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Creado por Harley Quinn Sáb Ago 27, 2016 1:58 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Tranquilidad y paz. Eso era lo primero que uno pensaba cuando caminaba por aquellas pacíficas y viejas calles. Pero para Harley todo resultaba demasiado extraño. No estaba acostumbrada al silencio, bueno, al silencio fuera de su cabeza, pues allí dentro aquello era todo un circo. El clima era ideal, y la soleada mañana iba perfecta con aquel agradable día. Mientras caminaba iba mascando chicle, una de sus pequeñas adicciones, y observaba con una mirada atenta a su alrededor. Llevaba su desgarrada ropa de siempre, y a cada paso que daba hacía sonar sus tacones contra el asfalto de las calles.
—¿Hmm?—Alzó la mirada hacia la ventana de un segundo piso y encontró su mirada con la de un hombre mayor que la observaba como si fuera un extraño animal. En cuanto se percató de la mirada de la cazarrecompensas, se escondió tras la cortina.—Idiotas...—Pronunció la chica en voz baja tras hacer una pompa con el chicle que mascaba. Entendía que los forasteros fueran toda una novedad para los habitantes de la isla, pero para Harley era distinto, las miradas la perseguían allí dónde ella fuese, no importaba dónde se encontrara ni cuándo.
Continuó caminando, llevaba el bate tras el cuello, sobre los hombros, hasta que llegó a una plaza que conectaba con todas las callejuelas del lugar. Allí, se encontraban varios de los habitantes pasando el rato. Los más mayores jugaban a juegos de mesa, y otros se hacían cargo de sus pequeños negocios. Harley se fijó en que cerca de unos bancos que se encontraban en el centro de la plaza había tres niñas de unos ocho años saltando a la comba mientras cantaban:
Soy la reina de los mares
y ustedes los van a ver
tiro mi pañuelo al suelo
y lo vuelvo a recoger
Pañuelito, pañuelito
quién te pudiera tener
guardadito en el bolsillo
como un pliego de papel.
A Harley se le iluminó la mirada y una enorme e infantil sonrisa se dibujó en su rostro, entonces como si una cría aún fuese salió corriendo hacia aquellas niñas.—¡Hey chicas! ¿¡Puedo jugar?!—Las niñas dejaron de saltar y cantar para mirar a Harley, algo asustadas y extrañadas.—Venga vamos, ¡podemos ser amigas!.—Sonrió de nuevo y se acercó a la comba, justo al centro donde estaba la niña que se encontraba saltando antes de que las interrumpiese.—¡Vamos!.—Las niñas siguieron igual de asustadas, hasta que una de ellas salió corriendo y gritó:—¡MAMÁ!—Las otras miraron una última vez a la cazarrecompensas y enseguida siguieron a la primera niña.—Muy bien, ¡vosotras os lo perdéis pringadas!—Les gritó Harley con una mueca de desagrado en su rostro. Entonces se fijó en que a su alrededor tenía todas las miradas clavadas en ella, y nadie se movía.—Lo sé, muy fuerte la actitud de las niñas de hoy en día, ¿verdad?—De un femenino gesto se echó una de las coletas hacia atrás y echó a andar moviendo sus caderas como de costumbre entre la multitud, que sorprendidos se retiraban para dejarla pasar. Justo antes de salir de la plaza, Harley se fijó en una misteriosa silueta que fugazmente doblaba un estrecho callejón y desaparecía.
—¿Hmm?—Alzó la mirada hacia la ventana de un segundo piso y encontró su mirada con la de un hombre mayor que la observaba como si fuera un extraño animal. En cuanto se percató de la mirada de la cazarrecompensas, se escondió tras la cortina.—Idiotas...—Pronunció la chica en voz baja tras hacer una pompa con el chicle que mascaba. Entendía que los forasteros fueran toda una novedad para los habitantes de la isla, pero para Harley era distinto, las miradas la perseguían allí dónde ella fuese, no importaba dónde se encontrara ni cuándo.
Continuó caminando, llevaba el bate tras el cuello, sobre los hombros, hasta que llegó a una plaza que conectaba con todas las callejuelas del lugar. Allí, se encontraban varios de los habitantes pasando el rato. Los más mayores jugaban a juegos de mesa, y otros se hacían cargo de sus pequeños negocios. Harley se fijó en que cerca de unos bancos que se encontraban en el centro de la plaza había tres niñas de unos ocho años saltando a la comba mientras cantaban:
Soy la reina de los mares
y ustedes los van a ver
tiro mi pañuelo al suelo
y lo vuelvo a recoger
Pañuelito, pañuelito
quién te pudiera tener
guardadito en el bolsillo
como un pliego de papel.
A Harley se le iluminó la mirada y una enorme e infantil sonrisa se dibujó en su rostro, entonces como si una cría aún fuese salió corriendo hacia aquellas niñas.—¡Hey chicas! ¿¡Puedo jugar?!—Las niñas dejaron de saltar y cantar para mirar a Harley, algo asustadas y extrañadas.—Venga vamos, ¡podemos ser amigas!.—Sonrió de nuevo y se acercó a la comba, justo al centro donde estaba la niña que se encontraba saltando antes de que las interrumpiese.—¡Vamos!.—Las niñas siguieron igual de asustadas, hasta que una de ellas salió corriendo y gritó:—¡MAMÁ!—Las otras miraron una última vez a la cazarrecompensas y enseguida siguieron a la primera niña.—Muy bien, ¡vosotras os lo perdéis pringadas!—Les gritó Harley con una mueca de desagrado en su rostro. Entonces se fijó en que a su alrededor tenía todas las miradas clavadas en ella, y nadie se movía.—Lo sé, muy fuerte la actitud de las niñas de hoy en día, ¿verdad?—De un femenino gesto se echó una de las coletas hacia atrás y echó a andar moviendo sus caderas como de costumbre entre la multitud, que sorprendidos se retiraban para dejarla pasar. Justo antes de salir de la plaza, Harley se fijó en una misteriosa silueta que fugazmente doblaba un estrecho callejón y desaparecía.
Harley Quinn
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Harley Quinn Dom Oct 09, 2016 3:27 pm
La rubia miraba a aquella mujer de larga gabardina con buenos ojos, parecía bastante despreocupada y la sensación de confianza que transmitía agradaba a Harley, ya que irónicamente la cazarrecompensas no se llevaba bien con personas demasiadas alocadas e hiperactivas, tal vez su subconsciente le hacía pensar que una loca en la zona era suficiente.
Hizo oídos sordos a la continua negación de la mujer sobre su amistad, ya no le importaba, el hecho de que le siguiera la conversación la hacía ver como una amiga para la rubia. Harley asintió con la cabeza ante todo lo que la veterana le decía, desde luego tenía razón en lo del marine, no lo había pensado antes.
—Oh, de acuerdo.—Abrió los ojos de par en par e hizo como si apuntara lo que la mujer decía en un papel imaginario que flotaba en el aire.—Si escribo las cosas se me quedan mejor.—Asintió varias veces seguidas con infantil gesto.—Y cuando encontremos a los que faltan me darás más consejos, ¿verdad? Por favor.—Se puso frente a ella dando saltitos.—¿Lo he utilizado bien?—Le guiñó el ojo tres veces de forma exagerada.—¡Pues en marcha sensei!—Alzó el puño, y antes de seguir a Jennyfer, comprobó de nuevo las ataduras de las cuerdas de aquellos piratas y les echó por encima una vieja manta que había junto a un contenedor.—Volveré enseguida chicos, no vaya ser que os roben, intentad no moveros mucho, ¿sí?—Agarró su bate y se aseguró de que su revólver estaba bien enfundado.—Aunque igual dudo que podáis.—La cazarrecompensas echó a reír y caminó con femenino paso tras la veterana.—¡Espérame amiga!.—
Observó de reojo como sacaba un habano de entre sus prendas.—Creo que eso no es muy sano.—Comentó con tono de desagrado mirando a su alrededor mientras caminaba, atenta ante cualquier movimiento, aunque si aquellos bandidos estaban heridos lo más seguro es que se hubieran escondido.—No pueden haber llegado muy lejos, seguro que se han refugiado tras un edificio o incluso en el bosque. Deberíamos ir a echar un vistazo por allí.—Señaló dos calles más al frente, dónde terminaba el asfalto del pequeño pueblo y los muros se veían rodeados de árboles, a medida que se avanzaba en ellos éstos se veían más espesos.
Hizo oídos sordos a la continua negación de la mujer sobre su amistad, ya no le importaba, el hecho de que le siguiera la conversación la hacía ver como una amiga para la rubia. Harley asintió con la cabeza ante todo lo que la veterana le decía, desde luego tenía razón en lo del marine, no lo había pensado antes.
—Oh, de acuerdo.—Abrió los ojos de par en par e hizo como si apuntara lo que la mujer decía en un papel imaginario que flotaba en el aire.—Si escribo las cosas se me quedan mejor.—Asintió varias veces seguidas con infantil gesto.—Y cuando encontremos a los que faltan me darás más consejos, ¿verdad? Por favor.—Se puso frente a ella dando saltitos.—¿Lo he utilizado bien?—Le guiñó el ojo tres veces de forma exagerada.—¡Pues en marcha sensei!—Alzó el puño, y antes de seguir a Jennyfer, comprobó de nuevo las ataduras de las cuerdas de aquellos piratas y les echó por encima una vieja manta que había junto a un contenedor.—Volveré enseguida chicos, no vaya ser que os roben, intentad no moveros mucho, ¿sí?—Agarró su bate y se aseguró de que su revólver estaba bien enfundado.—Aunque igual dudo que podáis.—La cazarrecompensas echó a reír y caminó con femenino paso tras la veterana.—¡Espérame amiga!.—
Observó de reojo como sacaba un habano de entre sus prendas.—Creo que eso no es muy sano.—Comentó con tono de desagrado mirando a su alrededor mientras caminaba, atenta ante cualquier movimiento, aunque si aquellos bandidos estaban heridos lo más seguro es que se hubieran escondido.—No pueden haber llegado muy lejos, seguro que se han refugiado tras un edificio o incluso en el bosque. Deberíamos ir a echar un vistazo por allí.—Señaló dos calles más al frente, dónde terminaba el asfalto del pequeño pueblo y los muros se veían rodeados de árboles, a medida que se avanzaba en ellos éstos se veían más espesos.
Harley Quinn
Hoja de personaje
Nivel:
(1/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
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