La calma antes de la tormenta, hasta el momento la Mink había podido pasar algunos días tranquilos en la isla de Toroa, tras ciertos incidentes realmente se encontraba feliz de poder campar a sus anchas por un tiempo, llevaba consigo solo su vieja espada ropera, el cuchillo de combate que tantas veces la acompañara y el bisturí que como siempre permanecía oculto en la bata medica de la lupina mujer.

Era una hermosa noche iluminada formidablemente por la luna y las estrellas, la peligrisácea acababa de salir de cometer como de costumbre, un pequeño hurto, un robo en una pequeña tienda de suministros donde se había servido de dinero de lo básico para su oficio antes de huir del pueblo donde había permanecido mucho más tiempo de lo habitual.

Un ave levanto vuelo repentinamente llamando la atención de la lupina, coincidencia, suerte, destino, solo los dioses lo sabrían, pero una extraña figura fue admirada brevemente por los ojos rojos como la sangre, su instinto se disparó y actuó antes de poder entender lo que había ocurrido, su cuerpo estaba en el suelo, arrojado al suelo por la fuerza del impacto que la había tomado en mala posición, sin embargo no había sangre ni heridas.

Debajo de aquella blanca bata el pelaje y la piel se habían visto embuelta por el poder de su voluntad para vivir su Haki, la mantenía sana bajo la blanca vestimenta de quien había entendido lo ocurrido, la habían reconocido y ahora había alguien buscando el dinero que había por su cabeza, rápidamente rodo por el suelo ante de darse a la huida, emprendió la carrera rumbo a las montañas y el bosque cercanos, un enemigo que utilizaba armas a distancia no la tendría tan fácil con el follaje en su contra mientras que la mink tendría la ventaja de haber vivido su infancia en esa clase de terrenos, sin embargo la luz de la luna le jugaría en contra, no podría ocultarse fácilmente.

La fémina acelero el paso mientras se desarrollaba la bata médica para que no molestara a la hora de desenvainar sus armas, una vez que supiera contra que lucharía o con cuantos enemigos tendría que hacer frente y se hubiera alejado del área donde los civiles pudiera involucrarse le tocaría a ella realizar empezar su propia cacería.

Tragó saliva, deseaba que pronto llegara ese momento, hacía ya algún tiempo que la lupina no desataba su rabia contra un buen rival y si no era uno bueno esperaba que al menos fueran suficientes para satisfacer el deseo de violencia que estaba empezando a esparcirse por la sangre de la joven, normalmente su cola mostraría la preocupación o miedo que debería de sentir por estar siendo perseguida por enemigos, sin embargo se agitaba con la emoción propia de un juego, un violento juego que podría acabar con la vida de ella o sus perseguidores.

Ost:

Fuera quien fuera la persona que perseguía a la mink al parecer estaba más demente de lo que la lupina estaba acostumbrada... no realmente, al menos parecía ser que era una sola persona, una mujer concretamente, la amenaza de volver imposible la vida de una persona suele ser efectiva cuando la otra persona sabe de lo que uno es capaz, en este caso la pirata no tenía ni idea de lo que podría llegar a ser capaz de hacer su perseguidora -¿Qué persona en sus cabales se entrega sin luchar?- sin embargo sabía que estaba en su terreno, reconocer lo que pronto sería un claro.

Un buen lugar para ver correctamente al oponente, la fémina se quitó la bata medica tomando el bolsa de materiales de tratamiento médico para hacer peso la dejo detrás de un árbol a modo de carnada antes de dar un salto imposible, de casi cuatro metros de alto para clavar tanto el cuchillo de combate como el bisturí en el tronco del árbol para agarrarse del mismo, desde la altura podría ver cuando su perseguidora entrara al claro o desde donde disparaba al bulto que había dejado ligeramente visible.

Sería fácil de ver el bulto después de todo, la ropa blanca sería bastante visible en medio de la noche, si la perseguidora se acercaba lo suficiente la mink podría entrar en combate cerrado con ella, una vez logrado eso sería fácil someterla si se trataba de una persona especializada en armas de fuego, como parecía ser el caso dado que había esperado acabar con la pirata mediante un único disparo bien apuntado.

A pesar de haber estado corriendo en medio del bosque la mujer de casi treinta años seguía sin agitarse y aprovecho el tiempo sobre el árbol para intentar recuperar su ritmo de respiración más regular, lo último que necesitaba es que su perseguidora la descubriera por un detalle como ese.

Ah~ espero que en realidad se trate de una luchadora o espadachín y que el disparo fuera solo un intento de acabar con las cosas más rápido, sería muy aburrido si acorralo a una persona que no sabe luchar, sobre todo con lo deseosa que estoy de tener una buena pelea, si es una humana suficientemente fuerte hasta podría experimentar con algunas técnicas para ver cómo tratar ese tipo de heridas en otras personas en el futuro.

Pensó para sus adentros mientras que relamía sus labios por la ansiedad, aquella doctora que aunque quisiera mantener la mente fría realmente estaba deseosa de luchar, que realmente estaba deseosa de tener un desafío que la divirtiera y le permitiera dejar salir una vez más toda la violencia que anidaba en su salvaje corazón.

Off:

Al parecer la perseguidora no solo se había dado cuenta de la trampa, sino que también se había percatado de cuál era la intención detrás de la misma, ciertamente esas cosas no eran muy del estilo de la doctora así que era normal que alguien que se dedicaba a cazar piratas pudiera superar con facilidad cualquier cosa que la Mink planeara fuera de su zona de confort, lo mejor sería hacer que las cosas fueran de la forma en que ella sabía hacerlas, el combate directo contra los oponentes sin importar a quien se fuera a enfrentar era más apropiado para una mujer como ella.

Ost:

Hizo crujir la madera del árbol al hacer girar tanto el cuchillo de batalla como el bisturí -Tienes razón, además esto no es mi estilo.- Dijo en voz alta, también delatando su posición antes de lanzarse desde aquella altura para caer cerca de su perseguidora, mostrando ahora su figura bajo la luz de la luna, su torso al descubierto al descubierto, con un bisturí en una mano y un cuchillo de combate en la otra mientras la espada ropera permanecía envainada en la cintura de su dueña, el suelo sobre el que había caído tenía algunas hojas y una rama que crujieron bajo el peso de la guerrera determinada a enfrascarse en un combate.

Con una velocidad que los humanos solo podrían desear tener la lupina avanzo lista para luchar contra su oponente con aquellas armas cortas que empuñaba, con sus ojos rojos atentos a los movimientos del arma para salirse de la trayectoria de los disparos cuando fuera necesario -Vamos a luchar como dios manda entonces...- Dijo mientras empezaba con su ofensiva, lanzando una rápida serie de estocadas con ambas mano, manteniendo su cuerpo en movimiento para evitar quedar a tiro fácil por parte de su oponente.

Los movimientos del cuerpo de la lupina eran rápidos y fluidos, apropiados para una persona de su aspecto, por la figura esbelta y los hombros finos de la mujer peligrisácea sería posible concluir que se especializaría en un combate ágil y centrado en movimientos más bien cuidados, sin embargo cada una de las estocadas lanzadas por la mujer carecía de la gracia propia de aquellos que esgrimen sus armas con la agilidad de años de entrenamiento, cada vez que sus filos avanzaban lo hacían con un peso y una fuerza desproporcionado tanto al tipo de arma como al ataque mismo que se ejecutaba.

Off:

Ost:

Que velocidad, que resistencia, que calma, aquella sonriente fémina poseedora de una piel de peculiar color era realmente algo fuera de serie, normalmente el bisturí y el cuchillo de combate hubieran desgarrado la carne de forma dolorosa y que hubiera causado un sangrado bastante problemático para el objetivo, sin embargo aquella mujer sonreía mientras se enfrentaba a la bestia de ojos escarlatas que había comenzado con aquella ofensiva tan simple pero intensa.

No sangraba y las heridas no producían el mismo olor de la carne rasgada, aquella mujer no era humana, skypiean, gyojin ni mink, por lo tanto solo restaban dos opciones o era un humano modificado o se trataba de un ser enteramente mecánico como el que la lupina hubiera conocido brevemente en logue town hacia algún tiempo, aquello era realmente problemático, si no sangraba tendría la ventaja a la larga y si no era orgánica tampoco podría recurrir a la reducida cantidad de venenos de las que disponía la mink, sin embargo aquello no hacía más otra cosa sino alegrarla de que fueran así las cosas.

Una patada llego a impactar con el blanco pantalón que cubría la pierna de la mink quien al sentir el impacto supo que caería, aquello no sería para nada bueno -Eres divertida.- Dijo mientras rodaba por el suelo escuchando detrás de su movimiento las balas características de un arma de fuego,  era rápida, no debía dejarla que continuara a la ofensiva, con movimientos rápidos se levantó y empezó a moverse alrededor de su contrincante en la zurda levantada con el bisturí más que visible, podía oler su propia sangre, alguno de los disparos había rozado su costado, no era grave pero era el primer sangrado de un combate que seguramente se prolongaría por mucho más tiempo.

