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Creado por Nihu Jue Abr 07, 2016 1:19 pm
No había pasado mucho tiempo desde que había emergido a la superficie... ¿Cuanto? ¿Tres mareas lunares? El medir el sol poniéndose en el horizonte era algo que no estaba habituada, no contaba la cantidad de días. Allí abajo todo se regía por los grandes árboles de luz... O por lo menos eso me habían dicho, en mi opinión personal dormía cuando tenia sueño y comía cuando me daba hambre... Osea... Todo el tiempo. Aunque de momento en aquellos marean tan calmados preferí tomarlo como unas especies de vacaciones de tanto mundo submarino. Los combates allí abajo eran duros, perdías dientes, tus heridas nunca se curaban del todo, tus manos se hinchaban... Aquí aun ninguno podía llegar incluso mi apetito, menos mis ancias por un combate. Así que ya estaba algo relajada, no iba a ir comiendo humanos por ahí, crudos eran un sabor poco placentero, por lo que simplemente me dedicaba a mi dieta submarina promedio.
En aquella mañana de buena iluminación las nubes parecieron dejar atrás el clima otoñal que parecía despedirse lentamente, las suaves brizas traían a mi nariz aromas de una isla cercana, seguramente allí tendrían algo que pueda interesarme... Como comida que no conozco por ejemplo. Divisé a la lejanía una pequeña mota de tierra sobre la delgada linea del horizonte y el azul del cielo. En menos de una hora seguramente ya estaría llegando a la costa. Acomodé mi cabello en una coleta, preparé bien mis ropas y aceleré mi nado hasta la isla. Pronto estaría tocando su costa, aunque esperaba que los residentes no sean tan hostiles como la vez anterior... Aunque bueno, quizás estos sabían mejor~
En aquella mañana de buena iluminación las nubes parecieron dejar atrás el clima otoñal que parecía despedirse lentamente, las suaves brizas traían a mi nariz aromas de una isla cercana, seguramente allí tendrían algo que pueda interesarme... Como comida que no conozco por ejemplo. Divisé a la lejanía una pequeña mota de tierra sobre la delgada linea del horizonte y el azul del cielo. En menos de una hora seguramente ya estaría llegando a la costa. Acomodé mi cabello en una coleta, preparé bien mis ropas y aceleré mi nado hasta la isla. Pronto estaría tocando su costa, aunque esperaba que los residentes no sean tan hostiles como la vez anterior... Aunque bueno, quizás estos sabían mejor~
Última edición por Nihu el Vie Abr 08, 2016 9:38 am, editado 1 vez
Nihu
Hoja de personaje
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(1/1)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por TR-3.5H Jue Abr 07, 2016 4:15 pm
Desde el interior de una pequeña choza de una guardia costera se escuchaba una voz jovial y juguetona, muy feliz y satisfecha canturreando felizmente, era la voz de una niña de no más de 12 años probablemente -Cinco personas... ahora si acomodo esto aquí... si... ahora esto por allí... mmm creo que esto me lo comeré... no creo que nadie note que falta esto jejeje... a ver... si así quedan seis personas hechas con los pedazos de cuatro y medio JA soy un maestro de los juegos de ingenio- Las manchas de sangre seca en la pared por el calor del lugar dibujaban una escena realmente desagradable, acompañados del olor de la carne chamuscada por el fuego convertían el lugar en una escena de pesadillas para la gente de estómago sensible o alta moral.
Una voz masculina, no varias, el eco de una decena de personas hablando simultáneamente era una mejor descripsión para aquel sonido que aumentaba su intensidad a medida que pesados pasos metálicos se aproximaban a la salida, dejando ver primero un brazo humano cubierto de sangre mientras aquellas voces hablaban en soledad demencial -Creo que voy a inventar algún juguete con este concepto, si muñecos de piezas intercambiables con los que puedes armar otras figuras con sus partes, suena bien, tal vez hasta venda mucho...- La figura que llevaba el brazo bañado en sangre salió del lugar.
Un ente metálico de más de dos metros de altura pudo ver una figura que oscilaba entre lo desconocida y lo familiar que se acercaba a la costa, a aquella apartada choza de guardia costera, le recordaba un poco a Bolt, su compañero gyojin pero por lo que podía distinguir a esa distancia claramente era mucho más grande lo que se estaba acercando.
-"Oh por dios ¿Qué es eso?"- Dijo en un tono femenino, infantil y sobreactuado mientras jugaba con el brazo humano en su zurda mecánica -Aahhh... se suponía que tenía que venir, limpiar esto y entregar un mensaje a alguien de la armada, espero que eso que se acerca sea esa persona de la armada... aunque si no lo es tal vez también sea divertido jugar y hablar con esa cosa mientras llega mi contacto... me pregunto si también le gustara la carne humana como a nosotros...- Se preguntó a si mismo aquella figura demoniaca, pintada en el rojo de la sangre de sus víctimas mientras empezaba a hacer un gesto de saludo extendiendo su brazo junto a la extremidad amputada, un saludo que a muchos les confundiría por lo bizarro del mismo, pero que al diabólico ser de metal hasta gracia le causaba.
Una voz masculina, no varias, el eco de una decena de personas hablando simultáneamente era una mejor descripsión para aquel sonido que aumentaba su intensidad a medida que pesados pasos metálicos se aproximaban a la salida, dejando ver primero un brazo humano cubierto de sangre mientras aquellas voces hablaban en soledad demencial -Creo que voy a inventar algún juguete con este concepto, si muñecos de piezas intercambiables con los que puedes armar otras figuras con sus partes, suena bien, tal vez hasta venda mucho...- La figura que llevaba el brazo bañado en sangre salió del lugar.
Un ente metálico de más de dos metros de altura pudo ver una figura que oscilaba entre lo desconocida y lo familiar que se acercaba a la costa, a aquella apartada choza de guardia costera, le recordaba un poco a Bolt, su compañero gyojin pero por lo que podía distinguir a esa distancia claramente era mucho más grande lo que se estaba acercando.
-"Oh por dios ¿Qué es eso?"- Dijo en un tono femenino, infantil y sobreactuado mientras jugaba con el brazo humano en su zurda mecánica -Aahhh... se suponía que tenía que venir, limpiar esto y entregar un mensaje a alguien de la armada, espero que eso que se acerca sea esa persona de la armada... aunque si no lo es tal vez también sea divertido jugar y hablar con esa cosa mientras llega mi contacto... me pregunto si también le gustara la carne humana como a nosotros...- Se preguntó a si mismo aquella figura demoniaca, pintada en el rojo de la sangre de sus víctimas mientras empezaba a hacer un gesto de saludo extendiendo su brazo junto a la extremidad amputada, un saludo que a muchos les confundiría por lo bizarro del mismo, pero que al diabólico ser de metal hasta gracia le causaba.
TR-3.5H
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Creado por Nihu Vie Abr 08, 2016 11:01 am
Mi nado era tranquilo, sentía como el calor del amanecer comenzaba a elevar la temperatura de aquella superficie, y las corrientes de las costas calentaban aun más, a pesar que las temporadas de frío aun no nos habían abandonado del todo aquella cálida brisa nos daba entender que días cálidos estaban al por venir. Mi aleta dorsal sobresalía por la superficie, aunque su tamaño solía alarmar a embarcaciones o isleños cercanos eran cosas que me divertían más que preocuparme, finalmente una isla donde podría conseguir un poco de alimento terrestre. Si estaba allí arriba aunque sea debería aprovechar para morder algo más que no sean otros peces, alimentación acuática me recordaba tanto a mi hogar.
Finalmente en la orilla alcé mi cabeza con descuido pudiendo contemplar como sobre la arena de la costa una figura extraña estaba saludándome, creí que se trataba de un humano, pero a simple vista notabas que no se trataba de la misma especie, su apariencia misma era de una altura mucho mayor, su cuerpo no parecía estar hecho de carne, ¿Qué era? ¿A qué sabía?, y mientras más me acercaba detecté un ligero aroma a combustible mezclado con sangre que parecía provenir de el. ¿Qué era? ... Me pregunté a mi misma nuevamente, y a pesar que sostenía un brazo humano en su saludo mi interés redundaba en la criatura.
Finalmente llegué hasta un lugar donde pude colocar mi cuerpo, caminé gateando la pequeña costa de la misma isla hasta llegar a la arena frente al demonio que me daba la bienvenida, allí mismo me recosté sobre mi barriga, retiré mis cabellos azulados de mi rostros para luego llevar ambas manos escamosas hasta mi mentón para clavar mis ojos amarillentos y rasgados en el pequeño no tan pequeño ser ensangrentado, sonreí exhibiendo mis enormes y afilados dientes. -Buenos días~ Mencioné contenta, mi voz sonaba emocionada e incluso algo razposa. -No había visto a otros como tu por aquí arriba.- Aunque para ser sincera tampoco allí abajo. Mi larga cola sobresalió del agua meneándose como si de un gato curioso se tratase.
Extendí uno de mis puños cerrados para luego extender solamente mi índice y colocarlo frente a el apuntándolo con mi garra, era como una especie de intento de apretón de manos. -Me dicen Same.-
Finalmente en la orilla alcé mi cabeza con descuido pudiendo contemplar como sobre la arena de la costa una figura extraña estaba saludándome, creí que se trataba de un humano, pero a simple vista notabas que no se trataba de la misma especie, su apariencia misma era de una altura mucho mayor, su cuerpo no parecía estar hecho de carne, ¿Qué era? ¿A qué sabía?, y mientras más me acercaba detecté un ligero aroma a combustible mezclado con sangre que parecía provenir de el. ¿Qué era? ... Me pregunté a mi misma nuevamente, y a pesar que sostenía un brazo humano en su saludo mi interés redundaba en la criatura.
Finalmente llegué hasta un lugar donde pude colocar mi cuerpo, caminé gateando la pequeña costa de la misma isla hasta llegar a la arena frente al demonio que me daba la bienvenida, allí mismo me recosté sobre mi barriga, retiré mis cabellos azulados de mi rostros para luego llevar ambas manos escamosas hasta mi mentón para clavar mis ojos amarillentos y rasgados en el pequeño no tan pequeño ser ensangrentado, sonreí exhibiendo mis enormes y afilados dientes. -Buenos días~ Mencioné contenta, mi voz sonaba emocionada e incluso algo razposa. -No había visto a otros como tu por aquí arriba.- Aunque para ser sincera tampoco allí abajo. Mi larga cola sobresalió del agua meneándose como si de un gato curioso se tratase.
Extendí uno de mis puños cerrados para luego extender solamente mi índice y colocarlo frente a el apuntándolo con mi garra, era como una especie de intento de apretón de manos. -Me dicen Same.-
Nihu
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Creado por TR-3.5H Vie Abr 08, 2016 5:18 pm
Ciertamente la figura que el ente mecánico había divisado a la distancia era un habitante de las profundidades, también era cierto que era muchísimo más grande que el Gyojin come-hombres conocido por el pacifista, aquella figura era de proporciones gigantescas, un ser de un tamaño que fácilmente aplastaría a un hombre como si de un pequeño muñeco de papel se tratará sin siquiera intentarlo.
Aquella figura poseía además una larga cabellera de un color bastante extravagante, como si el tamaño no la hiciera resaltar lo suficiente, en su rostro se podían apreciar un par de ojos dorados con la mirada de un gran depredador que fácilmente habitaría en las pesadillas de muchos hombres, todo acompañado por una inmensa sonrisa llena de colmillos de los cuales había algunos casi tan grandes como un torso humano.
Un humano se hubiera aterrado y puesto en alerta ante esa presencia, NO, no solo los humanos, un pacifista común tambien se hubiera puesto en guardia ante la aparición de aquella figura, pero la locura y arrogancia latentes en aquella figura de brillantes llamas escarlatas hicieron que se mantuviera tranquilo, probablemente si tuviera expresiones faciales estaría sonriendo ante aquella inmensa mujer tiburón que gateo en la playa hasta acercarse a él.
Le saludo una voz que desde la perspectiva tan distinta parecía jovial o juguetona incluso, aquella figura que superaba más de cinco veces el tamaño del pacifista extendió amablemente su dedo índice en lo que podría considerarse como alguna clase de apretón de manos, sin pensárselo mucho el pacifista empezó a reír mientras correspondía al saludo de Same.
-Un gusto Same, soy la unidad TR-3.5H, pero usted señorita puede llamarme como le venga en gana jajaja- La multitud de voces que se sincronizaban para emitir aquellas palabras expresaban una tétrica alegría y euforia en sus risas y comentarios, una forma de expresarse que hasta podría pensarse humana era la que usaba aquella máquina.
Miro un momento el brazo que tenía en su mano y rememoro lo que fue dicho antes de la presentación -No has visto otros como yo puesto a que soy único en mi tipo, cuando me crearon me comí al molde y al inventor jajaja, hablando de comer…- El pacifista extendió aquella extremidad cercenada a su interlocutora en un cortes ofrecimiento - Perdón la descortesía señorita ¿Un bocado? Adentro hay más si quieres- afirmo mientras que con un movimiento de cabeza utilizaba los cuerno para señalar la choza de la guardia costera de aquella zona.
Aquella figura poseía además una larga cabellera de un color bastante extravagante, como si el tamaño no la hiciera resaltar lo suficiente, en su rostro se podían apreciar un par de ojos dorados con la mirada de un gran depredador que fácilmente habitaría en las pesadillas de muchos hombres, todo acompañado por una inmensa sonrisa llena de colmillos de los cuales había algunos casi tan grandes como un torso humano.
Un humano se hubiera aterrado y puesto en alerta ante esa presencia, NO, no solo los humanos, un pacifista común tambien se hubiera puesto en guardia ante la aparición de aquella figura, pero la locura y arrogancia latentes en aquella figura de brillantes llamas escarlatas hicieron que se mantuviera tranquilo, probablemente si tuviera expresiones faciales estaría sonriendo ante aquella inmensa mujer tiburón que gateo en la playa hasta acercarse a él.
Le saludo una voz que desde la perspectiva tan distinta parecía jovial o juguetona incluso, aquella figura que superaba más de cinco veces el tamaño del pacifista extendió amablemente su dedo índice en lo que podría considerarse como alguna clase de apretón de manos, sin pensárselo mucho el pacifista empezó a reír mientras correspondía al saludo de Same.
-Un gusto Same, soy la unidad TR-3.5H, pero usted señorita puede llamarme como le venga en gana jajaja- La multitud de voces que se sincronizaban para emitir aquellas palabras expresaban una tétrica alegría y euforia en sus risas y comentarios, una forma de expresarse que hasta podría pensarse humana era la que usaba aquella máquina.
Miro un momento el brazo que tenía en su mano y rememoro lo que fue dicho antes de la presentación -No has visto otros como yo puesto a que soy único en mi tipo, cuando me crearon me comí al molde y al inventor jajaja, hablando de comer…- El pacifista extendió aquella extremidad cercenada a su interlocutora en un cortes ofrecimiento - Perdón la descortesía señorita ¿Un bocado? Adentro hay más si quieres- afirmo mientras que con un movimiento de cabeza utilizaba los cuerno para señalar la choza de la guardia costera de aquella zona.
TR-3.5H
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Creado por Nihu Sáb Abr 09, 2016 5:54 pm
Los movimientos de la figura iban lentamente demostrándose que se encontraba de una especie de criatura racional igual a los humanos, incluso me sorprendió escuchar su interesante voz, pero antes de eso veía como una especie de coraza que recubría su cuerpo,¿Qué era? ¿Su armadura? Quizás era un humano bajo aquella pesadas laminas de acero que parecían llevar una fragua en su interior. No, si un humano portara aquella clase de armadura ya hubiera comenzado a sentir el característico olor a carne cocinada... E-esperen, n-no...Nunca había cocinado un humano. Desconocía en mi totalidad el característico aroma a humano cocido, ahumado o a las brazas, quizás así sabían mejor que los pocos que yo habría probado.
Además, que comparar el aroma a humano cocinado podría darme una referencia de lo que se estaba ocultando dentro de aquella armadura. Al menos tendría la certeza que estaba tratando con algo que realmente me interesaba, y no con un aperitivo blindado... Aunque no podía negar que las ganas no me faltaban para morder aquella armadura y comprobar si podría romperla o no.
Su voz al resonar luego de presentarme me intrigó, sonaba como si su interior se encontrara hueco y su armadura lo disipaba a la distancia. - T-te... e-erre... T-tres?...- Un nombre muy complejo para los toscos nombres de las profundidades compuestos por uniones de varias sílabas fonéticas. Afortunadamente la aprobación para llamarlo como me surgiera vino antes que mi cerebro se funda intentando de pronunciar números y letras para un nombre. -Entendido Rojito.- Su aura, la sangre que lo bañada y sumando a que se trataba de mi color favorito no me motivaron a buscar otro apodo más acorde que aquel.
Mis amarillentos y rasgados orbes observaban al artilugio ensangrentado frente a mi de una manera comparable a la de un gato mirando a un ratón pensando en cómo este reaccionaría terminaría finalmente en sus fauces, pero estaba esperando hasta el último segundo con la esperanza que pueda llegar a fascinarme con una inesperada sorpresa. Y efectivamente así fue, comer al molde y al inventor... Aquello aunque pareciera increíble acrecentó más y más mi sonrisa, vaya... No esperaba que aquí arriba hayan más de los que comen a sus iguales como yo. -Oh~ Mami, Papi y mis hermanos están aquí adentro también...- Llevé una mano a mi barriga luego de nuestro saludo mientras largué una pequeña carcajada que sonó más como un rugido quizás. Aunque cuando nuevamente me terminé de reincorporar a la charla el brazo que me había estado saludando ahora me era tendido como una especie de bocado.
Lo tomé sin dudar un segundo sin inmutarme en un comienzo por sus palabras. Lo llevé hasta mis fauces y pudiendo tragarlo en una simple engullida me dediqué a triturarlo con mis dientes y rumiar con su carne, sentía aquella clásica textura crujiente en un principio aunque luego se volvía como una especie de pasta e músculos, carne, tendones y huesos remojados en sangre, quizás si era un trozo más grande de carne la sangre se hubiera volcado por alguna de mis mejillas por lo descuidada que era.
Aunque a pesar de mis intentos culinarios para intentar refinar la sensación del sabor seguía pareciéndome una carne bastante insulsa, ya la había probado de cuerpos completos, pero todos sabían casi igual. -Gracias por la oferta Rojito... Pero siento que los humanos crudos son un desperdicio.- Dije con un tono algo preocupado mientras una de mis garras era posada en mi frente en un gesto de angustia. -Tantos humanos y tan poco sabor...- Dije con pesadez. El olor a sangre empapaba aquella cabaña, sabía con presición de dónde había salido aquel brazo, pero me desanimaba seguir intentando comer lo mismo si nada cambiaría. -¿Tu ya comiste?- Quizás aquella entidad podría proporcionarme una meor receta culinaria.
