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Creado por Undyne Fox Dom Abr 24, 2016 10:06 am
Campamento de Las uno de los lugares mejor vigilados y también más importantes en el West Blue ya que era el lugar donde yacía la sede central de gobierno en aquella región del mundo, con tanta vigilancia no era nada raro que soldados fueran asignados desde otras regiones a pasar algún tiempo allí, para rotar guardias de determinados sectores y asegurarse de mantener dichas áreas totalmente inmunizadas a la corrupción o al descuido, después de todo los recién llegados suelen estar más atentos y paranoicos que aquellos que conocen un lugar hace mucho tiempo.
Tal vez por alguna de esas razones habían puesto aquella noche a un par de guardias nuevos, dos soldados de los cuales uno era bastante peculiar dentro de lo que cabe en el área, en lugar de pies tenia los cascos de un caballo, sus piernas estaban muy tonificadas, era alta no le faltaba demasiado para alcanzar los dos metros de altura, sus orejas en lugar de estar a los lados de su cabeza estaban arriba de la misma tampoco eran humanas, al igual que los pies estas pertenecían evidentemente a un equino, un par de ojos esmeralda eran rodeados por un rostro que aunque era mayormente humano seguían pudiendo notarse a simple vista los rastros de un animal en ellos, sus hombros eran muy anchos y tenía un pecho bastante respetable, en su espalda portaba un inmenso martillo metálico que parecía tener un color un tanto extraño que hacia dudar si era de acero o no en realidad junto a dicha arma se encontraba un escudo de madera listo para ser extraído y utilizado en cualquier momento.
La noche brillaba bajo la luz de la luna y las estrellas iluminando aquella figura junto a su compañero de rondas de aquella noche, soplaba una brisa fría propia de las islas pequeñas como aquella, probablemente sería recomendable utilizar el uniforme de abrigo en lugar del regular, sin embargo la yegua ignoraba aquella temperatura sin preocuparse mucho, tras alejarse un poco del punto de inicio donde estaban los superiores la fémina abrió su boca -Buenas noches, soy Anna Zma, un gusto conocerte.- Dijo mientras andaba a quien aún desconocida pero con quien empezaba a hablar con gran tranquilidad.
Tal vez por alguna de esas razones habían puesto aquella noche a un par de guardias nuevos, dos soldados de los cuales uno era bastante peculiar dentro de lo que cabe en el área, en lugar de pies tenia los cascos de un caballo, sus piernas estaban muy tonificadas, era alta no le faltaba demasiado para alcanzar los dos metros de altura, sus orejas en lugar de estar a los lados de su cabeza estaban arriba de la misma tampoco eran humanas, al igual que los pies estas pertenecían evidentemente a un equino, un par de ojos esmeralda eran rodeados por un rostro que aunque era mayormente humano seguían pudiendo notarse a simple vista los rastros de un animal en ellos, sus hombros eran muy anchos y tenía un pecho bastante respetable, en su espalda portaba un inmenso martillo metálico que parecía tener un color un tanto extraño que hacia dudar si era de acero o no en realidad junto a dicha arma se encontraba un escudo de madera listo para ser extraído y utilizado en cualquier momento.
La noche brillaba bajo la luz de la luna y las estrellas iluminando aquella figura junto a su compañero de rondas de aquella noche, soplaba una brisa fría propia de las islas pequeñas como aquella, probablemente sería recomendable utilizar el uniforme de abrigo en lugar del regular, sin embargo la yegua ignoraba aquella temperatura sin preocuparse mucho, tras alejarse un poco del punto de inicio donde estaban los superiores la fémina abrió su boca -Buenas noches, soy Anna Zma, un gusto conocerte.- Dijo mientras andaba a quien aún desconocida pero con quien empezaba a hablar con gran tranquilidad.
Undyne Fox
Hoja de personaje
Nivel:
(27/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Shinya Kougami Dom Abr 24, 2016 11:32 am
Guren siempre era enviado a hacer guardia suponía constantemente de que era por sus capacidades con la espada sumado a que era un médico. Le daba un gran respaldo a sus compañero con aquellos conocimientos. Pero ahora tenía que ir al campamento las. Era su primera incursión para ese sitio y no estaba incomodo en lo absoluto. Su padre alguna vez le dijo que ese lugar siempre requería de vigilantes nocturnos por “cualquier cosa”. Nunca entendió bien lo que quería decir con sus palabras pero seguramente a lo largo de su vida le entendería y precisamente ahora lo iba a comprender puesto que para iba a ir.
Había llegado en la mañana temprano pero ya estaba oscureciendo por eso casi no se notaban los rostros de quienes estaban más lejos de ciertos metros. Guren siempre pasaba en silencio, no solía tener muchos compañeros que le hablasen, muchos porque eran superiores a él en rango otros por le motivo que no lo encontraban interesante. Convivió con eso durante años tampoco es que se le viera forzado a entablar dialogo, era más bien alguien misterioso que usaba esa fachada a menudo para conseguir misiones de calibre interesante. Ahora por su parte al parecer había venido alguien del mismo rango que Ichinose, algo que seguramente iba a ser mucho más motivante para ambos.
Hacía un poco de frío, Guren vestía con una gabardina para cubrirse del frío pero su cabellera desordenada estaba al descubierto, era claro que podía taparse cuando quisiera. Además consumía unos caramelos de miel para el resfrío. No le agradaba tener defensas bajas ni mucho menos andar con tos, menos en un momento como este donde quizás tenga que utilizar su espada, esa que portará por siempre en su cintura. De pronto cuando pensó que la primera noche no volvería a hablar hasta mañana temprano para con el capitán sintió unos pasos acercarse, era un sonido diferente al habitual y la silueta se hizo más cercana cuando la voz le habló.
Guren se acercó para entablar contacto visual. Era una dama, por su raza fácil podías decir que era una mink. Primera vez veía a alguien con semejantes rasgos. Eran interesantes, llamativos. Seguro era muy fuerte. El martillo que traía se podía notar pesado. El peli negro era alto pero ella superaba su estatura, sonrió mientras sacó un caramelo para entregárselo a su compañera. Se notaba que era nueva igual que él, por el simple hecho de que al formarse grupos siempre los nuevos quedan apartados.
