Nada se podía hacer, la comida estaba siendo devorada mientras el cocinero no hacía nada quizá limpiaba los utensilios y terminaba de guardar lo que había ensuciado durante el preparado. La risa de aquella joven resultaba divertida, era exagerada y gritona, quizá no fuese una persona normal. Eso no hacía falta dudarlo después de haber visto cómo sus piernas se juntaban para formar la cola de una sirena. No entendía nada de lo que se decía, las explicaciones que tomaban forma y las palabras que eran expuestas por aquella mujer. Ed quedó rezagado mientras negaba a cada comentario, mentirle sería faltar el respeto y no podía permitir aquello. – No, la verdad es que no sé nada de eso. –expresó mientras dejaba un último cuchillo sobre la barra-. La verdad fue lanzada mientras la sorpresa del moreno quedó en un segundo plano. Justo cuando aquella joven comentó su meta en la vida los marines irrumpieron en el lugar.

– Vaya, creo que no ha sido el mejor momento. –expuso dejando que sus piernas saltaran por encima de la barra-. Si quieres ser la reina de los piratas no podrás quedarte aquí por mucho más tiempo -los marines recién llegados no daban crédito a lo escuchado, una mujer de aquella apariencia tan dulce se había proclamado pirata. - ¡Quietos! –gritó uno de los marines mientras cargaba un fusil-. Eddard cargó con su espada colocándola sobre su vaina, no quería pelear, quizá no era el mejor de los momentos pero debían salir de allí. – Pues no suena mal tu plan jefa. –alegó dejando que una nívea sonrisa se dibujara en su rostro-. Mi sueño es… -no pudo terminar su frase pues un disparo fue lanzado golpeando en su hombro derecho-. El castaño cayó al suelo, su rodilla se clavó en la madera de la cantina, la sangre brotaba con fuerza y no podía significar nada bueno. Le habían herido.

Allí estábamos, mi nuevo chef y yo, así lo asumí y cuando algo se me viene a la cabeza créanme que no se me escapa, yo sentada con los pies en la barra y Eddy en frente de mi con su katana apunto de desenvainar y un tiro en el hombro, yo muy seria con mi sombrero tapando medio rostro exclamo – ¿Eddy veo que te hicieron daño… lo miro con una sonrisa muy tierna y le digo… yo me encargo, tu estas mal- acto seguido saco mis tres espadas, dejo caer mi sombrero en la barra y grito - ¡HEY CABRONES! ¡COMO SE ATREVEN A DISPARARLE A MI GRAN CHEF! ¡LES VOY A PATEAR ESE TRASERO!- ahí estaba yo gritando con una cara muy muy seria, me pongo en pose de batalla con mis tres espadas una en la boca y digo ¡SASHIIIIMI! Corro hacia la multitud y lanzo 10 golpes con el reverso de la espada para dejarlos inconscientes y no cortarlos ya que eran simples humanos ¡GRAN ESPECTACULO!

Al dar esos múltiples espadazos con velocidad se escuchaban tiros al aire y golpes de espada mientras caían los marines, quedaron inconscientes, eran 7 de ellos y al terminar encaro a Eddy y le digo – ¿estás bien Eddard? – mientras le decía eso atrás de mi escucho - ¡Hey tú! ¿Quién demonios te crees para dejar inconscientes a mis subordinados? – al voltear veo que era un tipo bastante grande y musculoso, tenía 2 espadas, tenía toda la pinta de que era el jefe de ellos donde yo le grito - Bueno ¡IDIOTA! ¿Quiénes se creen ellos para dispararle a mi chef? – casi no me dejo terminar de hablar chef que me lanzo un ataque con ambas espadas y yo lo boquee con las tres, el rechinar de espadas se escuchaba donde encarados cara a cara él me decía – ¡Vaya, vaya! La dulce niñata rosa resulto tener fuerz… - era muy fuerte pero yo sentí que yo mas ya que pude defenderme de su ataque y además que lo mande a 1 metro en frente de mí, cayo parado, estábamos viéndonos cara a cara y yo muy seria le dije -¡Resulto que el feo gigante no tiene tanta fuerza!- mientras le saque la lengua.

Los disparos habían sido expuestos mientras el cuerpo del pirata tocaba la tierra. La sangre brotó con fuerza mientras el rostro magullado del castaño se oscurecía; no podía criticar aquellos hombres, le habían atacado con normalidad pues era pirata. El precio por su cabeza era elevado para estar tan tranquilo en una cantina; lo debía haber sabido antes, entender que hacer escapar numerosas personas no traería nada bueno. La mujer que tenía como aliada había actuado bien, como una líder, como la jefa que nuestro muchacho seguiría. Es cierto que quizá aquel disparo había llegado en el mejor momento, el tiempo justo para que sus oscuros ojos divisaran las habilidades de su líder. Con sus espadas, la pelirrosa se lanzó contra aquellos marines, no tenía miedo y el asombro se dibujó en el rostro de nuestro joven. No duraron mucho, quizá resistieron lo básico para no ser humillados del todo. El último de los marines había cargado con su espada mientras la capitana se defendía como podía. Era más fuerte, mucho más que aquel sujeto.

– Mucho mejor. –expresó el castaño mientras se levantaba-. Tenemos que irnos no vendrán más. –sonriente veía que estar al lado de aquella mujer le traería aventuras-. La puerta se abrió mientras el galante chef esperaba que su capitana saliera antes que él. – Nos puedes seguir y morir o marcharte y darles a entender que dos nuevos piratas han llegado a la ciudad. –cesó su palabra dejando escapar una nívea sonrisa-. La puerta de madera se cerraría tras de sí dejando que el castaño recorriera las calles con su capitana; tenían que buscar un barco con el que partir de aquella ciudad ¿Dónde? En el puerto. - ¿Qué hacemos capitana? –preguntó mientras envainaba sus armas-.

Que pelea tan emocionante, de verdad que la adrenalina se sentía, el marine en frente de mi tenía una cara de molesto mezclado con impotencia porque se percató de mi fuerza… allí estábamos ambos hasta que detrás de mí escucho a mi chef Eddy diciéndole algo al marine y en lo que volteo de forma muy caballerosa me tiene la puerta abierta donde exclamo feliz dándole la espalda al marine mientras camino hacia la puerta - ¡JAJAAJAJA! Viejo ya lo escuchaste, así que mejor se sensato y ver bolsas con hielo para tus subordinados… lo veo de perfil muy seria y exclamo… nos volveremos a ver- Acto seguido le guiño el ojo mientras sonrío.

Salgo con mi chef hacia el pueblo, algo era seguro teníamos que irnos de allí porque la marina no nos dejaría andar libres y mucho menos después de lo que hice jeje. Mi querido chef me hace una pregunta mientras envainaba las katanas y yo exclamo – Bueno Eddy te soy sincera la verdad no tengo un plan, ¿Tu estas bien?... creo que lo más seguro será tomar un bote e ir a la siguiente isla más cercana ¿Qué opinas? – Exclamo con seriedad y firmeza hasta que… comienzo a reír, yo estaba a su derecha, agarro el hombro izquierdo de Eddy con mi mano izquierda para acercarlo mientras digo – viste como peleeeeee ¡Kheenshishishi! ¡Me sentí tan viva! ¡Una botella de sake a que nos suben el wanted! ¡JAJAJAJAJAJA!- Grite con felicidad mientras caminábamos por la ciudad.

Curiosamente, en la próxima isla a estos dos chicuelos les espera una gran sorpresa que mejor no spoilear…

Tenía que vigilar a su capitana o, de lo contrario, ambos acabarían presos de un destino angosto. Debía actuar con velocidad, era un cocinero y no podía permitir que su suerte dependiera de los marines; el joven de castaño cabello siguió los pasos de su nueva líder al son que no perdía de vista los posibles enemigos. Tenían que robar un barco, salir de la isla antes de que los marines llegaran; podía pelear y correr pero no defenderse de armas de fuego. No tenía el número para hacerlo, no hasta que su cuerpo se hubiese fortalecido más. Asintió con el rostro dejando escapar una nívea sonrisa, la herida de su hombro ya no sangraba tanto; por ahora podría dar con una solución a corto plazo mas los planes largos estaban a cargo de la capitana. – Tranquila capitana, robaremos un barco y saldremos de aquí. –alegó dejando que sus pasos se mecieran hasta el puerto-. No tardaría con dar la solución a todo, un barco mercante gobernado por un agricultor poco muy poca maña se disponía a salir con las hortalizas recogidas para su posterior venta. – Robemos este barco, tenemos que ser raudos y no matara sin sentido. –expresó mientras corría hacia el barco-. El hombre en su interior no se percataría de nada pero dos sujetos estaban a punto de abordarlo y llevarse su futuro y pasado.

– Saltemos a la de tres capitana, tenemos que dar con la forma de escapar. –respondió mientras su débil cuerpo se mecía en el viento cargando consigo sus armas y la suerte perdida-. Seguro que nos suben el wanted y eso que todavía no hemos nada peligroso, imagina cuando hagamos locuras. –sonreía mientras sus pasos tocaban la cubierta de aquel barco-. ¿Cómo seguiría todo? En las manos de su capitana quedaba.

Dos piratas uniendo fuerzas… eso sucedía… eso éramos… y Eddy definitivamente ya me consideraba su capitana. Este chico ya es mi nakama, lo sentía en la sangre y no les miento estaba muy emocionada, me caía muy bien y además era muy caballeroso, bueno sin contar como cocina… el joven chef estaba saltando con su cuerpo débil invitándome a saltar, yo salte gritando -¡ALLAA VAMMOSSS!...- pero de lo despistada que fui pensando en todo lo que viviremos salte mal pero tan mal que fui directa al agua, eso no me detuvo ya que nade por debajo del bote y del otro lado con mi gran velocidad pegue un brinco que me hizo estar en el barco de frente de Eddy.

Exclame con confianza y seriedad – jajaja, apuesto a que si Eddard, de hecho ya no veo la hora de que nos lo suban por esta revuelta… gritando emocionada con mis manos en alto exclamo… ¡ES HORA DE PARTIRRRR!... Corrí velozmente a cortar las cuerdas que estaban reteniendo el barco al muelle mientras le decía a mi chef… Eddy ya está preparado este barco ¡Solo falta cortar estas cuerdas! Ve y toma el timón, gira 80 grados al este y mantente así, se navegar mi querido chef  y de aquí juntos… ¡nos vamos!-.

Acto seguido corte todas las cuerdas que eran inservibles mientras comencé a inspeccionar hortalizas y cosas que había en el barco a ver si conseguía algo de valor, ya que capas en la próxima isla podríamos comprar algo con el jeje.

El camino hasta el puerto se había hecho lento, no podía ir mejor la cosa; ambos habían escapado de las garras de los marines, algunos derrotados y otros implemente amenazados permitieron que partieran hacia el puerto. Los gritos de su capitana motivaban, era como estar con un líder que permitía que el resto participara, no era una mandona, no exigía cosas, ayudaba a sus compañeros para hacer un mejor trabajo. Esa era la razón por la que había sentido la necesidad de seguirle y ofrecerle su espada a cambio de aventuras. Divertida fue la forma en la que la capitana cayó al mar, no temía por su seguridad, era una sirena; así fue como debajo del agua pudo verla nadar a toda velocidad saltando sobre el barco con agilidad. Las órdenes fueron claras, tenía que cortar unas cuerdas y ponerse con el tomar el timón del barco.

Era cocinero no navegante mas algo llegó con incertidumbre, la dirección perfectamente marcada. Giró el timón tal y como se había dicho mientras lo aguantaba hacia el este. El dueño del barco seguía en su interior, un hombre menudo y de cabello blanco, temía su suerte y no sabía qué hacer. Sujetó un cuchillo y se dirigió hacia la rosada sirena. - ¡Dejad mi barco! –exclamó mientras intentaba atravesar su estómago con aquel arma filosa-.

Ahí estaba yo, tranquila, buscando cosas hasta que escucho la voz asustada de un pobre hombre viniendo hacia mí -¡Dejad mi barco! – se acercaba con un cuchillo entra manos, yo saque una de mis espadas y fui hacia el para contraatacar, de hecho así fue, mi movimiento con elegancia lanzo el cuchillo al aire terminando clavado en la madera del piso mientras el hombre asustado se arrodilla ante mí y me pide que no lo mate.