Por un instante se concentró y cargo aquel pequeño objeto enteramente metálico con la energía eléctrica que recorría su cuerpo, pero aquello no bastaría para dañar a un oponente que había enfrentado directamente las estocadas directas de la guerrera, transmitió parte de su voluntad a aquel pequeño instrumento medico cargado con electricidad imbuyéndolo a su vez con el poder del Haki que todavía estaba intentando dominar antes de arrojarlo en un gesto de diagonal descendente con su brazo para que la mano fuera a parar a la cintura del lado derecho.

Con su mejor mano libre del instrumento médico con el que luchaba, la ansiosa guerrera utilizo la zurda para desenvainar aquella espada ropera que llevaba en la cintura del lado derecho, lista para usarse de aquella forma -SABOREA MI IRA- Rugió mientras desenvainaba el arma, delgada, refinada, elegante y claramente inapropiada para la brutalidad con la que su portadora atacaba, el desenvainado arrastro consigo tanta fuerza que emitió una poderosa onda cortante que se extendió hasta casi veinte metros de largo en una amenazadora diagonal que corto uno de los arboles cercanos, dejando en evidencia hasta para el más necio el poder del brazo izquierdo de la lupina, cuya cola y pelaje estaban tensos por la excitación de la batalla esperando a por la respuesta de su formidable contrincante.

Off:

Ost 1:

Una sonrisa se dibujó en los labios de la guerrera al ver como el bisturí impactaba en el antebrazo rival, no era el ataque más poderoso de los que había usado, pero cada herida contaba para el combate, para cualquiera de las dos participantes, así que debía de ser cuidadosa de no acumular ella misma más heridas, su oponente no necesitaba respirar ni tenía un corazón que se aceleraba así que probablemente pudiera soportar más tiempo de combate que la lupina, tendría que tener eso en cuenta si no quería terminar mal parada.

Un objeto extraño fue lanzado cerca de la lupina quien concluyo rápidamente "Explosivos" y salto para atrás con tanta prisa como pudo manejar, sin embargo en lugar de un estallido lo que hubo fue una nube de humo que impedía la vision seguida de disparos, uno impacto en el hombro derecho de la peli-grisácea haciendo brotar la sangre mientras se lanzaba al suelo otro hizo una herida superficial en su costado izquierdo y una tercera bala hizo brotar la sangre en el borde de su muslo derecho antes de que terminará de llegar a quedar cuerpo a tierra, con ambas armas intentando proteger la cabeza de su dueña.

Sintió la fuerza de una bala impactando contra el cuchillo de combate y repentinamente hubo silencio, si esperar a ver las posibilidades la fémina utilizo su gran fuerza para levantarse de forma abrupta con un golpe de sus arma, casi como si hiciera una flexión de brazos con fuerza suficiente para levantar la parte superior de su torso hasta inclinarse 45 grados, suficiente para poder empezar a mover sus piernas y correr a toda velocidad, en línea recta rumbo a su agresora de peligrosas tácticas.

La batalla era dura, pero por eso mismo la lupina era completamente incapaz de retroceder ya, su oponente era problemático así que no podía dejarle simplemente lista para perseguirla si escapaba, deseaba ganar esa batalla, aunque podía sentir el dolor y el ardor de las heridas menores que tenía repartidas en su cuerpo y la herida más importante en su hombro, avanzo de frente sin dudas ni miedos.

Ost 2:

Avanzo con la punta de la espada ropera rasgando la tierra y con el cuchillo de combate en la diestra en una posición defensiva, la herida de su hombro le impediría aprovechar ese brazo al máximo si no tenía cuidado de forzarlo solo en momentos clave, tras atravesar aquella nube de humo en línea recta a velocidad de vértigo la fémina dirigió sus orbes carmesí a su blanco que pronto estuvo a alcance, la espada ropera que había ido al ras de suelo se levantó abruptamente lanzando trozos de piedra, tierra y madera del terreno dirigiéndolos al rostro de la pacifista para deteriorar su vista.

Un paso al costado y plantar bien la pierna derecha detrás era la postura más apropiada para lanzar una rápida ráfaga de estocadas con su arma principal, una Tormenta de más de veinte estocadas fue lanzada con ferocidad contra la cazadora, como los colmillos de un depredador la espada ropera, a diferencia de las otras armas de la mink, estaba hecha especialmente para ello, para perforar y atravesar a sus oponentes con gran velocidad.

Off: