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Creado por Shotto Lynx Jue Jul 07, 2016 5:46 pm
Era una mañana esplendorosa en el patio de prácticas del cuartel de la Marina en Shells Town. Para aquel día estaba programa una sesión de prácticas dirigida por un alférez que tenía fama de estricto y estaba a cargo de los novatos en el ámbito de entrenamiento. Desde que pudo verme, era obvio que no me tenía mucho agrado. Mi aspecto tan pulcro y de clase alta, combinado con mi expresión felina de astucia y superioridad, seguramente le hacían pensar que me lo tenía muy creído. Así que desde que llegué a aquel amplio patio, me llamó de inmediato para enfrentar a un oponente. ¡Y vaya oponente el que me tocó!
— Hermosa damisela, permita que reverencie su belleza con el honor de sujetar su mano, nyan —recité, apareciendo como por arte de magia delante de la bella recluta de la marine que tenía desenvainada su espada en posición de combate. La mujer se puso muy roja, ya que tal acto en medio de un entrenamiento de combate la habría tomado más que desprevenida, más aún cuando cogí una de sus manos mientras me inclinaba ante ella con todo el porte que podía— ¿Qué me dice si, en vez de cruzar nuestras espadas, me acompaña a una velada romántica en un lugar un poco más apartado y...? —
— ¡¡CADETE LYNX!! —bramó el alférez a cargo, antes de propinarme un golpe brutal en la coronilla que me dejó estampado en el suelo. Eso no borró los gigantescos corazones que habían reemplazado mis ojos al dirigirme a la dama— ¿Qué crees que haces, gato infeliz? ¿Esto te hace gracia? Pues levántate. A ver si sigues haciendo el payaso luego de esto. ¡Rolf! ¡Vas contra este mink mariposón! —llamó el superior, señalando al fondo de los reclutas ahí reunidos: detrás de todos ellos había un humano de la tribu Piernas Largas, que medía casi 3 metros y se veía realmente monstruoso en comparación con mi estatura promedio de 1,70. El tal Rolf se abrió paso empujando a quienes tenía en frente para acercarse a nosotros.
La bella marine se apartó con cara de pena, como pensando que por mi insolencia aquel Rolf me iba a descuartizar. Seguía en el suelo tirado con la mirada hecha corazones, cuando una enorme sombra me cubrió. Entonces fue cuando regresé en mi, volví a la normalidad, y vi a Rolf justo delante, haciendo crujir sus nudillos con una sonrisa maquiavélica, casi tanto como la del alférez que me la tenía jurada. Poniéndome en pie, sacudiendo mis ropas y mi gabardina con el emblema de la Marina estampado en la espalda, miré a aquel grandote con brillantes ojos de astucia.
Llevé mis manos a las empuñaduras de las Twin Maidens, una a cada lado de mi cintura, y me eché atrás en el instante en que Rolf asestó un puñetazo contra el suelo, que levantó una polvareda. Habiéndome alejado dos metros con aquel retroceso, ya portaba los estoques, uno tras la espalda y el otro delante, en la posición regular de "en guardia".
— Buenos días, Rolf. Espero te diviertas tanto como lo haré yo —dije con mucha amabilidad y parsimonia felina, moviendo la cola de un lado a otro a la espera de que el Piernas Largas se me abalanzara nuevamente.
Cuando lo hizo, volví a apartarme en un segundo, rodeándolo sin mucho esfuerzo. Podía ser más fuerte que yo, y más resistente, pero era muchísimo más lento. Solo me bastaron un par de movimientos para comprobarlo. Nunca conseguiría golpearme, no mientras no me descuidara. Continuó lanzando golpes y patadas como un desaforado, pero tras un minuto sin suerte, retrocedió jadeando, un poco molesto por no poder tocarme. Caminé con cuidado a su alrededor, con las espadas bien alzadas a la espera de un instante oportuno para la mejor ofensiva. Ocurrió un momento después, cuando intentó un ataque desesperado que fue sumamente lento.
Rolf arrojó una patada con su larguísima extremidad derecha, pero lo evadí saltando sobre esta y corriendo por ella, como una mancha felina, a la vez que las Twin Maidens reflejaban los rayos solares que caían sobre sus filos. Di tres rápidos tajos con el reverso de las espadas sobre el pecho de mi adversario, saltando a toda velocidad y, a sus ojos, apareciendo tras él agazapado con las armas extendidas hacia los costados. Rolf sintió los cortes justo después, encorvándose adolorido, aunque no había sido realmente herido como Dios manda.
— ¡GRRRR, maldito gato! —refunfuñó Rolf.
— No deberías decir esas cosas, has hecho un gran esfuerzo —le concedí, con total diplomacia, mientras le miraba de reojo, pero eso pareció sacarlo aún mas de quicio, y no era el único: el alférez estaba enojado.
— Eres rápido, quizá más que todos los aquí presentes, así que convirtamos esto en un ejercicio más interesante, cadete —habló, sonriendo— Puedes escoger a un compañero de lucha. ¡Ustedes tres, ayuden a Rolf a darle una paliza y enseñarle algo de humildad a este felino insufrible! —le indicó entonces a tres cadetes, los tres humanos normales con espadas; se veían algo intimidados por mi velocidad, pero obedecieron sin rechistar, corriendo a ponerse al lado de Rolf.
Mis orejas se enderezaron, entusiasmadas por el desafío. Miré alrededor, a ver si había alguien que conociera que pudiera ser mi pareja de combate. Entonces mis ojos volvieron a tornarse corazones, enfocando a aquella bellísima cadete que casi había sido mi adversaria, pero ella enrojeció una vez más, negando con la cabeza de manera significativa y tajante, así que continué observando a mis colegas hasta toparme de vista con alguien a quien había conocido hacía poco en una sesión de pruebas de armas de fuego.
— ¡Estimado compañero! ¿Gustarías prestarme tu fuerza para este desafío? Será más que bienvenida. Dudo poder contra los cuatro yo solo, verdaderamente —invité a Kuro Yoichi con mucha cordialidad, esperando a ver qué decía para reanudar el entrenamiento.
— Hermosa damisela, permita que reverencie su belleza con el honor de sujetar su mano, nyan —recité, apareciendo como por arte de magia delante de la bella recluta de la marine que tenía desenvainada su espada en posición de combate. La mujer se puso muy roja, ya que tal acto en medio de un entrenamiento de combate la habría tomado más que desprevenida, más aún cuando cogí una de sus manos mientras me inclinaba ante ella con todo el porte que podía— ¿Qué me dice si, en vez de cruzar nuestras espadas, me acompaña a una velada romántica en un lugar un poco más apartado y...? —
— ¡¡CADETE LYNX!! —bramó el alférez a cargo, antes de propinarme un golpe brutal en la coronilla que me dejó estampado en el suelo. Eso no borró los gigantescos corazones que habían reemplazado mis ojos al dirigirme a la dama— ¿Qué crees que haces, gato infeliz? ¿Esto te hace gracia? Pues levántate. A ver si sigues haciendo el payaso luego de esto. ¡Rolf! ¡Vas contra este mink mariposón! —llamó el superior, señalando al fondo de los reclutas ahí reunidos: detrás de todos ellos había un humano de la tribu Piernas Largas, que medía casi 3 metros y se veía realmente monstruoso en comparación con mi estatura promedio de 1,70. El tal Rolf se abrió paso empujando a quienes tenía en frente para acercarse a nosotros.
La bella marine se apartó con cara de pena, como pensando que por mi insolencia aquel Rolf me iba a descuartizar. Seguía en el suelo tirado con la mirada hecha corazones, cuando una enorme sombra me cubrió. Entonces fue cuando regresé en mi, volví a la normalidad, y vi a Rolf justo delante, haciendo crujir sus nudillos con una sonrisa maquiavélica, casi tanto como la del alférez que me la tenía jurada. Poniéndome en pie, sacudiendo mis ropas y mi gabardina con el emblema de la Marina estampado en la espalda, miré a aquel grandote con brillantes ojos de astucia.
Llevé mis manos a las empuñaduras de las Twin Maidens, una a cada lado de mi cintura, y me eché atrás en el instante en que Rolf asestó un puñetazo contra el suelo, que levantó una polvareda. Habiéndome alejado dos metros con aquel retroceso, ya portaba los estoques, uno tras la espalda y el otro delante, en la posición regular de "en guardia".
— Buenos días, Rolf. Espero te diviertas tanto como lo haré yo —dije con mucha amabilidad y parsimonia felina, moviendo la cola de un lado a otro a la espera de que el Piernas Largas se me abalanzara nuevamente.
Cuando lo hizo, volví a apartarme en un segundo, rodeándolo sin mucho esfuerzo. Podía ser más fuerte que yo, y más resistente, pero era muchísimo más lento. Solo me bastaron un par de movimientos para comprobarlo. Nunca conseguiría golpearme, no mientras no me descuidara. Continuó lanzando golpes y patadas como un desaforado, pero tras un minuto sin suerte, retrocedió jadeando, un poco molesto por no poder tocarme. Caminé con cuidado a su alrededor, con las espadas bien alzadas a la espera de un instante oportuno para la mejor ofensiva. Ocurrió un momento después, cuando intentó un ataque desesperado que fue sumamente lento.
Rolf arrojó una patada con su larguísima extremidad derecha, pero lo evadí saltando sobre esta y corriendo por ella, como una mancha felina, a la vez que las Twin Maidens reflejaban los rayos solares que caían sobre sus filos. Di tres rápidos tajos con el reverso de las espadas sobre el pecho de mi adversario, saltando a toda velocidad y, a sus ojos, apareciendo tras él agazapado con las armas extendidas hacia los costados. Rolf sintió los cortes justo después, encorvándose adolorido, aunque no había sido realmente herido como Dios manda.
— ¡GRRRR, maldito gato! —refunfuñó Rolf.
— No deberías decir esas cosas, has hecho un gran esfuerzo —le concedí, con total diplomacia, mientras le miraba de reojo, pero eso pareció sacarlo aún mas de quicio, y no era el único: el alférez estaba enojado.
— Eres rápido, quizá más que todos los aquí presentes, así que convirtamos esto en un ejercicio más interesante, cadete —habló, sonriendo— Puedes escoger a un compañero de lucha. ¡Ustedes tres, ayuden a Rolf a darle una paliza y enseñarle algo de humildad a este felino insufrible! —le indicó entonces a tres cadetes, los tres humanos normales con espadas; se veían algo intimidados por mi velocidad, pero obedecieron sin rechistar, corriendo a ponerse al lado de Rolf.
Mis orejas se enderezaron, entusiasmadas por el desafío. Miré alrededor, a ver si había alguien que conociera que pudiera ser mi pareja de combate. Entonces mis ojos volvieron a tornarse corazones, enfocando a aquella bellísima cadete que casi había sido mi adversaria, pero ella enrojeció una vez más, negando con la cabeza de manera significativa y tajante, así que continué observando a mis colegas hasta toparme de vista con alguien a quien había conocido hacía poco en una sesión de pruebas de armas de fuego.
— ¡Estimado compañero! ¿Gustarías prestarme tu fuerza para este desafío? Será más que bienvenida. Dudo poder contra los cuatro yo solo, verdaderamente —invité a Kuro Yoichi con mucha cordialidad, esperando a ver qué decía para reanudar el entrenamiento.
Shotto Lynx
Hoja de personaje
Nivel:
(1/1)
Haki:
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Creado por Kuro Yoichi Jue Jul 07, 2016 9:57 pm
La existencia de aquel Mink era molesta. Desde el mismo momento en el cual la mirada del de cabellos de 2 colores había sido atraída por aquel gato, desde ese instante supo que le caía mal. Los gatos de por si eran animales que se creían superiores, que parecían tener una destreza y galanura en sus movimientos intentando así llamar la atención de los idiotas. Un lobo no tenía necesidad de eso, un cazador real no tenía necesidad de eso, eran los seres más débiles de la raza de los felinos, y aquel era un gato y no un leopardo o un león, un simple gato. Ese... insecto... hacía demasiado ruido, para alguien que adoraba el silencio como Yoichi, una voz que intentaba ser galante le resultaba tan asqueroso como el sonido que hace una cucaracha al ser aplastada.
Ante la pelea del gatito contra el piernas-largas, era obvio quien el cyborg deseaba que ganase. Se decepcionó un poco pero decidió no darle demasiada importancia y volver a concentrarse en pensar en sus cosas. Entre que la pelea terminaba y el Mink veía a Kuro para hablarle, el joven de cabello blanco y negro planeó como ganarle al gato en caso de que tuviese que, personalmente, hacer que se callase. Con solo agarrarlo bastaría, podía ser alguien rápido y lo que quisiera pero dudaba que llegase a resistir un ataque y seguir luchando. Claro que para eso debía de hacer que embocase el ataque embocase, pero también tenía planes para eso - No me metas en esto... lucha si quieres, cuando pierdas si ellos quieren ir contra mi pues me defenderé... Ahora no molestes, estoy regodeándome en la paliza que te van a dar -
El Mink se la había buscado, y el cyborg necesitaba más datos de como el minino peleaba así que encargarse de los 4 no le serviría. Dudaba también poder encargarse de 4 enemigos al mismo tiempo, pero tampoco necesitaría hacerlo, no era su pelea, no intervendría. Excepto claro que alguien dijese algo al respecto de su cabello, en ese caso pobre quien haya mencionado algo negativo con respecto a su cabello.
Ante la pelea del gatito contra el piernas-largas, era obvio quien el cyborg deseaba que ganase. Se decepcionó un poco pero decidió no darle demasiada importancia y volver a concentrarse en pensar en sus cosas. Entre que la pelea terminaba y el Mink veía a Kuro para hablarle, el joven de cabello blanco y negro planeó como ganarle al gato en caso de que tuviese que, personalmente, hacer que se callase. Con solo agarrarlo bastaría, podía ser alguien rápido y lo que quisiera pero dudaba que llegase a resistir un ataque y seguir luchando. Claro que para eso debía de hacer que embocase el ataque embocase, pero también tenía planes para eso - No me metas en esto... lucha si quieres, cuando pierdas si ellos quieren ir contra mi pues me defenderé... Ahora no molestes, estoy regodeándome en la paliza que te van a dar -
El Mink se la había buscado, y el cyborg necesitaba más datos de como el minino peleaba así que encargarse de los 4 no le serviría. Dudaba también poder encargarse de 4 enemigos al mismo tiempo, pero tampoco necesitaría hacerlo, no era su pelea, no intervendría. Excepto claro que alguien dijese algo al respecto de su cabello, en ese caso pobre quien haya mencionado algo negativo con respecto a su cabello.
Kuro Yoichi
Hoja de personaje
Nivel:
(3/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Shotto Lynx Vie Jul 08, 2016 8:40 am
Vale, era bastante evidente que seguía sin caerle muy bien al cyborg. Ante su respuesta, mis orejas cayeron apuntando al suelo con actitud resignada, cerré los ojos y di un pequeño suspiro, pero no tenía demasiado tiempo para relajarme, porque cuando Kuro se negó, los otros cuatro (en especial el inmenso Rolf) se permitieron unas risas antes de empezar a acercarse a mi posición, incluyendo los flancos, puesto que eran suficientes para rodearme por cuatro extremos. El murmullo de los demás reclutas era incesante; algunos profetizaban que me iría directo al hospital del cuartel, aunque otros se veían más interesados por ver hasta dónde llegaban mis capacidades. Ya que no tenía compañero... era hora de averiguarlo.
— Parece que estás solo, Lynx. ¿Qué te dice eso sobre ti? —dijo el alférez, de un humor bastante mejor que hace cinco minutos.
Me limité a permanecer en silencio, concentrándome al máximo. Las orejas iban de un lado a otro, monitoreando a los dos reclutas que se acercaban por los lados, mientras mi vista permanecía fija en Rolf, que daba largas zancadas desde el frente. Apenas escuché que se lanzaban a correr, alcé las Twin Maidens, una hacia cada adversario, deteniendo sus ataques al mismo tiempo. Seguidamente vino una patada de Rolf, que evadí agachándome. Salí de allí, escurridizo como siempre, entre las piernas de Rolf, pero el otro recluta estaba esperándome al otro lado, justo tras él. Habían aprendido de mi movimiento anterior, cuando aparecí tras el Piernas Largas justo después de cortarlo en el pecho.
Usé ambos estoques en forma de "X" para parar un tajo vertical que iba contra mi cabeza. Permanecí agachado, resistiendo el golpe, pero no pude hacer nada cuando Rolf se dio la vuelta y me agarró con una de sus manos por la gabardina, alzándome como un muñeco.
— Esto te va a doler, gato —dijo con cara de regocijo, antes de arrojarme frente a él y conectarme una patada devastadora. Sentí cómo se hundía mi abdomen y salía despedido por los aires— ¡Allá te va tu amigo, hojalata! —bramó entonces, ya que me había disparado directamente, al parecer, hacia Kuro Yoichi, esperando hacer una carambola con él y conmigo.
— Parece que estás solo, Lynx. ¿Qué te dice eso sobre ti? —dijo el alférez, de un humor bastante mejor que hace cinco minutos.
Me limité a permanecer en silencio, concentrándome al máximo. Las orejas iban de un lado a otro, monitoreando a los dos reclutas que se acercaban por los lados, mientras mi vista permanecía fija en Rolf, que daba largas zancadas desde el frente. Apenas escuché que se lanzaban a correr, alcé las Twin Maidens, una hacia cada adversario, deteniendo sus ataques al mismo tiempo. Seguidamente vino una patada de Rolf, que evadí agachándome. Salí de allí, escurridizo como siempre, entre las piernas de Rolf, pero el otro recluta estaba esperándome al otro lado, justo tras él. Habían aprendido de mi movimiento anterior, cuando aparecí tras el Piernas Largas justo después de cortarlo en el pecho.
Usé ambos estoques en forma de "X" para parar un tajo vertical que iba contra mi cabeza. Permanecí agachado, resistiendo el golpe, pero no pude hacer nada cuando Rolf se dio la vuelta y me agarró con una de sus manos por la gabardina, alzándome como un muñeco.
— Esto te va a doler, gato —dijo con cara de regocijo, antes de arrojarme frente a él y conectarme una patada devastadora. Sentí cómo se hundía mi abdomen y salía despedido por los aires— ¡Allá te va tu amigo, hojalata! —bramó entonces, ya que me había disparado directamente, al parecer, hacia Kuro Yoichi, esperando hacer una carambola con él y conmigo.
Shotto Lynx
Hoja de personaje
Nivel:
(1/1)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Kuro Yoichi Vie Jul 08, 2016 9:36 am
Decir que los reclutas eran idiotas era poco, cuando se tiene la ventaja numérica sobre un enemigo, enemigo quien tiene justamente 2 armas, se lo ataca desde mínimo 3 posiciones distintas tal que no pueda defenderse. Si el piernas-largas hubiese hecho su ataque al mismo tiempo que los otros 2 reclutas, la pelea habría terminado allí. El gato habría recibido la herida, mientras intentaba levantarse los otros reclutas hubieran ido hacia él y lo hubieran golpeado. Pero no, tenían que trabajar de manera desordenada. Inclusive el intento de atacarlo falló, pero afortunadamente Rolfito agarró al gato. En ese momento Kuro supuso que el piernas largas iría a azotarlo repetidas veces contra el suelo o doblarle una pierna para que con eso todo terminase. Después de todo era un enemigo con agilidad, si uno le quitaba o dañaba una pierna, ya perdía su forma de combate y se volvía tan indefenso como un gato sin uñas.
Pero no, nuevamente mostraban la buena educación que tenían, lanzando al enemigo hacia alguien que antes no había querido pelear, posiblemente por el subidón de adrenalina que le daba al poder tener poder por primera vez en su vida. La reacción del cyborg ante el comentario tan poco original fue moverse a un lado para que el gato no chocase contra él, hubiese podido usar su brazo para frenar al gato pero quizás si le entraban pelos a alguna parte importante del mecanismo del brazo este se arruinase y no quería arriesgarse. Y por que como la fuerza del golpe se distribuiría no solo por su espalda, necesitaba también tener fuerza en la espalda cosa que no tenía demasiado - Primero que todo... "hojalata"... solo tengo un brazo de metal... ¿Acaso sabes si perdí ese brazo protegiendo a un niño de un pirata?... Ahora mismo pareces feliz... de estar golpeando a otro marine... ¿Crees que esa cara que tienes será la misma que ponga el pirata que te mate o te lo imaginas sonriendo más? Por que espero que lo último que veas antes de morir sea la erección del sujeto que se excitó tanto al escuchar tus gritos -
El brazo izquierdo de Yoichi cambiaba mientras hablaba, de la zona del hombro salían pinches, de la zona del codo una cuchilla y en la zona de los dedos garras - Aunque tranquilo Rolf... yo puedo ayudarte... Te romperé una pierna y te cortaré los tendones... No podrás volver a correr pero no tendrás que preocuparte por morir en la marina... - hablaba sonriendo, con una sonrisa que deformaba sus fauces. El tono de sus palabras fue uno jocoso, como si le divirtiese la situación. La primera parte de una pelea era la psicológica, posiblemente el Cyborg no pudiese siquiera golpear al Piernas Largas, pero no era importante, tenía que parecer más fuerte de lo que realmente era. La reacción de Rolf fue perder la sonrisa de su rostro y retroceder un paso. Algo similar ocurrió con los otros 3 quienes se miraron como diciendo "¿Pero por que mierda contrataron a este tipo?". Incluso pudo escucharse un - Fuck - de otro de los reclutas que allí se encontraban.
Aprovechando esta duda momentánea, el Cyborg agarró con su mano izquierda, la robot, al gato de una pierna. Y lo arrojó contra Rolf a la altura del pecho, que el Mink lo atacase en el aire o algo, pero que aprovechase que había conseguido bajar la guardia de Rolf lo suficiente como para que defenderse del gato volador fuese algo más difícil que lo normal. Claro que posiblemente una vez el Mink diese el ataque recibiría otro del humano delante del piernas-largas, pero la salud del gato no era importante para el Cyborg.
Pero no, nuevamente mostraban la buena educación que tenían, lanzando al enemigo hacia alguien que antes no había querido pelear, posiblemente por el subidón de adrenalina que le daba al poder tener poder por primera vez en su vida. La reacción del cyborg ante el comentario tan poco original fue moverse a un lado para que el gato no chocase contra él, hubiese podido usar su brazo para frenar al gato pero quizás si le entraban pelos a alguna parte importante del mecanismo del brazo este se arruinase y no quería arriesgarse. Y por que como la fuerza del golpe se distribuiría no solo por su espalda, necesitaba también tener fuerza en la espalda cosa que no tenía demasiado - Primero que todo... "hojalata"... solo tengo un brazo de metal... ¿Acaso sabes si perdí ese brazo protegiendo a un niño de un pirata?... Ahora mismo pareces feliz... de estar golpeando a otro marine... ¿Crees que esa cara que tienes será la misma que ponga el pirata que te mate o te lo imaginas sonriendo más? Por que espero que lo último que veas antes de morir sea la erección del sujeto que se excitó tanto al escuchar tus gritos -
El brazo izquierdo de Yoichi cambiaba mientras hablaba, de la zona del hombro salían pinches, de la zona del codo una cuchilla y en la zona de los dedos garras - Aunque tranquilo Rolf... yo puedo ayudarte... Te romperé una pierna y te cortaré los tendones... No podrás volver a correr pero no tendrás que preocuparte por morir en la marina... - hablaba sonriendo, con una sonrisa que deformaba sus fauces. El tono de sus palabras fue uno jocoso, como si le divirtiese la situación. La primera parte de una pelea era la psicológica, posiblemente el Cyborg no pudiese siquiera golpear al Piernas Largas, pero no era importante, tenía que parecer más fuerte de lo que realmente era. La reacción de Rolf fue perder la sonrisa de su rostro y retroceder un paso. Algo similar ocurrió con los otros 3 quienes se miraron como diciendo "¿Pero por que mierda contrataron a este tipo?". Incluso pudo escucharse un - Fuck - de otro de los reclutas que allí se encontraban.
Aprovechando esta duda momentánea, el Cyborg agarró con su mano izquierda, la robot, al gato de una pierna. Y lo arrojó contra Rolf a la altura del pecho, que el Mink lo atacase en el aire o algo, pero que aprovechase que había conseguido bajar la guardia de Rolf lo suficiente como para que defenderse del gato volador fuese algo más difícil que lo normal. Claro que posiblemente una vez el Mink diese el ataque recibiría otro del humano delante del piernas-largas, pero la salud del gato no era importante para el Cyborg.
Kuro Yoichi
Hoja de personaje
Nivel:
(3/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Shotto Lynx Vie Jul 08, 2016 10:13 am
Hacía tiempo que no llevaba semejante golpe. El ataque de Rolf me había dejado en el suelo tumbado, con la respiración cortada por el golpe a la altura del abdomen. No sabía contra qué me había acabado golpeando, pero intuí que no había sido contra Kuro. En principal, imaginaba que estrellarme contra el cyborg habría sido mucho más doloroso, quizá por chocar contra alguna parte metálica, pero mayormente porque, probablemente, una vez en manos del joven de cabello de color mixto, este me haría más daño que el causado por la patada del Piernas Largas. Se descartó aquella teoría cuando escuché la voz de Kuro dirigirse ahora contra aquel que había osado llamarlo "hojalata".
Tenía que admitir que aquel chico lograba un bien decente terror psicológico con sus perturbadoras y serias palabras. No veía lo que estaba pasando, aún estaba medio grogui por el golpe. No obstante, mientras Kuro mantenía a raya a los otros cuatro con su amenazante verborrea, mis orejas empezaron a moverse, como si recuperaran la movilidad poco a poco y tuvieran un tic nervioso. Apreté algo con la mano enguantada; era muy placentero al tacto, acolchado y cómodo... Cuando finalmente alcé la vista, me encontré cara a cara con la bellísima marine recluta, que me miraba con la boca abierta y un rostro de espanto tal que uno podría pensar que estaba por acabarse el mundo.
Instantáneamente, dos corazones intensos reemplazaron una vez más mis ojos felinos.
— ¡Oh, señorita, este es sin duda el destino, nyan! ¡Una épica y romántica reunión en medio de un intenso combate! ¡¡Mi corazón no podría estar más...!! —me vi interrumpido por los gritos de la joven, que intentaba quitarme de encima de ella a la vez que me pegaba en la cabeza con la empuñadura de su arma.
Quien terminó con mi soñada escena fue Yoichi, quien se había dejado de palabrerías para tomarme por la pierna y levantarme con tal facilidad que por un momento pensé que era Rolf nuevamente, buscando usarme de pelota de fútbol. Cuando me percaté de lo que ocurría realmente, supe que el cyborg estaba tomando algo de impulso para arrojarme hacia el frente. Así que sí, salí disparado de cualquier manera una vez más. Si es que nadie parecía tener respeto por nadie en ese patio de entrenamiento. Por suerte, atiné a enderezarme en pleno vuelo, encarando a Rolf a medida que me acercaba a él gracias a mi equilibrio, sujetando bien las Twin Maidens con destreza haciéndolas girar en la mano para preparar un improvisado ataque.
Usé las piernas para frenar el impacto contra el pecho de Rolf, encogiéndome hábilmente, absorbiendo el impacto. Tuve tiempo de dibujar un combo de tres nuevos cortes en su pecho antes de impulsarme con las mismas piernas con las que había amortiguado el vuelo, empujando al Piernas Largas para hacerlo caer de espaldas por la fuerza combinada de los cortes y el empujón. Salí disparado hacia atrás, lejos de su alcance, girando varias veces antes de caer agazapado en el suelo con los estoques extendidos hacia los costados.
— Ummm, no ha sido lo más ortodoxo del mundo, pero ha funcionado, compañero mío, nyan —dije entonces, mirando de reojo a Kuro, siendo tan amable como si no acabara de ponerme en gran riesgo con su acción.
Rolf empezaba a levantarse. Eso no lo derrotaría con tanta facilidad, pero ahora que el cyborg se había unido a la contienda, teníamos más posibilidades. El Piernas Largas aparentemente estaba intimidado del otro, y me miraba con claras intenciones de volver al ataque, así que los tres reclutas parecieron decantarse por atacar al cyborg, yendo hacia él con las armas levantadas listas para un golpe coordinado.
Tenía que admitir que aquel chico lograba un bien decente terror psicológico con sus perturbadoras y serias palabras. No veía lo que estaba pasando, aún estaba medio grogui por el golpe. No obstante, mientras Kuro mantenía a raya a los otros cuatro con su amenazante verborrea, mis orejas empezaron a moverse, como si recuperaran la movilidad poco a poco y tuvieran un tic nervioso. Apreté algo con la mano enguantada; era muy placentero al tacto, acolchado y cómodo... Cuando finalmente alcé la vista, me encontré cara a cara con la bellísima marine recluta, que me miraba con la boca abierta y un rostro de espanto tal que uno podría pensar que estaba por acabarse el mundo.
Instantáneamente, dos corazones intensos reemplazaron una vez más mis ojos felinos.
— ¡Oh, señorita, este es sin duda el destino, nyan! ¡Una épica y romántica reunión en medio de un intenso combate! ¡¡Mi corazón no podría estar más...!! —me vi interrumpido por los gritos de la joven, que intentaba quitarme de encima de ella a la vez que me pegaba en la cabeza con la empuñadura de su arma.
Quien terminó con mi soñada escena fue Yoichi, quien se había dejado de palabrerías para tomarme por la pierna y levantarme con tal facilidad que por un momento pensé que era Rolf nuevamente, buscando usarme de pelota de fútbol. Cuando me percaté de lo que ocurría realmente, supe que el cyborg estaba tomando algo de impulso para arrojarme hacia el frente. Así que sí, salí disparado de cualquier manera una vez más. Si es que nadie parecía tener respeto por nadie en ese patio de entrenamiento. Por suerte, atiné a enderezarme en pleno vuelo, encarando a Rolf a medida que me acercaba a él gracias a mi equilibrio, sujetando bien las Twin Maidens con destreza haciéndolas girar en la mano para preparar un improvisado ataque.
Usé las piernas para frenar el impacto contra el pecho de Rolf, encogiéndome hábilmente, absorbiendo el impacto. Tuve tiempo de dibujar un combo de tres nuevos cortes en su pecho antes de impulsarme con las mismas piernas con las que había amortiguado el vuelo, empujando al Piernas Largas para hacerlo caer de espaldas por la fuerza combinada de los cortes y el empujón. Salí disparado hacia atrás, lejos de su alcance, girando varias veces antes de caer agazapado en el suelo con los estoques extendidos hacia los costados.
— Ummm, no ha sido lo más ortodoxo del mundo, pero ha funcionado, compañero mío, nyan —dije entonces, mirando de reojo a Kuro, siendo tan amable como si no acabara de ponerme en gran riesgo con su acción.
Rolf empezaba a levantarse. Eso no lo derrotaría con tanta facilidad, pero ahora que el cyborg se había unido a la contienda, teníamos más posibilidades. El Piernas Largas aparentemente estaba intimidado del otro, y me miraba con claras intenciones de volver al ataque, así que los tres reclutas parecieron decantarse por atacar al cyborg, yendo hacia él con las armas levantadas listas para un golpe coordinado.
Shotto Lynx
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Creado por Kuro Yoichi Vie Jul 08, 2016 10:51 am
Parecía que el gato podía hacer cosas bien, aunque había esperado que simplemente le clavase las espadas en el pecho y luego las moviese atravesando sus órganos y su carne y terminase alimentándose de la carne del piernas-largas solo por el deseo de hacerlo. No, era entrenamiento, no había motivo para ponerse tan violentos, solo había que demostrar superioridad ante los enemigos. Uno ya había sido derrotado, solo faltaban los otros 3, pero cuando el "líder" era derrotado, el resto del grupo casi siempre terminaba huyendo por el miedo. No, había sido un error, el "líder" no había sido derrotado, se estaba levantando del suelo. ¿Serviría más temor psicológico? No, era algo que solo servía una vez, cuando uno vislumbraba la derrota casi siempre era absorbido por la ira y, a pesar de ser eso una debilidad en si, cambiar ese sentimiento de ira por uno de temor era algo que casi nunca podía hacerse cuando la ira estaba en su climax.
Mientras el Piernas-Largas iba a por el Mink, los otros 3 reclutas fueron hacia Yoichi. El muchacho de cabello de 2 colores se preguntó que hacer, no podía derrotar a 3 enemigos, dudaba poder incluso con uno considerando que si utilizaba las armas del brazo esos marines morirían y posiblemente lo despidieran por lo mismo. Mientras estos humanos se acercaban al Cyborg, este se sentó en el suelo. Se miraron nuevamente entre si intentando dilucidar como actuar ante un enemigo que se sentaba. Kuro apuntó con su mano derecha, la humana, hacia el gato - ¿Acaso un Marine ataca a una persona que está sentada y que no quiere pelear? Vayan contra el gato y no me molesten. No soy su amigo, apenas lo conozco, me cae tan mal o peor que a ustedes - luego de unos segundos de discutir, se encogieron de hombros casi al unisono y se dieron la vuelta, dándole la espalda al Cyborg para ir a atacar al Mink.
Aprovechando esto, Kuro se lanzó al que estaba más cerca suyo, ahorcándolo con el brazo derecho y agarrándole la muñeca fuerte con el brazo Cyborg para que soltase su espada - Argh - un grito ahogado salió de la boca de este pobre marine quien sería el primero en caer. Soltó la espada que tenía y en el siguiente momento ya estaba siendo agitado por Yoichi hacia los otros 2 marines quienes para este entonces ya se habían dado la vuelta y estaban con las armas levantadas. Y Kuro golpeó al recluta más cerca suyo con el otro recluta. Si se "defendía" terminaría cortando y quizás matando a su aliado lo cual no era conveniente. Debido a que golpear repetidas veces a una persona con otra persona podría considerarse demasiado, Kuro soltó al marine que sostenía con su brazo izquierdo y retrocedió un poco. Los 2 del suelo se estaban quejando de dolor dejando solo al otro recluta y a Rolf como enemigos. - Tu... excepto que quieras que agarre el espadazo que des y te pegue una patada en los testículos, vete a ayudar al piernas largas - y así lo hizo, mirando hacia atrás de vez en cuando para evitar que fuese atacado por la espalda por el Cyborg quien ya se había aburrido.
Mientras el Piernas-Largas iba a por el Mink, los otros 3 reclutas fueron hacia Yoichi. El muchacho de cabello de 2 colores se preguntó que hacer, no podía derrotar a 3 enemigos, dudaba poder incluso con uno considerando que si utilizaba las armas del brazo esos marines morirían y posiblemente lo despidieran por lo mismo. Mientras estos humanos se acercaban al Cyborg, este se sentó en el suelo. Se miraron nuevamente entre si intentando dilucidar como actuar ante un enemigo que se sentaba. Kuro apuntó con su mano derecha, la humana, hacia el gato - ¿Acaso un Marine ataca a una persona que está sentada y que no quiere pelear? Vayan contra el gato y no me molesten. No soy su amigo, apenas lo conozco, me cae tan mal o peor que a ustedes - luego de unos segundos de discutir, se encogieron de hombros casi al unisono y se dieron la vuelta, dándole la espalda al Cyborg para ir a atacar al Mink.
Aprovechando esto, Kuro se lanzó al que estaba más cerca suyo, ahorcándolo con el brazo derecho y agarrándole la muñeca fuerte con el brazo Cyborg para que soltase su espada - Argh - un grito ahogado salió de la boca de este pobre marine quien sería el primero en caer. Soltó la espada que tenía y en el siguiente momento ya estaba siendo agitado por Yoichi hacia los otros 2 marines quienes para este entonces ya se habían dado la vuelta y estaban con las armas levantadas. Y Kuro golpeó al recluta más cerca suyo con el otro recluta. Si se "defendía" terminaría cortando y quizás matando a su aliado lo cual no era conveniente. Debido a que golpear repetidas veces a una persona con otra persona podría considerarse demasiado, Kuro soltó al marine que sostenía con su brazo izquierdo y retrocedió un poco. Los 2 del suelo se estaban quejando de dolor dejando solo al otro recluta y a Rolf como enemigos. - Tu... excepto que quieras que agarre el espadazo que des y te pegue una patada en los testículos, vete a ayudar al piernas largas - y así lo hizo, mirando hacia atrás de vez en cuando para evitar que fuese atacado por la espalda por el Cyborg quien ya se había aburrido.
Kuro Yoichi
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Nivel:
(3/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Shotto Lynx Vie Jul 08, 2016 1:02 pm
— Terminemos con esto, nyan —invité, mirando atentamente al Piernas Largas mientras este se recuperaba de mi ataque, preparado para volver a aproximarse.
Rolf dio dos grandes zancadas que lo ubicaron frente a mí, y esta vez intentó patearme de buenas a primeras, elevando la piernas hacia arriba como si pretendiera hacerme volar en línea recta hasta el cielo. Me moví con ligereza a un costado, evadiendo aquella lenta ofensiva, y realicé de inmediato un corte al talón mientras la pierna pasaba junto a mí. Rolf dio un quejido, perdiendo un poco el equilibrio. Conectando su acción con la anterior, hizo descender la misma pierna como una guillotina, buscando aplastarme con esta. Se encontró nuevamente con la decepción en el instante en que giré, cual paso de baile, desplazándome más hacia la derecha. La planta de su pie se estrelló fuertemente contra el piso, volviendo a levantar una polvareda a su alrededor.
Alzó ambas manos sobre su cabeza, juntándolas a modo de martillo para atestar otro golpe descendente. Corrí hacia el frente de forma automática, para que el mazazo diera contra el suelo y yo quedar ubicado entre sus manos y su cara en el instante en que golpeara. Salté nuevamente, elevé las Twin Maidens y propiné un golpe contundente usando las empuñaduras en la coronilla de mi adversario. El salto me llevó a pasar por encima de su cabeza, de modo que aterricé atrás suyo.
Cuando me di la vuelta, me fijé en que Kuro había acabado ya de alguna manera con dos de los reclutas que habían ido a por él. El último de los humanos normales ahora iba contra mí, pasando junto a Rolf, que se sujetaba la cabeza adolorido. Levanté las espadas para defenderme de la secuencia de ataques con la que comenzó, intentando penetrar mis defensas. Por suerte, mi velocidad me ayudó a anticiparme a sus movimientos, y acabé por desarmarlo con una floritura. Su espada salió volando y cayó un par de metros a su izquierda. Rolf se estaba enderezando, pero estaba medio bizco por el golpe anterior, así que debía aprovechar aquella circunstancia. Cuando se estaba volteando, corrí describiendo una línea recta, con el cuerpo encorvado hacia el frente, y lancé dos tajos horizontales a las pantorrillas del Piernas Largas, a la vez que volvía a pasar entre sus dos enormes extremidades inferiores.
Rolf cayó arrodillado de inmediato, quedándose ahí con la cabeza sujeta. Parecía que ya había recibido mucho daño en las piernas como para volver a usarlas en un buen rato. El recluta que quedaba estaba recogiendo su arma, pero al ver que el más grande había caído, estaba indeciso en intentar atacarme, y encima miraba con mucha precaución a Yoichi.
— Bah, tengo mucho trabajo que hacer con ustedes, son patéticos —se jactó el alférez, perdiendo todo el interés en el combate que había tenido— Los demás pónganse a entrenar. Escojan a un rival e intenten vencerlo, obviamente de manera no letal. Quien derrote a este Mink o a este Cyborg se ganará una ración adicional para la cena —ordenó al final, dándose media vuelta para alejarse un poco de todos los novatos.
Rolf dio dos grandes zancadas que lo ubicaron frente a mí, y esta vez intentó patearme de buenas a primeras, elevando la piernas hacia arriba como si pretendiera hacerme volar en línea recta hasta el cielo. Me moví con ligereza a un costado, evadiendo aquella lenta ofensiva, y realicé de inmediato un corte al talón mientras la pierna pasaba junto a mí. Rolf dio un quejido, perdiendo un poco el equilibrio. Conectando su acción con la anterior, hizo descender la misma pierna como una guillotina, buscando aplastarme con esta. Se encontró nuevamente con la decepción en el instante en que giré, cual paso de baile, desplazándome más hacia la derecha. La planta de su pie se estrelló fuertemente contra el piso, volviendo a levantar una polvareda a su alrededor.
Alzó ambas manos sobre su cabeza, juntándolas a modo de martillo para atestar otro golpe descendente. Corrí hacia el frente de forma automática, para que el mazazo diera contra el suelo y yo quedar ubicado entre sus manos y su cara en el instante en que golpeara. Salté nuevamente, elevé las Twin Maidens y propiné un golpe contundente usando las empuñaduras en la coronilla de mi adversario. El salto me llevó a pasar por encima de su cabeza, de modo que aterricé atrás suyo.
Cuando me di la vuelta, me fijé en que Kuro había acabado ya de alguna manera con dos de los reclutas que habían ido a por él. El último de los humanos normales ahora iba contra mí, pasando junto a Rolf, que se sujetaba la cabeza adolorido. Levanté las espadas para defenderme de la secuencia de ataques con la que comenzó, intentando penetrar mis defensas. Por suerte, mi velocidad me ayudó a anticiparme a sus movimientos, y acabé por desarmarlo con una floritura. Su espada salió volando y cayó un par de metros a su izquierda. Rolf se estaba enderezando, pero estaba medio bizco por el golpe anterior, así que debía aprovechar aquella circunstancia. Cuando se estaba volteando, corrí describiendo una línea recta, con el cuerpo encorvado hacia el frente, y lancé dos tajos horizontales a las pantorrillas del Piernas Largas, a la vez que volvía a pasar entre sus dos enormes extremidades inferiores.
Rolf cayó arrodillado de inmediato, quedándose ahí con la cabeza sujeta. Parecía que ya había recibido mucho daño en las piernas como para volver a usarlas en un buen rato. El recluta que quedaba estaba recogiendo su arma, pero al ver que el más grande había caído, estaba indeciso en intentar atacarme, y encima miraba con mucha precaución a Yoichi.
