Recuerdo del primer mensaje :

Cerca del Este de la isla se encontraba otro integrante de la armada, en el momento que vio la véngala en el cielo disparo el mortero para cortar la señal de los marines. Antes de que el temporal de polvo ocurriese, pudo divisar a dos marines aproximándose a su posición. Seguramente por el uso del mortero, un problema a cambio de poder aislar al enemigo. Un ciclón pasaba por donde se encontraba, no era intenso como para causar daño, pero en un ambiente como ese alzo una nube de polvo importante, eso le dio el tiempo suficiente como para poder descender de su posición elevada. No era alguien que le gustara combatir, siempre le enseñaron que la pluma era mas fuerte que la espada, y llevaba eso siempre en mente, pero aun así siempre estaba lista para defenderse – están cerca – aun sin poder verlos, podía sentirlos. No como su guardián ZX, que podía ver a través de las cosas, sino mas bien poder sentir la presencia de la gente. Muchos llamaban a esa habilidad, Haki.

Termino su descenso y se aproximo con cuidado hasta que sintió bastante cerca ambas presencias. Al momento que se disipo la tormenta, estaba a menos de 6 metros de los dos marines, justo frente a ellos – por favor, evitemos un combate sin sentido, si en verdad defienden la justicia sabrán que el gobierno mundial es peor que cualquier otro criminal – se quita la capucha de su capa mostrando el rostro. Su piel clara y cabello castaño, mostraban a una mujer bien parecida – solamente tienen que irse y nosotros nos iremos por nuestro lado – sus intentos de charla pacifista no siempre funcionaban pero no perdía nada con intentarlo. A su alrededor estaba un terreno algo escarpado, rocas, colinas, hendiduras, muchos sitios para esconderse que estaban ocultos hasta que desapareció la nube de polvo.

No lo comprendió. La revolucionaria no estaba, había desaparecido. En un principio aquello le asustó, pues temió haber sufrido lesiones cerebrales que le provocaban alucinaciones. Si no era eso, no se veía capaz de encontrar una explicación a lo que había sucedido delante de sus propios ojos apenas unos segundos atrás. El joven tenía los oídos bastante embotados tras recibir la última onda de choque, pero había podido oír aquella extraña voz previa a la desaparición de su enemiga. Inmediatamente buscó a su compañera con la mirada. A diferencia de la otra mujer, la Sargento seguía allí, con la guardia alta, seguramente temerosa de un nuevo ataque del misterioso ente que acababa de dar por finiquitado el combate. Pasaron los segundos y nada sucedió, por lo que Kain volvió a dejar caer el filo de su espada para usar el arma cómo apoyo para mantenerse en pie.

El marine cerró los ojos por un segundo y respiró hondo, liberando toda la tensión que pudo del cuerpo. Estaba cansado y le dolía casi todo el cuerpo, pero seguía vivo. Era perfectamente de que eso ya era bastante teniendo en cuenta su debilidad en comparación a las dos otras combatientes. - Estoy bien, algo dolorido, pero bien... - respondió, intentando jadear lo menos posible, a la pregunta que le formuló la rubia. La miró bien, se había despeinado, estaba llena de sudor y tenía el brazo derecho en peso muerto, pero parecía estar bien. Mejor que él, cuanto menos.

Con esfuerzo y apretando los dientes para dejar pasar el dolor, Kain alzó la espada por encima de su cabeza y la colocó en su vaina, colgada a su espalda. La cabeza le seguía doliendo, pero al menos ahora todo a su alrededor había dejado de dar vueltas. El joven dio un pequeño paso, comprobando que, efectivamente, podía caminar sin ayuda. - Puedo llegar hasta el barco Sargento. - le respondió, emprendiendo la marcha. - Si quiere puede adelantarse, yo iré a mi ritmo. - le dijo, aunque lo cierto era que dudaba que lo hiciera. Deka se había preocupado por su estado durante todo el combate, más de lo que el propio soldado hubiera imaginado anteriormente, demostrando que, quizás, debajo de aquella máscara de mujer monstruosa se escondía otra Sargento Kozlov.