Además, que comparar el aroma a humano cocinado podría darme una referencia de lo que se estaba ocultando dentro de aquella armadura. Al menos tendría la certeza que estaba tratando con algo que realmente me interesaba, y no con un aperitivo blindado... Aunque no podía negar que las ganas no me faltaban para morder aquella armadura y comprobar si podría romperla o no.
Su voz al resonar luego de presentarme me intrigó, sonaba como si su interior se encontrara hueco y su armadura lo disipaba a la distancia. - T-te... e-erre... T-tres?...- Un nombre muy complejo para los toscos nombres de las profundidades compuestos por uniones de varias sílabas fonéticas. Afortunadamente la aprobación para llamarlo como me surgiera vino antes que mi cerebro se funda intentando de pronunciar números y letras para un nombre. -Entendido Rojito.- Su aura, la sangre que lo bañada y sumando a que se trataba de mi color favorito no me motivaron a buscar otro apodo más acorde que aquel.
Mis amarillentos y rasgados orbes observaban al artilugio ensangrentado frente a mi de una manera comparable a la de un gato mirando a un ratón pensando en cómo este reaccionaría terminaría finalmente en sus fauces, pero estaba esperando hasta el último segundo con la esperanza que pueda llegar a fascinarme con una inesperada sorpresa. Y efectivamente así fue, comer al molde y al inventor... Aquello aunque pareciera increíble acrecentó más y más mi sonrisa, vaya... No esperaba que aquí arriba hayan más de los que comen a sus iguales como yo. -Oh~ Mami, Papi y mis hermanos están aquí adentro también...- Llevé una mano a mi barriga luego de nuestro saludo mientras largué una pequeña carcajada que sonó más como un rugido quizás. Aunque cuando nuevamente me terminé de reincorporar a la charla el brazo que me había estado saludando ahora me era tendido como una especie de bocado.
Lo tomé sin dudar un segundo sin inmutarme en un comienzo por sus palabras. Lo llevé hasta mis fauces y pudiendo tragarlo en una simple engullida me dediqué a triturarlo con mis dientes y rumiar con su carne, sentía aquella clásica textura crujiente en un principio aunque luego se volvía como una especie de pasta e músculos, carne, tendones y huesos remojados en sangre, quizás si era un trozo más grande de carne la sangre se hubiera volcado por alguna de mis mejillas por lo descuidada que era.
Aunque a pesar de mis intentos culinarios para intentar refinar la sensación del sabor seguía pareciéndome una carne bastante insulsa, ya la había probado de cuerpos completos, pero todos sabían casi igual. -Gracias por la oferta Rojito... Pero siento que los humanos crudos son un desperdicio.- Dije con un tono algo preocupado mientras una de mis garras era posada en mi frente en un gesto de angustia. -Tantos humanos y tan poco sabor...- Dije con pesadez. El olor a sangre empapaba aquella cabaña, sabía con presición de dónde había salido aquel brazo, pero me desanimaba seguir intentando comer lo mismo si nada cambiaría. -¿Tu ya comiste?- Quizás aquella entidad podría proporcionarme una meor receta culinaria.
Nihu
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Creado por TR-3.5H Dom Abr 10, 2016 9:48 pm
La "pequeña" figura de roja cornamenta se permaneció tranquilamente en el lugar frente a aquella criatura de gran tamaño que afirmaba haberse comido a sus propia familia, aquella idea era una bastante hermosa desde la perspectiva del patrón de pensamiento generado por la "conciencia" del pacifista, aquella entidad autoproclamada como "Same" era el mismo tipo de persona que el pacifista buscaba para su tripulación.
Una conducta que muy fácilmente podría llevar a cometer alguna acción ilegal que pusiera un wanted sobre la cabeza de aquella fémina, una falta de empatía y aprecio por la vida del prójimo que caía muy bien al despiadado androide -Crudos no son muy buenos por lo que tengo entendido ¿Los has probado asados o condimentados? Tengo entendido que la carne cocida tiene un mejor sabor y al agregarle plantas, jugos o algo así mejora notablemente, aunque no se mucho del tema dado que no tengo un sentido del gusto ni del olfato como para decirlo a ciencia cierta.- Comentó tranquilamente mientras abría la compuerta de la caldera principal situada en su pecho acercando la extremidad cercenada para empezar a "cocinarla".
Evidentemente era inmune al calor producido por sus propias llamas así que el autómata ni siquiera necesitaba alguna clase de instrumento para acercar la carne al fuego que comenzó a regular para evitar quemar la carne y en lugar de ello cocerla paulatinamente, también para que empezara a emitir el olor de la carne cocida, desde el interior del horno era posible ver algunos huesos que todavía no se habían consumido por las llamas de la caldera.
Aquella gigantesca mujer era bastante agradable desde la perspectiva del revolucionario -Sí, ya comí, me comí a medio humano y las armas de estos tipos, eran altas en hierro así que te imaginaras lo buenas que son para mi JAJAJAJA… ¿Qué te trae por estos lugares Same?- Comento mientras empezaba a notar (aunque no disfrutar) la existencia del olor a carne cocinándose mientras conversaba con la tranquilidad propia de estar en familia.
Una conducta que muy fácilmente podría llevar a cometer alguna acción ilegal que pusiera un wanted sobre la cabeza de aquella fémina, una falta de empatía y aprecio por la vida del prójimo que caía muy bien al despiadado androide -Crudos no son muy buenos por lo que tengo entendido ¿Los has probado asados o condimentados? Tengo entendido que la carne cocida tiene un mejor sabor y al agregarle plantas, jugos o algo así mejora notablemente, aunque no se mucho del tema dado que no tengo un sentido del gusto ni del olfato como para decirlo a ciencia cierta.- Comentó tranquilamente mientras abría la compuerta de la caldera principal situada en su pecho acercando la extremidad cercenada para empezar a "cocinarla".
Evidentemente era inmune al calor producido por sus propias llamas así que el autómata ni siquiera necesitaba alguna clase de instrumento para acercar la carne al fuego que comenzó a regular para evitar quemar la carne y en lugar de ello cocerla paulatinamente, también para que empezara a emitir el olor de la carne cocida, desde el interior del horno era posible ver algunos huesos que todavía no se habían consumido por las llamas de la caldera.
Aquella gigantesca mujer era bastante agradable desde la perspectiva del revolucionario -Sí, ya comí, me comí a medio humano y las armas de estos tipos, eran altas en hierro así que te imaginaras lo buenas que son para mi JAJAJAJA… ¿Qué te trae por estos lugares Same?- Comento mientras empezaba a notar (aunque no disfrutar) la existencia del olor a carne cocinándose mientras conversaba con la tranquilidad propia de estar en familia.
TR-3.5H
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Creado por Nihu Lun Abr 11, 2016 8:25 pm
Noté como los pocos indígenas que habían estado alarmados presenciando mi llegada y encuentro con el Rojito desaparecieron en muy poco tiempo cuando mi barriga tocó las arenas de aquella playa aislada, que afortunada fui al no toparme con lugares más civilizados, con milicia y demás estupideces de gente que respira aire. No tardamos mucho en estar en solitario entre ambos devoradores de carne humana. Me hubiera gustado levantarme de aquel suelo arenoso que ya sentía que se metía por mis ropajes, pero también mi sensación de cercanía con mi interlocutor me dejaba cómoda, nunca me gustaba mirar demasiado abajo mientras hablaba, a esa altura y en esa posición podía ver bien su rostro mientras que el podía apreciar bien mis enormes colmillos y dorados ojos.
Luego de tragar aquella ofrenda y terminar de comentar sobre su sabor sonreí al escuchar sus palabras, sabía que no sería ignoto en el asunto, sería desperdiciar tanta carne fresca en una simple masacre limitando sus propios gustos culinarios. -Pues... Nunca me tenido la suerte de probarlos asados como tu mencionas... Ya sabes, las profundidades del mar no se llevan muy bien con fogatas submarinas. Y más que salados por el agua de mar que ingiero mientras los devoro jamás habrán tocado especia alguna.- Si bien mi interés culinario era alto, mis conocimientos sobre cocina eran irrisorios.
Iba a terminar por levantarme de aquel lugar, sin embargo la caldera mecánica había engendrado la curiosidad en mi interior que tanto anhelaba de la superficie... Escudriñó con sus garras los pliegues metálicos y enhollinados de su armadura para abrir lo que pareció ser su pecho, dentro pude notar como las sospechas sobre el olor proveniente de el eran ciertas. Parecía una especie de caldera viviente, lengüetas danzantes de fuego parecían bailar en su interior, más aun cuando abrazaron la carne humana que el mismo acercó para su cocción. Casi inmediatamente mi cuerpo se terminó de tumbar en el suelo arenoso para que mi enorme cráneo quede a la altura del suelo para presenciar aquel espectáculo culinario con mucho mayor detalle. -Wow...- No pude dejar escapar. No solo había presenciado por primera vez el olor de carne cocinándose, sino que era la primera criatura de la superficie que podía generar cuerpo en su interior.
Era un día para recordar en un futuro. Y mientras contemplaba el espectáculo del asador escuché un llamativo comentario. "¿Comer Armas?" ¿Comía hierro? Bueno, el día parecía estar lleno de sorpresas. ¿Qué clase de animal era, qué criatura lo había engendrado? El hierro no era mi condimento favorito, pero no pude negar haber comido un poco para probar qué era. Cada palabra y gesto de aquella criatura despertaba más y más mi apetito, no solo por conocimientos, sino porque realmente tenía ganas de darle un buen mordisco. Aunque sería desperdiciar una poderosa mina de entretenimientos que había finalmente encontrado luego de tanto aburrimiento con humanos.
-Lo que me trajo aquí aun lo desconozco... Pero actualmente lo que me hace quedarme aquí pareces ser tu...- Sonreí mientras esperé ansiosa por ese pedazo de carne cocida. -¿Qué mas tienes bajo la manga? ¿Puedes aguantar un apretón de manos?- Dije extendiendo mi brazo para que mi puño y mis garras lo rodearan completamente pero sin siquiera tocarlo, mi mano estaba floja solamente rodeándolo, si apretara mi mano quizás podría estrujarlo como a cualquier otro humano, pero sería arriesgarme a perder mi entretenimiento.
Luego de tragar aquella ofrenda y terminar de comentar sobre su sabor sonreí al escuchar sus palabras, sabía que no sería ignoto en el asunto, sería desperdiciar tanta carne fresca en una simple masacre limitando sus propios gustos culinarios. -Pues... Nunca me tenido la suerte de probarlos asados como tu mencionas... Ya sabes, las profundidades del mar no se llevan muy bien con fogatas submarinas. Y más que salados por el agua de mar que ingiero mientras los devoro jamás habrán tocado especia alguna.- Si bien mi interés culinario era alto, mis conocimientos sobre cocina eran irrisorios.
Iba a terminar por levantarme de aquel lugar, sin embargo la caldera mecánica había engendrado la curiosidad en mi interior que tanto anhelaba de la superficie... Escudriñó con sus garras los pliegues metálicos y enhollinados de su armadura para abrir lo que pareció ser su pecho, dentro pude notar como las sospechas sobre el olor proveniente de el eran ciertas. Parecía una especie de caldera viviente, lengüetas danzantes de fuego parecían bailar en su interior, más aun cuando abrazaron la carne humana que el mismo acercó para su cocción. Casi inmediatamente mi cuerpo se terminó de tumbar en el suelo arenoso para que mi enorme cráneo quede a la altura del suelo para presenciar aquel espectáculo culinario con mucho mayor detalle. -Wow...- No pude dejar escapar. No solo había presenciado por primera vez el olor de carne cocinándose, sino que era la primera criatura de la superficie que podía generar cuerpo en su interior.
Era un día para recordar en un futuro. Y mientras contemplaba el espectáculo del asador escuché un llamativo comentario. "¿Comer Armas?" ¿Comía hierro? Bueno, el día parecía estar lleno de sorpresas. ¿Qué clase de animal era, qué criatura lo había engendrado? El hierro no era mi condimento favorito, pero no pude negar haber comido un poco para probar qué era. Cada palabra y gesto de aquella criatura despertaba más y más mi apetito, no solo por conocimientos, sino porque realmente tenía ganas de darle un buen mordisco. Aunque sería desperdiciar una poderosa mina de entretenimientos que había finalmente encontrado luego de tanto aburrimiento con humanos.
-Lo que me trajo aquí aun lo desconozco... Pero actualmente lo que me hace quedarme aquí pareces ser tu...- Sonreí mientras esperé ansiosa por ese pedazo de carne cocida. -¿Qué mas tienes bajo la manga? ¿Puedes aguantar un apretón de manos?- Dije extendiendo mi brazo para que mi puño y mis garras lo rodearan completamente pero sin siquiera tocarlo, mi mano estaba floja solamente rodeándolo, si apretara mi mano quizás podría estrujarlo como a cualquier otro humano, pero sería arriesgarme a perder mi entretenimiento.
Nihu
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Creado por TR-3.5H Lun Abr 11, 2016 9:54 pm
Las razones por las cuales una mujer tiburón gigante que vive en las profundidades marítimas no había comido carne humana cocida y condimentada con otra cosa además del agua salada del mar era sin lugar a dudas bástate obvia y lógica sin embargo ni por un instante el pacifista había utilizado recursos de su unidad de procesamiento para predecir aquello, esa era parte de la libertad que tenía su mente de maquina al estar compuesta por el patrón de pensamiento humano con el que fue creado inicialmente.
La mirada de aquellos inmensos ojos dorados que tenía aquella mujer se había convertido en una mirada para nada peligrosa cuando el pacifista abrió su torso, era la mirada de un niño con un juguete nuevo, de una adolescente viendo a un gatito jugar con una bola de estambre, sin lugar a dudas era el tipo de mirada llena de admiración que una persona normal no esperaría ver en aquella presencia tan terrorífica como podía resultar una mujer tiburón de 12 metros de largo recostada en la playa mientras platica con un demonio de fuego del infierno bañado en sangre y habla con una voz similar al eco de voces humanas provenientes del inframundo.
Aquella atención era gustosamente bien recibida por aquella maquinaria de humana personalidad -Así que no sabes porque estás aquí pero te quedas por mi presencia, puedo entenderlo, pocas veces hay oportunidad de estar en contacto con algo como lo que soy yo.- Comento con voces alegres mientras continuaba en la preparación de brazo amputado con el calor de su caldera, sus sensores detectaron un brusco movimiento por parte de la fémina, sin embargo el pacifista no reacciono, sabía que podría salir del área de impacto en el último momento con su velocidad y agilidad desmesuradas, pero no fue necesario, la mano de Same se detuvo antes de entrar en contacto con su cuerpo metálico.
-Mmmm, es una buena pregunta, en teoría estoy optimizado para enfrentarme y salir victorioso en un combate igualado con un gigante o Wotan como es tu caso, sin embargo esos cálculos están basados en que, por ejemplo les llenaría de flechas y plomo a más de 100 metros antes de empezar el combate cuerpo a cuerpo... creo que esto ya está cocido, abre grande.- Repentinamente el pacifista interrumpió la conversación arrojando el brazo preparado en dirección a la boca de su interlocutora, la grasa ya había caído en la arena y por la exposición al fuego la carne ya se había cocido, aunque él no lo supiera, realmente habría mucha diferencia.
-Seguramente un cocinero, podría crear algo un millar de veces mejor.- Dijo antes de saltar y salirse del "circulo" formado por la mano de la fémina, no había sido tan simple como un salto, aquella figura metálica de casi dos metros y medio se había elevado en el aire hasta casi unos seis metros de altura, era realmente absurdo desde la perspectiva de un humano, pero lo había hecho sin gran esfuerzo.
-Sobre el apretón … Código: Ko-Oni...- Repentinamente el cuerpo del pacifista creció abruptamente, de 2.20 de altura había pasado a medir más de 3.50, sus extremidades se había alargado y las partes anteriormente ocultas por la coraza metálica ahora era cubiertas por llamas escarlatas -Podemos intentarlo, no te preocupes, estas llamas no llegarán a herirte así que puedes actuar sin cautela...The Beast...- Los ojos del pacifista emitían un brillo escarlata mientras que la caldera principal empezaba a emitir un fuerte ruido y una gran sensación de calor por el lugar, el aire a su alrededor se desdibujaba con un efecto similar al de ver a lo lejos en un desierto o una carreta muy calurosa.
La mirada de aquellos inmensos ojos dorados que tenía aquella mujer se había convertido en una mirada para nada peligrosa cuando el pacifista abrió su torso, era la mirada de un niño con un juguete nuevo, de una adolescente viendo a un gatito jugar con una bola de estambre, sin lugar a dudas era el tipo de mirada llena de admiración que una persona normal no esperaría ver en aquella presencia tan terrorífica como podía resultar una mujer tiburón de 12 metros de largo recostada en la playa mientras platica con un demonio de fuego del infierno bañado en sangre y habla con una voz similar al eco de voces humanas provenientes del inframundo.
Aquella atención era gustosamente bien recibida por aquella maquinaria de humana personalidad -Así que no sabes porque estás aquí pero te quedas por mi presencia, puedo entenderlo, pocas veces hay oportunidad de estar en contacto con algo como lo que soy yo.- Comento con voces alegres mientras continuaba en la preparación de brazo amputado con el calor de su caldera, sus sensores detectaron un brusco movimiento por parte de la fémina, sin embargo el pacifista no reacciono, sabía que podría salir del área de impacto en el último momento con su velocidad y agilidad desmesuradas, pero no fue necesario, la mano de Same se detuvo antes de entrar en contacto con su cuerpo metálico.
-Mmmm, es una buena pregunta, en teoría estoy optimizado para enfrentarme y salir victorioso en un combate igualado con un gigante o Wotan como es tu caso, sin embargo esos cálculos están basados en que, por ejemplo les llenaría de flechas y plomo a más de 100 metros antes de empezar el combate cuerpo a cuerpo... creo que esto ya está cocido, abre grande.- Repentinamente el pacifista interrumpió la conversación arrojando el brazo preparado en dirección a la boca de su interlocutora, la grasa ya había caído en la arena y por la exposición al fuego la carne ya se había cocido, aunque él no lo supiera, realmente habría mucha diferencia.
-Seguramente un cocinero, podría crear algo un millar de veces mejor.- Dijo antes de saltar y salirse del "circulo" formado por la mano de la fémina, no había sido tan simple como un salto, aquella figura metálica de casi dos metros y medio se había elevado en el aire hasta casi unos seis metros de altura, era realmente absurdo desde la perspectiva de un humano, pero lo había hecho sin gran esfuerzo.
-Sobre el apretón … Código: Ko-Oni...- Repentinamente el cuerpo del pacifista creció abruptamente, de 2.20 de altura había pasado a medir más de 3.50, sus extremidades se había alargado y las partes anteriormente ocultas por la coraza metálica ahora era cubiertas por llamas escarlatas -Podemos intentarlo, no te preocupes, estas llamas no llegarán a herirte así que puedes actuar sin cautela...The Beast...- Los ojos del pacifista emitían un brillo escarlata mientras que la caldera principal empezaba a emitir un fuerte ruido y una gran sensación de calor por el lugar, el aire a su alrededor se desdibujaba con un efecto similar al de ver a lo lejos en un desierto o una carreta muy calurosa.
TR-3.5H
Hoja de personaje
Nivel:
(25/100)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por Nihu Mar Abr 12, 2016 10:43 pm
Tanto el Rojito como yo parecíamos ensimismados con la presencia del opuesto, aquello era algo que debía admitir aunque me sorprenda. Su curiosidad me suscitaba aun más avidez a la hora de continuar en aquella isla. Creo que era la conversación más larga que había tenido en meses con alguien de la superficie, sumado a la atrayente apariencia desafiante de aquel demonio metálico bañado en fluidos carmesí y al sugerente olor a carne asada que emanaba de aquel brazo que iba dorándose poco a poco volvían a una curiosidad como la mía difícil de sofocar. Las palabras del ajeno parecieron adherir a mis pensamientos, realmente era algo muy único en su clase, y aquí estábamos, pude toparme alguien como el en la superficie... Quizás realmente estaba muy cercana a cumplir mi sueño sin que me de cuenta. ¿Acaso el era el más poderoso de la superficie? ¿Qué tanta diversión podría darme antes que termine en mi estómago?
Las apologías a un enfrentamiento de la maquinaria eran realmente sorprendentes e intrigantes, ¿Era real? ¿Podía llenarme de aquellas armas humanas que tanto detestaba? Bueno, tenía que admitir que varias de sus máquinas si eran de temer, aquellos buques que avisté en su momento de mis navegaciones parecían tener el suficiente armamento para convertirse en una real molestia si es que estos conseguían ser usados. ¿Acaso aquella criatura se comportaba como una especie de arma o máquina? ¿Cálculos de un combate igualado, tendría que llenarme de plomo primero para que sea igualado? Entendía su punto estratégico ligeramente, sin embargo la comida interrumpió la orden de seguir adentrándome más en el tema, el sujeto arrojó la carne directo a mi boca y la devoré de un solo gran bocado que incluso sacudió el aire a mi alrededor por la fuerza de mis mandíbulas abriéndose y cerrándose. No había terminado de siquiera comenzar a saborearlo cuando el demonio alegó que sus habilidades como cocinero no eran las apropiadas, pero al diablo, jamás había comido algo de un cocinero.
El sabor era totalmente distinto, mucho menos espeso, la carne, que usualmente parecía como morder una esponja empapada en sangre ahora estaba mucho más seca, la sangre incluso no escurrió entre mis dientes como estaba acostumbrada, debía admitir que aquel sabor era mil veces mejor al que había probado con anterioridad y que conocía... Sin embargo... No sabía... Había algo que no terminaba de convencerme... ¿Qué era? ¿Quizás le faltaba algo, algún condimento u alguna hierba que el muchacho había mencionado?
Por un último segundo, decidida a apretar mi puño luego de terminar de tragar la carne para ahora pasar al plato principal este dio una especie de propulsión ascendente, muy similar a cuando decido nadar en el agua con real dedicación y velocidad, sin embargo aquella criatura lo hizo en un medio totalmente atípico como lo era el aire, mi enorme puño se terminó de cerrar con fuerza haciendo incluso una presión en el aire circundante. -Tsk...- Agradecí tanto que no haya sido tan fácil. Levanté la mirada para mirar al sujeto en el aire que comenzaba una especie de metálica metamorfosis. Me senté en el lugar mientras este caía frente a mi en el arenoso terreno ya en una forma totalmente diferente hace unos segundos. Mencionó el poder de unas llamas controladas, y aunque comencé a notar aquel enorme aumento en la temperatura también lo fue así con el aumento de mi curiosidad. -Veo que tienes miles de sorpresas bajo la manga señor Rojito.- Dije mientras ahora si mi puño cerrado donde el había estado antes del salto se acercó a el con tranquilidad estirándose amablemente, su tamaño sorpresivamente era diferente, creo que ahora si era la primer criatura en la superficie que presenciaba de una altura tan considerable, llegaba incluso un poco más que la mitad de mi altura mientras permanecía sentada en la arena.
-Un gusto entonces... Ahora si. Rojito.- Presioné mi mano ahora contra la suya, aunque mi mano entera tomó su brazo fue la primera vez que propiamente dicho di una sacudida de manos en la superficie, por supuesto mi contacto fue delicado, no quería destrozar la armadura por accidente o herirlo por un simple gesto... Era lo que el mismo había dicho. La igualdad de condiciones en combate, cómo iba a lugar por alguien si lo tomaba por sorpresa. -Supongo y espero entonces que la próxima vez que crucemos caminos... Sea en igualdad de condiciones.- Sonreí nuevamente afilando mis dientes a la vista.
Las apologías a un enfrentamiento de la maquinaria eran realmente sorprendentes e intrigantes, ¿Era real? ¿Podía llenarme de aquellas armas humanas que tanto detestaba? Bueno, tenía que admitir que varias de sus máquinas si eran de temer, aquellos buques que avisté en su momento de mis navegaciones parecían tener el suficiente armamento para convertirse en una real molestia si es que estos conseguían ser usados. ¿Acaso aquella criatura se comportaba como una especie de arma o máquina? ¿Cálculos de un combate igualado, tendría que llenarme de plomo primero para que sea igualado? Entendía su punto estratégico ligeramente, sin embargo la comida interrumpió la orden de seguir adentrándome más en el tema, el sujeto arrojó la carne directo a mi boca y la devoré de un solo gran bocado que incluso sacudió el aire a mi alrededor por la fuerza de mis mandíbulas abriéndose y cerrándose. No había terminado de siquiera comenzar a saborearlo cuando el demonio alegó que sus habilidades como cocinero no eran las apropiadas, pero al diablo, jamás había comido algo de un cocinero.
El sabor era totalmente distinto, mucho menos espeso, la carne, que usualmente parecía como morder una esponja empapada en sangre ahora estaba mucho más seca, la sangre incluso no escurrió entre mis dientes como estaba acostumbrada, debía admitir que aquel sabor era mil veces mejor al que había probado con anterioridad y que conocía... Sin embargo... No sabía... Había algo que no terminaba de convencerme... ¿Qué era? ¿Quizás le faltaba algo, algún condimento u alguna hierba que el muchacho había mencionado?
Por un último segundo, decidida a apretar mi puño luego de terminar de tragar la carne para ahora pasar al plato principal este dio una especie de propulsión ascendente, muy similar a cuando decido nadar en el agua con real dedicación y velocidad, sin embargo aquella criatura lo hizo en un medio totalmente atípico como lo era el aire, mi enorme puño se terminó de cerrar con fuerza haciendo incluso una presión en el aire circundante. -Tsk...- Agradecí tanto que no haya sido tan fácil. Levanté la mirada para mirar al sujeto en el aire que comenzaba una especie de metálica metamorfosis. Me senté en el lugar mientras este caía frente a mi en el arenoso terreno ya en una forma totalmente diferente hace unos segundos. Mencionó el poder de unas llamas controladas, y aunque comencé a notar aquel enorme aumento en la temperatura también lo fue así con el aumento de mi curiosidad. -Veo que tienes miles de sorpresas bajo la manga señor Rojito.- Dije mientras ahora si mi puño cerrado donde el había estado antes del salto se acercó a el con tranquilidad estirándose amablemente, su tamaño sorpresivamente era diferente, creo que ahora si era la primer criatura en la superficie que presenciaba de una altura tan considerable, llegaba incluso un poco más que la mitad de mi altura mientras permanecía sentada en la arena.
-Un gusto entonces... Ahora si. Rojito.- Presioné mi mano ahora contra la suya, aunque mi mano entera tomó su brazo fue la primera vez que propiamente dicho di una sacudida de manos en la superficie, por supuesto mi contacto fue delicado, no quería destrozar la armadura por accidente o herirlo por un simple gesto... Era lo que el mismo había dicho. La igualdad de condiciones en combate, cómo iba a lugar por alguien si lo tomaba por sorpresa. -Supongo y espero entonces que la próxima vez que crucemos caminos... Sea en igualdad de condiciones.- Sonreí nuevamente afilando mis dientes a la vista.
Nihu
Hoja de personaje
Nivel:
(1/1)
Haki:
Haki | Kenbun | Busou | Haou | Nivel |
Creado por TR-3.5H Miér Abr 13, 2016 8:33 pm
El pacifista sonrió para sus adentros tranquilamente mientras que aquella mascara metálica demoniaca que cumplía la función de rostro seguía con la misma expresión infernal, realmente sería problemático meterse en una pelea con alguien tan gigante, pero también sería extremadamente divertido hacerlo -Grandes palabras, incluso para alguien como tú- El eco de voces proveniente del pacifista parecía resonar con particular emoción al decir aquellas palabras.
Sin embargo, no se quedó, allí parado sin decir más nada, evidentemente continuo con su habitual charlatanería -Preferiría que nos encontráramos como aliados, tal vez para saquear algun lugar, pero si nos volvemos a encontrar y quieres luchar, por mi parte gustosamente lo haré.- Dijo el pacifista respondiendo a la fémina mientras que correspondía como le era posible al "Apretón de manos", hubiera sido interesante reclutarla para que formara parte de los Jörmundgandar, pero actualmente no tenían un barco como para transportar a individuos de semejante porte, así que se abstuvo de realizar aquella oferta por el momento.
Los sensores del pacifista identificaron la entrada de un nuevo individuo a la escena, un hombre joven, enmascarado y vestido completamente con telas marrones, no conocía su verdadera identidad pero en la máscara llevaba gravado el símbolo de la armada revolucionaria por consiguiente debía de ser el aliado al con el cual debía de contactarse en aquel lugar tras realizar la "limpieza" de la guardia costera allí asentada.
Tal vez fuera por la máscara o el hecho de tener su identidad su cuerpo enteramente cubierto, pero aquel individuo había disimulado muy bien su terror mientras se acercaba -Same, aquel es el aliado que se supone estoy esperando, así supongo que es momento de que me ponga a trabajar yo también, que nuestros caminos se crucen nuevamente.- Expreso con gran elocuencia mientras regresaba a su tamaño normal realizando una apropiada reverencia para la exagerada educación que mostró de forma humorística durante aquel último momento antes de ir a recibir al enviado de la armada.
Sin embargo, no se quedó, allí parado sin decir más nada, evidentemente continuo con su habitual charlatanería -Preferiría que nos encontráramos como aliados, tal vez para saquear algun lugar, pero si nos volvemos a encontrar y quieres luchar, por mi parte gustosamente lo haré.- Dijo el pacifista respondiendo a la fémina mientras que correspondía como le era posible al "Apretón de manos", hubiera sido interesante reclutarla para que formara parte de los Jörmundgandar, pero actualmente no tenían un barco como para transportar a individuos de semejante porte, así que se abstuvo de realizar aquella oferta por el momento.
Los sensores del pacifista identificaron la entrada de un nuevo individuo a la escena, un hombre joven, enmascarado y vestido completamente con telas marrones, no conocía su verdadera identidad pero en la máscara llevaba gravado el símbolo de la armada revolucionaria por consiguiente debía de ser el aliado al con el cual debía de contactarse en aquel lugar tras realizar la "limpieza" de la guardia costera allí asentada.
Tal vez fuera por la máscara o el hecho de tener su identidad su cuerpo enteramente cubierto, pero aquel individuo había disimulado muy bien su terror mientras se acercaba -Same, aquel es el aliado que se supone estoy esperando, así supongo que es momento de que me ponga a trabajar yo también, que nuestros caminos se crucen nuevamente.- Expreso con gran elocuencia mientras regresaba a su tamaño normal realizando una apropiada reverencia para la exagerada educación que mostró de forma humorística durante aquel último momento antes de ir a recibir al enviado de la armada.
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