- ¡JAJAAJAJAJJAAJA! – Reí muy espontáneamente mientras envainaba mi espada y decía felizmente – Pero si somos nosotros los malagradecidos que nos robamos su barco… me acerco hacia él y lo levanto con cuidado diciéndole… ¿está bien? De verdad que necesitábamos el aventón señor… la marina casi nos alcanza y si no fuera por su barco no sabría qué habría pasado- exclame mientras lo mire con una sonrisa tenue y llena de confianza.

- Ohhh entiendo jovencita, mira que justo iba a la próxima isla y no me molesta tener dos jóvenes conmigo acá solo que… vaya que me asustaron ¡KEEENSHISHISHI! – Dijo el viejo mientras reíamos agarrados de hombros  - ¡JAJAJAAJAJAJAJ! – me voltee y le dije a Eddy entusiasmada - ¡EDDY! Ya estamos vía a la próxima isla si quieres ven acá… ¡NUESTRA AVENTURA APENAS EMPIEZA!-.

En el barco, un cocinero actuaba como un navegante; no se podía hacer mucho más que obedecer lo que su jefa indicaba sin rechistar. Suerte que le había dado las indicaciones justas para no perderse. Esto no quería decir que no dudara en según qué momentos, en girar más o menos el timón o esperar otra indicación antes de hacer un movimiento brusco. La situación vivida no era normal, un hombre le había intentado atravesar el pecho a su capitana, esta se había defendido y, seguidamente, le había perdonado la vida.

Una nueva mujer, de eso no cabía la menor duda. Asintiendo al comentario de aquel anciano, el joven de castaño cabello quedó a la espera de que su capitana siguiera con el camino del barco. Los reclamos de la joven de rosado cabello llamaron su atención, dejó el timón sin control alguno y se dirigió hasta donde su jefa le ordenaba. Que nadie sujetara el timón hizo que el barco se moviera sin control, se agitara e incluso se meciera por encima de las aguas provocando que más de uno de los presentes tuviera dificultades con el equilibrio. - ¿Cómo será la próxima isla? -preguntó mientras caía de rodillas al suelo-. Su complicado estado por los mareos se veía palpable, era débil a los transportes y así se reflejaba en su color pálido. Vaya pirata estaba hecho.

Veo como mi querido nakama Eddy me pregunta algo mientras cae donde yo acto seguido corro hacia él y lo pongo mi mano en la espalda exclamando preocupada –Ay Eddy… ¿Estas bien? ¿Te duele el disparo que tenías? ¡ALGUIEN QUE LLAME A UN MEDICO!- exclame gritando mientras simplemente era mareo, yo no me di cuenta por despistada pero era mareo, hasta el viejo me dijo riendo – ehh jovencita es solo mareo por la inestabilidad del barco – al escuchar eso corrí y aguante el timón para que Eddy estuviese mejor de hecho le dije que se quedara sentado cerca de un borde para que no se mareara tanto y  si en dado caso su mareo lo dominara podría vomitar al agua.

Navegamos por aproximadamente unas 4 horas hasta que grite con mi espada en alto... -¡TIERRRRAAAAA! Eddy tenemos tierra a la vista ¡WOHOOO!- exclame muy emocionada, es que no podía evitar expresar mi felicidad, no sabía que aventuras nos esperan en la primera isla que yo y mi gran nakama estábamos a punto de llegar. Ahí estaba yo sosteniendo firmemente el timón con una mano sonriendo mientras miraba a Eddy y apuntaba a la isla con mi espada en la otra mano.

Al llegar al puerto grito a los marineros que estaban ahí para que me ayudaran a amarrar las cuerdas y poder bajar, estos tipos no solo me respondieron un si… si no que estaban felices, sonrojados, con mucho ánimo y con unos ojos muy raros en forma de corazón, volteo hacia Eddy extrañada e ingenuamente le pregunto -¿Sera que tienen esos ojos así porque son una raza que desconocemos?... la verdad no tengo idea pero son muy graciosos jejeje ¿En esta isla habrán buenas tiendas de ropa?- exclame feliz y sonrojada pensando en las que me podría comprar, amaba la ropa y la moda aunque no sé si Eddy se divierta acompañándome –Eddy ¿Qué vas a hacer? Yo iré a por tiendas de ropa ¿Quieres acompañarme?-.