— Mejor noche ahora. Encantado yo soy Guren Ichinose. ¿Un caramelo de miel? Evitamos que te resfríes. — Le dijo con una sonrisa de medio lado mientras comenzó a mirar las estrellas que se poblaban cada segundo más. — Es raro que alguien me hable. Supongo ambos somos nuevos. — Aclaró su voz mientras dejó su katana en el respaldo más próximo no era necesario utilizarla por el momento. — Ahora somos aliados. La noche será larga pero al menos no será silenciosa ahora. — Agregó nuevamente con su voz masculina, un poco de vapor salió de su boca al hablar, hacía un poco de frío. — ¿Tienes alguna meta en la vida Anna? — Preguntó con normalidad el joven. Lo primero para conocer a cualquiera siempre era con preguntas profundas. A simple vista la chica no se veía de mal corazón e incluso se podía notar una fuerte responsabilidad con el valor, seguramente portaba el emblema de la marina con orgullo. Era fácil reconocerlo más para Guren, quien fue criado por un alto mando de la marina.
Había llegado en la mañana temprano pero ya estaba oscureciendo por eso casi no se notaban los rostros de quienes estaban más lejos de ciertos metros. Guren siempre pasaba en silencio, no solía tener muchos compañeros que le hablasen, muchos porque eran superiores a él en rango otros por le motivo que no lo encontraban interesante. Convivió con eso durante años tampoco es que se le viera forzado a entablar dialogo, era más bien alguien misterioso que usaba esa fachada a menudo para conseguir misiones de calibre interesante. Ahora por su parte al parecer había venido alguien del mismo rango que Ichinose, algo que seguramente iba a ser mucho más motivante para ambos.
Hacía un poco de frío, Guren vestía con una gabardina para cubrirse del frío pero su cabellera desordenada estaba al descubierto, era claro que podía taparse cuando quisiera. Además consumía unos caramelos de miel para el resfrío. No le agradaba tener defensas bajas ni mucho menos andar con tos, menos en un momento como este donde quizás tenga que utilizar su espada, esa que portará por siempre en su cintura. De pronto cuando pensó que la primera noche no volvería a hablar hasta mañana temprano para con el capitán sintió unos pasos acercarse, era un sonido diferente al habitual y la silueta se hizo más cercana cuando la voz le habló.
Guren se acercó para entablar contacto visual. Era una dama, por su raza fácil podías decir que era una mink. Primera vez veía a alguien con semejantes rasgos. Eran interesantes, llamativos. Seguro era muy fuerte. El martillo que traía se podía notar pesado. El peli negro era alto pero ella superaba su estatura, sonrió mientras sacó un caramelo para entregárselo a su compañera. Se notaba que era nueva igual que él, por el simple hecho de que al formarse grupos siempre los nuevos quedan apartados.
— Mejor noche ahora. Encantado yo soy Guren Ichinose. ¿Un caramelo de miel? Evitamos que te resfríes. — Le dijo con una sonrisa de medio lado mientras comenzó a mirar las estrellas que se poblaban cada segundo más. — Es raro que alguien me hable. Supongo ambos somos nuevos. — Aclaró su voz mientras dejó su katana en el respaldo más próximo no era necesario utilizarla por el momento. — Ahora somos aliados. La noche será larga pero al menos no será silenciosa ahora. — Agregó nuevamente con su voz masculina, un poco de vapor salió de su boca al hablar, hacía un poco de frío. — ¿Tienes alguna meta en la vida Anna? — Preguntó con normalidad el joven. Lo primero para conocer a cualquiera siempre era con preguntas profundas. A simple vista la chica no se veía de mal corazón e incluso se podía notar una fuerte responsabilidad con el valor, seguramente portaba el emblema de la marina con orgullo. Era fácil reconocerlo más para Guren, quien fue criado por un alto mando de la marina.
Shinya Kougami
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Undyne Fox Dom Abr 24, 2016 12:24 pm
El compañero de guardia para la mink esta vez sería un muchacho alto, un poco más bajo que ella pero no por eso dejaba de poseer una altura imponente entre la gente, un joven amable además ya que se presentó con cordialidad y sin hacer bromas sobre la apariencia de la fémina que gustosamente acepto el caramelo ofrecido -Un gusto Guren- Comento antes de ponerse el caramelo en la boca y confirmar el agradable sabor mientras escuchaba la certera afirmación de su compañero seguido de una pregunta.
Al parecer el muchacho no estaba acostumbrado a las charlas casuales entre compañeros, tampoco es que la mink fuera una experta en el tema después de todo tampoco había muchos que le hablaran a ella sin razón -¿Mi meta en la vida?- Los orbes esmeraldas de la joven parecían iluminarse con la fuerza propia de las estrellas que reposaban en el cielo mientras que en su rostro se dibujaba una amplia sonrisa y su pecho se inflaba de orgullo antes de ser suavemente por la mano derecha de la equina.
-Mi meta en la vida es convertirme en una de las más grandes herreras de la historia, forjar armas que estén a la altura de las llamadas wazamono, no perdón, más correcto sería decía que planeo crear armas que estén por sobre las armas conocidas como las Saiji O Wazamono armas de una calidad de fabricación simplemente inaudita, no importa la cantidad de horas que tenga que pasar en las forjas o cuan raros sean los materiales con los que tenga que experimentar sin lugar a dudas mi sueño es alcanzar la máxima maestría en el arte de la forja de armas.
Como meta a corto plazo planeo ayudar a convertir la marina en un lugar mejor ya que muchas personas notan falencias y desperfectos, pero yo creo que cualquier organización es como un trozo de metal, se puede trabajar siempre para mejorarlo, con esfuerzo, determinación y un gran trabajo es posible convertir este hermoso y gran trozo de metal que tenemos en la espada que acabara con el mal del mundo y en el escudo que protegerá a todos los inocentes que lo habitan, hombre y mujer entre nosotros es una parte de esta obra con la cual planeo colaborar, si no es llegando hasta lo más alto sí será protegiendo las vidas de mis compañeros con las mejores armas y armaduras que puedan encontrarse, reforzando los barcos y reparándolos para que el viaje seguro ayude a que además cada uno de los viajeros pueda estar más cerca de cumplir sus sueños y colaboren en la creación de un mejor mundo.
Mi meta es que el mundo sea un lugar mejor y mi sueño es formar parte de la historia no como persona sino por mis obras tanto en acciones como en creaciones, yo solo soy una persona más en este mundo, un soldado más y una parte más de este gran mecanismo con el cual trabajamos, pero no puedo evitar desear crear un objeto más allá de lo concebido hasta el momento sabiendo que pasara a pertenecer a la historia como la inmortalización de mi ser-
Al parecer el muchacho no estaba acostumbrado a las charlas casuales entre compañeros, tampoco es que la mink fuera una experta en el tema después de todo tampoco había muchos que le hablaran a ella sin razón -¿Mi meta en la vida?- Los orbes esmeraldas de la joven parecían iluminarse con la fuerza propia de las estrellas que reposaban en el cielo mientras que en su rostro se dibujaba una amplia sonrisa y su pecho se inflaba de orgullo antes de ser suavemente por la mano derecha de la equina.
-Mi meta en la vida es convertirme en una de las más grandes herreras de la historia, forjar armas que estén a la altura de las llamadas wazamono, no perdón, más correcto sería decía que planeo crear armas que estén por sobre las armas conocidas como las Saiji O Wazamono armas de una calidad de fabricación simplemente inaudita, no importa la cantidad de horas que tenga que pasar en las forjas o cuan raros sean los materiales con los que tenga que experimentar sin lugar a dudas mi sueño es alcanzar la máxima maestría en el arte de la forja de armas.
Como meta a corto plazo planeo ayudar a convertir la marina en un lugar mejor ya que muchas personas notan falencias y desperfectos, pero yo creo que cualquier organización es como un trozo de metal, se puede trabajar siempre para mejorarlo, con esfuerzo, determinación y un gran trabajo es posible convertir este hermoso y gran trozo de metal que tenemos en la espada que acabara con el mal del mundo y en el escudo que protegerá a todos los inocentes que lo habitan, hombre y mujer entre nosotros es una parte de esta obra con la cual planeo colaborar, si no es llegando hasta lo más alto sí será protegiendo las vidas de mis compañeros con las mejores armas y armaduras que puedan encontrarse, reforzando los barcos y reparándolos para que el viaje seguro ayude a que además cada uno de los viajeros pueda estar más cerca de cumplir sus sueños y colaboren en la creación de un mejor mundo.
Mi meta es que el mundo sea un lugar mejor y mi sueño es formar parte de la historia no como persona sino por mis obras tanto en acciones como en creaciones, yo solo soy una persona más en este mundo, un soldado más y una parte más de este gran mecanismo con el cual trabajamos, pero no puedo evitar desear crear un objeto más allá de lo concebido hasta el momento sabiendo que pasara a pertenecer a la historia como la inmortalización de mi ser-
Undyne Fox
Hoja de personaje
Nivel:
(27/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Shinya Kougami Dom Abr 24, 2016 1:36 pm
La chica parecía florecer con aquella ultima pregunta de Guren. Era siempre el inicio de conversación que su padre le indico que hiciera. Conocerás más a las personas cuando hace preguntas aquello, le dijo muchas veces. Por lo general las personas más simples responden de una manera muy interesante pero por otra parte lo más común es querer ser el más fuerte, tener todo el dinero del mundo o ayudar a tu pueblo. Son cosas simples pero que son la meta de muchos en esta vida. La mink parecía tener otro tipo intenciones para con su vida.
Comenzó diciendo que quería ser una herrera de renombre. Eso a Guren le tomó por sorpresa y se ahorró de preguntarle cual era su especialidad. Aunque el nombre de las espadas más fuertes del mundo le hizo sonreír. Siempre tenía en mente conseguir una pero esas eran destinada a los espadachines más fuertes, tenía que volverse uno fuerte para poder portar una aunque el deseo de ella de ser una que hiciera su propia arma que pasara a la posteridad le hizo pensar que quizás en el futuro él podría ayudarle. No quiso interrumpirle pero la sonrisa en el hombre era claramente visible, se llevarían bien.
No solo tenía un sueño sino un segundo. El segundo a Guren le pareció más bien algo utópico. El bien existirá porque el mal existe. Son las dos cara de una moneda, no podrá haber uno sino está el otro. Es un ciclo repetitivo. En su juventud leyó libro de eruditos que hablaban de temas como este y siempre llegaban a la conclusión de que tenía que existir uno o sino el otro no lo haría. Aunque las palabras de la equina eran bellas y llenas de sinceridad, era algo complicado. Pero crear un mundo mejor y proteger si era posible, con una mentalidad como la de ella y si más pensaran así, aquello estaría más cercano de existir.
Finalizó con otra meta, pero esta con sus palabras fueron más realistas. En verdad ella era sencilla para los ojos de Guren, alguien de corazón liviano y libre. Le parecía una chica plena que tenía todo claro, eso le agradaba. No pudo más que cerrar los ojos y sonreír, tenía una compañera que aspiraba en grande pero sin perder ese toque de humildad y “humanidad”.
Ahora ya teniendo tiempo aclaró su voz para responderle.
— ¿Quieres fabricar una Meitou? — Le miró a los ojos con una sonrisa que se dibujaba muy ampliamente. — Quiero que la primera que crees sea mía. Te ayudaré a que sea reconocida. — Guren tocó su katana mientras la volvió a acomodar en si cintura. El frío hizo que el metal helase bastante pero no importaba aún así la desenvainó. — No es un arma legendaria pero el valor emocional es potente. Fue de mi padre. — Dijo en lo que la luz de la luna reflejó en su brillo, era hermosa. Una típica katana fabricada en Wano. — Pero aún así aspiro a tener de mejor calidad, de cada tipo. Pero no es mi meta. — Aclaró finalizando mientras guardaba aquella arma de manera lenta y segura a la par que un aullido de escuchó a lo lejos de donde hacían guardia.
— El mal va a existir mientras el bien exista. Pero mientras hayan seres como tú que, busquen cuidar y proteger, siempre habrá un equilibrio. Tienes buenas intenciones.. Es bueno eso. — Comentó el muchacho mientras le miraba de reojo, no le sorprendía la apariencia de ella en lo más mínimo. Incluso pensaba que parecía más bien alguien sensible, tras escucharle hablar. — Es seguro que quedarás en la historia, sólo aspira a un rango alto. No solo se gana por fuerza.. Mi padre me dijo que; es más importante que te sigan a que te teman por tu fuerza. — Bufó un poco ya que las palabras de su padre (en verdad padre adoptivo) siempre eran sabías, no entendía porque. — Seguro tendrás una buena tripulación en su tiempo. — Finalizó el muchacho mientras se movió un poco quedando a menor distancia de la fémina y miró al cielo estrellado.
— ¿Cómo que nunca pasa nada malo aquí? Pensé me tocaría pelear o algo así. —Añadió finalizando esperaba que fuera una noche tranquila pero en el fondo sabía que un poco de acción no le vendría mal.
Comenzó diciendo que quería ser una herrera de renombre. Eso a Guren le tomó por sorpresa y se ahorró de preguntarle cual era su especialidad. Aunque el nombre de las espadas más fuertes del mundo le hizo sonreír. Siempre tenía en mente conseguir una pero esas eran destinada a los espadachines más fuertes, tenía que volverse uno fuerte para poder portar una aunque el deseo de ella de ser una que hiciera su propia arma que pasara a la posteridad le hizo pensar que quizás en el futuro él podría ayudarle. No quiso interrumpirle pero la sonrisa en el hombre era claramente visible, se llevarían bien.
No solo tenía un sueño sino un segundo. El segundo a Guren le pareció más bien algo utópico. El bien existirá porque el mal existe. Son las dos cara de una moneda, no podrá haber uno sino está el otro. Es un ciclo repetitivo. En su juventud leyó libro de eruditos que hablaban de temas como este y siempre llegaban a la conclusión de que tenía que existir uno o sino el otro no lo haría. Aunque las palabras de la equina eran bellas y llenas de sinceridad, era algo complicado. Pero crear un mundo mejor y proteger si era posible, con una mentalidad como la de ella y si más pensaran así, aquello estaría más cercano de existir.
Finalizó con otra meta, pero esta con sus palabras fueron más realistas. En verdad ella era sencilla para los ojos de Guren, alguien de corazón liviano y libre. Le parecía una chica plena que tenía todo claro, eso le agradaba. No pudo más que cerrar los ojos y sonreír, tenía una compañera que aspiraba en grande pero sin perder ese toque de humildad y “humanidad”.
Ahora ya teniendo tiempo aclaró su voz para responderle.
— ¿Quieres fabricar una Meitou? — Le miró a los ojos con una sonrisa que se dibujaba muy ampliamente. — Quiero que la primera que crees sea mía. Te ayudaré a que sea reconocida. — Guren tocó su katana mientras la volvió a acomodar en si cintura. El frío hizo que el metal helase bastante pero no importaba aún así la desenvainó. — No es un arma legendaria pero el valor emocional es potente. Fue de mi padre. — Dijo en lo que la luz de la luna reflejó en su brillo, era hermosa. Una típica katana fabricada en Wano. — Pero aún así aspiro a tener de mejor calidad, de cada tipo. Pero no es mi meta. — Aclaró finalizando mientras guardaba aquella arma de manera lenta y segura a la par que un aullido de escuchó a lo lejos de donde hacían guardia.
— El mal va a existir mientras el bien exista. Pero mientras hayan seres como tú que, busquen cuidar y proteger, siempre habrá un equilibrio. Tienes buenas intenciones.. Es bueno eso. — Comentó el muchacho mientras le miraba de reojo, no le sorprendía la apariencia de ella en lo más mínimo. Incluso pensaba que parecía más bien alguien sensible, tras escucharle hablar. — Es seguro que quedarás en la historia, sólo aspira a un rango alto. No solo se gana por fuerza.. Mi padre me dijo que; es más importante que te sigan a que te teman por tu fuerza. — Bufó un poco ya que las palabras de su padre (en verdad padre adoptivo) siempre eran sabías, no entendía porque. — Seguro tendrás una buena tripulación en su tiempo. — Finalizó el muchacho mientras se movió un poco quedando a menor distancia de la fémina y miró al cielo estrellado.
— ¿Cómo que nunca pasa nada malo aquí? Pensé me tocaría pelear o algo así. —Añadió finalizando esperaba que fuera una noche tranquila pero en el fondo sabía que un poco de acción no le vendría mal.
Shinya Kougami
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Undyne Fox Dom Abr 24, 2016 4:37 pm
Aquel muchacho no había visto todavía ninguna de las obras que podría a llegar a crear la mink, sin embargo demostró tener fe en las palabras y convicción del a susodicha mostrando interés en hacerse poseedor de la primera de aquellas espadas legendarias que la joven pretendía crear, un gesto muy bien recibido por la muchacha que sonreía al escuchar tal petición. -Lo lamento Guren, pero no puedo darte la primera, pero si un arma de esa calidad una vez que tenga ese nivel de maestría en mi arte.- afirmo felizmente la mink.
Cuando el masculino desenvaino aquella espada Anna la vio tanto como pudo sin tener contacto con ella, a simple vista se veía de calidad, no extraordinaria pero si respetable, era el resultado de varias horas o incluso días de trabajo realizado por un maestro en la forja de espadas que había depositado en aquel metal su experiencia, sudor y dedicación, o al menos esa era la impresión que la mink se podía llevar con una simple mirada a la hoja, su estado y la forma de moverla por parte del masculino.
La joven asintió con su cabeza mientras veía el gesto de desenvainado, no era una maestra de las espadas pero comprendía la determinación que había en esa forma de envainar el arma que pertenecía anteriormente al señor Ichinose -Creo que entiendo el valor que le das a tu arma, después de todo el martillo que llevo era de mi hermano mayor también.- Dijo tranquilamente mientras tocaba la empuñadura, era un arma problemática y estaba hecha para una persona incluso más grande que ella, pero la equina había aprendido a sobrellevar aquello como parte de su estilo de pelea.
Lo próximo que diría su compañero de guardia la había tomado por sorpresa de una forma bastante clara, ella entendía que el bien y el mal existían en un cierto equilibrio, pero lo que la tomo desprevenida fue el hecho de que la llamara "un ser que busca cuidar y proteger", normalmente cuando le decían cosas como "ser", "cosa" o de alguna otra forma que eludiera mencionarla como persona se sentía herida, pero en el caso del muchacho, este lo había hecho con una amabilidad y admiración insólita para Anna, incluso se sonrojo un poco al ser el primer alago que recibía en bastante tiempo y no estaba dirigido a un arma sino a ella misma.
Aquel espadachín se le había acercado aún más empeorando el sobresalto del a fémina cuyo cerebro estuvo a punto de entrar en corto circuito cuando todo despareció por la pregunta del guerrero, los nervios, la atmosfera, todo fue disipado con una pregunta digna de un pendenciero que busca pasar por caballero. -Eh… ha… si, pareciera de que va a ser una noche tranquila y espero que así sea, no me gusta mucho pelear, por más de que entrene mucho prefiero que las cosas se resuelvan sin violencia… o con un solo golpe de martillo.- agrego el ultimo comentario para intentar agregar un toque humorístico a la conversación.
Cuando el masculino desenvaino aquella espada Anna la vio tanto como pudo sin tener contacto con ella, a simple vista se veía de calidad, no extraordinaria pero si respetable, era el resultado de varias horas o incluso días de trabajo realizado por un maestro en la forja de espadas que había depositado en aquel metal su experiencia, sudor y dedicación, o al menos esa era la impresión que la mink se podía llevar con una simple mirada a la hoja, su estado y la forma de moverla por parte del masculino.
La joven asintió con su cabeza mientras veía el gesto de desenvainado, no era una maestra de las espadas pero comprendía la determinación que había en esa forma de envainar el arma que pertenecía anteriormente al señor Ichinose -Creo que entiendo el valor que le das a tu arma, después de todo el martillo que llevo era de mi hermano mayor también.- Dijo tranquilamente mientras tocaba la empuñadura, era un arma problemática y estaba hecha para una persona incluso más grande que ella, pero la equina había aprendido a sobrellevar aquello como parte de su estilo de pelea.
Lo próximo que diría su compañero de guardia la había tomado por sorpresa de una forma bastante clara, ella entendía que el bien y el mal existían en un cierto equilibrio, pero lo que la tomo desprevenida fue el hecho de que la llamara "un ser que busca cuidar y proteger", normalmente cuando le decían cosas como "ser", "cosa" o de alguna otra forma que eludiera mencionarla como persona se sentía herida, pero en el caso del muchacho, este lo había hecho con una amabilidad y admiración insólita para Anna, incluso se sonrojo un poco al ser el primer alago que recibía en bastante tiempo y no estaba dirigido a un arma sino a ella misma.
Aquel espadachín se le había acercado aún más empeorando el sobresalto del a fémina cuyo cerebro estuvo a punto de entrar en corto circuito cuando todo despareció por la pregunta del guerrero, los nervios, la atmosfera, todo fue disipado con una pregunta digna de un pendenciero que busca pasar por caballero. -Eh… ha… si, pareciera de que va a ser una noche tranquila y espero que así sea, no me gusta mucho pelear, por más de que entrene mucho prefiero que las cosas se resuelvan sin violencia… o con un solo golpe de martillo.- agrego el ultimo comentario para intentar agregar un toque humorístico a la conversación.
Undyne Fox
Hoja de personaje
Nivel:
(27/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Shinya Kougami Dom Abr 24, 2016 6:49 pm
La muchacha había negado la primera meitou a Guren, en verdad lo tenía dado por hecho que así sería. Nadie confiaría una de esas armas y menos la primera a un desconocido o mejor dicho a alguien que vienes recién conociendo. Es por eso que no se sorprendió en lo más mínimo sino que se sintió aliviado en cierta parte. Anna se notaba que conocía mucho de armas, con las palabras que habló con anterioridad se pudo descubrir que las trataba como si tuvieran vida, los que crean cosas y tratan así a sus creaciones siempre podrán generar cosas mucho mejores en el futuro.
Le agradó el hecho que comprendiera el sentimiento que sentía Guren hacia su katana, era noble la verdad puesto que muchos no lograrían imaginar cuan importante podía ser un arma como esa. Por lo general el arte de la espada con el avance del tiempo muchos dicen que se va a perder, será una forma obsoleta de pelear entre más, pero mientras hayan pueblos como el de Wano quienes son maestros y existan títulos como el espadachín más fuerte, el arte jamás será olvidado por lo que siempre habrá quienes aspiren a la cumbre así obtener el trono de ser el mejor de lo que aparenta ser un estilo que va destinado a morir.
Al final de todo la joven parecía ser muy tranquila mucho más cuando comentó que no le agradaban las peleas pero el hecho de que dijera que se terminaría con un martillazo hizo reír al peli negro. La chica pudo hacer reír a Guren, cosa que casi nadie ha hecho en la vida. Ichinose movió su cabeza entre risas, estaba claro que eran personas opuestas pero que en verdad se podían llevar de maravilla. Aunque no podía sentirse no sentirse agradado de saber que existían personas con tan buenas metas.
— Eres graciosa, tiempo no reía. — Se quitó el ultimo rastro de sonrisa en su rostro para cuando se escucho delante de ellos una explosión, pero no era solo eso sino que un fuego provenía de adelante, unos árboles se estaban quemando además unas personas salían corriendo casi riendo. Guren miró a Anna y rápidamente descendió. — Sabía que esto era muy bueno para ser cierto. Avísale a los demás que hay un incendió. Yo iré por los responsables. Hay que apagar el fuego antes de que sea demasiado tarde. — Comentó con fuerzas, le hubiera encantado seguir entablando dialogo con Anna pero tenía que actuar rápido para que no salieran heridos. Al comenzar a correr y notando que las sombras iban más lento que él, se adentro en un bosque. Parecía desorientado pero las risas lo guiaron hasta un lugar en donde estaban las dos siluetas. Los culpables estaban cerca y ante eso el chico desenvainó la katana abriendo paso entre la maleza para tomar las acciones pertinentes. Sólo esperaba que el incendió estuviera pronto a ser apagado, que todos hayan sido avisados ahora sólo le quedaba actuar.
Le agradó el hecho que comprendiera el sentimiento que sentía Guren hacia su katana, era noble la verdad puesto que muchos no lograrían imaginar cuan importante podía ser un arma como esa. Por lo general el arte de la espada con el avance del tiempo muchos dicen que se va a perder, será una forma obsoleta de pelear entre más, pero mientras hayan pueblos como el de Wano quienes son maestros y existan títulos como el espadachín más fuerte, el arte jamás será olvidado por lo que siempre habrá quienes aspiren a la cumbre así obtener el trono de ser el mejor de lo que aparenta ser un estilo que va destinado a morir.
Al final de todo la joven parecía ser muy tranquila mucho más cuando comentó que no le agradaban las peleas pero el hecho de que dijera que se terminaría con un martillazo hizo reír al peli negro. La chica pudo hacer reír a Guren, cosa que casi nadie ha hecho en la vida. Ichinose movió su cabeza entre risas, estaba claro que eran personas opuestas pero que en verdad se podían llevar de maravilla. Aunque no podía sentirse no sentirse agradado de saber que existían personas con tan buenas metas.
— Eres graciosa, tiempo no reía. — Se quitó el ultimo rastro de sonrisa en su rostro para cuando se escucho delante de ellos una explosión, pero no era solo eso sino que un fuego provenía de adelante, unos árboles se estaban quemando además unas personas salían corriendo casi riendo. Guren miró a Anna y rápidamente descendió. — Sabía que esto era muy bueno para ser cierto. Avísale a los demás que hay un incendió. Yo iré por los responsables. Hay que apagar el fuego antes de que sea demasiado tarde. — Comentó con fuerzas, le hubiera encantado seguir entablando dialogo con Anna pero tenía que actuar rápido para que no salieran heridos. Al comenzar a correr y notando que las sombras iban más lento que él, se adentro en un bosque. Parecía desorientado pero las risas lo guiaron hasta un lugar en donde estaban las dos siluetas. Los culpables estaban cerca y ante eso el chico desenvainó la katana abriendo paso entre la maleza para tomar las acciones pertinentes. Sólo esperaba que el incendió estuviera pronto a ser apagado, que todos hayan sido avisados ahora sólo le quedaba actuar.
Shinya Kougami
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Undyne Fox Lun Abr 25, 2016 9:07 am
La muchacha de rubios cabellos no terminaba de entender porque era que su compañero de guardia se había puesto a reír de aquella forma, después de todo no era como si ella hubiera dicho alguna clase de broma tan graciosa como para despertar aquella sonrisa en el masculino, aunque no tardo prácticamente nada en restarle importancia al origen de la risa y simplemente disfrutar del agradable sonido de una risa inocente como aquella, sin embargo poco duraría aquel agradable momento de tranquilidad.
Una explosión y fuego, sin dudas y como si una maquina la moviera la joven empezó a correr a toda marcha al puesto vigía más cercano y advirtió de lo ocurrido, mientras que los otros marines se ocupaban de organizar y avisar por den den mushi sobre la situación la joven tomo un barril de agua para ir yendo a apagar el incendio, la carga era pesada, sin embargo la muchacha tenía la fuerza necesaria para cargarlo sobre sus hombros mientras seguía corriendo, el sonido de sus cascos contra el suelo se dejaba oír con claridad por todo el lugar.
Pronto llego al borde de aquel incendio y comenzó a impedir el avance de las llamas hacia el bosque, los más importante sería evitar que el incendio se extendiera por el bosque que a la ciudad dado el espacio entre edificios y el bosque no había tanto peligro de que las llamas tomaran la ciudad, pero si había gran riesgo de que al extenderse por el bosque se volvieran incontrolables sin alguna ayuda extraordinaria como un usuario de akuma no mi o quizás gigantes, los cuales la mink no tenía ni idea si deambulaban por aquel lugar en aquellos momentos o estaban de misión en otras aéreas, si es que existían dentro de aquel sector en primer lugar.
Una explosión y fuego, sin dudas y como si una maquina la moviera la joven empezó a correr a toda marcha al puesto vigía más cercano y advirtió de lo ocurrido, mientras que los otros marines se ocupaban de organizar y avisar por den den mushi sobre la situación la joven tomo un barril de agua para ir yendo a apagar el incendio, la carga era pesada, sin embargo la muchacha tenía la fuerza necesaria para cargarlo sobre sus hombros mientras seguía corriendo, el sonido de sus cascos contra el suelo se dejaba oír con claridad por todo el lugar.
Pronto llego al borde de aquel incendio y comenzó a impedir el avance de las llamas hacia el bosque, los más importante sería evitar que el incendio se extendiera por el bosque que a la ciudad dado el espacio entre edificios y el bosque no había tanto peligro de que las llamas tomaran la ciudad, pero si había gran riesgo de que al extenderse por el bosque se volvieran incontrolables sin alguna ayuda extraordinaria como un usuario de akuma no mi o quizás gigantes, los cuales la mink no tenía ni idea si deambulaban por aquel lugar en aquellos momentos o estaban de misión en otras aéreas, si es que existían dentro de aquel sector en primer lugar.
Undyne Fox
Hoja de personaje
Nivel:
(27/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Shinya Kougami Lun Abr 25, 2016 12:08 pm
El peli negro se adentró pero para cuando vio quienes eran los responsables, una vena en su cabeza de hinchó como un sapo en época de apareamiento. Se acercó con pisadas fuertes, dejando huellas bastante profundas, estaba demasiado molesto. Eran dos jóvenes de aproximadamente ocho años de edad, uno de cabellera café clara y el otro negra. Guren los amenazó con la espada pero luego les dio un golpe en la cabeza a ambos con mucha fuerza tanto así que les dejó un enorme chichón. Los tomó por el borde de la camisa a los dos para así arrastrarlos a la par que ellos lloraban como dos Magdalenas por sus amados que se embarcaron en un viaje.
Al menos ya todos se movilizaban para controlar las llamas en cuestión, se podía decir que el actuar fue muy rápido por parte de todos pero los que hicieron los desmanes eran unos simples enanos que serían castigados y no peor por la marina sino que por sus madres, que seguramente les darían nalgadas con el trasero descubierto enfrente de todos para que no volvieran a hacer cosas como esas. Guren con un rostro indignado, dientes apretados y con un agarre con fuerza casi que ya deformaba la ropa de los infantes llegó a la entrada de la guardia. Todos quedaron mirando algo anonadados del porque traía a dos criaturas que lloraban a mares a donde ellos estaban.
— Estos son los culpables. — Aseveró mientras los lanzó a un montón de basura que había ahí. Sin piedad alguna comenzó a abordarlos para sacar de los bolsillos de uno unos fósforos y más cosas que ayudaban a la combustión. Lanzó aquellas cosas para el lado contrario donde estaban los menores en la espera de que los superiores hicieran algo. El encargado llegó, era un viejo con un bigote prominente, comenzó a reír ante lo que habían hecho pero tan pronto como pudo mandó a dos reclutas a buscar a las madres de ellos. Los ojos de Ichinose parecían estar envueltos en llamas, podían haber causado más de un peligro en general tanto para civiles como para los que resguardaban los limites, también para la flora y fauna.
Se iba a cercar para darles otro golpe en la cabeza cuando el jefe que era un adulto le revoloteó el cabello a él agregando unas palabras de que todos éramos jóvenes alguna vez en la vida y que nos encantaba bromear, agregando una risa de octogenario típica. Al peli negro no le causaba gracia alguna la verdad pero bueno al menos ya se sabía quienes habían sido. Recordó que estaba con su compañera charlando y ella había salido por eso comenzó con la cabeza a buscarle ya que pensó mejor y sí, este sitio es demasiado tranquilo, más si no hubiera sido por estos enanos.
Al menos ya todos se movilizaban para controlar las llamas en cuestión, se podía decir que el actuar fue muy rápido por parte de todos pero los que hicieron los desmanes eran unos simples enanos que serían castigados y no peor por la marina sino que por sus madres, que seguramente les darían nalgadas con el trasero descubierto enfrente de todos para que no volvieran a hacer cosas como esas. Guren con un rostro indignado, dientes apretados y con un agarre con fuerza casi que ya deformaba la ropa de los infantes llegó a la entrada de la guardia. Todos quedaron mirando algo anonadados del porque traía a dos criaturas que lloraban a mares a donde ellos estaban.
— Estos son los culpables. — Aseveró mientras los lanzó a un montón de basura que había ahí. Sin piedad alguna comenzó a abordarlos para sacar de los bolsillos de uno unos fósforos y más cosas que ayudaban a la combustión. Lanzó aquellas cosas para el lado contrario donde estaban los menores en la espera de que los superiores hicieran algo. El encargado llegó, era un viejo con un bigote prominente, comenzó a reír ante lo que habían hecho pero tan pronto como pudo mandó a dos reclutas a buscar a las madres de ellos. Los ojos de Ichinose parecían estar envueltos en llamas, podían haber causado más de un peligro en general tanto para civiles como para los que resguardaban los limites, también para la flora y fauna.
Se iba a cercar para darles otro golpe en la cabeza cuando el jefe que era un adulto le revoloteó el cabello a él agregando unas palabras de que todos éramos jóvenes alguna vez en la vida y que nos encantaba bromear, agregando una risa de octogenario típica. Al peli negro no le causaba gracia alguna la verdad pero bueno al menos ya se sabía quienes habían sido. Recordó que estaba con su compañera charlando y ella había salido por eso comenzó con la cabeza a buscarle ya que pensó mejor y sí, este sitio es demasiado tranquilo, más si no hubiera sido por estos enanos.
Shinya Kougami
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Undyne Fox Lun Abr 25, 2016 5:03 pm
Después de llegar a trasladar el primer barril de agua al borde del incendio dio tiempo a que el resto de marines empezaran a trabajar y extinguir el incendio de forma apropiada aunque no era suficiente agua así que además de varios barriles de agua ella misma termino trayendo un segundo barril al medio de las llamas, un viaje bastante agotador, incluso a una persona con su aguante físico cabía destacar, para cuando todo había concluido tuvieron que vendarla un poco por un par de raspones y quemaduras que ni siquiera había sentido en medio de sus viajes.
Mientras caminaba de regreso al punto de control para recibir sus órdenes, le sugirieron que podría retirarse o cambiar de turno con alguien más si las heridas le molestaban pero rechazo la oportunidad, a pesar de encontrarse un poco agitada no tardó mucho en recuperar el aliento y su habitual energía desbordante así que sería un desperdicio que se fuera a dormir e interrumpiera el descanso de alguien más o debilitara la tan perfecta defensa del lugar.
Mientras estaba por allí empezó a buscar a su compañero de guardia para evitar el típico desencuentro de que ambos se buscaran en lugares diferentes si es que no hubiera revisado allí primero y gracias a los protocolos de trabajo de la marina más que a la suerte, pudo ver su cabeza resaltando de entre el resto, la perspectiva que tenían ambos les facilitaba un poco ver por sobre la cabeza de muchas personas y también resaltar entre las multitudes.
Aún cubierta de hollín y con el olor a humo propio de haberse metido tan bruscamente entre el fuego la segunda vez llego donde el masculino, con su rubia cabellera ennegrecida, una sonrisa en su rostro y el brillo propio de una persona que se acaba de despertar llena de energías en sus ojos -Eh, Guren y ¿Pudiste encontrar a quien sea que hizo aquello?- Pregunto felizmente la fémina mientras avanzaba haciendo resonar sus cascos contra el suelo empedrado por el que caminaba -Nosotros ya apagamos el fuego, ignora las vendas es simplemente que los del departamento medico son unos quejicas.- dijo restando importancia al tratamiento recibido en parte para no preocupar al muchacho y en parte porque no le dolía en lo más mínimo.
Mientras caminaba de regreso al punto de control para recibir sus órdenes, le sugirieron que podría retirarse o cambiar de turno con alguien más si las heridas le molestaban pero rechazo la oportunidad, a pesar de encontrarse un poco agitada no tardó mucho en recuperar el aliento y su habitual energía desbordante así que sería un desperdicio que se fuera a dormir e interrumpiera el descanso de alguien más o debilitara la tan perfecta defensa del lugar.
Mientras estaba por allí empezó a buscar a su compañero de guardia para evitar el típico desencuentro de que ambos se buscaran en lugares diferentes si es que no hubiera revisado allí primero y gracias a los protocolos de trabajo de la marina más que a la suerte, pudo ver su cabeza resaltando de entre el resto, la perspectiva que tenían ambos les facilitaba un poco ver por sobre la cabeza de muchas personas y también resaltar entre las multitudes.
Aún cubierta de hollín y con el olor a humo propio de haberse metido tan bruscamente entre el fuego la segunda vez llego donde el masculino, con su rubia cabellera ennegrecida, una sonrisa en su rostro y el brillo propio de una persona que se acaba de despertar llena de energías en sus ojos -Eh, Guren y ¿Pudiste encontrar a quien sea que hizo aquello?- Pregunto felizmente la fémina mientras avanzaba haciendo resonar sus cascos contra el suelo empedrado por el que caminaba -Nosotros ya apagamos el fuego, ignora las vendas es simplemente que los del departamento medico son unos quejicas.- dijo restando importancia al tratamiento recibido en parte para no preocupar al muchacho y en parte porque no le dolía en lo más mínimo.
Undyne Fox
Hoja de personaje
Nivel:
(27/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Shinya Kougami Mar Abr 26, 2016 7:08 pm
Guren se molestaba mucho cuando lo trataban como un niñito mucho más en momentos como este cuando se supone que el que anda mandando se toma todo a la ligera. Guren por su parte simplemente bufó con fuerza mirando a los niños a los cuales se los llevaban para con sus madres para recibir el castigo debido incluyendo claramente una sanción ejemplar -o al menos eso se espera- por parte de la marina. Ichinose simplemente observó a los críos irse, si hubieran sido sus hijos seguramente ya les habría dado una paliza en base a un entrenamiento con la katana pero por suerte él no tenía hijos y no planeaba en hacerlo prontamente tampoco.
De pronto casi como el viento observó que ya estaba casi sin nadie alrededor pero una voz le sacó de orden, era su compañera quien llegaba. Lucía bien pero unas vendas le hicieron dudar al joven peli negro. Observó con detención aquellas en lo que escuchaba como aquella chica hablaba, siempre con esa alegría que desprendía, era la persona más alegre que se había encontrado en décadas. Sonrió mientras le miraba, de todos modos le preocupaba que tuviese aquel tratamiento básico por mucho que ella dijera que eran exageraciones sabía de sobra que no era así, siempre que se incurría en algún tratamiento era por algo.
— Sí eran unos niños.. Esos renacuajos. — Miró hacia el lugar donde habían llevado a esos dos enanos, sus madres les estaban dando golpes con fuerza en las nalgas, casi se podía escuchar como retumbaban, era seguro que no se podrían sentar durante un par de horas. Luego se acercó a Anna para comenzar a mirar sus vendas con detención, claramente había salido lastimada, seguro estaba siendo honesta con que habían sido exagerados pero como buen médico debes saber que curar a cualquiera es una tarea muy importante. Guren puso su mano en mentón mientras miró a la joven desde su posición y le comenzó a hablar.
— ¿Estás segura que no pasó nada? No me puedes mentir, soy médico. — Le aseveró con un rostro dudoso, no le agradaba mucho que le mintieran aunque claro él no sabía si era cierto o no, sabía que tenía curaciones menores pero las tenía. Luego de eso se tomó la postura de siempre, bufando un poco. De su bolsillo sacó una especie de dulce, pero no era el típico caramelo, era uno que tenía mucho más azúcar además daba energías, era una prueba que estaba haciendo últimamente, resultaba pero necesitaba más prueba aún así era seguro para cualquiera comerlo. — Cómelo, te hará recuperar energías es más que seguro que te agotaste, heridas no se hacen por nada. — Le sonrió, era claro que la joven podía irradiar mucha fuerza, de hecho hacía que el joven se sintiera más ameno simplemente con aquellas ganas que ella siempre le colocaba a todo, eran simplemente los polos opuestos.
— En unos minutos más déjame cambiar las vendas y ver como sigues. Me preocupa. — Le comentó mientras evidentemente se quedaban solos, había que seguir con la guardia pero no se sabía si ahí mismo o volver al punto de inicio de todo. — ¿Nos quedamos aquí? Aún sigo curioso por como tratas a las armas y tu modo de ver la vida. — Le agregó en lo que miraba el cielo oscuro. Su cabellera negra se camuflaba perfectamente con lo carente de color que estaba esa noche.
De pronto casi como el viento observó que ya estaba casi sin nadie alrededor pero una voz le sacó de orden, era su compañera quien llegaba. Lucía bien pero unas vendas le hicieron dudar al joven peli negro. Observó con detención aquellas en lo que escuchaba como aquella chica hablaba, siempre con esa alegría que desprendía, era la persona más alegre que se había encontrado en décadas. Sonrió mientras le miraba, de todos modos le preocupaba que tuviese aquel tratamiento básico por mucho que ella dijera que eran exageraciones sabía de sobra que no era así, siempre que se incurría en algún tratamiento era por algo.
— Sí eran unos niños.. Esos renacuajos. — Miró hacia el lugar donde habían llevado a esos dos enanos, sus madres les estaban dando golpes con fuerza en las nalgas, casi se podía escuchar como retumbaban, era seguro que no se podrían sentar durante un par de horas. Luego se acercó a Anna para comenzar a mirar sus vendas con detención, claramente había salido lastimada, seguro estaba siendo honesta con que habían sido exagerados pero como buen médico debes saber que curar a cualquiera es una tarea muy importante. Guren puso su mano en mentón mientras miró a la joven desde su posición y le comenzó a hablar.
— ¿Estás segura que no pasó nada? No me puedes mentir, soy médico. — Le aseveró con un rostro dudoso, no le agradaba mucho que le mintieran aunque claro él no sabía si era cierto o no, sabía que tenía curaciones menores pero las tenía. Luego de eso se tomó la postura de siempre, bufando un poco. De su bolsillo sacó una especie de dulce, pero no era el típico caramelo, era uno que tenía mucho más azúcar además daba energías, era una prueba que estaba haciendo últimamente, resultaba pero necesitaba más prueba aún así era seguro para cualquiera comerlo. — Cómelo, te hará recuperar energías es más que seguro que te agotaste, heridas no se hacen por nada. — Le sonrió, era claro que la joven podía irradiar mucha fuerza, de hecho hacía que el joven se sintiera más ameno simplemente con aquellas ganas que ella siempre le colocaba a todo, eran simplemente los polos opuestos.
— En unos minutos más déjame cambiar las vendas y ver como sigues. Me preocupa. — Le comentó mientras evidentemente se quedaban solos, había que seguir con la guardia pero no se sabía si ahí mismo o volver al punto de inicio de todo. — ¿Nos quedamos aquí? Aún sigo curioso por como tratas a las armas y tu modo de ver la vida. — Le agregó en lo que miraba el cielo oscuro. Su cabellera negra se camuflaba perfectamente con lo carente de color que estaba esa noche.
Shinya Kougami
Hoja de personaje
Nivel:
(30/100)
Haki:
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