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Creado por Shimazu Toyohisa Sáb Mayo 14, 2016 7:21 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Octarine regresaba de su misión en el Reino de Goa, se sentía mal porque no pudo cumplir con lo que se propuso, acabo mal la pelea con el pirata al que se acababa de enfrentar y un pez, lobo en este caso, más gordo le perdonó la vida y le dio una enseñanza cual madre preocupada. Su moral no era la mejor, le preguntaba a un superior sobre el arma que necesitaba y hablando un poco con el llegó a la conclusión de esa arma que le vendría bien a su estilo, un experimentado en la lucha como ese no lo decepcionó en absoluto. El viaje transcurría mientras el navío surcaba rápidamente el East Blue y Octarine solo pensaba en que debía superarse mucho así mismo para el futuro, estaba bastante enfocado. Los soldados llegaron a buen puerto sin el mejor estado anímico porque no cumplieron su meta a la perfección.
Al llegar a la ciudad su superior le dijo -Octarine acompáñame, tengo una idea que te puede ayudar- guiando al decaído soldado hasta una tienda en plena zona comercial y le consiguió un impresionante látigo, el vendedor dijo - Es mi mejor látigo, un mango de 40 cm de acero recubierto con cuero negro y una longitud de 2,5 metros, similar a un látigo blacksnake, con pequeñas partes de 5 cm de diámetro de acero cada 25 cm en sus metros de longitud de cuero trenzado, cien por ciento recomendado joven marine, úsalo correctamente - ante actos tan buenos por parte de ambos al delgado marine no le quedó otra que agradecerles mucho -Les prometo que voy a darle el mejor uso posible- con una nueva mirada cargada de ilusión. La transacción acabó y cada uno se fue por su lado, el vendedor ahí mismo, el superior a los cuarteles y Octarine a su habitación en las zonas residenciales.
De camino cuando estaba apunto de entrar, darse una breve ducha, escuchó un alboroto de sorpresa pero igual necesitaba la ducha y cambiar a una ropa de civil, preferiblemente más holgada, y su nuevo compañero ese impresionante látigo que aún no le había bautizado. Lo hizo rápidamente y al salir, con el cabello aún mojado, iba a entrenarse cerca de la playa antes de recibir su siguiente misión, le quedaba relativamente cerca y tan solo le tomaría unos minutos llegar. Se quitaría sus pesadas botas y arremangaría los pantalones y empezaba a probar movimientos del látigo, los estaba sintiendo apenas, aunque también sentía que alguien pasaba cerca o lo observaba pero era mejor seguir ejercitando sus manos y dominando el movimiento de su arma.
Octarine regresaba de su misión en el Reino de Goa, se sentía mal porque no pudo cumplir con lo que se propuso, acabo mal la pelea con el pirata al que se acababa de enfrentar y un pez, lobo en este caso, más gordo le perdonó la vida y le dio una enseñanza cual madre preocupada. Su moral no era la mejor, le preguntaba a un superior sobre el arma que necesitaba y hablando un poco con el llegó a la conclusión de esa arma que le vendría bien a su estilo, un experimentado en la lucha como ese no lo decepcionó en absoluto. El viaje transcurría mientras el navío surcaba rápidamente el East Blue y Octarine solo pensaba en que debía superarse mucho así mismo para el futuro, estaba bastante enfocado. Los soldados llegaron a buen puerto sin el mejor estado anímico porque no cumplieron su meta a la perfección.
Al llegar a la ciudad su superior le dijo -Octarine acompáñame, tengo una idea que te puede ayudar- guiando al decaído soldado hasta una tienda en plena zona comercial y le consiguió un impresionante látigo, el vendedor dijo - Es mi mejor látigo, un mango de 40 cm de acero recubierto con cuero negro y una longitud de 2,5 metros, similar a un látigo blacksnake, con pequeñas partes de 5 cm de diámetro de acero cada 25 cm en sus metros de longitud de cuero trenzado, cien por ciento recomendado joven marine, úsalo correctamente - ante actos tan buenos por parte de ambos al delgado marine no le quedó otra que agradecerles mucho -Les prometo que voy a darle el mejor uso posible- con una nueva mirada cargada de ilusión. La transacción acabó y cada uno se fue por su lado, el vendedor ahí mismo, el superior a los cuarteles y Octarine a su habitación en las zonas residenciales.
De camino cuando estaba apunto de entrar, darse una breve ducha, escuchó un alboroto de sorpresa pero igual necesitaba la ducha y cambiar a una ropa de civil, preferiblemente más holgada, y su nuevo compañero ese impresionante látigo que aún no le había bautizado. Lo hizo rápidamente y al salir, con el cabello aún mojado, iba a entrenarse cerca de la playa antes de recibir su siguiente misión, le quedaba relativamente cerca y tan solo le tomaría unos minutos llegar. Se quitaría sus pesadas botas y arremangaría los pantalones y empezaba a probar movimientos del látigo, los estaba sintiendo apenas, aunque también sentía que alguien pasaba cerca o lo observaba pero era mejor seguir ejercitando sus manos y dominando el movimiento de su arma.
Última edición por Octarine el Dom Mayo 22, 2016 8:56 pm, editado 2 veces
Shimazu Toyohisa
Hoja de personaje
Nivel:
(32/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
Creado por Mr. Red Lun Mayo 16, 2016 9:13 pm
Red soltó un curioso gruñido risa ante la respuesta de la rubia. Sí, no era ajeno a los ciertos abusos que había cometido la marina y quizás su perspectiva era algo parcializada porque dudaba que él pudiera sufrir algo semejante pero de todos modos no podía evitar sentir cierta empatía por la historia de la mujer. Era verdad, esas cosas pasaban y la marina ante todo era una institución manejada por hombres y por ende, llena de imperfectos y puntos para mejorar. Estaba claro que ella guardaba cierto recelo e inclusive quizás un poco de rencor en algún nivel, pero eso, no habría problema. Aquello era completamente comprensible y Red podía bien descartar el tema que le había inquietado, lo de la traición o deserción.
-No me molesta, Jennyfer Bonhart. Entiendo tu postura, la gente comete fallos… Garrafales muchas veces, como en tu caso que no supieron apreciar a un buen elemento- acotó sonriendo de medio lado, y si bien quiso preguntarle la edad a modo de cerrar el círculo, sabía que esa costumbre no era bien vista dentro de los humanos, menos aún en las mujeres de aquella raza. Red giró la cabeza sonriendo para alzar su enorme pulgar al muchacho que acababa de ser halagado por la mujer. No en vano estaba el dicho que rezaba que la práctica hace al maestro.
Lo otro también le causó gracia, ya que su propio humor de igual manera solía destilar ciertos matices de ironías y sarcasmos, por lo que el comentario de la rubia no le molestó en lo absoluto sino más bien, le cayó aun mejor. –Oh, mi estimada… Sinceramente no veo ni un solo ápice de invalidez en ti, ni tampoco que creo que estés en el arquetipo de la “damisela en apuros” y menos que te importe mucho lo que la gente diga de ti. Entonces todo bien ¿no?- acotó sonriendo el gran rojo, mirando de soslayo que Octarine había hecho buen progreso solo en el tiempo que había durado la conversación. –Por cierto, que si cazas piratas nos hemos de encontrar y tendré la dicha de verte en el campo de batalla y de ver como usas el látigo en espaldas que se merecen todo tu rigor- volvió a mencionar. De alguna manera trató de imaginar la escena y le resultó de lo más entretenida.
-No me molesta, Jennyfer Bonhart. Entiendo tu postura, la gente comete fallos… Garrafales muchas veces, como en tu caso que no supieron apreciar a un buen elemento- acotó sonriendo de medio lado, y si bien quiso preguntarle la edad a modo de cerrar el círculo, sabía que esa costumbre no era bien vista dentro de los humanos, menos aún en las mujeres de aquella raza. Red giró la cabeza sonriendo para alzar su enorme pulgar al muchacho que acababa de ser halagado por la mujer. No en vano estaba el dicho que rezaba que la práctica hace al maestro.
Lo otro también le causó gracia, ya que su propio humor de igual manera solía destilar ciertos matices de ironías y sarcasmos, por lo que el comentario de la rubia no le molestó en lo absoluto sino más bien, le cayó aun mejor. –Oh, mi estimada… Sinceramente no veo ni un solo ápice de invalidez en ti, ni tampoco que creo que estés en el arquetipo de la “damisela en apuros” y menos que te importe mucho lo que la gente diga de ti. Entonces todo bien ¿no?- acotó sonriendo el gran rojo, mirando de soslayo que Octarine había hecho buen progreso solo en el tiempo que había durado la conversación. –Por cierto, que si cazas piratas nos hemos de encontrar y tendré la dicha de verte en el campo de batalla y de ver como usas el látigo en espaldas que se merecen todo tu rigor- volvió a mencionar. De alguna manera trató de imaginar la escena y le resultó de lo más entretenida.
Mr. Red
Hoja de personaje
Nivel:
(8/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Shimazu Toyohisa Mar Mayo 17, 2016 11:41 am
Mientras Octarine escuchaba los ácidos comentarios de Jennyfer Bonhart se reía un poco pero no esbozaba por completo una sonrisa, solo seguía a lo suyo. Volvió a sonreír un poco cuando el wotan rojo la llamó por su nombre completo cuando le acababa que decir que el apellido era suficiente, esperaba algún insulto o comentario mordaz por eso pero se quedó con las ganas, frunció levemente el ceño en el siguiente latigazo. En algunos momentos también se entristecía un poco al escuchar la historia del porque la fiera maestra de esa tarde había dejado su puesto y había sido maltratada por el gobierno "Nadie merece un trato así, menos luego de servir a la justicia" pensaba con otros cuantos latigazos más.
Luego de realizar un movimiento superior en calidad a todos los realizados previamente, lo notó muy bien al ver que la pequeña piedra salió disparada con una fuerza contundente, la veterana le lanzaría un cumplido por la buena ejecución de ese movimiento. Aunque no entendería el significado de bondage hasta que antes de subir a su pequeño apartamento, esa misma noche cuando llegará, le preguntaría al casero que significaba y se sonrojaría un poco ante la risa de él con su respuesta, Octarine volvió a ver con cierta ilusión por sus palabras de ánimo mientras ella sonreía un poco y se mantenía fumando. Mr. Red también le decía unas palabras de aliento lo que le hacía sentirse mejor y lo ilusionaban por imaginarse pelear junto a él, nunca había pensado que podría conocer a alguien tan grande y menos que existiese la posibilidad de ser compañeros o amigos. Dirigiéndose a ambos dijo -¿Vieron? Fue genial, gracias a ambos por estar aquí- se acercó a donde estaban sus botines y su chaqueta negra de la que sacaría de uno de sus bolsillos internos una pequeña whiskera metálica, más vieja que él, solo contenía agua, que bebió de golpe. Observándolos de nuevo -Al menos los próximos días voy a estar viniendo por acá mientras me asignan una nueva misión, Si en algún momento vuelven a pasar cerca de acá o estar libres no duden en venir un momento, gracias y enserio ha sido un gusto Bonhart y Red- decía visiblemente cansado manteniendo una sonrisa amigable. Luego se levantaría de nuevo y volvería a la ejecución de su arma más que hasta el anochecer seguiría hasta que sintiese que su estomago empezará a lanzar señales.
Luego de realizar un movimiento superior en calidad a todos los realizados previamente, lo notó muy bien al ver que la pequeña piedra salió disparada con una fuerza contundente, la veterana le lanzaría un cumplido por la buena ejecución de ese movimiento. Aunque no entendería el significado de bondage hasta que antes de subir a su pequeño apartamento, esa misma noche cuando llegará, le preguntaría al casero que significaba y se sonrojaría un poco ante la risa de él con su respuesta, Octarine volvió a ver con cierta ilusión por sus palabras de ánimo mientras ella sonreía un poco y se mantenía fumando. Mr. Red también le decía unas palabras de aliento lo que le hacía sentirse mejor y lo ilusionaban por imaginarse pelear junto a él, nunca había pensado que podría conocer a alguien tan grande y menos que existiese la posibilidad de ser compañeros o amigos. Dirigiéndose a ambos dijo -¿Vieron? Fue genial, gracias a ambos por estar aquí- se acercó a donde estaban sus botines y su chaqueta negra de la que sacaría de uno de sus bolsillos internos una pequeña whiskera metálica, más vieja que él, solo contenía agua, que bebió de golpe. Observándolos de nuevo -Al menos los próximos días voy a estar viniendo por acá mientras me asignan una nueva misión, Si en algún momento vuelven a pasar cerca de acá o estar libres no duden en venir un momento, gracias y enserio ha sido un gusto Bonhart y Red- decía visiblemente cansado manteniendo una sonrisa amigable. Luego se levantaría de nuevo y volvería a la ejecución de su arma más que hasta el anochecer seguiría hasta que sintiese que su estomago empezará a lanzar señales.
Shimazu Toyohisa
Hoja de personaje
Nivel:
(32/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel | 2 |
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