La Isla de Ohara había sido víctima del gobierno. ¿Qué mejor isla para hacerle ver a los revolucionarios la maldad de sus enemigos y motivarlos? Ese era el motivo por el cual nuevamente el Shandiano volvía a aquella isla junto con un barco revolucionario con otros "novatos". Normalmente no contaría como novato, no debía contra como novato, pero desconocía demasiado sobre la superficie y había pedido entrenamiento para poder saber mejor del mundo en el que vivía. Y por algún motivo le gustaba aquella isla, se respiraba una paz similar a la de Shandia y el árbol gigante le hacía recordar al propio de Skypea. Quizás estas ganas de recordar a su hogar eran lo que hacía que estuviese allí, después de todo a la motivación del mal ajeno se le sumaba la motivación de liberar también a Shandia tal como sus ancestros habían hecho.

 La temperatura allí era también similar a la de su nube, cálida pero no demasiado. Era extraño ver más nubes arriba de uno y no debajo pero dudaba que fuese a llover, cosa que casi nunca ocurría en Skypea. El entrenamiento se hacía en un descampado el cual cerca tenía unas carpas en las cuales se dormía para fortalecer el carácter. Los miembros normales de los revolucionarios eran gente normal que necesitaba aprender a pelear por lo cual algo como entrenamiento era imprescindible. Entre los entrenamientos existía la posibilidad de pelea, de 4 a 6 habían peleas organizadas en las cuales uno podía comparar sus habilidades contra un enemigo que uno eligiese, casi siempre se hacía con los superiores quienes terminaban ganando. Parte de las provisiones se apostaba allí, después de todo seguían siendo humanos y apostar era algo que hacía más divertido todo.

Un enemigo yacía desmayado, otro revolucionario quien había caído luego de unos pocos golpes. La diferencia entre casi todos ellos y Wuayra era que él si tenía experiencia. Ninguno de los entrenadores parecía querer luchar ese día, principalmente por que en pocos días irían a retirarse de la isla y estaban planeando como "estrenar" a los reclutas. Por eso ese mismo día solo los "novatos" podían pelear - ¿Alguien más?... - un Shandiano transpirando y con un hilo de sangre saliendo de la comisura de sus labios esperaba ansioso su siguiente enemigo. Hacia demasiado que no luchaba contra alguien y para un guerrero, cuya vida antes fue pelea tras pelea, el entrenamiento le parecía aburrido y ese era uno de los pocos momentos en los cuales podía ser si mismo.

La destrucción del conocimiento, era lo que representaba Ohara. Se enteró de estas historias cuando ya la había rescatado los revolucionarios, luego de que le reemplazaran las partes faltantes de su cuerpo con metal, armas y un material sintético muy parecido a la piel. Le había contado muchas historias en realidad, para que se identificara más con la labor de los revolucionarios y se sintiera parte de ellos. Pero Ohara y unas pocas islas más (incluyendo aquel puente en el que nació) destacaban por la magnitud de masacre a inocentes o esclavitud. Ahora que se encontraba en la isla, notó que parecía estar recuperándose de los horrores que había sucedido ahí, no era el escenario de destrucción que había esperado por completo y eso le agradó. Todo debía recuperarse de la maldad del gobierno, igual que ella misma.

Pero no estaba en Ohara para aprender un poco más sobre ella, sino para entrenar. Tenía ahora mejores extremidades y ya las reconocía como partes de su propio cuerpo, moviéndolas con libertad. Pero no tenía tanta experiencia con luchar, como esclava lo único que había hecho era sobrevivir y necesitaba más que eso. También había peleado en ocasiones y entrenado con algunos mientras aún se acostumbraba a sus piernas y brazo, pero entrenar como todos los demás novatos, contra ellos y sus superiores, le serviría. Algunos usaban sus cuerpos, otros alguna arma, ella no estaba segura de si podía decir que solo usaba su cuerpo teniendo en cuenta de que una buena parte no era ni piel ni carne real.

— Voy yo — Respondió al hombre que acababa de terminar con otro revolucionario mientras se acercaba hasta quedar a una distancia similar a la que cubriría el arma del hombre. Podía ver que no era un novato en realidad, no como los demás. Tasha también tenía la respiración agitada por anteriores combates y si no parecía un poco más cansada era solo porque era una cyborg, pero estaba segura que bajo la remera que llevaba debía tener algunos moretones. Flexionó un poco las rodillas adoptando una posición defensiva con el brazo izquierdo ligeramente hacia adelante y el derecho a un costado.

En Shandia la mayor parte de la guerra era hecha por hombres, eso no significaba que no hubiesen mujeres que guerreras, de hecho las pocas que lo hacían tendían a esforzarse más para demostrar que no eran inferiores y casi siempre terminaban aprovechándose de una frialdad extrema y una sensualidad peligrosa para lograr sus objetivos. Wuayra no acostumbraba a usar una sola arma sino que la propia libertad del viento hacía que utilizase armas rápidas de filo para hacer cortes en un enemigo y pasar al siguiente. Tal como el viento el estilo de combate del Shandiano era uno basado en la velocidad más que en la fuerza y defensa, intentando hacer que sus ataques fuesen como un baile, dejando blando su cuerpo excepto  la mano con el arma claro para poder deslizar su arma por el cuerpo de su enemigo y esquivar ataques casi al mismo tiempo. El arma que usaría contra su nuevo oponente sería una espada, una de madera para que no llegasen a haber lesiones serias en caso de que llegase a golpearla. También por que ya la tenía de la anterior pelea, no era raro el tener una espada y de todos modos golpear al rostro, después de todo cualquier cosa era válida en una pelea.

 Él debía de atacar, o eso parecía por la posición ajena. Brazo izquierdo delante del derecho, ya que Wuayra era diestro eso significaba que podría esquivarlo con facilidad y hacer in contra-ataque con el brazo derecho el cual tendría más fuerza si es que sabía golpear correctamente cargando todo su peso en el brazo derecho al igual que en el puño. Aquella mujer no parecía querer usar armas, si usase un arma podría bloquear la de Wuayra con esta y luego hacer el golpe, en caso de no poder bloquear el arma... Tenía que moverse, intentaba pensar en que hacer pero era difícil cuando uno no conocía nada de su enemigo. Piernas, flexionadas, ¿Iría a pelear con ellas? El primer golpe lo esquivaría moviéndose hacia atrás o hacia un lado y luego contra-atacaría. Al dar una blandida quedaría sin proteger el lado opuesto a la blandida, en este caso el derecho, si daba una blandida vertical ella podría saltar hacia su lado derecho y atacarlo aprovechando que Wuayra no podría defenderse.

Apenas había distancia, la suficiente como para utilizar el arma con dar un paso hacia adelante. Bien, ya tenía una idea de que hacer. Una estocada hacia adelante, no hacia el corazón ajeno sino hacia la mitad del pecho, apoyando delante suyo su brazo derecho para tener más alcance con la espada y que le resultase difícil esquivarla con un simple salto hacia atrás. Temiendo el contra-ataque el siguiente movimiento sería una blandida hacia su derecha  con la cual cambiaría su pierna delantera además de retroceder un poco quedando con la izquierda delante, el brazo izquierdo en posición defensiva de boxeo estando este verticalmente llegando hasta la altura de su boca desde un poco más abajo de su ombligo al estar levemente encorvado para que ella tuviese menos área donde atacar.

La espada de madera probablemente no era el arma real del hombre, pero como otros había elegido algo que no causara graves daños a los demás. Bueno, de todas formas iba a doler y dejarle moretones si llegaba a alcanzarla, pero no terminaría por perder la última extremidad que le quedaba. De acuerdo, ¿qué podía recordar de los que luchaban con armas? Si no peleaba a la distancia que estas abarcaban era mejor. De forma que, atacar de lejos o muy cerca. No tenía armas para atacar de lejos (porque no estaba usando arma alguna en realidad) así que la segunda opción. ¿Cómo? Eso era algo que resolvería… mientras peleaba.

Al menos, tenía una idea de lo que iría a hacer, además de esperar a que el hombre atacara. ¿Corte o estocada? Ambos podría esquivar hacia un lado o dando unos pasos hacia atrás, esperaba. Claro que no era seguro y dependía de la habilidad del otro. Estocada, y además al centro de su pecho. Alzó un poco más el brazo izquierdo, como para interceptarlo ya que no podía esquivar como había pensado en un principio. Cuando la punta del arma rozó su brazo, Tasha lo inclinó un poco para desviarlo a su lado izquierdo, en un movimiento semicircular. Como era el brazo de cyborg en realidad no le dolía el impacto ni la fricción que debía generarse. Al mismo tiempo en que desviaba la espada se adelantó un paso con el pie derecho y girando un poco su torso al cerrar su puño derecho e intentar golpear al rostro del castaño aprovechando la cercanía.

Apoyó su peso en la pierna derecha y flexionó un poco más la izquierda al alzarla lo suficiente para golpear a un costado del hombre. Su derecha. Al hacer el movimiento giró un poco su torso y junto ambos brazos a su cuerpo, protegiendo sus lados y parte del pecho.

Había esperado para esquivar el primer ataque que su oponente hubiese dado un paso hacia adelante y su izquierda al mismo tiempo que giraba hacia la derecha para que la espada le pasase rasgando o sin tocarla por su diestra. De ese modo podría atacar a Wuayra en el brazo derecho extendido y quebrárselo o quizás solo un golpe a las costillas. Ante esto iría a venir su segundo movimiento, para evitar cualquier posible ataque enemigo por su lado ahora no cubierto. No esperó que ella desviase el ataque usando su brazo izquierdo, haciendo que el arma chocase contra este, era aprovecharse de que era un arma de madera y no una real, en cuyo caso no solo le habría atravesado el brazo sino quizás también la cabeza. Su espada fue desviada hacia su derecha, por lo cual primero que todo el segundo ataque quedó anulado, no sería útil hacerlo cuando ella estaba a su izquierda. El golpe ajeno fue hacia su rostro, pero Wuayra ya tenía el brazo izquierdo cerca de este, lo suficiente como para poder agacharse un poco y subir el brazo y recibir el impacto del golpe en dicho brazo envés del rostro. No dolió demasiado, e incluso si lo hubiese hecho, había que aguantar el dolor.

La segunda patada le dio la posibilidad de tirar su arma, soltó la espada y se dejó golpear poniendo duros los músculos. Su intención era resistir el dolor, agarrar la pierna ajena con su diestra y luego aprovechar eso para tirarla al suelo al hacerle una barrida o algo así. El resultado no pudo haber sido más distinto de lo que planeó. Sintió como todo su aire salía de su cuerpo y por la fuerza de la patada salió impulsado unos metros hacia su izquierda. De alguna manera logró caer de pie pero el faltaba el aire y no tenía arma así que no podría seguir peleando - Pero... ¿Qué mierda?... Una patada... no puede ser... tan fuerte... - era un guerrero, debía aguantar el dolor, logró ponerse recto e inhaló y exhaló lentamente para que el aire entrase en su cuerpo y pudiese volver a pelear - Pasa la espada por favor... sigamos... - no debía volver a recibir patadas, los golpes parecían no ser tan fuertes, pero las patadas eran demasiado.

No logró golpear el rostro del hombre pero no importaba demasiado, de todas formas sus golpes con ese brazo no causaban tanto daño en comparación al resto de su cuerpo. Podía decir aún que logró su objetivo, pues al haberse acercado lo suficiente el hombre ya no podía utilizar su espada; de hecho la había dejado caer. Lo notó y llegó a entender lo que debía haber intentado hacer el hombre justo cuando impactó su pierna en el costado del hombre. Con la suficiente fuerza para desplazarlo un par de metros de dónde se encontraba. Estaba lo suficientemente cerca para escuchar el aire escapando del cuerpo ajeno y ver que no era lo que había esperado que sucediera. No pudo evitar sonreír un poco; mientras dejaba que el hombre recuperara el aliento.

Lo había supuesto por su reacción pero sus palabras lo confirmaron: no sabía que ella no era del todo humana. Las partes mecánicas de su cuerpo no se notaban a simple vista lo cual hacía difícil que los demás lo adivinaran. A pesar de que ella en realidad no lo trataba como un secreto, no le molestaba que se supiera. — Una patada de una persona normal seguro que no lo es. Yo soy un cyborg. — Le indicó al hombre. — Algunas partes mías son mecánicas y tal. — No especificó del todo porque no iba a empezar a enumerar en ese momento, en medio de un enfrentamiento. Pero seguramente ya debía haber adivinado la mayor parte; sus piernas y hasta podía sospechar de uno de sus brazos al haberla visto desviar la espada sin inmutarse. Se agachó para recoger aquel arma de madera y se la lanzó al castaño para que la atrapara.

Supuso que era su turno de atacar esta vez, algo que normalmente prefería no hacer pues nunca estaba segura de cómo debía hacerlo. Iba a resultar más difícil acercarse pues el hombre ya sabía que las patadas le harían daño; en el momento que estuviera lo suficientemente cerca seguro intentaría “cortarla” con la espada de madera. Sí, estaba segura pero no veía forma de evitarlo, a menos que se quedara parada y sin hacer nada. Recorrió la distancia que tenían entre ellos con un par de pasos rápidos y los brazos defendiendo su cuerpo, en una posición ligeramente diagonal. Se preparaba más para bloquear la espada de su oponente y contraatacar a partir de ese momento; pero, de llegar a acercarse lo suficiente se agacharía un poco, mantendría su brazo derecho cerca a su cuerpo mientras que intentaba golpear en el estómago al hombre con el brazo izquierdo.

Un Cyborg, tenía que ser un puto Cyborg. No podía ser una mujer normal, no, tenía que ser una máquina para matar con piernas de acero. Si ella hubiese usado toda su fuerza es probable que se le hubiesen roto costillas o quizás que justo una de estas, al romperse, se clavase en un órgano. Pero esto no había pasado, solo dolor, solo un futuro hematoma, nada más. Ella se estaba conteniendo, después de todo era un entrenamiento. Por el momento, evitar las piernas, los brazos quizás eran aceptables, por lo menos el derecho. Agarró la espada que ella le lanzó y pensó en lo útil que le sería haber traído Diales a aquel día pero generaban peso innecesario y no tenía sentido usar un "arma secreta" en algo como un entrenamiento. Después de todo, un Milky Dial a la cara y ella no podría ver por la nube que se formaría, después el atacarla sería sencillo, pero no estaría mejorando su habilidad sino que empleando una táctica que casi siempre era útil por que los seres del mundo inferior no conocían mucho sobre la existencia de los Diales.  

 Podía notarse la incomodidad ajena, como no sabía que hacer, como se cubría con los brazos por que era obvio que no iría a atacarle las piernas sino únicamente por sobre estas. El tener un rango limitado hacía que ella tuviese la ventaja, sin embargo por ahora solo sabía que las piernas eran de acero, el resto del cuerpo no. Si ella no había recibido modificaciones aparte de las piernas entonces quizás tenía una ventaja o una posibilidad de ganar. Wuayra esperó a realizar un contra-ataque, después de todo no iría a atacar 2 veces y dejarla a ella aprovecharse sino que él debía de aprovecharse. En este caso, un simple golpe hacia el abdomen, al agacharse un poco antes de darle el golpe fue obvio que este no iría a la altura de la cara sino abajo, hacia el estómago o pecho. Antes ya le había pegado en el estómago así que ella volvería a hacerlo, después de todo golpear una zona ya herida era una táctica básica ya que incluso el más mínimo toque causaría una cantidad demasiado alta de dolor.

Intentó desviar el golpe con la espada, haciendo que la hoja chocase contra el brazo ajeno y al hacer fuerza hacia su izquierda desviar el puño hacia la derecha ajena. El hacer eso, al mismo tiempo dio un paso hacia su derecha y un poco hacia adelante. Deslizaría la espada por el brazo ajeno, girando su muñeca para que la espada girase de tal modo que la parte con filo de la misma resbalase por el brazo izquierdo de la muchacha hasta llegar al hombro, lo que, en una pelea real, implicaría la pérdida del brazo. O quizás no, después de todo no sabía que ella era un Cyborg. Una vez hecho esto giraría su cuerpo hacia la izquierda y daría unos pasos hacia atrás para separarse de ella y que volviese a atacar. Parecía necesitar entrenamiento en eso más que en contra-atacar.

Nop, no resultó como había esperado. Algo así debía haberse sentido el hombre unos momentos atrás; aunque felizmente a ella no llegó a dolerle nada porque no le había atacado. De hecho, eso no era tan bueno. Vio un poco alarmada como la espada llegaba hasta su hombro, donde ya no se encontraban parte mecánicas sino su propia carne y hueso. Estaba consciente de que era un entrenamiento pero no podía evitar sentir un pequeño escalofrío. Aunque había sobrevivido a su pasado, las memorias seguían en su cabeza; podía afectarla en ocasiones pero no iban a detenerla. Se deshizo de aquella sensación apretando la mandíbula y volviendo a concentrarse en el entrenamiento, pensando qué debería hacer a continuación. El hombre había desviado el golpe en lugar de bloquearlo, además no había contraatacado aunque podía haberlo hecho.

Tasha frunció un poco el ceño sin saber a qué se debería exactamente, pero sobretodo porque eso volvía a dejarle a ella con el tener que atacar primero y no le gustaba hacerlo, no estaba segura de poder hacerlo bien y era frustrante. Sus ojos siguieron al hombre cuando este empezó a alejarse hacia su derecha, de modo que la espada volvería a deslizarse por su brazo, esta vez lejos de ella. Tasha giró un poco su mano para agarrarla y tirar de ella hacia abajo, dirigiéndola por detrás de ella. Pretendía arracarsela de las manos para que no tuviera la opción de desviar sus ataques otra vez y si era posible evitar que el hombre se alejara demasiado. Al mismo tiempo se adelantó un paso, apoyando su peso en la pierna izquierda y alzando la derecha para darle una patada en el costado. El contrario al que había golpeado antes. Quizás era pasarse un poco el intentar quitarle la espada, cuando apenas hace un momento se la había devuelto además, pero enojar a la joven era sencillo. Aún cuando sabía que el punto era justamente entrenar en lo que fallaba.

Cuando un monstruo agarra tu arma, lo más probable es que tire de ella, así que ya uno perdió el arma. Cuando ella agarró la espada Wuayra solamente la soltó, no iría a perder el balance cuando ella tirase de la misma. Después de todo el brazo izquierdo era biónico, no había reaccionado mostrando dolor ante el "corte" hecho con la espada de madera a aquel brazo, y la consistencia del "corte" no había sido la misma que la de la piel. De la misma manera que una pared se siente distinta a un cuerpo, podía sentir que ese brazo estaba hecho de metal y que por eso mismo la fuerza de este sería mayor a la promedio. Recibió la patada, dando un salto hacia la derecha en un intento de disminuir la fuerza del golpe. Era bastante simple en realidad, una patada de por si hacía cierto daño romo, pero no era nada comparado al de un golpe con un arma de filo. Recibió la patada, recibió daño, cayó al suelo y giró en este antes de levantarse intentando aguantar el dolor de la patada. Pero le dolía cada vez que respiraba, demasiado para alargar la pelea por mucho más tiempo.

No, tenía que terminarlo todo y quedar como el victorioso incluso ante un Cyborg. Y solo había una forma de hacer eso, buscó en un bolsillo por un Dial pero no los había llevado. Excelente, lo único que podía hacer sería luchar, pero sin armas contra un enemigo más fuerte, considerando que no luchaba demasiado bien sin espadas mientras que su enemigo se basaba en el uso de armas, hacía que ganar la batalla fuese algo casi imposible - ... Si das otro golpe... posiblemente me rompas algo... Carezco de arma... has ganado... - habló con la calma de alguien que aceptaba que no podía superar a su enemigo en su estado actual, después de todo realmente poco podía hacer contra aquel ser en ese momento. Si tuviese sus Diales y sus armas reales quizás sería distinto, pero por como había transcurrido la pelea quedaba poco por hacer - Bueno, ven conmigo, tienes que mejorar tu ataque aún. Puedes contra-atacar por que un bloqueo con la mano izquierda y piernas sería casi imposible de atravesar. Sin embargo flanqueas en el ataque... Dime tu estilo de pelea y tus armas y para mañana te traigo la forma en la cual podrías usar mejor tus habilidades... - no era que se creía superior a ella, de hecho en cuestión de poder era inferior, incluso había perdido. La diferencia era experiencia y cualquiera podría darse cuenta de eso, ella era demasiado joven y Wuayra alguien que había sido criado como un guerrero después de todo.

A veces olvidaba que no todas las personas tenía un carácter explosivo como ella. Esperaba que el hombre se enfadara, pues es lo que haría ella, pero se equivocó. — … Eh… — Se había pasado con los golpes. Aunque desde su punto de vista era difícil decidir eso. Sabía que sus piernas, así como su brazo izquierdo, eran más fuertes y le resultaba difícil controlar la fuerza con la que quería golpear. El hombre no parecía muy afectado, pues hablaba con calma y Tasha no le había visto hacer ninguna mueca de dolor aún; pero podía simplemente estar ocultándolo. — Lo siento… — Se disculpó, olvidándose que hace unos segundos estaba algo enojada. Después de todo el hombre era otra revolucionario y ella se preocupaba por cada uno de sus compañeros, incluso por aquellos que no conocía ni por nombre.

Recogió la espada que le había quitado al castaño y se le acercó a devolversela. — … Es muy obvio supongo… — Aún era molesto tener que admitirlo, pero él tenía razón. Irritante, pero tenía razón. Incluso le ofreció ayuda y Tasha le miró por un momento antes de responder. Se recordó que estaba ahí para entrenar y si alguien quería ayudarla no iba a decirle que no solo porque estaba un poco molesta porque le recordaran en qué no era buena. Además, el hombre tenía más experiencia. Si la espada hubiese sido real ella se habría mantenido más a la defensiva. Aún podría desviarla con su brazo izquierdo pero el resto de su cuerpo podía ser fácilmente cortado y ella tenía suficiente con que le cortaran partes del cuerpo. — Hmm… Realmente… prefiero atacar con las piernas si están cerca o el brazo izquierdo, son las partes mecánicas y hacen más daño; además tienen propulsores. Si están lejos entonces disparo, tengo un sub-fusil. — Respondió finalmente muy segura de que eso no contaba como un estilo del todo. En realidad era más tomar ventaja de las modificaciones a su cuerpo y un arma.

— Ah, también puedo disparar mis dedos. — Agregó mostrándole su mano izquierda que a simple vista parecía tan normal. — Mi nombre es Tasha, por cierto. — Pelea primero, presentate después.