Recuerdo del primer mensaje :

Como siempre, Byakuren abandonaba cada isla donde sentía que ya había hecho suficiente bien y no se creía tan necesaria, donde sentía que ya había cumplido con ciertas cosas, sin embargo en el caso de Baterilla no solo se había ido ella de la isla militarizada de South Blue sino que junto a ella había traído hasta Centurea un hermoso grupo, prácticamente una familia, tal vez no compartieran lazos sanguíneos y ni siquiera rasgos en común tan básicos como pertenecer a la misma raza, pero la gente con la que viajaba la ex~sacerdotisa se sentía como una familia para ella.

Una vez más parte del grupo viajaba en barco y otra parte en el mar, sobre todo ahora que se había incorporado a aquella una segunda Wotan. El barco donde aquellos que no podían desplazarse por sus medios en el mar arribaría pacas horas después del amanecer en la isla de Centurea, un lugar que se había visto enormemente perjudicado por uno de los alzamientos generados por la armada revolucionaria en el pasado, Diversity se dirigía a ese lugar con la intención de instalar allí una nueva cede para su red de comercio, sin embargo la misma era un medio para un fin mayor, el fin de hacer un mundo mejor para todos.

Aquella mañana Byakuren había recibido al amanecer en la proa del barco mercante donde viajaban, había dedicado buena parte de aquella mañana a meditar, practicar sus ejercicios de respiración y disfrutar tanto del viento como absorbiendo en su interior el poder del magnífico sol para sentirse renovada, estaba emocionada, pronto llegarían a un nuevo lugar, todavía no había estado nunca en Centurea y solo había escuchado cosas sobre el estado actual de la isla, sin embargo no se había sentido lista para ir a ayudar hasta hace poco, hasta que se había reunido con este hermoso grupo que era Diversity.

Tifanny trotaba tratando de levantarle el animo a la pequeña de negra cabellera pero mas allá de que parecía seguirle el juego notaba que no era natural. Byakuren se había ido del lugar así que la rubia de ojos celeste se detuvo en su corrida y bajo a la pequeña Faye al suelo. Luego se puso en cuclillas enfrente de ella para mirarla de frente. -Faye. Con nosotros no tienes que demostrar nada ni actuar de alguna forma. Si no estas de humor solo dilo, no intentes actuar como si nada pasara. Nosotros te queremos a ti con todo lo que eso conlleva y no por lo que puedas aparentar.- dijo tiernamente apoyando la mano en el hombro de la pequeña. Normalmente depositaba su mano e la cabeza de la pequeña pero sentía que en ese momento no era lo correcto. -Todos tenemos cosas que no queremos contar.... excepto yo que soy una despreocupada, je. Pero nadie en este grupo te va a presionar para que nos cuentes lo que no quieres. Solo esperaremos a que quieras contarlo pero como decía, no es necesario que finjas nada.- dijo con una sonrisa cálida.

La joven tontatta en su forma humana se sentó en el suelo cruzando las piernas manteniendo el silencio para que la pequeña Faye pudiera pensar y acomodar sus pensamientos. Tomó a Hamsuke de su cabeza y lo saco volviéndose a poner la gorra. Lo deposito entre sus piernas y empezó a acariciarlo suavemente para ir despertandolo de a poco.

Un rato después apareció nuevamente la joven sacerdotisa y pareja de Tifanny con el equipaje de las tres chicas diciendo que ya habían llegado. Juntas bajaron tranquilamente y cuando estuvieron abajo volvió a tomar a Faye desde abajo de los brazos y se la sentó en los hombros. -Si quieres bajar solo dilo.- dijo sonriente. La pequeña se había mantenido en silencio desde hacia un rato pero la rubia no la molesto. Miro a su compañera y reciente pareja Byakuren con una sonrisa para hablarle pero justo vio como llamaba a Odín por el den den mushi así que se mantuvo en silencio y solo se quedo mirándola. Esa hermosa y angelical figura que hacia que su corazón se inundara de una felicidad que nunca antes había sentido.