Nada se podía hacer, la comida estaba siendo devorada mientras el cocinero no hacía nada quizá limpiaba los utensilios y terminaba de guardar lo que había ensuciado durante el preparado. La risa de aquella joven resultaba divertida, era exagerada y gritona, quizá no fuese una persona normal. Eso no hacía falta dudarlo después de haber visto cómo sus piernas se juntaban para formar la cola de una sirena. No entendía nada de lo que se decía, las explicaciones que tomaban forma y las palabras que eran expuestas por aquella mujer. Ed quedó rezagado mientras negaba a cada comentario, mentirle sería faltar el respeto y no podía permitir aquello. – No, la verdad es que no sé nada de eso. –expresó mientras dejaba un último cuchillo sobre la barra-. La verdad fue lanzada mientras la sorpresa del moreno quedó en un segundo plano. Justo cuando aquella joven comentó su meta en la vida los marines irrumpieron en el lugar.

– Vaya, creo que no ha sido el mejor momento. –expuso dejando que sus piernas saltaran por encima de la barra-. Si quieres ser la reina de los piratas no podrás quedarte aquí por mucho más tiempo -los marines recién llegados no daban crédito a lo escuchado, una mujer de aquella apariencia tan dulce se había proclamado pirata. - ¡Quietos! –gritó uno de los marines mientras cargaba un fusil-. Eddard cargó con su espada colocándola sobre su vaina, no quería pelear, quizá no era el mejor de los momentos pero debían salir de allí. – Pues no suena mal tu plan jefa. –alegó dejando que una nívea sonrisa se dibujara en su rostro-. Mi sueño es… -no pudo terminar su frase pues un disparo fue lanzado golpeando en su hombro derecho-. El castaño cayó al suelo, su rodilla se clavó en la madera de la cantina, la sangre brotaba con fuerza y no podía significar nada bueno. Le habían herido.

Ahí estaba yo intentando convencer a mí querido nakama Eddy para que me acompañara a una rutina de moda en las tiendas de esta isla pero más que una rutina para él era una tortura, bueno para cualquier hombre y además su cara lo decía todo jijijiji. Su cara era un poema de estar entre la espada y la pared, no fui tan mala después de todo ya que ni le deje contestar, antes de que me dijera algo le dije que mejor el fuera por ingredientes para agilizar el tiempo y capas consiguiera algo de su agrado para cocinarme algún platillo rico… que se yo fue lo que se me ocurrió para no obligarlo donde obviamente acto seguido para que ni me dijera algo y seguir poniéndolo en dificultad corrí riendo mientras le gritaba que tenía mucha hambre así que cada quien a lo que le toca.

Comencé a dar vueltas por la ciudad, muy bonita, además cabe destacar que tenía tiendas muy poco comunes para una simple ciudadela de isla, o por lo menos pensaba yo jajajaja. La brisa rosaba mi cabello rosa mientras yo caminaba con mucha paz por los caminos de la ciudadela, entraba a las tiendas y me probaba todas las ropas donde nunca dejaba de pensar en Eddy ¿estaría bien? ¿Qué hacía? ¿Qué me cocinara?... tengo tanta hambre que no sé cómo ocultar este sentimiento, soy muy comilona y necesito comida, pero bueno, de eso se encargara Eddy al conseguir ingredientes por ahora veré estas hermosas ropas jijijiji.

OFF ROL: