluso tuvo que colocar ambas manos sobre su boca para aguantar esa sensación. ~ Jack... jack... se ... se ve... ~ Las carcajadas interrumpían lo que trataba de decir, pero logró completar su frase ~ ... se ve especialmente gracioso hoy con ese cambio de look. ~ La hermana mayor simplemente le dio un golpecito en su cabeza para para que dejara de burlarse y acotó muy tranquilamente ~ A mi parecer, se ve muy atractivo... ~ Sin más, la albina comenzó sus órdenes, obligando a ambas niñas hacer silencio.
Saya y Tangela asentían a lo que la hermosa mujer comandaba y la más pequeña repetía sus palabras ~ Discreción... buscar... provisiones... Den den Mushi... comunicados... punto de encuentro... Sho el suicida ~ Y se echó a reír ante el comentario que arrojó con respecto al pelirrojo. Saya miró a un lado y la agarró por los pelos para sentarla como dios mandaba. ~ Quédate quieta, esto es serio ~ Tangela asintió, acomodándose los cabellos.
La Capitán comenzó a pasar una fotografía que fue pasando de mano en mano por cada miembro de la tripulación. Llegó a las manos de Saytan. Tangela, como suele ser, se paró enérgica del suelo y corrió hacia su hermano para quitársela de las manos ~ ! Dejame verla, quiero ver ... muéstrame ! ~ En ese momento comenzó un forcejeo muy infantil entre la pequeña niña y el Pirata, quien le tomaba del rostro y la empujaba, pero ella se aferraba muy fuertemente a las vestimentas del chico. ~ Espera, deja de... deja.. de joder, ya te muestro ~ Lo decía con un tono de desesperación, esperando que nadie de la tripu le apreciara haciendo ese espectáculo. Pero la verdad, es que para ellos solo sería ver a un loco moviéndose solo y hablandole al aire.
Saya agarró a su hermana y le pidió que se calmara. El pelinegro bajó la foto a la altura de sus pequeñas hermanitas y entre los 3 apreciaron la imagen. Memorizaron y la volvieron a entregar al próximo miembro faltante. La Albina culminó con todo, recibiendo la foto y comenzando a bajar del barco hacia la playa. Saytan recordó que tenía en su posesión un Den Den Mushi y ya estaba listo para desembarcar. ~ Saya... Tangela, conozcamos un poco Toroa, ¿de acuerdo? ~ Ellas asintieron y tomaron la mano de su hermano mayor, y juntos fueron detrás de la Albina.
El barco había anclado ya y la Capitán hizo acto de presencia. Tangela vio lo que pasaba y tomó a Saya por las manos, quien estaba dibujando algo sentada en el suelo. ~ Ven Saya-chan, la capitán de nuestro hermano está aquí ~ La arrastró, con una enorme sonrisa, mientras que la otra no sentía ni una pizca de emoción, al contrario, se veía irritada por haber sido interrumpida. Ambas tomaron asiento y esperaron a que varios de los miembros se acercaran o estuvieran a una distancia perfecta, sin embargo, la presencia de Jack Lewis fue la más notoria. Con un enorme "Hola", fue suficiente para que el pelinegro le respondiera con otro saludo. Tangela apreció al Nakama de la tripulación y soltó muchas carcajadas, incluso tuvo que colocar ambas manos sobre su boca para aguantar esa sensación. ~ Jack... jack... se ... se ve... ~ Las carcajadas interrumpían lo que trataba de decir, pero logró completar su frase ~ ... se ve especialmente gracioso hoy con ese cambio de look. ~ La hermana mayor simplemente le dio un golpecito en su cabeza para para que dejara de burlarse y acotó muy tranquilamente ~ A mi parecer, se ve muy atractivo... ~ Sin más, la albina comenzó sus órdenes, obligando a ambas niñas hacer silencio.
Saya y Tangela asentían a lo que la hermosa mujer comandaba y la más pequeña repetía sus palabras ~ Discreción... buscar... provisiones... Den den Mushi... comunicados... punto de encuentro... Sho el suicida ~ Y se echó a reír ante el comentario que arrojó con respecto al pelirrojo. Saya miró a un lado y la agarró por los pelos para sentarla como dios mandaba. ~ Quédate quieta, esto es serio ~ Tangela asintió, acomodándose los cabellos.
La Capitán comenzó a pasar una fotografía que fue pasando de mano en mano por cada miembro de la tripulación. Llegó a las manos de Saytan. Tangela, como suele ser, se paró enérgica del suelo y corrió hacia su hermano para quitársela de las manos ~ ! Dejame verla, quiero ver ... muéstrame ! ~ En ese momento comenzó un forcejeo muy infantil entre la pequeña niña y el Pirata, quien le tomaba del rostro y la empujaba, pero ella se aferraba muy fuertemente a las vestimentas del chico. ~ Espera, deja de... deja.. de joder, ya te muestro ~ Lo decía con un tono de desesperación, esperando que nadie de la tripu le apreciara haciendo ese espectáculo. Pero la verdad, es que para ellos solo sería ver a un loco moviéndose solo y hablandole al aire.
Saya agarró a su hermana y le pidió que se calmara. El pelinegro bajó la foto a la altura de sus pequeñas hermanitas y entre los 3 apreciaron la imagen. Memorizaron y la volvieron a entregar al próximo miembro faltante. La Albina culminó con todo, recibiendo la foto y comenzando a bajar del barco hacia la playa. Saytan recordó que tenía en su posesión un Den Den Mushi y ya estaba listo para desembarcar. ~ Saya... Tangela, conozcamos un poco Toroa, ¿de acuerdo? ~ Ellas asintieron y tomaron la mano de su hermano mayor, y juntos fueron detrás de la Albina.
- Spoiler:
Está demás decir que esos diálogos son alucinaciones de Saytan con sus dos hermanitas. Movimientos, acciones y charlas que haga Saytan con ellas, pues... ustedes las verán como si Saytan las hiciera solo. Está mal de la cabeza (?) XD
Saytan Wingtribe
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Sho Minazuki Vie Jun 17, 2016 2:43 pm
Tres meses habían pasado desde que aquel grupo se había unido, pasando a ser lo que Sho podría considerar una familia. Raros, excéntricos, delirantes… Locos. No sabía con exactitud que palabras usar para poder describir a las distintas caras que veía día a día en la cubierta del barco, o en sus pasillos. Sin embargo, nada de esto importaba, puesto que el pelirrojo no era la persona más cuerda del lugar. Su cuerpo, lleno de cicatrices, era la prueba fehaciente de que Sho estaba haciendo algo mal. Había momentos en los que parecía encontrar cicatrices y marcas nuevas, de las cuales desconocía su historia o la forma en las que se originaron. ¿No podía ser normal, cierto?
-Así que llegó el día.- Sus orbes celestes, fríos e inexpresivos, se fijaron en las espadas que descansaban sobre su cama, justo por encima de sus prendas. Había pasado tiempo desde que había hecho de las suyas, y esa necesidad para hacer causar problemas se iba desvaneciendo lentamente. Temía aquel cambio en su persona, en su forma de sentir y proceder. ¿Acaso la familia lo estaba cambiando? Le molestaba, en gran medida, aquel cambio en sí mismo. –Ustedes también quieren pasar por cosas de nuevo, ¿cierto?- Tímidamente tomó las armas de filo para acomodarlas en su cintura, dos a su izquierda y una a su derecha. La expresión en su rostro había cambiado, volviéndose fría, triste, incluso nostálgico. –Si… Yo también.-
Una vez listo, Sho salió de su cuarto con aires renovados. A diferencia de lo que muchos pensarían, Sho había decidido vestir sus prendas usuales, con la esperanza de que los problemas fuesen a su persona en lugar de que ocurra a la inversa. ¿Era válido soñar, cierto? –Buen día.- Con diestra en alto hizo un gesto a modo de saludo para los presentes, pasando por alto muchas cosas, como el cambio total de apariencia de Jack Lewis. No es como si el mismo no le interesase, por el contrario, desde que lo había conocido le había resultado alguien muy interesante como para tener sus ojos puestos encima. Mas en esta ocasión, la mente del espadachín estaba repleta de muchas cosas como para agregar algo más.
Las indicaciones habían iniciado, tal como se podría esperar. Sho apenas se inmutó ante el comentario que la albina hizo directo hacía él, encogiéndose de hombros con notoria resignación: Contestarle a la capitana frente a todos solo sería tomado como una señal de rebeldía y, por más que deseara iniciar sus usuales conflictos con la dama, prefería seguir de largo. –Como usted diga.- Seco en su respuesta, extraño en él. No sería extraño si alguien se preocupara por él o el cambio en su personalidad. –Veamos.- Pasando por alto como Saytan hablaba solo y se movía, como si estuviese peleando con alguien. No necesitó más que unos segundos observando la foto como para memorizar quién era su objetivo. Esperaba que las cosas fuesen medianamente interesantes.
-Estoy listo.- Una diminuta sonrisa se formó en su rostro, en lo que sus ojos eran cubiertos por su cabello rojizo. Arrugó en su diestra la foto que había llegado a él, para luego dejarla en las manos de su capitana una vez la hubiera alcanzado. –Nos vemos.- Sin mediar mirada alguna, el pirata decidió proseguir, a la espera de que algo interesante llegara, movilizando sus monótonos días.
-Así que llegó el día.- Sus orbes celestes, fríos e inexpresivos, se fijaron en las espadas que descansaban sobre su cama, justo por encima de sus prendas. Había pasado tiempo desde que había hecho de las suyas, y esa necesidad para hacer causar problemas se iba desvaneciendo lentamente. Temía aquel cambio en su persona, en su forma de sentir y proceder. ¿Acaso la familia lo estaba cambiando? Le molestaba, en gran medida, aquel cambio en sí mismo. –Ustedes también quieren pasar por cosas de nuevo, ¿cierto?- Tímidamente tomó las armas de filo para acomodarlas en su cintura, dos a su izquierda y una a su derecha. La expresión en su rostro había cambiado, volviéndose fría, triste, incluso nostálgico. –Si… Yo también.-
Una vez listo, Sho salió de su cuarto con aires renovados. A diferencia de lo que muchos pensarían, Sho había decidido vestir sus prendas usuales, con la esperanza de que los problemas fuesen a su persona en lugar de que ocurra a la inversa. ¿Era válido soñar, cierto? –Buen día.- Con diestra en alto hizo un gesto a modo de saludo para los presentes, pasando por alto muchas cosas, como el cambio total de apariencia de Jack Lewis. No es como si el mismo no le interesase, por el contrario, desde que lo había conocido le había resultado alguien muy interesante como para tener sus ojos puestos encima. Mas en esta ocasión, la mente del espadachín estaba repleta de muchas cosas como para agregar algo más.
Las indicaciones habían iniciado, tal como se podría esperar. Sho apenas se inmutó ante el comentario que la albina hizo directo hacía él, encogiéndose de hombros con notoria resignación: Contestarle a la capitana frente a todos solo sería tomado como una señal de rebeldía y, por más que deseara iniciar sus usuales conflictos con la dama, prefería seguir de largo. –Como usted diga.- Seco en su respuesta, extraño en él. No sería extraño si alguien se preocupara por él o el cambio en su personalidad. –Veamos.- Pasando por alto como Saytan hablaba solo y se movía, como si estuviese peleando con alguien. No necesitó más que unos segundos observando la foto como para memorizar quién era su objetivo. Esperaba que las cosas fuesen medianamente interesantes.
-Estoy listo.- Una diminuta sonrisa se formó en su rostro, en lo que sus ojos eran cubiertos por su cabello rojizo. Arrugó en su diestra la foto que había llegado a él, para luego dejarla en las manos de su capitana una vez la hubiera alcanzado. –Nos vemos.- Sin mediar mirada alguna, el pirata decidió proseguir, a la espera de que algo interesante llegara, movilizando sus monótonos días.
Sho Minazuki
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Elizabeth Hitze Sáb Jun 18, 2016 12:40 pm
Entre que uno de sus hombres forcejeaba y peleaba solo, sorprendida contemplaba a aquel que parecía totalmente otra persona al sentirlo caminar a su lado. - Una vez terminemos aceptaré la invitación. - Sonrió por lo bajo viendo de reojo a los demás acercándose y de su bolsillo sacó su par de guantes de tela poniéndoselos lentamente, comenzando por el derecho lo deslizó delicadamente sobre mano haciendo con sutiles movimientos cada dedo entrase en su lugar y así prosiguió con el siguiente mientras mantenía la vista al frente. - Supongo que leyeron la noticia de hace meses ¿No? - Cuestionó sin dejar de caminar comenzando a ver a lo lejos ya la civilización. - Lo que pasó en Cocoyashi no fue ni por asomo algo pequeño, el que él robase tanta cantidad de dinero es algo que debe llamar sí o sí la atención del gobierno. - Terminando por ponerse sus guantes llevó sus manos hacia su cabello recorriéndolo lentamente pata terminar por tomarlo tras su cabeza y llevarlo todo al frente. - Sin contar las vidas que se perdieron .- Siendo esto último dicho con cierta burla. - En la foto que les entregué se puede ver a dos personas, una de cabellos azules con un traje y gorro y otra de cabello negro y lentes. - De entre sus ropas sacó el periódico el cual extendió frente a ella sin detenerse. - No sé ustedes pero el de cabellos negros se parece mucho al de la foto del periódico. - Una sonrisa un tanto más notable se formó en sus labios y tras decir aquello calló.
- Quizá algunos de ustedes no lo sepan pero Eber y yo somos originarios de Tequila Wolf, un hermoso, hermoso lugar. - Claro que el sarcasmo no podía faltar en las palabras de la pirata. - Una de tantas hermanas que tuve allá trabaja en un bar, un hombre forastero llegó preguntando por la revolución y se encontró con esa mujer la cual se identificó como revolucionaria. - Comenzó a explicar tras llegar a la entrada del pueblo. - Sus comportamientos parecieron muy sospechosos por lo que mie hermana les observó en todo momento y al ver que salían del bar con la excusa de sacar la basura les siguió logrando escuchar el nombre de la mujer, mas eso no es lo interesante. - Acotó deteniéndose y girándose para verlos de frente. - El muy imbécil se identificó como Jake en frente de todos, llegó en un barco el cual no se había visto cerca de Tequila Wolf por lo que me atrevo a asumir que lo robó de Cocoyashi. - Encogiéndose de hombros comenzó a trenzar lentamente su cabello. - No parece ser un estúpido así que mi teoría es que se tiñó el cabello para pasar desapercibido y como buen maricón buscó quién lo protegiera viendo la revolución como un buen aliado, son bastantes, varios los vimos en Goa, demasiado unidos, admirable. -
Un suave suspiro salió de sus labios. - Mi hermana tomó esa foto, estos tres meses yo estuve en contacto con gente conocida rastreándolo y a cada isla que llegábamos los llamaba para tener información, esta es la más interesante y más llamativa, los rasgos faciales del pelinegro y el de la foto son demasiado parecidos. - Se mordió el labio inferior una vez su cabello estaba bien peinado. - Vi un barco muy parecido a como me lo describió mi hermana en el mar y lo estuvimos siguiendo, por la trayectoria pude ver que terminarían aquí. - Su sonrisa se volvió con más malicia - Donde esté Ilya está Jake y si no está con ella tendrá que decirnos dónde está así se le vaya el alma en ello. - Levantó su mano derecha apuntando hacia la ciudad. - Saytan y Eber busquen en el centro. Jack, tu te mueves mejor solo, ve a la zona comercial que está en la segunda entrada, Daishi, sé un civil y observa todo a detalle también en la zona comercial, Sho vendrá conmigo. Si los encuentran no peleen, si intentan escapar no los dejen salir de la ciudad, apenas vean algo nos comunicaremos todos. - Comenzó a caminar - Que comience el juego… - Una suave risa se hizo presente, las órdenes estaban dadas y Elizabeth no pararía hasta obtener lo que deseaba.
- Quizá algunos de ustedes no lo sepan pero Eber y yo somos originarios de Tequila Wolf, un hermoso, hermoso lugar. - Claro que el sarcasmo no podía faltar en las palabras de la pirata. - Una de tantas hermanas que tuve allá trabaja en un bar, un hombre forastero llegó preguntando por la revolución y se encontró con esa mujer la cual se identificó como revolucionaria. - Comenzó a explicar tras llegar a la entrada del pueblo. - Sus comportamientos parecieron muy sospechosos por lo que mie hermana les observó en todo momento y al ver que salían del bar con la excusa de sacar la basura les siguió logrando escuchar el nombre de la mujer, mas eso no es lo interesante. - Acotó deteniéndose y girándose para verlos de frente. - El muy imbécil se identificó como Jake en frente de todos, llegó en un barco el cual no se había visto cerca de Tequila Wolf por lo que me atrevo a asumir que lo robó de Cocoyashi. - Encogiéndose de hombros comenzó a trenzar lentamente su cabello. - No parece ser un estúpido así que mi teoría es que se tiñó el cabello para pasar desapercibido y como buen maricón buscó quién lo protegiera viendo la revolución como un buen aliado, son bastantes, varios los vimos en Goa, demasiado unidos, admirable. -
Un suave suspiro salió de sus labios. - Mi hermana tomó esa foto, estos tres meses yo estuve en contacto con gente conocida rastreándolo y a cada isla que llegábamos los llamaba para tener información, esta es la más interesante y más llamativa, los rasgos faciales del pelinegro y el de la foto son demasiado parecidos. - Se mordió el labio inferior una vez su cabello estaba bien peinado. - Vi un barco muy parecido a como me lo describió mi hermana en el mar y lo estuvimos siguiendo, por la trayectoria pude ver que terminarían aquí. - Su sonrisa se volvió con más malicia - Donde esté Ilya está Jake y si no está con ella tendrá que decirnos dónde está así se le vaya el alma en ello. - Levantó su mano derecha apuntando hacia la ciudad. - Saytan y Eber busquen en el centro. Jack, tu te mueves mejor solo, ve a la zona comercial que está en la segunda entrada, Daishi, sé un civil y observa todo a detalle también en la zona comercial, Sho vendrá conmigo. Si los encuentran no peleen, si intentan escapar no los dejen salir de la ciudad, apenas vean algo nos comunicaremos todos. - Comenzó a caminar - Que comience el juego… - Una suave risa se hizo presente, las órdenes estaban dadas y Elizabeth no pararía hasta obtener lo que deseaba.
Elizabeth Hitze
Hoja de personaje
Nivel:
(26/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 | 1 |
Creado por Eberhard Schwarzschild Dom Jun 19, 2016 3:36 pm
Habían pasado unos meses desde la guerra en goa, aunque habían logrado sacar buen dinero de esa escena gracias a la propia revolución, los Tidehunters no sacaron todo el dinero que podrían haber hecho si tuviesen éxito. Era a priori la segunda vez que algo así les pasaba, aunque la primera vez si tuvieron existo con su misión, en esta ocasión fueron algo lentos. Errores que el luchador no iba a cometer de nuevo. Actualmente estaban en la isla Toroa, entrando por los linderos para ocultar el barco y que no fuese tan fácil divisarlo de entrada o salida de la isla, los negocios que los traían a esa isla eran un poco delicados y era mejor terminarlos rápido, antes que llamaran mas la atención de lo que habían hecho en Goa. Estaban tomando un rumbo de acción bastante organizado, revisando las pistas una por una, como la foto que tenían del periódico, y una imagen mas personal – Créame que tener demasiada buena memoria tiene sus ventajas capitán – no olvidaba detalles incluso si pasaron hace mucho tiempo, como fue el origen de ambos en Tequilla Wolf, todas las cosas buenas y malas que pasaron ahí, y entre las malas, las ganas que tenia de arrancarle la garganta al alcaide de esa prisión con sus propias manos – veamos que podemos sacar de la imagen – dice interceptando la foto antes de pasarla al ultimo.
Sus conocimientos de anatomía se comenzaron a mezclar con su memoria, observando cada rastro de la imagen del periódico y en comparación con la foto, la posición de los ojos, la altura de las mandíbulas, y muchos demás rasgos faciales como las orejas, la nariz y la boca eran todos idénticos, la única diferencia era el color de pelo de ambas imágenes – no seria complicado mi capitán, al menos es cosa de preguntar con toda la tranquilidad del mundo, porque si vamos como abejas a la miel, seguramente lo espantamos – dice mientras pasa las imágenes – a la chica también la tengo memorizada, del mismo modo que al otro, puede contar con saytan y conmigo capitán
Sus conocimientos de anatomía se comenzaron a mezclar con su memoria, observando cada rastro de la imagen del periódico y en comparación con la foto, la posición de los ojos, la altura de las mandíbulas, y muchos demás rasgos faciales como las orejas, la nariz y la boca eran todos idénticos, la única diferencia era el color de pelo de ambas imágenes – no seria complicado mi capitán, al menos es cosa de preguntar con toda la tranquilidad del mundo, porque si vamos como abejas a la miel, seguramente lo espantamos – dice mientras pasa las imágenes – a la chica también la tengo memorizada, del mismo modo que al otro, puede contar con saytan y conmigo capitán
Eberhard Schwarzschild
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Jack Lewis Dom Jun 19, 2016 5:38 pm
-Entonces espero que estoy concluya lo más rápido posible- De manera picarona le guiño un ojo a Eliz y se quedó a su lado observando a los que llegaban con los brazos cruzados detrás de su espalda, jugando levemente con su bastón. Aquellas personas puede que no estuvieran demasiado bien de la cabeza pero Masui no podía evitar que le cayeran bien, después de todo hacía que Jack no desentonara tanto entre ellos puede que si tuviera un poquito de emociones el cascaron que era el espía estaría más que contento de encajar en algún lugar- ¡Nos vemos Sho! No mates a nadie con esa mirada en el camino- Una leve risa escapo de entre sus labios pero por cortesía se tapó la boca con una de sus manos y volvió a centrarse en las palabras de su capitana- Se puede decir que básicamente es la misma persona, ponerse tacones y vestirse de reina sirve pero las facciones no son demasiado fáciles de cambiar- Acercando su mirada al periódico se encargó de grabar a fuego los rasgos esenciales de aquella cara: el formato de su nariz, la altura y forma de los ojos, la forma de sus orejas y los pequeños detalles que volvían a una persona única en el mundo- Sus palabras son ordenes, que Sarkan no ampare a todos- Preparado y entrenado para obedecer eran hechos que marcaban el día a día del espía pero con la ayuda e insistencia de Sarkan se trataba de combatir contra tal costumbre arraigada- Deseaba ir con usted… pero no puedo ir contra su palabra, por cierto soy Masui… Jack se encuentra indispuesto hoy- Masui y Raven eran conscientes de que solamente eran el imaginario de una persona que buscaba pasar desapercibido siendo más parecido a los humanos y su forma de actuar… cosa en lo que Jack realmente no era muy bueno- Pues nos veremos al rato gente bonita ¡Masui se va a conquistar mujeres señoras y señores!-.
Toroa no es que destacara por ser muy grande en comparaciones con otras ciudades por las cuales Masui anduvo durante sus viajes. Eso no quitaba que aquella isla no tuviera su encanta especial con aquella calma y sus habitantes tan relajados, puede que el hecho de que no se ganara tanto dinero como en las grandes ciudades nos los llevara a vivir de manera tan agitada y acelerada buscando ganar lo más posible en dinero… pero ahora no era momento de realizar un estudio antropológico de la sociedad actual, este tenía una misión sobre sus espaldas y debía de cumplirla sea como sea y para ello comenzaría por estudiar la zona comercial tal como Eliz le encargo. Como buen espía que era lo primero que debía de hacer era recolectar información para no moverse a ciegas por el lugar, así que concurriría a un lugar donde cualquiera con un poco de labia podía obtener lo que quisiera: un bar.
-¡Hola a todos!- El bar se encontraba un tanto vacío por la hora pero ya se comenzaba a ver quiénes eran los clientes más asiduos del lugar. Algunos respondieron al saludo del pelirrojo, otros gruñeron por lo bajo y los más borrachos solo atinaron a ver el fondo de sus vasos y pensar con melancolía que se estaba quedando sin bebida. Con aquella sonrisa petulante como mascara se acercó al sujeto que se hallaba tras la barra- Solo necesito dos cosas amigo mío, que me des una botella de tu mejor vino y algún mapa con el cual guiarme en este lugar nuevo para mí- El tipo satisfecho de que alguien pidiera una bebida de verdad se retiró por unos segundos para volver con un pequeño y simple mapa en una mano, además de una copa y una botella en la otra- Veo que Toroa se está volviendo un lugar que llama la atención de los turistas, eres el segundo en el día que me pide un mapa del lugar- Tin tin tin, una pequeña campanilla sonó en la cabeza de Masui que sin muchos miramiento vertió la mitad de la botella en la copa para comenzar a beber mientras examinaba el mapa- Es un lindo lugar para relajarse de las grandes ciudades, muchas veces la belleza esta en lo simple- Al alejar la copa de sus labios la observo con una sonrisa- Como esta copa, simple y trabajada de una manera toscs, se puede apreciar los esfuerzos de quien la hizo aunque no sea las bella del mundo- Las personas eran como un panel de botones que cualquiera con un poco de conocimiento de la materia podría de controlar sin demasiados problemas. El pelirrojo se valía de ello para hacer que la gente se pusiera de su lado y le brindara información- Tienes razón, uno puede que no lo valore al vivir toda su vida acá pero realmente es un bonito lugar para vivir… puedo abrir por ejemplo a la hora que yo quiera jejejeje- El barman se sirvió una copa de vino para él y se quedó a su lado bebiendo por unos segundos en los cuales ambos estuvieron callados dándole tiempo de pensar sus palabras, aunque el primero en hablar fue el viejo- ¿De vacaciones no o vienes también en busca de oportunidades comerciales?- Extrañado por aquella pregunta no pudo evitar preguntarle a que se refería con sus últimas palabras- La muchacha a la que le di un mapa antes venia buscando terrenos para comprar… no sé qué querría hacer con ellos pero como no se mucho del tema la mande a hablar con el señor de la isla- El hombre hizo hincapié en ello señalando por la ventana el lugar donde se alzaba el edificio de los tipos que controlaban la isla, el espía por su parte grabo en su mente aquel lugar como el futuro destino luego del bar, por el momento debía de retirarse de aquel lugar sin parecer muy sospechoso- Lo mío no son los negocios, solo vine a pasear unos días con mi novia…-Esperaba que Eliz no se enterara de ello- que si no me equivoco la deje paseando por el lugar con el dinero para el resto del viaje… no creo que haya sido muy buena idea- Terminando rápidamente lo que le quedaba del vino, se limpió la boca y le tendió la mano que el viejo no dudo en estrechar con una sonrisa- Seguramente luego me pase con mi mujer ¡Suerte!-.
Toroa no es que destacara por ser muy grande en comparaciones con otras ciudades por las cuales Masui anduvo durante sus viajes. Eso no quitaba que aquella isla no tuviera su encanta especial con aquella calma y sus habitantes tan relajados, puede que el hecho de que no se ganara tanto dinero como en las grandes ciudades nos los llevara a vivir de manera tan agitada y acelerada buscando ganar lo más posible en dinero… pero ahora no era momento de realizar un estudio antropológico de la sociedad actual, este tenía una misión sobre sus espaldas y debía de cumplirla sea como sea y para ello comenzaría por estudiar la zona comercial tal como Eliz le encargo. Como buen espía que era lo primero que debía de hacer era recolectar información para no moverse a ciegas por el lugar, así que concurriría a un lugar donde cualquiera con un poco de labia podía obtener lo que quisiera: un bar.
-¡Hola a todos!- El bar se encontraba un tanto vacío por la hora pero ya se comenzaba a ver quiénes eran los clientes más asiduos del lugar. Algunos respondieron al saludo del pelirrojo, otros gruñeron por lo bajo y los más borrachos solo atinaron a ver el fondo de sus vasos y pensar con melancolía que se estaba quedando sin bebida. Con aquella sonrisa petulante como mascara se acercó al sujeto que se hallaba tras la barra- Solo necesito dos cosas amigo mío, que me des una botella de tu mejor vino y algún mapa con el cual guiarme en este lugar nuevo para mí- El tipo satisfecho de que alguien pidiera una bebida de verdad se retiró por unos segundos para volver con un pequeño y simple mapa en una mano, además de una copa y una botella en la otra- Veo que Toroa se está volviendo un lugar que llama la atención de los turistas, eres el segundo en el día que me pide un mapa del lugar- Tin tin tin, una pequeña campanilla sonó en la cabeza de Masui que sin muchos miramiento vertió la mitad de la botella en la copa para comenzar a beber mientras examinaba el mapa- Es un lindo lugar para relajarse de las grandes ciudades, muchas veces la belleza esta en lo simple- Al alejar la copa de sus labios la observo con una sonrisa- Como esta copa, simple y trabajada de una manera toscs, se puede apreciar los esfuerzos de quien la hizo aunque no sea las bella del mundo- Las personas eran como un panel de botones que cualquiera con un poco de conocimiento de la materia podría de controlar sin demasiados problemas. El pelirrojo se valía de ello para hacer que la gente se pusiera de su lado y le brindara información- Tienes razón, uno puede que no lo valore al vivir toda su vida acá pero realmente es un bonito lugar para vivir… puedo abrir por ejemplo a la hora que yo quiera jejejeje- El barman se sirvió una copa de vino para él y se quedó a su lado bebiendo por unos segundos en los cuales ambos estuvieron callados dándole tiempo de pensar sus palabras, aunque el primero en hablar fue el viejo- ¿De vacaciones no o vienes también en busca de oportunidades comerciales?- Extrañado por aquella pregunta no pudo evitar preguntarle a que se refería con sus últimas palabras- La muchacha a la que le di un mapa antes venia buscando terrenos para comprar… no sé qué querría hacer con ellos pero como no se mucho del tema la mande a hablar con el señor de la isla- El hombre hizo hincapié en ello señalando por la ventana el lugar donde se alzaba el edificio de los tipos que controlaban la isla, el espía por su parte grabo en su mente aquel lugar como el futuro destino luego del bar, por el momento debía de retirarse de aquel lugar sin parecer muy sospechoso- Lo mío no son los negocios, solo vine a pasear unos días con mi novia…-Esperaba que Eliz no se enterara de ello- que si no me equivoco la deje paseando por el lugar con el dinero para el resto del viaje… no creo que haya sido muy buena idea- Terminando rápidamente lo que le quedaba del vino, se limpió la boca y le tendió la mano que el viejo no dudo en estrechar con una sonrisa- Seguramente luego me pase con mi mujer ¡Suerte!-.
Jack Lewis
Hoja de personaje
Nivel:
(6/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Saytan Wingtribe Dom Jun 19, 2016 9:36 pm
Tanto Saytan, Tangela y Saya escucharon aquellas explicaciones y órdenes provenientes del Capitán. El muchacho se detuvo y de repente pensó un par de cosas, sus hermanas se detuvieron de igual forma y le miraron. Memorizó ambos nombres, las apariencias y el resto de información bastante "específica" de los objetivos. Se estresó mucho, incluso soltó las manos de sus hermanas y se llevó ambas a su cabeza para empezar a moverla de un lado a otro, se sentía muy pero muy confuso ante tales órdenes. Saya le tocó el torso, llamando su atención ~ ¿Eres idiota? Nosotras ya sabemos a quién buscamos. Y por cada minuto que pase te iré recordando el verdadero objetivo y las órdenes, aunque estoy segura que te sientes así de nervioso y confuso porque te toca ir con Eber ~ Saytan alejó las manos de su rostro y miró con sorpresa a Saya. Preguntó ~ ¿Qué pasa con Eber? ~ Tangela se echó a reír y se ruborizó más de lo necesario, incluso intentó tapar su pícara risilla con sus delicadas manos para apreciar a otro lado y acotar ciertas cosas ~ jijiji... ya sabemos lo que Eber-san y Capitán-sama son capaces de hacer a solas... tu sabes... como nacen los bebesitos ~ Saytan se lanzó sobre la pequeña Saya y comenzó a jalarle fuertemente de sus pelos, intentando que ella se tragara esas propias palabras ~ ! Deja tus tonterías Tangela ! ! No sé de donde sacas esas estupideces ! ~
Saya caminó detrás de Eber y aplaudió dos veces con mucha fuerza para que Saytan y la pequeña se detuvieran. De inmediato les dijo que era hora de partir hacia el Centro del pueblo. El pelinegro empujó a Tangela y ésta quedó en el suelo, gritando y quejándose por lo que acababa de hacer su hermano mayor. El delgado muchacho trotó rápidamente hacia donde estaba Eber, y empezó a caminar en el momento en que quedaron lado a lado. Sacudió su chaquetón negro y acompañó al Vice Capitán hacia el sitio.
El centro, el centro... el bello centro de Toroa, disponía de una bellísima plaza. Eber y Saytan ya estaban allí, habían personas que caminaban de aquí a allá y también se apreciaban varios locales, casas, cierto edificio y estructuras que se encargaban de dar alojamiento, de vender productos o de otras cosillas más específicas. Tangela comenzó a correr por todo el bello sitio, se subía a los asientos públicos y reía muy alegremente. Saya, por otra parte, se dedicaba a permanecer al lado de su hermano mayor, y miraba a todos y cada uno de los pueblerinos para comenzar a elegir ciertos individuos para sus lindos interrogatorios. El pelinegro hizo lo mismo, y ayudado por las severas palabras de Saya, pudo recordar la verdadera razón por la que estaban en esa plaza.
La búsqueda ya daba inicio desde el área del Centro, Eber y Saytan no se rendirían y pasarían el tiempo necesario preguntando y haciendo averiguaciones, como también entrando a varias estructuras para lo mismo.
Saya caminó detrás de Eber y aplaudió dos veces con mucha fuerza para que Saytan y la pequeña se detuvieran. De inmediato les dijo que era hora de partir hacia el Centro del pueblo. El pelinegro empujó a Tangela y ésta quedó en el suelo, gritando y quejándose por lo que acababa de hacer su hermano mayor. El delgado muchacho trotó rápidamente hacia donde estaba Eber, y empezó a caminar en el momento en que quedaron lado a lado. Sacudió su chaquetón negro y acompañó al Vice Capitán hacia el sitio.
El centro, el centro... el bello centro de Toroa, disponía de una bellísima plaza. Eber y Saytan ya estaban allí, habían personas que caminaban de aquí a allá y también se apreciaban varios locales, casas, cierto edificio y estructuras que se encargaban de dar alojamiento, de vender productos o de otras cosillas más específicas. Tangela comenzó a correr por todo el bello sitio, se subía a los asientos públicos y reía muy alegremente. Saya, por otra parte, se dedicaba a permanecer al lado de su hermano mayor, y miraba a todos y cada uno de los pueblerinos para comenzar a elegir ciertos individuos para sus lindos interrogatorios. El pelinegro hizo lo mismo, y ayudado por las severas palabras de Saya, pudo recordar la verdadera razón por la que estaban en esa plaza.
La búsqueda ya daba inicio desde el área del Centro, Eber y Saytan no se rendirían y pasarían el tiempo necesario preguntando y haciendo averiguaciones, como también entrando a varias estructuras para lo mismo.
Saytan Wingtribe
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Laura Lun Jun 20, 2016 6:09 pm
Habían pasado ya algunos meses bastante extraños desde que la lupina se había separado de Streiner para viajar por su cuenta hasta toparse con Tide Hunters, un grupo que parecía ser que tenía más en común con los ideales de la pirata, después de todo la capitana no era una asesina cruel y despiadada capaz de matar a alguien por un pollo, el barco tenía una presencia más intimida en cierta forma también, aunque muchas de las personas que viajaban en el eran un tanto peculiares, solo había uno o dos que incomodaban ligeramente a la doctora, sin embargo la presencia de la capitana era suficientemente imponente como para que no generaran dudas en la mink por el momento.
Tras que el barco llegara a la isla de Toroa la capitana había anunciado que había dejado den den mushis para que todo el mundo estuviera comunicado, así que la fémina de cabellera principalmente grisácea se acercó a dicho lugar para adueñarse de uno de aquellos insectos y ponerlo dentro de su bata médica, ahora viajaba con ropa nueva que había sido provista por la tripulación, a un lado de su cintura llevaba un morral con los materiales médicos habituales, en el lado derecho de su cadera portaba una katana, detrás de la misma, escondido por la bata medica había un cuchillo de combate y en su espalda portaba un espadón de inmensas proporciones que ningún humano debería de poder utilizar adecuadamente.
La orden de ser discretos sería un tanto complicada seguramente, pero la fémina pensaba hacer todo lo que pudiera dentro de sus capacidades, después de todo ya había vivido cazando durante años, al menos lograría evitar que la vieran más de lo necesario el mayor tiempo posible, mientras pensaba en su actuar a futuro recibió la fotografía del que se suponía sería el objetivo que los había traído hasta aquella isla antes de entregársela sin mucha atención a otro de los miembros de la tripulación.
Consideraba que eran innecesarias las palabras para confirmar que había entendido las órdenes recibidas por aquella mujer que mandaba en ese navío antes de comenzar a seguir a la capitana en silencio, escuchaba las explicaciones de Eliz en silencio y sonreía por momentos al darse cuenta de que comprendía y se reflejaba un poco con los sentimientos que demostraba su líder, a diferencia de lo que había ocurrido con su anterior grupo con el cual era incapaz de comprender siquiera un poco, ante la falta de ordenes específicas para su persona la lupina decidió que iría a revisar los límites de la zona comercial y la residencial, un tanto lejos del centro para evitar investigar en el mismo territorio que uno de sus aliados, aunque no tenía una memoria extraordinaria ni era una maestra del sigilo la mujer de ojos rojos seguía siendo una cazadora nata que podría reconocer a su presa.
Tras que el barco llegara a la isla de Toroa la capitana había anunciado que había dejado den den mushis para que todo el mundo estuviera comunicado, así que la fémina de cabellera principalmente grisácea se acercó a dicho lugar para adueñarse de uno de aquellos insectos y ponerlo dentro de su bata médica, ahora viajaba con ropa nueva que había sido provista por la tripulación, a un lado de su cintura llevaba un morral con los materiales médicos habituales, en el lado derecho de su cadera portaba una katana, detrás de la misma, escondido por la bata medica había un cuchillo de combate y en su espalda portaba un espadón de inmensas proporciones que ningún humano debería de poder utilizar adecuadamente.
La orden de ser discretos sería un tanto complicada seguramente, pero la fémina pensaba hacer todo lo que pudiera dentro de sus capacidades, después de todo ya había vivido cazando durante años, al menos lograría evitar que la vieran más de lo necesario el mayor tiempo posible, mientras pensaba en su actuar a futuro recibió la fotografía del que se suponía sería el objetivo que los había traído hasta aquella isla antes de entregársela sin mucha atención a otro de los miembros de la tripulación.
Consideraba que eran innecesarias las palabras para confirmar que había entendido las órdenes recibidas por aquella mujer que mandaba en ese navío antes de comenzar a seguir a la capitana en silencio, escuchaba las explicaciones de Eliz en silencio y sonreía por momentos al darse cuenta de que comprendía y se reflejaba un poco con los sentimientos que demostraba su líder, a diferencia de lo que había ocurrido con su anterior grupo con el cual era incapaz de comprender siquiera un poco, ante la falta de ordenes específicas para su persona la lupina decidió que iría a revisar los límites de la zona comercial y la residencial, un tanto lejos del centro para evitar investigar en el mismo territorio que uno de sus aliados, aunque no tenía una memoria extraordinaria ni era una maestra del sigilo la mujer de ojos rojos seguía siendo una cazadora nata que podría reconocer a su presa.
Laura
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 | 3 |
Creado por Sho Minazuki Lun Jun 20, 2016 7:18 pm
Esperaba que el resto de su camino fuese poco tranquilo, pero principalmente solitario. No se encontraba con muchos ánimos como para soportar a otros individuos, como tampoco deseaba entrometerse en los asuntos de los demás. Grave error fue el desear un poco de soledad para proceder como el momento lo ameritara, pues el querer cosas solo las hacía imposible de obtener. ¿Tan estúpido era lo que pensaba? El pelirrojo se lo cuestionaba mientras la albina se le adelantaba para comenzar a dar indicaciones o… Comenzar a contar cierta historia que conocía muy por encima. No le veía la necesidad de ponerse toda melosa, amigable, compañera y caritativa en tal situación pero… Así era Elizabeth, su capitana, y por algo la quería, siguiéndola hasta quién sabe dónde.
Imitó al resto del sequito de seguidores de la albina, observando el periódico que esta había sacado de entre sus prendas. No era necesario explicar el porqué de tal acción, por lo que procedió a memorizar a las personas que en aquella plana aparecían. Luego, con una expresión fría en su rostro, escuchó en silencio la historia de la capitana de la tripulación, mientras admiraba las acciones que llevaba a cabo, o las muecas que su rostro formaban, grabando en su mente aquella sonrisa siniestra que se había dibujado en sus labios. Por momentos olvidaba que, detrás de aquella niña amigable y divertida, había una mujer con un pasado demasiado pesado como para dejarlo atrás como si nada.
-¿Estas segura?- Su tono de voz dejó hacerse presente una vez los presentes se retiraron a cumplir, cual marionetas, las ordenes que le habían sido impartidas. Sus ojos celestes se fijaron en ella sin motivo alguno. –No necesitas estar haciendo de mi niñera personal.- Dio un paso hacia ella, y luego otro, dejando denotar cierta incomodidad con respecto a la decisión tomada hacía unos instantes. No solo eso, sino que también su mirada se había afilado, su cuerpo se había tensado. ¿Acaso estaba pensando en atacar? ¿Se le podría ocurrir al espadachín el levantar una mano y osar a tocar uno de los cabellos de su superior? –Ellos lo necesitan mucho más que yo.- La respuesta era un gran y rotundo no, mas no quería dejar pasar la perfecta oportunidad de hacerle saber a la dama lo que pensaba, a sabiendas de que podría tomarlo en cuenta o simplemente desecharlo.
-Olvídalo.- Suspiró con pesadez, aflojando los músculos de su cuerpo durante unos segundos. Inútil sería seguir con tal asunto, y peor aún si las ordenes habían sido impartida. –Vamos, tienes una cita a la cual llegar.- Por unos segundos, demasiados cortos como para dar veracidad a tal acción, la sonrisa provocadora había vuelto a los labios del pirata luego de quién sabe cuánto tiempo. No sabía cómo resultaría la misión, por lo que no dejaría pasar lo que podría ser la última chance de molestarla. Luego, sin más que decir, volvió a iniciar la marcha a tientas hacía la ciudad, esperando que su acompañante tomara las riendas de las decisiones. Sho sabía que no era más que un peón, aceptando el hecho de ser sacrificado por el bien ajeno.
Imitó al resto del sequito de seguidores de la albina, observando el periódico que esta había sacado de entre sus prendas. No era necesario explicar el porqué de tal acción, por lo que procedió a memorizar a las personas que en aquella plana aparecían. Luego, con una expresión fría en su rostro, escuchó en silencio la historia de la capitana de la tripulación, mientras admiraba las acciones que llevaba a cabo, o las muecas que su rostro formaban, grabando en su mente aquella sonrisa siniestra que se había dibujado en sus labios. Por momentos olvidaba que, detrás de aquella niña amigable y divertida, había una mujer con un pasado demasiado pesado como para dejarlo atrás como si nada.
-¿Estas segura?- Su tono de voz dejó hacerse presente una vez los presentes se retiraron a cumplir, cual marionetas, las ordenes que le habían sido impartidas. Sus ojos celestes se fijaron en ella sin motivo alguno. –No necesitas estar haciendo de mi niñera personal.- Dio un paso hacia ella, y luego otro, dejando denotar cierta incomodidad con respecto a la decisión tomada hacía unos instantes. No solo eso, sino que también su mirada se había afilado, su cuerpo se había tensado. ¿Acaso estaba pensando en atacar? ¿Se le podría ocurrir al espadachín el levantar una mano y osar a tocar uno de los cabellos de su superior? –Ellos lo necesitan mucho más que yo.- La respuesta era un gran y rotundo no, mas no quería dejar pasar la perfecta oportunidad de hacerle saber a la dama lo que pensaba, a sabiendas de que podría tomarlo en cuenta o simplemente desecharlo.
-Olvídalo.- Suspiró con pesadez, aflojando los músculos de su cuerpo durante unos segundos. Inútil sería seguir con tal asunto, y peor aún si las ordenes habían sido impartida. –Vamos, tienes una cita a la cual llegar.- Por unos segundos, demasiados cortos como para dar veracidad a tal acción, la sonrisa provocadora había vuelto a los labios del pirata luego de quién sabe cuánto tiempo. No sabía cómo resultaría la misión, por lo que no dejaría pasar lo que podría ser la última chance de molestarla. Luego, sin más que decir, volvió a iniciar la marcha a tientas hacía la ciudad, esperando que su acompañante tomara las riendas de las decisiones. Sho sabía que no era más que un peón, aceptando el hecho de ser sacrificado por el bien ajeno.
Sho Minazuki
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
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