Online
Conectarse
En total hay 18 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 18 Invitados
Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 166 durante el Dom Nov 13, 2016 9:10 pm
Last Post
Censo
Staff
Página 2 de 2.
Página 2 de 2. • 1, 2
Creado por Rida Sarwick Miér Sep 28, 2016 11:25 am
Recuerdo del primer mensaje :
Increíblemente, Liana superó mis expectativas en cuanto a su estómago. Era una verdadera bestia comiendo. Mientras lo hacía, no podía más que reír de manera escandalosa, a la vez que el cúmulo de pueblerinos que la observaban dejaban caer las quijadas hasta el suelo. Todo el banquete fue desapareciendo poco a poco. No sabía si todas las ningyo tendrían tal apetito. ¿Cómo era posible que se mantuviera en forma y con perfecta figura comiendo de esa manera? Era un gran misterio de la vida. Al parecer, Liana se sintió muy conforme con lo que había preparado, incluso sugiriéndome zarpar juntos al mar para poder seguir contando con mi cocina. Ante ello, reí burlonamente sin contestar nada en específico. Además, ella estaba tan ocupada comiendo que daba igual.
— ¡Así que no era mentira, Sirena-chan! Tu estómago es tan poderoso como tanto decías —dije, sorprendido y muy feliz de haber enfrentado el reto de semejante apetito. Sin duda, aquello probaba que había recorrido un largo trecho desde que comencé a entrenarme como cocinero viajando por los Blues.
Una vez finalizado el banquete, Liana habiéndose comido la gran mayoría, estaba lista para seguir insistiendo con retarme a un combate amistoso. No creía poder decirle que no a la sirena, visto ya su ímpetu y determinación. Por esta razón, me quité el delantal, lo dejé en mis cosas en la cocina del restaurante y me sacudí de manos, haciendo ver a la sirena que la enfrentaría como ella tanto quería. Tras haber puesto en práctica mis dotes culinarias, quizá no vendría mal poner a prueba mis habilidades en batalla: todo cuanto el Viejo Jago me había enseñado.
— Pelearé contigo, pero no me contendré; como que no es mucho mi estilo —le contesté, sonriendo de manera algo macabra en contraposición al comportamiento amistoso que había estado teniendo hasta entonces.
Media hora después...
Nos habíamos trasladado otra vez al lago en el cual había conocido a Liana, junto a la casa del viejo Saorishi. Caminé por el lugar, alrededor de aquel ojo de agua, y me asomé para mirar si sería muy profundo. No es que supiera algo de las sirenas, pero era de sentido común imaginar que no tendría mucha ventaja si me caía en ese estanque. Debía evitarlo a toda costa, así que mi estancia de batalla sería de pie, a convenientes cinco metros del lago y tres de Liana. Llevaba mi sansetsukon sujeto de manera plegada en la mano derecha; de un tirón, extendí las tres barras, dando tres rápidos giros sobre mi propio eje a medida que me desplazaba dos pasos a la derecha y quedaba en posición defensiva, mirando a la ningyo divertido.
— Entonces, ¿me muestras de qué está hecha la futura Reina de los Piratas? —reté, sonriendo de manera más pronunciada.
Increíblemente, Liana superó mis expectativas en cuanto a su estómago. Era una verdadera bestia comiendo. Mientras lo hacía, no podía más que reír de manera escandalosa, a la vez que el cúmulo de pueblerinos que la observaban dejaban caer las quijadas hasta el suelo. Todo el banquete fue desapareciendo poco a poco. No sabía si todas las ningyo tendrían tal apetito. ¿Cómo era posible que se mantuviera en forma y con perfecta figura comiendo de esa manera? Era un gran misterio de la vida. Al parecer, Liana se sintió muy conforme con lo que había preparado, incluso sugiriéndome zarpar juntos al mar para poder seguir contando con mi cocina. Ante ello, reí burlonamente sin contestar nada en específico. Además, ella estaba tan ocupada comiendo que daba igual.
— ¡Así que no era mentira, Sirena-chan! Tu estómago es tan poderoso como tanto decías —dije, sorprendido y muy feliz de haber enfrentado el reto de semejante apetito. Sin duda, aquello probaba que había recorrido un largo trecho desde que comencé a entrenarme como cocinero viajando por los Blues.
Una vez finalizado el banquete, Liana habiéndose comido la gran mayoría, estaba lista para seguir insistiendo con retarme a un combate amistoso. No creía poder decirle que no a la sirena, visto ya su ímpetu y determinación. Por esta razón, me quité el delantal, lo dejé en mis cosas en la cocina del restaurante y me sacudí de manos, haciendo ver a la sirena que la enfrentaría como ella tanto quería. Tras haber puesto en práctica mis dotes culinarias, quizá no vendría mal poner a prueba mis habilidades en batalla: todo cuanto el Viejo Jago me había enseñado.
— Pelearé contigo, pero no me contendré; como que no es mucho mi estilo —le contesté, sonriendo de manera algo macabra en contraposición al comportamiento amistoso que había estado teniendo hasta entonces.
Media hora después...
Nos habíamos trasladado otra vez al lago en el cual había conocido a Liana, junto a la casa del viejo Saorishi. Caminé por el lugar, alrededor de aquel ojo de agua, y me asomé para mirar si sería muy profundo. No es que supiera algo de las sirenas, pero era de sentido común imaginar que no tendría mucha ventaja si me caía en ese estanque. Debía evitarlo a toda costa, así que mi estancia de batalla sería de pie, a convenientes cinco metros del lago y tres de Liana. Llevaba mi sansetsukon sujeto de manera plegada en la mano derecha; de un tirón, extendí las tres barras, dando tres rápidos giros sobre mi propio eje a medida que me desplazaba dos pasos a la derecha y quedaba en posición defensiva, mirando a la ningyo divertido.
— Entonces, ¿me muestras de qué está hecha la futura Reina de los Piratas? —reté, sonriendo de manera más pronunciada.
Rida Sarwick
Hoja de personaje
Nivel:
(12/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Rida Sarwick Jue Sep 29, 2016 3:24 pm
De pronto, algo empezó a perturbar la tranquilidad del ambiente en el exterior del restaurante. A leguas, se notaba que una persona se movía a mi alrededor, escondiéndose y aparentando "sigilo", como si estuviera tratando de espiarme. En determinado momento, me percaté de que la persona que andaba haciendo eso tenía una cola de pez, por lo que adquirí instantáneamente una expresión de vergüenza ajena.
— ¿Quieres quedarte quieta, sirena hiperactiva? —dije en voz alta, intentando que se calmara; la podía ver perfectamente, o era muy mala escondiéndose o simplemente quería tomarme el pelo. Al decírselo, me puse frente a ella, echando la colilla del cigarrillo que había estado fumando al suelo para pisarla— Veo que te has comido el pastel en tiempo récord —volví a sonreír.
Me di cuenta que había sacado una especie de disfraz improvisado de quién sabe dónde. Probablemente lo más gracioso era su bigote falso. Estuve a punto de reír a carcajadas, pero quizá la estimularía a seguir escondiéndose y espiando de manera bizarra a la gente, por lo que me contuve. Al parecer, Liana pensó que me había ido. Volvió a mencionar nuestro combate. Estaba de acuerdo en que había sido entretenido, y cuando estuve a punto de afirmarlo, se sentó para soltar otro de sus comentarios aleatorios sobre mis glúteos.
— ¡¿Qué te pasa con mis glúteos?! —le grité, volviendo a desesperarme— No dejo a todo el mundo tocarlos, deberías preocuparte porque alguien te manosee por la noche, ahora que saben que hay una sirena en esta villa —me crucé de brazos mientras le decía aquello, mirando hacia el interior del restaurante, donde se habían quedado la mayoría de los fans de la ningyo— En fin, iré a recoger mis utensilios en la cocina. He decidido partir mañana por la mañana, Sirena-chan. Muchas islas de este mar todavía esperan mi llegada —tras informarle de ello y sonreír ampliamente, fui a hacer lo que había dicho, entrando al establecimiento junto a nosotros, mientras la noche caía lentamente sobre Villa Foosha.
— ¿Quieres quedarte quieta, sirena hiperactiva? —dije en voz alta, intentando que se calmara; la podía ver perfectamente, o era muy mala escondiéndose o simplemente quería tomarme el pelo. Al decírselo, me puse frente a ella, echando la colilla del cigarrillo que había estado fumando al suelo para pisarla— Veo que te has comido el pastel en tiempo récord —volví a sonreír.
Me di cuenta que había sacado una especie de disfraz improvisado de quién sabe dónde. Probablemente lo más gracioso era su bigote falso. Estuve a punto de reír a carcajadas, pero quizá la estimularía a seguir escondiéndose y espiando de manera bizarra a la gente, por lo que me contuve. Al parecer, Liana pensó que me había ido. Volvió a mencionar nuestro combate. Estaba de acuerdo en que había sido entretenido, y cuando estuve a punto de afirmarlo, se sentó para soltar otro de sus comentarios aleatorios sobre mis glúteos.
— ¡¿Qué te pasa con mis glúteos?! —le grité, volviendo a desesperarme— No dejo a todo el mundo tocarlos, deberías preocuparte porque alguien te manosee por la noche, ahora que saben que hay una sirena en esta villa —me crucé de brazos mientras le decía aquello, mirando hacia el interior del restaurante, donde se habían quedado la mayoría de los fans de la ningyo— En fin, iré a recoger mis utensilios en la cocina. He decidido partir mañana por la mañana, Sirena-chan. Muchas islas de este mar todavía esperan mi llegada —tras informarle de ello y sonreír ampliamente, fui a hacer lo que había dicho, entrando al establecimiento junto a nosotros, mientras la noche caía lentamente sobre Villa Foosha.
Rida Sarwick
Hoja de personaje
Nivel:
(12/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Página 2 de 2. • 1, 2
Temas similares
» Un enclenque y su perro contra una psicópata
» Yo tengo unas espadas y él un lanzallamas, esto no tiene sentido, nyan
» Yo tengo unas espadas y él un lanzallamas, esto no tiene sentido, nyan
Página 2 de 2.
|
|