— Bah, tengo mucho trabajo que hacer con ustedes, son patéticos —se jactó el alférez, perdiendo todo el interés en el combate que había tenido— Los demás pónganse a entrenar. Escojan a un rival e intenten vencerlo, obviamente de manera no letal. Quien derrote a este Mink o a este Cyborg se ganará una ración adicional para la cena —ordenó al final, dándose media vuelta para alejarse un poco de todos los novatos.
Shotto Lynx
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Creado por Kuro Yoichi Vie Jul 08, 2016 1:39 pm
No entendía como podía seguir siendo visto como el malo, si Kuro era la persona más buena del mundo. Si atacaba era en defensa propia, aunque dudaba poder usar ese justificativo con respecto a golpear un marine con otro marine. No, eso había sido por que había tenido miedo de que lo atacaran... o algo así, siempre había querido golpear a alguien con otra persona, vamos, es el sueño de cualquier persona justo después de tener un brazo cyborg. El comando del alférez fue, nuevamente, estúpido y hecho por un subjetivismo envés del objetivismo que se suponía que la gente de rango alto tenía de tal manera que pareciesen más superiores que sus estudiantes. La única pregunta que se hizo el muchacho de cabello bicolor cuando el alferez dijo lo de ración extra fue - ¿Si me rindo contra mi mismo tengo comida extra? - - No - no perdía nada probando.
La experiencia de Kuro en luchas era casi nula, sabía sobre psicología y lo había demostrado, siendo ese su "estilo de pelea" y usando la fuerza ridícula de su brazo para atacar. Cualquier persona con experiencia podría darse cuenta de esto, de los movimientos abiertos que hacía el de cabello bicolor y de que, si se esquivaba el primer ataque del brazo, podría derrotarlo con casi cualquier ataque. Pero ahí todos eran débiles, o por lo menos reclutas, dudaba que el resto tuviese tampoco suficiente experiencia como para poder aprovecharse de esto - Bueno... ¿Alguien quiere hacer 50/50? Mitad de la ración extra para cada uno... - Nuevamente las respuesta del Alférez fue arruinar el plan del Cyborg - Olviden lo de la ración extra contra el Cyborg. Eso solo va contra el Mink -
- ¿Podrías solo ir tu a derrotarlo y listo?... Así demuestras que el gatito solo es alguien creído, etc - - No puedo, ese es el problema, sería golpear a alguien de rango bajo y podrían despedirme creo yo... Aunque en un entrenamiento creo que valdría... bueno, dame 2 segundos... - Y en un parpadeo el alférez pareció desaparecer y aparecer delante del Mink para darle un golpe en el estómago con su OPsidad de nivel 30 - Oooooooooooooooooohhhhhh - Kuro empezó a reírse y en el siguiente momento dolor en su abdomen y estaba en el suelo intentando aguantar las ganas de vomitar su desayuno. Eso pasaba por meterse con un alférez - ¿Y yo que hice?... -
La experiencia de Kuro en luchas era casi nula, sabía sobre psicología y lo había demostrado, siendo ese su "estilo de pelea" y usando la fuerza ridícula de su brazo para atacar. Cualquier persona con experiencia podría darse cuenta de esto, de los movimientos abiertos que hacía el de cabello bicolor y de que, si se esquivaba el primer ataque del brazo, podría derrotarlo con casi cualquier ataque. Pero ahí todos eran débiles, o por lo menos reclutas, dudaba que el resto tuviese tampoco suficiente experiencia como para poder aprovecharse de esto - Bueno... ¿Alguien quiere hacer 50/50? Mitad de la ración extra para cada uno... - Nuevamente las respuesta del Alférez fue arruinar el plan del Cyborg - Olviden lo de la ración extra contra el Cyborg. Eso solo va contra el Mink -
- ¿Podrías solo ir tu a derrotarlo y listo?... Así demuestras que el gatito solo es alguien creído, etc - - No puedo, ese es el problema, sería golpear a alguien de rango bajo y podrían despedirme creo yo... Aunque en un entrenamiento creo que valdría... bueno, dame 2 segundos... - Y en un parpadeo el alférez pareció desaparecer y aparecer delante del Mink para darle un golpe en el estómago con su OPsidad de nivel 30 - Oooooooooooooooooohhhhhh - Kuro empezó a reírse y en el siguiente momento dolor en su abdomen y estaba en el suelo intentando aguantar las ganas de vomitar su desayuno. Eso pasaba por meterse con un alférez - ¿Y yo que hice?... -
Kuro Yoichi
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(3/100)
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Creado por Shotto Lynx Vie Jul 08, 2016 9:29 pm
Rolf había sido vencido al fin, el recluta restante no quería seguir, y el alférez dio por terminado aquel vengativo e injusto ejercicio en el que pude haber salido bastante golpeado de no ser por la ayuda de Kuro. Me detestaba, era obvio, pero igual me había ayudado, aunque no fuera su verdadera intención. Por esa razón, me giré hacia él con una cordial sonrisa, envainé las Twin Maidens y realicé una elegante y fluida reverencia, azotando la cola de lado a lado con la típica parsimonia felina.
— Agradezco realmente tu asistencia, Kuro, nyan —le dediqué aquel comentario.
Lo siguiente que ocurriría es que el cyborg se haría el gracioso con el alférez. Conociendo el temperamento de ese hombre, le hubiera recomendado al de pelo mixto que no lo hiciera enojar. Si era un alférez era por algo, y nosotros apenas éramos reclutas de la Marina, simples soldados en entrenamiento que esperaban algún día tener la destreza y el poder para servir como Dios manda en todos los mares del planeta. Tenía entendido que aquel alférez había estado en el Grand Line; no me sabía su nombre, pero era una persona a temer.
La cuestión es que, sin entender muy bien cómo, el que acabó sufriendo las consecuencias que estaba imaginándome para el cyborg terminé siendo yo. Gracias a la fabulosa idea de Kuro Yoichi, al alférez finalmente se le había ocurrido enseñarme "modales" a la antigua. Se movió tan deprisa, incluso para mí, que me costó verlo. Abrí los ojos de par en par, erizando mi pelaje tras sentir un golpe devastador en el abdomen. El alférez desapareció en el instante en que se escucharon las risas de Kuro, y por los subsecuentes sonidos entendí que, al menos, no había sido yo el único que había pagado su gracia.
Caí al suelo de rodillas, sujetando mi estómago mientras daba un fuerte tosido.
— Pero qué burro, agh... nyan —gemí, lamentando cómo había finiquitado el asunto— Debo decir que comparado con esto, tu plan de arrojarme hacia Rolf fue verdaderamente brillante, estimado Kuro —tuve que decirle.
Muchos reclutas estaban riendo a carcajadas, entre ellos Rolf y los otros tres a quienes habíamos derrotado. Por suerte, se callaron ante la mirada asesina del alférez, y se pusieron muy serios, como si estuvieran en un funeral o algo, para luego ordenarse y ponerse a seleccionar a sus parejas de combate para el ejercicio propuesto. Me levanté poco a poco, aún sintiendo el golpazo. La última persona que había visto con tal velocidad era mi viejo maestro, un espadachín prodigioso de Wano. Me había recordado a mis épocas de rata callejera, cuando al intentar robarle, me encontré por primera vez con alguien de su calibre, capaz de atraparme en un santiamén sin esfuerzo alguno. Aún tenía tanto que aprender, tanto que perfeccionar...
— Estoy seguro de que tú y yo podemos resolver nuestras diferencias, nyan —dije, una vez estuve de pie, acercándome al cyborg— ¿Que tal si hacemos una tregua? Creo que, con todo, podemos ser un buen equipo, nyan —comenté, sonriendo con la misma amabilidad de siempre.
— Agradezco realmente tu asistencia, Kuro, nyan —le dediqué aquel comentario.
Lo siguiente que ocurriría es que el cyborg se haría el gracioso con el alférez. Conociendo el temperamento de ese hombre, le hubiera recomendado al de pelo mixto que no lo hiciera enojar. Si era un alférez era por algo, y nosotros apenas éramos reclutas de la Marina, simples soldados en entrenamiento que esperaban algún día tener la destreza y el poder para servir como Dios manda en todos los mares del planeta. Tenía entendido que aquel alférez había estado en el Grand Line; no me sabía su nombre, pero era una persona a temer.
La cuestión es que, sin entender muy bien cómo, el que acabó sufriendo las consecuencias que estaba imaginándome para el cyborg terminé siendo yo. Gracias a la fabulosa idea de Kuro Yoichi, al alférez finalmente se le había ocurrido enseñarme "modales" a la antigua. Se movió tan deprisa, incluso para mí, que me costó verlo. Abrí los ojos de par en par, erizando mi pelaje tras sentir un golpe devastador en el abdomen. El alférez desapareció en el instante en que se escucharon las risas de Kuro, y por los subsecuentes sonidos entendí que, al menos, no había sido yo el único que había pagado su gracia.
Caí al suelo de rodillas, sujetando mi estómago mientras daba un fuerte tosido.
— Pero qué burro, agh... nyan —gemí, lamentando cómo había finiquitado el asunto— Debo decir que comparado con esto, tu plan de arrojarme hacia Rolf fue verdaderamente brillante, estimado Kuro —tuve que decirle.
Muchos reclutas estaban riendo a carcajadas, entre ellos Rolf y los otros tres a quienes habíamos derrotado. Por suerte, se callaron ante la mirada asesina del alférez, y se pusieron muy serios, como si estuvieran en un funeral o algo, para luego ordenarse y ponerse a seleccionar a sus parejas de combate para el ejercicio propuesto. Me levanté poco a poco, aún sintiendo el golpazo. La última persona que había visto con tal velocidad era mi viejo maestro, un espadachín prodigioso de Wano. Me había recordado a mis épocas de rata callejera, cuando al intentar robarle, me encontré por primera vez con alguien de su calibre, capaz de atraparme en un santiamén sin esfuerzo alguno. Aún tenía tanto que aprender, tanto que perfeccionar...
— Estoy seguro de que tú y yo podemos resolver nuestras diferencias, nyan —dije, una vez estuve de pie, acercándome al cyborg— ¿Que tal si hacemos una tregua? Creo que, con todo, podemos ser un buen equipo, nyan —comenté, sonriendo con la misma amabilidad de siempre.
Shotto Lynx
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(1/1)
Haki:
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Creado por Kuro Yoichi Dom Jul 10, 2016 7:07 pm
Kuro nunca había perdido una pelea. El que nunca hubiese peleado quizás haya influido un poco en esto. El haber perdido una pelea le hizo entender que era débil y que su enemigo era un tramposo por haberlo atacado sin que el Cyborg estuviese prestando atención. El odio que tenía hacia el alferez por haberlo derrotado fue hacia la primera persona que le habló, el señor gato a quien ya odiaba bastante por motivos. Entre estos motivos se encontraban el que el gato era demasiado creído, algo que solo Kuro podía hacer, después de todo si 2 personas eran muy creídas había uno que era mejor que el otro y el Cyborg tenía que ser el mejor por que bueno, no se había sacado un brazo para nada.
Su plan de arrojarlo hacia el piernas largas no tenía en cuenta la salud del gato demasiado. Sabía que los gatos siempre caían de pie así que asumió que podría reincorporarse en el aire y atacar, asunción que fue correcta - Mi ego no es tan grande como para que me afecte ser alabado por un enemigo. Bah, si lo es. Fue divertido, no esperaba que saliese bien la verdad - Aunque siempre que no saliese bien podía usar un lanzallamas y listo, los lanzallamas tenían aquella extraña propiedad de asustar a la gente. Si la gente se hubiese seguido riendo posiblemente hubieran sufrido de disparos y lanzallamas, quizás el alférez sabía que un Cyborg siempre tenía varias armas extra y que planeaba usarlas, o quizás solo era alguien que se había calmado y que deseaba ser objetivo. Fuese lo que fuese, los reclutas se salvaron de la ira de Kuro, o eso se dijo a si mismo, posiblemente hubiese muerto antes de poder matar a alguno al ser atacado de nuevo por el alférez.
- Un equipo... Si eso significa que puedo arrojarte a los enemigos y rezar que mueras al mismo tiempo que los mates para que no tenga que encargarme de matarlos yo entonces todo bien... - ¿Acaso creía que iban a ser amigos como si nada? No, la personalidad del gato era una que molestaba al de cabello de 2 colores y el Cyborg no era alguien bueno con la gente que le caía mal - O... si tanto quieres que seamos un equipo... mañana tengamos una pelea.. si te gano cada vez que me hables dejarás de usar ese tono condescendiente... si ganas hacemos una "tregua" o lo que quieras - no iría a perder, tenía un lanzallamas.
Su plan de arrojarlo hacia el piernas largas no tenía en cuenta la salud del gato demasiado. Sabía que los gatos siempre caían de pie así que asumió que podría reincorporarse en el aire y atacar, asunción que fue correcta - Mi ego no es tan grande como para que me afecte ser alabado por un enemigo. Bah, si lo es. Fue divertido, no esperaba que saliese bien la verdad - Aunque siempre que no saliese bien podía usar un lanzallamas y listo, los lanzallamas tenían aquella extraña propiedad de asustar a la gente. Si la gente se hubiese seguido riendo posiblemente hubieran sufrido de disparos y lanzallamas, quizás el alférez sabía que un Cyborg siempre tenía varias armas extra y que planeaba usarlas, o quizás solo era alguien que se había calmado y que deseaba ser objetivo. Fuese lo que fuese, los reclutas se salvaron de la ira de Kuro, o eso se dijo a si mismo, posiblemente hubiese muerto antes de poder matar a alguno al ser atacado de nuevo por el alférez.
- Un equipo... Si eso significa que puedo arrojarte a los enemigos y rezar que mueras al mismo tiempo que los mates para que no tenga que encargarme de matarlos yo entonces todo bien... - ¿Acaso creía que iban a ser amigos como si nada? No, la personalidad del gato era una que molestaba al de cabello de 2 colores y el Cyborg no era alguien bueno con la gente que le caía mal - O... si tanto quieres que seamos un equipo... mañana tengamos una pelea.. si te gano cada vez que me hables dejarás de usar ese tono condescendiente... si ganas hacemos una "tregua" o lo que quieras - no iría a perder, tenía un lanzallamas.
Kuro Yoichi
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