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Creado por Wuayra Barca Miér Jul 06, 2016 7:04 pm
A diferencia de Skypea y Shandia, el mundo inferior tenía demasiadas islas, demasiadas culturas, demasiados lugares que visitar, y demasiados estilos de pelea que podría aprender. A pesar de lo que deseaba, todavía no estaba listo para poder luchar para la revolución, después de todo el conocimiento era poder y necesitaba conocer el mundo en el cual iba a vivir. Así como había visto islas como Ohara, también osaba admirar las islas que, bajo el gobierno mundial, podían aclamar ser pacíficas. Aquel archipiélago era de estos justamente, islas rurales cuyas técnicas agrarias eran menores a las empleadas en Shandía y cuyas casas parecían menos estables que las propias del mundo sobre las nubes. Si no se veían piratas era por el hecho de que, si estos asesinaban a los pobladores, posiblemente se enviasen marines a capturar a dichos piratas. Sin embargo eso no cambiaba el hecho de que el crimen estaría hecho.
¿Como podía vivir aquella gente sabiendo que su muerte podría estar tan cerca? ¿Acaso tanto confiaban en la marina o su conocimiento de la vida era tan poco que sus preocupaciones no variaban de temas relacionados con la cosecha? Como alguien entrenado en la guerra desde niño, le parecía extraña una isla como esa. El astro rey iluminaba el cielo con una intensidad casi igual a Sypea, sin embargo la ausencia de nubes hacía que su melancolía hacia su hogar se viese mitigada. Beber, emborracharse lo suficiente como para desinhibirse y empezar a hablar con los locales del bar, eso haría cualquier persona normal. Contempló la opción durante quizás un minuto, pero decidió no hacerlo, atraer a la gente quizás podría servir, pero era alguien con un "wanted", buscado por crímenes que ni había cometido. Era un luchador por la libertad, si, pero todavía no había empezado su guerra.
Entró en un bar, uno de muchos, y pidió un pedazo de carne y ensalada. Era una isla rural con varias granjas así que la carne y vegetales deberían tener mejor sabor que el normal en otras islas, o eso esperaba. Llevaba puesto una capa para que no se notasen las alas, unos pantalones largos deportivos y una remera de manga corta con cortes en la zona de la espalda para las alas. Su color de piel no era tan llamativo allí, la mayor parte tenían bronceados por el sol así que allí podía pasar desapercibido excepto por sus alas las cuales no se veían tras la capa. Mientras esperaba a la comida analizó al lugar, poca gente, la mayor parte comerían con su familia, casi todos marineros o mercaderes, gente que no vivía en aquella isla y que frecuentaba bares. Aquellos hombres parecían compartir la solitaria vida del revolucionario, por algún motivo se sentía cómodo allí.
¿Como podía vivir aquella gente sabiendo que su muerte podría estar tan cerca? ¿Acaso tanto confiaban en la marina o su conocimiento de la vida era tan poco que sus preocupaciones no variaban de temas relacionados con la cosecha? Como alguien entrenado en la guerra desde niño, le parecía extraña una isla como esa. El astro rey iluminaba el cielo con una intensidad casi igual a Sypea, sin embargo la ausencia de nubes hacía que su melancolía hacia su hogar se viese mitigada. Beber, emborracharse lo suficiente como para desinhibirse y empezar a hablar con los locales del bar, eso haría cualquier persona normal. Contempló la opción durante quizás un minuto, pero decidió no hacerlo, atraer a la gente quizás podría servir, pero era alguien con un "wanted", buscado por crímenes que ni había cometido. Era un luchador por la libertad, si, pero todavía no había empezado su guerra.
Entró en un bar, uno de muchos, y pidió un pedazo de carne y ensalada. Era una isla rural con varias granjas así que la carne y vegetales deberían tener mejor sabor que el normal en otras islas, o eso esperaba. Llevaba puesto una capa para que no se notasen las alas, unos pantalones largos deportivos y una remera de manga corta con cortes en la zona de la espalda para las alas. Su color de piel no era tan llamativo allí, la mayor parte tenían bronceados por el sol así que allí podía pasar desapercibido excepto por sus alas las cuales no se veían tras la capa. Mientras esperaba a la comida analizó al lugar, poca gente, la mayor parte comerían con su familia, casi todos marineros o mercaderes, gente que no vivía en aquella isla y que frecuentaba bares. Aquellos hombres parecían compartir la solitaria vida del revolucionario, por algún motivo se sentía cómodo allí.
Wuayra Barca
Hoja de personaje
Nivel:
(10/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Saytan Wingtribe Jue Jul 07, 2016 1:18 pm
Aquel bar en el que Wuayra ingresó, contaba con ciertos espacios junto a las esquinas y paredes del establecimiento que disponían de algunas cortinas que estaban sujetas a unas barras cilíndricas en la parte superior del techo. Las personas podían tomar esas telas y moverlas de un lado a otro con el fin de revelear u ocultar lo que sucedía tras ellas, como si se tratase de un truco de magia. Cada cortinero, si se le puede llamar así, tenía la función de dar cierto toque de privacidad a múltiples mesas y sillas que estaban del otro lado, permitiendo que muchos bebieran, comieran o jugaran con un toque ligero de secretismo.
Ciertamente el ambiente era un poco desmotivador, y el ruido era prácticamente nulo. Todos comían tranquilamente, más sin embargo, se escuchaban unas risas detrás de ciertas cortinas... eran bastante audibles y muchas personas giraban sus cabezas para tratar de averiguar qué pasaba allí. Un niño incluso preguntó a su madre quienes estaban y ella sin más le regañó y pidió que siguiera comiendo.
El bar tender salió de su área de trabajo y caminó hacia aquella área con un par de bebidas que parecían ser limonadas. Incluso le mencionó a su nuevo cliente que ya regresaba a preparar su pedido. Corrió el cortinero y se apreció a 3 hombres sentados, parecían estar alegres y esbozaban unas enormes sonrisas. Había otro más de ese grupo que estaba en medio y estaba igualmente motivado, más sin embargo, tenía ciertas características más llamativas y reconocibles en comparación a los dos restantes. El pelo del individuo era negro, llevaba una camiseta manga larga color vino y se le veían unos tirantes de cuero que se extendían por sus hombros, espalda y abdomen. El Bar tender entregó lo que tenía que entregar y preguntó si necesitaban algo más, pero ellos se negaron. Regresó a su sitio de trabajo a preparar la comida del personaje de Wuayra, no sin antes volver a cerrar la cortina para bloquear la vista a terceros.
Para muchos, hubiera sido difícil el ver qué hacían allí. Pero era claro que había un total de 3 personas.
Ciertamente el ambiente era un poco desmotivador, y el ruido era prácticamente nulo. Todos comían tranquilamente, más sin embargo, se escuchaban unas risas detrás de ciertas cortinas... eran bastante audibles y muchas personas giraban sus cabezas para tratar de averiguar qué pasaba allí. Un niño incluso preguntó a su madre quienes estaban y ella sin más le regañó y pidió que siguiera comiendo.
El bar tender salió de su área de trabajo y caminó hacia aquella área con un par de bebidas que parecían ser limonadas. Incluso le mencionó a su nuevo cliente que ya regresaba a preparar su pedido. Corrió el cortinero y se apreció a 3 hombres sentados, parecían estar alegres y esbozaban unas enormes sonrisas. Había otro más de ese grupo que estaba en medio y estaba igualmente motivado, más sin embargo, tenía ciertas características más llamativas y reconocibles en comparación a los dos restantes. El pelo del individuo era negro, llevaba una camiseta manga larga color vino y se le veían unos tirantes de cuero que se extendían por sus hombros, espalda y abdomen. El Bar tender entregó lo que tenía que entregar y preguntó si necesitaban algo más, pero ellos se negaron. Regresó a su sitio de trabajo a preparar la comida del personaje de Wuayra, no sin antes volver a cerrar la cortina para bloquear la vista a terceros.
Para muchos, hubiera sido difícil el ver qué hacían allí. Pero era claro que había un total de 3 personas.
Saytan Wingtribe
Hoja de personaje
Nivel:
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Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Wuayra Barca Mar Jul 12, 2016 5:05 pm
El ruido de las risas no le resultaba molesto, lo contrario, le hacía recordar a su hogar cuando para celebrar una cacería exitosa se sentaban frente a un fogón y se cantaba y se detallaba la cacería, normalmente esto hecho por el más joven, mientras los niños entusiasmados escuchaban y los adultos se relajaban ante el fuego y el alcohol. Demasiadas cosas le recordaban a su hogar, como si aquella antítesis de cielo y tierra no separase a gente tan distinta. Pensó en preguntar acerca del motivo por el cual parecían hallarse riendo aquellas personas, pero entrar hacia el otro lado de una cortina, expresamente puesta para evitar ser molestado, no sería apreciado por aquellos extraños. Y si algo había aprendido a lo largo de sus años era que una cortina cerrada implicaba peligro para el que mirase detrás de ella, siempre y cuando quien estuviese detrás de la cortina estuviese dispuesto a matar. Pero ese sería cuento para otro día, afortunadamente a él no le había pasado nada pero una vez hubo un engaño y la situación no había terminado demasiado bien.
¿Usar la excusa del baño? La ausencia de comida en su plato significaba la posibilidad de ir a quejarse de la tardanza, considerando que, por lo poco que había visto, allí se hallaba un mesero. Otra excusa, una un poco extraña realmente, pero tan extraña que nadie tomaría como una invención, sería arrojar el cubierto hacia el otro lado de la cortina e ir a buscarlo. Después de todo la distancia entre su mesa y la cortina no era demasiada, si golpeaba al tenedor a la parte de las "cabezas" con la suficiente fuerza podría hacer que este se viese impulsado hacia justamente la cortina. Con suerte iría a pasarla y tendría una excusa para fijarse en que había del otro lado. La pregunta sería la excusa por la cual habría hecho eso, quizás simplemente poner las manos en la mesa y al hacerlo sin querer golpear el tenedor, no, no podía encontrar la excusa perfecta. Ya lo supo, se preguntó como no se le había ocurrido, era sencillo, era hermoso. Se levantó de su asiento y simplemente fue hacia el otro lado de la cortina, corriendo esta hacia un lado para poder pasar, observaría a los 3 hombres como si buscase algo, pero no diría nada, solo se fijaría en ellos, luego en el escenario detrás de la cortina.
¿Usar la excusa del baño? La ausencia de comida en su plato significaba la posibilidad de ir a quejarse de la tardanza, considerando que, por lo poco que había visto, allí se hallaba un mesero. Otra excusa, una un poco extraña realmente, pero tan extraña que nadie tomaría como una invención, sería arrojar el cubierto hacia el otro lado de la cortina e ir a buscarlo. Después de todo la distancia entre su mesa y la cortina no era demasiada, si golpeaba al tenedor a la parte de las "cabezas" con la suficiente fuerza podría hacer que este se viese impulsado hacia justamente la cortina. Con suerte iría a pasarla y tendría una excusa para fijarse en que había del otro lado. La pregunta sería la excusa por la cual habría hecho eso, quizás simplemente poner las manos en la mesa y al hacerlo sin querer golpear el tenedor, no, no podía encontrar la excusa perfecta. Ya lo supo, se preguntó como no se le había ocurrido, era sencillo, era hermoso. Se levantó de su asiento y simplemente fue hacia el otro lado de la cortina, corriendo esta hacia un lado para poder pasar, observaría a los 3 hombres como si buscase algo, pero no diría nada, solo se fijaría en ellos, luego en el escenario detrás de la cortina.
Wuayra Barca
Hoja de personaje
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Creado por Saytan Wingtribe Jue Jul 14, 2016 8:42 pm
El ambiente que se estaba desarrollando por detrás de la cortina era estupendamente agradable para los 3 sujetos. El primero era un hombre de piel morena, pelo corto y castaño, un poco gordo y con una nariz particularmente más enorme en comparación a sus orejas, boca y ojos. Las vestimentas de dicho, eran simples prendas de segunda mano: chalecos cortos, sin mangas, pantalones a medio ruedo y desgastados, botas bien gruesas y un cinturón que posiblemente usaba para cargar sus pertenencias y ese par de revólver, parecía estar entre los 28 o quizás 33 años. El segundo era mayor, quizás llegaba a los 50, pero lo más distintivo de él era su gorra mostaza la cual estaba por encima de una pañoleta con dibujos de estrellitas con gotas de sangre, su vestimentas eran similares a las del gordo. El viejo de piel clara tenía músculos, se le veían los bíceps, tríceps y sus hombros se veían gruesos, se mantenía en forma, y más aún porque en los hombros tenía unos tatuajes similares a aquellas estrellas de la pañoleta.
El tercero, que estaba justamente en medio entre aquellos dos, se trataba de Saytan. Su cabello era relativamente corto, pero más largo en comparación a los otros dos. Era de color negro y su color de piel era similar a la del viejo. Vestía una camisa manga larga blanca, pero las mangas de dicha estaban debidamente recogidas a 4 dedos de distancia de la muñeca, denotando que ha llevado allí sentado unas cuantas horas. Vestía un cinturón marrón que sujetaba un pantalón totalmente negro con algunos adornos metálicos, cierres y argollas, lo particular de esa vestimenta inferior es que eran super apretados, dejando entrever que Saytan era relativamente un “enclenque delgaducho” en comparación a los otros dos. En todo el borde del sofá donde los 3 estaban sentados, se apreciaba un chaquetón negro, con un cuello alto el cual estaba debidamente colocado en él, quizás pertenecía a Saytan. Por toda la camisa manga larga blanca llevaba unos tirantes que le servían para enganchar y/o guardar sus dos tonfas negras que se veían por los laterales de su abdomen, una a la derecha, la otra a la izquierda. Justo detrás de Saytan, se apreciaba un bastón Bo, pero ya estaba colocado sobre el sofá.
La mesa en la que estaban reunidos, poseía muchas botellas vacías, ánforas de agua, tarros de cerveza y un escupidor, de esos que suelen usar los vaqueros del viejo oeste en los bares. Se podía oler el humo a tabaco, y efectivamente, era cierto; el viejo llevaba un cenicero a medio llenar y entre sus dedos sujetaba ese asqueroso vicio. Tenían la reunión bien montada, con excepción de que en el lado de Saytan, solo se apreciaban vasos y pequeños cocteles, no parecían ser bebidas alcohólicas, ya que tenían un color similar a aquellas naranjas que el mesero había llevado en su último viaje, que joven tan particularmente extraño por la compañía que llevaba.
Saytan subió su mirada en el momento en que Wuayra corrió la cortina y miró qué pasaba dentro, quiénes estaban y que llevaban consigo. El pelinegro sonrió, pero los otros dos giraron un poco sus cuerpos para apreciar al intruso, lo miraron de mala forma pero quisieron guardarse los insultos o comentarios de poca monta. ~ ¿Quién rayos eres? ¿Qué necesitas? ~ Mencionó el viejo, queriendo saber la razón por la cual ese tipo se había atrevido a entrar sin permiso o previo aviso.
El tercero, que estaba justamente en medio entre aquellos dos, se trataba de Saytan. Su cabello era relativamente corto, pero más largo en comparación a los otros dos. Era de color negro y su color de piel era similar a la del viejo. Vestía una camisa manga larga blanca, pero las mangas de dicha estaban debidamente recogidas a 4 dedos de distancia de la muñeca, denotando que ha llevado allí sentado unas cuantas horas. Vestía un cinturón marrón que sujetaba un pantalón totalmente negro con algunos adornos metálicos, cierres y argollas, lo particular de esa vestimenta inferior es que eran super apretados, dejando entrever que Saytan era relativamente un “enclenque delgaducho” en comparación a los otros dos. En todo el borde del sofá donde los 3 estaban sentados, se apreciaba un chaquetón negro, con un cuello alto el cual estaba debidamente colocado en él, quizás pertenecía a Saytan. Por toda la camisa manga larga blanca llevaba unos tirantes que le servían para enganchar y/o guardar sus dos tonfas negras que se veían por los laterales de su abdomen, una a la derecha, la otra a la izquierda. Justo detrás de Saytan, se apreciaba un bastón Bo, pero ya estaba colocado sobre el sofá.
La mesa en la que estaban reunidos, poseía muchas botellas vacías, ánforas de agua, tarros de cerveza y un escupidor, de esos que suelen usar los vaqueros del viejo oeste en los bares. Se podía oler el humo a tabaco, y efectivamente, era cierto; el viejo llevaba un cenicero a medio llenar y entre sus dedos sujetaba ese asqueroso vicio. Tenían la reunión bien montada, con excepción de que en el lado de Saytan, solo se apreciaban vasos y pequeños cocteles, no parecían ser bebidas alcohólicas, ya que tenían un color similar a aquellas naranjas que el mesero había llevado en su último viaje, que joven tan particularmente extraño por la compañía que llevaba.
Saytan subió su mirada en el momento en que Wuayra corrió la cortina y miró qué pasaba dentro, quiénes estaban y que llevaban consigo. El pelinegro sonrió, pero los otros dos giraron un poco sus cuerpos para apreciar al intruso, lo miraron de mala forma pero quisieron guardarse los insultos o comentarios de poca monta. ~ ¿Quién rayos eres? ¿Qué necesitas? ~ Mencionó el viejo, queriendo saber la razón por la cual ese tipo se había atrevido a entrar sin permiso o previo aviso.
Saytan Wingtribe
Hoja de personaje
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(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Ord "The Dead" Jue Jul 21, 2016 8:05 pm
Creía con firmeza ser el médico más feo de todos los blues y de momento no había conocido a alguien que me hiciera frente en ese aspecto que no me enorgullecía para nada pero de momento viajaba por el East Blue y me encontraba visitando una isla bastante rural. No era que mi presencia fuese especialmente necesaria pero cualquier isla era buena para conocer al médico del pueblo y charlar un poco con él, Syrup no sería la excepción. Sin duda no era la medicina más avanzada pero al menos el tipo tenía experiencia.
Había ido junto al médico de nombre Salmonk a un bar a charlar, aparentemente era el típico medico borracho, había muchos así por el mundo. Yo lo era un poco pero prefería más que el alcohol, en ocasiones brebajes con plantas o inciensos que yo mismo preparaba pero no iba a negar una buena copa de un hermano asociado al colegio de médicos de los 4 Blues. Estar afiliado era una buena forma de reconocer a los más estudiosos de ese campo que requería de tanta vocación.
Al entrar el lugar estaba bastante vació, no parecía un lugar especialmente agradable pero era el que del lugar había elegido. Nos sentamos en la barra y ambos pedimos un whiskey para seguir con la fluida conversación sobre medicina. Dentro del lugar y ya con la bebida en mano vislumbre la figura de un tipo familiar, era un loco que había visto en Goa, era un problema porque el me había visto robar pero yo también, evidentemente si me veía sabríamos mutuamente que eramos criminales, al menos yo ya lo sabía, pero parecía que otro tipo le estaba alegando por algo, no era de mi interés buscar problemas, de momento estaba tranquilo con mi trago y con la compañía del tipo ebrio que parecía, con forme íbamos tomando más, preferir hablar demasiado de mujeres que de su trabajo, evidentemente yo solo asentía porque no sabía lo que era estar con una mujer, no lo iba a decir pero si reafirmaría su postura machista solo para no entrar en una discusión con él o que me tratase mal de alguna forma. Cada vez que me preguntaba algo daba un largo trago e inventaba algo medianamente creíble para no quedar mal, eso creía, tampoco era el mejor mentiroso pero el médico que me acompañaba tampoco estaba tan sobrio como para prestar tanta atención a eso cuando lo que parecía pretender era ufanarse de un pasado mujeriego que lo había llevado al alcoholismo y la soledad.
Había ido junto al médico de nombre Salmonk a un bar a charlar, aparentemente era el típico medico borracho, había muchos así por el mundo. Yo lo era un poco pero prefería más que el alcohol, en ocasiones brebajes con plantas o inciensos que yo mismo preparaba pero no iba a negar una buena copa de un hermano asociado al colegio de médicos de los 4 Blues. Estar afiliado era una buena forma de reconocer a los más estudiosos de ese campo que requería de tanta vocación.
Al entrar el lugar estaba bastante vació, no parecía un lugar especialmente agradable pero era el que del lugar había elegido. Nos sentamos en la barra y ambos pedimos un whiskey para seguir con la fluida conversación sobre medicina. Dentro del lugar y ya con la bebida en mano vislumbre la figura de un tipo familiar, era un loco que había visto en Goa, era un problema porque el me había visto robar pero yo también, evidentemente si me veía sabríamos mutuamente que eramos criminales, al menos yo ya lo sabía, pero parecía que otro tipo le estaba alegando por algo, no era de mi interés buscar problemas, de momento estaba tranquilo con mi trago y con la compañía del tipo ebrio que parecía, con forme íbamos tomando más, preferir hablar demasiado de mujeres que de su trabajo, evidentemente yo solo asentía porque no sabía lo que era estar con una mujer, no lo iba a decir pero si reafirmaría su postura machista solo para no entrar en una discusión con él o que me tratase mal de alguna forma. Cada vez que me preguntaba algo daba un largo trago e inventaba algo medianamente creíble para no quedar mal, eso creía, tampoco era el mejor mentiroso pero el médico que me acompañaba tampoco estaba tan sobrio como para prestar tanta atención a eso cuando lo que parecía pretender era ufanarse de un pasado mujeriego que lo había llevado al alcoholismo y la soledad.
Ord "The Dead"
Hoja de personaje
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(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 | 1 |
Creado por Saytan Wingtribe Jue Jul 28, 2016 1:06 am
Otra ronda de bebidas alcohólicas y bebidas dulces frutales fueron llevadas a la mesa donde estaban los 3 sujetos. El viejo que acompañaba a Saytan reía y brindaba por un gran día, el más joven hacía lo mismo mientras se rascaba su pecho de una manera muy vulgar y descarada. Les sonrió a ambos y tomó el vaso de naranja que tenía y lo chocó con el de ellos a la par para dar inicio a otra ronda. El pelinegro apartó otras 2 bebidas hacia su costado izquierdo del gran asiento en el que estaba sentado, y se apreciaba dos espacios vacíos. La realidad de ello era la siguiente: Las dos hermanas de Saytan estaban allí sentadas. Una bebía de su limonada, y la otra estaba encantando su paladar con un exótico toque de frutas tropicales. ~ La bebida está exquisita... Agradezco mucho el que nos hayas traído hoy, Onii-chan ~ Tangela cerró sus ojos y mantuvo una inocente risa. El pelinegro desvió su mirada de sus dos colegas de tripulación y entabló una corta e interesante conversación con ella.
Los acompañantes de Saytan estaban conscientes del problema mental que él poseía, por ende evitaban criticar o arrojar comentarios relacionados a sus hermanas o a las acciones que fueran dirigidas hacia ellas, al fin y al cabo, le debían respeto al muchacho. El tipo joven se paró y pidió permiso, debía ir al baño para soltar todo el líquido que había hasta ahora. Corrió la cortina y lo primero que vio fue a un hombre con unos brazos particularmente largos, un rostro feo y un cuerpo muy delgaducho. ~ Saytan, regreso en un par de minutos ~ Dijo, y corrió la cortina una vez más para que nadie visualizase quien estaba del otro lado. En el camino al baño, aprovechó de mirar una vez más a Ord, nunca había visto algo tan feo.
Era hora de regresar y finalmente el hombre inventó la excusa de que tenía que buscar una botella en el bar, aprovechando el acercamiento para visualizar al ser de hace ratito, en conjunto de su acompañante. Recibió la botella y volvió al área donde se llevaba a cabo el festejo. ~ Acabo de ver a la cosa más horrible. Está justo en el bar ~ Exclamó el joven, quien tomó asiento, echando una carcajada y dirigiéndose a sus dos Nakamas, tanto a Saytan como al viejo. ~ ¿Feo? ~Preguntó Saytan y éste se paró con el fin de asomar su cabeza por entre las cortinas y reconocer de manera inmediata a ese hombre… al que estaba en el Reino de Goa. Introdujo su cabeza dentro del área con el fin de que no le viese y volteó a conversar con sus compañeros. ~ Muchachos… muchachos, adivinen lo que ha traído el gato para este día ~ Relamió sus labios y llamó a Tangela, la cual se asomó para sorprenderse de igual forma. ~ Ese… ese… es ¡ ORD ! ~ Su hermana le había ayudado a recordarlo, pero sus piernas comenzaron a temblar, demostrando aún que sentía un poco de temor por el terrorífico aspecto de dicho hombre. ~ Es otro piratilla. ~ Mostró sus dientes riendo cual niño con su regalo recién abierto y siguió hablando. ~… invitenle una o dos copas, de mi parte. ~ Saytan se sentó en su respectivo asiento y el camarero recibió órdenes de los otros 2 sujetos para que le enviaran al hombre de brazos largos pero eso sí, no debía decir quién le había invitado esa ronda de bebidas.
Los acompañantes de Saytan estaban conscientes del problema mental que él poseía, por ende evitaban criticar o arrojar comentarios relacionados a sus hermanas o a las acciones que fueran dirigidas hacia ellas, al fin y al cabo, le debían respeto al muchacho. El tipo joven se paró y pidió permiso, debía ir al baño para soltar todo el líquido que había hasta ahora. Corrió la cortina y lo primero que vio fue a un hombre con unos brazos particularmente largos, un rostro feo y un cuerpo muy delgaducho. ~ Saytan, regreso en un par de minutos ~ Dijo, y corrió la cortina una vez más para que nadie visualizase quien estaba del otro lado. En el camino al baño, aprovechó de mirar una vez más a Ord, nunca había visto algo tan feo.
Era hora de regresar y finalmente el hombre inventó la excusa de que tenía que buscar una botella en el bar, aprovechando el acercamiento para visualizar al ser de hace ratito, en conjunto de su acompañante. Recibió la botella y volvió al área donde se llevaba a cabo el festejo. ~ Acabo de ver a la cosa más horrible. Está justo en el bar ~ Exclamó el joven, quien tomó asiento, echando una carcajada y dirigiéndose a sus dos Nakamas, tanto a Saytan como al viejo. ~ ¿Feo? ~Preguntó Saytan y éste se paró con el fin de asomar su cabeza por entre las cortinas y reconocer de manera inmediata a ese hombre… al que estaba en el Reino de Goa. Introdujo su cabeza dentro del área con el fin de que no le viese y volteó a conversar con sus compañeros. ~ Muchachos… muchachos, adivinen lo que ha traído el gato para este día ~ Relamió sus labios y llamó a Tangela, la cual se asomó para sorprenderse de igual forma. ~ Ese… ese… es ¡ ORD ! ~ Su hermana le había ayudado a recordarlo, pero sus piernas comenzaron a temblar, demostrando aún que sentía un poco de temor por el terrorífico aspecto de dicho hombre. ~ Es otro piratilla. ~ Mostró sus dientes riendo cual niño con su regalo recién abierto y siguió hablando. ~… invitenle una o dos copas, de mi parte. ~ Saytan se sentó en su respectivo asiento y el camarero recibió órdenes de los otros 2 sujetos para que le enviaran al hombre de brazos largos pero eso sí, no debía decir quién le había invitado esa ronda de bebidas.
Saytan Wingtribe
Hoja de personaje
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Creado por Ord "The Dead" Sáb Jul 30, 2016 2:34 am
Justo en ese momento algo pasaría que me revelaría más de lo que deseaba, unos tragos llegaría a la zona donde estábamos sentados el doctor y yo, esperaba que fuese de algún conocido del lugar pero luego de que este le preguntara al bartender que le había acercado el par de tragos este señalaría a donde había visto antes, donde estaba ese pirata que en Goa habían robado algunas cosillas de una tienda. Lo miraría de manera poco motivada, realmente no quería hablar con él pero invitar a un trago parecía emocionar al médico, ese hacía relativamente poco tiempo acababa de conocer. Lo levantaría y mirándome me decía -Salud tipo de negro- sin mucho ánimo lo bebí en su compañía para luego observar como se levantaba y caminaba hacia la mesa de donde parecían venir los tragos. El problema fue que me jalo del brazo, maldita sea, enserio me iba a relacionar con un pirata, eso era bastante problemático, yo siempre prefería no mezclar mis actividades delictivas (en esa época eran bastante menores al grado de mitomanía) con las que involucraban la medicina como la estancia actual donde se quedaba y de quien estaba aprendiendo sobre algunos medicamentos.
Sin duda era demasiado previsible que algo malo pasaría, el lugar estaba algo vacío, la atmósfera no decía absolutamente nada, era el preludio antes de una estridente melodía que podía hacer volar sillas y mesas, ese tipo era un loco pero tal vez por estar bebiendo alcohol fuese diferente, tal vez por mandar ese trago buscaba una platica amena, tal vez sería un día tranquilo. Era lo que quería, lo que esperaba y lo que me hubiese podido decirle al pelinegro apenas le hablase pero mis palabras serían otras. Saldrían luego de unas que no esperaba. Bah que más da, la vida no vale nada, podía suceder lo que fuese, los dementes son tan impredecibles como el rumbo de una gota en una superficie lisa.
Mientras caminaba junto a ese doctor que no se imaginaba que al tipo al que le ibamos a hablar era un completo demente, lo había visto discutiendo con la nada, visiones de personas imaginarias, definitivamente nada bueno podía salir de allí y del trato con ese tipo. Me acercaba junto al doc y sonreía mientras escuchaba lo que este decía -Eh ¿joven has sido paciente mio o que? Igualmente gracias por el trago, este tipo, mi amigo tambien lo agradece- me señalaba y yo replicaba -ueueue doc en realidad lo conocí hace un tiempo, supongo no querrá que lo molestemos, muchas gracias- esperaba llevármelo lejos, ya estaba algo ebrio y podía ser molesto, lo era para mi y para el pirata de las tonfas también pero ese anciano era un pobre diablo, no cargaba con nada encima por suerte, parecía que ni siquiera tenía donde caer muerto pero al menos se notaba que vivía alegre pero decía -Te molesta que te pregunte tu nombre, sin duda tomar un trago con alguien te hermana de cierta medida- el tipo llamaba al bartender que sin duda lo conocía porque con una seña rápidamente apareció con una ronda para todos los de la mesa sin haberme percatado, el tipo ya se estaba sentando, demasiado rápido hacía las cosas, yo desde mi altura cercana a los dos metros solo los veía desde arriba para ver la reacción de ese joven pirata, tantas cosas podían salir mal, no imaginaba que sería en ese momento pero el pesimismo me invadía, como casi siempre -ueeee- dejaba salir ese sonido mientras mantenía la boca abierta por unos momentos.
Sin duda era demasiado previsible que algo malo pasaría, el lugar estaba algo vacío, la atmósfera no decía absolutamente nada, era el preludio antes de una estridente melodía que podía hacer volar sillas y mesas, ese tipo era un loco pero tal vez por estar bebiendo alcohol fuese diferente, tal vez por mandar ese trago buscaba una platica amena, tal vez sería un día tranquilo. Era lo que quería, lo que esperaba y lo que me hubiese podido decirle al pelinegro apenas le hablase pero mis palabras serían otras. Saldrían luego de unas que no esperaba. Bah que más da, la vida no vale nada, podía suceder lo que fuese, los dementes son tan impredecibles como el rumbo de una gota en una superficie lisa.
Mientras caminaba junto a ese doctor que no se imaginaba que al tipo al que le ibamos a hablar era un completo demente, lo había visto discutiendo con la nada, visiones de personas imaginarias, definitivamente nada bueno podía salir de allí y del trato con ese tipo. Me acercaba junto al doc y sonreía mientras escuchaba lo que este decía -Eh ¿joven has sido paciente mio o que? Igualmente gracias por el trago, este tipo, mi amigo tambien lo agradece- me señalaba y yo replicaba -ueueue doc en realidad lo conocí hace un tiempo, supongo no querrá que lo molestemos, muchas gracias- esperaba llevármelo lejos, ya estaba algo ebrio y podía ser molesto, lo era para mi y para el pirata de las tonfas también pero ese anciano era un pobre diablo, no cargaba con nada encima por suerte, parecía que ni siquiera tenía donde caer muerto pero al menos se notaba que vivía alegre pero decía -Te molesta que te pregunte tu nombre, sin duda tomar un trago con alguien te hermana de cierta medida- el tipo llamaba al bartender que sin duda lo conocía porque con una seña rápidamente apareció con una ronda para todos los de la mesa sin haberme percatado, el tipo ya se estaba sentando, demasiado rápido hacía las cosas, yo desde mi altura cercana a los dos metros solo los veía desde arriba para ver la reacción de ese joven pirata, tantas cosas podían salir mal, no imaginaba que sería en ese momento pero el pesimismo me invadía, como casi siempre -ueeee- dejaba salir ese sonido mientras mantenía la boca abierta por unos momentos.
Ord "The Dead"
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(24/100)
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Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 | 1 |
Creado por Saytan Wingtribe Lun Ago 01, 2016 10:28 pm
~ Vamos... mis pequeñines, échense a un lado. Que vienen para acá ~ Ordenó Saytan a sus dos subordinados, y éstos se fueron deslizando por el sofá. Ord estaba siendo jalado por otro hombre, el cual era desconocido tanto para el pirata de pelo negro como para sus dos hermanas. ~ Ese no lo conozco, Onii-chan. ¿Tú lo reconoces Saya-chan? ~ La pequeña de pelo largo naranja terminó de dar un sorbo a su respectiva bebida y movió su cabeza de un lado a otro, aclarando que tampoco se le hacía conocido. ~ Según recuerdo... a ese sujeto feo nunca le dije mi nombre y lo traté de manera irrespetuosa. No me importó en lo absoluto. ~ Su tono de voz fue bajo, siendo solo audible para las hermanas y sus dos subordinados, quiénes extendían sus brazos al frente en señal de saludo y bienvenida.
Sin embargo, todo pirata poseía un Wanted y tras lo sucedido en la isla de Dawn el cartel de Se Busca de Wingtribe había emitido un gran salto, alcanzando una cifra bastante particular para los blues. Muchos ya podían conocer su nombre así que mantener su identidad o misterio de su nombre era algo ya imposible.
El pelinegro golpeó suavemente la mesa en la que estaba sentado, llamando la atención de los otros clientes y del mesero quien se tuvo que acercar minutos después de que el amigo de Ord y éste último tomaron asiento. ~ ! Alegría y emoción ! ! Sonrían un poco ! ... Ha pasado bastante tiempo desde que nos vimos hombre feo y mugriento ~ Dijo en un tono sarcástico, tal como había sido en el Reino de Goa. ~ Mi nombre ya debe ser conocido. ~ Saytan giró su cabeza y apreció a Saya ~ Hermanita, pásame el Wanted ~ Lo hacía una vez más, el muchacho ya estaba hablando solo, y sacó de su bolsillo un cartel de Se Busca a pesar de que él desde su punto de vista estaba recibiendo dicho papel de su hermana. ~ Se le agradece. Por cierto... chicos, sírvanle un poco a los invitados ~ Abrió el papel, para ofrecerlo a ambos hombres. ~ Aquí está ~ Sonrió y sus dos subordinados prepararon las botellas para darles un gustazo. En el Wanted, finalmente se apreció el nombre del pirata, cosa que nunca le dijo a Ord en Dawn. ~ Me ha surgido una duda... ¿qué hacen por una isla tan particular como Syrup? ~ Saytan posó uno de los codos sobre la mesa, apoyándolo y luego sujetando su propia cabeza con la mano.
Sin embargo, todo pirata poseía un Wanted y tras lo sucedido en la isla de Dawn el cartel de Se Busca de Wingtribe había emitido un gran salto, alcanzando una cifra bastante particular para los blues. Muchos ya podían conocer su nombre así que mantener su identidad o misterio de su nombre era algo ya imposible.
El pelinegro golpeó suavemente la mesa en la que estaba sentado, llamando la atención de los otros clientes y del mesero quien se tuvo que acercar minutos después de que el amigo de Ord y éste último tomaron asiento. ~ ! Alegría y emoción ! ! Sonrían un poco ! ... Ha pasado bastante tiempo desde que nos vimos hombre feo y mugriento ~ Dijo en un tono sarcástico, tal como había sido en el Reino de Goa. ~ Mi nombre ya debe ser conocido. ~ Saytan giró su cabeza y apreció a Saya ~ Hermanita, pásame el Wanted ~ Lo hacía una vez más, el muchacho ya estaba hablando solo, y sacó de su bolsillo un cartel de Se Busca a pesar de que él desde su punto de vista estaba recibiendo dicho papel de su hermana. ~ Se le agradece. Por cierto... chicos, sírvanle un poco a los invitados ~ Abrió el papel, para ofrecerlo a ambos hombres. ~ Aquí está ~ Sonrió y sus dos subordinados prepararon las botellas para darles un gustazo. En el Wanted, finalmente se apreció el nombre del pirata, cosa que nunca le dijo a Ord en Dawn. ~ Me ha surgido una duda... ¿qué hacen por una isla tan particular como Syrup? ~ Saytan posó uno de los codos sobre la mesa, apoyándolo y luego sujetando su propia cabeza con la mano.
Saytan Wingtribe
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Ord "The Dead" Dom Ago 07, 2016 12:07 am
La situación me era incomoda y problemática, a sabiendas de que el tipo que nos invitaba a tomar era un criminal y que a mi criterio, según lo que le había visto hacer, tenía algún padecimiento mental, la chica pelirroja con la que lo había encontrado había estado en un estado de pánico y su comportamiento había sido errático desde que lo vi luchar con marines y luego huir pero en fin, había acabado ahí y lo importante era salir parado lo mejor posible o al menos sin muchos destrozos, a fin de cuenta era un bar de mala muerte en pueblillo alejado como Syrup.
Estaba sentado y no era precisamente donde quería, un médico borracho a mi lado, un mesero que parecía novato, un criminal (junto a unas hermanitas que no alcance a ver nunca, ¡Era terrorífico! Tener un tipo así en frente ) y otros dos tipos, que realmente lucían mal, yo era consciente de lo feo que soy y eso pero al menos no soy tonto, gracias a algún estúpido dios, si es que alguno puso atención durante mi concepción o creación, si es que lo hacen o se la pasan jugando juegos tontos de los que tiene poder dejando a la libre y al azar cada vida, que si bien para cada uno de nosotros vale mucho para ellos no somos más que mierda reciclable, por eso el universo es injusto y por eso la vida realmente apesta para los que nacemos sin estrella, los que debemos forjarla con empeño. Claramente eso era parte de lo que pensaba pero había un gran abismo cuando pensaba en lo que quería y luego en lo que podía hacer, el valor, bendito y carente don para los que vivimos en el miedo, en la opresión de nuestra voluntad por la sociedad, estúpida sociedad, estúpida y superficial sociedad. Pero viendo el lado bueno el criminal que tenía enfrente me dejaba una enseñanza, que si bien era repetida una y mil veces era importante no olvidar, era un tipo guapo, sin duda, no me pondría a negarlo, salta a la vista cuando alguien lo es como también salta cuando alguien me ve y me llama feo pero volviendo al punto era que este tipo evidentemente algo le torturaba, quizás más que a mi las banalidades de la belleza, que por suerte con el tiempo podría superar, el por otro lado estaba atado a algo más allá de la compresión, que al menos para mí, era concebible. En ese momento pensaría lo feliz que me hacía mi mente sana y sin querer presumir ante nadie inteligente, eran solo mis pensamientos, apreciaba estar estable y cuerdo, ser útil con otros sin esperar nada a cambio, me gustaba considerarme bueno pese a los errores cometidos.
Una vez devuelta a la realidad de la mesa y el mesero que había sido llamado previamente servia una ronda para todos le respondía a el tipo que parecía muy feliz leyendo/exhibiendo carteles de wanted, yo el mio casi siempre lo trataba de ocultar pero no lo iba a criticar, probablemente eso le hacía feliz como a mi el conocimiento médico, para todo hay vocación -Muchas gracias por la invitación, no esperaba topar con alguien al que conocí de vista pero me alcanzo a recordar, pero como olvidar este feo rostro- le decía señalandome y haciendo una fea expresión, solo por humor, en ese momento quien me acompañaba decía -Pues sí, lo feo no te lo quita ni dios y esta acá como pupilo, le he estado transmitiendo mis grandes conocimientos médicos- decía llenándose con demasiado orgullo, no me caía mal que lo hiciera, sin duda sabía mucho en ciertos campos pero tambien pensaba que era un comportamiento innecesario ¿Para qué querer admiración de desconocidos? El no lo sabía pero ese tipo era un demente, pero en fin, si pasaba algo no sería mi problema - Por cierto nunca supe tu nombre cuando nos vimos y presenta a tus allegados, yo soy Ordnardo y el este "humilde" medico es Salmonk - decía para Saytan y con un chiste para tratar de amenizar el rato pero el doc diría -Bastardo, te estas burlando de mi y mis conocimientos, tu eres una piltrafa para la bebida, te llevo más de tres cinco tragos y dos jarras- el tipo reía un poco y yo por mi parte hacía lo mismo pero en menor medida.
Estaba sentado y no era precisamente donde quería, un médico borracho a mi lado, un mesero que parecía novato, un criminal (junto a unas hermanitas que no alcance a ver nunca, ¡Era terrorífico! Tener un tipo así en frente ) y otros dos tipos, que realmente lucían mal, yo era consciente de lo feo que soy y eso pero al menos no soy tonto, gracias a algún estúpido dios, si es que alguno puso atención durante mi concepción o creación, si es que lo hacen o se la pasan jugando juegos tontos de los que tiene poder dejando a la libre y al azar cada vida, que si bien para cada uno de nosotros vale mucho para ellos no somos más que mierda reciclable, por eso el universo es injusto y por eso la vida realmente apesta para los que nacemos sin estrella, los que debemos forjarla con empeño. Claramente eso era parte de lo que pensaba pero había un gran abismo cuando pensaba en lo que quería y luego en lo que podía hacer, el valor, bendito y carente don para los que vivimos en el miedo, en la opresión de nuestra voluntad por la sociedad, estúpida sociedad, estúpida y superficial sociedad. Pero viendo el lado bueno el criminal que tenía enfrente me dejaba una enseñanza, que si bien era repetida una y mil veces era importante no olvidar, era un tipo guapo, sin duda, no me pondría a negarlo, salta a la vista cuando alguien lo es como también salta cuando alguien me ve y me llama feo pero volviendo al punto era que este tipo evidentemente algo le torturaba, quizás más que a mi las banalidades de la belleza, que por suerte con el tiempo podría superar, el por otro lado estaba atado a algo más allá de la compresión, que al menos para mí, era concebible. En ese momento pensaría lo feliz que me hacía mi mente sana y sin querer presumir ante nadie inteligente, eran solo mis pensamientos, apreciaba estar estable y cuerdo, ser útil con otros sin esperar nada a cambio, me gustaba considerarme bueno pese a los errores cometidos.
Una vez devuelta a la realidad de la mesa y el mesero que había sido llamado previamente servia una ronda para todos le respondía a el tipo que parecía muy feliz leyendo/exhibiendo carteles de wanted, yo el mio casi siempre lo trataba de ocultar pero no lo iba a criticar, probablemente eso le hacía feliz como a mi el conocimiento médico, para todo hay vocación -Muchas gracias por la invitación, no esperaba topar con alguien al que conocí de vista pero me alcanzo a recordar, pero como olvidar este feo rostro- le decía señalandome y haciendo una fea expresión, solo por humor, en ese momento quien me acompañaba decía -Pues sí, lo feo no te lo quita ni dios y esta acá como pupilo, le he estado transmitiendo mis grandes conocimientos médicos- decía llenándose con demasiado orgullo, no me caía mal que lo hiciera, sin duda sabía mucho en ciertos campos pero tambien pensaba que era un comportamiento innecesario ¿Para qué querer admiración de desconocidos? El no lo sabía pero ese tipo era un demente, pero en fin, si pasaba algo no sería mi problema - Por cierto nunca supe tu nombre cuando nos vimos y presenta a tus allegados, yo soy Ordnardo y el este "humilde" medico es Salmonk - decía para Saytan y con un chiste para tratar de amenizar el rato pero el doc diría -Bastardo, te estas burlando de mi y mis conocimientos, tu eres una piltrafa para la bebida, te llevo más de tres cinco tragos y dos jarras- el tipo reía un poco y yo por mi parte hacía lo mismo pero en menor medida.
Ord "The Dead"
Hoja de personaje
Nivel:
(24/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 1 | 1 |
Creado por Saytan Wingtribe Lun Ago 29, 2016 10:27 pm
Los dos acompañantes que estaban con Saytan se levantaron de un momento a otro tras recibir un llamado de un Den Den Mushi en particular. Bebieron rápidamente de sus bebidas y se dirigieron hacia el bar, uno de ellos alegó algo bastante particular. ~ Saytan, encárgate de pagar... ya debemos irnos ~ El muchacho de cabello negro se les quedó mirando, les asintió, acompañando tal movimiento de cabeza con una pícara sonrisa. ~ Bien bien, yo me encargaré de mis lindos invitados, ¿puedo, verdad? ~ Extendió ambos brazos, como si estuviera ofreciendo un abrazo pero simplemente fue por un gesto de regocije. Los volvió a bajar, posándolos sobre la mesa y mirando a ese par.
Ord, ese era el nombre del feo que estaba acompañando a Saytan, estaba expresando unas cuantas palabras de agradecimiento, por lo que tuvo que escuchar muy atentamente, era lo menos que podía hacer por ello. ~ Tienes toda la razón... en serio tienes un rostro horripilante ~ Tapó su boca con una de las manos, resistiendo las ganas de expulsar un par de carcajadas. Se levantó tras unos segundos, sacando varios billetes de Berries que estaban envueltos en varios papeles y tirándolos en la mesa. ~ Saya, Tangela... es hora de irnos ~ Sus hermanitas se levantaron, una con más alegría que la otra, disponiéndose a caminar hacia la salida del bar. El muchacho se colocó su largo chaquetón negro y tomó su largo bastón bo con su mano derecha. ~ Pueden llamarme Saytan, el placer es mío buen Salmonk... ~ Acomodó su prenda y salió del cubículo en el que estaban, evitando tropezar con las mesas venideras durante su caminata. ~ ! Debo irme muchachos, así que pago sus bebidas ! ~ Hizo un gesto de despedida con la mano libre y sonrió a ambos, prosiguiendo a la puerta de salida del establecimiento.
Ord, ese era el nombre del feo que estaba acompañando a Saytan, estaba expresando unas cuantas palabras de agradecimiento, por lo que tuvo que escuchar muy atentamente, era lo menos que podía hacer por ello. ~ Tienes toda la razón... en serio tienes un rostro horripilante ~ Tapó su boca con una de las manos, resistiendo las ganas de expulsar un par de carcajadas. Se levantó tras unos segundos, sacando varios billetes de Berries que estaban envueltos en varios papeles y tirándolos en la mesa. ~ Saya, Tangela... es hora de irnos ~ Sus hermanitas se levantaron, una con más alegría que la otra, disponiéndose a caminar hacia la salida del bar. El muchacho se colocó su largo chaquetón negro y tomó su largo bastón bo con su mano derecha. ~ Pueden llamarme Saytan, el placer es mío buen Salmonk... ~ Acomodó su prenda y salió del cubículo en el que estaban, evitando tropezar con las mesas venideras durante su caminata. ~ ! Debo irme muchachos, así que pago sus bebidas ! ~ Hizo un gesto de despedida con la mano libre y sonrió a ambos, prosiguiendo a la puerta de salida del establecimiento.
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